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e a melhoria do desempenho operacional de
militares, constituindo uma proposta aplicável
em contextos de alta exigência física.
Palavras-chave: Lesões musculoesqueléticas,
Reabilitação física, Prevenção, Treinamento
militar, Capacidade operacional.
Introducción
Las lesiones musculoesqueléticas constituyen
una de las principales causas de limitación
funcional en poblaciones sometidas a elevadas
demandas físicas, estas afecciones se
manifiestan mediante dolor, inflamación,
pérdida de fuerza y restricción de la movilidad
articular (Jaramillo, 2025). Dichos síntomas
afectan directamente la capacidad para ejecutar
tareas operativas y actividades cotidianas de
manera eficiente, en situaciones más severas, la
progresión de la lesión puede derivar
complicaciones crónicas de difícil tratamiento
(Martins , 2020). Los miembros inferiores se
considera la región anatómica con mayor
incidencia de daños, debido a su constante
participación en actividades de alta exigencia,
entre los principales factores de riesgo destacan
los entrenamientos intensivos, las marchas
prolongadas con sobrecarga y las maniobras en
terrenos irregulares (Peña, 2024). Estas
condiciones son inherentes a los programas de
preparación física militar, en donde se
manifiesta la elevada frecuencia de lesiones,
considerando altamente la constitución de un
grupo altamente expuesto y prioritario para
estrategias de prevención y rehabilitación
(Flores, 2025).
Los esguinces, fracturas, desgarros musculares
y tendinopatías constituyen un problema de
salud significativo en el ámbito militar, estas
lesiones afectan la integridad física y el
bienestar psicológico de los soldados, limitando
su desempeño en entrenamientos y operaciones
(Chero, 2024). A su vez, generan elevados
costos asociados a tratamientos médicos,
periodos de recuperación y procesos de
rehabilitación especializados. El ausentismo
prolongado disminuye la disponibilidad de
personal y compromete la capacidad operativa
institucional (Sosa, 2022). A pesar de los
avances alcanzados en protocolos de
prevención y rehabilitación, las estrategias
aplicadas en el ámbito militar suelen conservar
un enfoque predominantemente reactivo, esto
implica que se prioriza el tratamiento posterior
a la lesión (Castillo, 2025). Sin embargo, en
años recientes se han desarrollado
intervenciones estructuradas que incorporan
programas de ejercicio neuromuscular,
fortalecimiento progresivo y control de cargas,
con resultados alentadores y reducciones de
entre un 14 % y un 25 % en la incidencia de
lesiones recurrentes (Chero, 2024).
No obstante, la evidencia disponible aún no es
completamente uniforme respecto a la
efectividad de dichas intervenciones, su éxito
depende de la correcta dosificación del
entrenamiento y de la adecuada adaptación a los
perfiles de riesgo individuales de los soldados
(Fernández, 2021). Del mismo modo, es
indispensable que estos programas sean
contextualizados según las demandas
operativas específicas de cada unidad militar.
Solo bajo estas condiciones es posible
garantizar que las estrategias de rehabilitación y
prevención generen beneficios sostenibles y
aplicables en el mediano y largo plazo (Peña,
2024). Flores (2025) y diversos estudios
internacionales, demuestran que la
rehabilitación y la prevención física reducen de
manera significativa las lesiones de miembros
inferiores en población militar. En Israel, los
programas de control de carga y descanso
disminuyeron las fracturas por estrés en más de
un 60 %, mientras que un plan multifactorial de
educación y vigilancia redujo entre un 40 % y
60 % las bajas por lesiones durante el