Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 5 No. 10.1
Edición Especial UMECIT (2024)
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LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA DESDE CRITERIOS DE
MEDICIÓN Y COMPRENSIÓN PARA ESTUDIANTES DEL GRADO 3°
THE TEACHING OF READING AND WRITING FROM MEASUREMENT AND
COMPREHENSION CRITERIA FOR 3RD GRADE STUDENTS
Autor: ¹Dilia María Sierra Vergara.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-3721-8392
¹E-mail de contacto: diliasierra.est@umecit.edu.pa
Afiliación: ¹*Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia e Innovación Tecnológica UMECIT, (Panamá).
Articulo recibido:2 de Septiembre del 2024
Articulo revisado: 3 de Septiembre del 2024
Articulo aprobado: 9 de Octubre del 2024
¹Contadora Pública graduada en la Corporación Universitaria del Caribe, (Colombia). Magister en Educación otorgado por la Corporación
Universidad de la Costa, (Colombia). Doctorante en Educación de la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia e Innovación
Tecnológica UMECIT, (Panamá).
Resumen
La enseñanza de la lectura y escritura es
esencial para el éxito académico y personal. Sin
embargo, muchos estudiantes de tercer grado
enfrentan dificultades significativas en estas
áreas. Según la UNESCO, alrededor de seis de
cada diez niños y adolescentes a nivel mundial
no alcanzan un nivel mínimo de competencia
lectora, afectando también su habilidad para
escribir. En Colombia, esta problemática es
evidente en los resultados del ICFES, que sitúan
a los estudiantes por debajo del promedio de la
OCDE, revelando deficiencias en comprensión
y análisis textual. Este contexto requiere la
adopción de enfoques pedagógicos efectivos y
la implementación de metodologías activas.
Estas metodologías, que promueven la
participación y el trabajo colaborativo, facilitan
un aprendizaje más significativo y mejoran el
rendimiento académico. Además, el entorno
familiar y socioeconómico influye directamente
en el desarrollo de las habilidades lectoras y
escritoras de los estudiantes. La integración de
habilidades socioemocionales, como la
motivación y el autocontrol, en la enseñanza de
la lectoescritura, resulta crucial para un
aprendizaje exitoso. Es necesario que los
docentes y las políticas educativas valoren la
incorporación de estos elementos y el uso de
tecnologías en el proceso educativo. Estos
métodos pueden contribuir a un aprendizaje
más contextualizado y a la formación de
estudiantes autónomos, preparados para
afrontar desafíos futuros.
Palabras clave: Comprensión lectora,
Metodologías activas, Socioemocional.
Abstract
Reading and writing instruction is essential for
academic and personal success. However,
many third grade students face significant
difficulties in these areas. According to
UNESCO, around six out of ten children and
adolescents worldwide do not reach a
minimum level of reading proficiency, which
also affects their ability to write. In Colombia,
this problem is evident in the ICFES results,
which place students below the OECD average,
revealing deficiencies in textual
comprehension and analysis. This context
requires the adoption of effective pedagogical
approaches and the implementation of active
methodologies. These methodologies, which
promote participation and collaborative work,
facilitate more meaningful learning and
improve academic performance. In addition,
the family and socioeconomic environment
directly influences the development of
students' reading and writing skills. The
integration of socio-emotional skills, such as
motivation and self-control, in the teaching of
reading and writing is crucial for successful
learning. Teachers and educational policies
need to value the incorporation of these
elements and the use of technologies in the
educational process. These methods can
contribute to a more contextualized learning
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and to the formation of autonomous students,
prepared to face future challenges.
Keywords: Reading comprehension, Active
methodologies, Socio-emotional.
Sumário
Ensinar leitura e escrita é essencial para o
sucesso acadêmico e pessoal. No entanto,
muitos alunos do terceiro ano enfrentam
dificuldades significativas nestas áreas.
Segundo a UNESCO, cerca de seis em cada dez
crianças e adolescentes em todo o mundo não
atingem um nível mínimo de competência de
leitura, afetando também a sua capacidade de
escrita. Na Colômbia, este problema é evidente
nos resultados do ICFES, que colocam os
alunos abaixo da média da OCDE, revelando
deficiências na compreensão e análise textual.
Este contexto exige a adoção de abordagens
pedagógicas eficazes e a implementação de
metodologias ativas. Estas metodologias, que
promovem a participação e o trabalho
colaborativo, facilitam uma aprendizagem mais
significativa e melhoram o desempenho
académico. Além disso, o ambiente familiar e
socioeconômico influencia diretamente no
desenvolvimento das habilidades de leitura e
escrita dos alunos. A integração de
competências socioemocionais, como
motivação e autocontrole, no ensino da
alfabetização é crucial para uma aprendizagem
bem-sucedida. É necessário que os professores
e as políticas educacionais valorizem a
incorporação desses elementos e o uso de
tecnologias no processo educativo. Esses
métodos podem contribuir para uma
aprendizagem mais contextualizada e para a
formação de alunos autônomos e preparados
para enfrentar os desafios futuros.
Palavras-chave: Compreensão leitora,
Metodologias ativas, Socioemocional.
Introducción
La enseñanza de la lectura y la escritura es un
aspecto central de la educación; por lo tanto, su
implementación adecuada es crítica para el
éxito académico y personal de los estudiantes.
Lamentablemente, en la actualidad, muchos
estudiantes, especialmente aquellos que cursan
tercer grado, luchan con la lectura y la escritura.
Según la UNESCO (2017), alrededor de 6 de
cada 10 niños y adolescentes de todo el mundo
no logran un nivel nimo de competencia en la
lectura, lo que naturalmente afecta su capacidad
de escritura. Dado que estas dos habilidades no
solo influyen en el rendimiento académico, sino
también en la vida diaria, el panorama
presentado en el informe es preocupante.
En Colombia, este problema es aún más
evidente en los resultados de las evaluaciones
nacionales e internacionales. Los datos del
ICFES (2019) demuestran que el desempeño de
los estudiantes colombianos en la lectura es
inferior al promedio de la OCDE, lo cual indica
la necesidad de reevaluar las estrategias. Entre
las razones del bajo rendimiento se encuentran
la incapacidad para identificar tipos de textos,
comprender la intención de los autores y extraer
información relevante, habilidades críticas para
la lectura y la escritura. Estas deficiencias
reflejan el estado actual de la educación en
Colombia y la urgencia de adoptar enfoques
pedagógicos más eficaces.
Estadísticas del Plan de Desarrollo Municipal
de Planeta Rica también muestran que un
porcentaje alto de los hogares tiene un bajo
nivel de escolaridad. Esto crea un entorno
socioeconómico desafiante que obstaculiza las
habilidades de los estudiantes en lectura y
escritura. Según el PDM (2019), esta situación
afecta al 58.1 % de los hogares en el municipio.
Dado que los índices de acceso a la educación
son igualmente bajos en áreas rurales, la
educación familiar es casi nula, agravada por la
falta de acceso a recursos educativos. Por lo
tanto, la situación exige la intervención de la
dirección educativa para abordar el problema.
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El contexto familiar y sociocultural es muy
relevante para el desarrollo de las habilidades
lectoras y escritoras. Las familias con poco
nivel educativo y en condiciones adversas
presentan dificultades para apoyar a sus hijos en
el proceso de aprendizaje. Como señala
Cassany (2004), debe establecerse una
estrategia global de incentivo lector que
involucre tanto a la escuela como al hogar. La
presencia de ambientes letrados es
determinante, no solo en la disponibilidad de
material impreso, que debería ser amplio, sino
también en la provisión de material digital que
incentive la lectura y escritura.
Por lo tanto, la implementación de
metodologías activas se presenta como una vía
útil para impulsar las habilidades en lectura y
escritura. La investigación indica que esta
variante pedagógica, que consiste en hacer
explícita la participación activa de los
estudiantes en su proceso formativo, tiene un
impacto significativo en su motivación y
desempeño (Durlak et al., 2015). Además, la
incorporación de tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) en la enseñanza puede
facilitar el acceso a materiales y recursos
enriquecedores (Guerrero et al., 2023).
A pesar de la existencia de lineamientos legales
y teóricos que orientan la enseñanza de la
lectura y escritura en Colombia, las prácticas en
el aula no siempre reflejan estas directrices.
Hace falta un modelo teórico eficaz que
contemple criterios de medición y comprensión.
La falta de formación de los directores en áreas
como lengua, lectura y escritura también es
evidente. Esto provoca que muchos estudiantes
de tercer grado no estén preparados para
afrontar sus estudios de manera independiente.
Según Cassany (2004), es esencial investigar el
modelo actual de comprensión para garantizar
que los estudiantes puedan continuar su carrera
académica, que se vuelve cada vez más
exigente.
Este artículo se centrará en cómo enseñar
lectura y escritura desde un enfoque crítico, con
especial atención a su aplicación en tercer grado
de primaria. A través de un enfoque que atienda
tanto al desarrollo de habilidades técnicas como
a la generación de motivación y bienestar
emocional, se busca contribuir a la creación de
modelos pedagógicos alineados con el
programa de estudios. Como afirma De la Mora
(2003, p. 417), la comprensión de la lectura es
un proceso integral que no se limita a
decodificar palabras, sino que también incluye
la construcción de significados a partir de los
textos.
Asimismo, se considerarán las implicaciones de
esta perspectiva en los resultados de la
enseñanza de la lectura y escritura. Cabe
recordar que una estrategia que incluya tanto
aspectos académicos como el desarrollo de
capacidades sociales puede aumentar
significativamente el éxito del aprendizaje
(Durlak et al., 2015). Por tanto, es necesario
examinar cómo las emociones y el estado de
ánimo influyen en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, especialmente en contextos donde
muchos estudiantes enfrentan problemas
adicionales.
Materiales y Métodos
La metodología utilizada en este artículo se basa
en un enfoque cualitativo centrado en el análisis
documental. Este enfoque permite investigar en
profundidad la problemática de la enseñanza de
la lectura y la escritura en estudiantes de tercer
grado. Se utiliza este enfoque porque no solo es
necesario conocer los resultados de las pruebas
cuantitativas de los alumnos, sino también los
contextos, procesos y significados subyacentes
que inciden en su aprendizaje. A través de la
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revisión de documentos pertinentes, se busca
detectar patrones, tendencias y perspectivas que
puedan arrojar luz sobre la situación actual de la
lectoescritura en el ámbito educativo.
La revisión documental incluye no solo estudios
académicos, sino también evaluaciones
educacionales y literatura especializada en
medicina pública y educación; este proceso
puede considerarse el fruto de una comunidad
epistemológica. A través de este proceso, se
obtiene información valiosa sobre la situación
de la lectura y la escritura en Planeta Rica y, en
general, en Colombia.
Además, se han incluido documentos de
referencia, como el Plan de Desarrollo
Municipal de Planeta Rica y resultados de
evaluaciones nacionales e internacionales, que
ofrecen antecedentes sobre el rendimiento
educativo en la región. Este conjunto de datos
no solo sitúa el problema en un contexto más
amplio, sino que también sirve de base para
analizar las causas de las dificultades en la
escritura. Al contrastar diversas fuentes de
información, se intenta establecer conexiones
entre los resultados académicos y la realidad
sociocultural que influye en el aprendizaje de
los estudiantes.
Este enfoque permite comprender la
problemática educativa en toda su dimensión.
Se analizan los documentos para entender cómo
las condiciones de vida y el entorno familiar
afectan el rendimiento en lectura y escritura, a
como los métodos docentes que impactan el
desempeño de los estudiantes. A través de este
enfoque, se analizan las causas profundas detrás
de los problemas a nivel sistémico.
Los resultados obtenidos mediante el análisis
documental se utilizarán como base para
formular recomendaciones prácticas y teóricas
que fomenten una mejora en la enseñanza de la
lectura y la escritura en tercer grado de primaria.
La metodología cualitativa y el análisis de
documentos no solo ayudan a identificar
problemas actuales, sino que también permiten
imaginar caminos para el futuro educativo; un
camino más eficiente y equitativo que se alinee
con las realidades y necesidades de los alumnos.
Se espera que esta metodología contribuya al
diseño de un modelo pedagógico que combine
medidas para mejorar las habilidades lectoras y
escritoras de los estudiantes con estrategias
pedagógicas aplicables a nivel local. De esta
forma, se beneficiará tanto a la población
estudiantil de Planeta Rica como a otros
contextos socioculturales similares.
Resultados y Discusión
La importancia de la comprensión lectora en
el proceso educativo.
En el proceso educativo, la comprensión lectora
es un elemento central. Sirve de puente entre la
decodificación de palabras y la construcción de
significados. Según Cassany (2004), la lectura
comprensiva no consiste en identificar simples
palabras, sino que supone una interacción activa
entre el lector y el texto. La interacción es
crucial para el aprendizaje significativo, ya que
permite que los alumnos conecten sus
experiencias previas con la nueva información
que están adquiriendo. Además, esa conexión
entre lo conocido y lo desconocido es esencial
para el aprendizaje, dado que el cerebro humano
tiende a organizar la nueva información en base
a los esquemas preexistentes (Cromsky, 2002).
Desde la perspectiva de Cassany (2004), en los
estudiantes de tercer grado es necesario que se
pongan en práctica métodos pedagógicos
nuevos capaces de fomentar tal comprensión.
Este cambio de enfoque en la educación es
esencial, debido a que en esta etapa los alumnos
deben empezar a usar la lectura como
herramienta para adquirir más conocimientos en
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las diversas áreas de aprendizaje. De ahí que
combinaciones de métodos de lectura que
fomentan la participación, la lectura
cooperativa y el trabajo en grupo sean
especialmente efectivas para mejorar las
habilidades de comprensión y, por ende, el
rendimiento académico. Según Durlak et al.
(2015), el aprendizaje en colaboración no solo
tiene un efecto positivo en el rendimiento
académico de los estudiantes, sino que además
aumenta sus habilidades sociales y crea un
entorno favorable para el intercambio de ideas
y el pensamiento crítico.
Hay que reconocer que la comprensión lectora
no es un proceso aislado; por el contrario, está
influenciada por varios factores, entre ellos el
entorno social y las experiencias pasadas de los
estudiantes. Un ambiente con cultura de lectura,
en el que los niños jóvenes pueden observar a
adultos leyendo o discutiendo textos, es
primordial para despertar e intensificar su
interés en la lectura (De Zubiría, 1996). Esta
“isla de lectura”, donde tanto documentos
impresos como digitales son de uso común,
permite a los estudiantes acceder a múltiples
géneros y fuentes. Los ambientes cambiantes
mejoran la experiencia lectora de sus
participantes.
Por otro lado, cuando el niño lee en voz alta con
frecuencia y se habla de los textos leídos, no
solo comprende, sino que adquiere la capacidad
de observación y análisis necesarias para
entender literatura o cualquier tema literario.
Algo que aclara Espinosa (1998) es que la
lectura es una interacción usuario-producto y
nunca una actividad pasiva. Ninguna es más
activa, ya que incita a los estudiantes a formular
preguntas, hacer inferencias y conectar su
concepto de realidad (Albarracín, 1991). Esto
no solo aumenta la comprensión del texto, sino
que también proporciona a los estudiantes la
capacidad de pensar críticamente acerca de la
información que reciben.
Además, el papel del docente resulta vital en la
mediación de la comprensión lectora. El
profesor debe ser capaz de diseñar actividades
que fomenten la interacción del alumno con el
texto y que animen al diálogo en el aula. Por
ejemplo, el empleo de tácticas como la lectura
en parejas, en las que los alumnos se
retroalimentan entre sí, puede ser muy
beneficioso para mejorar la comprensión
lectora. Otro ejemplo es el empleo de preguntas
abiertas y discusiones en grupo para que los
estudiantes aprendan más profundamente y
obtengan diferentes perspectivas de un mismo
texto.
Asimismo, la comprensión lectora está
ineludiblemente ligada al desarrollo de
habilidades escritas. Mientras los estudiantes
mejoran su comprensión de los textos, también
comienzan a imitar los estilos y estructuras de
escritura que observan. Esto es fundamental, ya
que la escritura efectiva requiere que uno
entienda claramente cómo se organizan y
expresan las ideas en el lenguaje escrito. Según
las pruebas del ICFES (2019), los estudiantes
que tienen un buen nivel de comprensión lectora
también tendrán éxito en sus tareas de escritura.
De esta manera, se demuestra la relación entre
ambas competencias.
De igual forma, no se puede olvidar que la
motivación del alumno es muy importante para
el desarrollo de la capacidad de comprensión
lectora. Como se mencionó previamente, un
ambiente de aprendizaje positivo y atractivo
puede aumentar la motivación intrínseca de los
estudiantes para leer. Como observaron
McBreen y Savage (2021), las correlaciones
entre la motivación lectora y el rendimiento son
claras: los alumnos que disfrutan de la lectura
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pueden aprender más. Esto sugiere que es
necesario fomentar el gusto por la lectura desde
edades tempranas, brindándoles a los
estudiantes oportunidades de elegir información
que les interese y sea relevante para ellos.
Se debe tener en cuenta que la comprensión
lectora es un proceso en constante desarrollo
que se extiende más allá del aula. Los
estudiantes necesitan apoyo en sus hogares y
comunidades para desarrollar un hábito
constante de lectura. Implicar a las familias en
la educación y cultivar la lectura en el hogar es
esencial para el éxito a largo plazo de los
estudiantes. Esto puede incluir la creación de
bibliotecas comunitarias, talleres de lectura y la
promoción de eventos que celebren el libro y la
literatura, creando una cultura que valore la
lectura en todas sus manifestaciones.
La integración de habilidades
socioemocionales en la lectoescritura
El aprendizaje socioemocional desempeña un
papel crucial en el desarrollo de las
competencias lectoras y escritoras. Los estudios
han demostrado que las habilidades
socioemocionales están estrechamente
relacionadas con el rendimiento académico
(Durlak et al., 2015). Cuanto más afectiva sea la
enseñanza, mayor será su eficacia. En
consecuencia, si se quiere tener éxito como
educadores, se debería hacer hincapié en el
desarrollo integral del estudiante, su autoestima
y habilidades interpersonales, en lugar de
limitarse a enseñar contenidos académicos.
Aquí, la motivación, la autoestima y la
capacidad de autorregulación son factores clave
que influyen en la disposición de los estudiantes
para aprender o enfrentar retos en el aula.
En el caso particular de los estudiantes de
grado, muchos de los cuales proceden de
entornos familiares y sociales de escasos
recursos, es de suma importancia que se formen
no solo en conocimientos técnicos, sino también
en habilidades que favorezcan su creatividad y
tolerancia a las diferencias. Esto incluye
disciplinas como la experiencia estética y la
literatura. Así, es fundamental preparar a los
estudiantes para enfrentar los retos futuros con
amplitud de perspectivas y manteniendo su
capacidad creativa plenamente desarrollada. Un
entorno positivo y de apoyo resulta más
favorable para el aprendizaje, mientras que un
ambiente hostil puede dificultar el desarrollo de
habilidades de lectoescritura. Por lo tanto, es
vital que los docentes implementen estrategias
que armonicen la educación emocional y social
con la enseñanza de la lectura y la escritura.
La implementación de programas que integren
la educación emocional en el aula puede
contribuir a mejorar la motivación de los
alumnos. Esto es especialmente relevante en la
educación primaria, donde los estudiantes están
teniendo sus primeras experiencias de
aprendizaje. Al recibir apoyo emocional, los
estudiantes ganan confianza en mismos, lo
que les permite participar de modo más activo
en el proceso de aprendizaje general y adquirir
una actitud positiva hacia el trabajo. La
autoestima juega un papel fundamental en este
proceso, ya que los estudiantes que se sienten
valorados y capacitados son más propensos a
desarrollar competencias lectoras y escritoras.
Por otro lado, el desarrollo de habilidades
socioemocionales les ayudará en la
autorregulación, que es esencial para el
aprendizaje autónomo. De acuerdo con De la
Mora (2003), estos estudiantes regulan su
capacidad de establecer metas de aprendizaje,
controlar su progreso y reflexionar sobre su
desempeño. Estas habilidades son esenciales en
la lectoescritura, ya que los estudiantes deben
ser capaces de administrar su tiempo y
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esfuerzos al leer y escribir, especialmente en los
trabajos que demandan concentración y
paciencia. Por lo tanto, fomentar la
autorregulación debe ser un objetivo prioritario
en la enseñanza de la lectura y escritura.
Las habilidades socioemocionales también se
traducen directamente en buenas relaciones con
los compañeros y los profesores. Un espíritu de
colaboración, donde los estudiantes puedan
plantear sus preguntas y compartir ideas,
contribuye a una enseñanza más interactiva.
Según Espinosa (1998), la interacción social en
el aula no solo proporciona oportunidades para
desarrollar habilidades comunicativas, sino que
también fortalece la comprensión lectora y
escritora. Actividades en grupo de lectura y
escritura pueden constituir una plataforma ideal
para practicar estas habilidades
socioemocionales.
Al fusionar las habilidades socioemocionales
con el aprendizaje de la lectoescritura, los
alumnos son más afectuosos. Al leer textos con
diferentes perspectivas y discutirlos, los
estudiantes pueden desarrollar empatía, lo cual
enriquece su comprensión y análisis de los
textos. En la formación de ciudadanos críticos y
responsables que reflexionan sobre sus acciones
y decisiones, la empatía es un aspecto
socioemocional crucial.
Es importante que los educadores sepan
detectar y abordar atentamente las necesidades
emocionales de sus alumnos. Esto implica que
los maestros deben poseer habilidades
socioemocionales básicas y adoptar enfoques
que hagan hincapié en el bienestar interno de los
estudiantes. Según Cassany (2004), es
fundamental que los docentes creen espacios
seguros para que los estudiantes tengan libertad
de expresar lo que sienten y explorar su mundo
emocional, dado que esto puede impactar
significativamente en su capacidad de
aprendizaje.
La inclusión de actividades que fomenten la
inteligencia emocional en el aula podría ser una
estrategia eficaz para desarrollar estas
habilidades. Juegos de roles, conversaciones en
grupo y debates temáticos sobre emociones y
relaciones interpersonales ayudan a mejorar las
capacidades socioemocionales. Estas
actividades no solo ayudan a los estudiantes a
aprender sobre sí mismos y los demás, sino que
también generan un sentido de pertenencia y
comunidad en el aula.
La formación de comunidades de aprendizaje
que prioricen el apoyo mutuo y la colaboración
puede mejorar el rendimiento académico.
Proyectos de lectura y escritura en familia
permiten a los estudiantes aprovechar las
fortalezas y habilidades de sus compañeros,
enriqueciendo su aprendizaje y creando un
ambiente de colaboración. El enfoque
participativo, en el que se basan algunos
modelos como el de Durlak et al. (2015),
destaca la importancia del aprendizaje
socioemocional en la educación para avanzar
con los jóvenes.
Por tanto, es esencial que las políticas
educativas reconozcan y fomenten la
integración de habilidades socioemocionales en
la enseñanza de la lectura y la escritura. De esto
se desprende que no solo se incorporarán estos
aspectos al plan de estudios, sino que también
se ofrecerán recursos y formación al
profesorado. Una intervención institucional que
fortalezca el aprendizaje socioemocional tiene
la capacidad de transformar la educación y
mejorar el desempeño académico de los
estudiantes.
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Metodologías activas y su impacto en el
aprendizaje de la Lectura y Escritura
Debido a la posibilidad de cambiar el proceso
de enseñanza-aprendizaje, las metodologías
activas se han convertido en algo importante en
el campo de la educación, especialmente en
relación con la enseñanza de la lectura y el uso
de la escritura para expresar ideas. Estas
metodologías se centran en el papel protagónico
del estudiante, fomentando su sentido de
participación, compromiso y motivación en el
aprendizaje. Según Durlak et al. (2015), la
participación de los estudiantes no solo mejora
su rendimiento académico, sino que también
promueve el desarrollo de sus habilidades
sociales y emocionales. Esto es igualmente
importante en el aprendizaje. Por esa razón, la
introducción de dichas metodologías puede ser
una solución eficaz para abordar las dificultades
de los estudiantes con respecto a la lectura y la
escritura.
Una dimensión clave de estas metodologías
tiene que ver con la promoción de
conocimientos significativos para los
estudiantes. Este enfoque no solo implica la
recepción de datos memorizados, sino que
también establece conexiones entre lo que están
aprendiendo y sus experiencias pasadas.
Aunque considerado de otro modo por Espinosa
(1998), esta forma de aprender es fundamental
para poder comprender un texto a fondo y, al
mismo tiempo, mejorar nuestras perspectivas.
De esta manera, cuando se emplean estrategias
que invitan a los estudiantes a relacionar sus
experiencias con la materia del curso, les resulta
más fácil involucrarse en el proceso de
aprendizaje.
Un aspecto destacado de las metodologías
activas es la interacción que promueven entre
los estudiantes. En el trabajo en grupo, el
alumno puede expresar sus opiniones,
contrastar interpretaciones y así mejorar su
comprensión a través del diálogo. Como señala
Cassany (2004a), tanto la lectura como la
escritura merecen la categoría de procesos
sociales, que ganan en calidad gracias a la
interacción entre las personas. Es por eso que
las actividades que promueven el trabajo en
equipo no solo mejoran la lectoescritura, sino
también las habilidades interpersonales
necesarias para desenvolverse en la sociedad.
Otra ventaja de los métodos activos es la
posibilidad de personalizar el aprendizaje. Los
alumnos pueden escoger temas de su interés y
formatos que les resulten significativos,
aumentando así tanto su motivación como su
compromiso. Esta personalización es
importante dentro del ámbito de la
lectoescritura, ya que el grado de interés en un
texto influye en si el alumno se siente atraído a
leerlo. Al proveer opciones y permitir que los
estudiantes tomen decisiones sobre su propio
aprendizaje, se fomenta un sentido de
autonomía que influye directamente en su éxito
académico.
Además, la incorporación de tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) en estos
métodos activos de enseñanza puede enriquecer
el proceso de aprendizaje. Las TIC
proporcionan herramientas novedosas que
permiten a los estudiantes interactuar con textos
de maneras creativas y variadas. Por ejemplo,
mediante el uso de plataformas digitales para la
escritura colaborativa o la producción de
proyectos multimedia, aprender a leer o escribir
se vuelve más dinámico y atractivo. Según la
investigación de Guerrero et al. (2013), cuando
las TIC intermedian en la enseñanza de la
lectoescritura, se pueden obtener recursos de
calidad y variedad de fuentes que antes era
imposible encontrar en un solo lugar. Además,
con ellas se facilita enormemente el acceso a la
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comunicación con otras personas. Otra de sus
ventajas es que permite a los estudiantes
introducirse en la corriente principal de
pensamiento mundial por medio de la sociedad
de la información.
Con la metodología activa, los estudiantes
pueden aprender a través de la experiencia,
realizar proyectos que requieren leer diversos
tipos de textos e incluso escribir diferentes
géneros literarios. Esto les da la oportunidad de
poner en práctica lo que han estudiado en
situaciones reales. Este enfoque aplicado es
esencial para que las habilidades adquiridas no
se pierdan: el aprendizaje se hace más
contextualizado y pertinente. De acuerdo con
Mendoza (2018), la metodología activa amplía
el espacio para que los estudiantes puedan
aplicar efectivamente sus conocimientos, lo
cual, al traer consigo una mayor comprensión y
habilidad de acción, fortalecerá todos estos
aspectos en ellos.
Es necesario que los maestros estén lo
suficientemente preparados y cualificados para
implementar estas metodologías de manera
correcta. La formación de los docentes para
crear un espacio de aprendizaje activo y
participativo es esencial para el éxito de estas
metodologías. Con la formación continua, los
docentes pueden mejorar sus habilidades de
diseño y presentar actividades que fomenten la
curiosidad, el pensamiento crítico y la
creatividad en sus alumnos.
Las metodologías activas influyen en el
aprendizaje de la lectura y la escritura no solo a
través del rendimiento académico, sino también
en la percepción que los alumnos tienen de sus
propias capacidades. Al comprometerse con su
aprendizaje, los estudiantes tienden a valorar la
lectura y la escritura, lo cual puede ser crucial
para formar un hábito de lectura permanente,
con beneficios significativos para la cultura y la
salud personal. Como menciona Solé (1987),
una cultura de la lectura debería fomentarse
desde el aprendizaje cotidiano de los
estudiantes.
El uso de metodologías activas puede reducir la
ansiedad y el miedo que algunos estudiantes
asocian con la lectura. Se crea un ambiente en
el que se valora la participación y se celebra el
error como parte del proceso de aprendizaje, lo
que ayuda a disminuir las barreras emocionales
que limitan el rendimiento en estas áreas. La
incorporación de actividades lúdicas y creativas
facilita la expresión de los estudiantes,
promoviendo un aprendizaje más efectivo.
Es fundamental reconsiderar la evaluación en
un contexto de metodologías activas. Además
de las evaluaciones sumativas, se deben incluir
evaluaciones formativas que reflejen el proceso
de aprendizaje y no solo los resultados finales.
Esto permite a los docentes identificar áreas de
mejora y proporcionar retroalimentación
continua a los estudiantes. Según datos del
ICFES (2019), la evaluación debe ser un
proceso integral, en el que se midan tanto
conocimientos como habilidades.
Es esencial que las escuelas respalden a los
docentes en la adopción de métodos activos, lo
cual incluye la provisión de recursos adecuados,
la formación continua del profesorado y la
promoción de una cultura educativa que valore
la innovación y la participación. Al hacerlo, se
crea un ambiente favorable para el aprendizaje
de la lectura y la escritura, lo cual puede tener
efectos duraderos en el éxito académico de los
alumnos. En conjunto, las metodologías activas
no solo transforman la enseñanza de la lectura y
la escritura, sino que también forman
integralmente a los alumnos, preparándolos
para los desafíos del futuro.
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Conclusiones
En el entorno actual, la enseñanza del lenguaje
requiere una perspectiva completa, un enfoque
que abarque tanto la tecnología práctica como
los aspectos emocionales y sociales del
aprendizaje. Este artículo también sugiere una
importante conclusión: cuando se piensa en el
desarrollo de los alumnos, debemos adoptar una
mirada holística hacia su fisiología y su mente.
Sus contextos y experiencias personales
condicionan cómo serán percibidos en su
desarrollo.
Como se observa en primer lugar, la
comprensión lectora no se puede considerar de
forma aislada como algo único, sino que debe
formar parte de un proceso que vincule las
experiencias previas del alumnado con
conocimientos nuevos. Esto significa que los
docentes deben lograr que los estudiantes se
acerquen al texto desde otra perspectiva, que
piensen alrededor de él y con él. Esto supone
que el texto y el lector están conectados en
mayor profundidad. El resultado de este
enfoque es que los alumnos no solo descifran
palabras, sino que también generan significados
que les resulten verdaderamente relacionados y
propios.
El aprendizaje socioemocional surge como un
componente crucial para el éxito en la
enseñanza de la lectura y la escritura. Entrenar
habilidades tales como la motivación, la
confianza en mismo y el autocontrol puede
modificar la forma en que los alumnos abordan
el aprendizaje. Cuando se crea un ambiente
seguro y propicio para ellos, se les da la
oportunidad de vivir su proceso de aprendizaje
con autonomía. Gracias a esto, su rendimiento
académico va directamente en consonancia con
su felicidad escolar.
Al centrarse en la participación del estudiante,
las metodologías activas son fundamentales
para desarrollar tanto las habilidades lectoras
como las de escritura. Estas estrategias no solo
promueven una mayor felicidad, sino que
también fomentan un espíritu de compañerismo
en el aula. La colaboración entre los alumnos
enriquece la enseñanza y les permite aprender
unos de otros, algo vital para el desarrollo de
habilidades interpersonales, más allá de lo
puramente académico, asumiendo cada uno la
responsabilidad de sí mismo.
Personalizar el aprendizaje es otro aspecto
importante del enfoque constructivista, ya que
permite a los estudiantes profundizar más en sus
procesos de lectura y escritura. De este modo,
los estudiantes eligen lo que les interesa o les
conviene. También determinan el formato o el
contenido, por lo que estarán mucho más
motivados y desarrollarán un sentido de
autonomía indispensable para futuros estudios.
Esta capacidad de elegir no solo actúa como un
estímulo interesante, sino que también ayuda al
estudiante a sentir que su aprendizaje es de su
propia responsabilidad.
La inclusión de las tecnologías en métodos
activos de enseñanza también ha demostrado
ser un factor determinante en la enseñanza de la
lectoescritura. Las herramientas digitales
permiten a los alumnos interactuar con los
textos de modos creativos y diversos, lo que
hace del proceso de aprendizaje una actividad
aún más rica y atractiva. El uso de la tecnología
puede abrir nuevas vías para la lectura y la
escritura, brindando a los alumnos acceso a
recursos que enriquecen su experiencia de
aprendizaje.
Desarrollar un entorno de enseñanza que valore
la creatividad y la innovación es esencial para
eliminar las barreras que pueden paralizar a los
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estudiantes. Al crear un ambiente donde el error
se considere parte del proceso de aprendizaje, se
alivia la ansiedad que muchos sienten respecto
a la lectura y la escritura. Esta forma de hacer
las cosas permite a los alumnos experimentar en
libertad, sin temor al fracaso, lo cual es crítico
para que adopten una mentalidad positiva hacia
el aprendizaje.
Es necesario que los docentes reciban
formación para estas estrategias efectivas, dado
que los educadores deben contar con el
entrenamiento adecuado para integrar
habilidades socioemocionales y estrategias
activas de enseñanza en su praxis cotidiana.
Cuando los maestros están debidamente
capacitados, pueden establecer un ambiente de
apoyo para la lectura y la escritura que impulse
el éxito académico futuro en manos de los
estudiantes.
Es vital que los centros escolares respalden la
integración de estas metodologías en el aula.
Debe prestarse especial atención a la asignación
de recursos, la mejora de los programas de
formación continua para docentes y el fomento
de una cultura que valore la innovación. Al
combinar la comprensión lectora, las
habilidades socioemocionales y las
"metodologías activas," se puede ayudar a los
estudiantes a convertirse en personas con
mayores competencias críticas y
comprometidas. Esto no solo mejorará la
calidad de sus vidas individuales, sino que
también beneficiará a nuestra sociedad en
general.
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