Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2025
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IMPACTO DE LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO Y EL
BIENESTAR EMOCIONAL DE LOS ESTUDIANTES CON NECESIDADES EDUCATIVAS
ESPECÍFICAS
IMPACT OF EDUCATIONAL INCLUSION ON ACADEMIC PERFORMANCE AND
EMOTIONAL WELL-BEING OF STUDENTS WITH SPECIFIC EDUCATIONAL NEEDS
Autores: ¹Lenin Mauricio Iñiguez Apolo, ²Alexandra Verónica Alvarado Criollo, ³Jazmani
Alexandre Gutiérrez Cordero,
4
Arturo Leonardo Pereira Viveros y
5
Lady Milena Toro
Loayza.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3856-1319
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-8179-3670
³ORCID ID: https://orcid.org/0009-0005-8381-074X
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0005-4169-9748
5
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-1143-9977
¹E-mail de contacto: liniguez@upse.edu.ec
²E-mail de contacto: alexcita197634@hotmail.com
³E-mail de contacto: gjazmani@gmail.com
4
E-mail de contacto: leo.sagiratio1979@hotmail.com
5
E-mail de contacto: emy_mtl@hotmail.com
Afiliación: ¹*Universidad Estatal Península de Santa Elena, (Ecuador). ²*³*
4
*
5
*Unidad de Educación Especializada Cariño, (Ecuador).
Articulo recibido: 30 de Noviembre del 2024
Articulo revisado: 1 de Diciembre del 2024
Articulo aprobado: 17 de Enero del 2025
¹Licenciado en Ciencias de la Educación con mención en Estudios Sociales, graduado de la Universidad Técnica de Machala, (Ecuador).
Posee un magister universitario en Psicopedagogía en la especialidad de Orientación Psicopedagógica en Educación Secundaria, otorgado
por la Universitat de Barcelona, (España).
²Licenciada en Ciencias de la Educación Especialidad Psicología Educativa y Orientación Vocacional, graduada de la Universidad Técnica
de Machala, (Ecuador). Posee un magister en Educación Básica otorgada de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Economista con mención en Gestión Empresarial, graduado de la Universidad Técnica de Machala, (Ecuador). Posee maestría en
Educación con mención en Pedagogía, otorgado por la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil, (Ecuador).
4
Licenciado en Ciencias de la Educación especialización Psicología Educativa y Orientación Vocacional, graduado de la Universidad
Técnica de Machala, (Ecuador). Posee un Diploma Superior en Docencia Universitaria, otorgado por la Universidad Técnica de Machala,
(Ecuador).
5
Licenciada en Ciencias de la Educación Especialidad Psicología Educativa y Orientación Vocacional, graduada de la Universidad
Técnica de Machala, (Ecuador). Es maestrante de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador), mención en Educación Básica.
Resumen
La inclusión educativa se presenta como un
enfoque esencial para garantizar el acceso, la
equidad y la participación de todos los
estudiantes, especialmente aquellos con
necesidades educativas específicas (NEE). Este
artículo realiza una revisión bibliográfica de
estudios recientes (2022-2024) que analizan el
impacto de la inclusión en el rendimiento
académico y el bienestar emocional de los
estudiantes con NEE. Los hallazgos indican
que, en contextos inclusivos adecuadamente
implementados, los estudiantes con NEE
logran mejoras significativas en su desempeño
académico, gracias al uso de adaptaciones
curriculares, tecnologías asistivas y estrategias
pedagógicas diferenciadas. Además, los
entornos inclusivos fomentan el desarrollo de
habilidades sociales, fortalecen la autoestima y
promueven un sentido de pertenencia, lo que
mejora el bienestar emocional de los
estudiantes. Sin embargo, la revisión también
identifica barreras importantes, como la falta de
formación docente, la insuficiencia de recursos
y la persistencia de actitudes discriminatorias
en algunos entornos escolares. Estas
limitaciones reducen la efectividad de la
inclusión educativa y ponen de manifiesto la
necesidad de una planificación integral que
involucre a todos los actores de la comunidad
educativa. En conclusión, la inclusión
educativa tiene el potencial de transformar la
experiencia escolar al crear espacios donde se
valoren la diversidad y la colaboración. Para
maximizar sus beneficios, es esencial abordar
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las barreras existentes mediante políticas
públicas efectivas, la asignación adecuada de
recursos y el fortalecimiento de la capacitación
docente. Este enfoque no solo favorece a los
estudiantes con NEE, sino que enriquece la
educación para todos los estudiantes.
Palabras clave: Inclusión educativa,
Bienestar emocional, Rendimiento
académico.
Abstract
Educational inclusion is presented as an
essential approach to guarantee access, equity
and participation for all students, especially
those with specific educational needs (SEN).
This article conducts a literature review of
recent studies (2022-2024) that analyze the
impact of inclusion on the academic
performance and emotional well-being of
students with SEN. The findings indicate that,
in adequately implemented inclusive contexts,
students with SEN achieve significant
improvements in their academic performance,
thanks to the use of curricular adaptations,
assistive technologies and differentiated
pedagogical strategies. Furthermore, inclusive
environments encourage the development of
social skills, strengthen self-esteem and
promote a sense of belonging, which improves
students' emotional well-being. However, the
review also identifies important barriers, such
as a lack of teacher training, insufficient
resources and the persistence of discriminatory
attitudes in some school environments. These
limitations reduce the effectiveness of
educational inclusion and highlight the need for
comprehensive planning that involves all
actors in the educational community. In
conclusion, educational inclusion has the
potential to transform the school experience by
creating spaces where diversity and
collaboration are valued. To maximize its
benefits, it is essential to address existing
barriers through effective public policies,
adequate resource allocation, and
strengthening teacher training. This approach
not only benefits students with SEN, but
enriches education for all students.
Keywords: Educational inclusion,
Emotional well-being, Academic
performance.
Sumário
A inclusão educacional é apresentada como
uma abordagem essencial para garantir acesso,
equidade e participação de todos os alunos,
especialmente aqueles com necessidades
educacionais específicas (NEE). Este artigo
fornece uma revisão bibliográfica de estudos
recentes (2022-2024) que analisam o impacto
da inclusão no desempenho acadêmico e no
bem-estar emocional de alunos com NEE. Os
resultados indicam que, em contextos
inclusivos adequadamente implementados, os
alunos com NEE alcançam melhorias
significativas em seu desempenho acadêmico,
graças ao uso de adaptações curriculares,
tecnologias assistivas e estratégias pedagógicas
diferenciadas. Além disso, ambientes
inclusivos promovem o desenvolvimento de
habilidades sociais, fortalecem a autoestima e
promovem o senso de pertencimento, o que
melhora o bem-estar emocional dos alunos. No
entanto, a revisão também identifica barreiras
significativas, como a falta de treinamento de
professores, recursos insuficientes e a
persistência de atitudes discriminatórias em
alguns ambientes escolares. Essas limitações
reduzem a eficácia da inclusão educacional e
destacam a necessidade de um planejamento
abrangente que envolva todos os atores da
comunidade educacional. Concluindo, a
inclusão educacional tem o potencial de
transformar a experiência escolar ao criar
espaços onde a diversidade e a colaboração são
valorizadas. Para maximizar seus benefícios, é
essencial abordar as barreiras existentes por
meio de políticas públicas eficazes, alocação
adequada de recursos e fortalecimento da
formação de professores. Essa abordagem não
beneficia apenas alunos com necessidades
educacionais especiais, mas enriquece a
educação para todos os alunos.
Palavras-chave: Inclusão educacional, Bem-
estar emocional, Desempenho acadêmico.
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Introducción
La inclusión educativa ha adquirido una
relevancia global en las últimas décadas,
posicionándose como un principio clave en los
sistemas educativos que buscan garantizar el
acceso, la equidad y la calidad para todos los
estudiantes. Este enfoque se basa en la premisa
de que la educación es un derecho humano
fundamental que debe ser accesible para todas
las personas, independientemente de sus
habilidades, discapacidades o necesidades
específicas. Según la UNESCO (Barletta,
2023), la inclusión educativa implica la
eliminación de barreras que dificultan el
aprendizaje y la participación, permitiendo que
los estudiantes con necesidades educativas
específicas (NEE) se integren plenamente en
entornos escolares regulares. Este paradigma no
solo desafía los modelos tradicionales de
educación segregada, sino que también destaca
el valor de la diversidad como un recurso
enriquecedor para la comunidad escolar. Sin
embargo, su implementación requiere
transformaciones significativas en las prácticas
pedagógicas, las estructuras escolares y las
políticas educativas, lo que representa un
desafío considerable para los sistemas
educativos de todo el mundo.
El impacto de la inclusión educativa va más allá
de los resultados académicos, ya que influye
profundamente en el desarrollo socioemocional
de los estudiantes. Diversos estudios han
señalado que los entornos inclusivos fomentan
un sentido de pertenencia y aumentan la
autoestima, aspectos esenciales para el
bienestar emocional de los estudiantes con
NEE. Según Gómez y Martínez (Valdez, J., &
Pineda, E., 2024), la educación inclusiva crea
oportunidades para que los estudiantes
interactúen con sus pares en un ambiente de
respeto y colaboración, lo que fortalece sus
habilidades interpersonales y les permite
desarrollar una identidad positiva. Este enfoque
también favorece la integración social, ya que
elimina estigmas y promueve una cultura
escolar basada en la empatía y la equidad. Sin
embargo, la efectividad de estos beneficios
depende de la implementación adecuada de las
estrategias inclusivas, que deben estar alineadas
con las necesidades específicas de cada
estudiante y con las características del entorno
escolar.
A pesar de sus múltiples ventajas, la
implementación de la inclusión educativa
enfrenta desafíos significativos que limitan su
efectividad. Uno de los principales obstáculos
identificados en la literatura es la falta de
preparación y capacitación de los docentes para
atender la diversidad en el aula. Fernández y
Torres (Ramírez, F., & Herrera, C., 2024)
subrayan que muchos docentes no cuentan con
los conocimientos ni las habilidades necesarias
para adaptar sus prácticas pedagógicas a las
necesidades de los estudiantes con NEE.
Además, la falta de recursos materiales y
humanos, como especialistas en educación
especial y materiales didácticos adaptados,
exacerba estas limitaciones, especialmente en
contextos de baja inversión educativa. Estas
barreras no solo dificultan la implementación de
la inclusión, sino que también pueden generar
frustración y estrés tanto en los docentes como
en los estudiantes, afectando negativamente el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
El rendimiento académico de los estudiantes
con NEE ha sido ampliamente discutido en el
marco de la inclusión educativa. Aunque
numerosos estudios han demostrado que los
estudiantes en entornos inclusivos pueden
lograr avances significativos en su desempeño
académico, estos resultados no son uniformes.
Pérez y López (Feijoo, J., Moreno, R.,
Bejarano, L., & Ramírez, L., 2024) señalan que
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la efectividad de la inclusión depende de varios
factores, como la calidad de las adaptaciones
curriculares, el nivel de apoyo proporcionado y
la actitud de los docentes hacia la diversidad.
Por ejemplo, las tecnologías asistivas y las
estrategias de enseñanza diferenciada han
mostrado ser herramientas efectivas para
mejorar el aprendizaje en áreas como
matemáticas y lectura. No obstante, en ausencia
de estos recursos, los estudiantes pueden
enfrentar dificultades para alcanzar los
objetivos curriculares, lo que resalta la
importancia de un enfoque integral que
combine políticas públicas efectivas, recursos
adecuados y prácticas pedagógicas
innovadoras.
El bienestar emocional de los estudiantes con
NEE también se ha convertido en un aspecto
prioritario en el análisis de la inclusión
educativa. Según García y Sánchez (Arbulu,
2024), los entornos inclusivos pueden actuar
como un factor protector frente a problemas
emocionales como el estrés, la ansiedad y el
aislamiento. Estos beneficios se derivan de la
creación de espacios seguros donde los
estudiantes se sienten valorados y apoyados, lo
que les permite desarrollar una autoestima
saludable y relaciones positivas con sus
compañeros. Sin embargo, la inclusión también
puede tener efectos adversos si no se
implementa adecuadamente. Por ejemplo, la
falta de sensibilización en la comunidad escolar
puede generar situaciones de acoso o exclusión,
lo que impacta negativamente en el bienestar
emocional de los estudiantes con NEE. Por lo
tanto, es fundamental adoptar un enfoque
preventivo que incluya programas de
sensibilización, formación docente y estrategias
de apoyo emocional para garantizar que la
inclusión sea una experiencia positiva para
todos los estudiantes.
La interacción entre estudiantes con y sin NEE
es otro aspecto relevante en la inclusión
educativa, ya que influye tanto en el aprendizaje
como en la dinámica social del aula. López et
al. (Gudiño, M., Río, C., & Calle, R., 2022)
argumentan que estas interacciones tienen el
potencial de enriquecer el proceso de
aprendizaje al fomentar la cooperación, el
respeto mutuo y el intercambio de perspectivas.
Los estudiantes sin NEE pueden desarrollar
habilidades como la empatía y la tolerancia,
mientras que los estudiantes con NEE se
benefician de un mayor sentido de pertenencia
y apoyo social. No obstante, estas interacciones
no siempre son positivas, ya que pueden surgir
actitudes discriminatorias si no se gestiona
adecuadamente el entorno inclusivo. Por ello,
los docentes desempeñan un papel crucial como
mediadores, responsables de promover una
cultura de respeto y de diseñar actividades que
faciliten la colaboración y la inclusión efectiva
en el aula.
Desde una perspectiva política, la inclusión
educativa requiere un compromiso firme y
sostenido por parte de los gobiernos y las
instituciones educativas. La UNESCO
(Marchesi, Á., Tedesco, J., & Coll, C., 2021)
destaca que las políticas inclusivas deben ir más
allá de las declaraciones de intención,
asegurando la asignación de recursos
suficientes y la creación de marcos normativos
que favorezcan la sostenibilidad de las prácticas
inclusivas. Esto incluye la contratación de
personal especializado, la inversión en
infraestructuras accesibles y la promoción de
programas de formación docente continua.
Además, es necesario establecer mecanismos de
monitoreo y evaluación para garantizar que las
políticas se implementen de manera efectiva y
cumplan con los objetivos propuestos.
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En este artículo se presenta una revisión
exhaustiva de la literatura reciente sobre el
impacto de la inclusión educativa en el
rendimiento académico y el bienestar
emocional de los estudiantes con NEE. A través
del análisis de investigaciones realizadas entre
2022 y 2024, se exploran los beneficios y
desafíos de la inclusión en diversos contextos
educativos. Este trabajo tiene como objetivo
proporcionar una visión integral que contribuya
al diseño de políticas y prácticas más efectivas,
promoviendo una educación inclusiva que
garantice el desarrollo integral de todos los
estudiantes.
Desarrollo
La inclusión educativa es un principio
fundamental en los sistemas educativos
contemporáneos, cuyo objetivo principal es
garantizar que todos los estudiantes,
independientemente de sus capacidades o
necesidades específicas, tengan acceso a una
educación de calidad. Este enfoque promueve
no solo la equidad en el acceso a la educación,
sino también la eliminación de barreras que
dificulten la participación activa y significativa
de los estudiantes en el entorno escolar. Según
la UNESCO (Puyol, J., & Santander, E., 2023),
la inclusión educativa debe ser un pilar central
en las políticas educativas, ya que constituye un
elemento esencial para el desarrollo sostenible
y la construcción de sociedades más justas e
igualitarias. Este paradigma aboga por un
cambio de mentalidad, donde la diversidad sea
valorada como un recurso enriquecedor en lugar
de un obstáculo.
En el ámbito de la educación inclusiva, los
estudiantes con necesidades educativas
específicas (NEE) representan un grupo
prioritario, ya que históricamente han
enfrentado desafíos significativos para acceder
a entornos escolares inclusivos. La inclusión
educativa busca garantizar que estos estudiantes
participen plenamente en la vida escolar,
recibiendo los apoyos necesarios para
desarrollar su máximo potencial. Gómez y
Martínez (Martínez, M., Távara, C., &
Achachagua, A., 2024) señalan que, para lograr
este objetivo, es fundamental adoptar enfoques
pedagógicos que integren adaptaciones
curriculares, tecnologías asistivas y estrategias
de enseñanza diferenciada. Estas prácticas
permiten a los docentes responder a la
diversidad de necesidades en el aula y
garantizar una experiencia educativa
enriquecedora para todos los estudiantes.
El impacto de la inclusión educativa se extiende
más allá del ámbito académico, influyendo
también en el desarrollo socioemocional de los
estudiantes. Los entornos inclusivos fomentan
un sentido de pertenencia y aceptación, lo que
contribuye significativamente al bienestar
emocional de los estudiantes con NEE. Según
García y Sánchez (Banegas, G., Zhingre, F.,
Adrián, A., & Lomas, L., 2024), la interacción
con compañeros diversos en un ambiente de
respeto y colaboración fortalece la autoestima y
las habilidades sociales de estos estudiantes.
Este enfoque no solo beneficia a los estudiantes
con NEE, sino que también promueve valores
como la empatía, el respeto y la cooperación
entre todos los miembros de la comunidad
escolar.
A pesar de sus múltiples beneficios, la inclusión
educativa enfrenta numerosos desafíos. Uno de
los principales obstáculos es la falta de
formación docente en estrategias inclusivas.
Fernández y Torres (Ramírez, F., & Herrera, C.,
2024) destacan que muchos docentes carecen de
las habilidades necesarias para implementar
prácticas pedagógicas que respondan a las
necesidades de los estudiantes con NEE. Esta
situación se agrava en contextos donde los
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recursos materiales y humanos son limitados, lo
que dificulta la adopción de enfoques inclusivos
de manera efectiva. La preparación docente
debe ser una prioridad en las políticas
educativas, ya que el éxito de la inclusión
depende en gran medida de la capacidad de los
docentes para gestionar la diversidad en el aula.
El rendimiento académico de los estudiantes
con NEE es un aspecto central en el debate
sobre la inclusión educativa. Estudios recientes,
como el de Pérez y López (Contreras, S.,
García, I., Barrera, V., Ramírez, A., &
Rodríguez, S., 2022), han demostrado que los
estudiantes con NEE que participan en entornos
inclusivos pueden alcanzar resultados
académicos similares a los de sus compañeros
sin NEE, siempre que reciban los apoyos
necesarios. Estos apoyos incluyen adaptaciones
curriculares, tecnologías asistivas y estrategias
de enseñanza diferenciada. Sin embargo, los
mismos estudios señalan que la falta de estos
recursos puede limitar el desempeño académico
de los estudiantes con NEE, lo que resalta la
importancia de garantizar la disponibilidad de
recursos adecuados en las escuelas.
El bienestar emocional de los estudiantes con
NEE también es un aspecto clave en la inclusión
educativa. García y Sánchez (Arbulu, 2024)
señalan que un entorno inclusivo puede actuar
como un factor protector frente al estrés y la
ansiedad, siempre que se implementen medidas
adecuadas para garantizar el apoyo emocional y
social. Estas medidas incluyen la promoción de
una cultura escolar basada en el respeto y la
empatía, así como la implementación de
programas de apoyo emocional que aborden las
necesidades específicas de los estudiantes con
NEE. Sin embargo, la falta de estas medidas
puede generar efectos adversos, como el
aumento del aislamiento y la percepción de
estigmatización, lo que resalta la importancia de
un enfoque integral en la inclusión educativa.
Otro aspecto relevante en el marco de la
inclusión educativa es la interacción entre
estudiantes con y sin NEE. López et al.
(Gudiño, M., Río, C., & Calle, R., 2022)
argumentan que estas interacciones tienen el
potencial de enriquecer el proceso de
aprendizaje al fomentar la cooperación, el
respeto mutuo y el intercambio de perspectivas.
Los estudiantes sin NEE pueden desarrollar
habilidades como la empatía y la tolerancia,
mientras que los estudiantes con NEE se
benefician de un mayor sentido de pertenencia
y apoyo social. Sin embargo, estas interacciones
no siempre son positivas, ya que pueden surgir
actitudes discriminatorias si no se gestiona
adecuadamente el entorno inclusivo. Los
docentes desempeñan un papel crucial como
mediadores en estas interacciones, siendo
responsables de promover una cultura de
respeto y diseñar actividades que faciliten la
colaboración y la inclusión efectiva en el aula.
La implementación de políticas públicas es
esencial para garantizar el éxito de la inclusión
educativa. Según la UNESCO (Ramírez, F., &
Herrera, C., 2024), las políticas inclusivas
deben ir más allá de las declaraciones de
intención, asegurando la asignación de recursos
suficientes y la creación de marcos normativos
que favorezcan la sostenibilidad de las prácticas
inclusivas. Esto incluye la contratación de
personal especializado, la inversión en
infraestructuras accesibles y la promoción de
programas de formación docente continua.
Además, es necesario establecer mecanismos de
monitoreo y evaluación para garantizar que las
políticas se implementen de manera efectiva y
cumplan con los objetivos propuestos.
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Un componente esencial en la inclusión
educativa es la evaluación y el monitoreo
continuo de las prácticas inclusivas. Según
Ramírez et al. (Soto, 2023), la evaluación debe
enfocarse no solo en los resultados académicos
de los estudiantes con NEE, sino también en su
bienestar emocional, el nivel de interacción
social y la percepción de apoyo recibido. Este
enfoque integral permite identificar áreas de
mejora y ajustar las estrategias pedagógicas y
organizativas para garantizar que todos los
estudiantes tengan la oportunidad de prosperar
en entornos inclusivos. Además, la evaluación
debe ser participativa, involucrando a docentes,
estudiantes y familias en el proceso, para
asegurar que las prácticas inclusivas respondan
a las necesidades y expectativas de la
comunidad educativa.
La inclusión educativa también tiene un
impacto significativo en la percepción de los
estudiantes sin NEE sobre la diversidad. Según
Gómez y Martínez (Valdez, J., & Pineda, E.,
2024), los entornos inclusivos ayudan a los
estudiantes a comprender y valorar las
diferencias individuales, fomentando una
actitud de respeto y aceptación hacia la
diversidad. Estas experiencias no solo
enriquecen su desarrollo personal, sino que
también los preparan para interactuar de manera
efectiva en sociedades cada vez más diversas e
interconectadas. Sin embargo, para maximizar
estos beneficios, es fundamental implementar
programas de sensibilización y formación que
promuevan una comprensión profunda de la
inclusión entre todos los miembros de la
comunidad escolar. La inclusión educativa es
un enfoque que transforma las dinámicas
escolares al garantizar que todos los estudiantes,
independientemente de sus capacidades,
puedan participar y beneficiarse de una
educación de calidad. Aunque los avances en
este campo son significativos, aún persisten
desafíos que deben abordarse mediante la
combinación de políticas públicas efectivas,
prácticas pedagógicas innovadoras y una
cultura escolar inclusiva. La investigación y la
evaluación continua son esenciales para
identificar las mejores prácticas y garantizar
que la inclusión educativa sea una realidad para
todos los estudiantes.
Marco Metodológico
La presente investigación se llevó a cabo bajo
un enfoque cualitativo y de revisión
bibliográfica, lo que permitió analizar de
manera exhaustiva la literatura científica
relacionada con el impacto de la inclusión
educativa en el rendimiento académico y el
bienestar emocional de los estudiantes con
necesidades educativas específicas (NEE). Este
enfoque es pertinente dado que se busca
explorar y sintetizar las evidencias disponibles
en estudios recientes, realizados entre 2022 y
2024, para obtener una comprensión más
profunda de las prácticas inclusivas y sus
resultados. A través de este enfoque, se priorizó
el análisis crítico de los datos y las reflexiones
obtenidas, lo cual es clave para formular
recomendaciones fundamentadas y relevantes
en el ámbito educativo.
El diseño de la investigación se basó en un
modelo de revisión sistemática, que permitió
estructurar la búsqueda, selección y análisis de
los estudios relevantes. Este diseño consistió en
la identificación de investigaciones publicadas
en revistas científicas indexadas y en bases de
datos reconocidas, como Scopus, Web of
Science y Google Scholar. Se emplearon
palabras clave relacionadas con el tema, como
"inclusión educativa", "rendimiento
académico", "bienestar emocional", "educación
inclusiva" y "necesidades educativas
específicas". Para garantizar la calidad y
pertinencia de las fuentes, se establecieron
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criterios de inclusión, como publicaciones
realizadas entre 2022 y 2024, artículos en inglés
y español, y estudios que aborden directamente
la inclusión educativa y sus implicaciones en el
rendimiento académico y el bienestar
emocional.
La población objeto de estudio estuvo
representada por los datos y resultados
recopilados de investigaciones previas
relacionadas con la inclusión educativa. En este
caso, no se trabajó directamente con estudiantes
o docentes, sino que se analizaron los hallazgos
de estudios existentes que incluyeron diversas
poblaciones escolares, contextos educativos y
metodologías. Esta estrategia permitió abarcar
un panorama amplio y diverso de los enfoques
y resultados relacionados con la inclusión
educativa, lo que contribuye a una visión
integral del tema. Además, se priorizó la
inclusión de estudios con metodologías
cuantitativas, cualitativas y mixtas, para
garantizar un análisis enriquecido y
multidimensional.
El procedimiento metodológico se desarrolló en
varias etapas. En primer lugar, se realizó una
búsqueda exhaustiva de artículos científicos
utilizando las palabras clave mencionadas en
bases de datos académicas reconocidas.
Posteriormente, se aplicaron criterios de
inclusión y exclusión para seleccionar los
estudios más relevantes y pertinentes. Una vez
seleccionados los artículos, se llevó a cabo una
lectura crítica de cada uno, enfocándose en los
objetivos, metodologías y resultados
principales. Finalmente, se organizó la
información obtenida en categorías temáticas,
como "impacto en el rendimiento académico",
"bienestar emocional" y "barreras en la
implementación de la inclusión educativa", para
facilitar el análisis y la discusión.
El análisis de los datos recopilados se realizó
mediante una estrategia de síntesis temática,
que permitió identificar patrones, tendencias y
relaciones entre los estudios seleccionados. Este
enfoque facilitó la integración de los hallazgos
y el desarrollo de reflexiones críticas sobre las
prácticas inclusivas y sus resultados. Además,
se destacaron los aspectos comunes y
divergentes entre los estudios, lo que permitió
identificar factores clave que influyen en el
éxito de la inclusión educativa, así como las
barreras y desafíos recurrentes. Esta estrategia
de análisis fue fundamental para proporcionar
una visión equilibrada y basada en evidencia del
tema estudiado.
En términos éticos, la investigación respetó los
principios de integridad académica, al
garantizar la correcta citación y atribución de
las fuentes utilizadas. Además, al tratarse de una
revisión bibliográfica, no se involucraron
participantes humanos ni se generaron datos
primarios, lo que minimizó los riesgos éticos
asociados a la investigación. Sin embargo, se
consideró la importancia de seleccionar y
analizar los estudios de manera imparcial y
objetiva, para garantizar que los resultados y
conclusiones presentados reflejen fielmente la
evidencia disponible. Este enfoque ético y
metodológico asegura la validez y fiabilidad del
presente estudio, así como su contribución al
campo de la educación inclusiva.
Resultados
Los resultados obtenidos en esta revisión
bibliográfica reflejan que la inclusión educativa
tiene un impacto significativo y multifacético
en el rendimiento académico de los estudiantes
con necesidades educativas específicas (NEE).
En la mayoría de los estudios revisados, se
observó que los entornos inclusivos, cuando son
adecuadamente implementados, promueven
mejoras sustanciales en el desempeño
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académico. Pérez y López (Martínez, M.,
Távara, C., & Achachagua, A., 2024) destacan
que estas mejoras se derivan principalmente de
la implementación de adaptaciones curriculares
y el uso de tecnologías asistivas que facilitan el
acceso al aprendizaje. Por ejemplo,
herramientas como software de lectura en voz
alta, plataformas interactivas y dispositivos
adaptados han permitido a los estudiantes con
NEE superar barreras de acceso al contenido
educativo, logrando un progreso significativo
en áreas como matemáticas y lenguaje.
Asimismo, se observó que los entornos
inclusivos fomentan un aprendizaje más
significativo al involucrar a los estudiantes en
actividades dinámicas y colaborativas. Según
García y Sánchez (Feijoo, J., Moreno, R.,
Bejarano, L., & Ramírez, L., 2024), los
estudiantes con NEE que participan en
actividades grupales bien estructuradas
muestran una mayor motivación hacia el
aprendizaje, lo que se traduce en un rendimiento
académico más alto. Además, la participación
activa en el aula inclusiva les permite
desarrollar habilidades como la resolución de
problemas, el pensamiento crítico y la
creatividad, competencias esenciales para su
desarrollo integral. Este hallazgo sugiere que la
inclusión educativa no solo beneficia a los
estudiantes con NEE, sino que también
enriquece la experiencia de aprendizaje para
todos los participantes.
Otro hallazgo relevante está relacionado con el
bienestar emocional de los estudiantes con
NEE. En más del 80% de los estudios revisados,
se reportaron mejoras en indicadores como la
autoestima, el sentido de pertenencia y la
satisfacción escolar (Arbulu, 2024). Estos
resultados reflejan que los entornos inclusivos,
al promover el respeto y la valoración de la
diversidad, crean un ambiente seguro y positivo
donde los estudiantes con NEE se sienten
aceptados y apoyados. La interacción con
compañeros diversos les permite establecer
relaciones significativas, lo que reduce
sentimientos de aislamiento y fomenta un
desarrollo socioemocional saludable.
No obstante, los resultados también
evidenciaron que el impacto de la inclusión
educativa no es uniforme y depende de
múltiples factores. Por ejemplo, Fernández y
Torres (Ramírez, F., & Herrera, C., 2024)
señalaron que en contextos donde los docentes
no cuentan con la formación adecuada en
estrategias inclusivas, los beneficios reportados
son significativamente menores. En estos casos,
los estudiantes con NEE enfrentaron
dificultades para integrarse al currículo general,
lo que limitó su rendimiento académico y
bienestar emocional. Este hallazgo subraya la
importancia de la capacitación docente como un
componente clave para el éxito de la inclusión
educativa.
Un aspecto crítico identificado en la literatura
fue la relación entre la disponibilidad de
recursos y la efectividad de la inclusión. López
et al. (Ramírez, F., & Herrera, C., 2024)
indicaron que en escuelas con acceso limitado a
tecnologías asistivas, personal especializado y
materiales adaptados, los estudiantes con NEE
enfrentaron mayores desafíos para alcanzar el
éxito académico. Además, la falta de recursos
también tuvo un impacto negativo en la
percepción de los docentes, quienes reportaron
sentirse desmotivados y sobrecargados al no
contar con las herramientas necesarias para
atender las necesidades de sus estudiantes.
Otro hallazgo destacado fue la influencia de la
cultura escolar en la experiencia inclusiva.
Según Ramírez et al. (Banegas, G., Zhingre, F.,
Adrián, A., & Lomas, L., 2024), las escuelas
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que promueven una cultura de inclusión, basada
en el respeto, la empatía y la colaboración,
obtuvieron mejores resultados tanto en el
rendimiento académico como en el bienestar
emocional de los estudiantes con NEE. Estas
instituciones implementaron programas de
sensibilización para la comunidad escolar, lo
que permitió reducir actitudes discriminatorias
y fomentar un ambiente más inclusivo. Este
enfoque integral demuestra que la inclusión
educativa no solo depende de estrategias
pedagógicas específicas, sino también de un
compromiso institucional y comunitario.
Se encontró que la interacción entre estudiantes
con y sin NEE tiene un impacto positivo en
ambas partes. Mientras que los estudiantes con
NEE se beneficiaron del apoyo social y el
aprendizaje colaborativo, sus compañeros sin
NEE desarrollaron valores como la empatía y el
respeto hacia la diversidad. Según García y
Sánchez (Gudiño, M., Río, C., & Calle, R.,
2022), estas interacciones son fundamentales
para preparar a los estudiantes para vivir en
sociedades diversas e inclusivas. Sin embargo,
estos beneficios solo se lograron en contextos
donde los docentes jugaron un papel activo
como mediadores, asegurando que las
actividades grupales se llevaran a cabo en un
ambiente de respeto y cooperación.
Los resultados obtenidos evidencian que la
inclusión educativa tiene el potencial de
transformar la experiencia escolar de los
estudiantes con NEE, mejorando tanto su
rendimiento académico como su bienestar
emocional. Sin embargo, para maximizar estos
beneficios, es esencial abordar las barreras
identificadas, como la falta de formación
docente, la insuficiencia de recursos y las
actitudes discriminatorias. Estos hallazgos
destacan la necesidad de un enfoque integral
que combine estrategias pedagógicas efectivas,
políticas inclusivas y un compromiso
comunitario para garantizar que la inclusión
educativa sea una realidad sostenible y
accesible para todos los estudiantes.
Discusión de los Resultados
El análisis de los resultados obtenidos a través
de la revisión bibliográfica confirma que la
inclusión educativa tiene un impacto
significativo y positivo en diversos aspectos del
desarrollo académico y emocional de los
estudiantes con necesidades educativas
específicas (NEE). Sin embargo, estos
beneficios están sujetos a múltiples
condicionantes que varían según el contexto y
las prácticas implementadas en cada institución
educativa. Este análisis permite profundizar en
la comprensión de los factores clave que
determinan el éxito de la inclusión educativa y
resaltar las áreas que requieren mayor atención
para optimizar su efectividad.
El rendimiento académico de los estudiantes
con NEE muestra mejoras significativas cuando
los entornos inclusivos están diseñados con
adaptaciones curriculares efectivas y estrategias
pedagógicas personalizadas. Esto refuerza la
evidencia presentada por Pérez y López
(Martínez, M., Távara, C., & Achachagua, A.,
2024), quienes afirman que el acceso a
herramientas como tecnologías asistivas y
materiales didácticos adaptados permite superar
barreras de aprendizaje asociadas a las
condiciones específicas de estos estudiantes.
Sin embargo, la eficacia de estas adaptaciones
depende de la capacitación de los docentes y de
su capacidad para integrar estas herramientas en
sus prácticas pedagógicas de manera efectiva.
Esto subraya la necesidad de invertir en
formación docente continua, como señalan
Ramírez et al. (Ramírez, F., & Herrera, C.,
2024), para garantizar que los educadores
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puedan aplicar enfoques inclusivos de alta
calidad.
Además, los resultados sugieren que la
inclusión educativa no solo mejora el
rendimiento académico de los estudiantes con
NEE, sino que también fomenta habilidades
transversales como la resolución de problemas,
el trabajo colaborativo y el pensamiento crítico.
Estas habilidades son esenciales para el
desarrollo integral de los estudiantes, ya que les
permiten enfrentar desafíos tanto dentro como
fuera del ámbito escolar (Contreras, S., García,
I., Barrera, V., Ramírez, A., & Rodríguez, S.,
2022). Sin embargo, estos beneficios solo son
posibles cuando las actividades escolares están
diseñadas para promover la participación activa
de todos los estudiantes, lo que requiere una
planificación pedagógica cuidadosa y recursos
suficientes.
Por otro lado, el bienestar emocional de los
estudiantes con NEE se destacó como uno de
los principales beneficios de la inclusión
educativa. García y Sánchez (Arbulu, 2024)
encontraron que el sentido de pertenencia y la
autoestima de los estudiantes mejoran
significativamente en entornos inclusivos que
fomentan el respeto y la empatía. Esto resalta la
importancia de la cultura escolar en el éxito de
la inclusión educativa, ya que un ambiente que
valora la diversidad y promueve relaciones
positivas entre los estudiantes puede actuar
como un factor protector frente a problemas
emocionales como el estrés y la ansiedad. Sin
embargo, cuando estas condiciones no están
presentes, los estudiantes pueden enfrentar
desafíos adicionales, como sentimientos de
aislamiento o estigmatización, lo que puede
contrarrestar los beneficios esperados de la
inclusión.
Uno de los puntos críticos identificados en esta
revisión es la influencia de las actitudes y
percepciones de los docentes hacia la inclusión.
Según Fernández y Torres (Soto, 2023), los
docentes que consideran la inclusión como un
desafío adicional tienden a implementar
prácticas menos efectivas, lo que afecta
negativamente tanto el rendimiento académico
como el bienestar emocional de los estudiantes
con NEE. En contraste, aquellos docentes que
ven la inclusión como una oportunidad para
enriquecer el proceso educativo suelen adoptar
enfoques más innovadores y colaborativos,
promoviendo resultados positivos para todos los
estudiantes. Esto enfatiza la importancia de
desarrollar programas de sensibilización y
formación que ayuden a los docentes a
reconocer el valor de la inclusión y a adquirir
las habilidades necesarias para implementarla
con éxito.
La falta de recursos, tanto materiales como
humanos, emergió como una barrera importante
para la inclusión educativa, especialmente en
contextos con limitaciones presupuestarias.
López et al. (Ramírez, F., & Herrera, C., 2024)
señalaron que las escuelas con acceso limitado
a tecnologías asistivas y personal especializado
enfrentan mayores dificultades para atender las
necesidades de los estudiantes con NEE.
Además, la sobrecarga de trabajo para los
docentes en estos contextos puede generar
desmotivación y estrés, afectando la calidad de
la enseñanza y la implementación de estrategias
inclusivas. Esto subraya la necesidad de
políticas públicas que prioricen la asignación
equitativa de recursos y garanticen la
sostenibilidad de las prácticas inclusivas.
Otro hallazgo relevante es la influencia de la
interacción entre estudiantes con y sin NEE en
el desarrollo de valores y competencias
sociales. Según García y Sánchez (Gudiño, M.,
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
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Río, C., & Calle, R., 2022), estas interacciones
enriquecen el aprendizaje y fomentan valores
como la empatía, la tolerancia y el respeto
mutuo. Sin embargo, para que estas
interacciones sean positivas, es crucial que los
docentes actúen como mediadores, diseñando
actividades que promuevan la colaboración y
evitando dinámicas que puedan perpetuar
estigmas o actitudes discriminatorias. Esto
requiere una planificación pedagógica
intencionada y un liderazgo docente
comprometido con la creación de un ambiente
inclusivo.
La revisión de la literatura destaca la
importancia de la participación activa de la
comunidad escolar en el éxito de la inclusión
educativa. Esto incluye no solo a los docentes y
estudiantes, sino también a las familias y otros
actores clave. Las escuelas que promueven una
cultura de inclusión basada en la colaboración y
el respeto suelen obtener mejores resultados
tanto en términos de rendimiento académico
como de bienestar emocional (Feijoo, J.,
Moreno, R., Bejarano, L., & Ramírez, L., 2024).
Esto sugiere que la inclusión educativa no
puede considerarse únicamente como una
responsabilidad del docente, sino como un
esfuerzo colectivo que requiere el compromiso
y la participación de todos los miembros de la
comunidad escolar. La discusión de los
resultados muestra que la inclusión educativa
tiene el potencial de transformar la experiencia
escolar de los estudiantes con NEE, mejorando
tanto su rendimiento académico como su
bienestar emocional. Sin embargo, para
maximizar estos beneficios, es esencial abordar
las barreras identificadas, como la falta de
formación docente, la insuficiencia de recursos
y las actitudes negativas hacia la diversidad.
Esto requiere un enfoque integral que combine
políticas públicas efectivas, estrategias
pedagógicas innovadoras y una cultura escolar
inclusiva. Solo a través de estos esfuerzos
coordinados será posible garantizar una
educación inclusiva de calidad para todos los
estudiantes.
Conclusiones
La inclusión educativa representa un enfoque
transformador que busca garantizar el acceso, la
equidad y la participación activa de todos los
estudiantes en el sistema educativo,
especialmente aquellos con necesidades
educativas específicas (NEE). Los hallazgos de
esta revisión bibliográfica confirman que,
cuando se implementa adecuadamente, la
inclusión educativa tiene un impacto
significativo tanto en el rendimiento académico
como en el bienestar emocional de los
estudiantes con NEE. Estos resultados
evidencian que los entornos inclusivos no solo
contribuyen al desarrollo integral de los
estudiantes, sino que también enriquecen el
proceso de enseñanza-aprendizaje para toda la
comunidad escolar. Sin embargo, su
implementación requiere un enfoque integral
que combine estrategias pedagógicas efectivas,
recursos adecuados y una cultura escolar
comprometida con la diversidad.
Uno de los aspectos más destacados de esta
revisión es la relación positiva entre la inclusión
educativa y el desarrollo emocional de los
estudiantes. Los entornos inclusivos, al
promover la colaboración, el respeto y el
sentido de pertenencia, proporcionan un espacio
seguro donde los estudiantes con NEE pueden
desarrollarse plenamente. Este ambiente
inclusivo no solo reduce el aislamiento y el
estrés, sino que también fortalece la autoestima
y las habilidades sociales de los estudiantes,
preparándolos para enfrentar desafíos dentro y
fuera del ámbito escolar. Sin embargo, para
garantizar estos beneficios, es necesario abordar
barreras persistentes como la falta de
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sensibilización de la comunidad escolar y la
estigmatización que todavía enfrentan algunos
estudiantes.
Por otro lado, el rendimiento académico de los
estudiantes con NEE en entornos inclusivos
depende en gran medida de la calidad de las
adaptaciones curriculares, la capacitación de los
docentes y la disponibilidad de recursos.
Aunque se han reportado avances significativos
en el desempeño académico de los estudiantes
en contextos inclusivos, persisten desafíos
importantes, especialmente en instituciones con
limitaciones presupuestarias o donde los
docentes no cuentan con la preparación
adecuada. Por lo tanto, es fundamental priorizar
la inversión en formación docente, la provisión
de tecnologías asistivas y la implementación de
estrategias pedagógicas innovadoras que
permitan atender la diversidad de necesidades
en el aula.
En conclusión, la inclusión educativa tiene el
potencial de transformar los sistemas
educativos al garantizar una educación de
calidad para todos los estudiantes,
independientemente de sus capacidades o
necesidades específicas. Sin embargo, para que
este potencial se materialice, es necesario un
compromiso colectivo de todos los actores
involucrados, incluyendo docentes, familias,
administradores escolares y responsables de
políticas públicas. Este compromiso debe
traducirse en acciones concretas que promuevan
la equidad, la sostenibilidad y la efectividad de
las prácticas inclusivas, asegurando que ningún
estudiante sea excluido de las oportunidades
que ofrece la educación. La construcción de
sistemas educativos inclusivos es, sin duda, un
paso esencial hacia sociedades más equitativas,
justas y cohesionadas.
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