Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 424
INFLUENCIA DEL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS EN EL DESARROLLO
DEL PENSAMIENTO CRÍTICO EN ESTUDIANTES DE 8VO AÑO DE EGB, DAULE
INFLUENCE OF PROJECT-BASED LEARNING ON THE DEVELOPMENT OF CRITICAL
THINKING IN 8TH-YEAR EGB STUDENTS, DAULE
Autores: ¹Cecibel Adelaida Macias Plaza, ²Sonia María Reliche Triana, ³Johanna Alexandra
Gutierrez Jiménez,
4
Freddy Manuel Mora Villamar.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0001-9337-4663
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0009-8127-9456
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-4009-9252
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-0155-4956
¹E-mail de contacto: cmaciasp3@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: srelichet@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: jgutierrezj@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto: fmorav2@unemi.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*4*
Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 15 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 17 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 5 de Diciembre del 2025
¹Estudiante de octavo semestre de la carrera Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de octavo semestre de la carrera Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de octavo semestre de la carrera Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Licenciado en Ciencias de la Educación, especialidad en Literatura y Castellano, y Magíster en Desarrollo Educativo por la Universidad
Técnica de Babahoyo, (Ecuador). Máster en Formación Internacional Especializada del Profesorado, especialidad en Lengua y Literatura,
por la Universidad Complutense de Madrid, (España).
Resumen
El pensamiento crítico es esencial para que los
alumnos analicen, razonen y resuelvan
problemas de forma reflexiva y autónoma. Ante
las deficiencias reportadas por evaluaciones
internacionales, el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABP) surge como una metodología
que vincula teoría y práctica, favorece la
indagación, la colaboración y el aprendizaje
significativo.El objetivo general de este estudio
fue determinar la influencia del ABP en el
desarrollo del pensamiento crítico en
estudiantes de octavo o del Colegio "Laurel"
en Daule, 2025. Los objetivos específicos se
centraron en analizar cómo la motivación incide
en el componente pragmático, la organización
en el desarrollo lógico y la interacción en el
desempeño criterial de los alumnos. Se utilizó
un enfoque cuantitativo con un diseño no
experimental, descriptivo y de alcance
correlacional para analizar la relación entre el
ABP y el pensamiento crítico. Se encuestaron
20 estudiantes, seleccionados por muestreo no
probabilístico por conveniencia, de una
población de 50. Los resultados indican que la
implementación del ABP contribuye al
fortalecimiento del pensamiento crítico, al
incrementar la motivación, mejorar la
organización de tareas y potenciar la interacción
grupal. Esto favorece actitudes críticas,
creativas y autónomas en los estudiantes.
Palabras clave: Aprendizaje basado en
proyectos, Pensamiento crítico, Motivación,
Organización, Interacción.
Abstract
Critical thinking is essential for students to
analyze, reason, and solve problems in a
reflective and autonomous manner. In light of
the deficiencies reported by international
assessments, Project-Based Learning (PBL) has
emerged as a methodology that links theory and
practice, promotes inquiry, collaboration, and
meaningful learning. The overall objective of
this study was to determine the influence of
PBL on the development of critical thinking in
eighth-grade students at Laurel School in Daule,
2025. The specific objectives focused on
analyzing how motivation affects the pragmatic
component, organization in logical
development, and interaction in students'
criterion-based performance. A quantitative
approach with a non-experimental, descriptive,
and correlational design was used to analyze the
relationship between PBL and critical thinking.
Twenty students were surveyed, selected by
non-probability convenience sampling from a
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population of 50. The results indicate that the
implementation of PBL contributes to
strengthening critical thinking by increasing
motivation, improving task organization, and
enhancing group interaction. This fosters
critical, creative, and autonomous attitudes in
students.
Keywords: Project-based learning, Critical
thinking, Motivation, Organization,
Interaction.
Sumário
O pensamento crítico é essencial para que os
alunos analisem, raciocinem e resolvam
problemas de forma reflexiva e autônoma.
Dadas as deficiências relatadas por avaliações
internacionais, a Aprendizagem Baseada em
Projetos (ABP) surge como uma metodologia
que conecta teoria e prática, promovendo a
investigação, a colaboração e a aprendizagem
significativa. O objetivo geral deste estudo foi
determinar a influência da ABP no
desenvolvimento do pensamento crítico em
alunos do oitavo ano da Escola "Laurel" em
Daule, em 2025. Os objetivos específicos se
concentraram em analisar como a motivação
influencia o componente pragmático, a
organização influencia o desenvolvimento
lógico e a interação influencia o desempenho
dos alunos baseado em critérios. Uma
abordagem quantitativa com um delineamento
não experimental, descritivo e correlacional foi
utilizada para analisar a relação entre ABP e
pensamento crítico. Vinte alunos foram
entrevistados, selecionados por meio de uma
amostra de conveniência não probabilística de
uma população de 50. Os resultados indicam
que a implementação da ABP contribui para o
fortalecimento do pensamento crítico,
aumentando a motivação, melhorando a
organização de tarefas e aprimorando a
interação em grupo. Isso promove atitudes
críticas, criativas e autônomas nos alunos.
Palavras-chave: Aprendizagem baseada em
projetos, Pensamento crítico, Motivação,
Organização, Interação.
Introducción
Desde 1997, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE) desarrolla el Programa para la
Evaluación Internacional de Alumnos (PISA),
cuyo objetivo es medir las competencias en
lectura, matemáticas y ciencias en distintos
países. Estas áreas están directamente
relacionadas con el desarrollo del pensamiento
crítico, pues implican comprensión, análisis y
evaluación de la información. En este contexto,
el informe de la OCDE (2015; como se cita en
Sanz, 2020), muestra que España tiene una
puntuación sobresaliente en lectura de 496
puntos, ligeramente superior al promedio de la
OCDE (493) y de la Unión Europea (494). En
concordancia con esto, Dumitru, (2018; como
se cita en Sanz, 2020), indica que más del 30%
de los jóvenes europeos presenta bajos niveles
de competencias críticas y analíticas, situando
un desafío para los sistemas educativos debido
a la insuficiente alineación curricular y la falta
de estrategias pedagógicas integrales.
En Canadá, los resultados de las pruebas PISA
2022, revelan patrones diferenciados de
rendimiento académico en las áreas de
matemáticas y lectura. En matemáticas, la
proporción de alumnos con bajo rendimiento es
similar entre niños (21%) y niñas (22%),
mientras que la proporción de estudiantes con
alto rendimiento es mayor entre los niños (15%)
en comparación con las niñas (10%). En lo que
concierne a México, los resultados de la prueba
PISA 2022 ubican al país en el lugar 35 de 37
evaluados dentro de la OCDE, con una marcada
desventaja en matemáticas (-77 puntos),
ciencias (-75 puntos) y comprensión lectora (-
61 puntos) respecto al promedio de la
organización. Además, sólo un 43% de los
docentes mexicanos indica emplear técnicas
pedagógicas enfocadas en fomentar las
destrezas analíticas y reflexivas, lo que restringe
el progreso de esta habilidad en los alumnos.
Según la UNESCO (2021), menos del 40% de
los alumnos en esta región logran niveles
satisfactorios en competencias asociadas a la
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capacidad para analizar y resolver conflictos se
refleja en resultados desfavorables en
evaluaciones internacionales, limitando la toma
de decisiones sólidas examinar situaciones
complejas y participar de manera activa en su
ambiente social.
Considerando esto, la evidencia investigativa
apunta a que el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABP) es un método de enseñanza
que potencia la progresión del pensamiento
crítico al conectar los contenidos académicos
con la solución de problemas reales. Según
Thomas (2021), el ABP promueve la
autonomía, la colaboración y una asimilación
real del conocimiento, dando la oportunidad a
los estudiantes de organizar, planificar, ejecutar
y evaluar proyectos con un propósito real. De
manera similar, investigaciones recientes
destacan que el ABP fortalece dimensiones
clave como la motivación, organización e
interacción en el aula, aspectos que influyen en
el avance del fortalecimiento del pensamiento
crítico (Zambrano et al., 2022). No obstante, a
pesar de la evidencia científica que respalda este
enfoque, la educación básica en muchos países
continúa anclada a métodos tradicionales que se
enfocan en memorizar y repetir de manera
mecánica el contenido García & Molina (2020).
Así, el problema se manifiesta a nivel global
existe una disparidad significativa entre lo que
enseñan las escuelas y lo que demanda la
sociedad actual. Por ello, es esencial
implementar de forma sistemática el ABP
(variable independiente), ya que esta táctica
fomenta el pensamiento crítico (variable
dependiente) y prepara a los alumnos para
enfrentar con éxito los desafíos del siglo XXI.
Según PISA (2019; como se cita en Quispe,
2021), manifiesta que, en Ecuador, los
resultados fueron inferiores al promedio de la
OCDE. López et al., (2021), nos menciona que
las pruebas se estimaron en un total de 1000
puntos en la cual los estudiantes obtuvieron un
promedio de 377 puntos en Matemáticas, lo
cual evidencia dificultad en la falta de habilidad
para resolver problemas y la carencia de
razonamiento lógico. En cuanto a lectura, los
estudiantes alcanzaron un puntaje promedio de
409, lo que corresponde al nivel 2, lo que indica
que los alumnos sólo ejecutan procesos básicos
de comprensión lectora. Por último, según
PISA, en Ciencias el promedio fue de 399
puntos. De esta forma, Castillo (2022),
reconoce que los estudiantes enfrentan diversas
dificultades en su proceso de aprendizaje,
cuando se prioriza principalmente la
presentación y memorización de los contenidos
curriculares, dejando en segundo plano el
fortalecimiento adecuado de sus competencias
cognitivas. En este sentido Brito (2024),
refuerza el argumento, pues señala, que el
desarrollo en las aulas es limitado debido al
predominio de metodologías tradicionales
basadas en la memorización, lo que restringe las
oportunidades para la reflexión y el debate
estructurado.
Ante este escenario, es inapelable implementar
proyectos que demanden la utilización de
estrategias didácticas o pedagógicas para
generar conocimientos, de esta manera es
fundamental cultivar competencias que
impulsen la investigación, el análisis, la
creatividad y la reflexión en cualquier contexto.
Vallejo (2021) destaca que el ABP es una
estrategia pedagógica que el profesor puede
emplear para motivar a los estudiantes. Consiste
en plantear un problema desafiante que impulse
a los alumnos a asumir la responsabilidad de
participar en su resolución. En efecto, Barrera
(2022), indica que al aplicar el ABP se observa
una mejora notable, en las habilidades
cognitivas superiores, la autoeficacia, el trabajo
en equipo y las competencias comunicativas,
además se percibe mejores resultados en
matemáticas y lectura en comparación con
aquellos que siguen los métodos tradicionales.
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En la actualidad, la educación básica enfrenta el
desafío de formar estudiantes capaces de
razonar de manera crítica ante la información y
los contextos que se presentan en su día a día.
No obstante, en el colegio técnico Laurel del
cantón Daule se observa que gran parte de los
estudiantes del octavo año presentan
limitaciones en su capacidad de analizar, inferir
y argumentar con claridad. Estas dificultades se
evidencian en la escasa participación reflexiva
en clases, la tendencia a memorizar contenidos
sin cuestionarlos y la dificultad para resolver
problemas prácticos de manera autónoma.
Concebido como la capacidad para interpretar,
examinar y valorar la información de manera
imparcial, el pensamiento crítico representa una
competencia fundamental dentro del proceso
educativo. Sin embargo, en la práctica docente
aún prevalecen enfoques tradicionales basados
en la simple transmisión de conocimientos, lo
que restringe la posibilidad de que los
estudiantes desarrollen procesos cognitivos de
orden superior. Ante esta problemática, el ABP
constituye una metodología educativa
innovadora, dado que estimula la indagación y
facilita la colaboración y ayuda a resolver
situaciones de la vida real dentro del ámbito
escolar. No obstante, en el contexto local aún no
se tiene claridad sobre el grado en que la
implementación de esta metodología puede
incidir en el fortalecimiento del pensamiento
crítico en los alumnos de octavo año de EGB.
Por tanto, resulta necesario indagar en la
influencia del ABP en el desarrollo del
pensamiento crítico en los alumnos de octavo
año de EGB del colegio Laurel, con la finalidad
de proponer estrategias de aprendizajes óptimas
que permitan fortalecer la autonomía intelectual
y puedan resolver problemas académicos y
cotidianos de forma consciente y responsable.
De este modo, el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABP), se considera una cnica
educativa que posibilita a los alumnos obtener
aprendizajes y desarrollar capacidades
mediante la solución de retos importantes o
problemas reales. Según López et al. (2021),
esta metodología promueve la indagación,
generación de ideas y la capacidad reflexiva,
incentivando un aprendizaje activo y
significativo, el docente actúa como facilitador,
planteando problemas motivadores que
fomentan la participación del estudiante y su
compromiso con la solución. Por tanto, se
muestra como un instrumento útil para
impulsar el aprendizaje y sobrepasar las
insuficiencias de la educación contemporánea.
A su vez, Martínez y Ledezma (2023), indican
que el ABP es una estrategia educativa que
autoriza a los profesores de distintas
asignaturas a colaborar para que los alumnos
empleen conocimientos de varias disciplinas en
un solo proyecto. Es útil especialmente en las
ciencias experimentales, porque asiste a los
alumnos para que puedan identificar y tratar los
problemas de la vida real de forma integral.
Para Zambrano y Mendoza (2022), es un
método pedagógico que tiene al estudiante
como eje central y en el cual se crea y
desarrolla un proyecto genuino y relevante para
investigar y resolver problemas reales.
El modelo teórico según lo establecido por
Estupiñán et al. (2022), asocia tres dimensiones
que tienen un impacto directo en el grado de
aprendizaje del alumno: la organización, la
colaboración-interacción y la motivación. En la
motivación se suscita un mayor interés y
participación de los alumnos. al enfrentar
problemas reales que requieren soluciones
prácticas. La organización, mediante la
planificación y estructuración de proyectos
fomentan habilidades de gestión del tiempo y
recursos. Es así como los estudiantes aprenden
a establecer objetivos, asignar tareas y
coordinar esfuerzos, mediante la interacción y
el trabajo en equipo entre alumnos que fomenta
el intercambio de pensamientos, la mejora de
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habilidades sociales y la creación cooperativa
de conocimiento. De acuerdo con Santander
(2022), la motivación se define como un
proceso inicial que permite entender la forma
en que los individuos generan interés, enfocan
su atención y orientan sus acciones hacia el
logro de metas pertinentes. Asimismo, se puede
sostener que la motivación es el fundamento
que estimula al ser humano y permite que se
altere el comportamiento personal, social y
académico.
De la misma manera, la organización se
interpreta como un sistema de comunicación y
de relación dentro de un conjunto. Gambino
(2020), este diseño puede entenderse como una
red de conexiones establecidas entre los
distintos individuos y colectivos que lo
conforman, dentro de la cual interactúan,
comparten e intercambian información, ideas,
valores y emociones de múltiples maneras.
Desde su perspectiva, Barrios (2021), menciona
que las interacciones son situaciones que
pueden ser inconscientes o conscientes, y a la
vez superficiales o profundas, que se generan en
la sociedad. Estas ocurren en cualquier
situación donde un grupo de individuos
participa en un diálogo mutuo y continuo. Para
complementar lo dicho, el psicólogo y
pedagogo Jerome Bruner (1961), en su Teoría
del Aprendizaje por Descubrimiento plantea
que el objetivo esencial del aprendizaje no es la
simple memorización de información, sino que
el alumno adquiera la habilidad de descubrir el
conocimiento por mismo. Para Bruner, la
enseñanza debe enfocarse en que el alumno
participe activamente en estructurar y organizar
el saber.
Para ello, Rodríguez y Gordon (2020)
mencionan que esta perspectiva es la base del
ABP, metodología en la cual el papel del
estudiante se transforma significativamente, el
proyecto inicia con una pregunta motivadora o
un reto, conocido como la "pregunta guía", en
lugar de comenzar con la entrega directa del
contenido por parte del docente. Esto lleva al
alumno a adoptar la postura de investigador, al
buscar, seleccionar, organizar y analizar
información. Cabe añadir que, Vygotsky
(1978), en su teoría sociocultural del desarrollo,
menciona que el desarrollo cognitivo y la
enseñanza se edifica mediante la interacción y
el contexto cultural, en el cual los estudiantes
crean conocimiento de manera más significativa
al colaborar en conjunto con sus compañeros y
docentes. En este contexto adicionalmente,
aparece la Zona de Desarrollo Próximo, que se
define como el espacio entre lo que son capaces
de realizar y aquello que aún no pueden hacer
por mismos, lo cual demuestra que el
aprendizaje emerge primero en lo social y
posteriormente interiorizarse en lo particular.
Desde esta óptica, Giler (2023) entiende que el
ABP favorece la colaboración, la discusión de
ideas y el desarrollo del conocimiento,
promoviendo un aprendizaje activo y situado en
contextos reales. Esta metodología no solo
promueve la cooperación y participación de los
alumnos, además de potenciar competencias
indispensables que incluyen enfrentar
problemas, expresarse con eficacia y ejercer un
juicio crítico.
Además, Dewey (1938), en su Teoría del
aprendizaje experiencial, sostiene que el
aprendizaje efectivo ocurre a través de la
experiencia y la reflexión sobre situaciones
reales, enfatizando que la educación no debe
limitarse a la memorización de contenidos, sino
que debe involucrar activamente al estudiante
en su propio proceso de aprendizaje. Como
menciona Giler (2023), esta teoría se concreta
cuando los alumnos se enfrentan a problemas
auténticos que requieren la aplicación de
conocimientos previos y la búsqueda de
soluciones prácticas. Este enfoque no solo
fomenta el desarrollo de la autonomía, el
razonamiento crítico y la capacidad analítica,
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sino que además posibilita que los alumnos
vinculen la teoría con la práctica y entiendan lo
importante que es lo aprendido en contextos
específicos. De la misma manera, Benavides &
Ruíz (2022), manifiesta que el pensamiento
crítico en la enseñanza es la capacidad del
estudiante para examinar, valorar y organizar el
informe de manera objetiva para crear su propio
juicio. Más que recordar datos, es una habilidad
que les permite cuestionar, repensar y tomar
decisiones conscientes. Por su parte, Sánchez
(2024), es una competencia esencial que
permite analizar situaciones y elegir alternativas
fundamentadas en diferentes escenarios. Esta
capacidad no solo abarca el razonamiento y
resolver dificultades, sino también la reflexión
sobre las creencias y valores personales,
considerando múltiples perspectivas antes de
arribar a conclusiones sólidas.
Promover el pensamiento crítico en la
educación resulta esencial para preparar a los
estudiantes, no solo en su futuro desempeño
laboral, sino también en su rol como actores
activos dentro de la vida social. De acuerdo con,
Vendrell & Rodríguez (2020), el pensamiento
crítico puede concebirse como un compendio de
destrezas cognitivas entre ellas la
interpretación, el análisis, la evaluación, la
inferencia y la explicación acompañado de
actitudes reflexivas que hacen posible juzgar
evidencias y argumentos con rigor. Su modelo
teórico según Ennis; (citado por Bezanilla
2020), es un procedimiento cognitivo que reúne
destrezas y capacidades, que se consolida en
tres dimensiones principales, estructuradas en
dimensiones lógica, criterial y pragmática. La
dimensión lógica se centra en la capacidad de
juzgar, relacionar conceptos y analizar
enunciados de manera coherente. La criterial
implica la utilización de opiniones, criterios y
estándares para evaluar información y emitir
juicios fundamentados. Por su parte, la
dimensión pragmática se enfoca en la habilidad
de interpretar valoraciones y emitir decisiones
fundamentadas, con el fin de transferir los
aprendizajes adquiridos a situaciones prácticas,
favoreciendo de esta manera la generación de
transformaciones y mejoras en el entorno.
Como señala Escandell (2021), la pragmática
se trata del análisis del lenguaje en los procesos
comunicativos, centrado en cómo el contexto,
intención del hablante y el conocimiento
compartido influyen en la interpretación de los
enunciados. Sumado a esto, Quito et al. (2022),
señala que la dimensión lógica se caracteriza
por la claridad, la organización y la
sistematización, lo que implica que todo
proceso de pensamiento crítico posea una
estructura mental que puede ser analizada de
manera ordenada, se sustentan en la razón y en
el juicio. Asimismo, Pañuela (2024), destaca
que la dimensión criterial se relaciona con el
uso de parámetros y referentes específicos
destinados a valorar la calidad tanto de los
procesos de razonamiento como de las
conclusiones que de ellos se derivan. El ser
humano cuenta con la facultad de examinar y
reflexionar sobre la realidad para interpretarla
y comprenderla de manera objetiva. Este tipo
de procesamiento mental se apoya en la
experiencia, la observación y el conocimiento
adquirido. Para fundamentar, la teoría del
procesamiento de la información de (Atkinson
y Shiffrin, 1968), sostiene que el pensamiento
crítico no se trata únicamente de acumular
información, sino de poseer la habilidad de
procesar, examinar críticamente y evaluarla de
manera consciente y efectiva. Desde esta
perspectiva, las personas deben discernir y
conservar lo relevante, detectar posibles
errores o sesgos, y aplicar lo aprendido para
tomar decisiones fundamentadas y
responsables.
De tal manera, Ortiz (2024) señala que el
desarrollo del pensamiento crítico permite a los
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estudiantes asumir un rol activo en su
aprendizaje, promoviendo la reflexión sobre
sus propias ideas, la apertura a diferentes
perspectivas y la resolución independiente de
problemas. En su propuesta de la teoría de la
metacognición Flavell (1979), menciona que el
pensamiento crítico está estrechamente
relacionado con la conciencia y la regulación
de los propios procesos mentales, lo cual
posibilita que las personas reflexionen de
manera intencional sobre sus ideas y
decisiones. Esto supone la habilidad de detectar
sesgos, reconocer limitaciones y ajustar las
estrategias cognitivas con el fin de optimizar la
asimilación de contenidos y el abordaje de
problemas con mejores resultados. Por su
parte, Caraballo (2024), plantea que, en el
ámbito educativo, desarrollar esta habilidad
posibilita que los estudiantes adopten una
participación proactiva en su proceso de
aprendizaje, analicen críticamente los
supuestos, valoren distintos enfoques y
generen conocimientos fundamentados en
evidencia confiable. De igual forma, el
pensamiento crítico fomenta la autonomía,
refuerza la responsabilidad personal y estimula
la creatividad, capacitando a las personas para
abordar desafíos complejos en diversos
contextos, tanto académicos como sociales y
laborales. Por lo tanto, se convierte en una
competencia esencial para formar personas
reflexivas, analíticas y capaces de tomar
decisiones fundamentadas.
En concordancia, Ausubel (1968), en su teoría
del aprendizaje significativo señala que el
pensamiento crítico se fortalece cuando los
estudiantes logran conectar la información
recién adquirida con sus conocimientos previos
de manera significativa. Esto evita que el
aprendizaje sea únicamente memorístico y
promueve una comprensión auténtica. Según
Roa (2021), desde una perspectiva pedagógica,
este enfoque incentiva la participación activa
de los alumnos en su propio proceso de
aprendizaje, fomentando la reflexión y la
construcción autónoma del conocimiento. Las
teorías revisadas coinciden en que el
aprendizaje se fortalece cuando el alumno
participa activamente en su proceso, reflexiona
sobre sus ideas y las relaciona con experiencias
previas. Con el propósito de desarrollar el
pensamiento crítico en los estudiantes, se
implementa el (ABP) como estrategia, que de
una u otra manera entrena a los estudiantes para
convertirlos en ciudadanos activos, capaces de
interrogar, investigar y sugerir respuestas a los
retos que enfrenta su comunidad. Con ello se
consigue que los individuos sean proactivos y
responsables al desarrollar su pensamiento
crítico, de manera que puedan contribuir
positivamente a la sociedad y adaptarse a sus
constantes cambios. Como menciona Cyrulies
y Schamne (2021), táctica pedagógica, que
permite que los sujetos implicados encaren un
problema de manera conjunta, incorporando
diversas áreas de conocimiento. Tiene una
perspectiva centrada en el estudiante, aunque
necesita de una participación significativa del
maestro. Así, los estudiantes asumen el control
de su proceso de aprendizaje mientras que los
docentes actúan como orientadores y como
facilitadores de recursos. Además, el enfoque
fomenta que el alumnado aprenda socialmente,
dándoles más oportunidades en cuanto a las
habilidades comunicativas del siglo XXI.
Además Delgado (2025), menciona que
promueve la investigación, el análisis profundo
y la reflexión sobre situaciones reales, lo cual
favorece una comprensión global y profunda
de los contenidos. Desde una perspectiva
pedagógica, Delgado (2025) indica que la
incorporación del proyecto en el currículo
proporciona la oportunidad de aprender a
pensar de manera crítica y reflexiva,
conectando teoría y práctica, y preparándolos
para enfrentar los retos del siglo XXI con juicio
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analítico, ética y proactividad. Por estas
razones, su aplicación se considera un recurso
pedagógico valioso para formar individuos con
la capacidad de decidir con criterio, solucionar
retos difíciles y actuar con pleno conocimiento
y responsabilidad. Orientado a fortalecer el
pensamiento crítico en los alumnos de octavo
año de EGB del Colegio Técnico “Laurel”. La
aplicación del ABP en este contexto no solo
ofrecerá a los docentes una alternativa
pedagógica frente a los métodos tradicionales
de enseñanza, sino que también les brindará
herramientas concretas para diseñar
actividades significativas. En la práctica
educativa, los docentes podrán transformar sus
clases en espacios dinámicos donde los
alumnos asuman un rol activo en su propio
aprendizaje, elaboren saberes vinculados a
experiencias significativas y consoliden
competencias fundamentales para su desarrollo
integral.
De esta manera, Santander y Schreiber (2022),
mencionan que la motivación constituye un
elemento fundamental en el desarrollo
formativo del estudiante, En este sentido, el
ABP deja de ser únicamente un método para
cumplir metas académicas y se convierte en
una estrategia que impulsa la autonomía y la
capacidad crítica del estudiantado. Así, el
estudio pretende aportar orientaciones
prácticas que contribuyan a superar las
limitaciones del aprendizaje memorístico y
repetitivo, impulsando en su lugar un enfoque
destinado a preparar a los alumnos para
afrontar los retos académicos, comunitarios y
personales de su realidad inmediata y futura.
La pertinencia de este análisis se fundamenta
en que responde a una de las necesidades más
urgentes del sistema educativo: formar
alumnos con capacidades críticas y reflexivas
que les motive a desenvolverse en una sociedad
cambiante y exigente. Favorecer el
pensamiento crítico en los alumnos de EGB
constituye una prioridad, no solo para asegurar
una educación de calidad, sino también para
impulsar la construcción de ciudadanos
responsables, participativos y capaces de tomar
decisiones fundamentadas.
Lo que contribuye significativamente al
fortalecimiento de la calidad formativa y a la
transformación de las prácticas educativas
tradicionales. En el caso particular del Colegio
Técnico “Laurel”, la investigación busca
generar un diagnóstico y una propuesta que
aportará beneficios tanto a su comunidad
educativa como a otras instituciones que
enfrentan problemáticas similares, ya que los
resultados podrán convertirse en un referente
para optimizar la práctica docente en diversos
contextos. De esta forma, la investigación no
solo tiene relevancia académica, sino también
social y comunitaria, pues ofrece un aporte que
trasciende el aula, contribuyendo a la
construcción de un modelo educativo orientado
a preparar estudiantes capaces de enfrentar con
espíritu crítico y reflexivo los desafíos del
mundo actual. En este contexto, surge la
necesidad de responder a la siguiente
interrogante: ¿Cómo influye el aprendizaje
basado en proyectos en el desarrollo del
pensamiento crítico en estudiantes de 8vo año
de educación básica del colegio “Laurel”,
Daule 2025? El objetivo general de este estudio
es. Determinar la influencia del aprendizaje
basado en proyectos en el desarrollo del
pensamiento crítico en estudiantes de 8vo año
de educación básica del colegio “Laurel”,
Daule 2025. Para alcanzar este propósito, se
plantean objetivos específicos que permiten un
análisis detallado del fenómeno. Entre ellos se
encuentra, analizar la influencia de la
motivación en el fortalecimiento del
componente pragmático dentro de la unidad de
análisis, determinar la incidencia de la
organización en el desarrollo lógico de los
alumnos en la unidad educativa y examinar la
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repercusión de la interacción sobre el
desempeño criterial de los estudiantes.
Materiales y métodos
El presente estudio, es de tipo sica, con
enfoque cuantitativo de alcance descriptivo, la
técnica empleada fue la encuesta. El
instrumento utilizado consistió en un
cuestionario de 30 ítems, elaborado mediante la
plataforma Google Forms, las respuestas se
registraron utilizando una escala ordinal con las
opciones siempre (1), a veces (2) y nunca (3).
En esta escala, "siempre" representa un nivel
alto (75-100%), "a veces" un nivel medio (50-
74%) y "nunca" un nivel bajo (0-49%). Se
trabajó con 20 estudiantes de octavo año. La
muestra fue no probabilística por conveniencia,
seleccionando a quienes asistían regularmente y
contaban con el consentimiento de sus
representantes. El procesamiento de los datos se
realizó mediante estadística descriptiva lo que
permitió evaluar, analizar de manera clara y
detallada los datos recopilados. En toda
investigación educativa es fundamental respetar
principios éticos que garanticen la protección de
los participantes y la transparencia del estudio.
Tomando como referencia diversos autores,
según González y Ramírez (2021), destacan el
consentimiento informado, la privacidad y
anonimato de los datos. Por su parte Morales et
al. (2020), y Salazar & Pineda, (2022),
mencionan a la beneficencia al procurar
beneficios académicos y minimizar riesgos.
Además Castillo y Herrera (2021), sostienen la
honestidad e integridad científica, y Torres &
Martínez (2019), la equidad en la selección de
la muestra de modo que todos los estudiantes
tengan las mismas oportunidades de
participación. Sumado a estos autores Salazar &
Pineda (2022), señala que es importante
minimizar riesgos para la integridad física,
emocional y académica de los estudiantes. El
cumplimiento de estos principios no solo
fortalece la validez de la investigación, sino que
también expresa un compromiso ético con la
comunidad educativa y con la construcción de
conocimiento responsable.
Resultados y Discusión
De acuerdo a los resultados obtenidos,
considerando a la escala de Likert ordinal en sus
respectivos rangos siempre (75-100); a veces
(50-74); nunca (0-49). La Tabla 1 indica que el
47.8% de los estudiantes seleccionaron la
opción "Siempre" en los ítems relacionados con
la motivación y el interés por aprender. Este
dato se sustenta en percepciones específicas
como que las actividades de clase les resultan
interesantes y divertidas, y que desean aprender
más sobre los temas trabajados. lo que
demuestra la persistencia y esfuerzo en cada
actividad, además de que buscan información
en libros, internet o preguntan al profesor si
presenta dificultades. De la misma manera, se
revela una notable capacidad pragmática por
parte de los estudiantes en la resolución de
problemas prácticos. El alumnado evidencia
una transferencia efectiva del conocimiento al
poner en práctica lo aprendido en clases para
resolver problemas cotidianos y al mostrar una
disposición proactiva al buscar soluciones ante
los desafíos. Respecto a la toma de decisiones,
los datos confirman un proceso reflexivo: los
estudiantes recuerdan y utilizan ejemplos de
clase como referencia fundamental para tomar
una decisión. Además, se observa que piensan
antes de decidir cuál es la mejor solución ante
un problema. Mientras que el 32,78 % de los
participantes se sitúa en el rango de a veces y el
19,44 % en el de nunca, acumulando un total de
52,22 %, un porcentaje medio alto, los
resultados indican que, aunque el 47,8 %
corresponde al rango de siempre. Este escenario
resalta la necesidad de fortalecer las estrategias
pedagógicas para incrementar la motivación
intrínseca y las habilidades pragmáticas en la
aplicación práctica del conocimiento en los
educandos.
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Tabla 1. Resultados obtenidos de la Incidencia
de la motivación en el fortalecimiento del
componente pragmático dentro de la unidad de
análisis.
Ítem
N.
n.
Siempre
(alto)
n.
A veces
(medio)
n.
1
20
11
55 %
6
30%
3
2
20
9
45%
8
40%
3
3
20
9
45%
7
35%
4
4
20
10
50%
6
30%
4
5
20
10
50%
7
35%
3
16
20
8
40%
5
25%
7
17
20
10
50%
7
35%
3
18
20
9
45%
6
30%
5
19
20
10
50%
7
35%
3
TOTAL
47. 8%
T.
32.78%
T.
Nota. Escala ordinal para determinar el nivel de logro.
“siempre" nivel alto (75-100%), "a veces" medio (50-
74%) y "nunca" bajo (0-49%).
De acuerdo con Dewey (1938), la motivación se
potencia cuando el estudiante se involucra
activamente en experiencias prácticas y
significativas, lo que facilita la reflexión y una
comprensión profunda del aprendizaje. Este
enfoque resalta que la motivación intrínseca
surge al enfrentar retos reales con sentido
personal, promoviendo un aprendizaje
comprometido y crítico. En concordancia,
Santander (2022) define la motivación como un
proceso inicial que explica cómo los individuos
generan interés, enfocan su atención y orientan
sus acciones hacia el logro de metas pertinentes.
Por otra parte, la Teoría del Aprendizaje
Significativo de Ausubel (1968) sostiene que el
conocimiento debe conectarse con estructuras
cognitivas previas y ser aplicable a contextos
concretos para ser verdaderamente asimilado y
utilizado. Esto refuerza la dimensión
pragmática al enfatizar que la comprensión
crítica del conocimiento debe traducirse en su
aplicación práctica, facilitando la solución de
problemas y la toma de decisiones
fundamentadas. Así mismo, Escandell (2021),
señala que la pragmática es esencial para que los
estudiantes puedan interpretar y analizar
críticamente la información según su contexto y
finalidad, lo cual fortalece la capacidad de
aplicar el pensamiento crítico de manera
funcional y efectiva en distintos escenarios.
Tabla 2. Resultados obtenidos, incidencia de la
organización en el desarrollo lógico de los
estudiantes en la unidad educativa
Ítem
N.
n.
Siempre
(alto)
n.
A veces
(medio)
n.
Nunca
(bajo)
6
20
8
40%
7
35%
5
25%
7
20
11
55%
6
30%
3
15%
8
20
10
50%
3
15%
7
35%
9
20
8
40%
6
30%
6
30%
20
20
9
45%
4
20%
7
35%
21
20
9
45%
6
30%
5
25%
22
20
8
40%
9
45%
3
15%
23
20
7
35%
6
30%
7
35%
24
20
9
45%
6
30%
5
25%
TOTAL
43.89%
T.
29.44%
T.
26.67%
Nota. Escala ordinal para determinar el nivel de
logro.“siempre" nivel alto (75-100%), "a veces" medio (50-
74%) y "nunca" bajo (0-49%).
De acuerdo con la Tabla 2, luego de la
aplicabilidad instrumental a la unidad de
análisis, se evidencia que el 43,89% de los
estudiantes presenta un nivel alto, lo cual
demuestra que gran parte de los alumnos logra
organizar sus actividades académicas con
autonomía y mantiene una estructura adecuada
en el desarrollo de tareas y proyectos. Por otra
parte, el 29,44% de los estudiantes se ubica en
un nivel medio, evidenciando que, aunque
presentan habilidades organizativas, aún
requieren acompañamiento docente para
fortalecer la secuenciación de ideas y la
conexión coherente entre los contenidos.
Finalmente, el 26,67% manifiesta un nivel bajo,
lo que refleja que algunos alumnos tienen
dificultades para estructurar sus tareas,
organizar sus tiempos y relacionar de manera
lógica la información obtenida durante el
desarrollo de los proyectos, acumulando un
total de 56,11 %, que necesita apoyo adicional.
Estos resultados confirman que la organización
actúa como un componente esencial del
pensamiento crítico, ya que permite al
estudiante planificar, jerarquizar y argumentar
con coherencia. Según Gambino (2020), la
organización se concibe como un sistema de
relaciones que orienta las acciones hacia un
propósito común, generando un ambiente
estructurado que facilita el aprendizaje
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significativo. En este sentido, Quito et al.
(2022) señalan que la dimensión lógica se
caracteriza por la claridad, la organización y la
sistematización, lo que implica que todo
proceso de pensamiento crítico posea una
estructura mental ordenada y sustentada en la
razón y el juicio. De acuerdo con la Teoría del
Aprendizaje por Descubrimiento de Bruner
(1961), el alumno construye conocimiento de
forma activa al estructurar y organizar el saber,
fortaleciendo así sus procesos lógicos y
analíticos. De igual manera, la Teoría del
Procesamiento de la Información de Atkinson y
Shiffrin (1968) sostiene que el pensamiento
lógico implica la capacidad de analizar,
relacionar y retener información relevante, lo
cual se potencia mediante la organización
adecuada de las ideas y contenidos.
Tabla 3. Resultados obtenidos, repercusión de
la interacción sobre el desempeño criterial.
Ítem
N.
n.
Siempre
(alto)
n.
A veces
(medio)
n.
Nunca
(bajo)
10
20
11
55%
6
30%
3
15%
11
20
10
50%
6
30%
4
20%
12
20
9
45%
4
20%
7
35%
13
20
11
55%
5
25%
4
20%
14
20
11
55%
6
30%
3
15%
15
20
7
35%
8
40%
5
25%
25
20
11
55%
5
25%
4
20%
26
20
8
40%
10
50%
2
10%
27
20
8
40%
6
30%
6
30%
28
20
10
50%
7
35%
3
15%
29
20
8
40%
9
45%
3
15%
30
20
8
40%
7
35%
5
25
TOTAL
46.67%
T.
32.92%
T.
20.45%
Nota. Escala ordinal para determinar el nivel de
logro.“siempre" nivel alto (75-100%), "a veces" medio (50-
74%) y "nunca" bajo (0-49%).
De acuerdo con la Tabla 3, los resultados
muestran que casi la mitad de los estudiantes
con un total de 46,67% alcanza un nivel alto, lo
que indica que la interacción entre pares y con
el docente favorece el desarrollo de criterios
propios y la capacidad de argumentar con
fundamentos sólidos. El 32,92% se ubica en un
nivel medio, evidenciando que existe
participación e intercambio de ideas, aunque en
algunos casos la argumentación aún carece de
profundidad o respaldo teórico. Finalmente, el
20,45% presenta un nivel bajo, lo que refleja
que una parte de los estudiantes mantiene una
participación limitada, mostrando dificultad
para expresar opiniones propias o formular
juicios fundamentados en evidencia,
acumulando un total de 53,34 %, que necesita
asistencia complementaria. Estos hallazgos
confirman que la interacción es un factor
determinante en la construcción del
conocimiento y en el desarrollo del criterio
analítico. Según Barrios (2021), las
interacciones, ya sean verbales o no verbales,
constituyen un proceso social que impulsa el
aprendizaje colaborativo, permitiendo el
intercambio continuo de ideas y reflexiones.
Pañuela (2024) destaca que la dimensión
criterial se relaciona con el uso de parámetros y
referentes específicos destinados a valorar la
calidad de los razonamientos y las conclusiones
que de ellos se derivan; dentro de la
comprensión lectora, se manifiesta en la
habilidad de formular juicios críticos, comparar
argumentos, identificar propósitos
comunicativos y determinar la credibilidad de
las fuentes. La Teoría Sociocultural de
Vygotsky (1978), respalda esta relación al
señalar que el conocimiento surge en un
contexto social y que el aprendizaje se
construye mediante la interacción y el lenguaje.
De igual forma, la Teoría de la Metacognición
de Flavell (1979) sostiene que el intercambio
comunicativo estimula la reflexión sobre el
propio pensamiento, promoviendo la
autorregulación y la crítica constructiva. En este
sentido, el ABP fomenta entornos de trabajo en
grupo donde el estudiante aprende a escuchar,
argumentar y defender sus ideas con base en
criterios objetivos, fortaleciendo así su
capacidad reflexiva. Se concluye que la
interacción incide de manera significativa en el
desarrollo criterial, promoviendo la autonomía
intelectual y la construcción colaborativa del
conocimiento. De acuerdo con los resultados
obtenidos, y tomando en cuenta la escala de
Likert ordinal, se consideraron los siguientes
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rangos de valoración: siempre (75-100), a veces
(50-74) y nunca (0-49).
Tabla 4. Resultados obtenidos, de la influencia
del aprendizaje basado en proyectos en el
desarrollo del pensamiento crítico en la unidad
de análisis, Daule 2025.
Ítem
N.
n.
Siempre
(alto)
n.
A veces
(medio)
n.
Nunca
(bajo)
1
20
11
55%
6
30%
3
15%
2
20
9
45%
8
40%
3
15%
3
20
9
45%
7
35%
4
20%
4
20
10
50%
6
30%
4
20%
5
20
10
50%
7
35%
3
15%
6
20
8
40%
7
35%
5
25%
7
20
11
55%
6
30%
3
15%
8
20
10
50%
3
15%
7
35%
9
20
8
40%
6
30%
6
30%
10
20
11
55%
6
30%
3
15%
11
20
10
50%
6
30%
4
20%
12
20
9
45%
4
20%
7
35%
13
20
11
55%
5
25%
4
20%
14
20
11
55%
6
30%
3
15%
15
20
7
35%
8
40%
5
25%
16
20
8
40%
5
25%
7
35%
17
20
10
50%
7
35%
3
15%
18
20
9
45%
6
30%
5
25%
19
20
10
50%
7
35%
3
15%
20
20
9
45%
4
20%
7
35%
21
20
9
45%
6
30%
5
25%
22
20
8
40%
9
45%
3
15%
23
20
7
35%
6
30%
7
35%
24
20
9
45%
6
30%
5
25%
25
20
11
55%
5
25%
4
20%
26
20
8
40%
10
50%
2
10%
27
20
8
40%
6
30%
6
30%
28
20
10
50%
7
35%
3
15%
29
20
8
40%
9
45%
3
15%
30
20
8
40%
7
35%
5
25%
TOTAL
46.17%
T.
31.83%
T.
22%
Nota. Escala ordinal para determinar el nivel de
logro.“siempre" nivel alto (75-100%), "a veces" medio (50-
74%) y "nunca" bajo (0-49%).
La tabla 4 muestra que el 46.17 % de los
estudiantes respondieron "siempre", reflejando
un nivel alto de adopción de prácticas
vinculadas al ABP y desarrollo del pensamiento
crítico. Estos datos revelan que la variable
independiente, el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABP), tiene una influencia
significativa en el desarrollo del pensamiento
crítico en estudiantes de 8vo año de educación
básica del colegio "Laurel". Las dimensiones
del ABP evaluadas incluyen motivación,
organización e interacción, mientras que la
variable dependiente el pensamiento crítico, se
analiza en sus dimensiones pragmática, lógica y
criterial. En tanto, se observa un 31,83% se sitúa
en el rango de a veces y un 22% en el nunca,
acumulando un total de 53,83 % que muestran
dificultades y necesitan ayuda adicional. De
esta manera, aunque el 46,17 % de los
estudiantes se ubica en el rango de “siempre”,
lo que refleja una tendencia positiva, se
sugieren áreas de mejora para alcanzar un
compromiso más uniforme y profundo entre
todos los estudiantes. Según los resultados
obtenidos el ABP se consolida como una
estrategia pedagógica efectiva que promueve la
motivación, organización e interacción. De tal
manera, Jerome Bruner (1961), en su teoría del
aprendizaje por descubrimiento, plantea que el
estudiante debe asumir un rol activo en la
construcción del conocimiento, participando en
procesos de búsqueda, organización y
evaluación de la información. Este enfoque
fomenta la autonomía intelectual y la curiosidad
cognitiva, pilares esenciales del Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP), donde el
conocimiento se construye a partir de la
exploración y la resolución de situaciones
significativas. Asimismo, esta perspectiva se
complementa con la teoría sociocultural de
Vygotsky (1978), que enfatiza la colaboración,
la interacción social y el aprendizaje situado en
contextos reales. Desde este punto de vista, el
aprendizaje se potencia mediante la zona de
desarrollo próximo, en la que el estudiante
avanza gracias al apoyo de sus pares y del
docente, quien actúa como mediador.
En conformidad, teorías como la del
procesamiento de la información Atkinson &
Shiffrin (1968), y la metacognición de (Flavell,
1979) expresan que el pensamiento crítico se
fortalece a través de la autorregulación y la
evaluación constante de los propios procesos
mentales, permitiendo que el estudiante sea
consciente de cómo aprende, analiza y toma
decisiones. Estas teorías destacan la
importancia de organizar, almacenar y
recuperar la información de manera consciente,
lo que facilita la conexión entre los nuevos
aprendizajes y los conocimientos previos. Este
proceso se ve reforzado por la teoría del
aprendizaje significativo de Ausubel (1968),
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Página 436
quien plantea que el aprendizaje adquiere
verdadero sentido cuando el individuo integra la
nueva información dentro de su estructura
cognitiva, generando comprensión profunda y
duradera. En conjunto, estas perspectivas
teóricas sustentan que el pensamiento crítico no
surge de manera espontánea, sino que se
construye activamente mediante la reflexión, la
autorregulación y la vinculación significativa
del conocimiento.
Conclusiones
Comprendemos que la motivación desempeña
un papel fundamental en el fortalecimiento del
componente pragmático, ya que impulsa a los
estudiantes a usar el lenguaje de manera más
consciente y significativa. Sin embargo, los
resultados también nos hacen reflexionar sobre
la existencia de diferencias en el nivel de
compromiso y entusiasmo entre los alumnos.
Como grupo, interpretamos que esto revela la
necesidad de replantear algunas estrategias
pedagógicas, buscando que sean más cercanas a
los intereses y realidades de cada estudiante.
Creemos que solo a través de actividades
dinámicas, participativas y emocionalmente
conectadas podremos lograr que la motivación
se traduzca en un aprendizaje verdaderamente
práctico y transformador. Al analizar los
resultados, comprendemos que la organización
institucional influye de manera significativa en
el desarrollo del pensamiento lógico de los
estudiantes. Sin embargo, también
reconocemos que esta influencia no se da de
forma uniforme en todos los casos. Aunque la
mayoría percibe que los factores organizativos
“siempre” favorecen el desarrollo lógico,
todavía hay un grupo importante que siente que
esto ocurre solo “a veces” o incluso “nunca”.
Como grupo, interpretamos que esta situación
refleja la necesidad de fortalecer la coherencia
y la constancia en las prácticas organizativas
dentro de la institución. Creemos que una
organización bien estructurada no solo facilita
los procesos académicos, sino que también
motiva y orienta a los estudiantes hacia un
pensamiento más lógico y crítico. Por ello,
consideramos fundamental seguir construyendo
espacios educativos más equitativos y
organizados, donde todos los alumnos puedan
desarrollar plenamente sus habilidades
cognitivas. Al concluir nuestra investigación,
logramos comprender que la interacción influye
de manera importante en el desempeño criterial
de los estudiantes. Los resultados muestran que
la mayoría percibe esta relación como positiva,
lo cual confirma que el trabajo colaborativo y el
intercambio constante de ideas fortalecen la
comprensión y la aplicación de criterios de
evaluación. Sin embargo, también notamos que
aún existen contextos donde estas prácticas no
se desarrollan plenamente, lo que limita su
verdadero alcance. Como grupo, interpretamos
que esto refleja la necesidad de crear entornos
educativos más participativos y comunicativos,
donde todos los estudiantes puedan expresarse,
recibir retroalimentación y aprender de manera
conjunta. Creemos que fortalecer la interacción
no solo mejora el desempeño académico, sino
que también fomenta una cultura de aprendizaje
más equitativa, reflexiva y comprometida con el
crecimiento colectivo.
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