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was used, combining quantitative and
qualitative techniques for data collection.
Surveys of students and teachers, semi-
structured interviews and classroom
observations were applied to evaluate the level
of emotional intelligence and its relationship
with school coexistence. The results showed
that students with greater development of
emotional intelligence have better
communication, empathy and self-regulation
skills, which facilitates peaceful conflict
resolution. However, a lack of structured
strategies within the school curriculum to
strengthen this competence was identified,
which generates difficulties in coexistence and
an increase in interpersonal conflicts. Based on
these findings, it is concluded that the
incorporation of emotional education programs
in the academic training of students could
significantly improve the school climate, reduce
the incidence of conflicts and favor the integral
development of students. The design and
implementation of pedagogical strategies that
promote emotional intelligence as a key tool for
school coexistence is recommended.
Keywords: Emotional intelligence, Conflict
resolution, School coexistence, Basic
education, Pedagogical strategies.
Introducción
La educación básica constituye un espacio de
formación integral en el que convergen diversas
realidades sociales, culturales y emocionales, lo
que con frecuencia genera escenarios propensos
a la aparición de conflictos entre estudiantes,
docentes y la comunidad educativa en general.
Estos conflictos, lejos de ser situaciones aisladas,
forman parte del proceso natural de interacción
y, si no se gestionan de manera adecuada,
pueden derivar en ambientes escolares tensos
que afectan el rendimiento académico y las
relaciones interpersonales. Ante esta
problemática, la inteligencia emocional se
presenta como una estrategia fundamental para
el manejo y la resolución constructiva de dichas
situaciones, puesto que permite reconocer,
comprender y regular las emociones propias y
ajenas, favoreciendo la comunicación asertiva y
el respeto mutuo. De este modo, fomentar
habilidades emocionales en el ámbito escolar no
solo fortalece la convivencia pacífica y armónica
en las aulas, sino que también contribuye al
desarrollo de competencias socioemocionales
que resultan esenciales para la vida cotidiana.
Asimismo, integrar la inteligencia emocional
como herramienta pedagógica aporta
significativamente a la construcción de
ciudadanos más empáticos, resilientes y capaces
de enfrentar los desafíos del entorno actual,
caracterizado por la diversidad y la constante
interacción social (Valdiviezo y Rivera, 2022;
Silva, 2024; Luna et al., 2025). La inteligencia
emocional puede definirse como la capacidad
que tiene una persona para identificar,
comprender y regular sus propias emociones, así
como reconocer e influir en las emociones de los
demás, con el propósito de favorecer la
interacción social, la toma de decisiones y el
bienestar personal. Al respecto, la inteligencia
emocional integra un conjunto de habilidades
como la autoconciencia, la autorregulación, la
motivación, la empatía y las competencias
sociales, las cuales son determinantes para el
desarrollo integral del individuo y su capacidad
de adaptación en distintos contextos. En el
ámbito educativo, esta habilidad se convierte en
un recurso esencial para promover la
convivencia armónica, la prevención de
conflictos y la construcción de relaciones
basadas en el respeto mutuo y la comunicación
efectiva (Goleman, 2021; Salovey y Mayer,
2020; Fernández y Extremera, 2022).
En el contexto educativo actual, la inteligencia
emocional se ha convertido en un factor clave
para el desarrollo integral de los estudiantes,
influyendo significativamente en su bienestar
socioemocional, desempeño académico y
capacidad para resolver conflictos. La educación
no solo debe enfocarse en la transmisión de