Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 5 No. 12
Diciembre del 2024
Página 199
DESARROLLO SENSORIAL Y CONCIENCIA CORPORAL EN LOS NIÑOS DE 12 A 36
MESES DEL CDI 'LA AURORA', CANTÓN DAULE - ECUADOR
SENSORY DEVELOPMENT AND BODY AWARENESS IN CHILDREN AGED 12 TO 36
MONTHS AT THE CDI 'LA AURORA', DAULE CANTON - ECUADOR
Autores: ¹Lorena Marielisa González Granda, ²Alexandra Cecilia Astudillo Cobos y ³Jefferson
Aurelio Flor Montecé.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-8597-1006
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7359-6867
³ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-5758-9264
¹E-mail de contacto: lgonzalezg3@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: aastudilloc@unemi.ec
³E-mail de contacto: jflorm@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²*³*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Articulo recibido: 31 de Octubre del 2024
Articulo revisado: 1 de Noviembre del 2024
Articulo aprobado: 26 de Diciembre del 2024
¹Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educadores de Párvulos graduada de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Posee
una maestría en Administración de la Educación graduada de la Universidad César Vallejo, (Perú). Doctorante en Ciencias de la Educación
con énfasis en Educación Pedagogía en la Universidad de Panamá, (Panamá).
²Licenciada en Ciencias de la Educación en la especialización de Comercio y Administración graduada de la Universidad de Guayaquil,
(Ecuador). Magister en Desarrollo Educativo otorgado por la Universidad de Guayaquil, (Ecuador).
³Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Posee una maestría en Diseño
Curricular graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio analizó el impacto de las
estrategias sensoriales en el desarrollo integral
de niños de 12 a 36 meses en el Centro de
Desarrollo Infantil (CDI) "La Aurora", cantón
Daule, Ecuador. La investigación se centró en
evaluar los avances en la conciencia corporal,
las respuestas a estímulos sensoriales (táctiles,
auditivos y visuales), y las habilidades motrices
gruesas y finas. Se utilizó un enfoque
cualitativo-descriptivo, aplicando una guía de
observación para evaluar a los niños y
entrevistas semi-estructuradas con educadoras,
lo que permitió recopilar datos tanto
cuantitativos como cualitativos. La muestra
estuvo conformada por 30 niños divididos en
tres grupos etarios (12-18 meses, 19-24 meses
y 25-36 meses) y cinco educadoras
responsables. Los resultados mostraron
avances significativos en los tres grupos, con
mayor progreso en los niños de 25-36 meses,
quienes alcanzaron niveles más altos en
reconocimiento corporal (85 %), coordinación
motriz (80 %) y respuesta a estímulos táctiles
(90 %). Las entrevistas destacaron que las
estrategias implementadas fomentaron la
participación activa de los niños y generaron un
ambiente de aprendizaje positivo. Sin embargo,
se identificaron limitaciones relacionadas con
la falta de recursos materiales y la necesidad de
capacitación adicional para las educadoras. En
conclusión, las estrategias sensoriales son
herramientas efectivas para promover el
desarrollo integral en la primera infancia. Se
recomienda fortalecer los recursos disponibles
y la formación profesional de los educadores
para garantizar la sostenibilidad y efectividad
de estas intervenciones en contextos similares.
Palabras clave: Estrategias sensoriales,
Desarrollo infantil, Conciencia corporal.
Abstract
This study analyzed the impact of sensory
strategies on the comprehensive development
of children aged 12 to 36 months at the "La
Aurora" Child Development Center (CDI),
Daule Canton, Ecuador. The research focused
on evaluating progress in body awareness,
responses to sensory stimuli (tactile, auditory,
and visual), and gross and fine motor skills. A
qualitative-descriptive approach was used,
applying an observation guide to assess the
children and semi-structured interviews with
educators, which allowed collecting both
quantitative and qualitative data. The sample
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consisted of 30 children divided into three age
groups (12-18 months, 19-24 months, and 25-
36 months) and five responsible educators. The
results showed significant progress in the three
groups, with greater progress in children aged
25-36 months, who reached higher levels in
body recognition (85%), motor coordination
(80%) and response to tactile stimuli (90%).
The interviews highlighted that the strategies
implemented encouraged the active
participation of children and generated a
positive learning environment. However,
limitations were identified related to the lack of
material resources and the need for additional
training for educators. In conclusion, sensory
strategies are effective tools to promote
comprehensive development in early
childhood. It is recommended to strengthen the
available resources and the professional
training of educators to ensure the
sustainability and effectiveness of these
interventions in similar contexts.
Keywords: Sensory strategies, Child
development, Body awareness.
Sumário
O presente estudo analisou o impacto das
estratégias sensoriais no desenvolvimento
integral de crianças de 12 a 36 meses no Centro
de Desenvolvimento Infantil (CDI) "La
Aurora", cantão de Daule, Equador. A pesquisa
se concentrou em avaliar avanços na
consciência corporal, respostas a estímulos
sensoriais (táteis, auditivos e visuais) e
habilidades motoras grossas e finas. Foi
utilizada uma abordagem qualitativo-
descritiva, aplicando-se um guia de observação
para avaliação das crianças e entrevistas
semiestruturadas com educadores, o que
permitiu a coleta de dados quantitativos e
qualitativos. A amostra foi composta por 30
crianças divididas em três faixas etárias (12 a
18 meses, 19 a 24 meses e 25 a 36 meses) e
cinco educadores responsáveis. Os resultados
mostraram progressos significativos nos três
grupos, com maior progresso nas crianças de
25 a 36 meses, que atingiram níveis mais
elevados de reconhecimento corporal (85%),
coordenação motora (80%) e resposta a
estímulos táteis (90%). As entrevistas
destacaram que as estratégias implementadas
incentivaram a participação ativa das crianças
e geraram um ambiente de aprendizagem
positivo. Contudo, foram identificadas
limitações relacionadas à falta de recursos
materiais e à necessidade de formação
complementar dos educadores. Concluindo, as
estratégias sensoriais são ferramentas eficazes
para promover o desenvolvimento integral na
primeira infância. Recomenda-se reforçar os
recursos disponíveis e a formação profissional
dos educadores para garantir a sustentabilidade
e eficácia destas intervenções em contextos
semelhantes.
Palavras-chave: Estratégias sensoriais,
Desenvolvimento infantil, Consciência
corporal.
Introducción
El desarrollo sensorial y la conciencia corporal
son elementos esenciales en los primeros años
de vida, ya que constituyen la base para el
desarrollo integral de habilidades motoras,
cognitivas, sociales y emocionales (Rubio, E.,
& Espinosa, J., 2023). Durante los primeros 36
meses, los niños atraviesan una etapa crucial
caracterizada por una elevada plasticidad
cerebral, lo que implica que el cerebro está
especialmente receptivo a los estímulos
externos. En este contexto, los sentidos
desempeñan un papel fundamental al
proporcionar la información necesaria para
explorar y comprender el entorno, así como
para desarrollar la percepción del propio
cuerpo. Este periodo no solo establece las bases
para habilidades complejas, como la
coordinación motora y la resolución de
problemas, sino que también influye en la
capacidad de los niños para establecer vínculos
afectivos, autorregular sus emociones y
participar activamente en actividades sociales
(Puente, M., Suastegui, A., Andión, M.,
Estrada, L., & de los Reyes, A., 2020) Por tanto,
la estimulación sensorial y el fortalecimiento de
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la conciencia corporal se convierten en un
componente clave en los programas de
educación inicial.
En este contexto, los Centros de Desarrollo
Infantil (CDI) tienen un papel estratégico en la
promoción del desarrollo sensorial y corporal,
especialmente en niños de 12 a 36 meses. En el
CDI "La Aurora", ubicado en el cantón Daule,
Ecuador, se identifican retos significativos
asociados a la falta de estrategias pedagógicas
específicas que promuevan estas áreas. Según
datos internos del CDI (Masarie, M., &
Rodríguez, L., 2023), se ha detectado que un
porcentaje considerable de los niños atendidos
presenta dificultades en el reconocimiento de
partes del cuerpo, en la coordinación motora
gruesa y en la respuesta a estímulos sensoriales
básicos. Estas limitaciones, si no se abordan
adecuadamente, pueden influir de manera
negativa en el desarrollo posterior de
habilidades esenciales para la autonomía y el
aprendizaje (Arufe, V., Pena, A., & Navarro, R.,
2021). A pesar de ello, en muchos de estos
centros no se dispone de los recursos necesarios
ni de una formación específica del personal
docente para implementar estrategias que
estimulen de manera efectiva las habilidades
sensoriales y corporales.
La literatura existente resalta la importancia de
las intervenciones tempranas para potenciar el
desarrollo sensorial y la conciencia corporal.
Ayres (Betancur, H., Yapuchura, Y., & Pérez,
K., 2024) sostiene que las actividades
sensoriales que involucran estímulos táctiles,
auditivos y visuales son fundamentales para la
integración sensorial, un proceso por el cual el
sistema nervioso central organiza e interpreta
los estímulos del entorno, permitiendo
respuestas adecuadas y adaptativas. De manera
similar, González y López (Procel, S., Aguirre,
C., Pila, M., & Masache, L., 2024) argumentan
que la implementación de estrategias
multisensoriales no solo mejora las habilidades
físicas, sino que también contribuye al
desarrollo cognitivo y emocional, al promover
la conexión entre las experiencias sensoriales y
la construcción del conocimiento. Esto implica
que las actividades dirigidas al desarrollo
sensorial no solo tienen un impacto a corto
plazo, sino que también favorecen el
establecimiento de habilidades fundamentales
para la vida adulta, como la regulación
emocional, la atención sostenida y la capacidad
para resolver problemas.
Por otro lado, la conciencia corporal, que se
define como la habilidad para identificar,
comprender y controlar las partes del cuerpo en
el espacio, también depende en gran medida de
la estimulación sensorial (Simbaña, M.,
González, M., Merino, C., & Sanmartín, D.,
2022). Durante los primeros tres años de vida,
los niños comienzan a desarrollar una
comprensión básica de su esquema corporal, lo
que les permite coordinar movimientos,
responder a estímulos externos y realizar
acciones específicas, como agarrar objetos,
gatear o caminar. Este proceso no ocurre de
manera automática; requiere de un entorno
enriquecido que estimule los sentidos y permita
a los niños explorar su cuerpo y su entorno de
manera segura. Según Landreth (Chui, H.,
Romero, Y., & Pérez, K., 2024), el juego
sensorial es una de las estrategias más efectivas
para fortalecer la conciencia corporal, ya que
combina la interacción física con la exploración
emocional y cognitiva.
En el caso específico del CDI "La Aurora", las
características socioeconómicas y culturales de
las familias atendidas plantean desafíos
adicionales para el desarrollo integral de los
niños. Muchos de los niños provienen de
entornos donde la estimulación temprana no es
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priorizada, lo que aumenta la responsabilidad
del CDI de proporcionar experiencias
significativas que contribuyan a su desarrollo
sensorial y corporal. Sin embargo, la falta de
recursos, como materiales didácticos y espacios
adaptados, limita la capacidad del centro para
implementar estrategias efectivas. Asimismo, la
formación docente se presenta como una
barrera crítica, ya que la mayoría del personal
no cuenta con capacitación especializada en
estimulación temprana, lo que restringe la
calidad y el alcance de las actividades
sensoriales (González, 2024).
Además, investigaciones recientes destacan el
impacto positivo de las estrategias
multisensoriales en contextos educativos
similares. Por ejemplo, Ayres (Vives, J., Ruiz,
P., & García, A., 2022) señala que las
actividades táctiles, como la manipulación de
objetos con diferentes texturas, y las actividades
auditivas, como la exposición a sonidos
variados, tienen un efecto directo en la
organización sensorial y la coordinación
motora. Asimismo, González y López
(Almanza, Y., & Venero, D., 2022) enfatizan
que la estimulación visual a través de imágenes
llamativas y colores vibrantes puede mejorar la
atención, la memoria y la capacidad de los niños
para relacionarse con su entorno. Estos
hallazgos sugieren que una intervención
adecuada, basada en la literatura infantil y en el
juego multisensorial, podría abordar las
necesidades específicas de los niños del CDI
"La Aurora" y cerrar las brechas observadas en
su desarrollo.
A pesar de la abundante evidencia sobre los
beneficios de la estimulación sensorial, los
programas educativos suelen subestimar su
importancia, especialmente en contextos
vulnerables. Según la UNESCO (Sánchez,
2024), la mayoría de los programas de
educación inicial se enfocan en habilidades
cognitivas básicas, dejando de lado aspectos
esenciales como el desarrollo sensorial y la
conciencia corporal. Esto representa una
oportunidad perdida, ya que estos componentes
no solo mejoran el desarrollo físico y
emocional, sino que también preparan a los
niños para un aprendizaje más efectivo en
etapas posteriores. En el caso de los CDI, la
implementación de estas estrategias podría
transformar la experiencia educativa,
proporcionando a los niños un entorno
enriquecedor que les permita desarrollar su
potencial al máximo.
El objetivo de este estudio es analizar el
impacto de estrategias pedagógicas diseñadas
para promover el desarrollo sensorial y la
conciencia corporal en niños de 12 a 36 meses
del CDI "La Aurora". Estas estrategias incluyen
actividades táctiles, auditivas y visuales
adaptadas a las necesidades de cada grupo
etario, con el fin de fortalecer la coordinación
motora, el reconocimiento del esquema
corporal y la capacidad de respuesta a estímulos
sensoriales. Además, se busca identificar los
principales desafíos y oportunidades en la
implementación de estas estrategias, con el
propósito de ofrecer recomendaciones prácticas
para su aplicación en contextos similares.
Este estudio pretende contribuir a la
comprensión y mejora de las prácticas
pedagógicas en los CDI, resaltando la
importancia de priorizar el desarrollo sensorial
y la conciencia corporal en los programas de
educación inicial. Al abordar estas áreas de
manera adecuada, no solo se beneficia el
desarrollo integral de los niños, sino que
también se fortalece el rol de los educadores
como agentes clave en la construcción de
experiencias significativas de aprendizaje.
Como afirma Ayres (Zuloaga, 2020), "la
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estimulación temprana no es un lujo, sino una
necesidad esencial para el desarrollo humano".
Desarrollo
El desarrollo sensorial y la conciencia corporal
son conceptos fundamentales en la primera
infancia, ya que establecen las bases para el
desarrollo integral de las habilidades motoras,
cognitivas, emocionales y sociales del niño.
Según Ayres (Acuña, M., & Quiñones, Y.,
2020), el desarrollo sensorial implica el proceso
por el cual los niños perciben, procesan e
interpretan estímulos del entorno a través de los
sentidos. Este proceso no solo permite al niño
interactuar con el mundo que lo rodea, sino que
también es esencial para la organización del
sistema nervioso central, lo que facilita
respuestas adaptativas a los estímulos. Durante
los primeros tres años de vida, este desarrollo se
encuentra en su máximo potencial debido a la
plasticidad del cerebro, que permite la
formación de conexiones neuronales esenciales
para el aprendizaje y la autorregulación (Puente,
M., Suastegui, A., Andión, M., Estrada, L., &
de los Reyes, A., 2020).
La conciencia corporal, por su parte, se refiere
a la capacidad de un individuo para reconocer,
entender y controlar las partes de su cuerpo en
relación con el espacio y el entorno. Según
González y López (González X., 2021), esta
habilidad se desarrolla a través de la interacción
con el entorno y se consolida mediante
experiencias sensoriales y motoras. Durante la
etapa de 12 a 36 meses, los niños comienzan a
desarrollar una mayor comprensión de su
esquema corporal, lo que les permite coordinar
movimientos básicos, como caminar, agarrar
objetos y manipular materiales. Estas
habilidades no solo son esenciales para la
autonomía, sino que también influyen en el
desarrollo emocional y social del niño, ya que
le permiten explorar su entorno y relacionarse
con los demás de manera efectiva.
La integración sensorial, un concepto
introducido por Ayres (Mora, Y., & Tinjacá,
M., 2020), desempeña un papel clave en el
desarrollo de la conciencia corporal. Este
proceso implica la capacidad del sistema
nervioso central para organizar e interpretar
ltiples estímulos sensoriales de manera
simultánea, permitiendo respuestas coordinadas
y adaptativas. Por ejemplo, cuando un niño
manipula un objeto, utiliza simultáneamente la
información táctil, visual y motora para
comprender las características del objeto y
realizar acciones específicas, como moverlo o
colocarlo en un lugar determinado. Según
Ayres, las experiencias sensoriales repetidas
son esenciales para el desarrollo de esta
habilidad, ya que permiten al cerebro crear
patrones de respuesta que se convierten en la
base de habilidades más complejas.
Durante los primeros años de vida, los cinco
sentidos principales (vista, oído, tacto, gusto y
olfato) desempeñan un papel central en el
desarrollo sensorial. La vista permite al niño
reconocer formas, colores y movimientos,
mientras que el oído le ayuda a identificar
sonidos, tonos y ritmos. El tacto, por su parte,
es esencial para explorar texturas, temperaturas
y presiones, lo que contribuye al desarrollo de
la percepción y la motricidad fina. El gusto y el
olfato, aunque a menudo subestimados, son
fundamentales para la exploración y la
construcción de preferencias, así como para la
identificación de riesgos en el entorno (Coq, J.,
& Gerardin, P., 2020). Estas habilidades
sensoriales no operan de manera aislada, sino
que se integran para proporcionar al niño una
comprensión completa de su entorno.
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El juego sensorial es una de las estrategias más
efectivas para estimular el desarrollo sensorial y
la conciencia corporal en la primera infancia.
Según Landreth (Chui, H., Romero, Y., &
Pérez, K., 2024), el juego no solo proporciona
una oportunidad para que los niños exploren su
entorno, sino que también les permite
experimentar con diferentes estímulos y
desarrollar habilidades motoras, cognitivas y
sociales. Actividades como manipular objetos
con texturas variadas, jugar con agua o arena, y
realizar movimientos rítmicos al ritmo de la
música son ejemplos de cómo el juego sensorial
puede enriquecer el desarrollo integral del niño.
Estas actividades no solo estimulan los sentidos,
sino que también fomentan la curiosidad, la
creatividad y la confianza en sí mismos.
La literatura infantil también puede desempeñar
un papel importante en el desarrollo sensorial y
la conciencia corporal. Según González y López
(Villar, N., & Castro, S., 2023), los libros
ilustrados y las historias que involucran
actividades interactivas, como señalar partes del
cuerpo o imitar movimientos, pueden ayudar a
los niños a reconocer su esquema corporal y a
relacionar conceptos abstractos con
experiencias concretas. Además, la
combinación de estímulos visuales, auditivos y
táctiles en la lectura compartida puede
fortalecer la integración sensorial y promover
un aprendizaje significativo.
En el contexto de los Centros de Desarrollo
Infantil (CDI), la implementación de estrategias
pedagógicas sensoriales enfrenta desafíos
relacionados con la disponibilidad de recursos y
la capacitación del personal docente. Según la
UNESCO (Martos, 2024), muchas instituciones
de educación inicial carecen de los materiales
necesarios para ofrecer experiencias sensoriales
enriquecedoras, como objetos texturizados,
instrumentos musicales y espacios adaptados.
Además, la falta de formación específica en
estimulación temprana limita la capacidad de
los docentes para diseñar e implementar
actividades adecuadas a las necesidades de los
niños en esta etapa crítica de desarrollo.
La capacitación docente es un aspecto esencial
para garantizar el éxito de las estrategias
sensoriales en los CDI. Según González y
López (Borthiry, 2021), los educadores deben
comprender no solo las teorías del desarrollo
sensorial y corporal, sino también cómo
adaptarlas a las características individuales de
los niños. Esto implica diseñar actividades que
consideren la diversidad de habilidades,
intereses y contextos culturales, garantizando
que todos los niños puedan participar y
beneficiarse de manera equitativa. Además, los
docentes deben ser capaces de identificar
señales de retraso en el desarrollo sensorial y
corporal, y de implementar intervenciones
tempranas para abordarlas de manera efectiva.
Los entornos educativos también desempeñan
un papel crucial en el desarrollo sensorial y la
conciencia corporal. Según Ayres (Peiró, C., &
Guinea, E., 2023), los espacios diseñados para
fomentar la exploración sensorial, como salas
multisensoriales o áreas de juego al aire libre,
pueden proporcionar a los niños oportunidades
únicas para experimentar con diferentes
estímulos y desarrollar habilidades motoras y
cognitivas. Estos entornos deben ser seguros,
accesibles y enriquecedores, permitiendo a los
niños explorar libremente mientras reciben el
apoyo necesario por parte de los educadores.
Además de los beneficios físicos y cognitivos,
el desarrollo sensorial y la conciencia corporal
también tienen un impacto significativo en el
bienestar emocional de los niños. Según
Landreth (Palacios, M., Hernández, D., Gaviria,
L., & Villareal, G., 2024), las actividades
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sensoriales que promueven la relajación, como
escuchar música suave o jugar con materiales
suaves, pueden ayudar a los niños a regular sus
emociones y a reducir el estrés. Estas
experiencias no solo son beneficiosas para los
niños, sino que también pueden mejorar la
dinámica en el aula al crear un ambiente más
tranquilo y centrado.
El desarrollo sensorial y la conciencia corporal
son componentes esenciales del desarrollo
infantil temprano, que influyen en todas las
áreas del aprendizaje y el bienestar. La
integración de estrategias pedagógicas
sensoriales en los CDI puede proporcionar a los
niños oportunidades valiosas para explorar su
entorno, desarrollar habilidades fundamentales
y construir una base sólida para el aprendizaje
futuro. Sin embargo, para que estas estrategias
sean efectivas, es necesario superar desafíos
relacionados con la capacitación docente, la
disponibilidad de recursos y el diseño de
entornos educativos enriquecedores. Este
marco teórico destaca la importancia de
continuar investigando e implementando
estrategias innovadoras que respondan a las
necesidades específicas de los niños en la
primera infancia.
Marco metodológico
El presente estudio utilizó un diseño de
investigación cualitativo-descriptivo, enfocado
en analizar el impacto de estrategias sensoriales
en el desarrollo de la conciencia corporal y el
desarrollo sensorial de niños de 12 a 36 meses
en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) "La
Aurora", en el cantón Daule, Ecuador. Este
enfoque fue seleccionado debido a su capacidad
para describir fenómenos específicos y analizar
procesos en profundidad (Jiménez, 2024). Se
priorizó la observación de las interacciones de
los niños con su entorno y la respuesta a las
estrategias pedagógicas implementadas,
considerando que el contexto de desarrollo
temprano requiere metodologías que permitan
comprender las experiencias de aprendizaje de
manera integral y contextualizada.
La población estuvo conformada por 30 niños
de 12 a 36 meses, divididos en tres grupos
etarios: 12-18 meses, 19-24 meses y 25-36
meses, lo que permitió analizar el impacto de las
estrategias pedagógicas en función de las
necesidades específicas de cada etapa del
desarrollo. Los criterios de inclusión
consideraron que los niños estuvieran inscritos
en el CDI y que los padres o representantes
legales otorgaran el consentimiento informado
para participar en el estudio. Además, se
aseguró que los participantes tuvieran asistencia
regular al CDI, garantizando la continuidad en
las actividades planificadas. La selección de los
participantes se realizó mediante muestreo
intencionado, dado que este método facilita la
identificación de casos que cumplen con
características relevantes para los objetivos del
estudio (Hernández, 2021).
Las estrategias implementadas en el grupo
experimental incluyeron actividades diseñadas
para estimular los sentidos táctil, auditivo y
visual, favoreciendo la integración sensorial y el
desarrollo de la conciencia corporal. Entre las
actividades destacaron el uso de juegos táctiles
con materiales de diferentes texturas,
actividades rítmicas con instrumentos
musicales, exploración visual de colores y
formas, y juegos de imitación orientados al
reconocimiento de partes del cuerpo. Estas
actividades fueron desarrolladas durante ocho
semanas, con sesiones de 30 minutos realizadas
tres veces por semana, ajustadas a las
capacidades de atención de los niños en esta
etapa de desarrollo (Vives, J., Ruiz, P., &
García, A., 2022). Paralelamente, se llevaron a
cabo observaciones estructuradas y registros
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fotográficos que documentaron las
interacciones de los niños con los materiales y
las respuestas sensoriales observadas.
La recolección de datos se realizó a través de
herramientas cualitativas que permitieron
analizar las interacciones y los progresos
individuales de los niños. Se utilizaron fichas de
observación para registrar la participación y el
nivel de respuesta de cada niño en las
actividades. Adicionalmente, se realizaron
entrevistas semi-estructuradas con las
educadoras responsables de los grupos, con el
fin de identificar sus percepciones sobre la
implementación de las estrategias y los avances
observados en los niños. Estas entrevistas no
solo proporcionaron información
complementaria, sino que también permitieron
identificar desafíos y limitaciones en la
aplicación de las actividades. La triangulación
de los datos recolectados a través de diferentes
técnicas fortaleció la validez de los resultados
obtenidos (Zamora, E., Cueva, K., Cadena, O.,
& Cadena, S., 2024).
Para el análisis de los datos, se adoptó un
enfoque de análisis temático, identificando
patrones y categorías emergentes relacionadas
con la participación de los niños, el nivel de
respuesta a los estímulos sensoriales y los
avances en la conciencia corporal. Este proceso
incluyó la codificación de los datos cualitativos,
seguida de la organización de los hallazgos en
temas clave que reflejaban los objetivos del
estudio. Asimismo, se compararon las
respuestas entre los diferentes grupos etarios, lo
que permitió identificar variaciones en los
resultados según las características de cada
etapa del desarrollo. Los resultados obtenidos
fueron analizados a la luz del marco teórico,
permitiendo establecer relaciones entre los
datos empíricos y los conceptos que sustentan
el estudio.
La metodología empleada en este estudio
permitió analizar de manera integral el impacto
de las estrategias pedagógicas sensoriales en el
desarrollo de los niños de 12 a 36 meses. La
combinación de herramientas cualitativas y
técnicas de análisis temático garantizó un
abordaje profundo y contextualizado, adecuado
para comprender las dinámicas de aprendizaje y
desarrollo en esta etapa crucial. Además, la
participación activa de los educadores permitió
identificar tanto los logros como las
limitaciones en la implementación de estas
estrategias, destacando la importancia de un
enfoque colaborativo y adaptado a las
necesidades específicas de los niños en
contextos de desarrollo temprano. Este diseño
metodológico contribuye a sentar las bases para
futuras investigaciones en el ámbito de la
educación inicial y la estimulación sensorial en
la primera infancia.
Resultados
Tabla 1. Resultados de la guía de observación
por grupo etario
Indicadores de
Observación
Grupo 12-
18 meses
(%)
Grupo 19-
24 meses
(%)
Grupo 25-
36 meses
(%)
Respuesta a estímulos
táctiles
75
85
90
Respuesta a estímulos
auditivos
70
80
85
Respuesta a estímulos
visuales
65
75
80
Reconocimiento de
partes del cuerpo
50
70
85
Coordinación motriz
gruesa
60
75
80
Coordinación motriz
fina
55
70
85
Fuente: Elaboración propia
Los resultados obtenidos a partir de la guía de
observación aplicada a los niños del CDI "La
Aurora" evidencian un desarrollo gradual y
consistente en las habilidades sensoriales y
motoras de los niños, divididos en tres grupos
etarios: 12-18 meses, 19-24 meses y 25-36
meses. Cada uno de los indicadores analizados
reflejó avances significativos, con diferencias
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marcadas dependiendo de la etapa del
desarrollo infantil. Esto pone de manifiesto la
importancia de implementar estrategias
pedagógicas sensoriales adaptadas a las
necesidades específicas de cada rango de edad,
proporcionando a los niños oportunidades para
explorar y fortalecer sus habilidades en un
entorno estimulante.
En relación con la respuesta a estímulos táctiles,
los niños más pequeños (12-18 meses)
alcanzaron un 75 % de éxito al interactuar con
materiales de diferentes texturas, como telas
rugosas, suaves y ásperas. A medida que
aumenta la edad, los niños demuestran un
mayor interés y habilidad para procesar estos
estímulos. Los resultados muestran un
incremento al 85 % en los niños de 19-24 meses
y un 90 % en los de 25-36 meses, reflejando una
mayor capacidad para explorar y discriminar
entre diversas sensaciones táctiles. Este
desarrollo está directamente relacionado con su
habilidad para utilizar el tacto como medio
principal para interactuar con el entorno, lo que
fortalece tanto sus capacidades cognitivas como
su desarrollo motor. Las actividades que
involucraron juegos de exploración táctil, como
manipular objetos con texturas variadas o
buscar elementos en cajas sensoriales,
contribuyeron significativamente a este avance,
destacando el impacto positivo de un entorno
enriquecido en el desarrollo sensorial.
La respuesta a estímulos auditivos mostró un
patrón similar de progreso a lo largo de los
grupos etarios. Los niños de 12-18 meses
lograron un 70 % en actividades relacionadas
con el reconocimiento de sonidos y ritmos
básicos, como identificar la fuente de un sonido
o reaccionar a tonos específicos. Este porcentaje
aumentó a un 80 % en el grupo de 19-24 meses
y a un 85 % en los de 25-36 meses, quienes
demostraron una mayor capacidad para
identificar patrones rítmicos, responder a
instrucciones auditivas y distinguir entre
diferentes tonos. Estos resultados evidencian el
desarrollo paulatino del sistema auditivo y la
habilidad para procesar estímulos complejos.
Actividades como el uso de instrumentos
musicales, la exposición a canciones rítmicas y
los juegos de reconocimiento auditivo jugaron
un papel fundamental en estos avances,
fomentando no solo la percepción sensorial,
sino también habilidades relacionadas con la
atención y el aprendizaje.
La respuesta a estímulos visuales también
presentó un desarrollo positivo y progresivo.
Los niños de 12-18 meses alcanzaron un 65 %,
evidenciando una etapa inicial de atención
visual, caracterizada por la fijación en objetos
de colores vivos o movimientos llamativos. En
los niños de 19-24 meses, este porcentaje
aumentó a un 75 %, mostrando una mayor
capacidad para seguir objetos en movimiento
con la mirada e identificar formas básicas.
Finalmente, el grupo de 25-36 meses alcanzó un
80 %, destacándose en actividades que
requerían observar y reconocer patrones
visuales más complejos. Este progreso puede
atribuirse a actividades que involucraron el
seguimiento visual de objetos, el
reconocimiento de colores y la exploración de
imágenes en libros interactivos, que
estimularon tanto la percepción visual como la
capacidad de atención sostenida. La conexión
entre estímulos visuales y la interacción con el
entorno fue evidente, mostrando cómo estas
experiencias fomentan un aprendizaje
significativo.
En cuanto al reconocimiento de partes del
cuerpo, los resultados reflejan un desarrollo
gradual del esquema corporal. Los niños más
pequeños (12-18 meses) alcanzaron un 50 %, lo
que indica un progreso inicial en el
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entendimiento de su propio cuerpo,
principalmente mediante juegos de imitación y
señalamientos guiados. En el grupo de 19-24
meses, este porcentaje aumentó a un 70 %,
evidenciando una mayor capacidad para
identificar y nombrar partes del cuerpo en
respuesta a instrucciones simples. Los niños de
25-36 meses alcanzaron un 85 %, demostrando
un dominio significativo de su esquema
corporal y su capacidad para realizar
movimientos específicos asociados a las
diferentes partes del cuerpo. Las actividades
basadas en canciones interactivas, como
“Cabeza, hombros, rodillas y pies”, y en el
juego con espejos para observar su reflejo,
fueron determinantes para estos avances,
resaltando la importancia de conectar
actividades lúdicas con el desarrollo de
habilidades motoras y cognitivas.
La coordinación motriz gruesa mostró un
avance constante a lo largo de los grupos
etarios. Los niños de 12-18 meses lograron un
60 %, reflejando su etapa inicial en habilidades
como caminar, mantener el equilibrio y realizar
movimientos básicos. En el grupo de 19-24
meses, este porcentaje se incrementó a un 75 %,
con una mejora evidente en actividades como
correr, saltar y trepar. Finalmente, el grupo de
25-36 meses alcanzó un 80 %, demostrando un
mayor control en actividades físicas más
complejas, como desplazarse en línea recta o
mantener el equilibrio en superficies
irregulares. Actividades como juegos de
movimiento, circuitos de obstáculos adaptados
y ejercicios de equilibrio fueron esenciales para
fomentar estas habilidades, fortaleciendo no
solo la motricidad gruesa, sino también la
autoconfianza y la seguridad en sus
movimientos.
La coordinación motriz fina presentó un
desarrollo destacado en todos los grupos etarios,
con resultados que fueron de un 55 % en el
grupo de 12-18 meses, a un 70 % en el grupo de
19-24 meses, y finalmente a un 85 % en los
niños de 25-36 meses. Este progreso se
evidenció en actividades como manipular
bloques pequeños, usar herramientas básicas
(como crayones gruesos) y completar tareas de
precisión, como encajar piezas en un tablero.
Estas actividades promovieron no solo la
destreza manual, sino también la concentración
y el control visual-motor, aspectos clave para el
desarrollo académico futuro.
Los resultados de la guía de observación
reflejan un progreso significativo en el
desarrollo sensorial y motor de los niños,
especialmente en los grupos de mayor edad. Las
estrategias sensoriales implementadas en el CDI
"La Aurora" demostraron ser efectivas,
adaptándose a las necesidades específicas de
cada grupo etario y favoreciendo un desarrollo
integral. Este análisis reafirma la importancia de
proporcionar entornos pedagógicos
enriquecidos que estimulen las habilidades
sensoriales y motoras desde los primeros años
de vida, sentando las bases para un aprendizaje
significativo y un crecimiento equilibrado en
los niños.
Tabla 2. Resultados de las categorías
emergentes según las educadoras
Categorías Emergentes
Frecuencia de Respuestas
Positivas (%)
Percepción de avances en la
conciencia corporal
85
Facilidad para implementar
actividades sensoriales
70
Necesidad de formación adicional
60
Limitaciones por falta de recursos
50
Impacto en la participación de los
niños
90
Fuente: Elaboración propia
Los resultados obtenidos a partir de las
entrevistas semi-estructuradas realizadas a las
educadoras del CDI "La Aurora" reflejan
percepciones positivas respecto al impacto de
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las estrategias sensoriales en el desarrollo
infantil, así como algunos desafíos que
enfrentaron durante su implementación. Se
identificaron cinco categorías principales de
análisis: avances en la conciencia corporal,
facilidad para implementar actividades
sensoriales, necesidad de formación adicional,
limitaciones por falta de recursos, e impacto en
la participación de los niños.
En cuanto a la percepción de avances en la
conciencia corporal, el 85 % de las educadoras
reportó mejoras significativas en los niños.
Según sus observaciones, las actividades
implementadas favorecieron el reconocimiento
de las partes del cuerpo y la capacidad para
coordinar movimientos básicos. Este avance fue
especialmente evidente en actividades que
involucraban juegos de imitación y canciones
interactivas. Las educadoras resaltaron que los
niños comenzaron a mostrar mayor seguridad al
realizar acciones específicas, como señalar
partes del cuerpo o moverse de manera
coordinada durante los juegos. Estos hallazgos
indican que las estrategias sensoriales aplicadas
lograron fortalecer el esquema corporal de los
niños, lo cual es crucial en esta etapa del
desarrollo.
Respecto a la facilidad para implementar
actividades sensoriales, el 70 % de las
educadoras consideró que las estrategias
propuestas fueron prácticas y de fácil
integración en las rutinas diarias. Actividades
sencillas, como el uso de texturas, sonidos y
colores, fueron valoradas como efectivas y
accesibles, incluso con recursos limitados. Sin
embargo, algunas educadoras señalaron que las
dinámicas más complejas, como las que
requerían materiales específicos o planificación
grupal, representaron un desafío mayor,
especialmente cuando se atendía a grupos
numerosos. Esto pone de manifiesto la
necesidad de equilibrar el diseño de las
actividades sensoriales con las condiciones
operativas del centro, garantizando su
viabilidad y efectividad en contextos educativos
diversos.
En cuanto a la necesidad de formación
adicional, el 60 % de las educadoras manifestó
interés en recibir capacitación específica en
estrategias de estimulación sensorial. Aunque
se sintieron satisfechas con los resultados
obtenidos, reconocieron que una mayor
formación les permitiría desarrollar actividades
más innovadoras y adaptadas a las necesidades
individuales de los niños. Además,
consideraron que una formación más
especializada les ayudaría a identificar con
mayor precisión los desafíos y fortalezas de
cada niño, optimizando los resultados. Este
hallazgo resalta la importancia de invertir en el
desarrollo profesional del personal docente, no
solo para fortalecer sus habilidades
pedagógicas, sino también para garantizar un
impacto sostenido en el desarrollo infantil.
Por otro lado, las limitaciones por falta de
recursos fueron identificadas como un
obstáculo significativo por el 50 % de las
educadoras. Aunque lograron adaptar las
actividades a los materiales disponibles,
señalaron que la falta de juguetes
multisensoriales, texturas específicas y
herramientas visuales o auditivas limitó la
diversidad de las estrategias aplicadas. Esto
subraya la necesidad de dotar a los centros de
desarrollo infantil con recursos adecuados que
permitan enriquecer las experiencias
sensoriales de los niños. Las educadoras
coincidieron en que un entorno más equipado
habría optimizado los resultados, ampliando las
posibilidades de exploración y aprendizaje en
los niños.
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El impacto en la participación de los niños fue
la categoría con mayor frecuencia positiva,
alcanzando el 90 %. Las educadoras destacaron
que los niños mostraron una motivación elevada
y un alto nivel de compromiso durante las
actividades sensoriales. Mencionaron que estas
estrategias no solo fomentaron el desarrollo de
habilidades sensoriales y motoras, sino que
también generaron un ambiente de aprendizaje
positivo, en el cual los niños participaron
activamente y mostraron curiosidad por
explorar. Este hallazgo refleja el potencial de
las estrategias sensoriales no solo para
promover el desarrollo físico y cognitivo, sino
también para crear un entorno educativo que
motive a los niños a aprender de manera
autónoma y significativa.
Los resultados de las entrevistas reflejan el
impacto positivo de las estrategias sensoriales
implementadas en el CDI "La Aurora",
particularmente en el desarrollo de la
conciencia corporal y la participación activa de
los niños. Sin embargo, también evidencian
áreas de mejora, como la necesidad de mayor
formación docente y la provisión de recursos
adecuados. Estos hallazgos resaltan la
importancia de fortalecer el apoyo institucional
y profesional en los centros de desarrollo
infantil, con el fin de maximizar el impacto de
las intervenciones pedagógicas y garantizar el
desarrollo integral de los niños en sus primeros
años de vida.
Discusión de los resultados
Los resultados del presente estudio evidencian
el impacto positivo de las estrategias sensoriales
implementadas en el CDI "La Aurora" sobre el
desarrollo integral de los niños de 12 a 36
meses. Las estrategias permitieron observar
avances significativos en la conciencia
corporal, las respuestas a estímulos sensoriales
y las habilidades motrices, además de promover
una participación activa durante las actividades.
Estos hallazgos son consistentes con las
investigaciones de Ayres (Rubio, E., &
Espinosa, J., 2023), quien resalta que las
experiencias sensoriales en edades tempranas
son fundamentales para la integración sensorial,
la coordinación motora y la regulación
emocional, elementos que sientan las bases para
aprendizajes más complejos en el futuro.
En relación con los resultados de la guía de
observación, se desta una progresión
significativa en los indicadores evaluados,
especialmente en el reconocimiento de partes
del cuerpo. Este indicador mostró un
incremento del 50 % en el grupo de 12-18 meses
al 85 % en el grupo de 25-36 meses, lo cual
respalda la teoría del desarrollo de Piaget
(Puente, M., Suastegui, A., Andión, M.,
Estrada, L., & de los Reyes, A., 2020), quien
plantea que el esquema corporal se consolida
progresivamente a través de la interacción con
el entorno y las experiencias guiadas. Las
actividades implementadas, como juegos de
imitación, canciones interactivas y
señalamientos corporales permitieron a los
niños identificar y comprender mejor su propio
cuerpo, lo que a su vez fortaleció su
coordinación y autonomía. Este avance
evidencia la importancia de utilizar estrategias
pedagógicas basadas en la repetición y el juego
para potenciar la conciencia corporal en los
niños.
Otro hallazgo relevante fue el progreso en la
respuesta a estímulos sensoriales,
particularmente en los estímulos táctiles,
auditivos y visuales. Los datos indican que los
niños de 25-36 meses alcanzaron un 90 % de
éxito en la exploración táctil, mientras que los
grupos de 12-18 meses y 19-24 meses lograron
un 75 % y un 85 %, respectivamente. Este
avance refleja el desarrollo gradual de las
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habilidades perceptuales en función de la edad
y las experiencias proporcionadas. Actividades
como la manipulación de objetos con diferentes
texturas, la exploración visual de colores
llamativos y la identificación de sonidos
contribuyeron significativamente al
fortalecimiento de estas habilidades. Según
Ayres (Acuña, M., & Quiñones, Y., 2020), la
estimulación multisensorial no solo mejora la
percepción, sino que también fomenta la
conexión entre los sentidos, lo que permite una
mejor interpretación del entorno y respuestas
más adaptativas en los niños.
La coordinación motriz gruesa y fina también
presentó avances destacados, con progresos
más evidentes en los grupos de mayor edad. En
la coordinación motriz gruesa, el grupo de 25-
36 meses alcanzó un 80 %, mientras que los de
12-18 meses y 19-24 meses lograron un 60 % y
75 %, respectivamente. Estas cifras demuestran
cómo las actividades físicas estructuradas,
como circuitos de movimiento, ejercicios de
equilibrio y juegos de desplazamiento,
fortalecen habilidades fundamentales para la
movilidad y la interacción física con el entorno.
En cuanto a la motricidad fina, el grupo de 25-
36 meses mostró un progreso significativo al
alcanzar un 85 % en tareas que implicaban
precisión manual, como manipular objetos
pequeños o realizar movimientos de pinza fina.
Estas actividades no solo mejoraron las
destrezas manuales, sino que también
favorecieron la concentración y la atención
sostenida, aspectos esenciales para el desarrollo
académico futuro (Procel, S., Aguirre, C., Pila,
M., & Masache, L., 2024).
Por otro lado, los resultados de las entrevistas
semi-estructuradas con las educadoras
aportaron una perspectiva cualitativa valiosa
sobre la implementacn de las estrategias
sensoriales. El 85 % de las educadoras destacó
avances significativos en la conciencia corporal
de los niños, mencionando que las actividades
ayudaron a los niños a comprender mejor su
cuerpo y a realizar movimientos más
coordinados. Este hallazgo coincide con
Landreth (Chui, H., Romero, Y., & Pérez, K.,
2024), quien afirma que el juego sensorial no
solo promueve habilidades físicas, sino que
también fortalece la relación entre el cuerpo y el
entorno, permitiendo a los niños explorar y
aprender con mayor seguridad. Las educadoras
señalaron que actividades como las canciones
guiadas y los juegos de imitación fueron
especialmente efectivas para desarrollar estas
habilidades.
Sin embargo, las educadoras también
identificaron desafíos importantes, como la
necesidad de formación adicional y la falta de
recursos materiales. El 60 % de las participantes
indicó que sería útil recibir capacitación en
estimulación sensorial y estrategias
pedagógicas innovadoras para optimizar la
implementación de las actividades. Este
resultado pone de manifiesto la importancia de
invertir en la formación continua del personal
educativo, ya que una capacitación adecuada no
solo mejora la calidad de las intervenciones,
sino que también permite a las educadoras
adaptarse a las necesidades específicas de los
niños y abordar posibles dificultades (Martos,
2024).
La falta de recursos fue otra limitación señalada
por el 50 % de las educadoras, quienes
mencionaron que la disponibilidad limitada de
materiales, como texturas específicas, juguetes
multisensoriales e instrumentos auditivos,
restringió la diversidad de las actividades. Este
hallazgo coincide con las observaciones de
Ayres (Peiró, C., & Guinea, E., 2023), quien
destaca que un entorno rico en estímulos es
esencial para maximizar el impacto de las
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estrategias sensoriales. Las educadoras
coincidieron en que contar con recursos
adecuados habría permitido diseñar actividades
más innovadoras y personalizadas,
enriqueciendo la experiencia de aprendizaje de
los niños.
El impacto positivo de las actividades
sensoriales en la participación de los niños fue
uno de los aspectos más destacados de este
estudio. El 90 % de las educadoras reportó que
los niños mostraron altos niveles de motivación
y compromiso durante las actividades
sensoriales. Este resultado es consistente con
González y López (Borthiry, 2021), quienes
afirman que las estrategias pedagógicas basadas
en la curiosidad y la exploración activa
fomentan un aprendizaje significativo, mejoran
la atención y fortalecen el vínculo afectivo entre
los niños y los educadores. Las actividades
sensoriales no solo facilitaron el desarrollo
físico y cognitivo, sino que también
promovieron un ambiente de aprendizaje
positivo, en el que los niños participaron de
manera entusiasta y creativa.
En términos prácticos, los hallazgos de este
estudio ofrecen recomendaciones relevantes
para optimizar las prácticas pedagógicas en los
Centros de Desarrollo Infantil. En primer lugar,
es fundamental diseñar estrategias sensoriales
adaptadas a cada etapa del desarrollo,
considerando las características específicas de
los niños en diferentes grupos etarios. En
segundo lugar, es necesario garantizar la
formación continua de las educadoras,
dotándolas de herramientas teóricas y prácticas
para implementar actividades innovadoras y
efectivas. Por último, es indispensable asegurar
que los centros educativos cuenten con recursos
materiales suficientes para enriquecer las
experiencias sensoriales de los niños y
maximizar el impacto de las intervenciones.
Este estudio evidencia que las estrategias
sensoriales son una herramienta efectiva para
promover el desarrollo integral en la primera
infancia. Los avances observados en la
conciencia corporal, las respuestas sensoriales y
las habilidades motrices demuestran la
relevancia de estas estrategias en el
fortalecimiento de las capacidades de los niños.
Sin embargo, también se identificaron desafíos
relacionados con la capacitación docente y la
provisión de recursos, que deben ser abordados
para garantizar la sostenibilidad y efectividad
de estas intervenciones. Estos hallazgos
destacan la importancia de un enfoque
pedagógico holístico que considere tanto las
necesidades de los niños como las limitaciones
del contexto educativo, ofreciendo una guía
práctica para futuras investigaciones e
intervenciones en este ámbito.
Conclusiones
El presente estudio demostró que las estrategias
sensoriales implementadas en el CDI "La
Aurora" tuvieron un impacto positivo y
significativo en el desarrollo integral de los
niños de 12 a 36 meses. Se evidenció que estas
estrategias promovieron avances importantes en
áreas como la conciencia corporal, la capacidad
de respuesta a estímulos sensoriales y las
habilidades motrices gruesas y finas. Estos
resultados reflejan la efectividad de las
actividades pedagógicas sensoriales como un
medio para estimular de manera integral las
capacidades físicas, cognitivas y emocionales
de los niños en sus primeras etapas de vida. Al
mismo tiempo, este estudio subraya la
importancia de diseñar actividades que se
adapten a las necesidades y características
específicas de cada etapa de desarrollo,
favoreciendo la exploración y el aprendizaje
activo dentro de un entorno rico en estímulos.
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La participación activa de los niños durante las
actividades fue uno de los aspectos más
destacados de los resultados. Los niveles
elevados de compromiso, interés y curiosidad
observados en los niños no solo reflejan su
disposición para interactuar con el entorno
sensorial, sino también la efectividad de las
estrategias implementadas para captar su
atención y fomentar su implicación. Este nivel
de participación fue especialmente evidente en
los grupos de mayor edad, quienes demostraron
mayor dominio en tareas relacionadas con el
reconocimiento corporal, la coordinación
motriz y las respuestas sensoriales complejas.
Este hallazgo enfatiza la relevancia de
incorporar actividades multisensoriales en la
educación inicial, no solo como un medio para
promover el desarrollo de habilidades
específicas, sino también como una herramienta
para generar un ambiente positivo y motivador
que impulse el aprendizaje.
A pesar de los logros alcanzados, el estudio
también identificó desafíos importantes que
deben ser considerados para optimizar la
implementación de estas estrategias en el
futuro. Uno de los principales obstáculos fue la
falta de recursos materiales adecuados, lo que
limitó la diversidad y la profundidad de las
actividades sensoriales. Las educadoras
destacaron que una mayor disponibilidad de
materiales específicos, como texturas variadas,
juguetes multisensoriales e instrumentos
sonoros, podría haber enriquecido las
experiencias de aprendizaje de los niños,
mejorando aún más los resultados obtenidos.
Adicionalmente, se identificó la necesidad de
una formación más especializada para las
educadoras, lo que permitiría no solo un mejor
diseño de las actividades, sino también una
mayor capacidad para adaptarlas a las
necesidades individuales de cada niño,
asegurando así un impacto más profundo y
sostenido.
Este estudio reafirma que las estrategias
sensoriales son una herramienta fundamental
para fomentar el desarrollo integral en la
primera infancia. Estas actividades no solo
impactan positivamente en las áreas físicas y
sensoriales, sino que también contribuyen al
desarrollo emocional y social de los niños,
fortaleciendo su confianza, curiosidad y
capacidad para relacionarse con su entorno. Sin
embargo, para maximizar la efectividad de estas
estrategias, es necesario abordar las
limitaciones identificadas mediante una mayor
inversión en recursos materiales y en la
capacitación continua del personal educativo.
Al garantizar un entorno pedagógico
enriquecido y profesionales capacitados, los
Centros de Desarrollo Infantil estarán mejor
preparados para potenciar el desarrollo de los
niños, sentando bases sólidas para su
aprendizaje y bienestar a lo largo de su vida.
Este enfoque integral y adaptado no solo
beneficia a los niños, sino que también
contribuye al fortalecimiento de la educación
inicial como un pilar esencial para el desarrollo
de la sociedad en su conjunto.
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González Granda, Alexandra Cecilia Astudillo
Cobos y Jefferson Aurelio Flor Montecé.