Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2025
Página 947
FACTORES DETERMINANTES Y PERCEPCIÓN DEL CONSUMO DE ALCOHOL EN
ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN HUMANAS Y
TECNOLOGÍAS
DETERMINANT FACTORS AND PERCEPTION OF ALCOHOL CONSUMPTION AMONG
STUDENTS OF THE FACULTY OF EDUCATION, HUMANITIES, AND TECHNOLOGIES
Autores: ¹Jimmy Vinicio Román Proaño, ²Nancy Patricia Valladares Carvajal, 3Marcela
Elizabeth Cadena Figueroa y 4Jhonny Patricio Ilbay Cando.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-9669-8957
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-6768-4027
3ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-1698-5791
4ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-0772-2671
¹E-mail de contacto: jimmy.roman@unach.edu.ec
²E-mail de contacto: nvalladares@unach.edu.ec
3E-mail de contacto: marcelacadena@unach.edu.ec
4E-mail de contacto: jhonny.ilbay@unach.edu.ec
Afiliación:1*2*3*4*Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador).
Articulo recibido: 28 de mayo del 2025
Articulo revisado: 29 de mayo del 2025
Articulo aprobado: 13 de junio del 2025
¹Licenciado en Psicología Educativa Orientación Vocacional y Familiar, (Ecuador) graduado en la Universidad Nacional de Chimborazo,
(Ecuador). Magíster en Docencia mención Intervención Psicopedagógica graduado en la Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador).
²Licenciada en Ciencias de la Educación, Profesora de Educación Inicial graduada en la Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador).
Magíster en Educación Parvularia mención Juego, Arte y Aprendizaje graduada en la Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador).
3Licenciada en Diseño Gráfico graduada en la Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador). Magíster en Tecnologías para la Gestión
y Práctica Docente graduada en la Pontificia Universidad Católica Del Ecuador, (Ecuador).
4Licenciado en Ciencias de la Educación, Profesor de Ciencias Exactas graduado en la Universidad Nacional de Chimborazo, (Ecuador).
Máster Universitario en Ingeniería Matemática y Computación graduado en la Universidad Internacional de la Rioja, (España).
Resumen
Los principales factores determinantes para el
consumo de alcohol destacan la influencia de
amigos, familiares y el entorno cultural, que
pueden normalizar o promover el consumo.
Este estudio tuvo como objetivo identificar los
principales factores determinantes y
percepciones sobre el consumo de alcohol en
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la
Educación, Humanas y Tecnologías. Con una
metodología cualitativa, descriptiva, no
experimental y de corte transversal, se
aplicaron encuestas a 1045 estudiantes que
aceptaron participar mediante consentimiento
informado. La herramienta consistió en 10
preguntas de opción múltiple, y los datos se
analizaron mediante Excel, representándose en
figuras y tablas. Los resultados mostraron que
la mayoría de los estudiantes perciben y
experimentan el consumo de alcohol en un
contexto social, predominando las bebidas no
alcohólicas en reuniones con amigos. Aunque
algunos consumen alcohol ocasionalmente,
especialmente en edades tempranas (15-20
años), la mayoría no ingiere de forma diaria. La
presión social de amigos emerge como un
factor determinante, con un 79% reportando
que sus colegas insisten en beber, influyendo
en sus decisiones. La percepción del riesgo y
los efectos del alcohol, junto con un nivel alto
de conocimiento parental en muchos casos,
favorecen comportamientos socialmente
responsables y la socialización sin consumo.
Sin embargo, la influencia social y las
expectativas todavía representan riesgos
potenciales, sobre todo en jóvenes que inician
en edades tempranas. En conclusión, el entorno
social y familiar, especialmente las relaciones
con amigos, es clave en las decisiones sobre el
consumo de alcohol. La percepción de riesgo y
la influencia social deben ser abordadas en
acciones preventivas para reducir la
vulnerabilidad a conductas de riesgo entre los
estudiantes.
Palabras clave: Factores determinantes,
Percepción, Consumo de alcohol,
Estudiantes.
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Abstract
The main determinants of alcohol consumption
highlight the influence of friends, family, and
the cultural environment, which can normalize
or promote drinking. This study aimed to
identify the main determinants and perceptions
related to alcohol consumption among students
of the Faculty of Education, Human Sciences,
and Technologies. Using a qualitative,
descriptive, non-experimental, cross-sectional
methodology, surveys were administered to
1,045 students who agreed to participate
through informed consent. The tool consisted
of 10 multiple-choice questions, and the data
were analyzed using Excel, presented in figures
and tables. The results showed that most
students perceive and experience alcohol
consumption in a social context, with non-
alcoholic beverages predominantly consumed
during gatherings with friends. Although some
drink alcohol occasionally, especially at early
ages (15-20 years), the majority do not
consume daily. Peer pressure emerged as a key
determinant, with 79% reporting that their
friends insist on drinking, influencing their
choices. The perception of risks and effects of
alcohol, along with a high level of parental
awareness in many cases, promote responsible
social behaviors and socializing without
alcohol. However, social influence and
expectations still pose potential risks,
especially for young people starting at early
ages. In conclusion, the social and family
environment, particularly friendships, plays a
crucial role in decisions regarding alcohol
consumption. Perception of risk and social
influence should be addressed through
preventive actions to reduce vulnerability to
risky behaviors among students.
Keywords: Determinant factors, Perception,
Alcohol consumption, Students.
Sumário
Os principais fatores determinantes para o
consumo de álcool destacam a influência de
amigos, familiares e o ambiente cultural, que
podem normalizar ou promover o consumo.
Este estudo teve como objetivo identificar os
principais fatores determinantes e percepções
relacionadas ao consumo de álcool entre
estudantes da Faculdade de Educação, Ciências
Humanas e Tecnologias. Com uma abordagem
qualitativa, descritiva, não experimental e de
corte transversal, foram aplicados
questionários a 1.045 estudantes que
concordaram em participar mediante
consentimento informado. A ferramenta
consistiu em 10 perguntas de múltipla escolha,
e os dados foram analisados usando Excel,
apresentados por meio de figuras e tabelas. Os
resultados mostraram que a maioria dos
estudantes percebe e vivencia o consumo de
álcool em um contexto social, com a
predominância de bebidas não alcoólicas em
encontros com amigos. Embora alguns
consumam álcool ocasionalmente,
especialmente entre jovens de 15 a 20 anos, a
maioria não consome diariamente. A pressão
social dos amigos se destacou como um fator
determinante, com 79% relatando que seus
colegas insistem em beber, influenciando suas
decisões. A percepção dos riscos e efeitos do
álcool, junto com um alto nível de
conscientização dos pais em muitos casos,
favorecem comportamentos socialmente
responsáveis e socializações sem consumo. No
entanto, a influência social e as expectativas
ainda representam riscos potenciais,
principalmente em jovens que iniciam o
consumo em idades precoces. Em síntese, o
ambiente social e familiar, especialmente as
amizades, desempenham papel fundamental
nas decisões relacionadas ao consumo de
álcool. A percepção de risco e a influência
social devem ser abordadas através de ações
preventivas para reduzir a vulnerabilidade a
comportamentos de risco entre os estudantes.
Palavras-chave: Fatores determinantes,
Percepção, Consumo de álcool, Estudantes.
Introducción
Los factores determinantes son variables o
elementos que ejercen influencia sobre el
comportamiento, las actitudes o las decisiones
de los individuos, tanto en su forma de actuar
como en sus percepciones respecto a un
fenómeno específico. En el ámbito del consumo
de alcohol, estos factores incluyen dimensiones
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socioculturales, familiares, económicas,
ambientales y psicológicas que modulan la
propensión o reticencia de una persona a
involucrarse en dicho comportamiento. La
utilidad de los factores determinantes radica en
su capacidad para explicar las causas
subyacentes y las condiciones contextuales que
conducen a la aparición y mantenimiento del
consumo de alcohol. La identificación y análisis
de estos factores constituyen insumos
esenciales para el diseño de intervenciones
preventivas y estrategias de promoción de la
salud, permitiendo una aproximación más
focalizada y efectiva en la modificación de
comportamientos, además de facilitar una
comprensión integral del entramado contextual
que configura las percepciones y actitudes
relacionadas con dicho consumo.
El alcoholismo, también conocido como
trastorno por consumo de alcohol, es una
condición crónica y progresiva caracterizada
por la ingesta compulsiva y descontrolada de
bebidas alcohólicas, a pesar de sus
consecuencias negativas para la salud física,
mental y social del individuo. Esta dependencia
puede generar una pérdida de control sobre el
consumo, tolerancia creciente y síntomas de
abstinencia, lo que dificulta que la persona deje
de beber incluso cuando enfrenta problemas
derivados de su consumo excesivo. Entre las
principales consecuencias del alcoholismo se
encuentran el deterioro de la salud física,
incluyendo enfermedades hepáticas,
cardiovasculares y neurológicas; alteraciones
psicológicas como depresión y ansiedad;
además de impactos sociales y familiares, como
el aumento de conflictos, pérdida de empleo y
exclusión social. La problemática del
alcoholismo representa un riesgo significativo
para el bienestar integral del individuo y la
comunidad, requiriendo atención especializada
y políticas preventivas efectivas.
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) en 2019, alrededor de 2,6 millones de
muertes a nivel global se atribuyeron al
consumo de alcohol, siendo la mayoría por
enfermedades no transmisibles (1,6 millones),
seguidas de traumatismos (700,000 habitantes)
y enfermedades transmisibles (300,000
habitantes). La mortalidad relacionada con el
alcohol fue significativamente mayor en los
hombres, con dos millones de fallecimientos, en
comparación con las mujeres, que registraron
600,000 habitantes. Además, se estima que unos
400 millones de personas, el 7% de la población
mundial de 15 años en adelante, padecían
trastornos por consumo de alcohol, de los cuales
209 millones, es decir; el 3,7% presentaban
dependencia alcohólica (OMS, 2024). En el
contexto americano, el alcoholismo representa
el 40%, superior a la media global (OPS, 2020).
En el Ecuador, más de 900.000 habitantes
consumen alcohol (INEC, 2013). Datos más
actualizados, el consumo de alcohol inicia en la
niñez y adolescencia, con un 7,6% de niños y
adolescentes entre 10 y 17 años reportando
haber consumido alcohol. Esta problemática
temprana representa un riesgo para su salud
física, mental y social, destacando la
importancia de implementar acciones
preventivas en esta etapa crucial del desarrollo
(INEC, 2018).
Los principales factores determinantes para el
consumo de alcohol son variables
contextualizadas y personales que influyen en la
decisión de ingerir bebidas alcohólicas. Entre
estos, destacan los factores sociales, como la
influencia de amigos, familiares y el entorno
cultural, que pueden normalizar o promover el
consumo (Casanova et al., 2024). Asimismo, la
disponibilidad y accesibilidad del alcohol
constituyen elementos clave que facilitan su
consumo (Pilatti et al., 2013; Duffy, 2014).
Otros factores incluyen las creencias y
percepciones sobre los efectos del alcohol, las
actitudes sociales hacia el consumo, y las
condiciones psicológicas, como la búsqueda de
escapar de problemas o disminuir la ansiedad
(Romero et al., 2019; Prasetyo et al., 2022).
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Además, aspectos económicos y el nivel de
educación también inciden en la propensión a
consumir alcohol, conformando un conjunto de
variables que interactúan y afectan las
decisiones individuales respecto a la ingesta de
bebidas alcohólicas (Saltos, 2018).
La investigación de Pilco et al. (2021) se
estableció que, la frecuencia de consumo de
alcohol en la población estudiada muestra un
predominio de la opción “una vez al mes”. Por
otro lado, el estudio de Prieto (2017) estableció
que, el 60% corresponde al sexo femenino y un
40% al masculino, además determinó que la
frecuencia de consumo de bebidas alcohólicas
es de 2 a 4 veces al mes con el 41,58%, además
el 73.26% consume 5 bebidas o más, menos de
una vez al mes. De manera similar, la
investigación de Suntaxi (2023) estableció que
los lugares de consumo más frecuentes
corresponden a la casa propia y en casa de
amigos. Asimismo, el estudio de Campana
(2019) estableció que el 41% consume una o
menos veces al mes. Por los motivos
anteriormente expuestos, el presente estudio
tiene como objetivo el establecer los principales
factores determinantes y percepción del
consumo de alcohol en estudiantes de la
Facultad de Ciencias de la Educación Humanas
y Tecnologías. Los resultados obtenidos
permitieron responder a la interrogante: ¿Cuáles
son los principales factores determinantes y
percepción del consumo de alcohol en
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la
Educación Humanas y Tecnologías?
Materiales y Métodos
El presente estudio posee un enfoque
cualitativo, de carácter descriptivo, no
experimental y de corte transversal, se centró en
establecer los principales factores
determinantes y percepción del consumo de
alcohol en estudiantes de la Facultad de
Ciencias de la Educación Humanas y
Tecnologías. A criterio de los autores de la
investigación se aplicó un muestreo a
convencía, en donde se incluyó a todos los
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la
Educación Humanas y Tecnologías que
aceptaron participar mediante el consentimiento
informado, por ello, los participantes que
conforman el estudio corresponden a 1045
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la
Educación Humanas y Tecnologías, a los cuales
se les aplicó el formato de encuestas, el mismo
que estuvo formado por 10 interrogantes con
respuestas de selección múltiple con la finalidad
de analizar la problemática analiza y responder
a la interrogante. Los resultados obtenidos se
analizaron mediante Microsoft Excel y se
representaron a través de figuras y tablas. Se
respetaron todos los criterios bioéticos y de
investigación, garantizando la integridad y la
anonimidad de cada uno de los participantes.
Resultados y Discusión
De los participantes que conforman el estudio,
se estableció que, el 74,9% se auto percibe con
género masculino, mientras que un 25,6% como
femenino. Finalmente, un 0,5% no se auto
percibe dentro de los géneros anteriormente
mencionados. A continuación, se establecen los
principales resultados asociados con la
aplicación del instrumento.
Tabla 1. Bebidas de consumo habitual en
conjunto con sus amigos
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
Vino
38
3,64
Bebidas energizantes
37
3,54
Cerveza
141
13,49
Agua
269
25,74
Jugos
194
18,56
Gaseosas
297
28,42
Licor o trago
69
6,60
TOTAL
1045
100%
Fuente: elaboración propia
Las gaseosas constituyen la categoría con la
mayor frecuencia de consumo habitual en
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conjunto con amigos, representando un 28,42%.
Le siguen los jugos, con un 18,56%, reflejando
una incidencia significativa en el
comportamiento de consumo en ambientes
sociales. Las aguas, con un 25,74%, ocupan el
tercer lugar, indicando que una proporción
importante de la muestra reporta su ingesta
frecuente en contextos grupales. En menor
medida, se registra el consumo de cerveza
(13,49%), licor o trago (6,60%), bebidas
energizantes (3,54%) y vino (3,64%), lo que
evidencia una menor prevalencia de bebidas
alcohólicas en comparación con las no
alcohólicas. Estos datos muestran una tendencia
predominante hacia el consumo de bebidas no
alcohólicas en ambientes sociales, aunque
también se observan patrones de ingesta
ocasional de alcohol.
Tabla 2. Cantidad de alcohol consumida los
fines de semana
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
No tomo alcohol
602
57,61
1 botella de cerveza:
178
17,03
1 vaso de vino
42
4,02
1 vaso de Licor o trago
46
4,40
Más de una botella de
cerveza
90
8,61
Más de 1 vaso de vino
15
1,44
Más de 1 vaso licor
32
3,06
Más de 1 vaso trago
40
3,83
TOTAL
1045
100%
Fuente: elaboración propia
Un 57,61%, reporta no consumir alcohol en
absoluto. Entre quienes sí consumen, la opción
más frecuente es la ingesta de una botella de
cerveza, con un 17,03%. Seguidamente, un
8,61% consume más de una botella de cerveza,
mientras que el consumo ocasional de un vaso
de vino representa un 4,02%. La ingesta de un
vaso de licor o trago se registra en un 4,40%, y
las cantidades mayores, como más de un vaso
de vino (1,44%), más de un vaso de licor
(3,06%) y más de un vaso de trago (3,83%),
presentan porcentajes menores. Estos datos
muestran que la mayoría de los participantes no
consumen alcohol, y aquellos que lo hacen,
generalmente ingieren cantidades moderadas en
contextos ocasionales.
Tabla 3. Cantidad de alcohol consumida
diariamente
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
No tomo alcohol
817
78,18
1 botella de cerveza:
105
10,05
1 vaso de vino
30
2,87
1 vaso de Licor o trago
43
4,11
Más de una botella de
cerveza
11
1,05
Más de 1 vaso de vino
4
0,38
Más de 1 vaso licor
13
1,24
Más de 1 vaso trago
22
2,11
TOTAL
1045
100%
Fuente: elaboración propia
Un 78,18% de los participantes, reportan no
consumir alcohol en absoluto. Entre quienes
consumen, la opción más frecuente es la ingesta
de una botella de cerveza, con un 10,05%.
Además, un 4,11% consume un vaso de licor o
trago, y pequeños porcentajes reportan ingestas
mayores, como más de una botella de cerveza
(1,05%), más de un vaso de vino (0,38%), más
de un vaso de licor (1,24%) y más de un vaso de
trago (2,11%). Estos datos indican que la
prevalencia de consumo ocasional y en
cantidades moderadas es dominante en la
población estudiada.
Tabla 4. Edad del primer consumo
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
12-14 años
40
3,83
15-17 años
281
26,89
18-20 años
284
27,18
21-23 años
58
5,55
24-26 años
6
0,57
27-29 años
2
0,19
30 años en adelante
4
0,38
No contesta
21
2,01
No consume alcohol
349
33,40
TOTAL
1045
100,00
Fuente: elaboración propia
La mayor proporción de la muestra corresponde
a los grupos de edad de 18 a 20 años, con un
27,18%, seguidos por el grupo de 15 a 17 años,
con un 26,89%. Los adolescentes de 12 a 14
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años representan un 3,83%. En los grupos de
mayor edad, como 21 a 23 años, el porcentaje
es del 5,55%, y en las edades de 24 a 29 años,
las cifras son muy bajas, con menos del 1%.
Además, un 33,40% de los participantes
reportan no consumir alcohol, mientras que un
2,01% no respondió a esta pregunta. Estos datos
reflejan un incremento en el consumo de
alcohol en los rangos de edad adolescentes y
jóvenes adultos, aunque aún existe una
significativa proporción que no consume
alcohol.
Figura 1: Síntomas presentados posterior al
consumo
Los datos muestran que los mareos son
reportados como presentes por el 42,11% de los
encuestados y por el 44,69% no, mientras que
un 13,20% indica que los mareos ocurren
ocasionalmente. Las náuseas están presentes en
un 29,10%, ausentes en un 60,57% y aparecen
ocasionalmente en un 10,33%. Los vómitos se
reportan en un 27,66%, no en un 60,86% y
ocasionalmente en un 11,48%. El dolor
abdominal, por su parte, se presenta en el
14,35%, no en el 80,77% y ocasionalmente en
un 4,88%. La pérdida de conciencia afecta al
12,73%, no al 78,95% y ocasionalmente en un
8,32%. Las convulsiones, aunque en menor
porcentaje, son reportadas por el 2,20% como
presentes y en un 95,69% como ausentes, con
un 2,11% en ocasiones. Finalmente, el malestar
del cuerpo en un 25,36% se presenta y en un
62,01% no, siendo ocasional en un 12,63%.
Estos datos reflejan que síntomas relacionados
con posibles efectos del consumo de alcohol o
situaciones de intoxicación son relativamente
comunes en la población analizada.
Tabla 5. Edad del primer consumo
Ítems
Porcentaje
Nunca
96,08
Una vez
3,64
De 2 a 3 veces
0,19
Más de 3 veces
0,10
TOTAL
100,00
Fuente: elaboración propia
La mayoría de los participantes, un 96,08%,
nunca han tenido su primer consumo de alcohol.
Solo un 3,64% reporta haber consumido alcohol
una sola vez, y porcentajes muy bajos
corresponden a quienes han tenido de 2 a 3
ocasiones (0,19%) o más de 3 veces (0,10%).
Estos datos indican que el inicio en el consumo
de alcohol en esta muestra es
predominantemente nulo, con una mínima
proporción de aquellos que han probado o
consumido en pocas ocasiones.
Tabla 6. Capacidad de socializar sin consumir
alcohol
Ítems
Porcentaje
Sí
95,30
No
4,70
TOTAL
100,00
Fuente: elaboración propia
La mayoría de los encuestados, un 95,30%,
considera que puede socializar sin necesidad de
consumir alcohol, mientras que un 4,70%
afirma que no puede hacerlo sin alcohol. Estos
resultados indican una alta percepción de la
capacidad para socializar en situaciones
sociales sin depender del consumo de bebidas
alcohólicas.
Tabla 7. Conocimiento de los padres acerca del
consumo del alcohol
Ítems
Porcentaje
Sí
69,30
No
30,70
TOTAL
100,00
Fuente: elaboración propia
42,11 29,10 27,66 14,35 12,73 2,20 25,36
44,69 60,57 60,86 80,77 78,95 95,69 62,01
13,20 10,33 11,48 4,88 8,32 2,11 12,63
0,00
20,00
40,00
60,00
80,00
100,00
120,00
Mareos Náuseas Vómitos Dolor
abdominal
Pérdida de
conciencia
Convulsiones Malestar del
cuerpo
Sí No A veces
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El 69,30% de los participantes indica que sus
padres conocen acerca del consumo de alcohol,
mientras que el 30,70% afirma que sus padres
no tienen conocimiento sobre su consumo o
comportamiento relacionado con el alcohol.
Estos datos sugieren que un porcentaje
considerable de los adolescentes tiene cierta
supervisión o conocimiento por parte de sus
padres respecto a su consumo de bebidas
alcohólicas.
Figura 2: Opinión de los padres acerca del
hábito de consumo de alcohol
En la figura 2 se puede observar que, el 52,92%
de los encuestados indica que sus padres
desaprueban el hábito de consumo de alcohol,
mientras que un 16,36% afirma que lo
aprueban. Además, el 23,64% menciona que sus
padres no opinan al respecto y un 7,08% indica
que sus padres desconocen su comportamiento
en relación con el consumo de alcohol. Estos
datos reflejan que la mayoría de los padres
tienen una postura negativa o de desaprobación
hacia el consumo de alcohol en sus hijos.
Figura 3: Personas con las que comparte
alcohol
La mayor parte de los encuestados, un 54,74%,
comparte el consumo de alcohol con amigos,
seguido por familiares en un 34,74%. Un 4,69%
lo hace en solitario, mientras que un 3,44%
comparte con otras personas y un 2,39% tiene
contacto con desconocidos en este contexto.
Estos datos muestran que las amistades son el
grupo principal con quienes los jóvenes suelen
compartir el consumo de alcohol.
Figura 4: Motivo del consumo de alcohol
Los motivos principales por los cuales los
encuestados consumen alcohol son participar en
una reunión o fiesta, con un 43,54%, y celebrar
un logro, con un 16,27%. Compartir con amigos
ocurre en el 32,06%, siendo también un motivo
relevante. Otras circunstancias, como compartir
con la pareja (2,39%) o después de un parcial
(2,30%), representan porcentajes menores.
Además, motivos relacionados con problemas
económicos, académicos o familiares son poco
frecuentes, con porcentajes inferiores al 2%.
Esto indica que las actividades sociales y
celebraciones son las principales razones de
consumo en esta población.
Figura 5: Lugar de preferencia para consumir
alcohol
16,36
52,92
23,64
7,08
0,00
20,00
40,00
60,00
Lo aprueban Lo
desaprueban
No opinan Lo
desconocen
54,74
34,74
4,69 3,44 2,39
0,00
10,00
20,00
30,00
40,00
50,00
60,00
Amigos: Familiares Sólo: Otra compañía Desconocidos
32,06
2,39
43,54
16,27
2,30
0,48
1,15
1,82
0,00 10,00 20,00 30,00 40,00 50,00
Compartir con amigos
Compartir con su pareja
Una reunión o fiesta
Celebrar un logro
Después de un parcial
Problemas económicos
Problemas académicos
Problemas familiares
2,87
32,54
24,88
3,35
1,24
35,12
0,00 10,00 20,00 30,00 40,00
Alrededor de la universidad
En la casa de amigos
En una discoteca o fiesta
En un paseo
En un parque
Otros
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Los lugares de preferencia para el consumo de
alcohol en la población encuestada son
principalmente en la casa de amigos, con un
32,54%, y en otros contextos, que incluyen
diferentes ambientes no especificados,
representando el 35,12%. También destaca la
ingesta en discotecas o fiestas, con un 24,88%.
El consumo en la universidad alrededor de ella,
en paseos o parques, tiene porcentajes menores,
del 2,87%, 3,35% y 1,24% respectivamente.
Estos datos sugieren que las reuniones sociales
en ambientes informales y en lugares no
convencionales son los entornos predilectos
para consumir alcohol.
Tabla 8. Insistencia de amigos para consumir
alcohol
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
Sí
830
79,40
No
215
20,60
TOTAL
1045
100,00
Fuente: elaboración propia
La mayoría de los encuestados, un 79,40%,
reporta que sus amigos insisten en que
consuman alcohol, mientras que un 20,60%
indica que no reciben esa presión. Estos datos
reflejan que la influencia social de los amigos es
un factor importante en la decisión de consumir
alcohol en esta población. La presente
investigación demuestra que los factores
contextualizados y personales, como la
influencia social, la percepción de
disponibilidad y las creencias acerca del
alcohol, siguen siendo determinantes clave en el
comportamiento de consumo en la población
estudiada, en línea con lo reportado por
Casanova et al. (2024). La alta prevalencia de
consumo social, especialmente en reuniones y
fiestas, refleja la influencia de la interacción con
amigos y familiares, tal como indican Pilatti et
al. (2013) y Duffy (2014), quienes señalan que
la presencia de redes sociales y el acceso fácil
al alcohol actúan como catalizadores en la
iniciación y mantenimiento del consumo. En
comparación con los estudios de Suntaxi
(2023), donde se identificó que los lugares más
frecuentes para consumir alcohol son la casa
propia y la de amigos, en esta investigación
también se observa que estas opciones son las
preferidas por los jóvenes, reforzando la
importancia del entorno cercano en su
comportamiento.
En relación con la frecuencia de consumo, Pilco
et al. (2021) encontraron que la mayoría de los
adolescentes consumen alcohol una vez al mes,
patrón que se correlaciona con los resultados
aquí presentados, donde la mayor cantidad de
consumo ocurre en contextos sociales con
consumos ocasionales y en cantidades
moderadas. La baja prevalencia de consumo
frecuente diario, como se refleja en los niveles
de ingesta diaria, también coincide con lo
reportado por Prieto (2017) y Campana (2019),
quienes hallaron que la mayoría de los jóvenes
consumen en menor frecuencia y en cantidades
moderadas, generalmente de forma ocasional.
Sin embargo, la persistencia de síntomas como
mareos y náuseas en un porcentaje
considerable, como muestra la figura 1, sugiere
que aún en contextos donde el consumo es
ocasional, los efectos físicos asociados pueden
estar presentes, en concordancia con lo
mencionado por Romero et al. (2019), quienes
advierten sobre las repercusiones fisiológicas
del consumo ocasional en jóvenes.
Respecto a los patrones de inicio, los resultados
evidencian que la mayoría de los participantes
nunca han probado el alcohol, con solo un
3,64% habiendo consumido al menos una vez,
dato que coincide con lo reportado en estudios
previos (Prieto, 2017; Suntaxi, 2023). La edad
de primer consumo, predominantemente en el
rango de 15 a 17 años, se alinea con los datos de
Saltos (2018), quien destaca que la adolescencia
temprana es un período crítico para la
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
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experimentación. La percepción de socializar
sin alcohol, que la mayoría considere que
pueden hacerlo, evidencia que existe una
percepción positiva de la autonomía social, en
línea con los hallazgos de Campana (2019),
donde muchos jóvenes reconocen su capacidad
para socializar sin consumir alcohol, lo cual
podría funcionar como un factor protector. En
el ámbito familiar, los resultados muestran que
aproximadamente el 69% de los encuestados
perciben que sus padres tienen conocimiento
del consumo, y más de la mitad (52,92%)
refieren que sus padres desaprueban el hábito,
corroborando las tendencias encontradas por
Prieto (2017) y Suntaxi (2023), que señalan una
actitud mayormente negativa de los padres
hacia el consumo en jóvenes.
Sin embargo, la insistencia de los amigos en
consumir, presente en casi un 80% de la
muestra, refleja la influencia social fuerte
descrita por Casanova et al. (2024), que puede
potenciar el inicio y la continuidad del consumo
en esta población. La preferencia por consumir
en ambientes informales, como la casa de
amigos y fiestas, también se ajusta a los
hallazgos de Suntaxi (2023), que subrayan que
estos espacios son los más utilizados por los
jóvenes. Finalmente, los síntomas físicos
reportados, como mareos y náuseas, reiteran la
evidencia de que, incluso en un patrón de
consumo ocasional, los efectos fisiológicos son
comunes, respaldando lo planteado por Romero
et al. (2019). La influencia de los pares, la
percepción de control social y las condiciones
del entorno familiar emergen como elementos
cruciales que explican los patrones de consumo
observados, evidenciando la complejidad de los
factores que rodean el comportamiento de
consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes
en esta población, en consonancia con la
literatura revisada.
Conclusiones
La investigación revela que los estudiantes de la
Facultad de Ciencias de la Educación, Humanas
y Tecnologías perciben y experimentan el
consumo de alcohol principalmente en un
contexto social, donde predominan las bebidas
no alcohólicas en reuniones con amigos.
Aunque el consumo ocasional de alcohol, como
cerveza y licor, es frecuente en ciertos
momentos, la mayoría no consume de forma
diaria y generalmente inicia en edades
tempranas, entre los 15 y 20 años. La presión
social de amigos es un factor determinante, ya
que el 79% reporta que sus amigos insisten en
el consumo, lo que influencia sus decisiones.
Además, la percepción del riesgo y los efectos
del alcohol, sumada a un buen nivel de
conocimiento parental en la mayoría de los
casos, parecen contribuir a que muchos
estudiantes puedan socializar sin consumir
alcohol, agudizando la importancia del entorno
social y familiar como factores clave en sus
comportamientos y percepciones sobre el
alcohol. En conjunto, estos hallazgos indican
que, aunque prevalece un patrón de consumo
moderado y ocasional, existen riesgos
asociados a la influencia social y a las
expectativas que pueden llevar a conductas de
riesgo, especialmente en jóvenes que
comienzan a consumir en edades tempranas.
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