Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2025
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PEDAGOGÍA VIRTUAL EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA: UNA
REFLEXIÓN VINCULADA A LAS ESTRATEGIAS ACADÉMICAS
VIRTUAL PEDAGOGY IN THE CONTEXT OF DISTANCE EDUCATION: A
REFLECTION LINKED TO ACADEMIC STRATEGIES
Autor: ¹José Fernando Badillo Ortiz.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0001-0196-7729
¹E-mail de contacto: fernandobadillo89@gmail.com
Afiliación: ¹Universidad Pedagógica Experimental Libertador, (Venezuela).
Articulo recibido: 3 de Diciembre del 2024
Articulo revisado: 5 de Diciembre del 2024
Articulo aprobado: 15 de Febrero del 2025
¹Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa, egresado de la Universidad Católica del Norte, (Colombia). Con 10 años de experiencia
laboral. Magister en gestión de la Tecnología Educativa, egresado de la Universidad de Santander, (Colombia). Doctorante en Educación,
Universidad experimental libertador, (Colombia).
Resumen
La educación se ha transformado y esos
cambios han tenido como consecuencia que los
estudiantes necesiten que el proceso de
enseñanza aprendizaje tenga vinculado las TIC,
ya que por medio de las TIC este puede
motivarse y participar dentro de las clases. Este
ensayo científico tuvo propósito explorar cómo
las estrategias académicas pueden ser
optimizadas para maximizar el potencial del
aprendizaje en entornos virtuales. Por otro
lado, el enfoque que sustenta esta investigación
se basa en un análisis crítico de las prácticas
pedagógicas actuales dentro del marco de la
educación a distancia. Este enfoque permitirá
identificar tanto los aciertos como las áreas de
mejora en la implementación de la pedagogía
virtual. Concluyendo que, la pedagogía virtual
en el contexto de la educación a distancia se
presenta como un enfoque transformador que
responde a los desafíos y oportunidades que
plantea el uso de tecnologías digitales en el
ámbito educativo.
Palabras clave: Pedagogía, Virtualidad,
Educación a Distancia, Estrategias.
Abstract
Education has transformed, and these changes
have resulted in students needing the teaching-
learning process to be linked to ICT, as through
ICT they can be motivated and participate in
classes. This scientific essay aimed to explore
how academic strategies can be optimized to
maximize the potential of learning in virtual
environments. On the other hand, the approach
underpinning this research is based on a critical
analysis of current pedagogical practices
within the framework of distance education.
This approach will allow the identification of
both successes and areas for improvement in
the implementation of virtual pedagogy.
Concluding that virtual pedagogy in the context
of distance education emerges as a
transformative approach that addresses the
challenges and opportunities posed by the use
of digital technologies in the educational field.
Keywords: Pedagogy, Virtuality, Distance
Education, Strategies
Sumário
A educação foi transformada, e essas mudanças
resultaram na necessidade de os estudantes
terem o processo de ensino-aprendizagem
vinculado às TIC, pois, por meio delas, podem
ser motivados e participar das aulas. Este ensaio
científico teve como objetivo explorar como
estratégias acadêmicas podem ser otimizadas
para maximizar o potencial de aprendizagem
em ambientes virtuais. Por outro lado, a
abordagem que sustenta esta pesquisa baseia-se
em uma análise crítica das práticas pedagógicas
atuais no âmbito da educação a distância. Essa
abordagem permitirá a identificação tanto de
sucessos quanto de áreas para melhoria na
implementação da pedagogia virtual. Conclui-
se que a pedagogia virtual, no contexto da
educação a distância, emerge como uma
abordagem transformadora que enfrenta os
desafios e aproveita as oportunidades
proporcionadas pelo uso de tecnologias digitais
no campo educacional.
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Palavras-chave: Pedagogía, Virtualidade,
Educação a Distância, Estratégias.
Introducción
En las últimas décadas, la educación ha
experimentado una transformación
significativa, impulsada por el avance de la
tecnología y la necesidad de adaptarse a un
mundo en constante cambio. De acuerdo con
Carbonara y González (2023) la enseñanza en
línea, como elemento esencial de la educación
remota, ha emergido como una solución
creativa ante los retos que enfrentan docentes y
alumnos en este nuevo contexto". Sin embargo,
esta modalidad educativa también plantea
interrogantes sobre su efectividad y el papel que
juegan las estrategias académicas en el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
Según Leones et al. (2024), uno de los desafíos
más significativos en la educación en línea es la
carencia de interacción directa entre profesores
y alumnos (p. 24). Es por ello que, a diferencia
de las aulas tradicionales, donde la
comunicación es inmediata y cara a cara, la
educación a distancia depende en gran medida
de plataformas digitales que pueden limitar el
intercambio emocional y social. Esta situación
requiere una reflexión profunda sobre cómo las
estrategias pedagógicas pueden ser adaptadas
para fomentar un ambiente de aprendizaje más
inclusivo y participativo.
Asimismo, es esencial considerar las diversas
formas en que los estudiantes interactúan con
los contenidos en entornos virtuales. La
diversidad cultural, las diferencias en el acceso
a la tecnología y las habilidades digitales son
factores que influyen en la experiencia
educativa. Por lo tanto, tal como lo señala
Garcés y Martínez (2014) señalan que es
fundamental examinar cómo estas variables
pueden ser tratadas a través de metodologías
pedagógicas adaptativas y personalizadas que
se ajusten a las necesidades específicas de cada
estudiante.
Partiendo de lo anterior, la pedagogía virtual no
solo se refiere al uso de herramientas
tecnológicas, sino también a la implementación
de métodos didácticos que promuevan un
aprendizaje significativo. Estrategias como el
aprendizaje colaborativo, el uso de recursos
multimedia y la gamificación son solo algunas
de las técnicas que pueden enriquecer la
experiencia educativa en línea. Sin embargo, su
efectividad depende del diseño curricular y del
compromiso tanto del docente como del
alumno.
Además, tal como lo señala Mendoza (2020), Es
fundamental reconocer los desafíos que
enfrenta la capacitación de los docentes en este
nuevo contexto. Esto quiere decir que, muchos
educadores carecen de la preparación necesaria
para impartir clases virtuales efectivas, lo que
puede afectar negativamente el aprendizaje. Por
lo tanto, se hace imperativo desarrollar
programas de capacitación que equipen a los
docentes con las habilidades requeridas para
utilizar adecuadamente las herramientas
digitales y aplicar estrategias pedagógicas
innovadoras.
Por su parte, el enfoque que sustenta esta
investigación se basa en un análisis crítico de
las prácticas pedagógicas actuales dentro del
marco de la educación a distancia. Este enfoque
permitirá identificar tanto los aciertos como las
áreas de mejora en la implementación de la
pedagogía virtual, con el fin de contribuir al
desarrollo de modelos educativos más efectivos
y accesibles. Este ensayo tiene como propósito
explorar cómo las estrategias académicas
pueden ser optimizadas para maximizar el
potencial del aprendizaje en entornos virtuales.
A través de este análisis, se espera proporcionar
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recomendaciones prácticas para educadores y
responsables de políticas educativas que deseen
mejorar la calidad de la educación a distancia.
En el presente ensayo científico, se abordará
una serie de puntos teóricos fundamentales que
subrayan la relevancia de la pedagogía virtual
en el entorno educativo actual. Este trabajo se
enfocará en analizar cómo las estrategias
académicas implementadas en la educación a
distancia pueden potenciar el aprendizaje
significativo, así como su impacto en la
motivación y el compromiso de los estudiantes.
A través de una revisión exhaustiva de la
literatura existente, se explorarán conceptos
clave como la interacción docente-estudiante, el
diseño curricular adaptado a entornos virtuales
y las herramientas tecnológicas que facilitan un
aprendizaje efectivo. La intención es ofrecer
una reflexión crítica que contribuya a la mejora
continua de las prácticas pedagógicas en
contextos de educación a distancia.
Desarrollo
Transformación Educativa: El Surgimiento de
la Pedagogía Virtual
Para comprender la pedagogía virtual, es
fundamental estudiar su evolución y los debates
que han surgido a lo largo de su desarrollo. La
pedagogía virtual ha sido influenciada por
diversas corrientes teóricas y prácticas
educativas que, a lo largo del tiempo, han
buscado integrar elementos tecnológicos al
proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos
aportes han sido esenciales para definir su
marco conceptual y metodológico. Garcés et al.
(2014) subrayan que la pedagogía virtual y la
transformación pedagógica no solo se trata de la
implementación de herramientas digitales, sino
de una transformación profunda en la manera de
enseñar y aprender, fomentando la interacción y
la colaboración en entornos virtuales. Este
enfoque requiere un análisis crítico de los
modelos pedagógicos previos y de cómo la
tecnología puede enriquecer el proceso
educativo, creando nuevas oportunidades para
estudiantes y docentes.
Al debate sobre la transformación pedagógica
se incorporó desde la década de los setenta el
concepto de Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC), el cual surgió en ese
periodo como un reconocimiento a la relevancia
de los recursos tecnológicos, tales como la
televisión, las videograbadoras, la radio y otros
medios audiovisuales, para facilitar los
procesos pedagógicos. No obstante, dicho
concepto ha ido evolucionando y
enriqueciéndose con el tiempo, gracias a la
convergencia de la electrónica, las
telecomunicaciones, la informática y la
tecnología móvil, lo que ha dado lugar a lo que
hoy denominamos Nuevas Tecnologías.
La aparición de equipos audiovisuales, como
televisores, proyectores, reproductores de
sonido e imágenes y las computadoras, propuso
un reflejo de cambio en la dinámica del docente,
especialmente en la planificación y desarrollo
de su clase o interacción grupal más cercana a
sus estudiantes, pero su animadversión a los
mismos al principio, actitud frente al riesgo de
entrar a lo desconocido y dejar la comodidad de
la tiza, el tablero, la pizarra y el cotidiano
devenir de las clases magistrales, ha sido uno de
los obstáculos en su avance en la incorporación
definitiva de las TIC, como herramientas que
revolucionan el quehacer docente. En palabras
de Bosco (2006), la transformación de la
práctica educativa en México ha sido un
proceso complejo, ya que ha implicado
enfrentarse a una forma de ser profundamente
arraigada en los docentes, producto tanto de la
cultura como del rol histórico que han
desempeñado en la educación. Estos factores
han dificultado la adopción de nuevas
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metodologías y enfoques pedagógicos, al estar
tan integrados en las tradiciones educativas del
país. El cambio no solo requiere modificar
prácticas, sino también desafiar creencias
profundamente enraizadas sobre la enseñanza y
el papel del maestro en el aula.
La autora se refiere a estudios de casos en
México, pero este comportamiento del docente
frente a la integración de elementos nuevos en
su casi mecánico planeamiento educativo no es
distinto en otras latitudes, pero esta respuesta
negativa del profesor, del maestro, en sus
primeros momentos se ha venido corrigiendo a
través de cursos de capacitación y proyectos
destinados a acercarlos a los equipos
tecnológicos, apropiarse de su funcionamiento
y de su versatilidad en las tareas administrativas
y pedagógicas; claro que este esfuerzo no
resuelve todo, ya que el solo hecho de conocer
las virtudes de tan importantes herramientas no
evita el estancamiento del desempeño docente,
Por otro lado, Garcés et al. (2014), la
capacitación de los actores del proceso
educativo es un punto de partida crucial para
impulsar cambios significativos en la cultura
escolar y en los procesos pedagógicos,
especialmente en un contexto que exige superar
el analfabetismo tecnológico en las escuelas.
Sin embargo, esta capacitación no debe
limitarse al aprendizaje técnico básico de las
herramientas tecnológicas. Es necesario que
trascienda hacia una formación docente que
desarrolle habilidades específicas para integrar
de manera efectiva las TIC en el ámbito
pedagógico y curricular. Esto implica un
enfoque en el uso crítico y reflexivo de la
tecnología, que potencie su aplicación en el
diseño de experiencias educativas innovadoras
y relevantes.
Es determinante el énfasis en la necesidad de
eliminar el analfabetismo informático del
docente en la institución educativa, como fase
indispensable para el uso de las nuevas
tecnologías, pero como se sabe esta acción no
tiene ninguna relevancia sino se avanza hacia la
utilización de estas preponderantemente en lo
pedagógico.
La aun permanencia de esta realidad es referida
por Garcés et. al. (2014) al afirmar, los estudios
internacionales realizados por Fowellin,
Collins, Peter, Pouts y Riché confirmaron que
el simple hecho de que los educadores aprendan
a manejar los equipos informáticos no garantiza
que puedan integrarlos eficazmente en sus
estrategias pedagógicas. A pesar de dominar el
uso de las TIC, muchos docentes continúan
empleándolas principalmente en actividades
extraescolares, y solo una pequeña proporción
ha logrado verdaderamente transformar sus
prácticas pedagógicas a través de la integración
efectiva de estas tecnologías en el aula. Esto
subraya la necesidad de una capacitación más
profunda y orientada a la pedagogía, no solo al
manejo técnico.
Esta afirmación da a entender que esta fase tan
importante en la evolución del ejercicio docente
referido a la incorporación de nuevas
tecnologías, no se está dando al ritmo requerido,
ya que los educadores podrán estar actualizados
en el uso de las Tecnologías de Información y
Comunicación (TIC), pero su utilización
mayormente es de tipo privado y personal,
destacándose un desinterés de parte de la propia
institución educativa con relación a tal
situación.
Precisamente la UNESCO (1998; 2004), citado
en Garcés et al. (2014), resalta esas condiciones
básicas que hacen viable cualquier programa de
formación docente soportado en la
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implementación de tecnologías para la
información y la comunicación. Asimismo, la
asistencia técnica es esencial para que los
educadores dispongan de la ayuda necesaria
para el mantenimiento y uso adecuado de la
tecnología en el aula. Además, el apoyo
comunitario y político desempeña un papel
clave en la implementación efectiva de las TIC
en la educación. La comunidad educativa y los
socios institucionales proporcionan
conocimientos, políticas de apoyo,
financiamiento y estructuras de incentivo que
facilitan y promueven el uso de tecnologías en
los entornos educativos, garantizando su
integración sostenida y eficaz en los procesos
pedagógicos.
El planteamiento anterior, además de resaltar la
necesaria asistencia técnica, ya visualizada con
anterioridad, para que el personal docente pueda
verdaderamente utilizar y ayudarse con las
“nuevas tecnologías”, advierte sobre un factor
que se considera ha sido poco debatido en los
trabajos de investigación relacionados con el
tema, en los cuales se desarrollan las virtudes de
todas estas innovaciones tecnológicas y la
relevante ayuda que pueden brindar en la
evolución de la calidad pedagógica: que los
autores describen en este caso, como la
necesidad de apoyo comunitario y político,
especialmente dirigido a la consecución de tales
equipos y a la implementación de actividades
temporales y permanentes relacionadas con el
mantenimiento de los mismos y la capacitación
del personal.
Para el logro de tan importante fin relacionado
con el equipamiento de las instituciones
educativa, los autores mencionan dentro de los
elementos de apoyo a: los miembros de la
institución, aludiendo así a los colegios
privados, ya que esta responsabilidad
corresponde a las autoridades gubernamentales
en las escuelas públicas.
Siendo las escuelas públicas u oficiales las que
albergan un porcentaje mayor de estudiantes en
comparación con los colegios privados, por
ejemplo, en la República de Colombia, el 75%
de los estudiantes es atendido en instituciones
educativas oficiales, son las que necesitan
mayor esfuerzo, en este caso de parte del
Ministerio de Educación para la dotación de los
equipos antes mencionados (Castro, 2020).
Por lógica la dotación de las escuelas comienza
desde las oficinas de dirección y
administrativas, seguidamente los espacios
destinados a comedor, biblioteca, laboratorios,
salas de informática; recintos utilizados en
horarios específicos para cubrir toda la
matrícula escolar, después, en ese orden vienen
las aulas normales, que en buenas condiciones
solo tienen lo indispensable: asientos para los
estudiantes, una mesa o escritorio para el
docente y un tablero o pizarra, tiza y borrador.
Esta situación la perciben los autores de
“Transformación pedagógica mediada por
tecnologías de la información y la
comunicación (TIC)”, al afirmar que, las
transformaciones pedagógicas deben
entenderse más como procesos que como
productos finales, ya que no dependen
únicamente de la disposición del docente para
integrar de manera innovadora las TIC en los
procesos de aprendizaje. También son
fundamentales la infraestructura de la escuela y
el papel de los gobiernos, que deben garantizar
la capacitación adecuada y el acceso a los
recursos tecnológicos. Para aprovechar al
máximo las TIC, es crucial contar con una
buena conectividad y políticas claras que
promuevan un uso educativo integrado y
eficiente (Garcés et al., 2011, p. 8).
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Es decir que los cambios para continuar
mejorando el proceso enseñanza-aprendizaje
existen, son viables y se pueden lograr
superando todas las trabas, básicamente
sustentadas en la atención a las instituciones
educativas, en cuanto a la infraestructura
necesaria relacionada con recursos
tecnológicos, incluida la conectividad, acción
que favorecería, por ejemplo, las clases
semipresenciales, como estrategias destinadas a
diversificar el proceso pedagógico e ir ganando
espacio en la integración de las TIC y su amplio
campo de oportunidades en nuevos modos de
aprendizaje. “Este tipo de integración pretende
que el uso de las TIC genere transformación
pedagógica en la medida en que se promuevan
por fuera de las aulas iniciativas académicas de
aplicación práctica del conocimiento,
específicamente mediante la creación de
proyectos pedagógicos” (Garcés et. al., 2011; p.
7)
Las iniciativas que se promueven tienen el
objetivo de avanzar en este campo de
transformación pedagógica que ya se está
realizando, como modalidades de educación
abierta y a distancia, cuyas instituciones están
actualizando permanentemente sus procesos de
aprendizaje en función de la nueva era de las
comunicaciones, las instituciones que por falta
de atención y desinterés que no hagan el
esfuerzo al respecto continuaran rezagadas y
sus estudiantes sufrirán el impacto negativo de
su retraso al necesitar corresponder sus
conocimientos y formación a los nuevos
cambios.
Estos impactos se observaron con la aparición
de la pandemia del Covid 19, cuya necesidad de
cuarentena impidió que las escuelas continuaran
con sus clases presenciales, afectando a nivel
mundial a millones de estudiantes. En tal
sentido, Castro (2020) expresa que, aun mes y
medio de terminar el primer ciclo del año
académico, la situación en Colombia también
sigue siendo devastadora. El 63% de los
estudiantes en educación media de colegios
públicos del país no han tenido acceso a internet
ni a computadoras para continuar sus clases (p.
3)
Este hecho que se vivió en todo el planeta y que
aún no termina, permitió hacer una evaluación
imprevista de la situación de las instituciones
educativas y sus carencias con respecto a las
necesidades de transformación a nivel
pedagógico que están ocurriendo, en atención a
los avances en el proceso educativo y en
correspondencia a la evolución tecnológica de
la comunicación. En esa línea, Bosco (2011)
sostiene que las tecnologías de comunicación y
la informática han encontrado su aplicación más
natural en los modelos de educación abierta y a
distancia, debido a que estas herramientas
permiten llegar a audiencias que no son
atendidas por los sistemas educativos
convencionales. Además, contribuyen a la
reducción de costos, responden a las
necesidades socioeducativas de formación y
actualización, y facilitan la individualización
del proceso de aprendizaje, haciéndolo más
flexible y adecuado a las condiciones de la vida
moderna (p. 1).
La autora hace referencia a un tema que
caracteriza a las modalidades de educación
abierta y a distancia, relacionado con bajos
costo, entre ellos debido a la ocupación de
menos personal, situación que crea
desconfianza en los docentes por el hecho de
ver mermado en dichas formas de trabajar la
educación la oferta de empleo igual ocurrió al
principio con la integración de equipos
audiovisuales, las computadoras y las
mencionadas TIC, al pensar que podían ser
sustituidos. Y también hace alusión a sus
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bondades en cuanto al cambio de estrategias
dentro del proceso pedagógico, con una visión
de consecución del aprendizaje centrado en el
estudiante y sus necesidades individuales en
una sociedad moderna, vale decir su
preparación para responder principalmente a
cómo acceder al conocimiento con el uso de las
nuevas tecnologías en constante evolución, por
ello la escuela, su personal directivo y los
responsables en general de su funcionamiento,
deben procurar no aislarse de las innovaciones
y brindarle a sus estudiantes en forma
progresiva las bases que le permitan adecuarse
sin dificultad a las nuevos métodos de construir
el conocimiento.
Esta idea no es un capricho de un aburrido
estudiante ni de un ambicioso educador que
quiere salir de su monótono desempeño, sino
que representa una necesidad real. Cuando se
examina o analiza la definición de educación,
generalmente se comenta que tal proceso no es
exclusivo de la escuela, sino que es afectado por
el ambiente extraescolar y las vivencias que
tiene el educando en el hogar y demás espacios
de su entorno geográfico, este cumulo de
información y experiencias de hechos, de
alguna manera interfiere con los contenidos e
información que se desarrollan en el colegio,
inclusive incomodando al docente cuando en
vez de buscarle relación con alguna área en
estudio, simplemente coarta la iniciativa del
estudiante manifestando que está fuera de tema,
igual ocurre con los aparatos electrónicos en el
salón de clase, especialmente los celulares y la
distracción que causan en un evento tan rígido
como el desarrollo de una clase previamente
planificada como debe ser, pero planificada
mayormente en atención a la pasividad del
espacio: para un escuchar y un asentir. Esta
monotonía que perjudica por igual al docente,
quien quizás empuja las agujas del reloj para
salir rápido de sus penurias, lo obliga a pensar
cómo hacer motivantes sus tradicionales
estrategias, utilizando todo lo que tenga a su
alcance, desde un guion de teatro hasta una
excursión al jardín de la escuela para
caracterizar insectos o hablar de cambio
climático; proyectar unas diapositivas o un
documental, es decir utilizar por necesidad
(aunque sea para despertar el interés de los
estudiantes) nuevas tecnologías y noveles
métodos o modalidades para acceder al
conocimiento.
Al respecto Garcés et. al. (2011), argumentan:
“La transformación pedagógica es posible
lograrla desde dinámicas de integración tecno
pedagógica, que focalicen las capacitaciones
para cubrir necesidades formativas específicas
que tengan los mismos docentes en sus
esfuerzos por usar las TIC para mejorar los
procesos de aprendizaje” (p. 5). Pero como ya
se mencionó con anterioridad en este ejercicio
literario, el solo hecho de liberarse del
analfabetismo informático no es garantía de
integrar las TIC.
Para esa requerida transformación pedagógica
es imprescindible la disposición e interés del
educador, quien, desempolvando su espíritu
creativo y de investigador, puede considerar
elementos básicos adoptados, por ejemplo, por
la modalidad de educación abierta o a distancia,
para hacer ensayos al respecto. Por un lado,
diversifica sus estrategias y por el otro, no
menos importante, comienza a darle al
estudiante formas diferentes de transitar el
proceso de enseñanza aprendizaje, sin tabúes,
de manera progresiva, tal como se dieron, por
ejemplo, los primeros pasos de la educación a
distancia, que según comienza por el año 1700
como educación por correspondencia,
agregándole las tecnologías de la época, tras la
invención del cine en 1900.
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De ahí se fueron incorporando otros elementos
como el radio, la TV, los cuales superaban
distancias, pero no había formas de retornar
información a través de ellos. No es sino hasta
la llegada de las computadoras y la internet que
pudieron superar con creces dicha dificultad:
“El uso de la Internet para la educación tiene
cada vez menos restricciones y se nutre, incluso
de una mayor diversidad de opiniones y
culturas. Es el comienzo de un nuevo concepto
en educación.” La idea es no retrasar aún más
las escuelas, dejando pasar adelantos
tecnológicos, sin aprender y enseñar cómo
aprovecharlos mejor, claro siempre se tendrán
obstáculos como se comentó anteriormente,
referentes a la disponibilidad de equipos e
infraestructuras. Se podría decir que la
humanidad debe superar primero la diatriba de
que, si la ciencia está al servicio del hombre o,
al contrario: de todas maneras, la ciencia la hace
el hombre, por ello la cuestión a debatir sería la
de: ¿qué parte de la humanidad se beneficia de
tan importante accionar?, y esa respuesta forma
parte reiterativa del presente estado del arte,
cuando se habla de carencias. Así se tiene que
los equipos y la internet son comercializados
por grandes corporaciones y si los gobiernos no
destinan recursos para ello las instituciones
educativas continuaran dependiendo del tablero
y la tiza, y la creatividad del docente para
mantener despiertos a sus estudiantes. Desde
esta perspectiva, Ospina (2017) subraya que se
han logrado avances significativos,
especialmente en cuanto a la penetración de
suscriptores a internet, que ha alcanzado el
32,5%. Sin embargo, la industria en general ha
enfrentado dificultades en los últimos dos años,
debido al incremento en la tasa de cambio y la
consecuente disminución del consumo.
Claro está, el comentario es del presidente de
una corporación, y solo habla de suscriptores en
forma general, quejándose de la tasa de cambio
y de la disminución del consumo que esta
produce, las escuelas están en otro espacio, en
otro plano. Un avance hacia la necesaria
democratización del servicio, también en
Colombia lo asoma el mismo autor al describir
que la opción sería posible con una alianza
público-privada. De esta forma, tanto el
Gobierno como los operadores podrían asumir
cierta parte del costo del servicio. Esto
permitiría que el costo del servicio sea menor
para que la meta de los 27 millones de
conexiones sea una realidad.
Son políticas necesarias para tratar de acercar
esos beneficios de los avances de la ciencia
hacia el ámbito educativo, pues algo de ese
subsidio podrá llegar a las escuelas públicas.
También son acciones que muchas veces se
quedan en el camino y desmotivan la buena
intención de un autor que despliega sus
recomendaciones basadas en las ventajas de
avanzar en el campo pedagógico utilizando
diversas formas de acceder al conocimiento,
pero teniendo a mano los aperos necesarios para
la integración de las nuevas tecnologías.
En esa misma línea, Garcés et al. (2011) son
más explícitos al señalar que algunas iniciativas
de integración de las TIC en la educación, como
las mencionadas en los estudios de Hernández y
Quintero (2009), destacan la necesidad de que
los docentes desarrollen diversas competencias,
tales como: aprender a seleccionar materiales
curriculares, evaluar recursos tecnológicos,
diseñar nuevos materiales y utilizar la
tecnología en los procesos formativos. Además,
deben ser capaces de diseñar situaciones de
aprendizaje con TIC, crear nuevos ambientes de
aprendizaje mediados por estas tecnologías,
utilizar las TIC para evaluar, aplicar tecnologías
para abordar la diversidad y participar en
proyectos de investigación e innovación.
Asimismo, es fundamental que consideren el
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factor ético en todas estas iniciativas de
integración tecnológica en la escuela.
Son tareas de objetivos y alcances fuertes para
el docente, relacionadas con su obligada
capacitación en lo tecnológico, curricular y
pedagógico las cuales direccionan el necesario
camino hacia la innovación, a fin de que no se
vea desplazado por los vertiginosos cambios
que se vienen dando a nivel de educación,
aislando de alguna manera a la escuela. Los
resultados de ver pasar los mencionados
cambios con una mínima participación se
vieron reflejados en las dificultades observadas
al intentar continuar el proceso educativo en
plena cuarentena debido a la pandemia
producida por el Coronavirus.
En el contexto de México, las observaciones
que llevaron a los planteamientos de Garcés y
Martínez (2014, 2020) destacan un atributo
esencial que debería caracterizar la educación
contemporánea: la adaptabilidad. Según ellos,
tanto los docentes como los estudiantes deben
estar dispuestos a abandonar los modelos
tradicionales y adoptar roles más participativos.
Esta disposición es crucial para que la situación
provocada por la emergencia sanitaria se
traduzca en un cambio educativo sostenible.
Además, resaltan que la crisis reveló aspectos
clave que deben abordarse para consolidar una
cultura educativa en la que ni una modalidad ni
otra se sobrevalore o se infravalore, sino que se
busque la manera de complementarlas
efectivamente.
Todo proyecto lleva consigo una necesaria
evaluación; en el proceso enseñanza-
aprendizaje, de por si tan relevante acción es
fundamental y recurrente, no solo para
establecer los avances de los estudiantes, sino
también a nivel institucional, donde se
involucra a la escuela, el currículo y el sistema
educativo en general, pero estas evaluaciones
generalmente se centran en la evolución y
alcances de la llamada educación tradicional,
claro llevarla a otro contexto implicaría añadir
elementos extraordinarios, como la reciente
pandemia, que aún sigue cobrando miles de
vidas.
Se puede decir que las instituciones escolares
normalmente se preparan para responder a un
terremoto u otro desastre natural, pero no a un
confinamiento obligado como el ocurrido, el
cual produjo toda una cantidad de resultados
adversos, al afectar fundamentalmente el
elemento básico de la escuela, como es el
carácter presencial: al obstaculizarse las vías de
comunicación se imposibilita el proceso o por
lo menos la forma directa o cara a cara en que
se lleva a cabo. De ahí devienen las
improvisaciones y la errática acción de tratar de
utilizar por necesidad recursos que en su
momento fueron desestimados, bien sea por los
responsables de la institución, incluido los
gobiernos nacionales, o por falta de motivación
del docente e interés de los propios estudiantes.
La autora finaliza su planteamiento aludiendo la
necesidad de que sean aprovechados los aportes
de todas las estrategias y modalidades
pedagógicas, que actualmente hacen posible el
logro del conocimiento y la preparación
conductual y profesional del individuo, sin
restarle méritos a ninguna, utilizando sus
ventajas y virtudes, en atención a sus dinámicas
específicas.
Continuando esta idea, Montenegro y
Fernández (2017), comentan: “La educación
tradicional y la EaD semipresencial o virtual no
son incompatibles ni excluyentes, sino que
permiten diferentes grados de combinación para
adaptarse, de forma flexible a las nuevas
necesidades” (p. 32); es decir: no es necesario
que el docente tenga que abandonar
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definitivamente sus estrategias pedagógicas
enmarcadas en espacio y tiempo, en las cuales
está familiarizado con la práctica de una
relación muy cercana con sus estudiantes, sino
que se le ofrece la oportunidad de combinarlas
con nuevas estrategias extraídas de la
modalidad semipresencial o virtual, que puede
comenzar con la planificación de proyectos
cortos y en ciertas áreas, que le permita ir
amoldándose a estas nuevas formas
pedagógicas, que involucran el uso de las TIC y
los avances tecnológicos especialmente en el
área que fundamenta la educación, como es la
comunicación, medio que facilita la interacción
entre los protagonistas del hecho educativo, y a
través de estrategias académicas, de
modalidades específicas hace posible el logro y
aprehensión del conocimiento, representado en:
información, destrezas, discernimientos y
capacidad de producir nuevos conocimientos.
Los mismos autores consolidan esta idea al
expresar que “El efecto transformador del uso
de las tecnologías debe propiciar una formación
flexible y centrada en enseñar a aprender con
márgenes para elegir itinerarios, actividades y
medios acordes a sus circunstancias y estilos
cognitivos.” (Montenegro y Fernández, 2017; p.
34). Se puede decir que las nuevas tecnologías
y su progresiva evolución ofrecen la posibilidad
de diversificar las formas de aprender, y hacer
viables nuevas pedagogías con ritmos y
acciones diferentes, atendiendo a necesidades
reales.
Con este planteamiento se sugiere el
reconocimiento de las TIC, como elementos
propulsores para la consolidación de la
transformación pedagógica, al igual que se
refleja la necesidad de que el docente asuma su
papel preponderante en dichos cambios; por
ello no se escatima esfuerzos en mostrar
secuencialmente recomendaciones que los
motiven a avanzar en estas diferentes formas de
acceder al conocimiento.
Al respecto, Montenegro y Fernández (2017)
destacan que se anticipa la incorporación de
elementos de investigación educativa enfocados
en el diagnóstico y la innovación de las
prácticas de enseñanza. También se enfatiza la
importancia de valorar experiencias que puedan
ser socializadas, como la creación de tareas
docentes organizadas en los distintos espacios
formativos, ya sean presenciales,
semipresenciales o virtuales. Para ello, es
fundamental contar con un conocimiento
disciplinar adecuado y la habilidad de
impartirlo de manera efectiva desde las diversas
disciplinas y espacios formativos del currículo.
El comentario muestra de una forma más
concreta la idea de que el docente se adentre en
los caminos obligados de estas nuevas
invenciones tecnológicas de la praxis educativa,
que lo ayudaran a crecer en conocimiento y a
estar a la vanguardia, preparado para nuevos
retos de su desempeño pedagógico, no solo en
su tradicional modalidad presencial, sino
también a nivel semipresencial y virtual.
Esta última modalidad tiene muchos nombres,
con los cuales los diferentes autores la
identifican al describirla en sus innumerables
caracteres, así se habla de “pedagogía digital”,
que al tratar de significarla expresan que, "la
digitalización de la educación consiste en la
utilización de todo recurso tecnológico y
medios digitales para el propósito de la
enseñanza académica, ya sea de modo
presencial o a distancia" (Montenegro y
Fernández, 2017; p. 33).
Esta caracterización solo muestra, por así
decirlo, el origen de su denominación, por el
uso de requerimientos tecnológicos y medios
digitales, sin discernir sobre cuales elementos
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básicos utilizará para alcanzar el referido
propósito de la enseñanza académica, otros van
más allá y le agregan adjetivos, pensando en
resultados supeditados no solo al logro del
conocimiento sino a la formación humana del
estudiante, argumentos que muestra Arboleda
(2010), en su ejercicio literario “Educación y
Pedagogía Virtual”, en este contexto, se
presenta lo que se denomina “una pedagogía
virtual edificadora”, propuesta que se justifica
al señalar que, dada la imperante presencia de la
tecnología y de la educación virtual en los
procesos formativos, es crucial considerar
enfoques pedagógicos que iluminen el camino
para evitar caer en un instrumentalismo que
pueda desviar a los agentes del acto pedagógico
del objetivo fundamental de la educación:
formar personas. Esta visión busca cultivar
seres reflexivos, sensibles y protagonistas de un
mundo más humano, donde la tecnología y el
internet se utilicen al servicio de fines nobles,
priorizando experiencias personalizantes en
lugar de deshumanizantes (Barrientos et al.
2022)
Transformación Educativa: La Virtualización
como Nuevo Modelo de Enseñanza
La pedagogía como herramienta metodológica
del docente para enseñar, educar, no está exenta
de ser utilizada de manera inconclusa,
incorrectamente o servir para otros fines que no
se corresponden al derecho de la educación de
los individuos, lo cual tiene que ver con la ética
del educador, quien tiene que defender su loable
labor profesional, hasta del mismo currículo, si
de él emanaran directrices contrarias a su buen
desempeño; elementos que considera el autor en
dicha propuesta.
Continuando con la caracterización de este
modelo pedagógico virtual y las bondades que
se le atribuyen, en respuesta a las críticas a la
educación presencial tradicional, Martínez
(2017) destaca que lo virtual, presente en los
medios digitales, ofrece oportunidades
significativas para el ejercicio pedagógico. Su
principal característica es que permite al
estudiante iniciar un proceso de autogestión y
emancipación, ya que la responsabilidad de su
formación recae sobre él mismo. Esta
autonomía fomenta un aprendizaje más activo y
personal, donde el estudiante se convierte en el
protagonista de su propio proceso educativo.
Este efecto positivo del modelo pedagógico se
extrae por comparación del control y
planeamiento riguroso que caracteriza el
desarrollo de una clase tradicional, en la cual el
educando no tiene oportunidad de decidir sobre
su estilo de aprendizaje, que debe aprender y
cómo hacerlo. Esta liberación del estudiante,
como expresa el autor, se puede decir que es una
de las banderas que atrae a los potenciales
estudiantes hacia esta modalidad de educación
a distancia, que, a juicio de algunos autores,
comienza a competir con sus homólogos
privados de educación presencial.
A este respecto, Anónimo (2021) argumenta
que el auge de la educación online plantea
numerosas incógnitas sobre el futuro de los
centros de enseñanza tradicionales privados.
Una de las principales interrogantes es cuántas
de estas instituciones lograrán mantenerse en un
entorno tan competitivo. Además, se cuestiona
el impacto que tendrá la reducción en la
cantidad de estudiantes, lo que, sin duda, llevará
a un aumento en los precios de las matrículas.
Como resultado, estos centros podrían
transformarse en lugares de aprendizaje muy
elitistas, restringiendo el acceso a un número
limitado de estudiantes y exacerbando la brecha
educativa.
Por lo general la competencia en el mercado
beneficia al consumidor porque baja en este
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caso el costo de loa servicios, e impulsa un
mayor esfuerzo para lograr avances
tecnológicos que le permitan contar con la
mejor eficiencia. Este tipo de situaciones
amerita de fuertes inversiones de recursos, lo
cual al final actúa como una especie de embudo,
donde pocos tienen la posibilidad de recibir el
beneficio. Se quiere decir con esto que la
mayoría de los estudiantes deben optar por
continuar estudios en una universidad pública,
en atención a su capacidad de financiamiento,
pero el hecho de poseer conocimientos y
destrezas en el uso de las TIC y el mundo de la
comunicación virtual favorecerá su desempeño
aun en una institución de educación tradicional.
Es por esto que la importancia de ir recibiendo
este tipo de aprendizajes de la escuela, y que
practiquen una actitud de colaboración y apoyo
de los docentes en la ejecución de estrategias
semipresenciales y virtuales, que ayuden al
educador a transformarse temporalmente en
tutor y asesor, y a ellos en “estudiantes en
línea”, que sepan como “autogestionar” su
aprendizaje, al respecto a esto, Mendoza (2020)
expresa que, en la sociedad red actual, donde los
alumnos tienen acceso a diversas herramientas
y entornos que les permiten explorar y expresar
sus identidades, como redes sociales,
plataformas de mensajería instantánea, sitios
para compartir videos, blogs y mundos
virtuales, es crucial concebir un proyecto
educativo que los integre de manera efectiva.
Este enfoque no debe reducirse a un modelo
donde los estudiantes actúan como autómatas
de la repetición, sino que debe ser menos
vertical y más comunitario. En este contexto,
los aportes individuales de cada alumno deben
ser considerados valiosos, permitiéndoles
incorporar elementos propios en la construcción
de su aprendizaje
Aquí adquiere importancia la oportunidad que
tiene el estudiante de adiestrarse en esta
modalidad de estudio virtual, a fin de
corresponder con su nuevo entorno o ambiente
en el cual individualiza su aprendizaje, y toma
de él lo que considera pertinente de acuerdo a
sus necesidades, claro tiene el apoyo de un
tutor, un asesor que lo orienta y está pendiente
de su accionar para que su proceso de
aprendizaje llegue a feliz término.
En todo el desarrollo del presente ejercicio de
investigación se habla de la transformación
pedagógica, como camino que direcciona el
mejoramiento de la calidad educativa, en
atención a las distintas formas de construir,
aprehender y difundir el conocimiento,
entendiendo que la evolución del proceso
enseñanza-aprendizaje tiene que ver con el
avance que se tenga en cada una de las
modalidades del quehacer educativo, se sugiere
la necesidad de enriquecer cada una de ellas,
mantener una continua evaluación y
retroalimentación que ayude a fortalecer sus
virtudes y a fomentar en el docente y el propio
estudiante un carácter ecléctico que los impulse
a ponerlas en práctica, a combinar sus
estrategias básicas y valorar sus resultados.
Así como se requiere corregir errores de la
educación tradicional en cuanto a la pasividad
del educando y la autonomía del docente, se
hace necesario evitar que estas u otras
debilidades formen parte de cualquiera de las
distintas maneras de acceder al conocimiento,
para continuar fortaleciendo la llamada
Transformación pedagógica.
Conclusiones
La pedagogía virtual en el contexto de la
educación a distancia se presenta como un
enfoque transformador que responde a los
desafíos y oportunidades que plantea el uso de
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tecnologías digitales en el ámbito educativo. A
lo largo de las contribuciones de diversos
autores, se ha evidenciado que la integración de
las TIC en los procesos de enseñanza y
aprendizaje no solo debe enfocarse en la
capacitación técnica de los educadores, como
sugieren Garcés et al. (2011), sino también en el
desarrollo de un modelo pedagógico que
priorice la adaptabilidad y la autogestión del
estudiante, tal como plantea Ospina (2017) y
Martínez (2017).
Además, es esencial considerar las bondades del
entorno virtual, donde los estudiantes pueden
explorar y expresar sus identidades a través de
diversas plataformas, como menciona Mendoza
(2020). Este enfoque comunitario y
participativo en la educación a distancia permite
que los estudiantes asuman un rol protagónico
en su aprendizaje, fomentando así una cultura
educativa más inclusiva y colaborativa.
Sin embargo, el auge de la educación online
también trae consigo interrogantes sobre el
futuro de los centros de enseñanza tradicionales
y los desafíos que enfrentarán, como lo señala
Anónimo (2021). Por lo tanto, es fundamental
que las instituciones educativas adopten
estrategias académicas que no solo integren
herramientas tecnológicas, sino que también
busquen un equilibrio entre la educación
presencial y virtual, asegurando que todos los
estudiantes tengan acceso equitativo a una
educación de calidad. En este sentido, la
reflexión sobre la pedagogía virtual se convierte
en una herramienta clave para abordar las
dinámicas cambiantes del aprendizaje en el
siglo XXI, promoviendo una educación que sea
realmente relevante y significativa para todos
los actores involucrados.
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