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Actividades de Financiación. Esta estructura
posibilita el análisis por separado de los
diferentes flujos netos de efectivo, de tal forma
que facilite el diagnóstico de las capacidades de
la empresa para generar flujos positivos a partir
de sus operaciones de negocio, su capacidad
para enfrentar los pagos de las obligaciones con
los suministradores y otros acreedores, el pago
de los intereses y de los impuestos, así como los
dividendos del período. Otros diagnósticos que
pueden realizarse se relacionan con la
capacidad que tiene una empresa de captar
financiamientos externos, poner al descubierto
el destino que se le da al efectivo recibido en el
período, poner de manifiesto si la empresa está
en crecimiento, estancada o en recesión. Este
estado puede demostrar si la empresa destina
efectivo generado a corto plazo para colocarlo
en inversiones de lenta recuperación.
En Cuba existe una norma que exige a todas las
entidades del país que suministren información
relacionada con los movimientos históricos del
efectivo y equivalentes a través de la
presentación de un Estado de Flujo de Efectivo,
desglosado según su procedencia en actividades
de operación, de inversión y de financiamiento.
En dicha norma se define su alcance como: Las
entidades, cualquiera que sea su forma de
organización económica, deben confeccionar
un Estado de Flujo de Efectivo, de acuerdo con
los requisitos establecidos en esta Norma, y
deben presentarlo como parte integrante de sus
estados financieros, para cada ejercicio. El
Estado de Flujo de Efectivo queda comprendido
en el término general de Estados Financieros,
por lo que su preparación y presentación se
realizará según el Marco Conceptual y las
Normas Cubanas de Información Financiera
vigentes. El Estado de Flujo de Efectivo podrá
utilizarse como parte del proceso de
administración financiera del efectivo en
cualquier momento. La necesidad de los
usuarios en saber cómo la entidad genera y
utiliza el efectivo y sus equivalentes, existe
independientemente de la naturaleza de las
actividades de la entidad, incluso cuando el
Efectivo pueda ser considerado como el
producto de la entidad en cuestión, como es el
caso de las entidades financieras. Básicamente,
las entidades necesitan efectivo por las mismas
razones, por muy diferentes que sean las
actividades que constituyen su principal fuente
de ingresos ordinarios. Todas necesitan efectivo
para llevar a cabo sus operaciones, pagar sus
obligaciones y suministrar rendimientos a sus
inversores (Ministerio de Finanzas y Precios,
2005).
Al usar el Estado de Flujo de Efectivo
juntamente con el resto de los estados
financieros, se obtiene información que permite
a los usuarios evaluar los cambios en los
Activos Netos de la entidad, su estructura
financiera (incluyendo su liquidez y solvencia)
y su capacidad para modificar tanto los importes
como las fechas de cobros y pagos, a fin de
adaptarse a las nuevas circunstancias y a las
oportunidades que se puedan presentar. Esta
información permite a los usuarios desarrollar
modelos para evaluar y comparar el valor actual
de los flujos netos de efectivo de diferentes
entidades. También posibilita la comparación
de la información sobre el rendimiento de las
operaciones de diferentes entidades, ya que
elimina los efectos de utilizar distintos
tratamientos contables para las mismas
transacciones y sucesos económicos. Con
frecuencia, la información histórica sobre flujos
de Efectivo se usa para indicar el importe,
momento de la aparición y certidumbre de
flujos de Efectivo futuros. Es también útil para
comprobar la exactitud de evaluaciones pasadas
respecto de los flujos futuros, así como para
examinar la relación entre rendimiento, flujos
de Efectivo netos y el impacto de los cambios
en los precios.