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mentales humanos, como consecuencia de la
aparición de transformaciones en la
organización social y cultural de la sociedad,
como afirma Pablos, (1999, p. 457-473)
Ausubel, (1983) expresa que durante mucho
tiempo se consideró que el aprendizaje era
sinónimo de cambio de conducta, esto, porque
dominó una perspectiva conductista de la labor
educativa; sin embargo, se puede afirmar con
certeza que el aprendizaje humano va más allá
de un simple cambio de conducta, conduce a un
cambio en el significado de la experiencia.
La experiencia humana no solo implica
pensamiento, sino también afectividad y
únicamente cuando se consideran en conjunto
se capacita al individuo para enriquecer el
significado de su experiencia. Para entender la
labor educativa, es necesario tener en
consideración otros tres elementos del proceso
educativo: los profesores y su manera de
enseñar; la estructura de los conocimientos que
conforman el currículo y el modo en que éste se
produce y el entramado social en el que se
desarrolla el proceso educativo.
Lo anterior se desarrolla dentro de un marco
psicoeducativo, puesto que la psicología
educativa trata de explicar la naturaleza del
aprendizaje en el salón de clases y los factores
que lo influyen, estos fundamentos psicológicos
proporcionan los principios para que los
profesores descubran por sí mismos los
métodos de enseñanza más eficaces, puesto que
intentar descubrir métodos por "Ensayo y error"
es un procedimiento ciego y, por tanto,
innecesariamente difícil.
La teoría del aprendizaje significativo de
Ausubel, ofrece en este sentido el marco
apropiado para el desarrollo de la labor
educativa, así como para el diseño de técnicas
educacionales coherentes con tales principios,
constituyéndose en un marco teórico que
favorecerá dicho proceso.
Desarrollo
Operaciones Intelectuales Básicas
Cabe recalcar que el hombre es el único ser en
el planeta con la habilidad de pensar, hablar,
analizar, crear, razonar, retener información y
decidir, en base a las experiencias, para lograr
formar conceptos, y crear cosas. Esta habilidad
mental se nos da gracias a nuestro cerebro y a
su capacidad superior de desarrollarse.
Las operaciones intelectuales básicas potencian
el desarrollo para poder lograr los procesos
cognitivos de manera adecuada y de esta
manera realizar de forma correcta las
actividades que desempeñemos, este se produce
ya que nuestro cerebro realiza una separación
mental, donde selecciona lo más relevante
omitiendo el resto, también pueden analizarse
las leyes de la naturaleza, hipótesis o teorías, la
misma que luego se contrastan para llegar a la
verdad.
Según la neuro-científica Herculano-Housel,
(2018) describe que el cerebro es notable, sí,
pero no es especial en el sentido de que sea una
excepción respecto a las reglas de la evolución,
o que sea destacable por tener unas propiedades
únicas y exclusivas. Recalca si el cerebro no es
un caso especial en la evolución, ¿Dónde reside
la ventaja humana?” Lo que indica dicha autora
es que no somos una raza superior ya que los
seres humanos han desarrollado su proceso
evolutivo descendiente de los primates,
contradiciendo diversas opiniones ya
planteadas.
Por otra parte. Según Piaget, el desarrollo de la
inteligencia en los niños se divide en cuatro
estadios, ya que es una asimilación de lo dado a
estructuras de transformaciones, de estructuras
de acciones elementales a estructuras