Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.2
Edicion Especial IV 2025
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IMPORTANCIA DE LA LECTURA, REDACCIÓN Y PENSAMIENTO CRÍTICO EN LA
EDUCACIÓN SUPERIOR
THE IMPORTANCE OF READING, WRITING, AND CRITICAL THINKING IN HIGHER
EDUCATION
Autores: ¹Gladis del Consuelo Vinueza Burgos, ²Luis Enrique Salgado Peñafiel, ³Karla
Magdalena Game Mendoza y
4
Dalva Patricia Icaza Rivera.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-6254-7595
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-6208-6048
3
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0002-5860-0469
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0002-6943-9551
¹E-mail de contacto: gvinuezab1@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: lpennafiel2@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: kgamem@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto:
dicazar@unemi.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*4*
Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 29 de Octubre del 2025
Artículo revisado: 31 de Octubre del 2025
Artículo aprobado: 9 de Noviembre del 2025
¹Licenciada en Ciencias de la Educación, especialización Comercio y Administración graduada de la Universidad de Guayaquil,
(Ecuador). Posee un masterado en Desarrollo Temprano y Educación Infantil otorgado por la Universidad Casa Grande, (Ecuador).
²Psicólogo General graduado en la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador). Posee un Masterado en Intervención Psicosocial en la
Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Licenciada en Ciencias de la Educación Especialización Mercadotecnia y Publicidad graduada de la Universidad Estatal de Milagro,
(Ecuador). Magíster en Administración y Dirección de Empresas graduada de la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil,
(Ecuador). Magíster en Educación mención en Innovaciones Pedagógicas graduada de la Universidad Casa Grande, (Ecuador).
4
Ingeniera en Sistemas Computacionales graduada de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Administración y Dirección de Empresas graduada de la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil, (Ecuador).
Resumen
El estudio tuvo como objetivo analizar la
importancia de la lectura, la redacción y el
pensamiento crítico en la educación superior,
centrándose en los estudiantes de la
Universidad Estatal de Milagro (UNEMI). Se
aplicó un enfoque cuantitativo con diseño pre y
post intervención, implementando estrategias
integradas que fortalecieron las competencias
lectoras, escriturales y de razonamiento
reflexivo. Los resultados mostraron mejoras
significativas: la comprensión lectora pasó del
35 % en nivel básico al 10 % tras la
intervención; la redacción académica alcanzó
un 40 % en nivel excelente frente al 20 %
inicial; y el pensamiento crítico incrementó del
20 % al 45 % en nivel alto. Además, la
participación activa en clases aumentó del 20
% al 45 %, mientras que las habilidades
argumentativas y analíticas se elevaron del 15
% al 45 %. También se evidenció un
incremento en la percepción de satisfacción
académica, que pasó del 25 % al 50 %. Estos
hallazgos demuestran que la aplicación de
estrategias pedagógicas basadas en la lectura
crítica, la escritura reflexiva y el análisis
colaborativo promueve aprendizajes
significativos y sostenibles. Se concluye que
estas tres competencias constituyen pilares
esenciales en la formación universitaria,
favoreciendo la autonomía intelectual, la
capacidad de argumentación y la producción
científica responsable. En la UNEMI, su
fortalecimiento contribuye a consolidar un
modelo educativo transformador orientado al
desarrollo humano y social.
Palabras clave: Lectura crítica, Redacción
académica, Pensamiento crítico.
Abstract
This study aimed to analyze the importance of
reading, writing, and critical thinking in higher
education, focusing on students at the State
University of Milagro (UNEMI). A
quantitative approach with a pre- and post-
intervention design was used, implementing
integrated strategies that strengthened reading,
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writing, and reflective reasoning skills. The
results showed significant improvements:
reading comprehension decreased from 35% at
a basic level to 10% after the intervention;
academic writing reached an excellent level of
40% compared to the initial 20%; and critical
thinking increased from 20% to 45% at a high
level. Furthermore, active participation in class
increased from 20% to 45%, while
argumentative and analytical skills rose from
15% to 45%. An increase in perceived
academic satisfaction was also observed, rising
from 25% to 50%. These findings demonstrate
that the application of pedagogical strategies
based on critical reading, reflective writing,
and collaborative analysis promotes
meaningful and sustainable learning. It is
concluded that these three competencies
constitute essential pillars in university
education, fostering intellectual autonomy,
argumentation skills, and responsible scientific
production. At UNEMI, their strengthening
contributes to consolidating a transformative
educational model oriented toward human and
social development.
Keywords: Critical reading, Academic
writing, Critical thinking.
Sumário
Este estudo teve como objetivo analisar a
importância da leitura, da escrita e do
pensamento crítico no ensino superior, com
foco nos alunos da Universidade Estadual de
Milagro (UNEMI). Foi utilizada uma
abordagem quantitativa com delineamento pré
e pós-intervenção, implementando estratégias
integradas que fortaleceram as habilidades de
leitura, escrita e raciocínio reflexivo. Os
resultados mostraram melhorias significativas:
a compreensão leitora diminuiu de 35% em um
nível básico para 10% após a intervenção; a
escrita acadêmica atingiu um nível excelente de
40%, comparado aos 20% iniciais; e o
pensamento crítico aumentou de 20% para 45%
em um nível elevado. Além disso, a
participação ativa em sala de aula aumentou de
20% para 45%, enquanto as habilidades
argumentativas e analíticas subiram de 15%
para 45%. Observou-se também um aumento
na satisfação acadêmica percebida, de 25%
para 50%. Esses achados demonstram que a
aplicação de estratégias pedagógicas baseadas
na leitura crítica, na escrita reflexiva e na
análise colaborativa promove uma
aprendizagem significativa e sustentável.
Conclui-se que essas três competências
constituem pilares essenciais na educação
universitária, fomentando a autonomia
intelectual, a capacidade de argumentação e a
produção científica responsável. Na UNEMI, o
seu fortalecimento contribui para a
consolidação de um modelo educacional
transformador, orientado para o
desenvolvimento humano e social.
Palavras-chave: Leitura crítica, Escrita
acadêmica, Pensamento crítico.
Introducción
La educación superior constituye un espacio
fundamental para el desarrollo integral de los
individuos, promoviendo habilidades
cognitivas, comunicativas y analíticas que les
permiten insertarse de manera efectiva en la
sociedad contemporánea y enfrentar los
desafíos de un mundo cada vez más globalizado
y competitivo (García t Torres, 2021). Dentro
de este ámbito, la lectura crítica, la redacción
coherente y el pensamiento crítico se presentan
como competencias esenciales que no solo
facilitan el aprendizaje académico, sino que
también fortalecen la capacidad de análisis,
reflexión y resolución de problemas en
contextos profesionales y personales. En la
Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), la
formación de estudiantes con competencias
sólidas en estas áreas constituye un objetivo
central de la educación superior, dado que estas
habilidades son determinantes para la
construcción de conocimiento científico y la
participación activa en la sociedad, así como
para la consolidación de ciudadanos críticos,
responsables y autónomos en su actuar
profesional (Pérez y Sánchez, 2022). La
comprensión profunda de estas habilidades
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permite a los estudiantes establecer relaciones
significativas entre distintas áreas del
conocimiento y desarrollar un pensamiento
estratégico capaz de adaptarse a situaciones
complejas.
La lectura, más allá de ser un acto mecánico de
decodificación, se entiende como un proceso
complejo que implica comprensión,
interpretación y evaluación crítica de la
información, promoviendo la capacidad de
discernimiento en escenarios académicos,
sociales y profesionales (Jiménez, 2019). Este
proceso no solo consiste en captar información,
sino en analizarla, contrastarla y situarla en
contextos específicos, desarrollando así la
capacidad de generar conocimiento propio y
fundamentado. En paralelo, la redacción
académica requiere del dominio de normas
lingüísticas, coherencia estructural, precisión
conceptual y habilidad argumentativa,
elementos que permiten a los estudiantes
comunicar sus ideas con claridad y rigor
científico, favoreciendo la construcción de
textos que reflejen pensamiento analítico y
criterio fundamentado (Rodríguez, 2021).
Asimismo, el pensamiento crítico se entiende
como la capacidad de analizar, evaluar y
cuestionar información de manera reflexiva,
sistemática y autónoma, constituyendo un
instrumento indispensable para la toma de
decisiones fundamentadas, la solución de
problemas complejos y la innovación en los
procesos educativos y profesionales (Facundo,
2018).
Diversos estudios han demostrado que el
fortalecimiento de estas competencias está
directamente relacionado con el rendimiento
académico, la capacidad de aprendizaje
autónomo y la preparación profesional de los
estudiantes (López y Herrera, 2020). En el
contexto de la UNEMI, la implementación de
estrategias pedagógicas orientadas a desarrollar
lectura crítica, redacción y pensamiento crítico
se percibe como una necesidad urgente para
garantizar la formación de profesionales
competentes, reflexivos y con capacidad de
análisis profundo (Gómez, 2021). La
integración de estas competencias no solo
impacta en la calidad de los aprendizajes, sino
que también fomenta habilidades transversales
esenciales como la resolución de problemas, la
creatividad y la capacidad de innovación.
Además, estas competencias contribuyen de
manera significativa al desarrollo de la
investigación académica, permitiendo a los
estudiantes analizar fuentes con rigor, generar
hipótesis sólidas y estructurar trabajos
científicos con metodología coherente,
fortaleciendo la producción de conocimiento
local y global (Vega y Morales, 2019).
La interrelación entre lectura, escritura y
pensamiento crítico favorece no solo la
comprensión de contenidos académicos, sino
también el desarrollo de habilidades
metacognitivas y reflexivas, estimulando la
ética, la argumentación y la capacidad de debate
en contextos académicos y profesionales
(Castillo, 2017). Este enfoque integral se alinea
con los objetivos institucionales de la UNEMI,
los cuales buscan formar profesionales capaces
de interpretar, evaluar y transformar la realidad
social mediante el conocimiento crítico,
científico y fundamentado (Ramos, 2020). La
práctica constante de estas habilidades permite
a los estudiantes desarrollar autonomía
intelectual, criterio propio y habilidades de
análisis complejo que trascienden el aula,
impactando positivamente en su desempeño
profesional y en la toma de decisiones
informadas en su vida personal y laboral
(Mendoza, 2018). Asimismo, la educación
superior enfrenta retos significativos
relacionados con la sobrecarga informativa, la
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necesidad de discriminar información confiable
y el constante cambio en los contextos sociales
y tecnológicos, lo que hace imprescindible que
los estudiantes adquieran competencias sólidas
en lectura analítica, producción escrita y
pensamiento crítico (Paredes y Cárdenas,
2021). En este sentido, la redacción académica
se convierte en un instrumento indispensable
para asegurar la claridad, coherencia, ética y
precisión en la comunicación de ideas,
permitiendo a los estudiantes expresar su
pensamiento de manera organizada y
fundamentada (Hernández, 2019). La UNEMI,
consciente de estas necesidades, ha incorporado
programas de fortalecimiento de competencias
comunicativas y de pensamiento crítico en su
plan curricular, promoviendo metodologías
activas, talleres, laboratorios de escritura y
recursos didácticos innovadores que estimulan
la participación, la creatividad y la reflexión
crítica (Santos, 2022).
La adquisición de estas competencias requiere
un enfoque integral que vincule teoría y
práctica, favoreciendo actividades que
estimulen la comprensión lectora, la producción
escrita y la reflexión crítica mediante ejercicios
constantes, debates, análisis de casos y
resolución de problemas reales (Ortega, 2020).
La retroalimentación formativa y la evaluación
continua se presentan como herramientas
esenciales para que los estudiantes mejoren
progresivamente sus habilidades, consolidando
un aprendizaje profundo, significativo y
transferible a distintos contextos académicos y
profesionales (Navarro, 2018). De esta manera,
la educación superior no solo cumple con su rol
formativo, sino que también contribuye al
desarrollo de ciudadanos críticos, responsables
y capaces de participar activamente en procesos
de transformación social y profesional (Salazar,
2021). En síntesis, la lectura, la redacción y el
pensamiento crítico constituyen pilares
fundamentales para el desarrollo académico,
intelectual y profesional de los estudiantes de la
UNEMI. Estas competencias fortalecen la
capacidad de análisis, la creatividad, la
argumentación y la generación de conocimiento
científico, facilitando el desempeño competente
y autónomo en diversos contextos (Flores y
Rivas, 2020). La presente investigación tiene
como propósito analizar la relevancia de estas
habilidades en la educación superior y proponer
estrategias pedagógicas orientadas a su
fortalecimiento integral, considerando el
contexto específico de la UNEMI y las
necesidades de formación de sus estudiantes.
Este estudio busca aportar evidencia que
permita optimizar los procesos educativos y de
formación integral, contribuyendo a la mejora
de la calidad académica y al fortalecimiento del
pensamiento crítico en los futuros
profesionales. Asimismo, se pretende
sensibilizar a docentes, autoridades
universitarias y estudiantes sobre la importancia
de integrar metodologías innovadoras que
potencien la lectura, la escritura y el
pensamiento crítico, consolidando una
educación superior de excelencia y pertinente
en la UNEMI. La comprensión profunda de
estas competencias y su adecuada
implementación pedagógica son determinantes
para formar profesionales capaces de enfrentar
los retos del siglo XXI con pensamiento
analítico, ética profesional y autonomía
intelectual, garantizando un impacto positivo en
su desarrollo personal, académico y social
(Torres y Villacís, 2019). El desarrollo de
competencias de lectura en la educación
superior constituye un componente esencial
para la formación integral de los estudiantes, ya
que la lectura crítica permite comprender,
interpretar y evaluar información académica y
científica de manera efectiva (González, 2018).
En la UNEMI, fomentar la lectura analítica es
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clave para que los estudiantes puedan construir
conocimiento propio, argumentar de manera
fundamentada y participar activamente en
debates académicos. Además, la lectura crítica
no solo se limita a la comprensión de textos,
sino que también implica habilidades
metacognitivas que permiten reflexionar sobre
el contenido, identificar sesgos y establecer
relaciones con otros conocimientos previos
(López y Pérez, 2020). La práctica constante de
la lectura en distintos formatos y disciplinas
contribuye al desarrollo de habilidades
cognitivas complejas, como la síntesis, el
análisis y la evaluación de información (Salinas,
2019). Asimismo, la lectura crítica fortalece la
autonomía del estudiante, promoviendo la
capacidad de aprendizaje independiente y la
responsabilidad en la construcción de su
conocimiento (Vargas, 2021). Por ello, la
lectura no solo es una herramienta académica,
sino también un proceso formativo que potencia
la capacidad de juicio y la comprensión
profunda del entorno académico y social.
La redacción académica se configura como una
competencia indispensable para el aprendizaje
universitario, dado que permite a los estudiantes
expresar ideas complejas de manera clara,
coherente y organizada (Ramírez, 2017). La
UNEMI ha reconocido que la producción
escrita es un medio esencial para evaluar el
aprendizaje, la argumentación y la capacidad de
análisis de los estudiantes. La redacción
efectiva requiere dominio de normas
gramaticales, estructura lógica de los textos,
coherencia argumentativa y precisión
conceptual, habilidades que se desarrollan
progresivamente mediante la práctica constante
y la retroalimentación docente (Fernández y
Morales, 2020). Además, la redacción
académica fortalece la capacidad de síntesis,
permitiendo al estudiante resumir información
relevante y estructurar sus ideas de manera
persuasiva y fundamentada (Cárdenas, 2019).
La elaboración de ensayos, artículos científicos
y reportes académicos fomenta el pensamiento
crítico, ya que exige la evaluación rigurosa de
fuentes y la construcción de argumentos sólidos
(Soto, 2020). Por tanto, la escritura académica
no solo refleja el conocimiento adquirido, sino
que también contribuye a la consolidación de
competencias cognitivas y metacognitivas
esenciales para la vida profesional.
El pensamiento crítico, como competencia
transversal en la educación superior, constituye
una herramienta fundamental para la toma de
decisiones, la resolución de problemas y la
construcción de conocimiento científico
(Facundo, 2018). Esta habilidad implica
analizar información de manera reflexiva,
cuestionar supuestos, evaluar evidencias y
generar conclusiones fundamentadas. En el
contexto de la UNEMI, el pensamiento crítico
se considera indispensable para formar
profesionales capaces de interpretar la realidad
social, académica y científica con rigor y
responsabilidad. Diversos estudios han
demostrado que el desarrollo del pensamiento
crítico está relacionado con un aprendizaje
significativo, la creatividad y la innovación en
los procesos educativos (López & Herrera,
2020). Su fortalecimiento requiere la
integración de metodologías activas, debates,
análisis de casos y resolución de problemas
reales, fomentando la participación activa y la
reflexión constante (Navarro, 2018). De esta
manera, el pensamiento crítico no solo mejora
el rendimiento académico, sino que también
contribuye al desarrollo de competencias éticas,
analíticas y profesionales que trascienden el
aula.
La relación entre lectura, redacción y
pensamiento crítico es estrecha y
complementaria, constituyendo un eje central
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en la formación universitaria (Castillo, 2017).
La lectura crítica proporciona la información
necesaria para construir argumentos sólidos,
mientras que la redacción permite expresar esas
ideas de manera clara y coherente. A su vez, el
pensamiento crítico guía el proceso,
permitiendo evaluar la validez de las fuentes,
cuestionar supuestos y generar conocimientos
innovadores (Paredes y Cárdenas, 2021). En la
UNEMI, esta interrelación se potencia mediante
estrategias pedagógicas integradas que
promueven la práctica simultánea de estas
habilidades, favoreciendo la consolidación de
competencias cognitivas y comunicativas
avanzadas. Este enfoque integral asegura que
los estudiantes no solo memoricen información,
sino que comprendan, analicen y transformen el
conocimiento, desarrollando autonomía
intelectual y capacidad de juicio informado
(Mendoza, 2018).
La comprensión lectora avanzada es un
requisito indispensable para la educación
superior, ya que permite la interpretación
profunda de textos académicos, científicos y
técnicos (González, 2018). Los estudiantes
universitarios requieren habilidades para
identificar ideas principales, inferir
significados, relacionar conceptos y evaluar la
relevancia de la información presentada. La
UNEMI ha incorporado programas de
fortalecimiento de comprensión lectora que
incluyen lecturas críticas, análisis de artículos
científicos y discusión en grupo, lo que favorece
la reflexión y el aprendizaje colaborativo (Vega
y Morales, 2019). La comprensión de textos
complejos no solo mejora el desempeño
académico, sino que también prepara al
estudiante para enfrentar escenarios
profesionales donde la información debe ser
analizada y aplicada de manera efectiva. Por
ello, la lectura crítica se convierte en un proceso
activo y constructivo que fomenta habilidades
analíticas, éticas y argumentativas, esenciales
en la formación universitaria.
El desarrollo de la redacción académica implica
no solo el dominio gramatical, sino también la
capacidad de organizar ideas, elaborar
argumentos coherentes y comunicar resultados
de manera efectiva (Ramírez, 2017). En la
UNEMI, la formación en redacción académica
se ha integrado como componente curricular
fundamental, promoviendo talleres de escritura,
ejercicios prácticos y retroalimentación
continua. La escritura de ensayos, informes,
trabajos de investigación y artículos científicos
permite al estudiante consolidar sus habilidades
argumentativas, reflexivas y analíticas
(Fernández & Morales, 2020). Asimismo, la
redacción académica contribuye al desarrollo
del pensamiento crítico al obligar al estudiante
a evaluar fuentes, identificar falacias y
estructurar conclusiones fundamentadas (Soto,
2020). La práctica constante de la escritura
académica fortalece la autonomía intelectual y
facilita la comunicación efectiva en distintos
contextos profesionales y sociales. El
pensamiento crítico se desarrolla a través de
actividades que promuevan la reflexión, el
análisis y la evaluación de información de
manera sistemática y rigurosa (Facundo, 2018).
En la UNEMI, se implementan metodologías
como el aprendizaje basado en problemas,
debates académicos y análisis de casos, que
permiten a los estudiantes aplicar sus
habilidades de pensamiento crítico en
situaciones reales. Esta competencia no solo
mejora el desempeño académico, sino que
también potencia la capacidad de innovación,
creatividad y resolución de problemas en
contextos complejos (López y Herrera, 2020).
El pensamiento crítico fomenta la autonomía
intelectual y la capacidad de tomar decisiones
fundamentadas, contribuyendo a la formación
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de profesionales éticos, responsables y
reflexivos.
La integración de lectura, escritura y
pensamiento crítico en la educación superior
genera un impacto positivo en la calidad del
aprendizaje, promoviendo el desarrollo de
habilidades cognitivas superiores y
competencias transversales (Castillo, 2017). La
UNEMI ha adoptado estrategias pedagógicas
integradas que permiten a los estudiantes
practicar estas competencias de manera
simultánea, favoreciendo la construcción de
conocimiento significativo y la capacidad de
análisis complejo. La interacción entre estas
habilidades potencia la creatividad, la
innovación y la argumentación fundamentada,
elementos esenciales para la producción
científica y el desempeño profesional (Paredes
& Cárdenas, 2021). Esta integración refuerza la
autonomía intelectual, estimulando la
capacidad de pensamiento crítico y la reflexión
ética, lo que se traduce en estudiantes mejor
preparados para enfrentar desafíos académicos
y profesionales. El aprendizaje significativo en
lectura, redacción y pensamiento crítico se
alcanza mediante metodologías activas que
promuevan la participación, la reflexión y la
práctica constante (Navarro, 2018).
Las estrategias implementadas en la UNEMI
incluyen talleres de escritura, clubes de lectura,
análisis de textos académicos y ejercicios de
evaluación crítica de fuentes, lo que facilita la
internalización de competencias cognitivas
complejas. Estas metodologías permiten a los
estudiantes conectar la teoría con la práctica,
desarrollar habilidades metacognitivas y
consolidar el aprendizaje de manera duradera
(Ortega, 2020). La integración de estas
prácticas fomenta la autonomía, la
responsabilidad y la capacidad de juicio
informado, aspectos fundamentales en la
formación de profesionales competentes y
críticos. La formación en lectura crítica permite
al estudiante identificar información confiable,
evaluar evidencia científica y distinguir entre
argumentos sólidos y falacias (González, 2018).
Este proceso es esencial en la educación
superior, donde la información disponible es
abundante y requiere un análisis riguroso para
generar conocimiento propio. La UNEMI ha
promovido programas de desarrollo de
competencias lectoras que incluyen ejercicios
de interpretación, síntesis y análisis
comparativo de textos académicos y científicos
(Vega y Morales, 2019). La práctica sistemática
de la lectura crítica fomenta la capacidad de
discernimiento, fortalece la argumentación y
contribuye a la formación de profesionales
capaces de evaluar críticamente la información
en distintos contextos académicos y laborales.
El dominio de la redacción académica es un
elemento central en la comunicación del
conocimiento, permitiendo a los estudiantes
expresar ideas complejas con claridad,
coherencia y rigor metodológico (Ramírez,
2017). La escritura académica no solo refleja el
aprendizaje, sino que también constituye un
medio para la construcción de conocimiento
crítico y fundamentado (Soto, 2020). En la
UNEMI, se implementan talleres de escritura,
corrección guiada y prácticas de producción de
textos académicos, que fortalecen la capacidad
de argumentación y análisis de los estudiantes.
La redacción académica fomenta habilidades
cognitivas superiores, incluyendo la síntesis, la
evaluación de información y la planificación
estratégica de ideas, consolidando
competencias esenciales para la investigación y
la práctica profesional.
El pensamiento crítico, en el contexto
universitario, se manifiesta como la capacidad
de evaluar, cuestionar y reflexionar sobre
información y argumentos, promoviendo la
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autonomía intelectual y la capacidad de tomar
decisiones fundamentadas (Facundo, 2018). La
UNEMI ha incorporado actividades de
aprendizaje basado en problemas, estudios de
caso y debates académicos como estrategias
para fortalecer esta competencia. El desarrollo
del pensamiento crítico permite a los
estudiantes identificar inconsistencias, evaluar
evidencia, contrastar perspectivas y generar
soluciones creativas a problemas complejos
(López t Herrera, 2020). Estas habilidades son
fundamentales para la investigación científica y
para la actuación profesional ética y
responsable. La interrelación entre lectura,
redacción y pensamiento crítico fortalece la
capacidad de investigación y análisis de los
estudiantes, promoviendo la construcción de
conocimiento riguroso y pertinente (Castillo,
2017). Esta integración se refleja en la
capacidad de los estudiantes para elaborar
ensayos, informes y trabajos científicos de
calidad, fundamentados en evidencia confiable
y estructurados de manera lógica y coherente
(Paredes y Cárdenas, 2021). La UNEMI ha
promovido la articulación de estas
competencias mediante programas de
desarrollo académico integrales, fomentando la
práctica sistemática y el aprendizaje
colaborativo. La consolidación de estas
habilidades contribuye a la formación de
profesionales críticos, autónomos y capaces de
generar impacto positivo en la sociedad
mediante la aplicación del conocimiento.
El aprendizaje activo y la práctica constante son
fundamentales para fortalecer competencias en
lectura, redacción y pensamiento crítico
(Navarro, 2018). La UNEMI promueve la
implementación de actividades prácticas,
talleres, seminarios y ejercicios de evaluación
crítica que permiten a los estudiantes
internalizar conocimientos y aplicar habilidades
de manera efectiva. Este enfoque metodológico
promueve la reflexión, la creatividad y la
capacidad de análisis, generando estudiantes
autónomos, responsables y preparados para
enfrentar los desafíos académicos y
profesionales (Ortega, 2020). La integración de
estas competencias asegura un aprendizaje
significativo, transferible y sostenible a lo largo
de la formación universitaria y la vida
profesional.
La lectura, la redacción y el pensamiento crítico
constituyen competencias fundamentales para
la educación superior, ya que fortalecen la
capacidad de análisis, la argumentación, la
creatividad y la generación de conocimiento
científico (Flores & Rivas, 2020). Su desarrollo
integral en la UNEMI permite formar
profesionales competentes, autónomos y
capaces de enfrentar desafíos complejos de
manera crítica y ética. La implementación de
estrategias pedagógicas que integren estas
competencias se traduce en un aprendizaje
significativo y en la consolidación de
habilidades esenciales para la investigación, la
práctica profesional y la participación activa en
la sociedad. Por tanto, la educación superior no
solo forma académicamente, sino que también
contribuye a la formación de ciudadanos
críticos, reflexivos y transformadores del
entorno social y profesional.
Materiales y Métodos
El presente estudio se enmarca dentro de una
investigación de tipo descriptivo y de enfoque
cualitativo, orientado a analizar la importancia
de la lectura, la redacción y el pensamiento
crítico en la educación superior en el contexto
de la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI).
La investigación se centra en observar los
cambios y mejoras en los estudiantes antes (pre)
y después (post) de la implementación de
estrategias pedagógicas orientadas a fortalecer
estas competencias. Este enfoque permite
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explorar y comprender de manera profunda los
procesos cognitivos y académicos implicados,
considerando las experiencias, percepciones y
prácticas de estudiantes y docentes. La
metodología cualitativa resulta idónea, ya que
posibilita la interpretación de fenómenos
complejos relacionados con la formación
universitaria, evaluando cómo la intervención
educativa incide en la adquisición de
competencias (Hernández et al., 2014). El
estudio busca identificar no solo los efectos
inmediatos de estas estrategias, sino también su
influencia a largo plazo en la autonomía
intelectual y el rendimiento académico.
Además, se pretende comprender cómo los
estudiantes integran lectura, redacción y
pensamiento crítico en la resolución de
problemas y en la construcción de conocimiento
académico. La metodología contempla un
análisis sistemático que relaciona teoría,
práctica y resultados observables, asegurando la
validez y coherencia del estudio.
La población objeto de estudio está constituida
por estudiantes de diversas carreras de la
UNEMI, seleccionados para reflejar un amplio
espectro de niveles de competencia en lectura,
redacción y pensamiento crítico. La muestra
intencional incluyó 160 estudiantes,
considerando criterios como el rendimiento
académico, la participación en actividades de
investigación y la disposición para colaborar en
la investigación, asegurando la obtención de
datos representativos y significativos (Creswell
y Poth, 2018). Antes (pre) de la implementación
de estrategias pedagógicas, se evaluó el nivel de
competencia de los estudiantes a través de
trabajos académicos previos, autoevaluaciones
y entrevistas exploratorias. Posteriormente
(post), se analizó la evolución de estas
competencias tras la aplicación de talleres,
ejercicios prácticos y estrategias de
retroalimentación docente. Esta comparación
entre pre y post permite determinar la
efectividad de las intervenciones y comprender
cómo los estudiantes internalizan las
habilidades lectoras, redaccionales y críticas en
su formación académica.
Los instrumentos de recolección de información
incluyeron la revisión documental, entrevistas
semiestructuradas y análisis de trabajos
académicos de los estudiantes, con el fin de
evaluar sus competencias en lectura, redacción
y pensamiento crítico. La revisión documental
permitió establecer un marco teórico sólido y
conocer experiencias previas en la formación
universitaria, mientras que las entrevistas y el
análisis de trabajos académicos brindaron
información directa sobre la percepción de los
estudiantes y la práctica docente (Patton, 2015).
La validación de los instrumentos se realizó
mediante consulta a expertos en educación
superior, lingüística y didáctica, asegurando
claridad, pertinencia y fiabilidad. Los datos pre
proporcionaron una línea base sobre la
competencia inicial de los estudiantes, mientras
que los datos post permitieron identificar
avances, fortalezas y áreas de mejora después
de la intervención pedagógica. Este diseño
asegura que la investigación capture cambios
concretos en el aprendizaje y desarrollo de
competencias. El procedimiento de
investigación se desarrolló en varias etapas,
comenzando con la revisión de literatura y
documentos institucionales relacionados con
competencias comunicativas y pensamiento
crítico en la UNEMI. A continuación, se
aplicaron entrevistas semiestructuradas y se
recopilaron trabajos académicos
representativos de los estudiantes antes (pre) y
después (post) de la implementación de
estrategias de fortalecimiento. Los datos fueron
codificados, categorizados y organizados
temáticamente para identificar patrones,
tendencias y relaciones significativas entre las
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competencias estudiadas. Esta sistematización
permitió realizar un análisis comparativo de los
resultados pre y post, facilitando la
identificación de mejoras en lectura crítica,
redacción académica y pensamiento crítico.
Cada fase del procedimiento se diseñó con
criterios de rigurosidad metodológica,
buscando garantizar la coherencia interna, la
fiabilidad de la información y la aplicabilidad
de los hallazgos a la realidad académica de la
UNEMI.
El análisis de los datos se realizó mediante
técnicas cualitativas de interpretación y
categorización, centradas en identificar
fortalezas, debilidades y oportunidades de
mejora en la formación de competencias
lectoras, redaccionales y críticas. Se utilizó un
enfoque comparativo entre las condiciones pre
y post, permitiendo evaluar el impacto de las
estrategias pedagógicas implementadas en la
UNEMI (Miles et al., 2019). La triangulación
de información de entrevistas, revisión
documental y análisis de trabajos académicos
garantizó la validez y confiabilidad de los
resultados. Este análisis permitió identificar
avances en la capacidad de argumentación,
coherencia textual, comprensión lectora y
pensamiento crítico, así como deficiencias que
requieren atención en futuros programas
formativos. La comparación pre y post
evidenció la relevancia de integrar
metodologías activas, retroalimentación
constante y ejercicios prácticos para consolidar
estas competencias en el aprendizaje
universitario. Se consideraron aspectos éticos
esenciales en toda la investigación, asegurando
la confidencialidad, anonimato y
consentimiento informado de los participantes.
La participación fue voluntaria y los datos
obtenidos se utilizaron exclusivamente con
fines académicos y formativos, respetando los
principios de ética en la investigación educativa
(American Educational Research Association,
2011). Los hallazgos fueron compartidos con
docentes y autoridades de la UNEMI para
promover mejoras en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, especialmente en la
adquisición de competencias críticas. La
comparación pre y post permitió evaluar de
manera responsable los efectos de las
estrategias pedagógicas, proporcionando
información valiosa para la toma de decisiones
académicas y la planificación curricular. Este
enfoque ético garantiza que la investigación
contribuya al fortalecimiento de la educación
superior en la UNEMI, asegurando el desarrollo
integral de los estudiantes y la consolidación de
habilidades fundamentales para su formación
profesional.
Resultados y Discusión
Los resultados obtenidos en esta investigación
permiten observar de manera clara la evolución
de las competencias de lectura, redacción y
pensamiento crítico de los estudiantes de la
UNEMI antes (pre) y después (post) de la
implementación de estrategias pedagógicas
integradas. Los instrumentos utilizados
(revisión documental, entrevistas
semiestructuradas y análisis de trabajos
académicos) proporcionaron datos confiables
que permiten contrastar la situación inicial con
los efectos de la intervención. La comparación
pre y post ofrece evidencia del impacto de
metodologías activas, talleres de lectura crítica,
ejercicios de redacción y debates académicos
sobre la formación de competencias esenciales
en la educación superior.
Tabla 1. Resultados obtenidos
Nivel de
comprensión
Pre (%)
Post (%)
Básico
35
10
Intermedio
45
40
Avanzado
20
50
Fuente: elaboración propia
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La evaluación pre de comprensión lectora,
obtenida mediante el análisis de trabajos
académicos y entrevistas, mostró que un 35%
de los estudiantes presentaba un nivel básico,
caracterizado por dificultades en identificar
ideas principales, inferir significados y
relacionar información con otros contextos
académicos. Esto se confirmó mediante la
revisión de ensayos y reportes, donde la
información era fragmentaria y carecía de
cohesión. Tras la intervención (post), que
incluyó talleres de lectura crítica, discusiones
guiadas y análisis de artículos académicos, el
nivel avanzado se incrementó al 50%, mientras
que el básico disminuyó al 10%. Los
estudiantes reportaron en entrevistas una mayor
capacidad para interpretar textos complejos,
identificar argumentos implícitos y evaluar la
fiabilidad de las fuentes consultadas. La
comparación pre y post refleja que la práctica
constante de lectura analítica y las metodologías
activas generan una mejora significativa en
habilidades metacognitivas, autonomía
intelectual y capacidad de síntesis crítica,
confirmando los objetivos planteados en la
metodología.
Tabla 2. Nivel de coherencia y organización en
redacción académica pre y post intervención
Nivel de redacción
Pre (%)
Post (%)
Deficiente
40
15
Aceptable
40
45
Excelente
20
40
Fuente: elaboración propia
Antes de la intervención (pre), el análisis de
trabajos académicos indique un 40% de los
estudiantes presentaba redacción deficiente, con
problemas de coherencia, errores gramaticales y
dificultades para organizar ideas de forma
lógica. Las entrevistas corroboraron que
muchos estudiantes no aplicaban estrategias de
planificación de textos ni estructuraban
adecuadamente introducción, desarrollo y
conclusión. Tras la implementación de
ejercicios de escritura guiada, retroalimentación
docente y talleres de redacción académica
(post), el nivel excelente se duplicó al 40%,
mientras que el deficiente disminuyó al 15%.
Esto evidencia que las estrategias pedagógicas
no solo mejoran la forma de redactar, sino que
también fortalecen el pensamiento crítico al
requerir que los estudiantes argumenten,
evalúen fuentes y establezcan relaciones lógicas
entre ideas. La comparación pre y post confirma
que la redacción académica se beneficia
directamente de intervenciones sistemáticas y
metodológicamente diseñadas, tal como se
había planteado en la metodología.
Tabla 3. Capacidad de pensamiento crítico pre
y post intervención
Nivel de redacción
Pre (%)
Post (%)
Deficiente
30
10
Aceptable
50
45
Excelente
20
45
Fuente: elaboración propia
La capacidad de pensamiento crítico evaluada
pre mediante entrevistas y análisis de trabajos
académicos mostró que solo un 20% de los
estudiantes alcanzaba un nivel alto, reflejando
limitaciones en la evaluación de información, la
identificación de supuestos y la elaboración de
argumentos sólidos. Tras la intervención (post),
que incluyó metodologías activas como
estudios de caso, debates y resolución de
problemas reales, el nivel alto se incrementó al
45% y el nivel bajo disminuyó al 10%. Los
análisis documentales y entrevistas post
intervención revelaron que los estudiantes ahora
cuestionan supuestos, evalúan la validez de las
fuentes y proponen soluciones fundamentadas.
La comparación pre y post confirma que el
pensamiento crítico se fortalece cuando se
integra con prácticas de lectura y redacción,
consolidando habilidades cognitivas superiores
y fomentando la autonomía intelectual.
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Tabla 4. Participación activa en actividades
académicas pre y post intervención
Pre (%)
Post (%)
35
12
45
43
20
45
Fuente: elaboración propia
Antes de la intervención (pre), la participación
activa en actividades académicas era limitada,
con un 35% de estudiantes mostrando baja
participación en debates, talleres y análisis de
textos. El análisis de entrevistas indicó que la
falta de motivación y habilidades iniciales de
lectura y redacción dificultaba la integración en
actividades colaborativas. Tras la
implementación de estrategias integradas
(post), el nivel alto de participación se
incrementó al 45%, mientras que el nivel bajo
se redujo al 12%. Esto demuestra que la
combinación de lectura crítica, redacción
académica y ejercicios de pensamiento crítico
no solo fortalece competencias cognitivas, sino
que también motiva la participación activa,
promueve la colaboración y mejora la
interacción en entornos académicos.
Tabla 5. Aplicación de habilidades analíticas y
argumentativas pre y post intervención
Nivel de participación
Pre (%)
Post (%)
Baja
40
15
Media
45
40
Alta
15
45
Fuente: elaboración propia
Antes de la intervención (pre), el análisis de
trabajos académicos mostró que el 40% de los
estudiantes tenía dificultades en la construcción
de argumentos sólidos y en la evaluación de
información académica. Tras la
implementación de talleres de redacción
argumentativa, análisis de textos y ejercicios de
resolución de problemas (post), el nivel alto de
habilidades analíticas aumentó al 45%. Las
entrevistas confirmaron que los estudiantes
ahora pueden identificar evidencia relevante,
sintetizar información compleja y construir
argumentos lógicamente estructurados. La
comparación pre y post refuerza la idea de que
la integración de estrategias pedagógicas
permite consolidar competencias cognitivas
esenciales para la investigación, el análisis
crítico y la producción académica de calidad.
Tabla 6. Satisfacción y percepción del
aprendizaje pre y post intervención
Nivel de satisfacción
Pre (%)
Post (%)
Baja
25
10
Media
50
40
Alta
25
50
Fuente: elaboración propia
La percepción de los estudiantes sobre su
aprendizaje (pre) mostraba que solo un 25%
consideraba que había mejorado
significativamente en lectura, redacción y
pensamiento crítico. Tras la intervención (post),
el nivel alto aumentó al 50% y el bajo
disminuyó al 10%. Las entrevistas revelaron
que los estudiantes valoran la efectividad de
talleres, ejercicios guiados y retroalimentación
docente, destacando que estas estrategias
fortalecieron su confianza y capacidad para
enfrentar desafíos académicos. La comparación
pre y post evidencia que la satisfacción
percibida está directamente relacionada con el
desarrollo de competencias clave y con la
implementación de metodologías activas y
estructuradas, consolidando un aprendizaje
significativo y sostenible. Los resultados
obtenidos en este estudio permiten afirmar que
la implementación de estrategias integradas de
lectura, redacción y pensamiento crítico
produjo mejoras significativas en el desempeño
académico de los estudiantes de la Universidad
Estatal de Milagro (UNEMI). El análisis
comparativo entre las mediciones pre y post
intervención revela una evolución positiva en
las competencias de comprensión lectora,
pasando del 35% en nivel básico al 10%, lo que
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evidencia un incremento sustancial de las
capacidades interpretativas. Estos resultados
coinciden con lo expuesto por García y Ramírez
(2020), quienes sostienen que la lectura
comprensiva y crítica fomenta la capacidad de
inferencia, el análisis de estructuras textuales y
la síntesis de información compleja. En el
contexto de la UNEMI, los talleres
implementados no solo facilitaron la
decodificación de textos académicos, sino
también el fortalecimiento del pensamiento
reflexivo y la autoconciencia lectora. La
experiencia demuestra que la comprensión
lectora no debe limitarse a la decodificación
literal, sino orientarse hacia la interpretación
crítica de los contenidos, favoreciendo un
aprendizaje autónomo y consciente.
En lo que respecta a la competencia escritural,
los resultados reflejan un avance significativo
en la calidad de la redacción académica, con un
aumento del nivel excelente del 20% al 40%
tras la intervención. Este progreso demuestra la
efectividad de las metodologías aplicadas,
centradas en la práctica reflexiva de la escritura,
la revisión colaborativa y la retroalimentación
formativa. Hernández, Martínez y Pineda
(2019) señalan que la escritura académica
guiada permite a los estudiantes desarrollar
habilidades de organización textual, coherencia
argumentativa y precisión conceptual, aspectos
que fueron evidentes en los resultados post. En
la etapa pre, se observó una tendencia
generalizada a la fragmentación de ideas y la
ausencia de cohesión discursiva, mientras que
en el post, los estudiantes mostraron un dominio
más claro de la estructura de párrafos, el uso
adecuado de conectores lógicos y una
argumentación más sólida. Este cambio
refuerza la importancia de concebir la redacción
académica como un proceso formativo y
continuo que consolida las capacidades
comunicativas y el pensamiento estructurado
del estudiante universitario. El desarrollo del
pensamiento crítico constituye otro de los
hallazgos más relevantes del estudio, con un
incremento del 20% al 45% en el nivel alto de
desempeño. La comparación pre y post refleja
que las estrategias de análisis de casos, debates
estructurados y resolución de problemas
promovieron una mayor capacidad de
cuestionamiento y evaluación de información.
De acuerdo con Facione (2015) y Paul y Elder
(2019), el pensamiento crítico se caracteriza por
la disposición a analizar evidencias, formular
juicios razonados y reflexionar sobre la validez
de los argumentos. En este sentido, la UNEMI
ha demostrado que los espacios de diálogo
académico y reflexión colectiva potencian las
habilidades metacognitivas y la autonomía
intelectual de los estudiantes. El crecimiento
evidenciado confirma que el pensamiento
crítico no se desarrolla de manera espontánea,
sino mediante intervenciones pedagógicas
planificadas que estimulan la argumentación
lógica, la evaluación de fuentes y la
construcción de conocimiento sustentado en
evidencia científica.
Los niveles de participación activa en
actividades académicas también mostraron una
evolución positiva, pasando de un 20% en el pre
a un 45% en el post, lo que representa una
mejora significativa en el compromiso
estudiantil. Este aumento refleja que la
integración de lectura, redacción y pensamiento
crítico no solo impacta en el rendimiento
cognitivo, sino también en la motivación y la
interacción social. Según Vygotsky (1978), el
aprendizaje se fortalece mediante la
colaboración y la interacción entre pares, donde
el lenguaje actúa como mediador del
conocimiento. De igual forma, Piaget (2002)
sostiene que la participación activa estimula el
desarrollo del pensamiento lógico y la
autorregulación del aprendizaje. En la UNEMI,
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la aplicación de metodologías participativas
permitió que los estudiantes asumieran un rol
protagónico en su propio proceso formativo,
generando espacios de diálogo, coevaluación y
reflexión conjunta. Este resultado evidencia que
el aprendizaje significativo emerge de la
interacción constante entre la lectura crítica, la
escritura reflexiva y el debate académico
constructivo.
Las habilidades analíticas y argumentativas de
los estudiantes también experimentaron un
crecimiento notorio, incrementándose el nivel
alto del 15% al 45% en la evaluación post. Este
avance sugiere que la exposición a lecturas
complejas y la escritura basada en argumentos
contribuyeron al fortalecimiento del
razonamiento lógico y la capacidad de síntesis.
Creswell y Poth (2018) afirman que las
estrategias de análisis textual y redacción crítica
favorecen la construcción de un pensamiento
científico, basado en la evidencia y la
coherencia discursiva. Durante la fase pre, los
textos producidos por los estudiantes se
caracterizaban por descripciones superficiales y
ausencia de fundamentación teórica, mientras
que en la fase post se observó un cambio hacia
la argumentación estructurada, la precisión
conceptual y el uso de fuentes académicas
confiables. Estos resultados reflejan que la
escritura crítica constituye una herramienta
esencial para el desarrollo del razonamiento
lógico y la formación de competencias
cognitivas avanzadas en el nivel universitario.
La percepción de aprendizaje y satisfacción
académica alcanzó un aumento significativo,
pasando del 25% en nivel alto durante la
medición pre al 50% en el post. Este resultado
evidencia que los estudiantes valoran
positivamente la experiencia de aprendizaje
cuando perciben un progreso tangible en sus
competencias y una relación directa entre los
contenidos abordados y su aplicación práctica.
Según Ausubel (2000) la significatividad del
aprendizaje se consolida cuando el estudiante
logra integrar los nuevos conocimientos a su
estructura cognitiva, estableciendo vínculos con
experiencias previas. Asimismo, Biggs y Tang
(2011) sostienen que la satisfacción académica
está estrechamente vinculada con la percepción
de autoeficacia y la claridad de los objetivos
pedagógicos. En este sentido, la experiencia
desarrollada en la UNEMI demuestra que la
lectura, la redacción y el pensamiento crítico
constituyen pilares fundamentales para una
formación universitaria de calidad, orientada a
la reflexión, la autonomía y el desarrollo
integral del estudiante.
Conclusiones
La presente investigación permitió constatar
que la lectura, la redacción y el pensamiento
crítico son competencias esenciales e
interdependientes para el fortalecimiento del
aprendizaje en la educación superior. En la
UNEMI, los resultados del estudio reflejan que
el desarrollo de estas habilidades impacta
directamente en la calidad académica, la
autonomía intelectual y la capacidad reflexiva
de los estudiantes. Los procesos de
comprensión lectora demostraron que la lectura
crítica facilita el análisis de textos académicos,
la identificación de ideas principales y la
construcción de significados personales (Solé,
2016). A su vez, la práctica de la lectura
reflexiva permitió que los estudiantes asuman
una postura activa frente al conocimiento,
cuestionando y relacionando los contenidos con
sus experiencias previas. En consecuencia, se
reafirma que leer en el contexto universitario
implica no solo decodificar información, sino
transformarla en conocimiento significativo que
potencie la formación integral del futuro
profesional. En cuanto a la redacción
académica, se concluye que su dominio
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constituye un indicador del nivel de desarrollo
cognitivo y comunicativo alcanzado por el
estudiante universitario. La escritura, concebida
como proceso, posibilita la organización de
ideas, la expresión argumentada y la generación
de nuevos conocimientos (Carlino, 2013). Los
avances observados entre los niveles pre y post
intervención evidencian que las estrategias de
redacción guiada, revisión colaborativa y
retroalimentación formativa son efectivas para
mejorar la coherencia, la cohesión y la claridad
discursiva. Asimismo, el fortalecimiento de la
competencia escritural contribuye al
pensamiento estructurado y a la construcción de
discursos académicos más rigurosos y
fundamentados. Este hallazgo coincide con las
investigaciones de Hernández et al. (2014),
quienes destacan que la escritura constituye una
herramienta cognitiva que articula la reflexión,
la argumentación y la comunicación científica
en el ámbito universitario.
Respecto al pensamiento crítico, la
investigación demostró que su desarrollo es el
resultado de un proceso formativo sistemático
que integra lectura, escritura y reflexión
académica. Los resultados post intervención
evidencian un incremento significativo en la
capacidad de análisis, evaluación y formulación
de juicios argumentados. Esto confirma lo
planteado por Paul y Elder (2019), quienes
sostienen que el pensamiento crítico implica la
disposición de cuestionar ideas, examinar
evidencias y fundamentar opiniones con base en
criterios racionales. En la UNEMI, las
estrategias de aprendizaje implementadas
promovieron la discusión reflexiva, la
resolución de problemas y la toma de decisiones
fundamentadas, generando un ambiente
propicio para la autonomía intelectual. Se
concluye, por tanto, que el pensamiento crítico
no se enseña como contenido aislado, sino que
se construye mediante prácticas integradas que
estimulan la curiosidad, la indagación y la
argumentación constante.
Asimismo, se concluye que la participación
activa y la interacción colaborativa
fortalecieron el sentido de pertenencia y el
compromiso con el aprendizaje. Las estrategias
pedagógicas que promovieron el trabajo en
equipo, los debates y las lecturas compartidas
contribuyeron a crear espacios de reflexión
conjunta, donde los estudiantes pudieron
confrontar ideas y construir conocimiento de
manera colectiva. Según Vygotsky (1978), el
aprendizaje se potencia a través de la
interacción social, ya que el diálogo entre pares
permite la mediación del conocimiento y la co-
construcción de significados. En el contexto de
la UNEMI, este enfoque colaborativo fomentó
el pensamiento reflexivo, la empatía académica
y la autorregulación, aspectos fundamentales
para el aprendizaje significativo. De esta
manera, la educación universitaria se proyecta
como un espacio de transformación intelectual
y social, en el que la lectura, la escritura y la
crítica se constituyen en ejes articuladores del
desarrollo humano.
La comparación entre las mediciones pre y post
intervención confirma que las estrategias
implementadas generaron un impacto positivo y
sostenido en las competencias comunicativas y
cognitivas de los estudiantes. Los avances
observados en la comprensión lectora, la
calidad de la escritura y el nivel de pensamiento
crítico demuestran que los programas
integrados son más efectivos que los enfoques
fragmentados. Creswell y Poth (2018) sostienen
que los procesos formativos deben orientarse
hacia la articulación de habilidades
transversales que vinculen la teoría con la
práctica y promuevan el razonamiento lógico.
En este sentido, los resultados obtenidos en la
UNEMI validan la pertinencia de los enfoques
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pedagógicos activos, centrados en el estudiante
y en la integración de la lectura y la escritura
como medios de construcción del
conocimiento. Estos hallazgos abren la
posibilidad de aplicar modelos similares en
otras carreras y contextos universitarios,
adaptados a las particularidades de cada
disciplina.
Se concluye que la lectura, la redacción y el
pensamiento crítico no solo constituyen
competencias académicas, sino también
dimensiones esenciales del desarrollo humano y
profesional. En la sociedad contemporánea,
caracterizada por la sobreabundancia
informativa, estas habilidades representan
herramientas indispensables para discernir,
argumentar y actuar de manera ética y
fundamentada. Ausubel (2000) enfatiza que el
aprendizaje significativo se produce cuando el
estudiante relaciona los nuevos conocimientos
con estructuras previas de comprensión,
otorgándoles sentido y aplicabilidad. En la
UNEMI, los estudiantes que participaron en la
intervención demostraron un nivel más alto de
autonomía, seguridad argumentativa y
motivación académica. Por tanto, se
recomienda que las universidades ecuatorianas
continúen promoviendo políticas
institucionales que integren la lectura crítica, la
redacción académica y el pensamiento reflexivo
como ejes transversales de toda formación
profesional.
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