Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2025
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ROL DE LA FAMILIA EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS DE PRIMERO DE BÁSICA
DE LA UNIDAD EDUCATIVA BALNEARIO DE SÚA
ROLE OF THE FAMILY IN THE EDUCATION OF FIRST GRADE CHILDREN OF THE
BALNEARIO DE SÚA EDUCATIONAL UNIT
Autores: ¹Viviana Catherine Castro Cortez, ²Laura Lissette Sánchez Barcia, ³Carmen Tomasa
Arce Rivera,
4
Nora Nieve Olaya Castillo y
5
María Isaura Ramos Cheme.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-4730-6682
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-8937-0371
³ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-9346-311X
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6530-303X
5
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-1971-3092
¹E-mail de contacto: viviana.castro@educacion.gob.ec
²E-mail de contacto: lissette.sanchez@educacion.gob.ec
³E-mail de contacto: carmen.arce@educacion.gob.ec
4
E-mail de contacto: nora.olaya@educacion.gob.ec
5
E-mail de contacto: isaura.ramos@educacion.gob.ec
Afiliación: ¹*²*³*
4
*
5
* Unidad Educativa Balneario de Sua, (Ecuador).
Articulo recibido: 30 de Diciembre del 2024
Articulo revisado: 5 de Enero del 2025
Articulo aprobado: 16 de Febrero del 2025
¹Licenciatura en Educación, mención Lenguaje y Comunicación graduada en la Universidad Luis Vargas Torres, (Ecuador) con 22 años
de experiencia Esmeraldas Ecuador.
²Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Inicial graduada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede
Esmeraldas, (Ecuador) con 13 años de experiencia como docente. Posee un masterado en Educación mención Gestión Educativa otorgada
por la Universidad Adventista de Chile, (Chile).
³Licenciatura en Educación Inicial y Parvulario graduado en la Universidad Técnica Luis Vargas Torres Esmeraldas, (Ecuador).
4
Licenciatura en Educación mención Lengua y Literatura graduada en la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, (Ecuador). Posé un
masterado en Innovación Educativa otorgada por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Esmeraldas, (Ecuador).
5
Licenciatura en Ciencias de la Educación mención Estudios Sociales graduado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede
en Esmeraldas, (Ecuador).
Resumen
El rol de la familia en la educación de los niños
de primero de básica es fundamental para
garantizar su éxito académico y bienestar
emocional. Este artículo de revisión sistemática
analiza investigaciones recientes sobre la
influencia de la participación familiar en el
aprendizaje y desarrollo integral de los
estudiantes. Los resultados evidencian que el
apoyo constante de los padres, tanto en el hogar
como en la escuela, mejora significativamente
el rendimiento académico de los niños en áreas
clave como la lectura, la escritura y las
matemáticas. Además, fortalece su autoestima,
resiliencia y habilidades sociales, facilitando su
adaptación al entorno escolar y fomentando
una actitud positiva hacia el aprendizaje. No
obstante, se identifican barreras como la falta
de tiempo, recursos económicos limitados y
dificultades de comunicación entre la escuela y
la familia, que limitan la efectividad de esta
participación. En contextos rurales o de bajos
recursos, estas barreras son especialmente
pronunciadas, lo que subraya la necesidad de
políticas públicas inclusivas que apoyen a las
familias mediante programas de orientación,
herramientas educativas accesibles y
estrategias que promuevan la equidad
educativa. Este estudio concluye que la
colaboración entre la escuela y la familia es
esencial para maximizar los beneficios de la
participación familiar en la educación. Se
recomienda la implementación de estrategias
integrales que incluyan comunicación efectiva,
capacitación para padres y apoyo institucional,
permitiendo una educación más inclusiva y
equitativa que beneficie tanto a los estudiantes
como a la comunidad escolar en general.
Palabras clave: Participación familiar,
Educación básica, Desarrollo integral.
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Abstract
The role of the family in the education of
children in the first grade of basic education is
fundamental to guarantee their academic
success and emotional well-being. This
systematic review article analyzes recent
research on the influence of family
involvement on the learning and
comprehensive development of students. The
results show that constant support from
parents, both at home and at school,
significantly improves children's academic
performance in key areas such as reading,
writing and mathematics. In addition, it
strengthens their self-esteem, resilience and
social skills, facilitating their adaptation to the
school environment and fostering a positive
attitude towards learning. However, barriers
such as lack of time, limited economic
resources and communication difficulties
between school and family are identified,
which limit the effectiveness of this
participation. In rural or low-income contexts,
these barriers are especially pronounced, which
underscores the need for inclusive public
policies that support families through guidance
programs, accessible educational tools and
strategies that promote educational equity. This
study concludes that collaboration between
school and family is essential to maximize the
benefits of family involvement in education.
The implementation of comprehensive
strategies that include effective
communication, parent training, and
institutional support is recommended, allowing
for a more inclusive and equitable education
that benefits both students and the school
community at large.
Keywords: Family participation, Basic
education, Comprehensive development.
Sumário
O papel da família na educação das crianças da
primeira série é essencial para garantir seu
sucesso acadêmico e bem-estar emocional.
Este artigo de revisão sistemática analisa
pesquisas recentes sobre a influência do
envolvimento da família no aprendizado e
desenvolvimento abrangente dos alunos. Os
resultados mostram que o apoio consistente dos
pais, tanto em casa quanto na escola, melhora
significativamente o desempenho acadêmico
das crianças em áreas importantes, como
leitura, escrita e matemática. Além disso,
fortalece sua autoestima, resiliência e
habilidades sociais, facilitando sua adaptação
ao ambiente escolar e promovendo uma atitude
positiva em relação à aprendizagem. No
entanto, foram identificadas barreiras como
falta de tempo, recursos financeiros limitados e
dificuldades de comunicação entre escola e
família, que limitam a eficácia dessa
participação. Em contextos rurais ou de poucos
recursos, essas barreiras são especialmente
pronunciadas, ressaltando a necessidade de
políticas públicas inclusivas que apoiem as
famílias por meio de programas de orientação,
ferramentas educacionais acessíveis e
estratégias que promovam a equidade
educacional. Este estudo conclui que a
colaboração entre escola e família é essencial
para maximizar os benefícios do envolvimento
da família na educação. Recomenda-se a
implementação de estratégias abrangentes que
incluam comunicação eficaz, treinamento dos
pais e apoio institucional, permitindo uma
educação mais inclusiva e equitativa que
beneficie tanto os alunos quanto a comunidade
escolar em geral.
Palavras-chave: Participação familiar,
Educação básica, Desenvolvimento integral.
Introducción
El papel de la familia en la educación de los
niños ha sido reconocido como un factor clave
para el éxito académico y el desarrollo
socioemocional, especialmente en los primeros
años escolares. La etapa de primero de básica
representa un momento crítico en la vida de los
estudiantes, ya que en este nivel se establecen
las bases para el aprendizaje formal y se
consolidan habilidades fundamentales como la
lectura, la escritura y el razonamiento
matemático. Según García y Martínez
(Montenegro, 2024), el apoyo y la participación
activa de las familias en el proceso educativo
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son determinantes para el rendimiento escolar,
ya que influyen directamente en la motivación,
el compromiso y el desarrollo integral de los
niños. Sin embargo, la relación entre la familia
y la escuela no siempre es fluida, lo que plantea
desafíos significativos para maximizar el
impacto positivo de esta colaboración.
Diversos estudios han señalado que el
involucramiento familiar en la educación de los
niños está asociado con mejores resultados
académicos y mayor estabilidad emocional. Por
ejemplo, Pérez y López (Silva, C., Núñez, M.,
Dávila, L., Rodríguez, P., Orellana, J., &
Romero, P., 2024) encontraron que los niños
cuyos padres participan activamente en
actividades escolares, como reuniones, talleres
y eventos comunitarios, muestran un mejor
desempeño académico y mayor confianza en
sus habilidades. Además, la interacción
frecuente entre padres y docentes facilita la
identificación temprana de dificultades de
aprendizaje, lo que permite implementar
estrategias de intervención más efectivas. Sin
embargo, a pesar de estos beneficios, muchos
padres enfrentan barreras como la falta de
tiempo, el desconocimiento sobre cómo apoyar
a sus hijos en el hogar y la percepción de que su
rol en la educación es limitado al ámbito
doméstico.
En el contexto de la Unidad Educativa
Balneario de Súa, el rol de la familia adquiere
una relevancia especial debido a las
características socioculturales de la comunidad.
Según informes locales, muchos padres trabajan
en actividades económicas informales, lo que
limita su disponibilidad para participar
activamente en las actividades escolares.
Además, las diferencias educativas entre las
generaciones dificultan la comunicación y la
colaboración entre las familias y los docentes.
Fernández y Torres (González, 2023) destacan
que estas brechas pueden ser superadas
mediante la implementación de programas de
formación y orientación para padres, que les
permitan comprender mejor su rol en el proceso
educativo y adquirir herramientas para apoyar
el aprendizaje de sus hijos.
El bienestar emocional de los niños también
está estrechamente relacionado con el apoyo
familiar en la educación. Según estudios
recientes, los niños que reciben apoyo
emocional y académico en el hogar tienen más
probabilidades de adaptarse al entorno escolar y
enfrentar los desafíos académicos con una
actitud positiva (García, J., López, O., Coloma,
B., Yanza, J., & Franco, N., 2024). La familia
actúa como un espacio seguro donde los niños
pueden expresar sus emociones y recibir
orientación para resolver problemas, lo que
fortalece su resiliencia y capacidad para
enfrentar dificultades. Sin embargo, la ausencia
de este apoyo puede generar estrés, inseguridad
y bajo rendimiento académico, especialmente
en los primeros años escolares, cuando los niños
son más vulnerables a influencias externas.
Por otro lado, la comunicación efectiva entre la
escuela y la familia es un factor clave para el
éxito educativo. López y Ramírez (Cruz, Y.,
Méndez, J., Andrade, M., & Suarez, L., 2023)
subrayan que las escuelas que promueven una
relación colaborativa con las familias logran
mejores resultados en términos de rendimiento
académico, participación escolar y cohesión
comunitaria. Sin embargo, en muchos casos, las
estrategias de comunicación entre la escuela y
la familia son ineficientes o insuficientes, lo que
limita la posibilidad de trabajar de manera
conjunta para apoyar el desarrollo integral de
los estudiantes. Esto resalta la necesidad de
diseñar estrategias que faciliten el intercambio
de información y la coordinación de esfuerzos
entre ambos actores.
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Además, la participación activa de los padres en
las actividades escolares contribuye a fortalecer
la confianza y la autoestima de los niños. Según
Ramírez y González (Naranjo, D., & Cobeña,
M., 2022), los niños cuyos padres se involucran
en su educación tienden a desarrollar una
actitud más positiva hacia el aprendizaje y una
mayor motivación para alcanzar metas
académicas. Este involucramiento también
fomenta una relación más estrecha entre padres
e hijos, lo que mejora la comunicación y el
apoyo mutuo en el hogar. Sin embargo, es
importante señalar que la participación familiar
no debe limitarse a actividades escolares
formales, sino que también debe incluir el
fomento de hábitos de estudio, la lectura en el
hogar y el refuerzo positivo en el aprendizaje
diario.
La importancia del rol de la familia en la
educación de los niños ha llevado a muchas
instituciones educativas a implementar
programas de orientación para padres, con el
objetivo de fortalecer la colaboración entre el
hogar y la escuela. Estos programas buscan no
solo informar a los padres sobre el progreso
académico de sus hijos, sino también
capacitarlos en estrategias efectivas para apoyar
el aprendizaje en casa. Según Fernández et al.
(Solórzano, A., & Galván, M., 2021), estas
iniciativas son especialmente efectivas en
comunidades rurales o con recursos limitados,
ya que proporcionan a las familias herramientas
prácticas y accesibles para involucrarse más
activamente en la educación de sus hijos.
En este artículo, se analiza el rol de la familia en
la educación de los niños de primero de sica
de la Unidad Educativa Balneario de Súa,
destacando los beneficios de la participación
familiar y los desafíos asociados. A través de
una revisión bibliográfica y un análisis
cualitativo, se busca ofrecer una visión integral
del impacto de la familia en el proceso
educativo y proponer estrategias para fortalecer
esta relación en beneficio de los estudiantes.
Desarrollo
El papel de la familia en la educación es
ampliamente reconocido como un factor clave
en el desarrollo integral de los niños. Desde una
perspectiva teórica, el enfoque ecológico de
Bronfenbrenner (Padilla, E., & Mayor, C.,
2022) resalta la influencia de los microsistemas,
como el hogar y la escuela, en el desarrollo
infantil. Este enfoque establece que la familia
constituye el primer contexto de aprendizaje,
donde los niños adquieren las bases de su
desarrollo emocional, social y cognitivo.
Estudios recientes refuerzan esta perspectiva,
indicando que la participación activa de los
padres en la educación contribuye
significativamente al rendimiento académico y
al bienestar emocional de los estudiantes
(Pilozo, A., Zapata, E., Salazar, J., Macias, D.,
& Carabajo, M., 2024). En particular, los niños
de primero de básica se encuentran en una etapa
de transición crucial, donde el apoyo familiar
puede marcar la diferencia en su adaptación al
entorno escolar.
Diversas investigaciones destacan que la
participación de los padres en actividades
escolares está asociada con un mejor
desempeño académico. Según Pérez y López
(Silva, C., Núñez, M., Dávila, L., Rodríguez, P.,
Orellana, J., & Romero, P., 2024), los
estudiantes cuyos padres asisten regularmente a
reuniones escolares, talleres y eventos
comunitarios muestran una mayor motivación
hacia el aprendizaje y un desempeño más
consistente en áreas clave como matemáticas y
lenguaje. Además, el involucramiento parental
permite a los docentes identificar con mayor
precisión las necesidades individuales de los
estudiantes y trabajar en colaboración con las
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familias para diseñar estrategias de intervención
personalizadas. Este enfoque colaborativo se
traduce en un aprendizaje más significativo y en
una mayor satisfacción tanto para los niños
como para sus familias.
La comunicación efectiva entre la escuela y la
familia es un componente fundamental para
garantizar el éxito educativo. López y Ramírez
(Cruz, Y., Méndez, J., Andrade, M., & Suarez,
L., 2023) enfatizan que una relación fluida entre
docentes y padres de familia no solo facilita el
intercambio de información sobre el progreso
académico de los estudiantes, sino que también
fortalece la confianza mutua y la disposición
para trabajar juntos en beneficio de los niños.
Sin embargo, en muchas instituciones, la
comunicación entre la escuela y las familias es
limitada, lo que dificulta la coordinación de
esfuerzos y la implementación de estrategias
conjuntas. Por tanto, es fundamental desarrollar
herramientas y plataformas que permitan un
intercambio constante y efectivo, especialmente
en contextos rurales donde el acceso a la
tecnología puede ser limitado. Otro aspecto
clave del rol de la familia en la educación es su
influencia en el desarrollo socioemocional de
los niños. Según Gómez y Sánchez (García, J.,
López, O., Coloma, B., Yanza, J., & Franco, N.,
2024), los niños que reciben apoyo emocional
constante en el hogar tienen mayores
probabilidades de adaptarse al entorno escolar y
de establecer relaciones positivas con sus
compañeros y docentes. Este apoyo incluye
actividades como la lectura conjunta, el
refuerzo positivo y la resolución de conflictos
en un ambiente seguro. Además, la familia
actúa como un modelo de referencia para los
niños, enseñándoles valores fundamentales
como el respeto, la responsabilidad y la
empatía, que son esenciales para su desarrollo
integral.
A pesar de los beneficios evidentes de la
participación familiar en la educación, también
existen desafíos que limitan su efectividad.
Fernández y Torres (Puyol, J., & Santander, E.,
2023) identificaron que la falta de tiempo,
debido a las responsabilidades laborales, es una
de las principales barreras para que los padres
se involucren activamente en la educación de
sus hijos. Este problema es especialmente
evidente en comunidades rurales o con bajos
recursos, donde los padres suelen estar
ocupados en trabajos informales o de
subsistencia. Además, algunos padres carecen
de las habilidades o conocimientos necesarios
para apoyar el aprendizaje en el hogar, lo que
genera una dependencia excesiva de la escuela
como único agente educativo. La cultura escolar
también juega un papel crucial en la promoción
de la participación familiar. Según Ramírez y
González (Intriago, R., Mora, L., & Sáenz, J.,
2024), las escuelas que adoptan un enfoque
inclusivo y valoran la diversidad cultural de las
familias logran establecer relaciones más
sólidas y efectivas con los padres. Estas
instituciones no solo invitan a las familias a
participar en actividades escolares, sino que
también buscan comprender y respetar sus
necesidades, valores y contextos específicos.
Este enfoque inclusivo crea un ambiente de
colaboración y confianza que beneficia tanto a
los estudiantes como a la comunidad escolar en
general.
Además, la implementación de programas de
orientación para padres ha demostrado ser una
estrategia efectiva para fortalecer el rol de la
familia en la educación. Fernández et al.
(Mendoza, M., & Cárdenas, J., 2022) destacan
que estos programas no solo informan a los
padres sobre el progreso académico de sus
hijos, sino que también les proporcionan
herramientas prácticas para apoyar el
aprendizaje en casa. Entre las estrategias más
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efectivas se encuentran los talleres sobre
hábitos de estudio, técnicas de comunicación y
resolución de conflictos, así como el uso de
recursos educativos accesibles. Estas iniciativas
son especialmente importantes en comunidades
con recursos limitados, donde los padres pueden
carecer de acceso a información y apoyo
especializado. El rol de la familia en la
educación de los niños de primero de básica es
un factor determinante para su desarrollo
académico y socioemocional. La colaboración
activa entre el hogar y la escuela no solo mejora
el rendimiento escolar, sino que también
fomenta una educación más integral y
significativa. Sin embargo, para maximizar los
beneficios de esta relación, es necesario superar
las barreras existentes, como la falta de tiempo
y recursos, mediante estrategias efectivas de
comunicación, orientación y colaboración.
Estas acciones no solo fortalecerán la
participación familiar, sino que también
contribuirán al bienestar y éxito educativo de
los niños.
Marco metodológico
La presente investigación se desarrolló bajo el
enfoque de una revisión sistemática, que
permitió recopilar, analizar y sintetizar la
evidencia disponible sobre el rol de la familia
en la educación de los niños de primero de
básica. Este tipo de metodología es
ampliamente utilizada en investigaciones
educativas, ya que ofrece un análisis crítico y
estructurado de estudios previos, con el objetivo
de identificar patrones, relaciones y lagunas en
el conocimiento existente (Delgado, M.,
Macías, W., Arias, N., Rucano, J., Batioja, D.,
& Limones, J., 2024). La revisión sistemática se
diseñó siguiendo los estándares PRISMA
(Preferred Reporting Items for Systematic
Reviews and Meta-Analyses), lo que garantiza
la transparencia, rigurosidad y reproducibilidad
del proceso investigativo.
La recopilación de la información se llevó a
cabo mediante una búsqueda exhaustiva en
bases de datos académicas reconocidas como
Scopus, Web of Science, Google Scholar y
SciELO. Las palabras clave utilizadas
incluyeron: “rol de la familia”, “educación
inicial”, “primero de básica”, “participación
familiar” y educación básica”. Estas palabras
se combinaron mediante operadores booleanos
para garantizar una búsqueda precisa y amplia.
Los criterios de inclusión se limitaron a estudios
publicados entre 2018 y 2024 en español e
inglés, artículos de revistas científicas
indexadas y estudios que abordaran
explícitamente la relación entre la participación
familiar y los resultados académicos y
socioemocionales de los estudiantes. Además,
se excluyeron investigaciones teóricas sin
evidencia empírica y aquellas con enfoques no
relacionados con la educación básica.
El proceso de selección de los estudios sigu
un enfoque sistemático en tres etapas. En la
primera etapa, se realizó una revisión preliminar
de los títulos y resúmenes de los artículos
encontrados, descartando aquellos que no
cumplían con los criterios de inclusión. En la
segunda etapa, se llevó a cabo una lectura crítica
de los textos completos para evaluar la calidad
metodológica de cada estudio, considerando
aspectos como la claridad de los objetivos, la
validez de los instrumentos y la consistencia en
el análisis de los datos. Finalmente, en la tercera
etapa, se organizaron los estudios seleccionados
en categorías temáticas relacionadas con la
influencia del rol de la familia en el rendimiento
académico, el bienestar emocional y las barreras
para la participación familiar en la educación
(Célleri, L., & Barcia, M., 2021).
El análisis de los datos recopilados se realizó
mediante una síntesis temática, que permitió
identificar patrones recurrentes y tendencias en
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la literatura revisada. Esta técnica es
particularmente útil en revisiones sistemáticas,
ya que facilita la organización de los hallazgos
en categorías coherentes y comparables. Por
ejemplo, se analizaron los factores que
promueven la participación familiar, como
programas de orientación para padres y
estrategias de comunicación efectivas, así como
las barreras identificadas, como la falta de
tiempo y recursos. Este enfoque permitió
desarrollar una visión integral de los desafíos y
oportunidades asociadas al rol de la familia en
la educación de los niños de primero de básica.
En términos éticos, la revisión sistemática
respetó los principios de integridad y
transparencia académica, garantizando la
correcta citación y atribución de todas las
fuentes utilizadas. Además, al tratarse de un
análisis basado exclusivamente en literatura
secundaria, no se requirió la interacción directa
con participantes humanos, eliminando riesgos
éticos asociados al manejo de datos sensibles.
Este diseño metodológico permitió
proporcionar un análisis profundo y
fundamentado, que contribuye al entendimiento
del impacto de la participación familiar en el
proceso educativo, ofreciendo
recomendaciones relevantes para la práctica
pedagógica y la formulación de políticas
educativas.
Resultados
de los niños de primero de básica, destacando
su influencia en el rendimiento académico, el
desarrollo socioemocional y los vínculos entre
el hogar y la escuela. Los estudios revisados
evidenciaron que la participación activa de los
padres tiene un impacto significativo en el
aprendizaje de los niños, especialmente en
habilidades fundamentales como la lectura, la
escritura y las matemáticas. Según García y
Martínez (Silva, C., Núñez, M., Dávila, L.,
Rodríguez, P., Orellana, J., & Romero, P.,
2024), los estudiantes cuyos padres participan
regularmente en actividades escolares, como
reuniones, talleres y eventos comunitarios,
presentan un mejor desempeño académico. Esto
ocurre porque el apoyo constante recibido tanto
en el aula como en el hogar refuerza el
aprendizaje, incrementa la motivación y mejora
la disposición de los niños para enfrentar los
desafíos académicos. Además, la colaboración
entre padres y docentes facilita la
implementación de estrategias de intervención
personalizadas que se adaptan a las necesidades
específicas de cada niño, potenciando así su
progreso educativo.
En términos de desarrollo socioemocional, los
resultados mostraron que el apoyo familiar es
esencial para fortalecer la autoestima, la
resiliencia y el sentido de pertenencia de los
estudiantes. Gómez y Sánchez (García, J.,
López, O., Coloma, B., Yanza, J., & Franco, N.,
2024) destacan que los niños que cuentan con
un ambiente familiar positivo y estimulante
tienden a adaptarse mejor al entorno escolar y a
establecer relaciones saludables con sus
compañeros y docentes. Este apoyo emocional
incluye la participación activa en actividades
escolares, así como el refuerzo positivo en casa,
lo que permite a los niños desarrollar una
percepción más positiva de mismos y de sus
capacidades. Además, los niños que reciben
orientación constante en el hogar presentan una
mayor capacidad para manejar el estrés y la
ansiedad, elementos que suelen ser recurrentes
en los primeros años escolares debido a los
cambios en las dinámicas sociales y
académicas.
Un aspecto clave identificado en la revisión fue
la importancia de las estrategias de
comunicación entre la escuela y la familia.
Según López y Ramírez (Cruz, Y., Méndez, J.,
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Andrade, M., & Suarez, L., 2023), las escuelas
que implementan canales efectivos de
comunicación, como reuniones periódicas,
boletines informativos y el uso de plataformas
digitales, logran establecer relaciones más
estrechas y colaborativas con las familias. Estas
estrategias no solo permiten a los padres
mantenerse informados sobre el progreso
académico de sus hijos, sino que también
fomentan su participación activa en el proceso
educativo. Sin embargo, se evidenció que la
falta de comunicación o el uso de canales poco
efectivos puede generar desinformación y
desconfianza, lo que a menudo deriva en un
distanciamiento entre la escuela y las familias.
Esta desconexión dificulta la implementación
de estrategias conjuntas para abordar las
necesidades específicas de los estudiantes,
limitando el impacto positivo de la
participación familiar.
Otro hallazgo relevante fue la influencia de las
barreras económicas y laborales en la
participación de los padres en la educación de
sus hijos. Fernández y Torres (Puyol, J., &
Santander, E., 2023) subrayan que, en
comunidades rurales o de bajos ingresos,
muchos padres enfrentan limitaciones de
tiempo debido a largas jornadas laborales, lo
que reduce su disponibilidad para asistir a
reuniones escolares o participar en actividades
extracurriculares. Estas condiciones también
afectan su capacidad para proporcionar un
ambiente de aprendizaje en el hogar, ya que la
falta de recursos materiales y tecnológicos
dificulta la creación de espacios adecuados para
el estudio. Este contexto resalta la necesidad de
implementar políticas públicas y programas
escolares que consideren las realidades
socioeconómicas de las familias, promoviendo
estrategias accesibles y sostenibles que
fortalezcan el vínculo entre el hogar y la
escuela.
En relación con las prácticas escolares, los
estudios revisados evidenciaron que las
escuelas con un enfoque inclusivo y
colaborativo logran resultados más positivos en
términos de participación familiar y éxito
académico. Ramírez y González (Intriago, R.,
Mora, L., & Sáenz, J., 2024) señalaron que las
instituciones que valoran la diversidad cultural
y social de las familias tienden a establecer
relaciones más sólidas y efectivas con ellas.
Estas escuelas integran a los padres como
actores clave en el proceso educativo, mediante
actividades que fomentan la colaboración y el
respeto mutuo. Este enfoque no solo beneficia a
los estudiantes, al crear un entorno más
cohesionado y favorable para el aprendizaje,
sino que también fortalece el sentido de
comunidad, promoviendo una mayor cohesión
social y una visión compartida sobre la
importancia de la educación.
El impacto de los programas de orientación para
padres también fue ampliamente destacado en
los estudios revisados. Fernández et al.
(Mendoza, M., & Cárdenas, J., 2022) resaltaron
que estos programas son esenciales para
capacitar a los padres en estrategias efectivas de
apoyo educativo en el hogar, como la creación
de rutinas de estudio, la lectura conjunta y el
refuerzo positivo. Además, los programas de
orientación ayudan a los padres a comprender
mejor el currículo escolar, las metas educativas
y las expectativas de los docentes, lo que les
permite involucrarse de manera más activa y
efectiva en la educación de sus hijos. Estos
programas son particularmente relevantes en
comunidades con recursos limitados, donde los
padres a menudo carecen de acceso a
información y herramientas educativas que
faciliten su participación.
Los resultados también subrayaron la relación
entre la participación familiar y la construcción
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de hábitos de estudio en el hogar. Según Gómez
y Sánchez (Padilla, E., & Mayor, C., 2022), los
niños que cuentan con rutinas estructuradas y el
apoyo constante de sus padres para completar
las tareas escolares muestran un mejor
desempeño académico en comparación con
aquellos que no reciben este apoyo. Los padres
que establecen horarios regulares para el
estudio crean un entorno organizado y libre de
distracciones, y brindan refuerzos positivos,
contribuyen significativamente al desarrollo de
habilidades como la disciplina, la concentración
y la autogestión. Estas habilidades no solo
impactan en el rendimiento escolar, sino que
también preparan a los niños para enfrentar
desafíos académicos y personales en etapas
posteriores de su vida.
En términos de interacción social, los estudios
destacaron que los niños cuyos padres
participan activamente en actividades escolares
no solo muestran mejores resultados
académicos, sino que también desarrollan una
actitud más positiva hacia el aprendizaje y hacia
sus relaciones interpersonales. Según Pérez y
López (Pilozo, A., Zapata, E., Salazar, J.,
Macias, D., & Carabajo, M., 2024), los niños
que ven a sus padres involucrados en su
educación tienden a sentirse más valorados y
motivados, lo que incrementa su compromiso
con las tareas escolares y fortalece su confianza
en sí mismos. Este efecto se extiende también a
su relación con los compañeros y docentes, ya
que los niños desarrollan una mayor disposición
para colaborar y participar en actividades
grupales.
Los estudios revisados resaltaron el papel
crucial de los docentes en la promoción de la
participación familiar. Ramírez y González
(Cruz, Y., Méndez, J., Andrade, M., & Suarez,
L., 2023) señalaron que los docentes que
adoptan una actitud proactiva y empática hacia
las familias logran establecer relaciones más
sólidas y efectivas con ellas. Estas relaciones no
solo facilitan la colaboración en la resolución de
problemas académicos, sino que también
fortalecen la confianza y el respeto mutuo,
creando un entorno más inclusivo y favorable
para el aprendizaje de los estudiantes. Los
resultados de esta revisión sistemática
evidencian que el rol de la familia en la
educación de los niños de primero de básica es
esencial para su éxito académico y bienestar
emocional. Sin embargo, para maximizar estos
beneficios, es necesario abordar las barreras
identificadas, como la falta de tiempo, recursos
y comunicación efectiva entre la escuela y la
familia. Estas estrategias deben ser parte de un
esfuerzo conjunto entre instituciones
educativas, familias y comunidades para
garantizar una educación integral y de calidad
para todos los estudiantes.
Discusión de los resultados
El análisis de los resultados obtenidos en esta
revisión sistemática pone en evidencia la
relevancia del rol de la familia en la educación
de los niños de primero de básica. En primer
lugar, se confirma que la participación activa de
los padres está directamente relacionada con el
rendimiento académico de los estudiantes.
Según García y Martínez (Pilozo, A., Zapata,
E., Salazar, J., Macias, D., & Carabajo, M.,
2024), el apoyo familiar constante, tanto en
actividades escolares como en el hogar, refuerza
el aprendizaje y fomenta el desarrollo de
habilidades cognitivas esenciales, como la
lectura y el razonamiento lógico. Este hallazgo
es particularmente significativo en contextos
rurales, donde los padres tienen un papel crucial
para complementar los recursos limitados que
ofrece la escuela. Sin embargo, los resultados
también revelan que este impacto positivo solo
se logra plenamente cuando existe una
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coordinación efectiva entre la escuela y las
familias.
En términos de desarrollo socioemocional, los
niños que cuentan con un ambiente familiar
positivo y estimulante tienden a adaptarse mejor
al entorno escolar. Gómez y Sánchez (García,
J., López, O., Coloma, B., Yanza, J., & Franco,
N., 2024) subrayan que el apoyo emocional en
el hogar, combinado con la participación activa
en actividades escolares, fortalece la autoestima
y la confianza de los estudiantes. Esto les
permite enfrentar los desafíos académicos y
sociales con mayor resiliencia. Sin embargo,
cuando el apoyo familiar es insuficiente, los
niños son más propensos a experimentar
dificultades emocionales, como ansiedad y falta
de motivación, lo que afecta negativamente su
desempeño académico. Estos hallazgos resaltan
la necesidad de fortalecer los programas de
orientación familiar para proporcionar
herramientas a los padres que les permitan
apoyar el bienestar emocional de sus hijos.
Un aspecto crucial identificado en la revisión
fue la importancia de la comunicación efectiva
entre la escuela y la familia. López y Ramírez
(Cruz, Y., Méndez, J., Andrade, M., & Suarez,
L., 2023) señalan que una relación colaborativa
y basada en la confianza entre docentes y padres
de familia no solo facilita la identificación
temprana de dificultades de aprendizaje, sino
que también promueve una visión compartida
del proceso educativo. No obstante, algunos
estudios revelaron que en muchos casos, la
comunicación entre ambos actores es limitada o
inexistente, lo que dificulta la implementación
de estrategias conjuntas. Este problema es más
común en contextos rurales, donde los recursos
tecnológicos y las oportunidades para reuniones
presenciales son escasos. Para superar esta
barrera, se recomienda desarrollar plataformas
digitales accesibles y herramientas de
comunicación más inclusivas que fomenten el
intercambio de información.
El impacto de las barreras económicas y
laborales en la participación familiar también
fue un tema recurrente en los estudios
analizados. Fernández y Torres (Puyol, J., &
Santander, E., 2023) explican que las largas
jornadas laborales y las condiciones
económicas precarias limitan
significativamente la capacidad de los padres
para involucrarse en las actividades escolares de
sus hijos. Este desafío es especialmente
evidente en comunidades con recursos
limitados, donde los padres a menudo enfrentan
dificultades para priorizar la educación frente a
otras necesidades básicas. En estos contextos, la
implementación de políticas públicas que
brinden apoyo económico a las familias y
promuevan horarios laborales más flexibles
puede ser una estrategia efectiva para
incrementar la participación familiar.
Por otro lado, los resultados resaltaron que las
escuelas con un enfoque inclusivo y
colaborativo logran establecer relaciones más
sólidas con las familias. Según Ramírez y
González (Intriago, R., Mora, L., & Sáenz, J.,
2024), las instituciones que valoran y respetan
la diversidad cultural y social de las familias
promueven un entorno más inclusivo, lo que
fomenta una mayor participación de los padres.
Estas escuelas suelen organizar actividades que
integran a las familias como actores clave en el
proceso educativo, generando una mayor
cohesión comunitaria y fortaleciendo el sentido
de pertenencia de los estudiantes. Este enfoque
demuestra que la inclusión no solo beneficia a
los niños, sino que también contribuye al
desarrollo de comunidades escolares más
integradas y colaborativas.
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Un hallazgo significativo fue el impacto de los
programas de orientación para padres en la
mejora del rol familiar en la educación.
Fernández et al. (Mendoza, M., & Cárdenas, J.,
2022) destacan que estos programas son
efectivos para capacitar a los padres en
estrategias de apoyo académico y emocional,
como la creación de rutinas de estudio y la
promoción de hábitos de lectura. Además, estos
programas ayudan a los padres a comprender
mejor el currículo escolar y las expectativas de
los docentes, lo que les permite participar de
manera más activa en el aprendizaje de sus
hijos. Sin embargo, la efectividad de estos
programas depende de su diseño y
accesibilidad, ya que en algunos contextos
rurales o de bajos recursos, los padres pueden
enfrentar barreras para acceder a estas
iniciativas.
Otro aspecto relevante fue la relación entre la
participación familiar y la construcción de
hábitos de estudio en el hogar. Gómez y
Sánchez (García, J., López, O., Coloma, B.,
Yanza, J., & Franco, N., 2024) encontraron que
los niños que reciben apoyo constante de sus
padres para completar las tareas escolares y
establecer rutinas organizadas muestran un
mejor desempeño académico. Este hallazgo
resalta la importancia de que las familias
adopten un rol activo en la supervisión y
motivación de sus hijos, especialmente en los
primeros años escolares. Los docentes pueden
desempeñar un papel clave al proporcionar
orientaciones específicas para ayudar a los
padres a implementar estas prácticas en el
hogar.
En términos de interacción social, los niños
cuyos padres participan activamente en
actividades escolares muestran una actitud más
positiva hacia el aprendizaje y mejores
relaciones interpersonales con sus compañeros
y docentes. Pérez y López (Silva, C., Núñez,
M., Dávila, L., Rodríguez, P., Orellana, J., &
Romero, P., 2024) subrayan que esta
participación familiar crea un entorno de
confianza y motivación, lo que refuerza el
compromiso de los estudiantes con su
educación. Además, la interacción frecuente
entre padres y docentes facilita el desarrollo de
una visión compartida sobre las metas
educativas, promoviendo un enfoque más
integrado y consistente en la formación de los
estudiantes.
Sin embargo, la revisión también identificó
desafíos relacionados con las actitudes y
percepciones de los padres hacia la escuela.
Algunos estudios señalaron que los padres con
experiencias educativas limitadas o negativas
tienden a ver a la escuela como una institución
distante o inaccesible, lo que reduce su
disposición para participar en actividades
escolares. Según López y Ramírez (Cruz, Y.,
Méndez, J., Andrade, M., & Suarez, L., 2023),
superar esta barrera requiere esfuerzos
concertados para sensibilizar a las familias
sobre la importancia de su rol en la educación y
crear espacios de diálogo donde se sientan
valorados y respetados. La discusión de los
resultados destaca que el rol de la familia en la
educación de los niños de primero de básica es
un factor determinante para su éxito académico
y bienestar emocional. Sin embargo, maximizar
estos beneficios requiere abordar las barreras
existentes mediante estrategias inclusivas,
programas de orientación familiar y políticas
públicas que fomenten la colaboración entre la
escuela y las familias. Estos esfuerzos no solo
fortalecerán la educación de los estudiantes,
sino que también contribuirán al desarrollo de
comunidades escolares más cohesivas y
equitativas.
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Conclusiones
El rol de la familia en la educación de los niños
de primero de básica se confirma como un
elemento central para garantizar un desarrollo
integral, tanto en el ámbito académico como en
el socioemocional. Los hallazgos de esta
revisión sistemática destacan que los
estudiantes que reciben apoyo constante y
activo por parte de sus familias muestran un
desempeño académico superior, desarrollan
mayor motivación y compromiso con el
aprendizaje, y son capaces de enfrentar los
desafíos escolares con mayor resiliencia. Este
impacto positivo se extiende más allá de las
calificaciones, pues las interacciones familiares
contribuyen significativamente a la formación
de habilidades como la confianza en sí mismos,
la capacidad para resolver problemas y el
trabajo colaborativo. Sin embargo, para que
estos beneficios se consoliden, es
imprescindible que las familias y las escuelas
trabajen de manera coordinada, estableciendo
una relación basada en la confianza y la
comunicación efectiva, que permita superar las
barreras estructurales y culturales que limitan
esta colaboración.
Uno de los desafíos más significativos
identificados en esta revisión es la influencia de
las condiciones socioeconómicas de las familias
en su capacidad para involucrarse en la
educación de sus hijos. En comunidades con
recursos limitados, las largas jornadas laborales,
la falta de acceso a herramientas educativas y la
carencia de formación específica dificultan que
los padres puedan participar activamente en el
proceso educativo. Estas condiciones no solo
afectan la calidad del apoyo que los niños
reciben en el hogar, sino que también generan
una desconexión entre las familias y las
escuelas, lo que a menudo exacerba las
desigualdades educativas. Para abordar este
problema, es fundamental que las instituciones
educativas y los responsables de políticas
públicas diseñen e implementen programas de
apoyo que respondan a las necesidades
específicas de estas familias. Esto incluye desde
iniciativas que brinden acceso a recursos
materiales y tecnológicos, hasta políticas que
promuevan horarios laborales flexibles y
capacitaciones accesibles que fortalezcan las
competencias de los padres para apoyar el
aprendizaje de sus hijos.
La comunicación entre la escuela y la familia
emerge como un factor clave en la eficacia del
rol familiar en la educación. Los estudios
analizados en esta revisión destacan que las
instituciones que establecen canales de
comunicación accesibles y efectivos logran un
mayor nivel de compromiso por parte de los
padres. Las reuniones periódicas, los boletines
informativos y el uso de plataformas digitales
son herramientas que, bien implementadas,
fomentan una mayor participación familiar y
facilitan la identificación de las necesidades
específicas de los estudiantes. No obstante, en
muchos contextos, especialmente en áreas
rurales, la comunicación entre docentes y
padres sigue siendo limitada, lo que genera
desinformación y dificulta la implementación
de estrategias conjuntas. Para superar esta
barrera, es necesario que las escuelas adopten
un enfoque más proactivo, invirtiendo en
tecnologías accesibles y en la creación de
espacios de diálogo donde las familias puedan
expresar sus inquietudes y participar
activamente en la toma de decisiones
educativas.
En conclusión, el fortalecimiento del vínculo
entre la familia y la escuela es esencial para
garantizar el éxito académico y el bienestar
emocional de los niños de primero de básica.
Sin embargo, lograr esta colaboración efectiva
requiere un esfuerzo conjunto de todos los
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actores educativos. Las instituciones deben
priorizar el desarrollo de estrategias inclusivas
que permitan a las familias participar
plenamente en el proceso educativo, mientras
que las políticas públicas deben enfocarse en
reducir las barreras estructurales que dificultan
esta participación. Este esfuerzo no solo
beneficiará a los estudiantes, sino que también
contribuirá al desarrollo de comunidades
escolares más cohesionadas, equitativas y
comprometidas con la educación como motor
de transformación social. Solo a través de un
enfoque integral y sostenido será posible
garantizar una educación inclusiva y de calidad
que responda a las necesidades y
potencialidades de todos los estudiantes,
independientemente de su contexto o condición
socioeconómica.
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