Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
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LA INFLUENCIA DE LOS PROBLEMAS SOCIALES EN EL DESARROLLO HUMANO DE
LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS: ESTRATEGIAS PARA FOMENTAR LA
RESILIENCIA Y EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN LA ENSEÑANZA SUPERIOR
EN LA UNEMI
THE INFLUENCE OF SOCIAL PROBLEMS ON THE HUMAN DEVELOPMENT OF
UNIVERSITY STUDENTS: STRATEGIES TO PROMOTE RESILIENCE AND
MEANINGFUL LEARNING IN HIGHER EDUCATION AT UNEMI
Autor: ¹Jennifer Carolina Velasco Zea.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-3785-2057
¹E-mail de contacto: jvelascoz@unemi.edu.ec
Afiliación:¹*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Articulo recibido: 31 de Noviembre del 2024
Articulo revisado: 3 de Diciembre del 2024
Articulo aprobado: 14 de Enero del 2025
¹Psicologa, graduada de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador). Posee una maestría en Psicología mención en Neuropsicología del
Aprendizaje otorgado por la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Resumen
La presente investigación analiza la influencia
de los problemas sociales en el desarrollo
humano y el desempeño académico de los
estudiantes universitarios de la Universidad
Estatal de Milagro (UNEMI). Con un enfoque
mixto, se aplicaron encuestas a 250 estudiantes
y entrevistas semiestructuradas a 20
participantes, lo que permitió identificar cómo
la pobreza, la violencia y la exclusión social
impactan sus experiencias académicas y
personales. Los resultados cuantitativos
revelaron que el 78% de los estudiantes
considera que estos problemas afectan
directamente su desempeño, destacando las
barreras económicas como el principal
obstáculo. Además, solo el 35% expresó
satisfacción con los servicios de apoyo
institucional, mientras que el 55% señaló una
limitada integración del aprendizaje
significativo en la enseñanza. Por otro lado, los
datos cualitativos evidenciaron cómo los
entornos violentos y las dinámicas de exclusión
social afectan la estabilidad emocional y las
relaciones interpersonales de los estudiantes,
perpetuando desigualdades que limitan su
desarrollo integral. La investigación concluye
que es fundamental implementar estrategias
inclusivas que aborden estas problemáticas,
promoviendo la resiliencia y el aprendizaje
significativo como herramientas clave para
superar adversidades. En este sentido, se
proponen políticas que incluyan apoyo
financiero, fortalecimiento de servicios
psicosociales y programas que fomenten la
equidad y la diversidad. Este enfoque integral
permitirá a la UNEMI consolidarse como un
espacio que favorezca el desarrollo humano de
sus estudiantes, contribuyendo a su formación
profesional y su compromiso con el cambio
social.
Palabras clave: Problemas sociales,
Resiliencia, Aprendizaje significativo.
Abstract
This research analyzes the influence of social
problems on human development and
academic performance of university students at
the Milagro State University (UNEMI). Using
a mixed approach, surveys were applied to 250
students and semi-structured interviews to 20
participants, which allowed to identify how
poverty, violence and social exclusion impact
their academic and personal experiences. The
quantitative results revealed that 78% of
students consider that these problems directly
affect their performance, highlighting
economic barriers as the main obstacle. In
addition, only 35% expressed satisfaction with
institutional support services, while 55%
pointed out a limited integration of meaningful
learning in teaching. On the other hand,
qualitative data showed how violent
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environments and social exclusion dynamics
affect the emotional stability and interpersonal
relationships of students, perpetuating
inequalities that limit their comprehensive
development. The research concludes that it is
essential to implement inclusive strategies that
address these problems, promoting resilience
and meaningful learning as key tools to
overcome adversity. In this sense, policies are
proposed that include financial support,
strengthening of psychosocial services and
programs that promote equity and diversity.
This comprehensive approach will allow
UNEMI to consolidate itself as a space that
favors the human development of its students,
contributing to their professional training and
their commitment to social change.
Keywords: Social issues, Resilience,
Meaningful learning.
Sumário
Esta pesquisa analisa a influência dos
problemas sociais no desenvolvimento humano
e no desempenho acadêmico de estudantes
universitários da Universidade Estadual de
Milagro (UNEMI). Utilizando uma abordagem
mista, foram aplicados questionários a 250
estudantes e entrevistas semiestruturadas a 20
participantes, o que permitiu identificar como a
pobreza, a violência e a exclusão social
impactam suas experiências acadêmicas e
pessoais. Os resultados quantitativos revelaram
que 78% dos alunos consideram que esses
problemas afetam diretamente seu
desempenho, destacando as barreiras
econômicas como o principal obstáculo. Além
disso, apenas 35% expressaram satisfação com
os serviços de apoio institucional, enquanto
55% notaram integração limitada da
aprendizagem significativa no ensino. Por
outro lado, dados qualitativos mostraram como
ambientes violentos e dinâmicas de exclusão
social afetam a estabilidade emocional e as
relações interpessoais dos estudantes,
perpetuando desigualdades que limitam seu
desenvolvimento integral. A pesquisa conclui
que é essencial implementar estratégias
inclusivas que abordem esses problemas,
promovendo a resiliência e a aprendizagem
significativa como ferramentas essenciais para
superar as adversidades. Nesse sentido, são
propostas políticas que incluem apoio
financeiro, fortalecimento dos serviços
psicossociais e programas que promovam a
equidade e a diversidade. Essa abordagem
integral permitirá que a UNEMI se consolide
como um espaço que promove o
desenvolvimento humano de seus alunos,
contribuindo para sua formação profissional e
seu comprometimento com a mudança social.
Palavras-chave: Questões sociais,
Resiliência, Aprendizagem significativa.
Introducción
El desarrollo humano, entendido como un
proceso integral que abarca aspectos físicos,
psicológicos, sociales y culturales, está
profundamente influenciado por el entorno en el
que los individuos se desenvuelven. En el
ámbito de la educación superior, esta etapa
formativa se ve afectada por diversos problemas
sociales que limitan las oportunidades de
crecimiento y aprendizaje de los estudiantes.
Factores como la pobreza, la violencia, la
exclusión social y la inequidad estructural se
convierten en barreras significativas para el
desarrollo pleno de las habilidades y
competencias de los jóvenes universitarios. En
este contexto, es crucial que las instituciones
educativas, particularmente las universidades,
desempeñen un papel activo en la creación de
estrategias que permitan mitigar el impacto de
estos problemas, favoreciendo no solo el
rendimiento académico, sino también el
bienestar integral de sus estudiantes (Fuentes,
J., Moreno, A., & Zavala, A., 2024).
En el caso de la Universidad Estatal de Milagro
(UNEMI), ubicada en un contexto social
diverso y con una población estudiantil
caracterizada por realidades socioeconómicas
heterogéneas, estos desafíos se hacen aún más
evidentes. Los estudiantes enfrentan múltiples
limitaciones que afectan tanto su desempeño
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académico como su salud mental y emocional.
Entre los factores más comunes se encuentran
la insuficiencia de recursos económicos, la
necesidad de combinar estudios con trabajo
remunerado, y las dificultades para acceder a
herramientas tecnológicas esenciales para el
aprendizaje. Estas problemáticas no solo ponen
en riesgo la continuidad de sus estudios, sino
que también restringen su capacidad para
aprovechar las oportunidades educativas y
profesionales que la universidad ofrece.
La pobreza, como una de las principales
problemáticas sociales, tiene implicaciones
profundas y multifacéticas en la vida de los
estudiantes universitarios. La falta de recursos
económicos no solo impide el acceso a
materiales educativos, sino que también genera
estrés constante por la incertidumbre
económica. Además, muchos estudiantes deben
asumir responsabilidades laborales para apoyar
económicamente a sus familias o financiar sus
estudios, lo cual reduce significativamente el
tiempo que pueden dedicar al aprendizaje y a su
desarrollo personal. Esto, a su vez, repercute en
su rendimiento académico, limitando su
capacidad para cumplir con las exigencias del
nivel superior y aumentando el riesgo de
abandono escolar (González, 2023).
Otro factor crítico que influye en el desarrollo
humano de los estudiantes universitarios es la
violencia, tanto a nivel intrafamiliar como
comunitario. Aquellos que crecen en entornos
caracterizados por conflictos y agresión
constante suelen experimentar altos niveles de
estrés, lo que afecta su concentración, memoria
y capacidad para procesar información.
Además, la exposición prolongada a la
violencia puede tener consecuencias
emocionales a largo plazo, como la
desensibilización frente a la agresión o la
incapacidad de establecer relaciones
interpersonales saludables. En la UNEMI, esta
problemática requiere un abordaje institucional
que garantice un entorno seguro y promueva la
cultura de la paz como parte integral del proceso
educativo (Olivera, E., & Yupanqui, D., 2020).
La exclusión social también juega un papel
significativo en la configuración de las
oportunidades educativas. Esta problemática,
definida por la imposibilidad de ciertos grupos
para participar plenamente en las esferas
económica, política y cultural de la sociedad,
afecta a estudiantes que pertenecen a minorías
étnicas, que enfrentan discriminación de género
o que viven con alguna discapacidad. En el caso
de Ecuador, estas dinámicas de exclusión se
reflejan en la falta de políticas inclusivas que
garanticen la igualdad de oportunidades. En la
UNEMI, atender esta problemática exige
diseñar estrategias específicas que permitan a
los estudiantes enfrentar estas barreras
estructurales y desarrollarse en un ambiente
educativo equitativo e inclusivo (Marchesi, Á.,
Tedesco, J., & Coll, C., 2021).
En este contexto, la resiliencia emerge como
una capacidad esencial para que los estudiantes
universitarios enfrenten las adversidades
derivadas de los problemas sociales. La
resiliencia, definida como la habilidad de
adaptarse de manera positiva frente a
circunstancias adversas, permite a las personas
transformar experiencias negativas en
oportunidades de crecimiento y aprendizaje. En
el ámbito educativo, esta capacidad es
particularmente relevante, ya que los
estudiantes resilientes tienden a mostrar mayor
motivación, perseverancia y habilidades de
afrontamiento, factores que contribuyen
significativamente a su éxito académico y
personal. Promover la resiliencia en los
estudiantes de la UNEMI implica no solo
intervenir en el nivel individual, sino también
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transformar los entornos educativos en espacios
que favorezcan el desarrollo de esta capacidad
(Zumárraga, 2023).
De manera complementaria, el aprendizaje
significativo, conceptualizado por Ausubel
(Beltrán, M., Arán, M., Sámuel, M.,
Almonacid, C., & Mansilla, J., 2023),
representa una herramienta clave para enfrentar
los desafíos educativos en contextos de
adversidad. Este enfoque pedagógico se basa en
la construcción de conocimientos que estén
relacionados con las experiencias previas de los
estudiantes y que sean aplicables en contextos
reales. En la UNEMI, integrar este modelo en
los programas académicos podría fortalecer la
capacidad de los estudiantes para relacionar los
contenidos curriculares con sus propias
realidades, incrementando así su motivación
intrínseca y su compromiso con el aprendizaje.
El rol de las instituciones de educación superior
en este escenario es crítico. La UNEMI, al igual
que otras universidades públicas de Ecuador,
enfrenta el desafío de diseñar e implementar
programas que no solo respondan a las
necesidades académicas de sus estudiantes, sino
que también aborden los factores sociales que
condicionan su desarrollo humano. Esto incluye
desde la implementación de servicios de apoyo
psicosocial y asesorías académicas, hasta la
creación de políticas que fomenten la equidad,
la inclusión y la diversidad. Estos esfuerzos
deben ser sostenidos y evaluados
constantemente para garantizar que generen un
impacto positivo y duradero en la vida de los
estudiantes (Fernández, V., López, M., & Pérez,
E., 2022).
Adicionalmente, el papel del docente como
facilitador del aprendizaje y del desarrollo
humano no puede subestimarse. Los docentes,
mediante prácticas pedagógicas inclusivas y
personalizadas, tienen la capacidad de influir
directamente en la formación de habilidades
resilientes en los estudiantes. Esto requiere una
formación docente sólida que incluya el
desarrollo de competencias socioemocionales,
así como estrategias para manejar la diversidad
en el aula y crear entornos seguros y
motivadores. En la UNEMI, el fortalecimiento
de estas capacidades docentes es un
componente esencial para abordar los desafíos
sociales que enfrentan los estudiantes (Ayala,
L., & Aravena, M., 2022).
El presente artículo tiene como objetivo
analizar cómo los problemas sociales influyen
en el desarrollo humano de los estudiantes de la
UNEMI, identificando los principales desafíos
que enfrentan y proponiendo estrategias
basadas en la resiliencia y el aprendizaje
significativo para superarlos. La investigación
se fundamenta en un enfoque interdisciplinario
que combina perspectivas pedagógicas,
psicológicas y sociales, proporcionando una
visión integral que busca contribuir al diseño de
políticas educativas más inclusivas y efectivas.
Es imperativo reconocer que el éxito de los
estudiantes universitarios no puede ser evaluado
únicamente en términos académicos, sino que
debe contemplar también su capacidad para
superar adversidades y desarrollar
competencias que les permitan participar
activamente en la construcción de una sociedad
más justa e inclusiva. Este análisis busca aportar
herramientas conceptuales y prácticas para
avanzar hacia ese objetivo, colocando a la
UNEMI como un referente en la formación
integral de profesionales comprometidos con el
cambio social.
Desarrollo
El desarrollo humano es un proceso complejo y
multidimensional que se define como la
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expansión de las capacidades y libertades de los
individuos para llevar una vida plena y
significativa. Según Sen (Figueroa, W., &
Leyton, E., 2022), el desarrollo humano
trasciende las dimensiones económicas para
abarcar aspectos sociales, culturales,
psicológicos y políticos que determinan el
bienestar y la calidad de vida de las personas.
En el contexto de la educación superior, este
enfoque adquiere una relevancia crítica, ya que
las universidades no solo forman profesionales,
sino que también contribuyen al desarrollo
integral de sus estudiantes, enfrentando los retos
que los problemas sociales imponen a su
progreso académico y personal.
Los problemas sociales son fenómenos
estructurales que afectan a las comunidades y
generan desigualdades que limitan el acceso a
recursos, oportunidades y servicios básicos. En
el ámbito educativo, estos problemas pueden
manifestarse como barreras económicas,
violencia, exclusión social, discriminación y
falta de acceso a tecnologías, afectando
directamente la experiencia universitaria de los
estudiantes. Bronfenbrenner (Monsalve, 2023)
sostiene que el entorno social inmediato y los
sistemas más amplios, como las políticas
públicas y la cultura, influyen profundamente
en el desarrollo humano, especialmente en las
etapas críticas como la educación superior,
cuando los individuos están en proceso de
consolidar su identidad y habilidades.
Entre los factores más prevalentes, la pobreza se
erige como una de las principales barreras para
el desarrollo humano en la educación superior.
La falta de recursos económicos no solo limita
el acceso a materiales de estudio y servicios
educativos, sino que también genera estrés
financiero en los estudiantes y sus familias,
afectando su bienestar emocional y su
capacidad de aprendizaje. Estudios recientes
(González, 2023) señalan que los estudiantes en
condiciones de pobreza tienen tasas más altas de
deserción, ya que enfrentan desafíos adicionales
para equilibrar sus responsabilidades
académicas con las laborales.
La violencia, por su parte, representa otro
obstáculo significativo para el desarrollo
humano. Los entornos violentos, ya sean
familiares, comunitarios o incluso dentro de las
instituciones educativas, generan un clima de
inseguridad y estrés que afecta el desempeño
académico y las habilidades sociales de los
estudiantes. Según Seligman (Olivera, E., &
Yupanqui, D., 2020), la exposición prolongada
a la violencia puede llevar a la internalización
de patrones de comportamiento disfuncionales
y a una disminución de la capacidad de
resiliencia, lo cual resulta especialmente
problemático en contextos universitarios, donde
se espera que los estudiantes desarrollen
habilidades de resolución de conflictos y
pensamiento crítico.
La exclusión social, entendida como la
marginación de ciertos grupos de la
participación activa en la vida económica,
política y cultural, es otro factor determinante
en el desarrollo humano. Esta problemática
afecta a estudiantes que pertenecen a minorías
étnicas, que enfrentan discriminación por
razones de género, o que tienen alguna
discapacidad. En el caso de Ecuador, estas
dinámicas se evidencian en la baja
representación de estos grupos en las
universidades y en la falta de políticas
inclusivas que garanticen igualdad de
oportunidades (Marchesi, Á., Tedesco, J., &
Coll, C., 2021). En la UNEMI, esta exclusión se
traduce en barreras estructurales que dificultan
el acceso y la permanencia de los estudiantes
más vulnerables.
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La resiliencia, definida como la capacidad para
adaptarse positivamente frente a la adversidad,
es un factor clave para mitigar los efectos de los
problemas sociales en los estudiantes
universitarios. Masten (Zumárraga, 2023)
plantea que la resiliencia no es una
característica inherente, sino una capacidad que
puede desarrollarse a través de entornos
educativos favorables, relaciones
interpersonales de apoyo y estrategias de
afrontamiento eficaces. En el contexto de la
educación superior, la promoción de la
resiliencia implica no solo brindar apoyo
emocional y psicológico, sino también crear
programas que fortalezcan las habilidades de
autogestión y resolución de problemas de los
estudiantes.
En relación con la resiliencia, el aprendizaje
significativo emerge como un enfoque
pedagógico que fomenta el desarrollo humano
al conectar los contenidos académicos con las
experiencias y realidades de los estudiantes.
Según Ausubel (Beltrán, M., Arán, M., Sámuel,
M., Almonacid, C., & Mansilla, J., 2023), el
aprendizaje significativo se basa en la
integración de nuevos conocimientos con
estructuras cognitivas previas, lo que permite
una comprensión profunda y duradera. Este
enfoque es especialmente relevante en
contextos de vulnerabilidad social, ya que
permite a los estudiantes relacionar sus
aprendizajes con su entorno, fomentando su
motivación intrínseca y su compromiso con el
estudio.
El papel de las instituciones de educación
superior en la promoción del desarrollo humano
y la mitigación de los problemas sociales es
fundamental. Las universidades, como la
UNEMI, tienen la responsabilidad de diseñar
políticas y programas que respondan a las
necesidades específicas de sus estudiantes,
particularmente aquellos en condiciones de
vulnerabilidad. Esto incluye desde la
implementación de servicios de apoyo
psicosocial hasta la creación de ambientes de
aprendizaje inclusivos que promuevan la
equidad y el respeto por la diversidad
(Fernández, V., López, M., & Pérez, E., 2022).
El enfoque ecológico de Bronfenbrenner
(Förster, J., & López, I., 2022) proporciona un
marco teórico útil para entender cómo las
interacciones entre los distintos niveles del
entorno social influyen en el desarrollo humano.
Este modelo plantea que los sistemas
microsociales, como la familia y la comunidad,
interactúan con sistemas macrosociales, como
las políticas públicas y los valores culturales,
para dar forma a las oportunidades y
limitaciones que enfrentan los estudiantes. En el
caso de la UNEMI, este enfoque puede
aplicarse para identificar las barreras
específicas que enfrentan sus estudiantes y para
diseñar intervenciones que aborden estas
barreras de manera integral.
Asimismo, el modelo de capacidades de Sen
(Villareal, E., & Zayas, F., 2021) enfatiza la
importancia de expandir las libertades y
capacidades de los individuos como un objetivo
central del desarrollo humano. En el contexto de
la educación superior, este modelo sugiere que
las universidades deben no solo proporcionar
conocimientos y habilidades técnicas, sino
también crear las condiciones que permitan a
los estudiantes ejercer su libertad para elegir y
perseguir sus metas personales y profesionales.
Este enfoque es particularmente relevante en la
UNEMI, donde las desigualdades estructurales
requieren estrategias específicas para garantizar
la equidad en el acceso y la permanencia de los
estudiantes.
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La relación entre los problemas sociales, la
resiliencia y el aprendizaje significativo plantea
la necesidad de un enfoque interdisciplinario en
el diseño de políticas educativas. Este enfoque
combina perspectivas de la psicología, la
pedagogía y las ciencias sociales para abordar
las complejidades de los problemas sociales y
su impacto en el desarrollo humano. En la
UNEMI, implementar este enfoque podría
traducirse en la creación de programas que
integren el apoyo emocional con prácticas
pedagógicas innovadoras, favoreciendo así el
desarrollo integral de sus estudiantes.
Destacando la importancia de abordar los
problemas sociales que afectan a los estudiantes
universitarios mediante la promoción de la
resiliencia y el aprendizaje significativo. Estas
estrategias, enmarcadas en un enfoque
interdisciplinario, ofrecen un camino
prometedor para fortalecer el desarrollo
humano en la educación superior, garantizando
que los estudiantes de la UNEMI puedan
superar las adversidades y alcanzar su potencial
pleno. La implementación efectiva de estas
estrategias no solo beneficiará a los estudiantes,
sino que también contribuirá al fortalecimiento
de la universidad como un agente de cambio
social.
Marco metodológico
El presente estudio adopta un enfoque mixto,
combinando métodos cuantitativos y
cualitativos para ofrecer una comprensión
integral de la influencia de los problemas
sociales en el desarrollo humano de los
estudiantes universitarios en la UNEMI. Este
enfoque permite analizar no solo patrones
generales en la población estudiada, sino
también explorar las experiencias individuales
en profundidad. La investigación cuantitativa se
centró en recopilar datos estructurados
mediante encuestas, mientras que la
investigación cualitativa profundizó en las
vivencias de los estudiantes a través de
entrevistas semiestructuradas. Este diseño
responde a la necesidad de abordar una
problemática compleja que involucra múltiples
dimensiones del desarrollo humano y
educativo.
Diseño del estudio
El diseño de esta investigación es descriptivo y
exploratorio. Desde una perspectiva
descriptiva, se buscó caracterizar las
percepciones de los estudiantes sobre cómo los
problemas sociales afectan su desarrollo
personal y académico, así como identificar las
estrategias más efectivas para fomentar la
resiliencia y el aprendizaje significativo. Desde
un enfoque exploratorio, se analizaron las
experiencias individuales de los estudiantes,
buscando comprender cómo estas vivencias
configuran sus capacidades de afrontamiento y
adaptación. La población de estudio estuvo
conformada por estudiantes de pregrado de
diferentes facultades de la UNEMI. Se
seleccionó una muestra representativa de 250
estudiantes para las encuestas, empleando un
muestreo aleatorio estratificado basado en la
facultad y el nivel de estudios. Para las
entrevistas, se seleccionaron 20 estudiantes
mediante un muestreo intencional, priorizando
aquellos que enfrentaban mayores niveles de
vulnerabilidad social.
Instrumentos
Encuesta
Se diseñó un cuestionario con cinco ítems
formulados en escala Likert de cinco puntos,
donde 1 correspondía a "Totalmente en
desacuerdo" y 5 a "Totalmente de acuerdo". Los
ítems de la encuesta estuvieron orientados a
medir las percepciones de los estudiantes sobre
el impacto de los problemas sociales y las
estrategias implementadas por la universidad
para mitigar dichos efectos:
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"Considero que los problemas sociales
afectan directamente mi desempeño
académico."
"Las barreras económicas son uno de los
mayores obstáculos para mi desarrollo
personal en la universidad."
"La universidad proporciona suficientes
recursos para ayudarme a superar los
desafíos relacionados con mi entorno
social."
"La enseñanza en mi universidad fomenta
habilidades de resiliencia y afrontamiento."
"Las estrategias de aprendizaje significativo
han mejorado mi compromiso y motivación
académica."
El diseño del cuestionario se validó mediante
juicio de expertos en psicología educativa,
quienes evaluaron la claridad, pertinencia y
consistencia de los ítems. Posteriormente, se
realizó una prueba piloto con 30 estudiantes,
cuyos resultados permitieron ajustar el lenguaje
y la estructura de los ítems para garantizar la
comprensión de los participantes.
Entrevista
La guía de entrevista constó de diez preguntas
abiertas que exploraron en profundidad las
experiencias y perspectivas de los estudiantes
sobre los problemas sociales que afectan su
desarrollo humano. Las preguntas también
abordaron las estrategias implementadas para
enfrentar estas adversidades y la efectividad de
las iniciativas de la universidad. Las preguntas
fueron:
¿Cuáles son los principales problemas
sociales que afectan tu desempeño como
estudiante universitario?
¿De qué manera sientes que la pobreza o la
violencia han influido en tu experiencia
académica?
¿Has percibido exclusión social o
discriminación en la universidad? Si es así,
¿cómo te ha afectado?
¿Qué medidas consideras que debería
implementar la universidad para apoyar a
estudiantes en situaciones de
vulnerabilidad?
¿Qué estrategias utilizas para enfrentar los
desafíos que provienen de tu entorno
social?
¿Qué papel ha jugado la enseñanza
universitaria en fortalecer tu capacidad de
resiliencia?
¿Sientes que los contenidos académicos
están relacionados con tu realidad social?
Explica cómo.
¿Qué opinas sobre los programas o
servicios de apoyo estudiantil ofrecidos por
la universidad?
¿Cómo podrían los docentes mejorar la
enseñanza para fomentar un aprendizaje
significativo en los estudiantes?
¿Qué recomendaciones darías para que la
UNEMI sea un espacio más inclusivo y
sensible a las problemáticas sociales?
Esta guía de entrevista fue diseñada para
promover una conversación fluida y garantizar
que los participantes pudieran expresar sus
experiencias y opiniones con profundidad. Las
entrevistas se llevaron a cabo en un ambiente
cómodo y confidencial, siendo grabadas con el
consentimiento informado de los participantes.
Procedimiento
El proceso de recolección de datos inició con la
obtención de los permisos éticos necesarios,
incluyendo el consentimiento informado de
todos los participantes. Las encuestas se
aplicaron de manera virtual utilizando
plataformas en línea, lo que permitió garantizar
una amplia participación y accesibilidad. Las
entrevistas, por otro lado, se realizaron de
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manera presencial en salas designadas dentro
del campus universitario, respetando todas las
medidas de privacidad y comodidad para los
entrevistados.
Análisis de datos
Los datos cuantitativos obtenidos de las
encuestas fueron procesados mediante el
software SPSS, utilizando análisis estadísticos
descriptivos y correlacionales para identificar
tendencias, frecuencias y relaciones entre las
variables evaluadas. Los resultados permitieron
establecer patrones generales sobre el impacto
de los problemas sociales y la percepción de los
estudiantes sobre las estrategias implementadas
por la universidad.
En el caso de los datos cualitativos, se empleó
el método de análisis temático. Se
transcribieron todas las entrevistas, y
posteriormente se realizó una codificación
abierta y axial para identificar categorías y
subcategorías emergentes. Este análisis
permitió explorar a profundidad las
experiencias de los estudiantes, destacando las
dimensiones más relevantes de los problemas
sociales y las estrategias de afrontamiento. En
conjunto, esta metodología mixta proporciona
un enfoque robusto para analizar el impacto de
los problemas sociales en el desarrollo humano
de los estudiantes universitarios y para proponer
estrategias concretas que fomenten su
resiliencia y aprendizaje significativo.
Resultados
Tabla 1. Resultados de la encuesta (Porcentajes)
Ítem de la Encuesta
Totalmente en
Desacuerdo
En
Desacuerdo
Neutral
De
Acuerdo
Totalmente de
Acuerdo
Considero que los problemas sociales afectan directamente mi
desempeño académico.
2
5
15
50
28
Las barreras económicas son uno de los mayores obstáculos
para mi desarrollo personal en la universidad.
3
7
25
40
25
La universidad proporciona suficientes recursos para ayudarme
a superar los desafíos sociales.
10
20
35
25
10
La enseñanza en mi universidad fomenta habilidades de
resiliencia y afrontamiento.
8
15
35
30
12
Las estrategias de aprendizaje significativo han mejorado mi
compromiso y motivación académica.
5
10
30
40
15
Fuente: Elaboración propia
Los datos obtenidos a partir de las encuestas
realizadas a 250 estudiantes proporcionaron una
visión clara sobre cómo los problemas sociales
y las estrategias institucionales impactan su
experiencia académica y personal. Uno de los
hallazgos más relevantes fue que el 78% de los
participantes coincidió en que factores como la
pobreza, la violencia y la exclusión social
influyen de manera significativa en su
desempeño académico. Estas adversidades no
solo interfieren en la adquisición de
conocimientos, sino que también generan
condiciones de estrés y ansiedad que afectan el
bienestar integral de los estudiantes. Este
resultado subraya la necesidad de abordar estas
problemáticas de manera prioritaria dentro del
ámbito universitario para garantizar
condiciones adecuadas de aprendizaje.
En relación con las barreras económicas, el 65%
de los encuestados identificó que la
insuficiencia de recursos financieros constituye
el principal obstáculo para su desarrollo
académico. Los estudiantes destacaron que esta
limitación afecta su capacidad de adquirir
materiales educativos, acceder a herramientas
tecnológicas y cubrir los costos básicos de su
formación. Además, esta situación contribuye a
altos niveles de estrés, dado que muchos deben
asumir responsabilidades laborales paralelas a
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sus estudios, lo que a menudo resulta en un
menor rendimiento académico y una mayor
probabilidad de deserción. Estos datos
coinciden con estudios previos que enfatizan el
impacto directo de la pobreza en el desarrollo
humano en entornos educativos.
Por otro lado, solo el 35% de los estudiantes
manifestó satisfacción con los servicios de
apoyo institucional ofrecidos por la universidad
para enfrentar las adversidades sociales. Este
bajo nivel de conformidad sugiere la necesidad
de fortalecer las estrategias de intervención,
incluyendo el incremento de recursos
psicosociales, programas de becas y
accesibilidad tecnológica. La percepción de
insuficiencia en el apoyo también podría estar
relacionada con la falta de información o acceso
desigual a estos servicios, lo que pone en
evidencia la importancia de mejorar los canales
de comunicación institucional y de garantizar
que las ayudas lleguen efectivamente a quienes
más las necesitan.
En cuanto al fomento de la resiliencia, los
resultados reflejan que el 42% de los
encuestados considera que los programas
académicos promueven habilidades resilientes,
aunque un porcentaje considerable de
estudiantes, el 58%, opina lo contrario. Este
hallazgo sugiere que, aunque existen esfuerzos
por integrar prácticas pedagógicas que
fortalezcan las capacidades de afrontamiento de
los estudiantes, estas estrategias no están
completamente consolidadas ni distribuidas de
manera equitativa en todos los programas.
Además, el 55% de los participantes señaló que
el aprendizaje significativo no está plenamente
integrado en la enseñanza, lo que evidencia una
desconexión entre los contenidos académicos y
las realidades sociales de los estudiantes. Este
enfoque limitado puede reducir la motivación
intrínseca y el compromiso estudiantil, factores
clave para un desempeño académico exitoso y
un desarrollo humano integral.
Estos resultados destacan la importancia de
rediseñar las políticas y estrategias
institucionales con el fin de abordar las
necesidades sociales y emocionales de los
estudiantes, fomentando no solo su rendimiento
académico, sino también su capacidad para
enfrentar las adversidades y construir un futuro
profesional más sólido.
Las entrevistas semiestructuradas realizadas a
20 estudiantes ofrecieron una comprensión
profunda y matizada de las experiencias
individuales frente a los problemas sociales que
enfrentan en su vida académica y personal. Un
tema recurrente fue la pobreza, señalada por la
mayoría de los participantes como un factor
determinante que afecta tanto su desempeño
académico como su bienestar emocional. Los
estudiantes compartieron testimonios sobre las
dificultades para cubrir necesidades básicas
como alimentación, transporte y materiales
educativos. Estas carencias no solo generan un
estrés constante, sino que también obligan a
muchos de ellos a buscar empleos informales o
de tiempo parcial para solventar sus gastos, lo
cual afecta su capacidad de dedicar tiempo y
energía suficiente a sus estudios. Este doble
esfuerzo, entre trabajo y educación, limita
significativamente su rendimiento académico y
su participación en actividades
extracurriculares, esenciales para un desarrollo
integral.
Otro tema crítico identificado fue la violencia,
la cual afecta de manera directa e indirecta a los
estudiantes. Algunos participantes relataron que
crecer en entornos caracterizados por conflictos
constantes, ya sean intrafamiliares o
comunitarios, genera un clima de inseguridad
que limita su capacidad de concentración y
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rendimiento académico. Además, varios
estudiantes señalaron que la exposición a
entornos violentos afecta sus interacciones
sociales dentro del campus, generando
desconfianza y aislamiento. Estas experiencias
de violencia también repercuten en su salud
mental, incrementando los niveles de ansiedad
y disminuyendo su capacidad para establecer
relaciones interpersonales saludables. Los
relatos evidencian la necesidad de crear
entornos seguros dentro y fuera de la
universidad, así como de implementar
programas de apoyo emocional que aborden las
secuelas de la violencia en los estudiantes.
Tabla 2. Categorías y subcategorías emergentes de las entrevistas
Subcategoría
Descripción
Ejemplo de Cita
Estrés financiero
Tensión generada por la falta de recursos económicos para cubrir
necesidades básicas y académicas.
"Muchas veces no tengo para los
materiales."
Tiempo limitado
Dificultad para balancear trabajo y estudios debido a la necesidad de
generar ingresos.
"Trabajo de noche para pagar
mis estudios."
Entornos inseguros
Percepción de falta de seguridad en el hogar o comunidad que afecta la
concentración y el aprendizaje.
"En mi barrio hay conflictos
todos los días."
Aislamiento social
Impacto emocional de vivir en entornos agresivos que limitan la
interacción con compañeros y docentes.
"Me cuesta confiar en la gente."
Discriminación
Experiencias de trato desigual por género, etnia o discapacidad.
"A veces siento que no me toman
en cuenta."
Falta de
accesibilidad
Barreras estructurales para personas con discapacidad o en contextos de
pobreza extrema.
"No hay rampas suficientes en
los edificios."
Fuente: Elaboración propia
Por último, la exclusión social emergió como un
tema significativo, particularmente entre los
estudiantes pertenecientes a minorías étnicas o
aquellos que enfrentan algún tipo de
discapacidad. Los participantes destacaron la
falta de políticas inclusivas dentro de la
universidad, lo que perpetúa dinámicas de
marginación y dificulta su integración plena en
la vida académica. Por ejemplo, algunos
estudiantes mencionaron barreras físicas en la
infraestructura del campus que complican su
acceso a aulas y servicios básicos, mientras que
otros relataron experiencias de discriminación,
tanto de compañeros como de docentes. Estas
dinámicas de exclusión refuerzan un
sentimiento de aislamiento y desventaja,
limitando sus oportunidades de participación en
actividades académicas y sociales.
En conjunto, las entrevistas revelan cómo los
problemas sociales interactúan de manera
compleja y multidimensional, afectando no solo
el rendimiento académico de los estudiantes,
sino también su desarrollo humano integral.
Estos testimonios refuerzan la necesidad de que
la universidad implemente estrategias
específicas que aborden estas problemáticas,
promoviendo entornos inclusivos, seguros y
equitativos que permitan a todos los estudiantes
alcanzar su máximo potencial.
Discusión de los resultados
El presente estudio permitió evidenciar cómo
los problemas sociales, particularmente la
pobreza, la violencia y la exclusión social,
impactan de manera significativa en el
desarrollo humano y el desempeño académico
de los estudiantes de la Universidad Estatal de
Milagro (UNEMI). Este análisis refleja una
interacción compleja entre las dimensiones
sociales y personales que configuran la
experiencia universitaria, lo cual coincide con el
enfoque ecológico de Bronfenbrenner
(Monsalve, 2023). Los hallazgos obtenidos
subrayan la necesidad de analizar críticamente
las estrategias implementadas por la
universidad, con el propósito de determinar su
eficacia y orientar posibles mejoras en función
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de las necesidades específicas de los
estudiantes. Este marco contextual permite
reflexionar sobre el rol de las instituciones de
educación superior como agentes de cambio en
la mitigación de desigualdades estructurales.
Uno de los resultados más destacados fue la
prevalencia de la pobreza como factor
determinante en las limitaciones académicas y
personales de los estudiantes. El 78% de los
encuestados identificó que las carencias
económicas afectan su desempeño, lo cual está
en línea con los planteamientos de Sen
(Figueroa, W., & Leyton, E., 2022), quien
señala que las privaciones económicas
restringen las capacidades fundamentales de las
personas, limitando sus posibilidades de
desarrollo. Esta situación no solo interfiere con
la adquisición de recursos educativos
esenciales, como libros o acceso a tecnologías,
sino que también genera un estrés constante por
la incertidumbre financiera. En los testimonios
de los estudiantes se identificó que muchos
deben asumir empleos de tiempo parcial o
jornadas extensas de trabajo, lo que reduce el
tiempo y la energía que pueden dedicar a sus
estudios. Esta realidad incrementa la
probabilidad de deserción académica y
compromete el bienestar integral de los
estudiantes, como han señalado estudios
previos sobre desigualdad y educación superior
(González, 2023).
El impacto de la pobreza también se manifiesta
en términos emocionales y sociales. Los
estudiantes que enfrentan estrés financiero
crónico presentan mayores niveles de ansiedad,
lo que afecta negativamente su capacidad de
concentración y rendimiento académico. Este
hallazgo es consistente con las observaciones de
Masten (González, 2023), quien identifica el
estrés financiero como un factor de riesgo clave
para el desarrollo cognitivo y emocional en
contextos educativos. Además, la carencia de
programas institucionales que brinden soporte
económico agrava estas condiciones. Aunque la
UNEMI ofrece ciertos servicios de apoyo, como
becas y subsidios, estos no son suficientes para
atender la magnitud de las necesidades de la
población estudiantil. Esta situación demanda
una revisión de las políticas existentes para
garantizar un acceso más equitativo a los
recursos disponibles.
En relación con la violencia, este estudio
identificó cómo los entornos conflictivos y poco
seguros afectan profundamente el bienestar y la
experiencia académica de los estudiantes.
Según los datos cualitativos, varios
participantes relataron que vivir en
comunidades marcadas por altos niveles de
violencia genera una constante sensación de
inseguridad que repercute en su capacidad de
concentración y aprendizaje. Este resultado
respalda las afirmaciones de Seligman (Olivera,
E., & Yupanqui, D., 2020), quien señala que la
exposición prolongada a entornos violentos
incrementa los niveles de cortisol en el
organismo, interfiriendo en procesos cognitivos
clave como la memoria y la atención. En el caso
de la UNEMI, la violencia también afecta la
capacidad de los estudiantes para participar en
actividades académicas y sociales, lo que
refuerza dinámicas de aislamiento y limita su
integración plena en el entorno universitario.
Los efectos de la violencia no se limitan al
rendimiento académico, sino que también
tienen profundas implicaciones en el desarrollo
socioemocional de los estudiantes. Los relatos
recogidos en las entrevistas revelaron que
algunos estudiantes enfrentan dificultades para
establecer relaciones interpersonales saludables
debido a experiencias previas de violencia. Este
fenómeno está relacionado con lo planteado por
Bronfenbrenner (Fernández, V., López, M., &
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
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Pérez, E., 2022), quien destaca la importancia
del entorno microsocial en la configuración de
las habilidades y competencias humanas. Los
entornos violentos, en este caso, no solo
generan inseguridad, sino que también inhiben
la formación de capacidades esenciales para la
vida profesional y personal, como la empatía y
la resolución de conflictos.
Otro aspecto relevante identificado en el estudio
fue la exclusión social, la cual afecta de manera
desproporcionada a los estudiantes
pertenecientes a minorías étnicas o con algún
tipo de discapacidad. Estos participantes
manifestaron sentirse marginados dentro del
entorno universitario, debido tanto a barreras
estructurales como a actitudes discriminatorias.
La falta de accesibilidad en la infraestructura
del campus, combinada con la ausencia de
programas inclusivos, perpetúa dinámicas de
exclusión que limitan el desarrollo académico y
personal de estos estudiantes. Estas
observaciones coinciden con estudios de la
UNESCO (Marchesi, Á., Tedesco, J., & Coll,
C., 2021), que subrayan cómo la falta de
políticas inclusivas en las instituciones
educativas de América Latina exacerba las
desigualdades existentes.
La exclusión social no solo impacta en el acceso
a oportunidades académicas, sino que también
refuerza sentimientos de aislamiento y
desventaja entre los estudiantes afectados.
Como señala Sen (Villareal, E., & Zayas, F.,
2021), la exclusión restringe las libertades
fundamentales de los individuos, perpetuando
ciclos de pobreza y desventaja estructural. En
este contexto, la UNEMI enfrenta el desafío de
diseñar e implementar políticas efectivas que
promuevan la equidad y la inclusión,
garantizando que todos los estudiantes puedan
desarrollarse en un ambiente seguro y
respetuoso de la diversidad. Este compromiso
implica no solo la eliminación de barreras
físicas, sino también la promoción de un cambio
cultural que valore y fomente la participación
plena de todos los estudiantes.
Un hallazgo adicional fue la percepción de
insuficiencia en los servicios de apoyo
institucional ofrecidos por la universidad. Solo
el 35% de los encuestados expresó satisfacción
con estos servicios, lo que evidencia la
necesidad de fortalecer las estrategias de
intervención. Este bajo nivel de conformidad
puede estar relacionado con una falta de
comunicación efectiva sobre la disponibilidad
de recursos o con la percepción de que estos no
responden adecuadamente a las necesidades
reales de los estudiantes. Los resultados reflejan
la importancia de adoptar un enfoque integral,
como el propuesto por Bronfenbrenner
(Fernández, V., López, M., & Pérez, E., 2022),
que permita diseñar intervenciones
contextualizadas que respondan a las múltiples
dimensiones del desarrollo humano.
El fomento de la resiliencia y el aprendizaje
significativo también fueron evaluados de
manera crítica por los estudiantes. Si bien el
42% de los encuestados consideró que los
programas académicos promueven habilidades
resilientes, los testimonios cualitativos sugieren
que estas estrategias no están suficientemente
consolidadas ni distribuidas de manera
equitativa en todos los programas. La
resiliencia, entendida como la capacidad de
adaptarse positivamente frente a la adversidad
(Zumárraga, 2023), es una habilidad clave para
enfrentar los desafíos derivados de los
problemas sociales. Sin embargo, los resultados
del estudio indican que los esfuerzos actuales de
la universidad para promover esta capacidad
son limitados y requieren una planificación más
robusta e integral.
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El aprendizaje significativo, propuesto por
Ausubel (Beltrán, M., Arán, M., Sámuel, M.,
Almonacid, C., & Mansilla, J., 2023) como una
herramienta clave para conectar los contenidos
académicos con las experiencias de los
estudiantes, fue identificado como una
estrategia insuficientemente integrada en los
programas educativos. Más de la mitad de los
encuestados señaló que los contenidos no están
contextualizados en sus realidades sociales, lo
que reduce su motivación intrínseca y su
compromiso con el aprendizaje. Esta
desconexión entre la teoría y la práctica limita
no solo el rendimiento académico, sino también
la capacidad de los estudiantes para aplicar sus
conocimientos en la resolución de problemas
reales.
Conclusiones
El presente estudio permitió identificar que los
problemas sociales, particularmente la pobreza,
la violencia y la exclusión social, constituyen
barreras significativas para el desarrollo
humano integral y el desempeño académico de
los estudiantes universitarios de la UNEMI.
Estas problemáticas se manifiestan de diversas
formas, desde limitaciones económicas que
restringen el acceso a recursos educativos
esenciales hasta entornos violentos que afectan
la estabilidad emocional y la capacidad de
aprendizaje. Además, las dinámicas de
exclusión social, marcadas por la falta de
políticas inclusivas y barreras estructurales,
perpetúan desigualdades que obstaculizan la
plena participación de los estudiantes en la vida
académica y social. Estos hallazgos destacan la
necesidad de que la universidad adopte un
enfoque más integral para abordar estas
adversidades, garantizando así un entorno
educativo equitativo y resiliente.
La pobreza emergió como el factor más
prevalente y determinante, afectando tanto el
bienestar emocional como las oportunidades
académicas de los estudiantes. Muchos de ellos
enfrentan estrés financiero constante, lo que
limita su capacidad para concentrarse en sus
estudios y los obliga a trabajar en condiciones
que comprometen su rendimiento académico.
Estos desafíos se agravan por la insuficiencia de
programas de apoyo económico dentro de la
universidad, lo que subraya la importancia de
implementar políticas que no solo alivien estas
carencias, sino que también fomenten la
equidad en el acceso a oportunidades
educativas. Estas políticas deben considerar
estrategias integrales, como la ampliación de
becas, la provisión de recursos tecnológicos y la
implementación de servicios de asesoramiento
financiero.
La violencia, tanto intrafamiliar como
comunitaria, fue identificada como un factor
crítico que afecta negativamente la estabilidad
emocional y la capacidad de los estudiantes para
participar activamente en el ámbito académico.
La exposición prolongada a entornos violentos
genera altos niveles de estrés y aislamiento,
limitando la formación de habilidades sociales
y emocionales esenciales. Por lo tanto, es
imprescindible que la universidad implemente
programas que promuevan entornos seguros y
la cultura de la paz, incluyendo talleres de
resolución de conflictos, apoyo psicológico
accesible y campañas que sensibilicen sobre la
importancia de la convivencia pacífica. Estas
iniciativas no solo contribuirán a mejorar el
bienestar de los estudiantes, sino que también
fortalecerán la cohesión social dentro de la
comunidad universitaria.
La exclusión social fue identificada como un
desafío persistente que afecta principalmente a
estudiantes pertenecientes a minorías étnicas y
a aquellos con discapacidades. Las barreras
estructurales y culturales dentro de la
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universidad perpetúan dinámicas de
marginación, restringiendo su acceso a los
recursos y oportunidades académicas. Para
enfrentar esta problemática, es esencial que la
UNEMI diseñe políticas inclusivas que
prioricen la igualdad de oportunidades,
incluyendo la mejora de la infraestructura física,
la capacitación del personal docente en
prácticas inclusivas y la promoción de una
cultura universitaria que valore la diversidad.
Este enfoque, combinado con estrategias para
fortalecer la resiliencia y el aprendizaje
significativo, permitirá a los estudiantes no solo
superar las adversidades, sino también alcanzar
su máximo potencial en un entorno educativo
que fomente el desarrollo humano integral y el
compromiso con el cambio social.
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