Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 467
LAS COMPETENCIAS LINGÜÍSTICAS Y SU INFLUENCIA EN LA PARTICIPACIÓN
ACTIVA
LANGUAGE SKILLS AND THEIR INFLUENCE ON ACTIVE PARTICIPATION
Autores: ¹Brenda Bertha Tomalá Bernabé, ²Marjorie Esther Calderón Calderón, ³Sayda Yadira
Cuenca Guillin y 4Lissette Estefanía Arias Macías.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-2999-3251
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-6387-0099
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-8085-7388
4ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-5911-4059
¹E-mail de contacto: btomalab@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: mcalderonc6@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: scuencag@unemi.edu.ec
4E-mail de contacto: lariasm@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²*³*4*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 15 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 17 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 5 de Diciembre del 2025
¹Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4Doctorante en Educación, Universidad de Panamá, (Panamá).
Resumen
El objetivo del presente estudio fue determinar
la influencia de las competencias lingüísticas
en la participación activa de los estudiantes de
quinto año de Educación Básica “Jesús del
Gran Poder”, Guaranda. La investigación se
desarrolló bajo la metodología tipo básica, con
un diseño no experimental, porque no se
manipularon variables, se direccionó a un
enfoque cuantitativo a nivel descriptivo
mediante el método inductivo-deductivo; la
técnica utilizada fue la encuesta se aplicó
mediante un cuestionario estructurado
correspondiente a 30 preguntas cerradas
realizadas en base a las dimensiones planteadas
de acuerdo a las variables. La población estuvo
conformada por 80 estudiantes y la muestra
seleccionada fue de 15 participantes. Los
resultados analizados mediante estadísticas
descriptiva evidencian que el 43,3 % percibe
que estas competencias siempre favorecen a su
activa participación escolar, mientras que un
42.2% indica que a veces influyen, no obstante,
un 14,5% nunca impactan en su participación
activa áulica. Se concluye que mientras más se
fortalezcan y apliquen las competencias
lingüísticas mediante estrategias de manera
continua, mayores serán las oportunidades de
que los estudiantes se involucren activamente,
contribuyan en discusiones y construyan su
aprendizaje.
Palabras clave: Competencias Lingüísticas,
Participación, Habilidades, Confianza,
Aprendizaje.
Abstract
The objective of this study was to determine the
influence of language skills on the active
participation of fifth-year students of the "Jesús
del Gran Poder" Elementary School in
Guaranda. The research was conducted using a
basic methodology, with a non-experimental
design, as no variables were manipulated. It
was directed toward a quantitative approach at
the descriptive level using the inductive-
deductive method. The technique used was a
survey, administered through a structured
questionnaire corresponding to 30 closed
questions based on the dimensions posed
according to the variables. The population
consisted of 80 students, and the selected
sample was 15 participants. The results
analyzed through descriptive statistics show
that 43.3% perceive that these skills always
favor their active school participation, while
42.2% indicate that they sometimes influence
them; however, 14.5% never impact their
active classroom participation. It is concluded
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 467
LAS COMPETENCIAS LINGÜÍSTICAS Y SU INFLUENCIA EN LA PARTICIPACIÓN
ACTIVA
LANGUAGE SKILLS AND THEIR INFLUENCE ON ACTIVE PARTICIPATION
Autores: ¹Brenda Bertha Tomalá Bernabé, ²Marjorie Esther Calderón Calderón, ³Sayda Yadira
Cuenca Guillin y 4Lissette Estefanía Arias Macías.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-2999-3251
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-6387-0099
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-8085-7388
4ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-5911-4059
¹E-mail de contacto: btomalab@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: mcalderonc6@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: scuencag@unemi.edu.ec
4E-mail de contacto: lariasm@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²*³*4*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 15 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 17 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 5 de Diciembre del 2025
¹Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en Línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4Doctorante en Educación, Universidad de Panamá, (Panamá).
Resumen
El objetivo del presente estudio fue determinar
la influencia de las competencias lingüísticas
en la participación activa de los estudiantes de
quinto año de Educación Básica “Jesús del
Gran Poder”, Guaranda. La investigación se
desarrolló bajo la metodología tipo básica, con
un diseño no experimental, porque no se
manipularon variables, se direccionó a un
enfoque cuantitativo a nivel descriptivo
mediante el método inductivo-deductivo; la
técnica utilizada fue la encuesta se aplicó
mediante un cuestionario estructurado
correspondiente a 30 preguntas cerradas
realizadas en base a las dimensiones planteadas
de acuerdo a las variables. La población estuvo
conformada por 80 estudiantes y la muestra
seleccionada fue de 15 participantes. Los
resultados analizados mediante estadísticas
descriptiva evidencian que el 43,3 % percibe
que estas competencias siempre favorecen a su
activa participación escolar, mientras que un
42.2% indica que a veces influyen, no obstante,
un 14,5% nunca impactan en su participación
activa áulica. Se concluye que mientras más se
fortalezcan y apliquen las competencias
lingüísticas mediante estrategias de manera
continua, mayores serán las oportunidades de
que los estudiantes se involucren activamente,
contribuyan en discusiones y construyan su
aprendizaje.
Palabras clave: Competencias Lingüísticas,
Participación, Habilidades, Confianza,
Aprendizaje.
Abstract
The objective of this study was to determine the
influence of language skills on the active
participation of fifth-year students of the "Jesús
del Gran Poder" Elementary School in
Guaranda. The research was conducted using a
basic methodology, with a non-experimental
design, as no variables were manipulated. It
was directed toward a quantitative approach at
the descriptive level using the inductive-
deductive method. The technique used was a
survey, administered through a structured
questionnaire corresponding to 30 closed
questions based on the dimensions posed
according to the variables. The population
consisted of 80 students, and the selected
sample was 15 participants. The results
analyzed through descriptive statistics show
that 43.3% perceive that these skills always
favor their active school participation, while
42.2% indicate that they sometimes influence
them; however, 14.5% never impact their
active classroom participation. It is concluded
Ciencia y Educación
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that the more language skills are strengthened
and applied through ongoing strategies, the
greater the opportunities for students to
actively engage, contribute to discussions, and
build their learning.
Keywords: Language skills, Participation,
Skills, Confidence, Learning.
Sumário
O objetivo deste estudo foi determinar a
influência das competências linguísticas na
participação ativa dos alunos do quinto ano da
Escola Primária "Jesús del Gran Poder" de
Guaranda. A investigação foi realizada
utilizando uma metodologia básica, com um
desenho não experimental, uma vez que não
foram manipuladas variáveis. A abordagem foi
quantitativa, de nível descritivo, utilizando o
método indutivo-dedutivo. A técnica utilizada
foi o inquérito, administrado através de um
questionário estruturado correspondente a 30
questões fechadas, com base nas dimensões
propostas de acordo com as variáveis. A
população foi constituída por 80 alunos, sendo
que a amostra selecionada foi de 15
participantes. Os resultados, analisados através
de estatística descritiva, mostram que 43,3%
percebem que estas competências favorecem
sempre a sua participação escolar ativa,
enquanto 42,2% indicam que por vezes as
influenciam; no entanto, 14,5% nunca
impactam a sua participação ativa na sala de
aula. Conclui-se que quanto mais as
competências linguísticas forem fortalecidas e
aplicadas através de estratégias contínuas,
maiores serão as oportunidades para os alunos
se envolverem ativamente, contribuírem para
as discussões e construírem a sua
aprendizagem.
Palavras-chave: Competências linguísticas,
Participação, Competências, Confiança,
Aprendizagem.
Introducción
En un estudio realizado por Mohamedi y Rico
(2020), en Melilla, España, se evaluó la
comprensión lectora en 620 estudiantes de sexto
grado de educación primaria empleando una
metodología empírico-analítica de diseño
descriptivo ex-post-facto para evaluar las
competencias lectoras. La muestra consistió en
620 alumnos de 6.º curso de Educación Primaria
de diez centros en Melilla, España, a quienes se
les aplicó la prueba estandarizada ACL-6, la
cual mide procesos lectores (literal,
reorganizativo, inferencial y crítico) en
diferentes tipos de texto. Los datos numéricos y
estadísticos revelaron una insuficiencia crítica:
solo el 30% del alumnado superó el nivel de
comprensión esperado para su edad, implicando
que el 70% presenta rezago. Además, más del
50% de la muestra evidenció dificultades en
todos los procesos lectores, y el rendimiento, lo
que subraya la necesidad de intervención en las
habilidades de análisis y deducción en la
educación básica.
Mientras que, en Panamá, un estudio realizado
por Rosas (2023), sobre la lengua escrita de los
estudiantes reveló que los índices de desempeño
en las variables evaluadas: Riqueza Léxica,
Madurez Sintáctica, Cohesión Léxica y
Coherencia Discursiva se concentran en los
niveles Medio y Bajo, superando
conjuntamente el 70% de la muestra evaluada.
Específicamente, se identificó que la Riqueza
Léxica exhibe una notoria pobreza, con un
índice de 41.75%, mientras que la Madurez
Sintáctica alcanzó un valor de 1.6,
significativamente inferior al estándar
satisfactorio de 2.0, lo cual denota una limitada
capacidad para construir estructuras sintácticas
complejas. A pesar de registrar un alto índice
formal de Cohesión Léxica, el análisis
cualitativo evidenció que la Coherencia
Discursiva es apenas "medianamente
coherente", manifestando fisuras en la
articulación lógica de las ideas y el uso
deficiente de mecanismos de referencia y
conectores. En Perú, un estudio realizado por
Espinoza (2022), en el Núcleo Educativo
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
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that the more language skills are strengthened
and applied through ongoing strategies, the
greater the opportunities for students to
actively engage, contribute to discussions, and
build their learning.
Keywords: Language skills, Participation,
Skills, Confidence, Learning.
Sumário
O objetivo deste estudo foi determinar a
influência das competências linguísticas na
participação ativa dos alunos do quinto ano da
Escola Primária "Jesús del Gran Poder" de
Guaranda. A investigação foi realizada
utilizando uma metodologia básica, com um
desenho não experimental, uma vez que não
foram manipuladas variáveis. A abordagem foi
quantitativa, de nível descritivo, utilizando o
método indutivo-dedutivo. A técnica utilizada
foi o inquérito, administrado através de um
questionário estruturado correspondente a 30
questões fechadas, com base nas dimensões
propostas de acordo com as variáveis. A
população foi constituída por 80 alunos, sendo
que a amostra selecionada foi de 15
participantes. Os resultados, analisados através
de estatística descritiva, mostram que 43,3%
percebem que estas competências favorecem
sempre a sua participação escolar ativa,
enquanto 42,2% indicam que por vezes as
influenciam; no entanto, 14,5% nunca
impactam a sua participação ativa na sala de
aula. Conclui-se que quanto mais as
competências linguísticas forem fortalecidas e
aplicadas através de estratégias contínuas,
maiores serão as oportunidades para os alunos
se envolverem ativamente, contribuírem para
as discussões e construírem a sua
aprendizagem.
Palavras-chave: Competências linguísticas,
Participação, Competências, Confiança,
Aprendizagem.
Introducción
En un estudio realizado por Mohamedi y Rico
(2020), en Melilla, España, se evaluó la
comprensión lectora en 620 estudiantes de sexto
grado de educación primaria empleando una
metodología empírico-analítica de diseño
descriptivo ex-post-facto para evaluar las
competencias lectoras. La muestra consistió en
620 alumnos de 6.º curso de Educación Primaria
de diez centros en Melilla, España, a quienes se
les aplicó la prueba estandarizada ACL-6, la
cual mide procesos lectores (literal,
reorganizativo, inferencial y crítico) en
diferentes tipos de texto. Los datos numéricos y
estadísticos revelaron una insuficiencia crítica:
solo el 30% del alumnado superó el nivel de
comprensión esperado para su edad, implicando
que el 70% presenta rezago. Además, más del
50% de la muestra evidenció dificultades en
todos los procesos lectores, y el rendimiento, lo
que subraya la necesidad de intervención en las
habilidades de análisis y deducción en la
educación básica.
Mientras que, en Panamá, un estudio realizado
por Rosas (2023), sobre la lengua escrita de los
estudiantes reveló que los índices de desempeño
en las variables evaluadas: Riqueza Léxica,
Madurez Sintáctica, Cohesión Léxica y
Coherencia Discursiva se concentran en los
niveles Medio y Bajo, superando
conjuntamente el 70% de la muestra evaluada.
Específicamente, se identificó que la Riqueza
Léxica exhibe una notoria pobreza, con un
índice de 41.75%, mientras que la Madurez
Sintáctica alcanzó un valor de 1.6,
significativamente inferior al estándar
satisfactorio de 2.0, lo cual denota una limitada
capacidad para construir estructuras sintácticas
complejas. A pesar de registrar un alto índice
formal de Cohesión Léxica, el análisis
cualitativo evidenció que la Coherencia
Discursiva es apenas "medianamente
coherente", manifestando fisuras en la
articulación lógica de las ideas y el uso
deficiente de mecanismos de referencia y
conectores. En Perú, un estudio realizado por
Espinoza (2022), en el Núcleo Educativo
Ciencia y Educación
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Paimas, Piura, evaluó el efecto del programa
HAELE (Hablar, Escuchar, Leer y Escribir) en
la comprensión lectora enfocado a determinar el
efecto de un programa de habilidades
comunicativas en la comprensión lectora de
estudiantes de primaria. La metodología
empleada fue de tipo experimental con un
diseño de grupos control (GC) y experimental
(GE), La muestra se constituyó por 46
estudiantes de tercer grado de primaria,
divididos en dos grupos de 23 alumnos cada
uno. Al Grupo Experimental (GE) se le aplicó
el Programa HAELE (Hablar, Escuchar, Leer y
Escribir). Los datos numéricos y estadísticos
inferenciales evidenciaron un efecto positivo y
notorio del programa: tras la intervención, la
media aritmética del GE se incrementó en 7.96
puntos, mientras que el GC solo subió 1.77
puntos. Finalmente, la mejora en el GE se
confirmó al observar que su nivel de
significancia bajó 0.722 puntos, mientras que el
GC subió 0.105 puntos. En consecuencia, la
investigación concluye que el programa
HAELE es eficaz para incrementar
significativamente la comprensión lectora en
los estudiantes.
En Ecuador, un estudio realizado en Quito por
Dewendt (2021), se analizó la comprensión
lectora en estudiantes de Educación General
Básica Media. La metodología se enmarcó en
un enfoque cuantitativo mediante un diseño
descriptivo no experimental, y se aplicó un
instrumento tipo prueba a una muestra
poblacional de 46 estudiantes. El análisis de
estadística reveló un panorama crítico: el 44%
de los involucrados demostró capacidad de
Interpretación de texto, el 39% pudo realizar la
Extracción de significado, pero como resultado
central, solo el 17% de la muestra total logró
comprender el texto. Estos datos evidencian que
una abrumadora mayoría de 83% de los
estudiantes presenta dificultades para alcanzar
el nivel de comprensión lectora esperado, lo que
subraya una necesidad formativa urgente en las
destrezas de Lengua y Literatura. En Santo
Domingo de los Tsáchilas una investigación
realizada por Moreira y Montero (2025), se
analizó las deficiencias en las competencias
lingüísticas escritas. Se desarrollo mediante una
metodología cuantitativa con un diseño
experimental en una muestra de 48 estudiantes.
Los datos numéricos y estadísticos iniciales
revelaron déficits significativos: la destreza más
crítica fue ortografía y puntuación, donde el
60% de los estudiantes no alcanzó los
estándares básicos, mientras que Gramática y
Vocabulario mostró problemas en el 43.33% de
la muestra. Tras la intervención mediante
estrategias didácticas innovadoras, la
investigación concluyó que la aplicación de
estas alcanzo mejorar notablemente las
competencias lingüísticas, demostrando que
solo un 20% logró dominar la destreza de
producción escrita, lo que subraya la necesidad
de intervenciones didácticas focalizadas para
revertir estos rezagos en la comunicación
escrita.
Finalmente, en Otavalo un estudio sobre la
evaluación auténtica de la competencia
lingüística realizado por Oña et al. (2025),
menciona que favorece el desarrollo de la
competencia lingüística comunicativa, se
desarrolló empleando un enfoque cuantitativo
con un diseño experimental y transversal, la
investigación se propuso medir el efecto de una
intervención fundamentada en la evaluación
auténtica sobre las competencias
comunicativas. La muestra estuvo constituida
por 33 estudiantes de séptimo grado. Los datos
estadísticos descriptivos recolectados mediante
la aplicación de un pretest y postest revelaron
una mejora significativa en la competencia
lingüística comunicativa: la media de las
calificaciones se incrementó de 5.273 a 7.152.
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
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Paimas, Piura, evaluó el efecto del programa
HAELE (Hablar, Escuchar, Leer y Escribir) en
la comprensión lectora enfocado a determinar el
efecto de un programa de habilidades
comunicativas en la comprensión lectora de
estudiantes de primaria. La metodología
empleada fue de tipo experimental con un
diseño de grupos control (GC) y experimental
(GE), La muestra se constituyó por 46
estudiantes de tercer grado de primaria,
divididos en dos grupos de 23 alumnos cada
uno. Al Grupo Experimental (GE) se le aplicó
el Programa HAELE (Hablar, Escuchar, Leer y
Escribir). Los datos numéricos y estadísticos
inferenciales evidenciaron un efecto positivo y
notorio del programa: tras la intervención, la
media aritmética del GE se incrementó en 7.96
puntos, mientras que el GC solo subió 1.77
puntos. Finalmente, la mejora en el GE se
confirmó al observar que su nivel de
significancia bajó 0.722 puntos, mientras que el
GC subió 0.105 puntos. En consecuencia, la
investigación concluye que el programa
HAELE es eficaz para incrementar
significativamente la comprensión lectora en
los estudiantes.
En Ecuador, un estudio realizado en Quito por
Dewendt (2021), se analizó la comprensión
lectora en estudiantes de Educación General
Básica Media. La metodología se enmarcó en
un enfoque cuantitativo mediante un diseño
descriptivo no experimental, y se aplicó un
instrumento tipo prueba a una muestra
poblacional de 46 estudiantes. El análisis de
estadística reveló un panorama crítico: el 44%
de los involucrados demostró capacidad de
Interpretación de texto, el 39% pudo realizar la
Extracción de significado, pero como resultado
central, solo el 17% de la muestra total logró
comprender el texto. Estos datos evidencian que
una abrumadora mayoría de 83% de los
estudiantes presenta dificultades para alcanzar
el nivel de comprensión lectora esperado, lo que
subraya una necesidad formativa urgente en las
destrezas de Lengua y Literatura. En Santo
Domingo de los Tsáchilas una investigación
realizada por Moreira y Montero (2025), se
analizó las deficiencias en las competencias
lingüísticas escritas. Se desarrollo mediante una
metodología cuantitativa con un diseño
experimental en una muestra de 48 estudiantes.
Los datos numéricos y estadísticos iniciales
revelaron déficits significativos: la destreza más
crítica fue ortografía y puntuación, donde el
60% de los estudiantes no alcanzó los
estándares básicos, mientras que Gramática y
Vocabulario mostró problemas en el 43.33% de
la muestra. Tras la intervención mediante
estrategias didácticas innovadoras, la
investigación concluyó que la aplicación de
estas alcanzo mejorar notablemente las
competencias lingüísticas, demostrando que
solo un 20% logró dominar la destreza de
producción escrita, lo que subraya la necesidad
de intervenciones didácticas focalizadas para
revertir estos rezagos en la comunicación
escrita.
Finalmente, en Otavalo un estudio sobre la
evaluación auténtica de la competencia
lingüística realizado por Oña et al. (2025),
menciona que favorece el desarrollo de la
competencia lingüística comunicativa, se
desarrolló empleando un enfoque cuantitativo
con un diseño experimental y transversal, la
investigación se propuso medir el efecto de una
intervención fundamentada en la evaluación
auténtica sobre las competencias
comunicativas. La muestra estuvo constituida
por 33 estudiantes de séptimo grado. Los datos
estadísticos descriptivos recolectados mediante
la aplicación de un pretest y postest revelaron
una mejora significativa en la competencia
lingüística comunicativa: la media de las
calificaciones se incrementó de 5.273 a 7.152.
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 470
Esta diferencia fue corroborada como
estadísticamente significativa (p<0.0001), lo
que demuestra que la evaluación auténtica es
una estrategia efectiva para el fortalecimiento
de la comprensión lectora, la expresión escrita
y el pensamiento crítico en los discentes. En la
Unidad Educativa “Jesús del Gran Poder” de
Guaranda, provincia de Bolívar, se ha
identificado que los alumnos de quinto grado de
Educación Básica presentan dificultades con las
competencias lingüísticas comunicativas. Estas
dificultades se evidencian en la escasa habilidad
para interactuar, argumentar y reflexionar
críticamente sobre los contenidos, lo que afecta
directamente su participación académica y la
construcción compartida del conocimiento. En
vista de esta situación, se sugiere la
implementación de estrategias pedagógicas
específicas que fortalezcan la comunicación,
fomenten la participación activa y promuevan el
aprendizaje significativo y autónomo,
permitiendo el desarrollo integral de las
habilidades lingüísticas en los niños y niñas de
este nivel educativo.
En la literatura científica, se contextualiza la
variable independiente comprendida por las
competencias lingüísticas que ha sido abordada
desde diversas perspectivas destacando su
relevancia en el ámbito educativo. Según
Moreira y Montero (2025), la competencia
lingüística constituye un proceso que fortalece
el aprendizaje en la educación, al trascender lo
gramatical y potenciar la comunicación. Este
autor resalta que en contextos multiculturales y
multilingües la diversidad lingüística debe
asumirse como un recurso pedagógico. De esta
forma, se promueve la inclusión y se enriquece
el aprendizaje a través de distintas formas de
expresión. Del mismo modo, González (2024),
define las competencias lingüísticas como el
conjunto integrado de conocimientos, destrezas
y actitudes que posibilitan a las personas
comunicarse de forma eficaz y adecuada en
distintos contextos sociales. Estas competencias
no solo implican el dominio de las reglas
gramaticales, sino también la capacidad de
adaptar el discurso a las normas pragmáticas y
socioculturales que rigen cada situación
comunicativa, integrando así una visión más
amplia que considera los aspectos
sociopragmáticos del lenguaje. Desde una
perspectiva más contemporánea, Morales
(2022), resalta que estas competencias
trascienden el dominio estructural del código
lingüístico, ya que integran la reflexión crítica,
la interacción y la construcción de significados
en escenarios reales. En el ámbito de la
formación profesional, su desarrollo se concibe
como un proceso dinámico y experiencial que
fortalece la mediación cultural y lingüística,
posibilitando la construcción de puentes de
comunicación entre comunidades diversas y
respondiendo a las demandas de una sociedad
globalizada.
El modelo investigativo de la variable
independiente enfocado a las competencias
lingüísticas se sustentó mediante, Sornoza y
Mendoza (2023), quienes mencionan que, las
competencias lingüísticas representan un
sistema complejo e integrado de capacidades
comunicativas que se manifiestan a través de
diferentes niveles de procesamiento del
lenguaje. Este modelo teórico establece que las
competencias lingüísticas funcionan como un
sistema dinámico donde cada componente
interactúa sinérgicamente para facilitar la
comunicación efectiva, permitiendo que el
desarrollo lingüístico sea proceso progresivo e
interconectado que requiere el dominio
integrado de múltiples dimensiones. Es
importante mencionar que las competencias
lingüísticas generan gran impacto en cinco
dimensiones fundamentales; fonológico,
morfológico, sintáctico, semántico y
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
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Esta diferencia fue corroborada como
estadísticamente significativa (p<0.0001), lo
que demuestra que la evaluación auténtica es
una estrategia efectiva para el fortalecimiento
de la comprensión lectora, la expresión escrita
y el pensamiento crítico en los discentes. En la
Unidad Educativa “Jesús del Gran Poder” de
Guaranda, provincia de Bolívar, se ha
identificado que los alumnos de quinto grado de
Educación Básica presentan dificultades con las
competencias lingüísticas comunicativas. Estas
dificultades se evidencian en la escasa habilidad
para interactuar, argumentar y reflexionar
críticamente sobre los contenidos, lo que afecta
directamente su participación académica y la
construcción compartida del conocimiento. En
vista de esta situación, se sugiere la
implementación de estrategias pedagógicas
específicas que fortalezcan la comunicación,
fomenten la participación activa y promuevan el
aprendizaje significativo y autónomo,
permitiendo el desarrollo integral de las
habilidades lingüísticas en los niños y niñas de
este nivel educativo.
En la literatura científica, se contextualiza la
variable independiente comprendida por las
competencias lingüísticas que ha sido abordada
desde diversas perspectivas destacando su
relevancia en el ámbito educativo. Según
Moreira y Montero (2025), la competencia
lingüística constituye un proceso que fortalece
el aprendizaje en la educación, al trascender lo
gramatical y potenciar la comunicación. Este
autor resalta que en contextos multiculturales y
multilingües la diversidad lingüística debe
asumirse como un recurso pedagógico. De esta
forma, se promueve la inclusión y se enriquece
el aprendizaje a través de distintas formas de
expresión. Del mismo modo, González (2024),
define las competencias lingüísticas como el
conjunto integrado de conocimientos, destrezas
y actitudes que posibilitan a las personas
comunicarse de forma eficaz y adecuada en
distintos contextos sociales. Estas competencias
no solo implican el dominio de las reglas
gramaticales, sino también la capacidad de
adaptar el discurso a las normas pragmáticas y
socioculturales que rigen cada situación
comunicativa, integrando así una visión más
amplia que considera los aspectos
sociopragmáticos del lenguaje. Desde una
perspectiva más contemporánea, Morales
(2022), resalta que estas competencias
trascienden el dominio estructural del código
lingüístico, ya que integran la reflexión crítica,
la interacción y la construcción de significados
en escenarios reales. En el ámbito de la
formación profesional, su desarrollo se concibe
como un proceso dinámico y experiencial que
fortalece la mediación cultural y lingüística,
posibilitando la construcción de puentes de
comunicación entre comunidades diversas y
respondiendo a las demandas de una sociedad
globalizada.
El modelo investigativo de la variable
independiente enfocado a las competencias
lingüísticas se sustentó mediante, Sornoza y
Mendoza (2023), quienes mencionan que, las
competencias lingüísticas representan un
sistema complejo e integrado de capacidades
comunicativas que se manifiestan a través de
diferentes niveles de procesamiento del
lenguaje. Este modelo teórico establece que las
competencias lingüísticas funcionan como un
sistema dinámico donde cada componente
interactúa sinérgicamente para facilitar la
comunicación efectiva, permitiendo que el
desarrollo lingüístico sea proceso progresivo e
interconectado que requiere el dominio
integrado de múltiples dimensiones. Es
importante mencionar que las competencias
lingüísticas generan gran impacto en cinco
dimensiones fundamentales; fonológico,
morfológico, sintáctico, semántico y
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
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pragmático. La dimensión que hace referencia a
las habilidades fonológicas, no solo es un
ejercicio de reconocimiento sonoro, sino una
capacidad cognitiva que permite el análisis
estructural del habla, elemento indispensable
para la adquisición del lenguaje escrito.
Gutiérrez-Fresneda et al. (2020), indica que la
conexión entre el sistema auditivo y el sistema
gráfico, ayuda a los aprendices a comprender
que las palabras están compuestas por sonidos
discretos que pueden ser representados
mediante símbolos ortográficos, destacando un
papel crucial al posibilitar la reflexión y
manipulación de las unidades mínimas del
lenguaje oral: las palabras, las sílabas y los
fonemas.
La dimensión que enfatiza las habilidades
morfológicas se contextualiza como el
conocimiento y la capacidad de utilizar las
reglas que consideran la estructura interna de las
palabras. Fitta (2021), analiza cómo los
morfemas se combinan mediante procesos
como la derivación y la flexión para formar
nuevas palabras o modificar las existentes,
adaptándolas a contextos gramaticales distintos
como género, número, tiempo y modo,
incluyendo la formación, descomposición y
modificación de morfemas para crear
significados específicos y establecer relaciones
gramaticales apropiadas. La dimensión que
referencia las habilidades sintácticas, no solo
analiza la secuencia de palabras sino también,
las funciones que cada una desempeña en la
estructura oracional. De esta manera, De
Santiago (2025), contempla la existencia de
distintas unidades sintácticas: la palabra, el
sintagma y la oración, siendo esta última la
unidad máxima con sentido completo,
usualmente dividida en sujeto y predicado. La
correcta aplicación del nivel sintáctico es
fundamental para garantizar la coherencia y
claridad en la comunicación tanto oral como
escrita, permitiendo que los mensajes sean
interpretados correctamente y de forma
eficiente.
Así mismo, la dimensión a desarrollar a través
de las habilidades semánticas se concibe como
el ámbito encargado de analizar y fortalecer el
significado de las palabras, así como su
adecuada combinación en los enunciados.
Larroca (2023), considera que este componente
no se limita al uso correcto del vocabulario, sino
que abarca la capacidad de organizar y
relacionar la información, establecer categorías
abstractas y otorgar sentido a los
acontecimientos. En este sentido, las
habilidades semánticas permiten comprender y
expresar experiencias, proporcionando
coherencia a frases, situaciones y contextos
diversos, y favoreciendo la construcción de
vínculos significativos. En este sentido,
mediante la dimensión pragmática se regula la
interacción de la comunicación, considerando la
intención, finalidad y coherencia del acto
comunicativo. Yero et al. (2020), mencionan
como este componente involucra la creatividad
y la capacidad cognitiva de los estudiantes,
posibilitando la iniciación, el mantenimiento y
la conclusión de los diálogos que implica la
capacidad de adaptar el discurso a diferentes
situaciones, interpretar significados implícitos y
mantener la coherencia durante el intercambio
verbal. En el ámbito educativo, su desarrollo
promueve competencias comunicativas
funcionales que permiten a los estudiantes
expresarse con eficacia, respeto y adecuación al
contexto.
Bajo dicho planteamiento es crucial sostener a
la variable independiente con fundamentos
epistemológicos, en donde según Lev Vygotsky
(1978), la Teoría Sociocultural, citada por
Guerra (2020), sostiene que el aprendizaje se
construye a través de la interacción social y la
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pragmático. La dimensión que hace referencia a
las habilidades fonológicas, no solo es un
ejercicio de reconocimiento sonoro, sino una
capacidad cognitiva que permite el análisis
estructural del habla, elemento indispensable
para la adquisición del lenguaje escrito.
Gutiérrez-Fresneda et al. (2020), indica que la
conexión entre el sistema auditivo y el sistema
gráfico, ayuda a los aprendices a comprender
que las palabras están compuestas por sonidos
discretos que pueden ser representados
mediante símbolos ortográficos, destacando un
papel crucial al posibilitar la reflexión y
manipulación de las unidades mínimas del
lenguaje oral: las palabras, las sílabas y los
fonemas.
La dimensión que enfatiza las habilidades
morfológicas se contextualiza como el
conocimiento y la capacidad de utilizar las
reglas que consideran la estructura interna de las
palabras. Fitta (2021), analiza cómo los
morfemas se combinan mediante procesos
como la derivación y la flexión para formar
nuevas palabras o modificar las existentes,
adaptándolas a contextos gramaticales distintos
como género, número, tiempo y modo,
incluyendo la formación, descomposición y
modificación de morfemas para crear
significados específicos y establecer relaciones
gramaticales apropiadas. La dimensión que
referencia las habilidades sintácticas, no solo
analiza la secuencia de palabras sino también,
las funciones que cada una desempeña en la
estructura oracional. De esta manera, De
Santiago (2025), contempla la existencia de
distintas unidades sintácticas: la palabra, el
sintagma y la oración, siendo esta última la
unidad máxima con sentido completo,
usualmente dividida en sujeto y predicado. La
correcta aplicación del nivel sintáctico es
fundamental para garantizar la coherencia y
claridad en la comunicación tanto oral como
escrita, permitiendo que los mensajes sean
interpretados correctamente y de forma
eficiente.
Así mismo, la dimensión a desarrollar a través
de las habilidades semánticas se concibe como
el ámbito encargado de analizar y fortalecer el
significado de las palabras, así como su
adecuada combinación en los enunciados.
Larroca (2023), considera que este componente
no se limita al uso correcto del vocabulario, sino
que abarca la capacidad de organizar y
relacionar la información, establecer categorías
abstractas y otorgar sentido a los
acontecimientos. En este sentido, las
habilidades semánticas permiten comprender y
expresar experiencias, proporcionando
coherencia a frases, situaciones y contextos
diversos, y favoreciendo la construcción de
vínculos significativos. En este sentido,
mediante la dimensión pragmática se regula la
interacción de la comunicación, considerando la
intención, finalidad y coherencia del acto
comunicativo. Yero et al. (2020), mencionan
como este componente involucra la creatividad
y la capacidad cognitiva de los estudiantes,
posibilitando la iniciación, el mantenimiento y
la conclusión de los diálogos que implica la
capacidad de adaptar el discurso a diferentes
situaciones, interpretar significados implícitos y
mantener la coherencia durante el intercambio
verbal. En el ámbito educativo, su desarrollo
promueve competencias comunicativas
funcionales que permiten a los estudiantes
expresarse con eficacia, respeto y adecuación al
contexto.
Bajo dicho planteamiento es crucial sostener a
la variable independiente con fundamentos
epistemológicos, en donde según Lev Vygotsky
(1978), la Teoría Sociocultural, citada por
Guerra (2020), sostiene que el aprendizaje se
construye a través de la interacción social y la
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mediación cultural, procesos que no solo
facilitan la adquisición de conocimientos, sino
que también estructuran el pensamiento y el
lenguaje del individuo. La teoría sociocultural
sostiene que las competencias lingüísticas se
desarrollan primero en el plano social, a través
de la colaboración y el diálogo con otros (nivel
interpsicológico), y posteriormente se
internalizan en el plano individual (nivel
intrapsicológico), permitiendo al individuo
pensar y regular su propio lenguaje. Este
proceso se ve facilitado por la Zona de
Desarrollo Próximo (ZDP), que define la
distancia entre lo que el aprendiz puede lograr
por sí mismo y lo que puede alcanzar con la guía
de un mediador más competente. De esta
manera, el desarrollo del lenguaje no es un
fenómeno aislado, sino un proceso
profundamente vinculado con la interacción
social y la cultura, lo que resalta la importancia
de diseñar ambientes de aprendizaje que
promuevan la comunicación, la colaboración y
la mediación lingüística efectiva.
Según Hymes (1974), como se cita en Mata et
al. (2024), en la Teoría de la Competencia
Comunicativa sostiene que la comunicación
efectiva va más allá del dominio de las reglas
gramaticales, incorporando la capacidad de
adecuar el lenguaje a contextos sociales y
culturales diversos. Según esta perspectiva,
integra no solo el conocimiento lingüístico, sino
también la habilidad de interpretar significados
implícitos, seleccionar registros apropiados y
seguir las normas sociales que rigen la
interacción. Resaltando la importancia de
desarrollar en los individuos no solo habilidades
lingüísticas formales, sino también
competencias sociopragmáticas que les
permitan interactuar de manera efectiva,
coherente y significativa. Howard Gardner
(1983), como se cita en Carreón (2020),
mediante la Teoría de la Inteligencia Múltiple
menciona que la inteligencia lingüística es una
de las capacidades esenciales del ser humano,
vinculada con la habilidad para comprender,
procesar y producir mensajes de manera
efectiva. Esta inteligencia permite el desarrollo
de competencias lingüísticas a través de
actividades como la lectura, la escritura, la
narración y la comunicación oral, integrando
comprensión, expresión y creatividad en
contextos diversos. Su enfoque promueve la
adaptación de estrategias pedagógicas que
consideran las fortalezas individuales de los
estudiantes para optimizar el aprendizaje del
lenguaje.
Por otro lado, la conceptualización de la
variable dependiente en la opinión de Tobón et
al. (2021), definen que la participación activa se
basa en el involucramiento multidimensional de
los estudiantes en actividades académicas,
sociales y extracurriculares, caracterizado por el
compromiso conductual, emocional y cognitivo
que se manifiesta a través de la expresión de
ideas, la interacción constructiva con pares y
docentes, y la disposición proactiva hacia el
aprendizaje, enfatizando la naturaleza integral y
multifacética de la participación estudiantil. Por
su parte, González et al. (2022), conceptualiza
la participación activa como el tiempo y la
energía que los estudiantes dedican a
actividades educativamente significativas, así
como el esfuerzo que las instituciones
educativas realizan para involucrar a los
estudiantes en experiencias de aprendizaje que
promuevan el desarrollo académico, personal y
social. Resaltando tanto la responsabilidad
individual del estudiante como el rol
institucional en la promoción de la
participación. Por otro lado, Flores y Durán
(2022), definen la participación activa como la
manifestación observable del estudiante en los
procesos educativos, caracterizada por la
iniciativa para contribuir en discusiones, la
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mediación cultural, procesos que no solo
facilitan la adquisición de conocimientos, sino
que también estructuran el pensamiento y el
lenguaje del individuo. La teoría sociocultural
sostiene que las competencias lingüísticas se
desarrollan primero en el plano social, a través
de la colaboración y el diálogo con otros (nivel
interpsicológico), y posteriormente se
internalizan en el plano individual (nivel
intrapsicológico), permitiendo al individuo
pensar y regular su propio lenguaje. Este
proceso se ve facilitado por la Zona de
Desarrollo Próximo (ZDP), que define la
distancia entre lo que el aprendiz puede lograr
por sí mismo y lo que puede alcanzar con la guía
de un mediador más competente. De esta
manera, el desarrollo del lenguaje no es un
fenómeno aislado, sino un proceso
profundamente vinculado con la interacción
social y la cultura, lo que resalta la importancia
de diseñar ambientes de aprendizaje que
promuevan la comunicación, la colaboración y
la mediación lingüística efectiva.
Según Hymes (1974), como se cita en Mata et
al. (2024), en la Teoría de la Competencia
Comunicativa sostiene que la comunicación
efectiva va más allá del dominio de las reglas
gramaticales, incorporando la capacidad de
adecuar el lenguaje a contextos sociales y
culturales diversos. Según esta perspectiva,
integra no solo el conocimiento lingüístico, sino
también la habilidad de interpretar significados
implícitos, seleccionar registros apropiados y
seguir las normas sociales que rigen la
interacción. Resaltando la importancia de
desarrollar en los individuos no solo habilidades
lingüísticas formales, sino también
competencias sociopragmáticas que les
permitan interactuar de manera efectiva,
coherente y significativa. Howard Gardner
(1983), como se cita en Carreón (2020),
mediante la Teoría de la Inteligencia Múltiple
menciona que la inteligencia lingüística es una
de las capacidades esenciales del ser humano,
vinculada con la habilidad para comprender,
procesar y producir mensajes de manera
efectiva. Esta inteligencia permite el desarrollo
de competencias lingüísticas a través de
actividades como la lectura, la escritura, la
narración y la comunicación oral, integrando
comprensión, expresión y creatividad en
contextos diversos. Su enfoque promueve la
adaptación de estrategias pedagógicas que
consideran las fortalezas individuales de los
estudiantes para optimizar el aprendizaje del
lenguaje.
Por otro lado, la conceptualización de la
variable dependiente en la opinión de Tobón et
al. (2021), definen que la participación activa se
basa en el involucramiento multidimensional de
los estudiantes en actividades académicas,
sociales y extracurriculares, caracterizado por el
compromiso conductual, emocional y cognitivo
que se manifiesta a través de la expresión de
ideas, la interacción constructiva con pares y
docentes, y la disposición proactiva hacia el
aprendizaje, enfatizando la naturaleza integral y
multifacética de la participación estudiantil. Por
su parte, González et al. (2022), conceptualiza
la participación activa como el tiempo y la
energía que los estudiantes dedican a
actividades educativamente significativas, así
como el esfuerzo que las instituciones
educativas realizan para involucrar a los
estudiantes en experiencias de aprendizaje que
promuevan el desarrollo académico, personal y
social. Resaltando tanto la responsabilidad
individual del estudiante como el rol
institucional en la promoción de la
participación. Por otro lado, Flores y Durán
(2022), definen la participación activa como la
manifestación observable del estudiante en los
procesos educativos, caracterizada por la
iniciativa para contribuir en discusiones, la
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búsqueda proactiva de oportunidades de
aprendizaje, la expresión reflexiva de
perspectivas personales y la capacidad de
adaptación a diferentes contextos, para
optimizar la experiencia formativa resaltando
los aspectos conductuales y evidentes, como su
carácter adaptativo y estratégico dentro del
entorno académico.
En lo que respecta al modelo investigativo de la
variable dependiente, se ha tomado a Tirado y
Chicaiza (2020), que manifiestan que; la
participación activa constituye un constructo
multidimensional que refleja el grado de
involucramiento integral de los estudiantes en el
proceso educativo. No es simplemente una
conducta observable, sino un estado dinámico
que resulta de la interacción compleja entre
factores individuales, contextuales y
disposicionales. donde la calidad de la
participación está determinada por la
confluencia de competencias individuales y
condiciones contextuales favorables. Se
estructura mediante tres dimensiones:
confianza, comunicación, y factores
contextuales y disposicionales. Para Rodríguez
y Sandoval (2022), afirman que la dimensión
confianza favorece la creación de una cultura de
apoyo social, fortalece el compromiso con los
fines educativos y facilita la orientación hacia el
cambio. Así mismo, incide directamente en la
organización del trabajo y en los procesos de
toma de decisiones, aportando claridad,
coherencia y sentido de pertenencia. Su
desarrollo impacta tanto en la vida cotidiana
como en relaciones interpersonales saludables y
una convivencia armónica, lo que se traduce en
un entorno participativo, cohesionado y
propicio para un aprendizaje significativo y
efectivo.
Sardiñas et al. (2020), señalan que la dimensión
comunicación se concibe como un acto propio
de la actividad psíquica del individuo, derivado
del lenguaje y del pensamiento, que permite
conocer más de sí mismo, de los demás y del
medio mediante el intercambio de mensajes,
principalmente lingüísticos, por la necesidad de
establecer vínculos afectivos y relaciones
empáticas, con predominio de la conducta
asertiva. La comunicación posibilita expresar
necesidades, deseos y sentimientos, influir y ser
influido por los demás, consolidando relaciones
interpersonales en las que se medie la palabra,
el respeto y la interacción social,
considerándose un derecho y una obligación
para la construcción de la sociedad. Al referirse
a la dimensión factores contextuales y
disposicionales, Pérez et al. (2021), hacen
referencia a las circunstancias del entorno
educativo, tales como la calidad de la
enseñanza, las relaciones profesor-estudiante,
los materiales didácticos y el clima de aula, que
pueden facilitar o dificultar la adquisición de
conocimientos. Comprendiendo las
características personales del estudiante,
incluyendo su motivación, interés, esfuerzo,
competencias cognitivas y habilidades para el
estudio, las cuales determinan en gran medida
la manera en que se involucra con el proceso de
aprendizaje.
Del mismo modo, la Teoría de la
Autodeterminación, desarrollada por Deci y
Ryan (1985) y citada por Valle y Arias (2022),
sostiene que la motivación humana se basa en la
satisfacción de tres necesidades psicológicas
básicas: autonomía, competencia y relación.
Según esta teoría, cuando las personas se
sienten autónomas en sus decisiones,
competentes en lo que hacen y conectadas con
los demás, desarrollan una motivación
intrínseca que impulsa su crecimiento personal,
bienestar y compromiso con las actividades que
realizan. En el contexto educativo, esta teoría
explica cómo el fomento de la participación
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búsqueda proactiva de oportunidades de
aprendizaje, la expresión reflexiva de
perspectivas personales y la capacidad de
adaptación a diferentes contextos, para
optimizar la experiencia formativa resaltando
los aspectos conductuales y evidentes, como su
carácter adaptativo y estratégico dentro del
entorno académico.
En lo que respecta al modelo investigativo de la
variable dependiente, se ha tomado a Tirado y
Chicaiza (2020), que manifiestan que; la
participación activa constituye un constructo
multidimensional que refleja el grado de
involucramiento integral de los estudiantes en el
proceso educativo. No es simplemente una
conducta observable, sino un estado dinámico
que resulta de la interacción compleja entre
factores individuales, contextuales y
disposicionales. donde la calidad de la
participación está determinada por la
confluencia de competencias individuales y
condiciones contextuales favorables. Se
estructura mediante tres dimensiones:
confianza, comunicación, y factores
contextuales y disposicionales. Para Rodríguez
y Sandoval (2022), afirman que la dimensión
confianza favorece la creación de una cultura de
apoyo social, fortalece el compromiso con los
fines educativos y facilita la orientación hacia el
cambio. Así mismo, incide directamente en la
organización del trabajo y en los procesos de
toma de decisiones, aportando claridad,
coherencia y sentido de pertenencia. Su
desarrollo impacta tanto en la vida cotidiana
como en relaciones interpersonales saludables y
una convivencia armónica, lo que se traduce en
un entorno participativo, cohesionado y
propicio para un aprendizaje significativo y
efectivo.
Sardiñas et al. (2020), señalan que la dimensión
comunicación se concibe como un acto propio
de la actividad psíquica del individuo, derivado
del lenguaje y del pensamiento, que permite
conocer más de sí mismo, de los demás y del
medio mediante el intercambio de mensajes,
principalmente lingüísticos, por la necesidad de
establecer vínculos afectivos y relaciones
empáticas, con predominio de la conducta
asertiva. La comunicación posibilita expresar
necesidades, deseos y sentimientos, influir y ser
influido por los demás, consolidando relaciones
interpersonales en las que se medie la palabra,
el respeto y la interacción social,
considerándose un derecho y una obligación
para la construcción de la sociedad. Al referirse
a la dimensión factores contextuales y
disposicionales, Pérez et al. (2021), hacen
referencia a las circunstancias del entorno
educativo, tales como la calidad de la
enseñanza, las relaciones profesor-estudiante,
los materiales didácticos y el clima de aula, que
pueden facilitar o dificultar la adquisición de
conocimientos. Comprendiendo las
características personales del estudiante,
incluyendo su motivación, interés, esfuerzo,
competencias cognitivas y habilidades para el
estudio, las cuales determinan en gran medida
la manera en que se involucra con el proceso de
aprendizaje.
Del mismo modo, la Teoría de la
Autodeterminación, desarrollada por Deci y
Ryan (1985) y citada por Valle y Arias (2022),
sostiene que la motivación humana se basa en la
satisfacción de tres necesidades psicológicas
básicas: autonomía, competencia y relación.
Según esta teoría, cuando las personas se
sienten autónomas en sus decisiones,
competentes en lo que hacen y conectadas con
los demás, desarrollan una motivación
intrínseca que impulsa su crecimiento personal,
bienestar y compromiso con las actividades que
realizan. En el contexto educativo, esta teoría
explica cómo el fomento de la participación
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activa y el reconocimiento de las capacidades
del estudiante fortalecen su aprendizaje y su
autorregulación. La Teoría del Aprendizaje
Experiencial de Kolb (1984), postula que el
aprendizaje es un proceso mediante el cual el
conocimiento se crea a partir de la
transformación de la experiencia. Según
Espinar y Vigueras (2020), mencionan que el
aprendizaje no es un resultado pasivo, sino un
ciclo activo que integra cuatro etapas: la
experiencia concreta, la observación reflexiva,
la conceptualización abstracta y la
experimentación activa. Esta teoría sostiene que
las personas aprenden de manera más efectiva
cuando pueden vivir una experiencia,
reflexionar sobre ella, formular conceptos o
teorías a partir de esa reflexión y aplicar lo
aprendido en nuevas situaciones. En el ámbito
educativo, esta teoría promueve metodologías
activas, donde el estudiante se convierte en
protagonista de su propio aprendizaje al
vincular la teoría con la práctica.
La Teoría del Aprendizaje Social, propuesta por
Albert Bandura 1977, plantea que el aprendizaje
no ocurre únicamente como resultado de la
experiencia directa, sino que también se
construye a través de procesos de observación,
imitación y modelado de conductas. De acuerdo
con Manzueta (2022), resalta que la aplicación
de esta teoría permite fortalecer la participación
activa del estudiantado, en la medida en que la
interacción con modelos de conducta
adecuados, la retroalimentación oportuna y la
colaboración entre pares inciden directamente
en el desarrollo del aprendizaje. Favoreciendo
el incremento de la autoeficacia, entendida
como la percepción de capacidad para ejecutar
tareas, así como la motivación intrínseca y el
compromiso sostenido con las actividades
académicas. Desde una perspectiva social, las
competencias lingüísticas son esenciales para
lograr una participación activa en la sociedad,
ya que permite a los individuos expresar ideas y
colaborar en espacios colectivos. En contextos
escolares, los estudiantes con mejores
habilidades lingüísticas tienden a interactuar
más, expresar opiniones con seguridad y
generar vínculos sociales sólidos. En este
sentido, Castro & Robles (2020), mencionan
que fortalecer las competencias lingüísticas no
solo favorece el aprendizaje académico, sino
que también contribuye al desarrollo integral de
los estudiantes, fortalecer la comprensión
lectora, la expresión oral y escrita, y el uso
adecuado del lenguaje ayuda a que los
estudiantes interactúen con seguridad,
compartan ideas promoviendo la inclusión, la
participación ciudadana y el desarrollo integral
de los individuos dentro de su comunidad.
En el ámbito pedagógico, las competencias
lingüísticas son fundamentales para fomentar
procesos de enseñanza-aprendizaje
significativos, permitiendo conocer el nivel de
dominio lingüístico de los estudiantes y cómo
este influye en su disposición a participar
activamente en el aula. Lo que destaca un mayor
desarrollo en comprensión lectora, expresión
oral y escritura favorece el diálogo, el
pensamiento crítico y la colaboración, lo cual
fortalece la dinámica pedagógica. Las
competencias lingüísticas actúan como una
herramienta transversal que facilita el
aprendizaje. Según Sánchez et al. (2025),
afirman que el desarrollo lingüístico no solo
potencia el rendimiento académico, sino que
también fomenta la autonomía intelectual, la
creatividad y la participación activa de los
estudiantes en su entorno escolar y social, pues
posibilita la construcción de conocimientos, la
reflexión crítica y la participación activa en el
entorno escolar, fortaleciendo la capacidad del
estudiante para expresarse con claridad. Desde
el punto de vista práctico, trabajar las
competencias lingüísticas de manera práctica
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activa y el reconocimiento de las capacidades
del estudiante fortalecen su aprendizaje y su
autorregulación. La Teoría del Aprendizaje
Experiencial de Kolb (1984), postula que el
aprendizaje es un proceso mediante el cual el
conocimiento se crea a partir de la
transformación de la experiencia. Según
Espinar y Vigueras (2020), mencionan que el
aprendizaje no es un resultado pasivo, sino un
ciclo activo que integra cuatro etapas: la
experiencia concreta, la observación reflexiva,
la conceptualización abstracta y la
experimentación activa. Esta teoría sostiene que
las personas aprenden de manera más efectiva
cuando pueden vivir una experiencia,
reflexionar sobre ella, formular conceptos o
teorías a partir de esa reflexión y aplicar lo
aprendido en nuevas situaciones. En el ámbito
educativo, esta teoría promueve metodologías
activas, donde el estudiante se convierte en
protagonista de su propio aprendizaje al
vincular la teoría con la práctica.
La Teoría del Aprendizaje Social, propuesta por
Albert Bandura 1977, plantea que el aprendizaje
no ocurre únicamente como resultado de la
experiencia directa, sino que también se
construye a través de procesos de observación,
imitación y modelado de conductas. De acuerdo
con Manzueta (2022), resalta que la aplicación
de esta teoría permite fortalecer la participación
activa del estudiantado, en la medida en que la
interacción con modelos de conducta
adecuados, la retroalimentación oportuna y la
colaboración entre pares inciden directamente
en el desarrollo del aprendizaje. Favoreciendo
el incremento de la autoeficacia, entendida
como la percepción de capacidad para ejecutar
tareas, así como la motivación intrínseca y el
compromiso sostenido con las actividades
académicas. Desde una perspectiva social, las
competencias lingüísticas son esenciales para
lograr una participación activa en la sociedad,
ya que permite a los individuos expresar ideas y
colaborar en espacios colectivos. En contextos
escolares, los estudiantes con mejores
habilidades lingüísticas tienden a interactuar
más, expresar opiniones con seguridad y
generar vínculos sociales sólidos. En este
sentido, Castro & Robles (2020), mencionan
que fortalecer las competencias lingüísticas no
solo favorece el aprendizaje académico, sino
que también contribuye al desarrollo integral de
los estudiantes, fortalecer la comprensión
lectora, la expresión oral y escrita, y el uso
adecuado del lenguaje ayuda a que los
estudiantes interactúen con seguridad,
compartan ideas promoviendo la inclusión, la
participación ciudadana y el desarrollo integral
de los individuos dentro de su comunidad.
En el ámbito pedagógico, las competencias
lingüísticas son fundamentales para fomentar
procesos de enseñanza-aprendizaje
significativos, permitiendo conocer el nivel de
dominio lingüístico de los estudiantes y cómo
este influye en su disposición a participar
activamente en el aula. Lo que destaca un mayor
desarrollo en comprensión lectora, expresión
oral y escritura favorece el diálogo, el
pensamiento crítico y la colaboración, lo cual
fortalece la dinámica pedagógica. Las
competencias lingüísticas actúan como una
herramienta transversal que facilita el
aprendizaje. Según Sánchez et al. (2025),
afirman que el desarrollo lingüístico no solo
potencia el rendimiento académico, sino que
también fomenta la autonomía intelectual, la
creatividad y la participación activa de los
estudiantes en su entorno escolar y social, pues
posibilita la construcción de conocimientos, la
reflexión crítica y la participación activa en el
entorno escolar, fortaleciendo la capacidad del
estudiante para expresarse con claridad. Desde
el punto de vista práctico, trabajar las
competencias lingüísticas de manera práctica
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implica el uso de estrategias como la lectura
comprensiva de textos auténticos, la redacción
de escritos argumentativos, la realización de
exposiciones orales y la interacción en
dinámicas comunicativas. Su desarrollo permite
aplicar el lenguaje como herramienta funcional
para resolver problemas, expresar ideas con
claridad y participar activamente en debates,
discusiones y proyectos colaborativos. A través
de las diferentes estrategias González y
Agramonte (2025), destacan que la práctica
constante de estas habilidades mejora la
autonomía, la concentración y la capacidad de
expresión, favoreciendo la participación
dinámica y significativa en el aula. Además, la
aplicación práctica del lenguaje permite
internalizar estructuras comunicativas, ampliar
el vocabulario y consolidar la coherencia y
cohesión en los textos.
En lo que respecta a la pertinencia se destaca la
importancia de fortalecer estas competencias,
garantizando que los aprendizajes sean
significativos, promueve la autonomía del
estudiante y facilita la interacción y el
pensamiento crítico. En este sentido, desarrolla
la construcción del conocimiento y la expresión
clara de ideas, contribuyendo así al desempeño
académico y la preparación de los estudiantes
para desenvolverse eficazmente en la sociedad.
El fortalecimiento de trabajar competencias
lingüísticas radica en que estas habilidades son
fundamentales para la participación académica
efectiva y la formación integral del estudiante,
Coronel et al. (2024), resalta importante
fortalecer estas competencias desarrollando el
pensamiento crítico, la capacidad de resolución
de problemas y la interacción colaborativa,
preparando a los estudiantes para comunicarse
con claridad, intervenir activamente en su
entorno educativo. Por ello, su enseñanza se
considera altamente relevante y necesaria
dentro del contexto educativo. En inherencia a
ello la pregunta de estudio se sitúa en; ¿De qué
forma inciden las competencias lingüísticas y su
influencia en la participación académica en
estudiantes de 5to grado en la escuela de
Educación Básica Jesús del Gran Poder,
Guaranda, 2025? En referencia a los objetivos
se han encaminado a: General; Determinar la
incidencia de las competencias lingüísticas y su
influencia en la participación académica en
estudiantes de 5to grado en la escuela de
Educación Básica Jesús del Gran Poder,
Guaranda, 2025. Específicos; Determinar cómo
el nivel fonológico y morfológico contribuye al
desarrollo de la confianza en la unidad de
análisis; Examinar la incidencia del nivel
sintáctico y semántico en el desarrollo de la
comunicación en los estudiantes inherentes a la
investigación; Identificar la influencia del nivel
pragmático en los factores contextuales y
disposicionales que intervienen en los sujetos
de estudio.
Materiales y Métodos
La presente investigación se caracterizó por ser
de tipo Básica, tiene como finalidad la
generación de conocimientos teóricos de las
competencias lingüísticas y su influencia en la
participación activa de los estudiantes. Se
utilizó un enfoque cuantitativo ya que; se
empleó datos numéricos que permitió un
estudio sistemático de las variables y sus
dimensiones, lo que contribuyó a una
comprensión teórica más sólida del fenómeno
investigado, considerando la influencia de las
competencias lingüísticas en la participación
académica. El diseño adoptado fue no
experimental, dado que no se manipularon las
variables de manera deliberada. Se ubicó en un
nivel descriptivo, cuyo propósito consistió en
exponer un panorama detallado de los
fenómenos observados sin establecer relaciones
causales entre ellas. El método utilizado fue
inductivo–deductivo, dado que se analizó y se
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implica el uso de estrategias como la lectura
comprensiva de textos auténticos, la redacción
de escritos argumentativos, la realización de
exposiciones orales y la interacción en
dinámicas comunicativas. Su desarrollo permite
aplicar el lenguaje como herramienta funcional
para resolver problemas, expresar ideas con
claridad y participar activamente en debates,
discusiones y proyectos colaborativos. A través
de las diferentes estrategias González y
Agramonte (2025), destacan que la práctica
constante de estas habilidades mejora la
autonomía, la concentración y la capacidad de
expresión, favoreciendo la participación
dinámica y significativa en el aula. Además, la
aplicación práctica del lenguaje permite
internalizar estructuras comunicativas, ampliar
el vocabulario y consolidar la coherencia y
cohesión en los textos.
En lo que respecta a la pertinencia se destaca la
importancia de fortalecer estas competencias,
garantizando que los aprendizajes sean
significativos, promueve la autonomía del
estudiante y facilita la interacción y el
pensamiento crítico. En este sentido, desarrolla
la construcción del conocimiento y la expresión
clara de ideas, contribuyendo así al desempeño
académico y la preparación de los estudiantes
para desenvolverse eficazmente en la sociedad.
El fortalecimiento de trabajar competencias
lingüísticas radica en que estas habilidades son
fundamentales para la participación académica
efectiva y la formación integral del estudiante,
Coronel et al. (2024), resalta importante
fortalecer estas competencias desarrollando el
pensamiento crítico, la capacidad de resolución
de problemas y la interacción colaborativa,
preparando a los estudiantes para comunicarse
con claridad, intervenir activamente en su
entorno educativo. Por ello, su enseñanza se
considera altamente relevante y necesaria
dentro del contexto educativo. En inherencia a
ello la pregunta de estudio se sitúa en; ¿De qué
forma inciden las competencias lingüísticas y su
influencia en la participación académica en
estudiantes de 5to grado en la escuela de
Educación Básica Jesús del Gran Poder,
Guaranda, 2025? En referencia a los objetivos
se han encaminado a: General; Determinar la
incidencia de las competencias lingüísticas y su
influencia en la participación académica en
estudiantes de 5to grado en la escuela de
Educación Básica Jesús del Gran Poder,
Guaranda, 2025. Específicos; Determinar cómo
el nivel fonológico y morfológico contribuye al
desarrollo de la confianza en la unidad de
análisis; Examinar la incidencia del nivel
sintáctico y semántico en el desarrollo de la
comunicación en los estudiantes inherentes a la
investigación; Identificar la influencia del nivel
pragmático en los factores contextuales y
disposicionales que intervienen en los sujetos
de estudio.
Materiales y Métodos
La presente investigación se caracterizó por ser
de tipo Básica, tiene como finalidad la
generación de conocimientos teóricos de las
competencias lingüísticas y su influencia en la
participación activa de los estudiantes. Se
utilizó un enfoque cuantitativo ya que; se
empleó datos numéricos que permitió un
estudio sistemático de las variables y sus
dimensiones, lo que contribuyó a una
comprensión teórica más sólida del fenómeno
investigado, considerando la influencia de las
competencias lingüísticas en la participación
académica. El diseño adoptado fue no
experimental, dado que no se manipularon las
variables de manera deliberada. Se ubicó en un
nivel descriptivo, cuyo propósito consistió en
exponer un panorama detallado de los
fenómenos observados sin establecer relaciones
causales entre ellas. El método utilizado fue
inductivo–deductivo, dado que se analizó y se
Ciencia y Educación
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observaron la incidencia de las variables en su
estado natural.
La población estuvo conformada por 80
estudiantes de la institución educativa particular
“Jesús del Gran Poder”, quienes representan los
diferentes grados del nivel de educación básica.
Sin embargo, la muestra se conformó por 15
estudiantes de 5to grado de Educación Básica,
la selección se realizó mediante el muestreo no
probabilístico por conveniencia, considerando
criterios de accesibilidad, disponibilidad y
pertinencia, con el fin de garantizar información
adecuada y relevante para los objetivos de la
investigación. Se empleó la técnica de la
encuesta, la cual resultó adecuada para registrar
datos relevantes y específicos directamente del
estudiante, el instrumento aplicado se lo
desarrolló a través de un cuestionario por medio
de la plataforma Google Forms, conformándose
por 30 ítems de preguntas cerradas, empleando
una escala ordinal de tres opciones de respuesta:
siempre, a veces y nunca, acorde a las
dimensiones de las variables indicadas por los
autores. Sornoza-Briones y Mendoza-Bravo
(2023), que sustenta las competencias
lingüísticas donde se estructura en cinco
dimensiones: fonológico, morfológico,
sintáctico, semántico y pragmático. Por su
parte; Tirado y Chicaiza (2020), argumentan la
participación activa mediante las dimensiones:
la confianza, la comunicación y los factores
contextuales y disposicionales.
Respecto al procedimiento de la investigación,
se empleó Google Forms como herramienta
para recopilar y organizar de manera ordenada
las respuestas de los estudiantes.
Posteriormente, la información fue transferida a
Microsoft Excel, donde se calcularon los
porcentajes correspondientes y se efectuó el
análisis mediante estadística descriptiva. Para
interpretar los resultados, se definieron rangos
de valoración: 75-100 % (alto), 50-74 %
(medio) y 0-49 % (bajo). Este procedimiento
permitió cuantificar y examinar los datos de
forma estructurada, clara y precisa. Finalmente,
en cuanto a los aspectos éticos, para Inguillay et
al. (2020), la ética en una investigación se
refiere a los principios que guían la conducta del
investigador, en el proceso de análisis e
indagación; siendo estos esenciales para la
validez del estudio. En el presente estudio se
aplicó el consentimiento informado,
comunicando de manera clara los objetivos,
beneficios y limitaciones, tanto a los
participantes como a la institución educativa, lo
que permitió asegurar una participación libre,
consciente y voluntaria. Del mismo modo, se
garantizó la confidencialidad de la información
recolectada, protegiendo la identidad de los
involucrados y destinando los datos únicamente
a fines académicos y científicos. Asimismo, se
asumió la responsabilidad de procurar que los
hallazgos contribuyan al fortalecimiento de la
práctica educativa sin ocasionar perjuicios a los
estudiantes ni a la institución.
Resultados y Discusión
Tabla 1. Contribución del nivel fonológico y
morfológico al desarrollo de la confianza en la
unidad de análisis
Ítem n Siempre
(Alto)
n A veces
(Medio)
n Nunca
(Bajo)
1 12 80 % 2 13,3% 1 6,7%
2 5 33,3% 9 60% 1 6,7%
3 10 66,7% 3 20% 2 13,3%
4 6 40% 8 53,3% 1 6,7%
5 3 20% 9 60% 3 20%
6 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
7 4 26,7% 8 53,3% 3 20v
8 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
21 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7%
22 8 53,3% 6 40% 1 6,7%
23 9 60% 4 26,7% 2 13,3%
24 7 46,7% 6 40% 2 13,3%
T. 6.5% 43,3% 6.3% 42,2% 2.2% 14,5%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 %
(bajo).
Fuente: elaboración propia
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observaron la incidencia de las variables en su
estado natural.
La población estuvo conformada por 80
estudiantes de la institución educativa particular
“Jesús del Gran Poder”, quienes representan los
diferentes grados del nivel de educación básica.
Sin embargo, la muestra se conformó por 15
estudiantes de 5to grado de Educación Básica,
la selección se realizó mediante el muestreo no
probabilístico por conveniencia, considerando
criterios de accesibilidad, disponibilidad y
pertinencia, con el fin de garantizar información
adecuada y relevante para los objetivos de la
investigación. Se empleó la técnica de la
encuesta, la cual resultó adecuada para registrar
datos relevantes y específicos directamente del
estudiante, el instrumento aplicado se lo
desarrolló a través de un cuestionario por medio
de la plataforma Google Forms, conformándose
por 30 ítems de preguntas cerradas, empleando
una escala ordinal de tres opciones de respuesta:
siempre, a veces y nunca, acorde a las
dimensiones de las variables indicadas por los
autores. Sornoza-Briones y Mendoza-Bravo
(2023), que sustenta las competencias
lingüísticas donde se estructura en cinco
dimensiones: fonológico, morfológico,
sintáctico, semántico y pragmático. Por su
parte; Tirado y Chicaiza (2020), argumentan la
participación activa mediante las dimensiones:
la confianza, la comunicación y los factores
contextuales y disposicionales.
Respecto al procedimiento de la investigación,
se empleó Google Forms como herramienta
para recopilar y organizar de manera ordenada
las respuestas de los estudiantes.
Posteriormente, la información fue transferida a
Microsoft Excel, donde se calcularon los
porcentajes correspondientes y se efectuó el
análisis mediante estadística descriptiva. Para
interpretar los resultados, se definieron rangos
de valoración: 75-100 % (alto), 50-74 %
(medio) y 0-49 % (bajo). Este procedimiento
permitió cuantificar y examinar los datos de
forma estructurada, clara y precisa. Finalmente,
en cuanto a los aspectos éticos, para Inguillay et
al. (2020), la ética en una investigación se
refiere a los principios que guían la conducta del
investigador, en el proceso de análisis e
indagación; siendo estos esenciales para la
validez del estudio. En el presente estudio se
aplicó el consentimiento informado,
comunicando de manera clara los objetivos,
beneficios y limitaciones, tanto a los
participantes como a la institución educativa, lo
que permitió asegurar una participación libre,
consciente y voluntaria. Del mismo modo, se
garantizó la confidencialidad de la información
recolectada, protegiendo la identidad de los
involucrados y destinando los datos únicamente
a fines académicos y científicos. Asimismo, se
asumió la responsabilidad de procurar que los
hallazgos contribuyan al fortalecimiento de la
práctica educativa sin ocasionar perjuicios a los
estudiantes ni a la institución.
Resultados y Discusión
Tabla 1. Contribución del nivel fonológico y
morfológico al desarrollo de la confianza en la
unidad de análisis
Ítem n Siempre
(Alto)
n A veces
(Medio)
n Nunca
(Bajo)
1 12 80 % 2 13,3% 1 6,7%
2 5 33,3% 9 60% 1 6,7%
3 10 66,7% 3 20% 2 13,3%
4 6 40% 8 53,3% 1 6,7%
5 3 20% 9 60% 3 20%
6 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
7 4 26,7% 8 53,3% 3 20v
8 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
21 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7%
22 8 53,3% 6 40% 1 6,7%
23 9 60% 4 26,7% 2 13,3%
24 7 46,7% 6 40% 2 13,3%
T. 6.5% 43,3% 6.3% 42,2% 2.2% 14,5%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 %
(bajo).
Fuente: elaboración propia
Ciencia y Educación
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De acuerdo con los resultados obtenidos en la
tabla 1, del presente estudio se puede evidenciar
que el nivel fonológico y morfológico
contribuye de manera acertada en el desarrollo
de la confianza en los estudiantes. De acuerdo a
la estadística el 43,3% de los estudiantes
indican que estas habilidades siempre
contribuyen a su aprendizaje de manera
significativa. Por otra parte, el 42,2% de los
estudiantes encuestados mencionaron que a
veces perciben la influencia del nivel
fonológico y morfológico en el desarrollo de la
confianza. Y Finalmente, el 14,5%, mencionan
que los niveles fonológico y morfológico nunca
contribuyen al desarrollo de la confianza.
Existiendo una minoría con dificultades de
reconocimiento de la relación entre las
competencias lingüísticas, fonológicas,
morfológicas y la confianza en su desarrollo
académico. Fundamentando podemos
mencionar a Gutiérrez et al. (2020), destacan
que la conciencia fonológica, al relacionar
sonidos y grafías, fortalece la comprensión del
lenguaje escrito y la confianza académica.
Integrando con Fitta (2021), señala que la
competencia morfológica amplía la capacidad
de producir y comprender significados en
diversos contextos. Sin embargo, Rodríguez y
Sandoval (2022), afirman que la confianza
actúa como un catalizador en los procesos de
enseñanza y aprendizaje, al fomentar la
colaboración, la comunicación efectiva y la
cohesión entre los miembros de la comunidad
educativa. En este sentido, la teoría de Hymes
(1974), plantea que las competencias
lingüísticas trascienden lo gramatical y
requieren la adaptación del lenguaje a diferentes
contextos comunicativos, lo que permite
integrar de manera efectiva las dimensiones
fonológica y morfológica en el desarrollo
académico y social de los estudiantes.
Tabla 2. Incidencia del nivel sintáctico y
semántico en la comunicación de los
estudiantes
Fuente: elaboración propia
De acuerdo con los resultados obtenidos en la
tabla 2, indica que el 32,8 % de los estudiantes
percibe que el nivel sintáctico y semántico
siempre contribuye a su comunicación,
evidenciando que una proporción relevante
domina la estructura y el significado del
lenguaje de manera consistente. Por otro lado,
el 50,6 % considera que estas habilidades solo
contribuyen a veces, lo que refleja que la mayor
parte del alumnado aplica estas competencias
de manera intermitente y puede depender del
contexto o del tipo de actividad realizada.
Finalmente, el 16,7 % señala que estas
competencias nunca impactan en su
comunicación, evidenciando un grupo
minoritario con dificultades para utilizar
efectivamente la sintaxis y semántica en su
interacción. Lo que indica que, más del 80 % de
los estudiantes reconoce algún nivel de
influencia de estas habilidades en su
comunicación, aunque solo un tercio lo percibe
de manera constante. En el marco teórico, se
reconoce que el lenguaje es una herramienta
compleja que articula diversos niveles de
análisis indispensables para la comprensión y
producción del discurso. En este sentido, De
Santiago (2025) explica que la sintaxis cumple
un papel estructural esencial, ya que organiza la
secuencia de palabras y sus funciones dentro de
Ítem n Siempre
(Alto)
n A veces
(Medio)
n Nunca
(Bajo)
9 6 40% 8 53,3% 1 6,7%
10 4 26,7% 10 66,7% 1 6,7%
11 8 53,3% 6 40% 1 6,7%
12 3 20% 10 66,7% 2 13,3%
13 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7
14 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
15 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7%
16 4 26,7% 5 33,3% 6 40%
25 4 26,7% 10 66,7% 1 6,7%
26 6 40% 7 46,7% 2 13,3%
27 5 33,3% 8 53,3% 2 13,3%
28 6 40% 6 40% 3 20%
T. 4.9% 32,8% 7.6% 50,6% 2.5% 16,7%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
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De acuerdo con los resultados obtenidos en la
tabla 1, del presente estudio se puede evidenciar
que el nivel fonológico y morfológico
contribuye de manera acertada en el desarrollo
de la confianza en los estudiantes. De acuerdo a
la estadística el 43,3% de los estudiantes
indican que estas habilidades siempre
contribuyen a su aprendizaje de manera
significativa. Por otra parte, el 42,2% de los
estudiantes encuestados mencionaron que a
veces perciben la influencia del nivel
fonológico y morfológico en el desarrollo de la
confianza. Y Finalmente, el 14,5%, mencionan
que los niveles fonológico y morfológico nunca
contribuyen al desarrollo de la confianza.
Existiendo una minoría con dificultades de
reconocimiento de la relación entre las
competencias lingüísticas, fonológicas,
morfológicas y la confianza en su desarrollo
académico. Fundamentando podemos
mencionar a Gutiérrez et al. (2020), destacan
que la conciencia fonológica, al relacionar
sonidos y grafías, fortalece la comprensión del
lenguaje escrito y la confianza académica.
Integrando con Fitta (2021), señala que la
competencia morfológica amplía la capacidad
de producir y comprender significados en
diversos contextos. Sin embargo, Rodríguez y
Sandoval (2022), afirman que la confianza
actúa como un catalizador en los procesos de
enseñanza y aprendizaje, al fomentar la
colaboración, la comunicación efectiva y la
cohesión entre los miembros de la comunidad
educativa. En este sentido, la teoría de Hymes
(1974), plantea que las competencias
lingüísticas trascienden lo gramatical y
requieren la adaptación del lenguaje a diferentes
contextos comunicativos, lo que permite
integrar de manera efectiva las dimensiones
fonológica y morfológica en el desarrollo
académico y social de los estudiantes.
Tabla 2. Incidencia del nivel sintáctico y
semántico en la comunicación de los
estudiantes
Fuente: elaboración propia
De acuerdo con los resultados obtenidos en la
tabla 2, indica que el 32,8 % de los estudiantes
percibe que el nivel sintáctico y semántico
siempre contribuye a su comunicación,
evidenciando que una proporción relevante
domina la estructura y el significado del
lenguaje de manera consistente. Por otro lado,
el 50,6 % considera que estas habilidades solo
contribuyen a veces, lo que refleja que la mayor
parte del alumnado aplica estas competencias
de manera intermitente y puede depender del
contexto o del tipo de actividad realizada.
Finalmente, el 16,7 % señala que estas
competencias nunca impactan en su
comunicación, evidenciando un grupo
minoritario con dificultades para utilizar
efectivamente la sintaxis y semántica en su
interacción. Lo que indica que, más del 80 % de
los estudiantes reconoce algún nivel de
influencia de estas habilidades en su
comunicación, aunque solo un tercio lo percibe
de manera constante. En el marco teórico, se
reconoce que el lenguaje es una herramienta
compleja que articula diversos niveles de
análisis indispensables para la comprensión y
producción del discurso. En este sentido, De
Santiago (2025) explica que la sintaxis cumple
un papel estructural esencial, ya que organiza la
secuencia de palabras y sus funciones dentro de
Ítem n Siempre
(Alto)
n A veces
(Medio)
n Nunca
(Bajo)
9 6 40% 8 53,3% 1 6,7%
10 4 26,7% 10 66,7% 1 6,7%
11 8 53,3% 6 40% 1 6,7%
12 3 20% 10 66,7% 2 13,3%
13 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7
14 5 33,3% 7 46,7% 3 20%
15 4 26,7% 7 46,7% 4 26,7%
16 4 26,7% 5 33,3% 6 40%
25 4 26,7% 10 66,7% 1 6,7%
26 6 40% 7 46,7% 2 13,3%
27 5 33,3% 8 53,3% 2 13,3%
28 6 40% 6 40% 3 20%
T. 4.9% 32,8% 7.6% 50,6% 2.5% 16,7%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
Ciencia y Educación
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Vol. 6 No. 10.1
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la oración, garantizando la coherencia y
claridad en la construcción del pensamiento
lingüístico. A su vez, Larroca (2023) enfatiza
que la semántica aporta el componente de
significado, permitiendo que las palabras y
estructuras adquieran sentido dentro del
contexto educativo, lo que favorece una
comunicación más profunda, reflexiva y
significativa. Por otra parte, Sardiñas et al.
(2020) destacan que la comunicación no solo
cumple una función informativa, sino también
relacional, al consolidar vínculos afectivos,
estimular la empatía y promover la
participación activa dentro del entorno
educativo. De este modo, la comunicación se
convierte en un medio para el desarrollo integral
del estudiante, tanto en el ámbito cognitivo
como en el socioemocional. En coherencia con
lo anterior, la teoría de las inteligencias
múltiples de Gardner (1983) aporta un marco
interpretativo al considerar que la inteligencia
lingüística integra procesos de comprensión,
expresión y creatividad verbal, los cuales
fortalecen la eficacia comunicativa y
promueven un aprendizaje más reflexivo y
autónomo.
Tabla 3. Influencia del nivel pragmático en los
factores contextuales y disposicionales en los
estudiantes de quinto año de Educación Básica
de Guaranda, 2025
Item n Siempre (Alto) n A veces
(Medio) n Nunca (Bajo)
17 3 20% 8 53,30% 4 26,70%
18 4 26,70% 6 40% 5 33,30%
19 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
20 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
29 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
30 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
T. 5.7% 37,80% 6.7% 44,50% 2.7% 17,80%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
Fuente: elaboración propia
De acuerdo con los resultados de la tabla 3, se
observa que el 37.8% de los estudiantes siempre
reconoce que el nivel pragmático tiene un
impacto positivo y constante en los factores
contextuales y disposicionales, lo que evidencia
una relación significativa entre el uso adecuado
del lenguaje en contextos reales y el
fortalecimiento de habilidades cognitivas y
sociales. En contraste, un 44.5% de los
estudiantes manifiesta que estas habilidades
solo a veces contribuyen a su desarrollo
académico, lo que sugiere una aplicación
intermitente del componente pragmático. Por su
parte, el 17.8% de los alumnos demuestran que
nunca percibe un efecto positivo del nivel
pragmático en su aprendizaje. Los datos revelan
que el nivel pragmático cumple un papel
determinante en el desarrollo de habilidades de
pensamiento crítico y autonomía comunicativa,
pero su aprovechamiento pleno depende de una
intervención pedagógica intencional, que
fomente la reflexión, el análisis de contextos y
la aplicación del lenguaje en situaciones reales
de aprendizaje.
Los hallazgos adquiridos teóricamente, tienen
su fundamento en la Teoría de Kolb (1984),
aporta una base experiencial al aprendizaje
comunicativo al proponer que el conocimiento
surge de la reflexión sobre la experiencia
vivida, ya que; el aprendizaje se ve
condicionado por el entorno educativo, el clima
de aula, las relaciones interpersonales. En este
sentido, los procesos pragmáticos del lenguaje
se fortalecen cuando el contexto educativo
promueve experiencias auténticas de
comunicación, donde el estudiante pueda
experimentar, reflexionar y aplicar el lenguaje
de forma significativa. Según Yero et al. (2020),
deduce que la creatividad y la capacidad
cognitiva del estudiante para mantener y
concluir diálogos adecuados al contexto es
importante donde se demuestra que su
desarrollo depende tanto del entorno como de
las disposiciones personales del estudiante. Sin
embargo, Pérez et al. (2021), considera que un
ambiente escolar favorable promueve
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
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la oración, garantizando la coherencia y
claridad en la construcción del pensamiento
lingüístico. A su vez, Larroca (2023) enfatiza
que la semántica aporta el componente de
significado, permitiendo que las palabras y
estructuras adquieran sentido dentro del
contexto educativo, lo que favorece una
comunicación más profunda, reflexiva y
significativa. Por otra parte, Sardiñas et al.
(2020) destacan que la comunicación no solo
cumple una función informativa, sino también
relacional, al consolidar vínculos afectivos,
estimular la empatía y promover la
participación activa dentro del entorno
educativo. De este modo, la comunicación se
convierte en un medio para el desarrollo integral
del estudiante, tanto en el ámbito cognitivo
como en el socioemocional. En coherencia con
lo anterior, la teoría de las inteligencias
múltiples de Gardner (1983) aporta un marco
interpretativo al considerar que la inteligencia
lingüística integra procesos de comprensión,
expresión y creatividad verbal, los cuales
fortalecen la eficacia comunicativa y
promueven un aprendizaje más reflexivo y
autónomo.
Tabla 3. Influencia del nivel pragmático en los
factores contextuales y disposicionales en los
estudiantes de quinto año de Educación Básica
de Guaranda, 2025
Item n Siempre (Alto) n A veces
(Medio) n Nunca (Bajo)
17 3 20% 8 53,30% 4 26,70%
18 4 26,70% 6 40% 5 33,30%
19 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
20 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
29 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
30 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
T. 5.7% 37,80% 6.7% 44,50% 2.7% 17,80%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
Fuente: elaboración propia
De acuerdo con los resultados de la tabla 3, se
observa que el 37.8% de los estudiantes siempre
reconoce que el nivel pragmático tiene un
impacto positivo y constante en los factores
contextuales y disposicionales, lo que evidencia
una relación significativa entre el uso adecuado
del lenguaje en contextos reales y el
fortalecimiento de habilidades cognitivas y
sociales. En contraste, un 44.5% de los
estudiantes manifiesta que estas habilidades
solo a veces contribuyen a su desarrollo
académico, lo que sugiere una aplicación
intermitente del componente pragmático. Por su
parte, el 17.8% de los alumnos demuestran que
nunca percibe un efecto positivo del nivel
pragmático en su aprendizaje. Los datos revelan
que el nivel pragmático cumple un papel
determinante en el desarrollo de habilidades de
pensamiento crítico y autonomía comunicativa,
pero su aprovechamiento pleno depende de una
intervención pedagógica intencional, que
fomente la reflexión, el análisis de contextos y
la aplicación del lenguaje en situaciones reales
de aprendizaje.
Los hallazgos adquiridos teóricamente, tienen
su fundamento en la Teoría de Kolb (1984),
aporta una base experiencial al aprendizaje
comunicativo al proponer que el conocimiento
surge de la reflexión sobre la experiencia
vivida, ya que; el aprendizaje se ve
condicionado por el entorno educativo, el clima
de aula, las relaciones interpersonales. En este
sentido, los procesos pragmáticos del lenguaje
se fortalecen cuando el contexto educativo
promueve experiencias auténticas de
comunicación, donde el estudiante pueda
experimentar, reflexionar y aplicar el lenguaje
de forma significativa. Según Yero et al. (2020),
deduce que la creatividad y la capacidad
cognitiva del estudiante para mantener y
concluir diálogos adecuados al contexto es
importante donde se demuestra que su
desarrollo depende tanto del entorno como de
las disposiciones personales del estudiante. Sin
embargo, Pérez et al. (2021), considera que un
ambiente escolar favorable promueve
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interacciones respetuosas, significativas y
coherentes, fortaleciendo la competencia
pragmática. De igual manera, la motivación y el
interés individual condicionan activamente en
los intercambios comunicativos. Desde la
Teoría de la Autodeterminación de Deci y Ryan
(1985), se explica que cuando se satisfacen las
necesidades de autonomía, competencia y
relación, los estudiantes desarrollan una
motivación intrínseca que estimula su expresión
y autorregulación. Por tanto, el desarrollo
pragmático del lenguaje surge de la interacción
entre el contexto educativo y los factores
personales, siendo ambos determinantes para
una comunicación efectiva, coherente y
ajustada a las demandas del entorno escolar.
Tabla 4: Incidencia de las competencias
lingüísticas y su influencia en la participación
activa en estudiantes de 5to grado.
Ítem n Siempre (Alto) n A veces (Medio) n Nunca (Bajo)
1 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
2 5 33,30% 9 60% 1 6,70%
3 10 66,70% 3 20% 2 13,30%
4 6 40% 8 53,30% 1 6,70%
5 3 20% 9 60% 3 20%
6 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
7 4 26,70% 8 53,30% 3 20%
8 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
9 6 40% 8 53,30% 1 6,70%
10 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
11 8 53,30% 6 40% 1 6,70%
12 3 20% 10 66,70% 2 13,30%
13 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
14 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
15 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
16 4 26,70% 5 33,30% 6 40%
17 3 20% 8 53,30% 4 26,70%
18 4 26,70% 6 40% 5 33,30%
19 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
20 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
21 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
22 8 53,30% 6 40% 1 6,70%
23 9 60% 4 26,70% 2 13,30%
24 7 46,70% 6 40% 2 13,30%
25 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
26 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
27 5 33,30% 8 53,30% 2 13,30%
28 6 40% 6 40% 3 20%
29 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
30 4 26,7 10 66,70% 1 6,70%
T. 5,70% 38,00% 6,90% 46,00% 2,40% 16,00%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
Fuente: elaboración propia
Las estadísticas de la tabla 4, indica que las
competencias lingüísticas tienen un impacto
significativo en la participación activa de los
estudiantes. El 38 % considera que siempre
contribuyen a su involucramiento, mientras que
un 46 % percibe que lo hacen solo a veces, lo
que evidencia una aplicación intermitente de
estas habilidades. Por su parte, un 16 % afirma
que nunca impactan en su participación,
mostrando la existencia de brechas
individuales, lo que resalta la importancia de
fortalecer estas habilidades de manera constante
para favorecer la interacción, la colaboración y
un aprendizaje más significativo. Según Teoría
de las Inteligencias Múltiples de Gardner
(1983), permite comprender que la inteligencia
lingüística es una capacidad esencial para que
los estudiantes comprendan, procesen y
expresen mensajes de manera efectiva,
facilitando desarrollar estas habilidades que
pueden intervenir de forma coherente y creativa
en actividades de lectura, escritura y
comunicación oral, fortaleciendo su motivación
y compromiso con el aprendizaje. En este
sentido, Sornoza-Briones y Mendoza-Bravo
(2023) destacan que las competencias
lingüísticas constituyen un sistema integrado de
capacidades que interactúan para favorecer la
construcción de conocimiento compartido y la
interacción significativa entre estudiantes y
docentes. Sin embargo, La Teoría del
Aprendizaje Social de Bandura (1977), sostiene
que los estudiantes aprenden no sólo a través de
la experiencia directa, sino también mediante la
observación de modelos, la retroalimentación y
la interacción con sus pares. Tirado y Chicaiza
(2020) menciona que la participación activa
como un proceso multidimensional que se
estructura mediante tres dimensiones
fundamentales: confianza, comunicación y
factores contextuales y disposicionales. Esto
indica que el aprendizaje se potencia cuando los
estudiantes se sienten seguros para expresarse,
cuentan con habilidades para interactuar
efectivamente, estos enfoques evidencian que la
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interacciones respetuosas, significativas y
coherentes, fortaleciendo la competencia
pragmática. De igual manera, la motivación y el
interés individual condicionan activamente en
los intercambios comunicativos. Desde la
Teoría de la Autodeterminación de Deci y Ryan
(1985), se explica que cuando se satisfacen las
necesidades de autonomía, competencia y
relación, los estudiantes desarrollan una
motivación intrínseca que estimula su expresión
y autorregulación. Por tanto, el desarrollo
pragmático del lenguaje surge de la interacción
entre el contexto educativo y los factores
personales, siendo ambos determinantes para
una comunicación efectiva, coherente y
ajustada a las demandas del entorno escolar.
Tabla 4: Incidencia de las competencias
lingüísticas y su influencia en la participación
activa en estudiantes de 5to grado.
Ítem n Siempre (Alto) n A veces (Medio) n Nunca (Bajo)
1 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
2 5 33,30% 9 60% 1 6,70%
3 10 66,70% 3 20% 2 13,30%
4 6 40% 8 53,30% 1 6,70%
5 3 20% 9 60% 3 20%
6 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
7 4 26,70% 8 53,30% 3 20%
8 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
9 6 40% 8 53,30% 1 6,70%
10 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
11 8 53,30% 6 40% 1 6,70%
12 3 20% 10 66,70% 2 13,30%
13 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
14 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
15 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
16 4 26,70% 5 33,30% 6 40%
17 3 20% 8 53,30% 4 26,70%
18 4 26,70% 6 40% 5 33,30%
19 5 33,30% 7 46,70% 3 20%
20 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
21 4 26,70% 7 46,70% 4 26,70%
22 8 53,30% 6 40% 1 6,70%
23 9 60% 4 26,70% 2 13,30%
24 7 46,70% 6 40% 2 13,30%
25 4 26,70% 10 66,70% 1 6,70%
26 6 40% 7 46,70% 2 13,30%
27 5 33,30% 8 53,30% 2 13,30%
28 6 40% 6 40% 3 20%
29 12 80% 2 13,30% 1 6,70%
30 4 26,7 10 66,70% 1 6,70%
T. 5,70% 38,00% 6,90% 46,00% 2,40% 16,00%
Nota: Rangos valorativos; 75-100% (alto); 50-74 % (medio); y 0-49 % (bajo).
Fuente: elaboración propia
Las estadísticas de la tabla 4, indica que las
competencias lingüísticas tienen un impacto
significativo en la participación activa de los
estudiantes. El 38 % considera que siempre
contribuyen a su involucramiento, mientras que
un 46 % percibe que lo hacen solo a veces, lo
que evidencia una aplicación intermitente de
estas habilidades. Por su parte, un 16 % afirma
que nunca impactan en su participación,
mostrando la existencia de brechas
individuales, lo que resalta la importancia de
fortalecer estas habilidades de manera constante
para favorecer la interacción, la colaboración y
un aprendizaje más significativo. Según Teoría
de las Inteligencias Múltiples de Gardner
(1983), permite comprender que la inteligencia
lingüística es una capacidad esencial para que
los estudiantes comprendan, procesen y
expresen mensajes de manera efectiva,
facilitando desarrollar estas habilidades que
pueden intervenir de forma coherente y creativa
en actividades de lectura, escritura y
comunicación oral, fortaleciendo su motivación
y compromiso con el aprendizaje. En este
sentido, Sornoza-Briones y Mendoza-Bravo
(2023) destacan que las competencias
lingüísticas constituyen un sistema integrado de
capacidades que interactúan para favorecer la
construcción de conocimiento compartido y la
interacción significativa entre estudiantes y
docentes. Sin embargo, La Teoría del
Aprendizaje Social de Bandura (1977), sostiene
que los estudiantes aprenden no sólo a través de
la experiencia directa, sino también mediante la
observación de modelos, la retroalimentación y
la interacción con sus pares. Tirado y Chicaiza
(2020) menciona que la participación activa
como un proceso multidimensional que se
estructura mediante tres dimensiones
fundamentales: confianza, comunicación y
factores contextuales y disposicionales. Esto
indica que el aprendizaje se potencia cuando los
estudiantes se sienten seguros para expresarse,
cuentan con habilidades para interactuar
efectivamente, estos enfoques evidencian que la
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combinación de modelado, colaboración y un
entorno educativo favorable permite a los
estudiantes desarrollar habilidades lingüísticas
funcionales, aumentar su autoeficacia y
alcanzar aprendizajes significativos de manera
sostenida.
Conclusiones
Según los resultados se concluye que; el nivel
fonológico y morfológico constituye un
elemento fundamental para el desarrollo de la
confianza de los estudiantes, al permitirles
expresarse con seguridad y participar
activamente en el aula. Demostrando que el
43,3 % de los alumnos percibe que estas
habilidades siempre favorecen a su aprendizaje,
mientras que un 42,2 % indica que lo hacen a
veces, lo que evidencia que el dominio del
lenguaje potencia la motivación y el
involucramiento académico. No obstante, un
14,5 % señala que estas competencias nunca
impactan en su confianza, reflejando brechas
individuales que requieren atención específica.
Por tanto, la implementación de estrategias
didácticas orientadas al fortalecimiento de estas
competencias es esencial para garantizar un
aprendizaje significativo, inclusivo y
participativo en los estudiantes. Se determina
qué; el nivel sintáctico y semántico se presenta
como un factor importante para el desarrollo de
la comunicación en los estudiantes, ya que
permite expresar ideas de manera clara,
coherente y comprensible. El 32.8 % de los
participantes considera que estas habilidades
siempre contribuyen a su capacidad de
comunicarse eficazmente, mientras que un 50.6
% indica que lo hacen a veces, evidenciando
que la mayoría reconoce la importancia de la
estructura y el significado del lenguaje en la
interacción dentro del aula. Por su parte, un 16.7
% afirma que estas competencias nunca
impactan en su comunicación, lo que refleja la
necesidad de implementar estrategias
pedagógicas que fortalezcan estas habilidades y
reduzcan brechas individuales. En otras
palabras, cuanto más se integren de manera
constante y reflexiva los niveles sintáctico y
semántico en las actividades de aprendizaje,
mayores serán las oportunidades de que los
estudiantes desarrollen una comunicación
efectiva y significativa.
En conclusión, se determina que el desarrollo de
los factores contextuales y disposicionales de
los estudiantes son relevantes, al favorecer la
aplicación del lenguaje en situaciones reales y
el fortalecimiento de habilidades cognitivas y
sociales. El 37,8 % de los alumnos percibe que
siempre contribuye de manera positiva,
mientras que el 44,5 % indica que lo hace solo
a veces, lo que refleja una aplicación
intermitente que requiere estrategias
pedagógicas más consistentes. Por su parte, el
17,8 % afirma que nunca observa un efecto
positivo, evidenciando brechas individuales en
la utilización del componente pragmático. En
este sentido, es esencial integrar de manera
continua y reflexiva el nivel pragmático en las
actividades educativas para potenciar la
autonomía, el pensamiento crítico y las
habilidades comunicativas efectivas dentro del
aula. Se concluye que, el 38 % de los
estudiantes considera que las competencias
lingüísticas siempre contribuyen de manera
positiva a su participación activa, lo que
evidencia que el dominio del lenguaje fortalece
la confianza, la expresión y la interacción en el
aula, mientras que un 46 % indica que lo hacen
a veces, lo que evidencia que la mayoría
reconoce la influencia del dominio del lenguaje
en su capacidad de participar y colaborar. Por
otro lado, un 16 % afirma que estas
competencias nunca impactan en su
participación, mostrando la necesidad de
estrategias pedagógicas que refuercen tanto la
expresión oral y escrita como la confianza para
intervenir en clase. En otras palabras, cuanto
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combinación de modelado, colaboración y un
entorno educativo favorable permite a los
estudiantes desarrollar habilidades lingüísticas
funcionales, aumentar su autoeficacia y
alcanzar aprendizajes significativos de manera
sostenida.
Conclusiones
Según los resultados se concluye que; el nivel
fonológico y morfológico constituye un
elemento fundamental para el desarrollo de la
confianza de los estudiantes, al permitirles
expresarse con seguridad y participar
activamente en el aula. Demostrando que el
43,3 % de los alumnos percibe que estas
habilidades siempre favorecen a su aprendizaje,
mientras que un 42,2 % indica que lo hacen a
veces, lo que evidencia que el dominio del
lenguaje potencia la motivación y el
involucramiento académico. No obstante, un
14,5 % señala que estas competencias nunca
impactan en su confianza, reflejando brechas
individuales que requieren atención específica.
Por tanto, la implementación de estrategias
didácticas orientadas al fortalecimiento de estas
competencias es esencial para garantizar un
aprendizaje significativo, inclusivo y
participativo en los estudiantes. Se determina
qué; el nivel sintáctico y semántico se presenta
como un factor importante para el desarrollo de
la comunicación en los estudiantes, ya que
permite expresar ideas de manera clara,
coherente y comprensible. El 32.8 % de los
participantes considera que estas habilidades
siempre contribuyen a su capacidad de
comunicarse eficazmente, mientras que un 50.6
% indica que lo hacen a veces, evidenciando
que la mayoría reconoce la importancia de la
estructura y el significado del lenguaje en la
interacción dentro del aula. Por su parte, un 16.7
% afirma que estas competencias nunca
impactan en su comunicación, lo que refleja la
necesidad de implementar estrategias
pedagógicas que fortalezcan estas habilidades y
reduzcan brechas individuales. En otras
palabras, cuanto más se integren de manera
constante y reflexiva los niveles sintáctico y
semántico en las actividades de aprendizaje,
mayores serán las oportunidades de que los
estudiantes desarrollen una comunicación
efectiva y significativa.
En conclusión, se determina que el desarrollo de
los factores contextuales y disposicionales de
los estudiantes son relevantes, al favorecer la
aplicación del lenguaje en situaciones reales y
el fortalecimiento de habilidades cognitivas y
sociales. El 37,8 % de los alumnos percibe que
siempre contribuye de manera positiva,
mientras que el 44,5 % indica que lo hace solo
a veces, lo que refleja una aplicación
intermitente que requiere estrategias
pedagógicas más consistentes. Por su parte, el
17,8 % afirma que nunca observa un efecto
positivo, evidenciando brechas individuales en
la utilización del componente pragmático. En
este sentido, es esencial integrar de manera
continua y reflexiva el nivel pragmático en las
actividades educativas para potenciar la
autonomía, el pensamiento crítico y las
habilidades comunicativas efectivas dentro del
aula. Se concluye que, el 38 % de los
estudiantes considera que las competencias
lingüísticas siempre contribuyen de manera
positiva a su participación activa, lo que
evidencia que el dominio del lenguaje fortalece
la confianza, la expresión y la interacción en el
aula, mientras que un 46 % indica que lo hacen
a veces, lo que evidencia que la mayoría
reconoce la influencia del dominio del lenguaje
en su capacidad de participar y colaborar. Por
otro lado, un 16 % afirma que estas
competencias nunca impactan en su
participación, mostrando la necesidad de
estrategias pedagógicas que refuercen tanto la
expresión oral y escrita como la confianza para
intervenir en clase. En otras palabras, cuanto
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más se fortalezcan y apliquen de manera
constante las competencias lingüísticas,
mayores serán las oportunidades de que los
estudiantes se involucren activamente,
contribuyan en discusiones y construyan
aprendizajes.
Referencias Bibliográficas
Carreón, S. (2020). La teoría de las inteligencias
múltiples de Gardner aplicada al campo de la
justicia. Revista de Psicología de la
Universidad Autónoma del Estado de
México, 9(17), 8–27.
https://doi.org/10.36677/rpsicologia.v9i17.1
5085
Castro, D., & Robles, M. (2020). Importancia
de las estrategias didácticas para mejorar el
tratamiento de la gramática en el uso del
idioma inglés en estudiantes. Cienciamatria,
6(10), 182–203.
De Santiago, J. (2025). Hacia un diagnóstico de
la complejidad textual: análisis sintáctico en
el eurolecto español y el castellano jurídico.
IBAL Revista de Lingüística y Ciencias del
Lenguaje, 15(1), 40–60.
https://doi.org/10.25115/ibal.v8iextraordina
rio.10505
Dewendt, M. (2021). Comprensión lectora en
estudiantes de educación básica media en
Quito, Ecuador. Revista Amazónica de
Educación, 12(3), 102–118.
Espinar, E., & Vigueras, J. (2020). El
aprendizaje experiencial y su impacto en la
educación actual. Revista Cubana de
Educación Superior, 39(3).
Espinoza, M. (2022). Habilidades
comunicativas para incrementar la
comprensión lectora en estudiantes de tercer
grado de primaria. Revista Cátedra, 5(2),
18–34.
https://doi.org/10.29166/catedra.v5i2.3540
Fitta, J. (2021). Evidencia de morfología flexiva
en parafasias literales y neologismos en un
tipo de afasia. Cuadernos de Lingüística de
El Colegio de México, 8, e183.
Flores, C., & Durán, A. (2022). Participación
activa en clases: factores que intervienen en
la interacción en clases online sincrónicas.
Información, Cultura y Sociedad, (46), 129–
140.
García, J. (2020). El constructivismo en la
educación y el aporte de la teoría
sociocultural de Vygotsky. Dilemas
Contemporáneos: Educación, Política y
Valores.
Gómez, G. (2025). Fortalecimiento de las
habilidades comunicativas mediante un
objeto virtual de aprendizaje en primaria.
Estudios y Perspectivas Emergentes, 5(1),
175–194.
González, N., Zamora, M., & Castelán, V.
(2022). Estrategias discursivas para
fomentar la participación activa en aulas
virtuales. Revista de Estilos de Aprendizaje,
15(especial), 109–122.
González, V., & Agramonte, R. (2025).
Desarrollo de competencias
comunicacionales e impacto en el
aprendizaje de lengua y literatura. Ciencia y
Educación, 6(1), 55–70.
González, N. (2024). Destrezas lingüísticas y su
importancia en el fortalecimiento de
competencias comunicativas.
EpistemeKoinonía, 7(14), 225–247.
Gutiérrez, R., Vicente, M., & Alarcón, R.
(2020). Desarrollo de la conciencia
fonológica en el inicio del aprendizaje lector.
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desde Bandura y Skinner y su vinculación
con el aprendizaje organizacional. UCE
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comunicativas en educación. Revista
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más se fortalezcan y apliquen de manera
constante las competencias lingüísticas,
mayores serán las oportunidades de que los
estudiantes se involucren activamente,
contribuyan en discusiones y construyan
aprendizajes.
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(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 482
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Conrado, 16(77), 495–499.
Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons Reconocimiento-No Comercial
4.0 Internacional. Copyright © Brenda Bertha
Tomalá Bernabé, Marjorie Esther Calderón
Calderón, Syda Yadira Cuenca Guillin y Lissette
Estefanía Arias Macías.
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Estefanía Arias Macías.
