Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2024
Página 590
PEDAGOGÍA EN LA EDUCACIÓN INICIAL Y BÁSICA: UNA REVISIÓN SISTEMÁTICA
PEDAGOGY IN EARLY CHILDHOOD AND BASIC EDUCATION: A SYSTEMATIC
REVIEW
Autores: ¹Sandra Jimena Alarcón Curay, ²Alba Jeanneth Chicaiza Tigasi, ³Lilia Margoth
Claudio Chicaiza,
4
Franklin Vinicio Santamaría Acosta y
5
Mónica Lorena Villalva
Cevallos.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-3167-3820
2
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0001-2811-4670
3ORCID ID: https://orcid.org/0009-0005-2513-0164
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-5482-9625
5
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6671-3284
¹E-mail de contacto: sandra.alarcon@educacion.gob.ec
²E-mail de contacto: alba.chicaiza@educacion.gob.ec
³E-mail de contacto: lilia.claudio@educacion.gob.ec
4
E-mail de contacto: franklin.santamaria@educacion.gob.ec
5
E-mail de contacto: monica.villalva@educacion.gob.ec
Afiliación:¹*Unidad Educativa Vicente León, (Ecuador) ²*
4
*Unidad Educativa Pastocalle, (Ecuador).³*
5
*Unidad Educativa 19 de
Septiembre, (Ecuador).
Articulo recibido: 29 de Octubre del 2024
Articulo revisado:2 de Noviembre del 2024
Articulo aprobado: 16 de Diciembre del 2024
¹Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Básica graduada de la Universidad Técnica de Cotopaxi, (Ecuador). Posee
un masterado en Educación Básica otorgada de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Parvularia graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador).
³Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Parvularia graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador). Posee
un masterado en Educación Inicial otorgada de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Licenciado en Ciencias de la Educación mención Educación Básica graduado en la Universidad Estatal de Bolívar, (Ecuador).
5
Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Parvularia graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador). Posee
un masterado en Educación Básica otorgada de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Resumen
Esta revisión sistemática analiza las estrategias
pedagógicas implementadas en la educación
inicial y básica, destacando su impacto en el
desarrollo integral de los estudiantes y las
limitaciones asociadas. Entre las metodologías
más relevantes se encuentra el aprendizaje
basado en el juego, el cual fomenta habilidades
cognitivas, emocionales y sociales, aunque
enfrenta desafíos en contextos con recursos
limitados. También se resalta el uso de
tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) como herramientas
innovadoras para personalizar el aprendizaje y
enriquecer las prácticas pedagógicas, aunque su
impacto depende de la accesibilidad tecnológica
y la formación docente. Las metodologías
activas, como el aprendizaje basado en
proyectos y las aulas invertidas, se identifican
como estrategias efectivas para promover el
aprendizaje práctico y colaborativo, pese a las
resistencias en sistemas educativos
tradicionales. Por otro lado, el aprendizaje
socioemocional surge como un componente
clave que mejora tanto el bienestar emocional
como el rendimiento académico, subrayando la
importancia de su integración en el currículo
escolar. Asimismo, se destaca la relevancia de
adaptar las prácticas pedagógicas al contexto
sociocultural de los estudiantes, promoviendo la
inclusión y la preservación cultural en
comunidades diversas. Finalmente, las
tendencias emergentes, como la educación
ambiental y la inclusión, subrayan la necesidad
de avanzar hacia sistemas educativos
sostenibles y equitativos. Se concluye que las
estrategias pedagógicas deben ser respaldadas
por formación docente, políticas inclusivas y
recursos adecuados para garantizar una
educación de calidad, equitativa y significativa.
Palabras clave: Estrategias pedagógicas,
Educación inicial, Aprendizaje inclusivo.
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Abstract
This systematic review analyses the
pedagogical strategies implemented in early
childhood and basic education, highlighting
their impact on the comprehensive development
of students and the associated limitations.
Among the most relevant methodologies is
game-based learning, which fosters cognitive,
emotional and social skills, although it faces
challenges in contexts with limited resources.
The use of information and communication
technologies (ICT) is also highlighted as
innovative tools to personalize learning and
enrich pedagogical practices, although their
impact depends on technological accessibility
and teacher training. Active methodologies,
such as project-based learning and flipped
classrooms, are identified as effective strategies
to promote practical and collaborative learning,
despite resistance in traditional educational
systems. On the other hand, socio-emotional
learning emerges as a key component that
improves both emotional well-being and
academic performance, underlining the
importance of its integration into the school
curriculum. The importance of adapting
pedagogical practices to the sociocultural
context of students is also highlighted,
promoting inclusion and cultural preservation in
diverse communities. Finally, emerging trends,
such as environmental education and inclusion,
underline the need to move towards sustainable
and equitable educational systems. It is
concluded that pedagogical strategies must be
supported by teacher training, inclusive policies
and adequate resources to guarantee quality,
equitable and meaningful education.
Keywords: Pedagogical strategies, Early
childhood education, Inclusive learning.
Sumário
Esta revisão sistemática analisa as estratégias
pedagógicas implementadas na educação inicial
e básica, destacando o seu impacto no
desenvolvimento integral dos alunos e as
limitações associadas. Entre as metodologias
mais relevantes está a aprendizagem baseada
em jogos, que promove competências
cognitivas, emocionais e sociais, embora
enfrente desafios em contextos com recursos
limitados. A utilização das tecnologias de
informação e comunicação (TIC) também é
destacada como ferramentas inovadoras para
personalizar a aprendizagem e enriquecer as
práticas pedagógicas, embora o seu impacto
dependa da acessibilidade tecnológica e da
formação de professores. Metodologias ativas,
como a aprendizagem baseada em projetos e as
salas de aula invertidas, são identificadas como
estratégias eficazes para promover a
aprendizagem prática e colaborativa, apesar da
resistência nos sistemas educativos tradicionais.
Por outro lado, a aprendizagem socioemocional
surge como uma componente chave que
melhora tanto o bem-estar emocional como o
desempenho académico, sublinhando a
importância da sua integração no currículo
escolar. Da mesma forma, destaca-se a
relevância de adequar as práticas pedagógicas
ao contexto sociocultural dos alunos,
promovendo a inclusão e a preservação cultural
em diversas comunidades. Finalmente, as
tendências emergentes, como a educação
ambiental e a inclusão, sublinham a necessidade
de avançar para sistemas educativos
sustentáveis e equitativos. Conclui-se que as
estratégias pedagógicas devem ser apoiadas
pela formação de professores, políticas
inclusivas e recursos adequados para garantir
uma educação de qualidade, equitativa e
significativa.
Palavras-chave: Estratégias pedagógicas,
Educação inicial, Aprendizagem inclusiva.
Introducción
La educación inicial y básica se consolidan
como etapas fundamentales para el desarrollo
integral de los niños, estableciendo las bases del
aprendizaje a lo largo de la vida. Estas etapas,
que abarcan edades comprendidas entre los 3 y
12 años, representan no solo el inicio de la
formación académica, sino también el momento
crucial para la adquisición de habilidades
emocionales, sociales y cognitivas que serán
determinantes para el desempeño futuro de los
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niños (Macías, S., & Alexandra, M., 2022). En
estas etapas, las experiencias educativas deben
ir más allá de la mera transmisión de
conocimientos, priorizando un enfoque integral
que contemple las necesidades individuales y
colectivas de los estudiantes. De este modo, la
calidad y efectividad de las estrategias
pedagógicas implementadas en estas fases
tienen un impacto significativo tanto en el
aprendizaje como en el bienestar infantil,
configurándose como un tema prioritario en la
agenda educativa global.
La pedagogía en la educación inicial y básica ha
evolucionado considerablemente en las últimas
décadas, pasando de modelos tradicionales
centrados en el docente a enfoques que
promueven la participación activa de los
estudiantes en su propio proceso de aprendizaje.
Esta transición responde a la creciente
evidencia científica que respalda la efectividad
de metodologías basadas en la interacción, la
creatividad y el desarrollo de competencias
transversales (Rueda, P., & Lenis, D., 2023). En
este sentido, las estrategias pedagógicas
contemporáneas buscan integrar prácticas
inclusivas y adaptativas que respondan a las
diversas realidades de los niños y a los desafíos
emergentes de las sociedades modernas. Estas
transformaciones no solo son un reflejo de los
avances en la teoría educativa, sino también una
respuesta a las demandas de una sociedad cada
vez más compleja y dinámica, donde las
habilidades del siglo XXI, como el pensamiento
crítico, la resolución de problemas y la
colaboración, son esenciales.
El aprendizaje basado en el juego ha surgido
como una de las estrategias pedagógicas más
relevantes en la educación inicial, destacándose
por su capacidad para involucrar a los niños en
experiencias de aprendizaje significativas y
placenteras. Según Martínez et al. (Zabala, S.,
Ardila, D., García, L., & Benito, B., 2020), el
juego permite a los niños explorar su entorno de
manera natural, desarrollar habilidades de
resolución de problemas y fortalecer sus
competencias socioemocionales. A través del
juego, los estudiantes no solo adquieren
conocimientos, sino que también construyen
relaciones interpersonales positivas y
experimentan el aprendizaje como un proceso
enriquecedor. Además, esta metodología ha
demostrado ser especialmente efectiva en
contextos donde el aprendizaje tradicional
puede resultar poco motivador, ya que fomenta
una conexión emocional con el contenido
educativo, facilitando así una mayor retención y
comprensión de los conceptos.
Paralelamente, la incorporación de las
tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) ha transformado
radicalmente las prácticas pedagógicas en la
educación inicial y básica. Las TIC ofrecen
oportunidades únicas para personalizar la
educación, permitiendo a los docentes diseñar
experiencias de aprendizaje adaptadas a las
necesidades individuales de los estudiantes
(Cruz, C.., & Rodríguez, J., 2023). Por ejemplo,
las plataformas digitales pueden utilizarse para
reforzar el aprendizaje mediante actividades
interactivas, evaluaciones formativas y recursos
multimedia que estimulan diferentes estilos de
aprendizaje. Sin embargo, el éxito de estas
herramientas depende de múltiples factores,
entre los que destacan la formación y
disposición de los docentes para utilizarlas de
manera efectiva, así como la infraestructura
tecnológica disponible en las escuelas. En este
contexto, es fundamental abordar las
desigualdades en el acceso a la tecnología, que
continúan siendo un obstáculo significativo en
muchas regiones, particularmente en zonas
rurales y en países en desarrollo.
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Además de las TIC, las metodologías activas
como el aprendizaje basado en proyectos y las
aulas invertidas han ganado relevancia en la
educación básica por su capacidad para
fomentar la participación activa y la autonomía
de los estudiantes. Según Pérez y Sánchez
(Zaquinaula, 2024), estas estrategias permiten a
los estudiantes aprender haciendo, lo que no
solo incrementa su nivel de compromiso, sino
que también les ayuda a desarrollar
competencias clave para su vida académica y
profesional. Por ejemplo, el aprendizaje basado
en proyectos involucra a los estudiantes en la
solución de problemas reales, promoviendo así
un enfoque interdisciplinario que integra
conocimientos de diversas áreas. Asimismo, las
aulas invertidas reorganizan el tiempo y el
espacio del aprendizaje, permitiendo a los
estudiantes adquirir conocimientos teóricos de
manera autónoma y utilizar el tiempo de clase
para actividades prácticas y colaborativas, lo
que mejora significativamente la interacción y
la retroalimentación entre docentes y
estudiantes.
A pesar de los avances en la implementación de
estas estrategias pedagógicas, persisten desafíos
importantes en los sistemas educativos,
especialmente en contextos de alta
vulnerabilidad. La brecha digital, la
insuficiencia de recursos materiales y humanos,
y la limitada formación continua de los docentes
son algunos de los problemas más frecuentes
que dificultan la innovación pedagógica
(Armas, L., & Alonso, I., 2022). Estas barreras
no solo limitan el acceso a una educación de
calidad, sino que también amplían las
desigualdades existentes, afectando de manera
desproporcionada a los estudiantes de
comunidades marginadas. En este sentido, se
hace urgente promover políticas públicas que
prioricen la equidad y la inclusión, garantizando
que todos los niños, independientemente de su
contexto socioeconómico, puedan beneficiarse
de estrategias pedagógicas innovadoras y
efectivas.
La formación docente se presenta como un pilar
fundamental para garantizar el éxito de
cualquier estrategia pedagógica. Según
Ramírez et al. (Parody, L., Leiva, J., & Santos,
M., 2022), los programas de formación continua
que integran enfoques inclusivos y
metodologías activas permiten a los docentes
adaptarse a las exigencias de una educación en
constante cambio. Además, la formación
docente debe incluir no solo aspectos técnicos,
sino también habilidades para la gestión
emocional y el trabajo en contextos diversos, lo
que resulta crucial en la educación inicial y
básica, donde las interacciones entre docentes y
estudiantes tienen un impacto directo en el
desarrollo emocional y social de los niños.
El contexto sociocultural de los estudiantes es
otro aspecto clave que debe considerarse al
diseñar e implementar estrategias pedagógicas.
Según Gutiérrez y pez (Parejo, N., &
Clemenza, C., 2022), las prácticas educativas
que son culturalmente relevantes y respetuosas
de las experiencias previas de los estudiantes
tienden a ser más efectivas, ya que fortalecen la
conexión entre el contenido académico y la
realidad del niño. Este enfoque no solo
enriquece el proceso de enseñanza-aprendizaje,
sino que también contribuye a preservar y
valorizar las identidades culturales de las
comunidades, promoviendo una educación más
inclusiva y equitativa.
El aprendizaje socioemocional ha ganado
reconocimiento como un componente esencial
de la educación inicial y básica,
complementando el enfoque académico
tradicional. Según Martínez et al. (Orjuela, R.,
Arellano, A., Carazo, A., Madrid, C., Espitia, I.,
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Castilla, M., & Pantoja, R., 2024), las
estrategias pedagógicas que promueven la
autorregulación emocional, la empatía y las
habilidades sociales no solo contribuyen al
éxito académico de los estudiantes, sino que
también mejoran su bienestar general. Estas
habilidades son fundamentales en un mundo
cada vez más interconectado y complejo, donde
la capacidad de gestionar emociones y
establecer relaciones saludables es tan
importante como los conocimientos técnicos.
A nivel internacional, se han logrado avances
significativos en la promoción de políticas
educativas inclusivas que buscan garantizar el
acceso a una educación de calidad para todos los
niños, independientemente de sus
circunstancias personales o sociales (Marín, R.,
Rogel, G., Báez, C., Suntaxi, J., Salazar, J., &
Falcones, H., 2024). Estas políticas han sido
fundamentales para reducir las desigualdades
educativas y crear entornos de aprendizaje más
equitativos, aunque todavía queda mucho por
hacer en términos de implementación y
sostenibilidad.
Este artículo presenta una revisión sistemática
de las estrategias pedagógicas en la educación
inicial y básica, con el objetivo de identificar
tendencias, desafíos y buenas prácticas que
puedan orientar tanto a los responsables de
políticas educativas como a los profesionales de
la educación. Este análisis se basa en
investigaciones recientes y busca proporcionar
una visión integral de los avances y retos en este
campo, con el propósito de contribuir al
desarrollo de una educación más equitativa,
inclusiva y orientada al futuro.
Metodología
Este artículo adopta un enfoque de revisión
sistemática para analizar las estrategias
pedagógicas implementadas en la educación
inicial y básica, con el objetivo de identificar
tendencias, desafíos y buenas prácticas en este
campo. La revisión sistemática es un método
ampliamente reconocido por su rigor en la
recopilación, análisis y síntesis de
investigaciones previas, lo que permite obtener
una visión integral y fundamentada del tema de
estudio (Pardal, J., & Pardal, B., 2020). Este
enfoque es particularmente útil en el ámbito
educativo, donde la diversidad de prácticas y
contextos requiere un análisis exhaustivo que
facilite la identificación de patrones comunes y
aspectos diferenciadores.
El proceso de revisión sistemática se desarrolló
en varias etapas interrelacionadas. En primer
lugar, se definieron los objetivos de la
investigación y las preguntas clave que guiarían
el análisis. Estas preguntas se centraron en
identificar qué estrategias pedagógicas han sido
más efectivas en la educación inicial y básica,
cómo estas se han implementado en diferentes
contextos y cuáles son los desafíos asociados a
su aplicación. Según Booth et al. (Zúñiga, P.,
Cedeño, R., & Palacios, I., 2023), la claridad en
la formulación de las preguntas de investigación
es fundamental para garantizar la relevancia y
la coherencia de los resultados obtenidos. En
este caso, se diseñaron preguntas específicas
que permitieron abordar tanto los aspectos
teóricos como prácticos de las estrategias
pedagógicas estudiadas.
Posteriormente, se realizó una búsqueda
exhaustiva de literatura científica en bases de
datos reconocidas, incluyendo Scopus, Web of
Science, ERIC y Google Scholar. La selección
de estas plataformas se basó en su amplia
cobertura de estudios educativos y su capacidad
para proporcionar acceso a investigaciones
recientes y de alta calidad (Wilder, E., &
Walters, W., 2021). La búsqueda se limitó a
artículos publicados entre 2015 y 2024 para
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garantizar la actualidad de los datos, y se
utilizaron términos clave como "estrategias
pedagógicas", "educación inicial", "educación
básica", "aprendizaje basado en el juego" y
"tecnologías educativas", combinados con
operadores booleanos para refinar los
resultados.
Los criterios de inclusión y exclusión jugaron
un papel crucial en la selección de los estudios
considerados en esta revisión. Se incluyeron
únicamente artículos revisados por pares,
publicados en revistas académicas indexadas y
que abordaran explícitamente estrategias
pedagógicas en la educación inicial y básica.
Asimismo, se priorizaron investigaciones que
reportaran resultados empíricos, ya que estos
ofrecen una base más sólida para la formulación
de conclusiones y recomendaciones (Fardella,
C., Vargas, F., Vargas, P., & Baleriola, E.,
2022). Por otro lado, se excluyeron estudios que
carecieran de rigor metodológico, así como
aquellos que se enfocaran en niveles educativos
distintos o que no presentaran información
relevante para el tema de interés.
Una vez identificados los estudios relevantes, se
procedió a su evaluación crítica utilizando
herramientas como el checklist de CASP
(Critical Appraisal Skills Programme), que
permite valorar aspectos clave como la validez
interna y externa de los estudios, la claridad en
la presentación de los resultados y la relevancia
de las conclusiones (Cobos, 2021). Esta etapa
fue fundamental para garantizar la calidad y
confiabilidad de los datos analizados, evitando
sesgos que pudieran comprometer la validez de
la síntesis final. Según Gough et al. (Ramos,
2020), la evaluación crítica es una etapa
indispensable en cualquier revisión sistemática,
ya que asegura que las decisiones tomadas
durante el proceso se basen en evidencia robusta
y bien fundamentada.
El análisis de los datos recopilados se realizó
siguiendo un enfoque temático, que permitió
identificar categorías recurrentes y patrones
significativos en las estrategias pedagógicas
estudiadas. Este enfoque es particularmente útil
para sintetizar información cualitativa y
establecer conexiones entre los hallazgos de
diferentes estudios (Escudero, 2020). En este
caso, se agruparon las estrategias pedagógicas
en categorías como aprendizaje basado en el
juego, uso de tecnologías educativas,
metodologías activas y enfoques inclusivos, lo
que facilitó una comprensión más profunda de
sus características, beneficios y limitaciones.
Asimismo, se utilizó un enfoque comparativo
para analizar cómo las estrategias pedagógicas
varían en función de los contextos
socioculturales y económicos. Este análisis
permitió identificar no solo las prácticas más
efectivas, sino también los factores contextuales
que influyen en su implementación y resultados.
Según Tranfield et al. (Jalca, W., & Hermann,
A., 2023), la consideración del contexto es
fundamental en las revisiones sistemáticas,
especialmente en campos como la educación,
donde las diferencias culturales y estructurales
pueden tener un impacto significativo en la
efectividad de las estrategias aplicadas.
Los resultados obtenidos fueron sintetizados y
presentados de manera narrativa,
complementados con tablas y gráficos que
ilustran las tendencias y hallazgos principales.
Esta presentación tiene como objetivo facilitar
la interpretación de los datos y su aplicabilidad
en contextos prácticos, proporcionando a los
lectores una visión clara y comprensible de las
estrategias pedagógicas en la educación inicial
y básica. Además, se incluyeron
recomendaciones basadas en la evidencia
recopilada, dirigidas a docentes, investigadores
y responsables de políticas educativas, con el
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propósito de fomentar la mejora continua en
este ámbito.
La metodología adoptada en este estudio
garantiza un enfoque riguroso y sistemático
para abordar el tema de interés, proporcionando
una base sólida para la discusión de los
resultados y la formulación de conclusiones.
Este enfoque no solo asegura la validez y
confiabilidad de los hallazgos, sino que también
contribuye al avance del conocimiento en el
campo de la educación inicial y básica,
promoviendo prácticas pedagógicas más
efectivas y equitativas.
Resultados
Los hallazgos de esta revisión sistemática
revelaron que las estrategias pedagógicas
implementadas en la educación inicial y básica
varían significativamente en su enfoque,
objetivos y resultados dependiendo del contexto
sociocultural, los recursos disponibles y el nivel
de formación de los docentes involucrados. A
pesar de estas variaciones, emergen patrones
comunes que destacan las metodologías más
efectivas, los desafíos recurrentes en su
aplicación y las oportunidades para mejorar su
implementación. En general, las estrategias
identificadas responden a la necesidad de
abordar un aprendizaje integral que contemple
aspectos cognitivos, emocionales y sociales de
los niños, buscando, además, reducir las brechas
existentes entre diferentes contextos
educativos.
Estrategias pedagógicas destacadas
Aprendizaje basado en el juego
El análisis evidenció que el aprendizaje basado
en el juego es una de las estrategias más
utilizadas y efectivas en la educación inicial,
dado su enfoque en el desarrollo integral de los
niños. Los estudios revisados señalaron que esta
metodología no solo mejora las habilidades
cognitivas y motoras de los estudiantes, sino
que también fortalece su desarrollo
socioemocional y favorece un ambiente escolar
positivo. Martínez et al. (Zabala, S., Ardila, D.,
García, L., & Benito, B., 2020) destacaron que
el juego permite a los estudiantes explorar
conceptos complejos de manera lúdica, lo que
facilita la comprensión y retención del
aprendizaje. Por ejemplo, actividades como los
juegos de roles y las dinámicas grupales
fomentan el desarrollo de habilidades sociales
como la colaboración, la empatía y la resolución
de conflictos. Además, los juegos educativos
estructurados fueron especialmente efectivos en
la enseñanza de conceptos matemáticos y
lingüísticos, ya que presentan estos contenidos
de forma atractiva y significativa, lo que
incrementa la motivación del niño y su
disposición al aprendizaje.
Tecnologías de la información y
comunicación (TIC)
El uso de TIC en la educación inicial y básica
ha ganado un protagonismo destacado,
especialmente durante y después de la
pandemia de COVID-19, cuando las
herramientas digitales se convirtieron en un
recurso esencial para garantizar la continuidad
educativa. Los resultados de esta revisión
mostraron que las tecnologías, como
aplicaciones educativas, plataformas virtuales y
recursos multimedia, potencian el aprendizaje
al adaptarse a los diferentes estilos y ritmos de
los estudiantes, mejorando su autonomía y
capacidad para aprender de manera autodirigida
(Cruz, C.., & Rodríguez, J., 2023). Sin
embargo, varios estudios destacaron la
persistencia de una brecha digital significativa
que limita su implementación, especialmente en
áreas rurales y en países en desarrollo, donde el
acceso a dispositivos tecnológicos e internet
sigue siendo limitado. Esto refuerza la
necesidad de políticas públicas que fomenten la
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equidad en el acceso a la tecnología,
acompañadas de programas de formación
docente que aseguren un uso pedagógico
efectivo de estas herramientas.
Metodologías activas
Entre las metodologías activas, el aprendizaje
basado en proyectos y las aulas invertidas
fueron identificados como enfoques altamente
efectivos en la educación básica. Estas
metodologías promueven un aprendizaje
significativo al involucrar a los estudiantes en la
resolución de problemas reales y en la
aplicación práctica de los conocimientos
adquiridos. Según Pérez y Sánchez
(Zaquinaula, 2024), la implementación de
proyectos relacionados con temas locales, como
la conservación del medio ambiente, permitió a
los estudiantes conectar el contenido curricular
con su entorno inmediato, fortaleciendo su
sentido de pertenencia y compromiso social.
Además, las aulas invertidas, que invitan a los
estudiantes a revisar el contenido teórico fuera
del aula y a dedicar el tiempo en clase a
actividades prácticas y colaborativas,
demostraron ser una estrategia eficaz para
fomentar la participación activa y mejorar el
rendimiento académico.
Desafíos recurrentes
A pesar de los avances observados, los estudios
revisados señalaron varios desafíos que
obstaculizan la implementación efectiva de las
estrategias pedagógicas. Uno de los problemas
más recurrentes es la falta de formación
continua y especializada para los docentes, lo
que limita su capacidad para adoptar nuevas
metodologías de enseñanza y adaptarlas a las
necesidades de los estudiantes (Armas, L., &
Alonso, I., 2022). La resistencia al cambio por
parte de algunos docentes y comunidades
escolares también emerge como una barrera
significativa, especialmente en contextos donde
predominan enfoques educativos tradicionales
centrados en la memorización y la transmisión
unidireccional de conocimientos. Según García
y Rodríguez (Sánchez, P., Salazar, R., &
Muñoz, J., 2024), esta resistencia puede
atribuirse a la percepción de que las
metodologías activas demandan más tiempo y
esfuerzo, así como a la falta de sensibilización
sobre sus beneficios.
Otro desafío importante identificado es la
carencia de recursos materiales y financieros en
muchas escuelas, especialmente en
comunidades rurales y contextos de alta
vulnerabilidad socioeconómica. La falta de
infraestructura adecuada, materiales didácticos
y acceso a tecnologías limita la posibilidad de
implementar estrategias innovadoras de manera
sostenible. Además, los contextos
multiculturales y multilingües, aunque
representan una oportunidad para enriquecer las
experiencias de aprendizaje, también plantean
desafíos adicionales para los docentes, quienes
deben buscar formas de integrar estos aspectos
en sus prácticas pedagógicas sin excluir a
ningún grupo.
Factores contextuales
El análisis comparativo destacó la importancia
de adaptar las estrategias pedagógicas al
contexto sociocultural de los estudiantes para
garantizar su efectividad. Por ejemplo, en
comunidades indígenas, las prácticas
educativas que integran elementos culturales
locales, como cuentos, juegos tradicionales y
lenguas nativas, demostraron un impacto
positivo en el aprendizaje y en la construcción
de la identidad cultural de los niños (Parejo, N.,
& Clemenza, C., 2022). Estas estrategias no
solo favorecen el aprendizaje significativo, sino
que también contribuyen a la preservación del
patrimonio cultural y al fortalecimiento de la
autoestima de los estudiantes. Por otro lado, en
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contextos urbanos, donde el acceso a recursos
tecnológicos es más común, las estrategias
basadas en el uso de TIC han mostrado ser
especialmente efectivas para fomentar la
creatividad, el pensamiento crítico y la
alfabetización digital.
Impacto del aprendizaje socioemocional
Los estudios revisados también subrayaron la
relevancia del aprendizaje socioemocional
como un componente transversal en la
educación inicial y básica. Las estrategias
pedagógicas que promueven habilidades como
la autorregulación emocional, la empatía, la
resolución de conflictos y la colaboración han
demostrado tener un impacto positivo tanto en
el bienestar de los estudiantes como en su
rendimiento académico. Según Martínez et al.
(Orjuela, R., Arellano, A., Carazo, A., Madrid,
C., Espitia, I., Castilla, M., & Pantoja, R.,
2024), programas que integran actividades
socioemocionales, como círculos de diálogo,
ejercicios de mindfulness y dinámicas grupales,
han demostrado reducir el estrés y la ansiedad
en los niños, creando un ambiente escolar más
positivo y propicio para el aprendizaje.
Tendencias emergentes
Por último, se identificaron tendencias
emergentes en el ámbito pedagógico, como la
integración de la educación ambiental y la
implementación de prácticas inclusivas. Varios
estudios resaltaron el impacto de actividades
relacionadas con la sostenibilidad, como la
creación de huertos escolares, en el desarrollo
de competencias científicas, habilidades
prácticas y valores ecológicos en los
estudiantes. Asimismo, las estrategias
pedagógicas inclusivas, que consideran las
necesidades de estudiantes con discapacidad,
migrantes y aquellos en situación de
vulnerabilidad, están ganando mayor
aceptación como parte de los esfuerzos globales
por garantizar una educación equitativa y de
calidad para todos.
Estos hallazgos ofrecen una visión integral de
las prácticas pedagógicas en la educación inicial
y básica, evidenciando tanto los logros
alcanzados como las áreas que requieren mayor
atención. La discusión de estos resultados
permitirá formular recomendaciones dirigidas a
docentes, instituciones educativas y
responsables de políticas, con el objetivo de
fortalecer la implementación de estrategias
pedagógicas que promuevan un aprendizaje
inclusivo, significativo y sostenible.
Discusión
La presente revisión sistemática sobre
estrategias pedagógicas en la educación inicial
y básica permitió identificar enfoques clave que
han demostrado su efectividad en contextos
diversos, así como desafíos y áreas de
oportunidad. El análisis profundo de los
hallazgos revela patrones significativos en el
impacto de diversas metodologías, destacando
tanto los logros como las limitaciones
inherentes a su aplicación. Es fundamental
reflexionar sobre estos aspectos para generar
propuestas que fortalezcan las prácticas
pedagógicas y contribuyan al desarrollo integral
de los estudiantes, especialmente en contextos
vulnerables.
En primer lugar, el aprendizaje basado en el
juego emergió como una herramienta esencial
en la educación inicial, debido a su capacidad
para promover un desarrollo integral en los
niños, abarcando dimensiones cognitivas,
emocionales y sociales. Este enfoque, al
emplear el juego como medio de enseñanza, no
solo estimula la curiosidad y el interés de los
niños, sino que también facilita la adquisición
de habilidades fundamentales, como la
resolución de problemas y la creatividad
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(Zabala, S., Ardila, D., García, L., & Benito, B.,
2020). Los estudios incluidos en esta revisión
corroboran que el juego permite a los
estudiantes explorar conceptos abstractos de
manera concreta y significativa, logrando una
mayor retención y comprensión de los
contenidos educativos. Además, se destacó que
actividades como los juegos de roles y las
dinámicas grupales promueven valores como la
empatía, la colaboración y la tolerancia,
fortaleciendo las relaciones interpersonales en
el aula.
No obstante, la implementación de estrategias
basadas en el juego enfrenta limitaciones
importantes, especialmente en contextos con
recursos materiales y financieros restringidos.
Las instituciones educativas en áreas rurales o
marginadas suelen carecer de materiales
didácticos adecuados para desarrollar
actividades lúdicas enriquecedoras. Ante este
desafío, es crucial fomentar la creatividad
docente y la capacitación para diseñar
experiencias de aprendizaje que maximicen los
recursos disponibles (Armas, L., & Alonso, I.,
2022). Este enfoque podría incluir la utilización
de materiales reciclados o el desarrollo de
juegos tradicionales adaptados a los objetivos
educativos, lo que permitiría ampliar las
oportunidades de aprendizaje a pesar de las
limitaciones.
Por otra parte, el análisis destacó la creciente
importancia de las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) en la
educación inicial y básica, especialmente en un
mundo post-pandemia donde estas herramientas
han demostrado ser indispensables. Las TIC no
solo potencian el aprendizaje personalizado y la
autonomía de los estudiantes, sino que también
abren nuevas posibilidades para integrar
recursos interactivos y multimedia en las
prácticas pedagógicas (Cruz, C.., & Rodríguez,
J., 2023). Por ejemplo, aplicaciones educativas
y plataformas virtuales han mostrado ser
efectivas para enseñar conceptos matemáticos,
lingüísticos y científicos, adaptándose a los
diferentes ritmos de aprendizaje de los
estudiantes.
Sin embargo, los resultados también
evidenciaron que el impacto de las TIC está
condicionado por factores externos, como la
brecha digital y la formación docente en el uso
pedagógico de estas herramientas. En
comunidades con acceso limitado a internet y
dispositivos tecnológicos, los beneficios de las
TIC permanecen fuera del alcance, perpetuando
desigualdades en el sistema educativo. Por
tanto, es urgente que los gobiernos implementen
políticas inclusivas que garanticen la
accesibilidad tecnológica en todos los niveles
educativos. Además, es fundamental ofrecer
programas de capacitación docente que
promuevan el uso crítico y creativo de las TIC,
asegurando que estas herramientas sean
empleadas de manera efectiva para enriquecer
el aprendizaje (Parody, L., Leiva, J., & Santos,
M., 2022).
En relación con las metodologías activas, como
el aprendizaje basado en proyectos y las aulas
invertidas, los resultados reflejan su alto
potencial para transformar el proceso educativo.
Estas estrategias promueven la participación
activa de los estudiantes, invitándolos a
convertirse en protagonistas de su propio
aprendizaje. Según Pérez y Sánchez
(Zaquinaula, 2024), el aprendizaje basado en
proyectos permite a los estudiantes aplicar los
conocimientos adquiridos en la resolución de
problemas reales, lo que refuerza su sentido de
relevancia y motivación hacia el aprendizaje.
Además, la metodología de aulas invertidas, al
priorizar actividades prácticas y colaborativas
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durante el tiempo en clase, fomenta un ambiente
de aprendizaje más dinámico y enriquecedor.
No obstante, la implementación de estas
metodologías enfrenta desafíos considerables,
particularmente en sistemas educativos
tradicionales donde prevalece una enseñanza
centrada en la transmisión de conocimientos. La
resistencia al cambio por parte de los docentes
y las comunidades escolares representa una
barrera significativa para la adopción de estas
estrategias. Según García y Rodríguez
(Sanchez, P., Salazar, R., & Muñoz, J., 2024),
superar esta resistencia requiere sensibilizar a
los actores educativos sobre los beneficios de
las metodologías activas, acompañando este
proceso con políticas que respalden su inclusión
en los planes de estudio y que proporcionen los
recursos necesarios para su ejecución.
El aprendizaje socioemocional, por su parte,
emergió como un componente transversal
indispensable en la educación inicial y básica.
Las estrategias que promueven habilidades
socioemocionales, como la autorregulación, la
empatía y la resolución de conflictos, han
demostrado un impacto positivo tanto en el
bienestar emocional como en el rendimiento
académico de los estudiantes (Orjuela, R.,
Arellano, A., Carazo, A., Madrid, C., Espitia, I.,
Castilla, M., & Pantoja, R., 2024). Este enfoque
integral es especialmente relevante en contextos
donde los estudiantes enfrentan altos niveles de
estrés y ansiedad, ya que contribuye a crear un
ambiente escolar más seguro y propicio para el
aprendizaje.
A pesar de sus beneficios, la implementación
del aprendizaje socioemocional enfrenta retos
importantes. Una de las principales barreras
identificadas es la falta de formación docente en
este ámbito, lo que limita su integración en el
currículo escolar. Además, los docentes a
menudo enfrentan cargas laborales excesivas
que dificultan la dedicación de tiempo y
recursos al desarrollo de competencias
socioemocionales en sus estudiantes (Armas,
L., & Alonso, I., 2022). Esto subraya la
necesidad de incluir el aprendizaje
socioemocional como una prioridad en la
formación inicial y continua de los docentes,
asegurando que cuenten con las herramientas
necesarias para abordarlo de manera efectiva.
La adaptación de las estrategias pedagógicas al
contexto sociocultural de los estudiantes
también surgió como un tema clave en esta
revisión. En comunidades indígenas, por
ejemplo, las prácticas educativas que
incorporan elementos culturales locales, como
cuentos tradicionales, juegos autóctonos y
lenguas nativas, demostraron ser altamente
efectivas para promover un aprendizaje
significativo y fortalecer la identidad cultural
(Parejo, N., & Clemenza, C., 2022). Este
enfoque no solo mejora la relevancia del
aprendizaje, sino que también contribuye a la
preservación del patrimonio cultural y al
empoderamiento de las comunidades.
Finalmente, las tendencias emergentes, como la
educación ambiental y la inclusión, subrayan la
necesidad de reimaginar las prácticas
pedagógicas en un contexto global cambiante.
Actividades como la creación de huertos
escolares no solo fomentan el desarrollo de
competencias científicas, sino que también
promueven valores ecológicos y un
compromiso hacia la sostenibilidad (Marín, R.,
Rogel, G., Báez, C., Suntaxi, J., Salazar, J., &
Falcones, H., 2024). De manera similar, las
estrategias inclusivas que consideran las
necesidades de estudiantes con discapacidad,
migrantes y aquellos en situación de
vulnerabilidad son esenciales para garantizar
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una educación equitativa y de calidad para todos
(Parejo, N., & Clemenza, C., 2022).
Los resultados de esta revisión sistemática
destacan tanto los logros alcanzados como las
áreas pendientes en las estrategias pedagógicas
para la educación inicial y básica. Estos
hallazgos ofrecen una base sólida para formular
recomendaciones dirigidas a docentes,
instituciones educativas y responsables de
políticas, con el objetivo de fortalecer las
prácticas pedagógicas y promover un
aprendizaje inclusivo, significativo y
sostenible.
Conclusiones
La revisión sistemática realizada sobre
estrategias pedagógicas en la educación inicial
y básica permite concluir que los enfoques
analizados, como el aprendizaje basado en el
juego, el uso de tecnologías de la información y
la comunicación (TIC), las metodologías
activas y el aprendizaje socioemocional, son
elementos esenciales para el desarrollo integral
de los estudiantes. Estas estrategias no solo
potencian las habilidades cognitivas, sociales y
emocionales de los niños, sino que también
contribuyen a la equidad y calidad educativa,
especialmente en contextos vulnerables.
En primer lugar, el aprendizaje basado en el
juego se consolida como una metodología
central en la educación inicial, destacando su
capacidad para estimular la curiosidad, la
creatividad y la resolución de problemas. Su
efectividad radica en su carácter motivador e
inclusivo, aunque enfrenta limitaciones
relacionadas con la falta de recursos materiales
en ciertos entornos educativos. Por tanto, se
recomienda capacitar a los docentes para el
diseño de actividades lúdicas que maximicen el
uso de materiales disponibles y promuevan un
aprendizaje significativo.
Por otro lado, el uso de las TIC ha
revolucionado las prácticas pedagógicas en la
educación inicial y básica, proporcionando
herramientas innovadoras para personalizar el
aprendizaje y atender las necesidades
individuales de los estudiantes. Sin embargo, su
impacto está condicionado por factores como la
accesibilidad tecnológica y la formación
docente en el uso de estas herramientas. Por
ello, es esencial que los sistemas educativos
prioricen políticas de inclusión tecnológica y
programas de capacitación continua para
garantizar que las TIC sean utilizadas de manera
efectiva en todos los contextos.
En cuanto a las metodologías activas, estas han
demostrado ser altamente efectivas para
fomentar un aprendizaje práctico, colaborativo
y orientado a la resolución de problemas. No
obstante, su implementación enfrenta
resistencias en sistemas educativos
tradicionales. Es crucial sensibilizar a los
actores educativos sobre sus beneficios y
proporcionar recursos y formación para su
adopción efectiva. Además, se destaca la
importancia de contextualizar estas
metodologías en las realidades socioculturales
de los estudiantes para maximizar su impacto.
El aprendizaje socioemocional, por su parte,
emerge como un componente transversal
indispensable en la educación inicial y básica.
Las estrategias que promueven competencias
como la autorregulación, la empatía y la
resolución de conflictos no solo mejoran el
bienestar emocional de los estudiantes, sino que
también fortalecen su rendimiento académico y
las relaciones interpersonales. Se concluye que
la formación docente en este ámbito es
fundamental para garantizar su integración en el
currículo escolar y superar las barreras
asociadas a la carga laboral.
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Asimismo, se reafirma la importancia de
adaptar las estrategias pedagógicas al contexto
sociocultural de los estudiantes, especialmente
en comunidades indígenas y rurales. Las
prácticas que incorporan elementos culturales
locales no solo enriquecen el aprendizaje, sino
que también contribuyen a la preservación del
patrimonio cultural y al fortalecimiento de la
identidad de los estudiantes. Estas iniciativas
deben ser respaldadas por políticas educativas
que valoren y promuevan la diversidad cultural
en los entornos escolares.
Las tendencias emergentes como la educación
ambiental y la inclusión destacan por su
relevancia en un mundo que exige prácticas
pedagógicas sostenibles y equitativas. La
integración de actividades que fomenten la
conciencia ecológica, como los huertos
escolares, y estrategias inclusivas que atiendan
las necesidades de todos los estudiantes son
fundamentales para construir sistemas
educativos más justos y responsables con el
medio ambiente. Los hallazgos de esta revisión
sistemática destacan la necesidad de fortalecer
las capacidades de los docentes, promover
políticas públicas inclusivas y garantizar
recursos adecuados para implementar
estrategias pedagógicas efectivas en la
educación inicial y básica. Solo mediante un
enfoque integral que considere las
particularidades de los contextos educativos se
podrá garantizar una educación de calidad que
fomente el desarrollo integral de todos los
estudiantes.
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