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nivel poblacional para la prevención del acoso.
Los términos de búsqueda utilizados para estas
diferentes áreas de investigación se muestran en
la Tabla 1.
Resultados
El acoso sexual como problema de salud
pública
La prevención del acoso sexual es una prioridad
importante de salud pública por una multitud de
razones. Además de las violaciones obvias de
los derechos humanos descritas en las
estadísticas anteriores, experimentar acoso
sexual también tiene consecuencias inmediatas
y a largo plazo para la salud. Las consecuencias
físicas incluyen el embarazo (más de 32,000 de
los cuales ocurren cada año como resultado de
una violación), así como la adquisición de ITS /
VIH, dolor crónico, trastornos
gastrointestinales, complicaciones
ginecológicas, migrañas, cáncer cervical y
lesiones genitales. Las consecuencias
psicológicas inmediatas de acoso sexual
incluyen shock, negación, miedo, confusión,
ansiedad, retraimiento, culpa, vergüenza,
desconfianza de los demás y trastorno de estrés
postraumático, y las consecuencias psicológicas
a largo plazo incluyen depresión, ansiedad
generalizada, intento o suicidio completado,
disminución del interés o evitación del sexo y
baja autoestima (Saeteros-Hernández, 2023).
La investigación también muestra una variedad
de comportamientos de riesgo para la salud
posteriores asociados con haber experimentado
acoso sexual, incluido el debut sexual
temprano, el sexo sin protección, tener
múltiples parejas sexuales, el uso de cigarrillos,
conducir ebrio y el uso de drogas ilícitas. Estos
comportamientos ponen a las víctimas en riesgo
de embarazos no planificados, infecciones de
transmisión sexual, VIH y lesiones y
enfermedades relacionadas con cigarrillos,
drogas y alcohol (Saeteros-Hernández, 2023).
El estado actual de la violencia sexual
La educación sexual actual que se imparte en las
unidades educativas no es adecuada para
prevenir con éxito el acoso sexual. En cambio,
el estado actual presenta una gran cantidad de
programas diferentes, que incluyen sesiones
únicas en línea destinadas a prevenir el acoso
sexual o programas de prevención secundaria y
terciaria que trabajan con sobrevivientes de
violencia para prevenir la revictimización y
ayudar al sistema de justicia penal a procesar
con éxito a los perpetradores. Sin lugar a duda,
todos estos son aspectos cruciales de un enfoque
integral de la violencia, sin embargo, estos
programas reflejan un enfoque predominante en
la atención y la respuesta, en lugar de en la
prevención primaria.
Flood, M. (2023) realizo una revisión
sistemática de 140 evaluaciones de resultados
para describir las intervenciones actuales de
prevención primaria que se emplean en el
campo y para evaluar la efectividad de estos
programas para evitar el acoso sexual. Dos
tercios de los estudios que reviso consistieron
en intervenciones breves de una sesión con
poblaciones universitarias (n = 84). Solo 11 de
ellos midieron los resultados conductuales
sexualmente violentos, ninguno de los cuales se
encontró que afectara consistentemente esos
comportamientos. Más bien, la mayoría de estas
evaluaciones de intervención midieron el
conocimiento o el cambio de actitud como
resultados del programa; Estos están
ciertamente relacionados con el
comportamiento, pero no son necesariamente
suficientes para cambiar el comportamiento y
pueden no mantenerse en el tiempo. La revisión
encontró solo tres estrategias de prevención
primaria en total para las cuales hubo pruebas