Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 5 No. 4
Abril del 2024
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RETOS PARA EL DOCENTE EN LA ATENCIÓN Y ENSEÑANZA DE ESTUDIANTES CON
CONDUCTAS DISRUPTIVAS.
CHALLENGES FOR TEACHERS IN CARING FOR AND TEACHING STUDENTS WITH
DISRUPTIVE BEHAVIORS.
Autores: ¹Marianela Vanessa Tenempaguay Reyes y ²Danny Fernando Pérez Castillo.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6870-3485
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-4418-0050
¹E-mail de contacto: marianela.tenempaguayreyes8502@upse.edu.ec
²E-mail de contacto: dperez@ueb.edu.ec
Afiliación: ¹*Universidad Estatal Península de Santa Elena ²*Universidad Estatal de Bolívar (Ecuador).
Articulo recibido:21 de Marzo del 2024
Articulo revisado:27 de Marzo del 2024
Articulo aprobado:26 de Abril del 2024
¹Tecnóloga en Programación de Sistemas, graduada en la Escuela Superior Politécnica del Litoral de Guayaquil (Ecuador). Posee una
Licenciatura en Educación Básica graduada de la Universidad Metropolitana de Guayaquil (Ecuador).
²Psicólogo Educativo, graduado en la Universidad Nacional de Chimborazo (Ecuador). Posee una maestría en Atención e Inclusión a la
Diversidad en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil (Ecuador). Maestría en Neuropsicología en la Universidad Estatal
de Milagro (Ecuador).
Resumen
Los docentes enfrentan varios desafíos al
trabajar con estudiantes con conductas
disruptivas, que van desde mantener el orden
en el aula hasta adaptar su enfoque de
enseñanza y brindar apoyo emocional; superar
estos retos requiere habilidades, recursos y una
perspectiva colaborativa que priorice el
bienestar y el éxito de todos los estudiantes. Por
lo cual, se desarrolla el siguiente trabajo con el
objetivo de explorar los retos para el docente de
la Unidad Educativa Teodoro Wolf en la
atención y enseñanza de estudiantes con
conductas disruptivas. Para tales efectos, se
desarrolló una investigación mixta con la
aplicación de entrevistas a docentes y encuestas
a estudiantes como instrumentos de
recolección de la información. Entre los
principales resultados, se detalla la presencia de
conductas disruptivas entre estudiantes de la
Unidad Educativa estudiada que van
mayoritariamente desde tendencias impulsivas
a conductas más agresivas o poco cooperativas;
las cuales podría estar causadas, por la
influencia de los compañeros y la presencia de
situaciones de maltrato en el hogar. Como
conclusión, es necesario adoptar estrategias
para crear un entorno educativo inclusivo y
solidario donde todos los estudiantes puedan
alcanzar su máximo potencial.
Palabras clave: Conductas, Bienestar,
Estrategias.
Abstract
Teachers face several challenges when
working with students with disruptive
behaviors, ranging from maintaining order in
the classroom to adapting their teaching
approach and providing emotional support;
Overcoming these challenges requires skills,
resources, and a collaborative perspective that
prioritizes the well-being and success of all
students. Therefore, the following work is
developed with the objective of exploring the
challenges for the teacher of the Teodoro Wolf
Educational Unit in the care and teaching of
students with disruptive behaviors. For these
purposes, a mixed investigation was developed
with the application of interviews with teachers
and surveys with students as instruments for
collecting information. Among the main
results, the presence of disruptive behaviors
among students of the Educational Unit studied
is detailed, ranging mostly from impulsive
tendencies to more aggressive or uncooperative
behaviors; which could be caused by the
influence of peers and the presence of abusive
situations at home. In conclusion, it is
necessary to adopt strategies to create an
inclusive and supportive educational
environment where all students can reach their
full potential.
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Keywords: Behaviors, Well-being,
Strategies.
Sumário
Os professores enfrentam vários desafios
quando trabalham com alunos com
comportamentos perturbadores, que vão desde
manter a ordem na sala de aula até adaptar a sua
abordagem de ensino e fornecer apoio
emocional; Superar esses desafios requer
habilidades, recursos e uma perspectiva
colaborativa que priorize o bem-estar e o
sucesso de todos os alunos. Portanto, o seguinte
trabalho é desenvolvido com o objetivo de
explorar os desafios do professor da Unidade
Educacional Teodoro Wolf no atendimento e
ensino de alunos com comportamentos
disruptivos. Para o efeito, desenvolveu-se uma
investigação mista com a aplicação de
entrevistas a professores e inquéritos a alunos
como instrumentos de recolha de informação.
Entre os principais resultados, detalha-se a
presença de comportamentos disruptivos entre
os alunos da Unidade Educacional estudada,
variando principalmente desde tendências
impulsivas até comportamentos mais agressivos
ou pouco cooperativos; o que pode ser causado
pela influência dos pares e pela presença de
situações abusivas em casa. Concluindo, é
necessário adotar estratégias para criar um
ambiente educacional inclusivo e de apoio onde
todos os alunos possam atingir o seu pleno
potencial.
Palavras-chave: Comportamentos, Bem-
estar, Estratégias.
Introducción
La situación educativa en todo el mundo es
ahora más inclusiva, participativa y diversa en
comparación con años anteriores; no obstante, y
de acuerdo con Alonso et al. (2020) tanto en
América Latina como en Ecuador, a pesar de los
avances conseguidos, el desafío de
proporcionar respuestas adecuadas a la
diversidad de situaciones que enfrentan las
instituciones educativas y niveles de enseñanza
sigue siendo un reto significativo.
A lo largo de la historia, ha surgido la necesidad
de desarrollar estrategias y opciones educativas
que fomenten una inclusión real y atiendan a la
diversidad, esta inclusión debe basarse en una
perspectiva más amplia y sensible; no obstante,
a pesar de los numerosos esfuerzos realizados,
todavía no se ha logrado alcanzar los niveles de
calidad deseados en lo que respecta a la
inclusión.
En este contexto, es relevante resaltar que uno
de los problemas más inquietantes en la
actualidad en el ámbito de la educación en
Ecuador está directamente vinculado a los
elevados niveles de estudiantes que exhiben
comportamientos disruptivos, entendidos como
comportamientos que perturban el orden y la
disciplina en el entorno escolar, afectando el
bienestar educativo de los estudiantes (Haro et
al., 2023); muchos de estos comportamientos
tienen su origen en el entorno familiar y se ven
agravados por la falta de estrategias efectivas de
intervención educativa y social.
Por otra parte, para Flores (2023) los
comportamientos disruptivos en niños,
adolescentes y jóvenes, que pueden variar desde
interrupciones en clases hasta agresiones físicas
o verbales, influyen en los procesos de
enseñanza-aprendizaje y en todo lo relacionado
con la formación, la inclusión educativa y
social; los cuales son motivo de preocupación y
representan un desafío significativo para los
docentes. Por lo cual, los educadores requieren
adquirir competencias adecuadas para abordar
la diversidad de estudiantes y, al mismo tiempo,
ofrecer respuestas efectivas a los casos con
conductas disruptivas a través de un enfoque
multidisciplinario y sistémico.
Dentro del entorno educativo, la gestión de las
conductas disruptivas a menudo no recibe la
debida atención por parte de los docentes.
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Según lo señalado por Saco et al. (2022) existe
la creencia de que estos problemas conductuales
deberían ser exclusivamente tratados por un
psicólogo, lo que puede plantear un desafío para
los educadores; sin embargo, es fundamental
que los docentes estén capacitados para
prevenir, abordar y modificar estas conductas
desde las primeras etapas del desarrollo de los
niños, antes de que se conviertan en trastornos
de conducta más graves y difíciles de manejar.
Por lo tanto, esto conlleva a la implementación
de procesos de intervención más sistemáticos y
planificados, que involucran no solo al entorno
educativo, sino también a la familia y el entorno
social en el que el menor se desenvuelve
(Figueroa et al., 2020). En este sentido, es
esencial que los docentes adquieran un conjunto
amplio de competencias que les permitan
afrontar con responsabilidad los desafíos
relacionados con el comportamiento de los
estudiantes en el ámbito educativo.
En las instituciones educativas de todo el
Ecuador, incluyendo a la Unidad Educativa
Teodoro Wolf de la Provincia de Santa Elena,
se evidencia la presencia de casos de estudiantes
que de manera recurrente muestran conductas
disruptivas, como agresiones hacia sus
compañeros, actitudes inapropiadas hacia los
profesores y otros estudiantes, interrupciones
durante las clases, desobediencia a las normas,
falta de cumplimiento de tareas escolares, entre
otros comportamientos. A raíz de esto, los
estudiantes se ven expuestos a comentarios
negativos y, lo que es aún más perjudicial, a
situaciones de exclusión tanto por parte de los
docentes como de sus compañeros.
En estas situaciones, no siempre el cuerpo
docente posee las herramientas y competencias
pedagógicas y didácticas necesarias para
abordar eficazmente las necesidades educativas
de estos casos. Esto genera graves problemas
tanto para los estudiantes en cuestión como para
los docentes y sus familias. La situación se
agrava porque los docentes pueden carecer de
formación profesional específica que les oriente
sobre cómo abordar conductas disruptivas en su
rol de educadores. Por este motivo, se lleva a
cabo este estudio con el propósito de explorar
los desafíos que enfrenta el docente al atender y
enseñar a estudiantes con comportamientos
disruptivos. Para tales efectos, se establece el
siguiente objetivo general.
Explorar los retos para el docente de la Unidad
Educativa Teodoro Wolf en la atención y
enseñanza de estudiantes con conductas
disruptivas.
De la misma forma, se detallan los objetivos
específicos que permitirán desarrollar el trabajo
investigativo.
Identificar las causas que generan
conductas disruptivas en los estudiantes de
la Unidad Educativa Teodoro Wolf.
Develar la incidencia de las conductas
disruptivas en el quehacer educativo del
docente de la Unidad Educativa Teodoro
Wolf.
Proponer estrategias para abordar los retos
identificados en la atención y enseñanza de
estudiantes con conductas disruptivas.
Marco Teórico
Antecedentes investigativos
A continuación, se presentan los estudios
previos que fundamentan la temática de estudio
y que permiten direccionar la presente
investigación. Los resultados de estos estudios
permiten establecer antecedentes sobre la
importante de la temática de estudio, así como,
establecer la evidencia teórica para poder
abordar de forma eficiente los retos de los
docentes en la atención y enseñanza con
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conductas disruptivas y su incidencia dentro del
ambiente escolar.
Alonso et al. (2020) pudo detectar en su
investigación, limitaciones significativas en los
docentes que trabajan con estudiantes de octavo
grado de Educación General Básica que
presentan conductas disruptivas, lo que dificulta
su adecuada atención. Además, este
planteamiento implica un desafío constante para
el docente, el entorno familiar y educativo, lo
que subraya la importancia de estar
debidamente preparados.
Por otra parte, Andrade (2021) pudo detectar
conductas disruptivas, entre las que se incluyen
insultos hacia sus compañeros, agresiones
físicas, desobediencia al docente,
comportamiento desafiante, falta de atención en
clase y otras actitudes inapropiadas, esta
problemática se manifiesta de manera notoria
en el cuarto año básico y tiene un impacto
negativo en el rendimiento académico de los
estudiantes. Como solución, se propone la
implementación de talleres pedagógicos como
parte del desarrollo profesional docente, con el
objetivo de capacitar a los docentes en la
atención de estudiantes con conductas
disruptivas y brindar orientación para mejorar
su enfoque inclusivo al tratar a todos los
estudiantes con este tipo de comportamiento.
Carrera et al. (2023) pudieron identificar que la
mayoría de los docentes no consideran que sea
su responsabilidad modificar el
comportamiento disruptivo en el aula y no se
sienten preparados para abordar este desafío,
estos informaron de una carencia de
conocimientos sobre métodos psicoeducativos
y experimentaron sentimientos de
desesperación y abrumación cuando se
enfrentaban a conductas disruptivas. Además,
una observación en el aula reveló que muchos
docentes perdían cilmente el control en tales
situaciones y mostraban desinterés hacia los
estudiantes.
Asimismo, Godoy (2023) presentó un trabajo
cuyo objetivo principal fue investigar las
experiencias de los docentes al enseñar a niños
y niñas que presentan dificultades académicas
relacionadas con comportamientos disruptivos.
Los resultados destacaron la limitada
comprensión que tienen los docentes sobre las
conductas disruptivas y cómo abordarlas,
además de poner de manifiesto los sentimientos
que experimentan en relación con este tema.
Bases teóricas
De la misma forma, se presentan las bases
teóricas que apoyan y fortalecen la presente
investigación, otorgando un marco conceptual
para desarrollar el trabajo.
Según Haro et al. (2023) la disrupción es un
término que proviene del inglés "Disruptive" y
se emplea para referirse a algo que causa una
ruptura abrupta. En este contexto, la conducta
disruptiva se refiere a cualquier
comportamiento que perturba el orden y la
disciplina en el entorno escolar, afectando el
bienestar educativo de los estudiantes.
Para Remolina (2022) los comportamientos
disruptivos son acciones persistentes llevadas a
cabo por estudiantes con el propósito de
obstaculizar la labor del docente y de sus
compañeros, lo que resulta en un ambiente
negativo en el aula y en una limitante para los
docentes al momento de emplear métodos de
enseñanza estimulantes que fomenten un
aprendizaje significativo y motivador para los
estudiantes; las manifestaciones más comunes
de la conducta disruptiva incluyen la
desobediencia, las interrupciones, la
impuntualidad, el ruido excesivo, el
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incumplimiento de reglas, desequilibrios
emocionales y problemas de comportamiento.
Por consiguiente, estas conductas conllevan a
desequilibrios y confrontaciones tanto en el
entorno escolar como en la sociedad en general.
Estas manifestaciones se originan a raíz de
factores tanto internos como externos que
desencadenan distintos trastornos del
comportamiento. Esto plantea un desafío
constante tanto para los docentes como para los
padres de familia, así como para todo el entorno
que rodea al estudiante Figueroa et al (2020).
Es común encontrar jóvenes que enfrentan
dificultades para integrarse en los centros
educativos, lo que se traduce en procesos de
inadaptación que se manifiestan a través de
comportamientos disruptivos. En general, las
conductas disruptivas de los estudiantes
impactan negativamente en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, esto subraya la
necesidad de establecer una conexión entre las
conductas disruptivas, el fracaso académico y
las estrategias de intervención destinadas a
fortalecer la capacidad de resiliencia de los
estudiantes y promover un aprendizaje
significativo en todos los niveles educativos
(Vergara y Jama, 2022).
Para Macias y Alarcón (2021) una
preocupación significativa en relación con la
forma en que se abordan y educan a los
estudiantes con conductas disruptivas es que, en
muchas ocasiones, en el entorno escolar,
además de no contar con todas las herramientas
y habilidades necesarias para atenderlos, estos
estudiantes experimentan las consecuencias de
sus comportamientos desajustados. Como
resultado, suelen ser excluidos tanto por sus
compañeros como por parte de los docentes, lo
que tiene un impacto negativo en sus
oportunidades de aprendizaje y su capacidad de
integrarse en la vida académica y social.
En este contexto, es relevante señalar que tanto
el desempeño de los docentes como las
competencias necesarias se encuentran
establecidas en las regulaciones educativas; esto
incluye la planificación, la gestión del tiempo y
la utilización de estrategias diversas, todos
elementos de gran importancia, no obstante,
estos aspectos pueden verse afectados por la
presencia de conductas disruptivas en el aula, lo
que resulta en niveles significativos de estrés
para los docentes y una disminución en la
eficiencia de su labor (Andrade, 2021).
Es importante agregar a estas reflexiones que
cualquier proceso de intervención debe ser
concebido de manera multidisciplinaria y
requerir la responsabilidad compartida de todos
los involucrados, incluyendo a las familias, que
desempeñan un papel crucial en el manejo de
las conductas disruptivas de sus hijos (Herrera
y Sarmiento, 2023). En consonancia con esto, es
esencial que la escuela y todo el sistema
educativo estén debidamente preparados y
cuenten con las competencias y condiciones
necesarias para no solo detectar las conductas
disruptivas, sino también para abordarlas
adecuadamente a través de procesos de
orientación e intervención.
De acuerdo con lo mencionado, los docentes
enfrentan la necesidad de desarrollar
habilidades, actitudes y valores complejos que
deben formar parte integral de la educación de
cualquier docente, con el fin de estimular
procesos de aprendizaje significativos y
promover el desarrollo de competencias
adecuadas en los estudiantes.
Estas competencias van más allá de
simplemente utilizar técnicas, estrategias y
metodologías que los docentes aplican en el
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aula, en realidad, abarcan una profunda
comprensión de un conjunto de valores,
creencias y enfoques que se consideran una
práctica educativa social. Esta práctica es
intrincada, incierta, impredecible, dinámica y
altamente contextualizada, además, está
condicionada por factores de índole política,
económica y cultural, así como por la formación
previa, la experiencia, las expectativas y la
motivación de los docentes (Godoy, 2023).
Para Torres (2020) el desarrollo de
competencias docentes implica abordar con
responsabilidad los desafíos que plantea la
conducta de los estudiantes, esto requiere
habilidades y destrezas específicas inherentes a
la profesión docente. Los docentes deben
mostrar prudencia y paciencia al enfrentar y
modificar las necesidades de sus estudiantes, y
aplicar estas habilidades en el entorno del aula
para gestionar eficazmente las conductas
disruptivas que puedan surgir.
Marco Metodológico
Diseño de investigación
El diseño de investigación corresponde a uno de
tipo no experimental transversal; para Hurtado
(2010) este tipo de investigación se basa en la
observación y la recopilación de datos en su
forma natural durante un momento en
específico del estudio, por lo que se utiliza para
describir, explicar o analizar fenómenos tal
como se presentan en su entorno natural, sin la
intervención deliberada del investigador. En
este sentido, el presente estudio desarrolla una
investigación donde no se manipulan variables
y solo se identifican desde la perspectiva
docente sus retos en la atención de estudiantes
con conductas disruptivas.
Enfoque de investigación
Abarcando el marco metodológico, la
investigación es desarrollada desde el enfoque
mixto; según Hernández (2014) en la
investigación mixta, los investigadores pueden
recopilar y analizar datos cuantitativos (por
ejemplo, encuestas, análisis estadísticos) y
cualitativos (por ejemplo, entrevistas,
observaciones) en la misma investigación. Esto
permite una triangulación de datos, es decir, la
capacidad de validar los hallazgos al comparar
y contrastar los resultados obtenidos de
diferentes métodos.
Por una parte, la investigación cualitativa busca
obtener una comprensión profunda del tema de
estudio, explorando las experiencias y
perspectivas de los docentes para comprender
los matices y las complejidades del tema. Por
otra parte, la investigación cuantitativa del
estudio permitió tener una visión más amplia y
objetiva de la problemática a través de la
cuantificación de la incidencia de las conductas
disruptivas.
Tipo de investigación
La investigación pertenece al nivel descriptivo
y exploratorio. De acuerdo a Hurtado (2010) la
investigación descriptiva es un tipo de
investigación que se utiliza para examinar un
tema o problema de manera preliminar, con el
objetivo de comprender y describir mejor sus
dimensiones e identificar posibles variables
relevantes. Mientras que la investigación
exploratoria permite explorar un tema para
aclarar la naturaleza exacta del problema a
resolver. Por lo cual, a través de estos enfoques
se pueden identificar y explorar los diferentes
retos que enfrentan los docentes en relación con
las conductas disruptivas, así como las posibles
causas subyacentes.
Población
De acuerdo con las particularidades de este
estudio, la población objeto de investigación
está conformada por 9 docentes de la Unidad
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Educativa Teodoro Wolf, los cuales cumplen
con los siguientes criterios: ser docente de la
Unidad Educativa referenciada, haber enseñado
a estudiantes con conductas disruptivas en el
último año lectivo, pertenecer a la jornada
vespertina y ser referentes por sus metodologías
de enseñanza dentro de la institución.
De la misma forma, el estudio incluye a los
estudiantes con conductas disruptivas de la
Unidad Educativa Teodoro Wolf, su población
corresponde a 14 estudiantes, los cuales
cumplen los siguientes criterios: ser
considerados como estudiantes con conductas
disruptivas y estar dispuestos a participar en el
estudio.
Tipo de muestreo
El tipo de muestro para el desarrollo del estudio
es de tipo censal, según Hernández (2014) es
una técnica donde el investigador considera a
todas las unidades de investigación como
muestra. De allí, que la población a estudiar se
precise como censal por ser simultáneamente
universo, población y muestra. Por lo cual, para
el presente estudio se considera a la totalidad de
la población.
Técnicas e instrumentos de recolección de la
información
Para la recolección de los datos se utiliza como
técnica cualitativa la entrevista
semiestructurada. Hernández (2014) manifiesta
que es un método de recopilación de datos que
combina elementos de preguntas predefinidas y
una interacción más abierta entre el
entrevistador y el entrevistado. En este tipo de
entrevista, el investigador tiene un conjunto de
preguntas o temas previamente definidos que
desea abordar, pero también permite
flexibilidad para explorar temas adicionales que
puedan surgir durante la conversación.
Por tales efectos, el estudio incluye como
instrumento de recolección de la información
una guía de entrevista semiestructurada dirigido
a los docentes, y fue diseñado para abordar los
retos de los docentes en la atención y enseñanza
de estudiantes con conductas disruptivas. La
aplicación de la entrevista es aplicada de forma
virtual en un tiempo aproximado de 20 minutos.
Por otra parte, se aplica una encuesta a los
estudiantes seleccionados, para identificar la
incidencia y causas de las conductas disruptivas
en los estudiantes; la encuesta es aplicada
mediante Google Forms con una duración
estimada de 5 minutos.
Procesamiento y análisis de datos
Una vez recabados los datos, se procede a
analizar y organizar la información almacenada
en los dispositivos electrónicos utilizados para
grabar las entrevistas, posterior a aquello se
transcriben y codifican las respuestas para
proceder a su triangulación e identificar los
aspectos relevantes y concordantes. Para la
representación de la codificación de las
respuestas se utiliza el software ATLAS.ti, este
permitió el análisis de datos cualitativos de la
entrevista, desde la codificación hasta su
análisis multimedia completo.
Por otra parte, los datos de la encuesta son
analizados desde el gestor de resultados de
Google Forms, y a través del cual, se detallan
los porcentajes de las respuestas que son
representadas en el presente estudio mediante
tablas y gráficos estadísticos.
Resultados y discusión
Resultados y discusiones de la encuesta
Dentro de la Unidad Educativa estudiada, se
puede evidenciar que más de la mitad de los
estudiantes con conductas disruptivas o bien no
cumple con las normas de conducta sugeridas,
o lo hace parcialmente; aquello refleja un
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agravante para la atención y corrección de las
conductas de dichos estudiantes. Por otra parte,
la investigación ha develado que para poco más
de la mitad de los estudiantes encuestados, en la
Unidad Educativa o no se imponen normas
disciplinarias antes un acto disruptivo, o lo
hacen pocas veces.
Este análisis revela un panorama preocupante
en cuanto al cumplimiento de normas y la
corrección de conductas disruptivas, la falta de
aplicación consistente de normas disciplinarias
puede crear un entorno donde estas conductas
persistan y hasta se perpetúen. Para Martínez y
Valiente (2020) acciones disruptivas se
distinguen por generar baja autocrítica, falta de
confianza en uno mismo, dificultad para seguir
las normas y carencia de habilidades para hacer
frente a las situaciones. Asimismo, Macias y
Alarcón (2021) detallan que los estudiantes con
dificultades de comportamiento generalmente
no cumplen con las reglas de conducta
establecidas en el aula.
El análisis de las conductas disruptivos entre
estudiantes revela una diversidad de tipos,
destacando una mayoría que muestra tendencias
impulsivas y pasivas; sin embargo, también se
observa un grupo minoritario con conductas
más agresivas o poco cooperativas. Esta
variedad subraya la importancia de abordar las
necesidades individuales de los estudiantes para
promover un ambiente de aprendizaje inclusivo
y constructivo.
Los autores Martínez y Valiente (2020) afirman
que se debe considerar la personalidad de los
estudiantes, la cual abarca un conjunto de
rasgos psicológicos y físicos que los distinguen
individualmente, estos rasgos pueden
manifestarse en alumnos malhumorados, que
desafían las normas establecidas; en alumnos
tímidos, que pueden parecer reservados, pero
suelen comportarse correctamente en compañía
de otros; y en alumnos egocéntricos, que
consideran que sus pensamientos tienen más
valor que los de los demás y que son los únicos
dueños de sus ideas.
Este análisis destaca los comportamientos
predominantes entre los estudiantes con
conductas disruptivas, que van desde la
distracción y la falta de atención hasta acciones
más graves como interrumpir clases o salirse del
salón; sin embargo, es preocupante observar
también acciones como burlarse de otros,
mostrar actitudes amenazantes y faltar al
respeto al profesor, ya que, estas conductas
pueden tener un impacto significativo en el
clima escolar y en el bienestar de todos los
involucrados. Por lo cual, es crucial abordar esta
problemática de manera proactiva y
proporcionar el apoyo necesario para promover
una cultura de respeto y colaboración en el
entorno educativo. Aquello concuerda con lo
expuesto por Andrade (2021) en el que pudo
detectar conductas disruptivas, entre las que se
incluyen insultar a los compañeros, mostrar
agresividad física, desobedecer al docente,
exhibir actitudes desafiantes, no prestar
atención en clase y otras conductas
inapropiadas; asimismo, Orellana et al. (2022)
determinó que los comportamientos
perturbadores predominantes son los que
implican verbalizaciones, agresiones y
actitudes desafiantes, junto con interrupciones,
desinterés, dificultades emocionales y causar
molestias al profesor.
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Figura 1 Desarrollo de las conductas disruptivas dentro de la Unidad Educativa.
Fuente: Los autores
Figura 2 Conductas de los estudiantes dentro de la Unidad Educativa.
Fuente: Los autores
Figura 3 Acciones disruptivas de los estudiantes dentro de la Unidad Educativa.
Fuente: Los autores
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El análisis de las posibles causas de las
conductas disruptivas entre los estudiantes de la
Unidad Educativa aborda dos factores
significativos. Por un lado, la influencia de los
compañeros, donde más de la mitad de los
encuestados señalan que son incitados a
comportarse desafiante ante docentes y otros
estudiantes, reflejando la importancia del
entorno social en el desarrollo de conductas
disruptivas.
Por otro lado, la presencia de situaciones de
maltrato en el hogar, aunque señalada por
menos de la mitad de los estudiantes, destaca la
necesidad de abordar las experiencias
traumáticas que pueden estar contribuyendo a
estas conductas. Este análisis subraya la
importancia de implementar estrategias que no
solo aborden las conductas disruptivas
directamente, sino que también aborden los
factores subyacentes que las alimentan.
En este sentido, Filter (2023) expone que,
normalmente, estas conductas surgen de
factores externos al entorno escolar y no están
relacionadas con la habilidad del niño para
manejar el problema por mismo; estos
factores pueden originarse en el hogar (como el
divorcio, la separación, la violencia, los
problemas matrimoniales, la intolerancia, la
sobreprotección, la falta de disciplina o las
promesas incumplidas); en el entorno social,
como influencias del grupo de pares y los
valores sociales predominantes; y por último, en
la gestión escolar.
Por su parte, para Clavijo (2021) los factores y
las causas del comportamiento perturbador en el
aula son diversos, algunos tienen su origen
principalmente fuera del ámbito educativo,
mientras que otros están vinculados al entorno
escolar.
Las consecuencias de las conductas disruptivas
entre los estudiantes son diversas y abarcan
desde conflictos personales hasta repercusiones
académicas. El enojo de los padres, los
llamados de atención por parte de los docentes
y las bajas calificaciones reflejan el impacto
negativo que estas acciones tienen en el entorno
escolar y en el rendimiento académico de los
estudiantes; además, el hecho de que estas
conductas puedan provocar peleas con amigos
subraya cómo afectan las relaciones
interpersonales y el bienestar emocional de los
estudiantes. Es importante recalcar que, el
enfoque adoptado por los docentes ante
comportamientos inadecuados, según los
estudiantes, es notablemente equilibrado y
constructivo; además de llamar la atención, los
docentes fomentan el diálogo y, cuando es
necesario, derivan a los estudiantes al
departamento de Consejería Estudiantil.
Esta estrategia refleja un enfoque comprensivo
y proactivo para abordar las conductas
disruptivas, reconociendo la importancia de la
comunicación abierta y el apoyo emocional en
el proceso de corrección y aprendizaje. La
colaboración entre docentes y el departamento
de Consejería Estudiantil puede proporcionar
recursos adicionales y estrategias para abordar
eficazmente las necesidades individuales de los
estudiantes, promoviendo un ambiente escolar
más inclusivo y de apoyo.
Basado en Abellán (2020) es relevante destacar
que tales comportamientos pueden crear una
atmósfera poco acogedora en el salón de clases
y tener un impacto desfavorable en las
relaciones interpersonales del estudiante. Por su
parte, para Macias y Alarcón (2021) en el
contexto actual, es s frecuente observar
comportamientos disruptivos en las aulas, lo
que resulta en la interrupción de las actividades
habituales entre el profesor y los estudiantes.
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Figura 4 Posibles causas de las conductas disruptivas.
Fuente: Los autores
Figura 5 Consecuencias de las conductas disruptivas.
Fuente: Los autores
Figura 6 Red semántica de los restos para el docente.
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Resultados y discusiones de la entrevista
Retos para el docente
Con relación a los retos de los docentes en la
atención y enseñanza de estudiantes con
conductas disruptivas, se ha identificado que
estos se basan principalmente en las dificultades
para que el estudiante pueda expresas su
pensamientos y emociones, por lo que muchas
veces es imposible lograr un acercamiento
genuino con los menores, una comunicación
adecuada o generar confianza con ellos;
además, para los educadores es difícil adaptar
las nuevas estrategias de aprendizaje al estilo de
conducta problemática de los estudiantes.
El educar a estudiantes con conductas
disruptivas conlleva poseer ciertas cualidades,
de acuerdo a los docentes, en ocasiones es un
reto el poder tener autocontrol, tolerancia o
empatía, para no caer en sus provocaciones;
asimismo, es difícil poder captar la atención de
dichos estudiantes, considerando que existe el
agravante de que se presenta sobrepoblación en
los salones de clase, por lo que complica
también lograr un adecuado clima dentro del
aula.
En otro sentido, la dificultad de los docentes
para establecer un diálogo efectivo con los
representantes de los estudiantes con conductas
disruptivas representa un desafío adicional en el
proceso educativo, la falta de interés o tiempo
por parte de los padres dificulta la colaboración
entre ambas partes para desarrollar estrategias
que aborden de manera eficaz las necesidades
de los estudiantes. Esta brecha en la
comunicación puede obstaculizar los esfuerzos
por brindar un apoyo integral y puede limitar el
éxito de las intervenciones escolares.
Por lo tanto, este análisis resalta la necesidad de
proporcionar a los docentes herramientas y
apoyo adecuados para abordar estas dificultades
de manera efectiva, promoviendo así un entorno
educativo más inclusivo y receptivo a las
necesidades individuales de los estudiantes.
Además, estos obstáculos subrayan la necesidad
de implementar estrategias efectivas de gestión
del aula, así como también, buscar formas de
fomentar una mayor participación de los padres
en el proceso educativo y promover una
colaboración activa entre la escuela y el hogar
para garantizar el bienestar y el éxito académico
de los estudiantes.
En este sentido, Carrera et al. (2023) expone
que la mayoría de los docentes enfrentan
dificultades para controlar estas situaciones, se
ha notado que reaccionan con irritación con
frecuencia, algunos incluso culpan
repetidamente a los estudiantes por su
comportamiento disruptivo, y muchos admiten
no sentirse preparados para manejarlas de
manera efectiva. Por su parte, Andrade (2021)
indica que estas conductas provocan que los
docentes pierdan fácilmente el control, lo que
evidencia una falta de autoridad frente a la
manifestación de comportamientos disruptivos.
Además, Godoy (2023) señala que los docentes
enfrentan desafíos al manejar a los estudiantes
con comportamientos disruptivos debido a su
incapacidad, limitaciones de tiempo,
interrupciones en las clases, necesidad de
repetir las reglas, carencia de formación e
información, así como cambios frecuentes de
actividades, lo que a menudo impide completar
la planificación prevista en su totalidad.
Estrategias de afrontamiento
De acuerdo a los retos identificados, los
docentes enfrentan los desafíos con una actitud
positiva y proactiva; su enfoque es proporcionar
espacios para que los estudiantes expresen sus
pensamientos y emociones, así como en
fomentar la empatía y mantener un ambiente de
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clase entretenido, esto refleja un compromiso
genuino con el bienestar y el éxito de sus
alumnos. La inclusión de los estudiantes en la
elaboración de las normas del aula también es
una estrategia valiosa aplicada por lo docentes,
ya que promueve el diálogo, la responsabilidad
compartida y el sentido de pertenencia en el
entorno educativo. Estas acciones no solo
ayudan a mejorar la dinámica del aula, sino que
también contribuyen a cultivar habilidades
importantes para la vida, como la comunicación
efectiva y la resolución de conflictos.
Los docentes también realizan ejercicios
personales para mejorar su autocontrol, así
como buscar información relevante que les
permita para abordar adecuadamente las
conductas disruptivas. Asimismo, los docentes
conscientes del papel de los padres dentro del
comportamiento de sus hijos dedican tiempo y
esfuerzo para logra diálogos efectivos con los
representantes para logar una atención integral
y colaborativa. Estas acciones demuestran que
los docentes no solo están dispuestos a enfrentar
desafíos, sino que también están
comprometidos con el crecimiento y el éxito de
sus estudiantes en todos los aspectos de sus
vidas.
Carrera et al. (2023) plantean que los enfoques
convencionales solo logran breves periodos de
calma o pasividad en los estudiantes con
comportamientos disruptivos; para hacer frente
a estas situaciones de manera efectiva, es
crucial que los profesores sean capacitados en
técnicas psicoeducativas adecuadas. Asimismo,
se destaca la importancia de promover la
colaboración entre padres y docentes para
abordar estas conductas de manera integral, la
formación que involucra esta colaboración
puede ayudar a los docentes a sentirse más
preparados y comprometidos en la gestión de
comportamientos disruptivos, con el objetivo de
cultivar un ambiente de aprendizaje positivo y
seguro para los estudiantes.
Además, según Martínez y Valiente (2020) es
necesario que cada institución educativa elabore
programas personalizados según sus
necesidades para promover las habilidades
socioemocionales, estos programas deben
incluir actividades que se centren en aspectos
como la autoestima, la empatía, la asertividad y
las habilidades de interacción y autoafirmación.
El objetivo final de estos programas debe ser
mejorar el autocontrol, prevenir la violencia,
proporcionar estrategias efectivas de resolución
de problemas, fomentar un autoconcepto
positivo y potenciar la competencia social al
incrementar la tolerancia y el respeto hacia la
diversidad.
Figura 7 Red semántica de las estrategias aplicadas por los docentes
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Estrategias sugeridas a nivel de institución
Las medidas sugeridas para que se apliquen
dentro de las instituciones educativas
involucran el registro adecuado de las
conductas diarias de los estudiantes y una
eficiente gestión de los expedientes
estudiantiles para el desarrollo de diagnósticos
de la situación de cada institución, así como,
talleres para padres, encuentros restaurativos
convivencia social con los estudiantes con
conductas disruptivas, foros estudiantiles,
asistencia del personal profesional de DECE -
UDAI, implementar programa de capacitación
para los docentes y atención personalizada para
cada estudiante. Estas medidas son
fundamentales para crear un entorno educativo
inclusivo y solidario donde todos los
estudiantes puedan alcanzar su máximo
potencial.
Conclusiones
Las conductas disruptivas en el ámbito
educativo se refieren a acciones que
interrumpen el proceso de enseñanza-
aprendizaje y afectan el funcionamiento normal
del aula. El análisis de estas conductas entre
estudiantes de la Unidad Educativa estudiada
revela mayoritariamente tendencias impulsivas
y un grupo minoritario con conductas más
agresivas o poco cooperativas; las cuales podría
estar causadas, por un lado, por la influencia de
los compañeros y, por otro lado, la presencia de
situaciones de maltrato en el hogar.
La atención y enseñanza de estudiantes con
conductas disruptivas representan un desafío
complejo para los docentes, que enfrentan
dificultades para establecer una comunicación
efectiva, adaptar estrategias de aprendizaje y
colaborar con los padres; sin embargo, es
alentador ver cómo los docentes afrontan estos
desafíos con una actitud positiva y proactiva.
Por lo cual, las medidas sugeridas a nivel del
sistema educativo, como el registro adecuado de
conductas y la implementación de talleres y
programas de capacitación, son fundamentales
para crear un entorno educativo inclusivo y
solidario donde todos los estudiantes puedan
alcanzar su máximo potencial.
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