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estrategias propuestas en este artículo se
fundamentan en la idea de que el
involucramiento de los padres no debe ser una
tarea aislada, sino un proceso continuo que
implique una comunicación fluida y la creación
de espacios de colaboración entre la escuela y el
hogar. La falta de involucramiento de los padres
en la educación de sus hijos es una
preocupación significativa que no solo afecta el
rendimiento académico de los estudiantes, sino
que también incide en su desarrollo emocional
y social. En concordancia con Sánchez (2022)
“Los padres tienen el deber de brindar apoyo
emocional a sus hijos. Les inyectan las primeras
dosis de amor, cariño y respeto”, Por aquello, es
merecedor sostener que el desarrollo de valores
y sentimientos a edades tempranas en casa y
escuela fortalecen el bienestar integral de los
infantes. Madariaga, (2024) manifiesta que “En
el apasionante viaje de la educación, padres y
educadores desempeñan roles
complementarios, siendo ambos artífices del
desarrollo integral de nuestros hijos”. Es por
ello que, se hace énfasis en las estrategias
didácticas diseñadas para promover la
participación familiar, que no solo benefician a
los estudiantes, sino que también fortalecen a la
comunidad educativa en su conjunto.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Niñez
y Adolescencia (UNICEF) ha venido trabajando
en el estudio de los factores que indicen en los
diferentes aspectos del desarrollo integral del
niños y adolescentes. En ese sentido,
(Montesdeoca, 2024) afirma que “Los
estudiantes de familias con bajos ingresos a
menudo carecen de recursos educativos básicos,
como libros, computadoras y tutores, lo que
puede limitar su potencial académico y
oportunidades de éxito”. Por tanto, las familias
que poseen más recursos económicos gozan de
materiales escolares, mejores oportunidades y
el apoyo efectivo en la escolaridad, este
contraste evidencia que la participación familiar
en lo económico debe ser sustentable para el
éxito académico de sus hijos. Finalmente, la
investigación en este campo puede proporcionar
a los educadores una base sólida de evidencia
sobre las mejores prácticas para fomentar la
participación familiar. Entre las necesidades
más apremiantes se destacan: la comprensión y
la motivación, habilidades de escucha y
comunicación asertiva, acompañamiento
pedagógico en las actividades educativas, entre
otras (Aguirre, 2024).
Al identificar las necesidades educativas de
participación familiar, estas se pueden abordar
de forma efectivas y ser implementadas de
manera sostenible, este estudio contribuirá a
mejorar la calidad de la educación de los
estudiantes de cuarto grado. Además, al
promover una mayor participación de las
familias, se espera que los estudiantes
desarrollen una actitud más positiva hacia la
escuela y el aprendizaje, lo que puede tener un
impacto duradero en su trayectoria educativa y
personal. Es menester entonces, converger
acciones para identificar el impacto de la
aplicación de estrategias didácticas efectivas
que promuevan la participación mancomunada
de los padres de familia y estudiantes de cuarto
grado de educación básica de la Escuela
Domingo Faustino Sarmiento.
Materiales y Métodos
Para facilitar la comprensión del presente
artículo, se expone el concepto de la
investigación de campo, que se apoya en
información del objeto de estudio o de los
involucrados en él, a partir de cuestionamientos
en el entorno donde ocurre el proceso a
describir. Por un lado, la investigación tuvo un
enfoque censal, en virtud de incorporar estudios
demostrables sobre toda la población. Por otro
lado, con el uso de encuestas, observaciones,