Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Edición Especial
2024
Página 201
ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS ACTIVAS PARA FOMENTAR EL APRENDIZAJE
SIGNIFICATIVO EN LA EDUCACIÓN. UN ANÁLISIS DE MÉTODOS INNOVADORES
ACTIVE TEACHING STRATEGIES TO PROMOTE MEANINGFUL LEARNING IN
EDUCATION. AN ANALYSIS OF INNOVATIVE METHODS
Autores: ¹Alejandra Monserrath Arias Merizalde, ²María Andrea Avilés Balarezo, ³Zully Elena
Sánchez Oña y
4
Rosa Eunice Ortega Montero.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0009-3356-2767
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-3795-8230
³ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-4598-1490
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6669-4730
¹E-mail de contacto: alejandra.arias@educacion.gob.ec
²E-mail de contacto: andrea.aviles@educacion.gob.ec
³E-mail de contacto: zully.sanchez@educacion.gob.ec
4
E-mail de contacto: eunice.ortega@educacion.gob
Afiliación: ¹*²*Unidad Educativa Federico González Suárez ³*Unidad Educativa Juan Montalvo
4
* Unidad Educativa Pasa, (Ecuador).
Articulo recibido: 30 de Julio del 2024
Articulo revisado: 3 de Agosto del 2024
Articulo aprobado: 10 de Septiembre del 2024
¹Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Parvularia graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador). Posee
una maestría en Educación Parvularia mención: Juego, Arte y Aprendizaje graduada de la Universidad Nacional de Chimborazo,
(Ecuador).
²Licenciada en Ciencias de la Educación en la especialización de Educación Básica graduada de la Universidad Técnica de Babahoyo,
(Ecuador).
³Licenciada en Ciencias de la Educación especialidad Educación Especial graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador).
Posee una maestría en Educación mención en Innovación y Liderazgo Educativo graduada de la Universidad Tecnológica Indoamérica,
(Ecuador).
4
Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación Parvularia graduada de la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio tiene como objetivo
analizar la percepción de los docentes sobre la
efectividad de las estrategias didácticas activas
en la promoción del aprendizaje significativo
en la educación. Se utilizó un enfoque
cuantitativo, no experimental, con un diseño
transversal, aplicando encuestas a 150 docentes
de las provincias de Guayas y Pichincha,
Ecuador. Los resultados revelan que las
estrategias activas, como el aprendizaje basado
en proyectos (ABP), el aprendizaje cooperativo
y el uso de tecnologías educativas, tienen un
impacto positivo en el aprendizaje
significativo. Las tecnologías educativas se
destacaron como la metodología más efectiva,
con una correlación alta (r = 0.75) con el
aprendizaje significativo. El ABP también
mostró una fuerte correlación (r = 0.72),
destacándose por su capacidad de conectar el
conocimiento teórico con aplicaciones
prácticas. Sin embargo, se identificaron
barreras importantes para su implementación,
como la falta de recursos (40%) y la
capacitación docente insuficiente (35%), lo que
subraya la necesidad de políticas educativas
que aborden estas limitaciones. En conclusión,
las estrategias didácticas activas son eficaces
para mejorar la calidad educativa en la
educación básica, pero su éxito depende de un
adecuado apoyo institucional y la superación
de obstáculos estructurales.
Palabras clave: Estrategias activas,
Aprendizaje significativo, Tecnologías
educativas.
Abstract
The present study aims to analyze teachers'
perceptions of the effectiveness of active
teaching strategies in promoting meaningful
learning in education. A quantitative, non-
experimental approach was used, with a cross-
sectional design, applying surveys to 150
teachers from the provinces of Guayas and
Pichincha, Ecuador. The results reveal that
active strategies, such as project-based learning
(PBL), cooperative learning, and the use of
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educational technologies, have a positive
impact on meaningful learning. Educational
technologies stood out as the most effective
methodology, with a high correlation (r = 0.75)
with meaningful learning. PBL also showed a
strong correlation (r = 0.72), standing out for its
ability to connect theoretical knowledge with
practical applications. However, important
barriers to its implementation were identified,
such as lack of resources (40%) and insufficient
teacher training (35%), underlining the need for
educational policies that address these
limitations. In conclusion, active teaching
strategies are effective in improving
educational quality in basic education, but their
success depends on adequate institutional
support and overcoming structural obstacles.
Keywords: Active strategies, Meaningful
learning, Educational technologies.
Sumário
O objetivo deste estudo é analisar a percepção
dos professores sobre a efetividade de
estratégias ativas de ensino na promoção da
aprendizagem significativa na educação. Foi
utilizada uma abordagem quantitativa, não
experimental, com desenho transversal,
aplicando pesquisas a 150 professores das
províncias de Guayas e Pichincha, Equador. Os
resultados revelam que estratégias ativas, como
a aprendizagem baseada em projetos (PBL), a
aprendizagem cooperativa e o uso de
tecnologias educacionais, têm um impacto
positivo na aprendizagem significativa. As
tecnologias educacionais destacaram-se como
a metodologia mais eficaz, com alta correlação
(r = 0,75) com a aprendizagem significativa. O
PBL também apresentou forte correlação (r =
0,72), destacando-se pela capacidade de
conectar conhecimentos teóricos com
aplicações práticas. No entanto, foram
identificadas barreiras importantes à sua
implementação, como a falta de recursos (40%)
e a formação insuficiente de professores (35%),
sublinhando a necessidade de políticas
educativas que abordem estas limitações.
Concluindo, as estratégias ativas de ensino são
eficazes na melhoria da qualidade educativa no
ensino básico, mas o seu sucesso depende de
um apoio institucional adequado e da
superação de obstáculos estruturais.
Palavras-chave: Estratégias ativas,
Aprendizagem significativa, Tecnologias
educacionais.
Introducción
El aprendizaje significativo, propuesto por
David Ausubel en la década de 1960, constituye
un concepto esencial en la psicología educativa.
De acuerdo con Reyes, B. (2021), el aprendizaje
significativo se produce cuando la información
recién adquirida se amalgama de manera
coherente y pertinente con los conocimientos
previos del estudiante, promoviendo de este
modo la retención y la comprensión a largo
plazo. Contrariamente al aprendizaje
memorístico, en el que los conceptos se
asimilan de manera aislada y de escasa
relevancia, el aprendizaje significativo
posibilita que los alumnos vinculen el nuevo
contenido con sus experiencias anteriores, lo
que potencia su habilidad para su aplicación en
contextos prácticos. Esta perspectiva ha
demostrado su relevancia particular en el
ámbito de la educación básica, donde los
alumnos se encuentran en un desarrollo
cognitivo completo y demandan metodologías
pedagógicas que promuevan una comprensión
profunda de los contenidos (Peralta, 2023).
Durante las décadas recientes, las estrategias
pedagógicas activas han adquirido relevancia
como instrumentos eficaces para fomentar el
aprendizaje significativo. Estas tácticas se
distinguen por situar al alumno en el núcleo del
proceso educativo, fomentando su implicación
activa y la generación colaborativa de
conocimiento (Panchi, 2023). Las cticas más
prominentes incluyen el Aprendizaje Basado en
Proyectos (ABP), el aprendizaje cooperativo y
la implementación de tecnologías educativas,
todas ellas orientadas a promover la interacción,
la reflexión crítica y la resolución de problemas
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en contextos reales. En un sistema educativo
tradicionalmente orientado hacia la
transferencia unidireccional de conocimientos,
estas metodologías innovadoras constituyen
una transición significativa hacia una pedagogía
más interactiva y enfocada en la comprensión
profunda de los contenidos.
El aprendizaje basado en proyectos (ABP, por
sus siglas en inglés) ha sido objeto de extensa
investigación en años recientes debido a su
potencial para vincular los conocimientos
académicos con situaciones del mundo real
(Zambrano, A., Hernández, A., & Mendoza, L.,
2022). Dentro del marco de la educación
primaria, el Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP) posibilita que los alumnos se involucren
en proyectos interdisciplinarios que demandan
la aplicación práctica de conceptos, fomentando
de este modo una comprensión más robusta y
significativa. Esta metodología no solo fomenta
el desarrollo de competencias cognitivas, sino
que también promueve el desarrollo de
habilidades interpersonales, tales como la
colaboración, la administración del tiempo y la
habilidad para abordar problemas de alta
complejidad. Investigaciones contemporáneas
han evidenciado que el Aprendizaje Basado en
Problemas (ABP) potencia la motivación de los
alumnos y su predisposición hacia el
aprendizaje autónomo (Villanueva, C., Ortega,
G., & Díaz, L., 2022).
Un enfoque pedagógico proactivo que ha
evidenciado su eficacia en la promoción del
aprendizaje significativo es el aprendizaje
cooperativo. Esta metodología se fundamenta
en la premisa de que los estudiantes pueden
adquirir conocimientos de manera más eficaz
cuando colaboran en grupos reducidos para
lograr un objetivo compartido (Gutiérrez,
2023). Dentro de un contexto cooperativo, los
alumnos tienen la posibilidad de intercambiar
conocimientos, debatir conceptos y resolver
problemas de forma colectiva, facilitando así la
profundización en los contenidos de forma
colectiva. Adicionalmente, el aprendizaje
cooperativo promueve el desarrollo de
competencias socioemocionales, tales como la
empatía, la comunicación eficaz y la resolución
de conflictos, contribuyendo así a la educación
holística de los estudiantes (Latorre, A., Muñoz,
V., & Sánchez, E., 2023).
La implementación de tecnologías educativas
ha revolucionado el escenario de la enseñanza y
el aprendizaje en las dos décadas recientes.
Instrumentos pedagógicos como las
plataformas digitales interactivas, los videos
educativos y las simulaciones virtuales han
expandido las oportunidades para la instrucción
personalizada y adaptativa, posibilitando que
los estudiantes adquieran conocimientos a su
propio ritmo y estilo (Pascagaza, F., & Estrada,
C., 2020). Dentro del marco de la educación
primaria, las tecnologías pedagógicas han
evidenciado su utilidad particular para captar la
atención de los alumnos y promover un
aprendizaje interactivo. Adicionalmente, estas
herramientas proporcionan oportunidades para
que los alumnos accedan a recursos educativos
de alta calidad, sin importar su localización
geográfica o estatus socioeconómico (Henao,
A., & Herrera, E., 2023). Por lo tanto, la
implementación de tecnología no solo
promueve el aprendizaje significativo, sino que
también contribuye a la disminución de la
brecha digital en los sistemas educativos.
La educación primaria representa un período
esencial en la formación académica de los
alumnos, dado que en esta fase se fomentan las
competencias cognitivas, sociales y
emocionales que constituirán el fundamento
para su éxito académico futuro. En este marco,
las estrategias pedagógicas activas adquieren
mayor importancia, dado que posibilitan a los
educadores la adaptación de sus metodologías
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pedagógicas a las necesidades específicas de los
alumnos, fomentando así un aprendizaje más
inclusivo y equitativo (Álvarez, C., 2023). No
obstante, pese a las ventajas ampliamente
documentadas de estas estrategias, su puesta en
práctica en las aulas continúa siendo restringida,
particularmente en entornos educativos con
recursos limitados o con educadores que no han
recibido una formación apropiada en su
aplicación.
A escala global, múltiples estudios han
destacado la necesidad de reformar los sistemas
educativos convencionales para integrar
estrategias didácticas activas de forma más
sistemática (Lizcano, G., Soto, C., Gallego, M.,
& Celis, R., 2022). En numerosos casos, los
educadores confrontan obstáculos estructurales,
tales como la limitada disponibilidad de
recursos tecnológicos o la presión por adherirse
a un currículo estandarizado, lo que obstaculiza
la implementación de metodologías
innovadoras en el entorno educativo
(Maldonado, H., Márquez, R., & Gurrola, C.,
2024). Adicionalmente, la capacitación
continua y el respaldo institucional constituyen
elementos cruciales para el éxito en la
aplicación de dichas estrategias, dado que los
educadores requieren cultivar habilidades
pedagógicas y tecnológicas que les habiliten
para incorporar eficientemente estas
herramientas en su práctica cotidiana.
Dentro del marco ecuatoriano, la necesidad de
implementar estrategias pedagógicas activas en
la educación básica ha sido reconocida en
múltiples políticas educativas; sin embargo, su
implementación aún representa un desafío
significativo. De acuerdo con datos recientes de
Armijos, J., & Armijos, F. (2022), a pesar de los
intentos por implementar tecnologías
educativas y promover el aprendizaje
colaborativo en las instituciones educativas, la
mayoría de los educadores continúa empleando
métodos tradicionales enfocados en la
exposición oral y el aprendizaje memorístico.
Esta circunstancia enfatiza la necesidad de
realizar investigaciones cuantitativas para
evaluar la eficacia de las estrategias
pedagógicas activas en la promoción del
aprendizaje significativo, con el objetivo de
proporcionar pruebas empíricas que avalen su
implementación en las aulas ecuatorianas.
El propósito de este estudio es examinar de
manera cuantitativa el efecto de las estrategias
pedagógicas activas en el aprendizaje
significativo de los alumnos de nivel básico.
Mediante encuestas implementadas en diversas
instituciones educativas, se pretende examinar
la percepción de los educadores respecto a la
eficacia de metodologías como el Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP), el aprendizaje
cooperativo y la implementación de tecnologías
educativas en el entorno académico.
Adicionalmente, el estudio tiene como objetivo
identificar las barreras que los educadores
enfrentan para la implementación de estas
estrategias y sugerir estrategias para superar
dichos obstáculos, con el propósito de optimizar
la calidad educativa en Ecuador.
Este análisis facilitará una comprensión más
profunda de cómo las estrategias pedagógicas
activas favorecen el aprendizaje significativo en
la educación básica y ofrecerá datos valiosos
para la formulación de decisiones educativas,
tanto a nivel institucional como gubernamental.
Además, los hallazgos de este estudio
proporcionarán un fundamento robusto para
investigaciones subsiguientes que indague el
efecto de estas metodologías en diversos
contextos educativos y niveles académicos.
Desarrollo
La noción de aprendizaje significativo
constituye un concepto fundamental en la teoría
cognitiva y educativa, ampliamente
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desarrollada por David Ausubel. De acuerdo
con Cañaveral, J., Nieto, S., & Vaca, H. (2020),
esta modalidad de aprendizaje se distingue por
la habilidad del alumno para establecer una
correlación significativa entre el nuevo
conocimiento y la estructura cognitiva
previamente adquirida. Esto se contrapone al
aprendizaje memorístico, en el que los
conceptos se asimilan de manera autónoma sin
una vinculación significativa con los
conocimientos previos. El principio
fundamental del aprendizaje significativo reside
en la importancia del contenido adquirido para
el estudiante, lo que promueve su retención
duradera y su aplicabilidad en contextos
prácticos. Esta teoría ha emergido como un pilar
fundamental en la formulación de estrategias
pedagógicas orientadas al estudiante,
especialmente en el ámbito de la educación
básica.
Dentro del contexto de la educación
fundamental, fomentar el aprendizaje
significativo constituye un objetivo esencial
para asegurar que los alumnos no solo
adquieran conocimientos, sino que también
sean capaces de emplearlos de manera crítica y
reflexiva. Garcia, L., Balcázar, L., & Gallardo,
M. (2024) argumentan que el aprendizaje
significativo no solo optimiza el desempeño
académico, sino que también promueve el
desarrollo de competencias cognitivas
superiores, tales como el pensamiento crítico, la
resolución de problemas y la habilidad para la
transferencia de conocimiento. En este
contexto, las estrategias pedagógicas activas,
que implican la implicación directa de los
alumnos en el proceso de adquisición de
conocimientos, se han evidenciado como
instrumentos pedagógicos fundamentales para
la consecución de dichos objetivos.
Una de las tácticas pedagógicas activas más
estudiadas es el aprendizaje basado en
proyectos (ABP, por sus siglas en inglés). Esta
metodología pedagógica se distingue por
colocar al estudiante en un papel proactivo en la
generación de conocimientos, mediante la
ejecución de proyectos que amalgaman diversas
disciplinas del saber. De acuerdo con Meza, F.,
Sánchez, A., del Pilar Guerra, M., & Naranjo, J.
(2024), el Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP) fomenta un aprendizaje más profundo y
significativo al facilitar la participación de los
estudiantes en proyectos tangibles, que no solo
demandan la asimilación de los conceptos, sino
también su implementación en contextos
prácticos. Esta perspectiva adquiere particular
relevancia en la educación básica, donde los
alumnos requieren vincular los conocimientos
adquiridos en el entorno académico con el
mundo exterior para que el conocimiento
adquiera significado y relevancia en sus vidas.
El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) se
fundamenta en postulados constructivistas, los
cuales postulan que la eficacia del aprendizaje
se incrementa cuando los alumnos participan
activamente y están comprometidos en la
construcción de su propio conocimiento (Poma,
2023). El Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP, por sus siglas en inglés) promueve la
generación de vínculos significativos entre los
nuevos conceptos y los conocimientos previos.
Adicionalmente, promueve la autonomía, la
colaboración grupal y la creatividad,
competencias esenciales no solo en el contexto
académico, sino también en el desarrollo
personal y social de los alumnos. La
investigación ha evidenciado que el
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP, por
sus siglas en inglés) potencia no solo la
comprensión conceptual, sino también la
motivación y el compromiso estudiantil (Ortiz,
C., & Vega, O., 2020).
Una táctica pedagógica proactiva que ha
evidenciado su eficacia en el ámbito de la
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educación básica es el aprendizaje cooperativo.
De acuerdo con Padín, R. (2023), el aprendizaje
cooperativo se fundamenta en la interacción
constructiva entre los alumnos, que colaboran
para lograr metas académicas compartidas.
Contrariamente a las metodologías
competitivas o individualistas, la pedagogía
cooperativa promueve la colaboración y el
respaldo recíproco, lo cual no solo optimiza el
desempeño académico, sino que también
robustece las competencias sociales y
emocionales de los alumnos. Dentro de este
marco, la cooperación se percibe como un
mecanismo para potenciar la comprensión,
dado que los estudiantes deben elucidar, debatir
y negociar significados con el objetivo de
alcanzar un consenso sobre los contenidos que
están asimilando.
El aprendizaje cooperativo se encuentra en
consonancia con la teoría del aprendizaje social
propuesta por Rodríguez, R., & Cantero, M.
(2020), la cual postula que gran parte del
aprendizaje se desarrolla en un entorno social
mediante la observación e interacción con los
demás. Rodríguez, R., & Cantero, M. sostiene
que el modelado y la imitación constituyen
mecanismos fundamentales para el aprendizaje,
subrayando así la relevancia del entorno
colaborativo en la adquisición de conocimientos
y competencias. En este contexto, el
aprendizaje cooperativo no solo potencia la
comprensión conceptual de los alumnos, sino
que también fomenta la evolución de
habilidades interpersonales, como la empatía, la
comunicación eficaz y la resolución de
conflictos, que resultan fundamentales para el
éxito tanto en el ámbito educativo como en la
vida cotidiana.
Además del Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP) y el aprendizaje cooperativo, la
implementación de tecnologías educativas ha
surgido como un instrumento indispensable
para promover el aprendizaje significativo en el
nivel de educación básica. Con el progreso de la
tecnología digital, instrumentos pedagógicos
como las plataformas interactivas, simuladores
y recursos multimedia han revolucionado el
escenario pedagógico (Correa, P., Carbo, L., &
Villamar, B., 2024). Estas tecnologías no solo
promueven el acceso a una amplia y actualizada
gama de información, sino que también
habilitan a los estudiantes para adquirir
conocimientos de forma interactiva y
adaptativa. Según Henao, A., & Herrera, E.
(2023), las tecnologías educativas posibilitan la
personalización del proceso de aprendizaje,
adaptándose a los ritmos y estilos de
aprendizaje individuales, lo cual propicia una
mayor retención de conocimientos.
La implementación de tecnologías educativas
en la educación fundamental está
intrínsecamente vinculada con la teoría del
aprendizaje multimedia propuesta por Delgado,
C., & González, C. (2024). Esta teoría postula
que los individuos adquieren un aprendizaje
más efectivo cuando la información se presenta
simultáneamente a través de diversos canales
sensoriales, tales como el visual y el auditivo.
Las herramientas de tecnología facilitan la
incorporación de textos, imágenes, videos y
animaciones en el proceso educativo, lo cual
promueve una comprensión más profunda de
los conceptos abstractos y potencia la retención
de la información a largo plazo.
Adicionalmente, la implementación de
tecnologías facilita la generación de entornos
educativos más dinámicos e interactivos, en los
que los alumnos tienen la posibilidad de
experimentar y examinar los contenidos de
forma activa.
Aunque las tecnologías educativas
proporcionan una serie de ventajas, su puesta en
práctica efectiva en los espacios de educación
básica depende considerablemente de la
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capacitación y disposición de los educadores.
De acuerdo con una investigación llevada a
cabo por Centeno, R. (2021), numerosos
educadores en América Latina encuentran
obstáculos considerables para la incorporación
de tecnologías en sus prácticas pedagógicas,
entre los que se incluyen la insuficiencia de
infraestructura apropiada, la limitada formación
en la utilización de instrumentos tecnológicos y
la resistencia al cambio. Estas barreras
restringen la capacidad de las tecnologías para
promover el aprendizaje significativo, lo que
enfatiza la imperatividad de políticas educativas
que fomenten la capacitación continua de los
educadores y la provisión de recursos
tecnológicos en los centros educativos.
Un elemento significativo en la implementación
de estrategias pedagógicas activas radica en la
necesidad de un currículo adaptable que permita
a los educadores ajustar sus metodologías a las
exigencias y particularidades de los estudiantes.
Ruiz, M. (2020) argumentan que los currículos
rígidos y orientados hacia la memorización de
contenidos restringen la habilidad de los
educadores para implementar estrategias
innovadoras como el Aprendizaje Basado en
Problemas (ABP) y el aprendizaje cooperativo.
Se requiere un enfoque más adaptable y
centrado en el estudiante, que faculte a los
educadores para concebir experiencias de
aprendizaje significativas y pertinentes para sus
estudiantes. Esta perspectiva debe estar en
consonancia con las políticas educativas a nivel
nacional e internacional que fomentan una
educación inclusiva y equitativa.
Las estrategias pedagógicas activas ejercen
igualmente un impacto considerable en la
equidad en el ámbito educativo. Al fomentar la
implicación activa de todos los alumnos, sin
distinción de sus competencias o antecedentes,
dichas estrategias contribuyen a disminuir las
disparidades en el aprendizaje y aseguran una
educación de alta calidad para todos. De
acuerdo con Muntaner, J., & Forteza, D. (2021),
el aprendizaje cooperativo se presenta como un
instrumento potente para promover la inclusión
educativa, dado que facilita la colaboración
entre estudiantes con diversas competencias y
estilos de aprendizaje en un entorno de respaldo
recíproco. Este aspecto adquiere particular
relevancia en el ámbito de la educación básica,
donde la diversidad en las aulas se incrementa
progresivamente.
En última instancia, es crucial subrayar que la
efectiva implementación de estrategias
pedagógicas activas en la educación básica
demanda un robusto respaldo institucional. De
acuerdo con Losada, Á., & Peña, C. (2022), los
educadores requieren no solo de capacitación
continua, sino también de recursos y tiempo
para la planificación y ejecución de actividades
pedagógicas innovadoras. Esto conlleva una
reforma holística del sistema educativo que
englobe la optimización de las infraestructuras
escolares, la implementación de programas de
capacitación docente orientados hacia
metodologías activas y la provisión de
materiales y recursos apropiados. En ausencia
de este respaldo, las estrategias pedagógicas
activas pueden transformarse en una carga
adicional para los educadores, en vez de ser un
instrumento eficaz para optimizar el proceso de
aprendizaje.
Las tácticas pedagógicas activas, tales como el
aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje
cooperativo y la implementación de tecnologías
educativas, proporcionan un enfoque innovador
y eficiente para promover el aprendizaje
significativo en la educación primaria. Estas
metodologías no sólo optimizan el
entendimiento conceptual de los alumnos, sino
que también fomentan el desarrollo de
competencias cognitivas, sociales y
emocionales, fundamentales para su éxito
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académico y personal. Sin embargo, su puesta
en práctica demanda una transformación en las
prácticas pedagógicas convencionales, junto
con un sólido respaldo institucional que facilite
a los educadores la incorporación efectiva de
estas estrategias en el contexto del aula
Marco teórico
El presente estudio se basa en un enfoque
cuantitativo de tipo no experimental, con un
diseño transversal y descriptivo. El objetivo
principal de este diseño es analizar la
percepción de los docentes sobre la efectividad
de las estrategias didácticas activas para
fomentar el aprendizaje significativo en la
educación básica. El enfoque cuantitativo se
justifica por la necesidad de obtener datos
medibles que permitan identificar patrones y
relaciones entre las variables estudiadas
(Rodríguez, R., Oré, B., & Vargas, E., 2021).
Además, se seleccionó un diseño transversal, ya
que la recolección de datos se realizó en un
único momento, permitiendo obtener una
fotografía precisa del estado actual de la
implementación de estrategias didácticas en las
aulas de educación básica.
La población del estudio estuvo constituida por
docentes de educación básica en instituciones
educativas públicas y privadas de Ecuador,
específicamente de las provincias de Guayas y
Pichincha. La muestra, seleccionada mediante
un muestreo aleatorio estratificado, estuvo
compuesta por 150 docentes de ambos géneros,
con un rango de edad de 25 a 55 años, y con una
experiencia docente mínima de tres años. Se
utilizó un muestreo aleatorio estratificado para
asegurar la representatividad de las diferentes
instituciones educativas y garantizar la
inclusión de docentes que trabajaran con
distintos niveles de educación básica (inicial,
medio y superior). Este tipo de muestreo es
apropiado cuando se busca garantizar que todos
los subgrupos de la población estén
representados en proporciones adecuadas
(Piedra, M., & Manqueros, C., 2021).
Para la recolección de datos, se diseñó un
cuestionario estructurado con una escala tipo
Likert de 5 puntos (1 = totalmente en
desacuerdo, 5 = totalmente de acuerdo), que
evaluaba la percepción de los docentes sobre la
efectividad de tres estrategias didácticas
activas: el aprendizaje basado en proyectos
(ABP), el aprendizaje cooperativo y el uso de
tecnologías educativas. El cuestionario
constaba de 30 ítems distribuidos en tres
secciones, cada una correspondiente a una de
las estrategias didácticas mencionadas. Se
validó el instrumento mediante juicio de
expertos, quienes revisaron la pertinencia y
claridad de los ítems, así como la cobertura de
los constructos teóricos. Posteriormente, se
realizó una prueba piloto con 20 docentes para
evaluar la consistencia interna del cuestionario,
obteniéndose un coeficiente de alfa de
Cronbach de 0.87, lo que indica una alta
fiabilidad del instrumento (Rodríguez, J., &
Reguant, M., 2020).
El análisis de los datos se realizó utilizando el
programa estadístico SPSS, versión 25.0. Se
emplearon técnicas de estadística descriptiva,
como medidas de tendencia central (media y
mediana) y de dispersión (desviación estándar),
para describir las características demográficas
de la muestra y la distribución de las respuestas
a los ítems del cuestionario. Además, se utilizó
el coeficiente de correlación de Pearson para
explorar la relación entre la frecuencia de uso
de estrategias didácticas activas y los niveles de
aprendizaje significativo percibidos por los
docentes. Este análisis permitió identificar
correlaciones entre las variables estudiadas, lo
que proporcionó información relevante sobre la
efectividad de cada estrategia pedagógica en el
contexto de la educación básica (Nina, J., &
Nina, E., 2021).
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Se adoptaron medidas éticas rigurosas a lo largo
de todo el proceso de investigación. Se
garantizó el anonimato y la confidencialidad de
los participantes, y se obtuvo su consentimiento
informado previo a la participación en el
estudio. Los datos fueron almacenados y
tratados de acuerdo con las normas establecidas
para la protección de la privacidad y la
integridad de los participantes, siguiendo las
recomendaciones del Comité de Ética de la
Universidad donde se realizó la investigación.
Además, se aseguraron de que los resultados
fueran utilizados únicamente con fines
académicos y de investigación, respetando los
principios de integridad y transparencia
científica.
Resultados
La muestra de docentes estuvo compuesta
principalmente por mujeres (58%), lo que
refleja la tendencia de mayor presencia
femenina en el sector educativo. La mayoría de
los docentes tiene una experiencia profesional
promedio de 10 años, lo que sugiere que la
muestra está compuesta por profesionales con
suficiente experiencia para evaluar el uso de
estrategias activas. La distribución entre el
sector público y privado muestra una mayor
representación de docentes del sector público
(60%), lo cual es relevante ya que las
condiciones pedagógicas pueden variar entre
ambos sectores, impactando la implementación
de estrategias didácticas activas.
Tabla 1: Características demográficas de la
muestra
Categoría
Valores
Edad (media)
40 años
Años de experiencia (media)
10 años
Género (Femenino)
58%
Género (Masculino)
42%
Sector (Público)
60%
Sector (Privado)
40%
Fuente: Elaboración propia
En términos generales, las estrategias didácticas
activas son percibidas como muy efectivas por
los docentes. El uso de tecnologías educativas
obtuvo la mayor valoración (media = 4.5),
seguido del aprendizaje basado en proyectos
(media = 4.3) y el aprendizaje cooperativo
(media = 4.0). Las bajas desviaciones estándar
reflejan que la percepción de los docentes es
consistente. Esto sugiere que las tecnologías
educativas se destacan como una herramienta
clave para facilitar el aprendizaje significativo,
mientras que el ABP también es muy apreciado
por su capacidad de conectar el aprendizaje con
situaciones prácticas.
Tabla 2: Percepción general sobre el uso de
estrategias activas
Estrategia
Media
Desviación
estándar
Aprendizaje basado en
proyectos (ABP)
4.3
0.5
Aprendizaje cooperativo
4.0
0.6
Tecnologías educativas
4.5
0.4
Fuente: Elaboración propia
Tabla 3: Frecuencia de uso de estrategias
activas
Estrategia
Frecuentemente
(%)
Ocasionalmente
(%)
Rara
vez
(%)
Aprendizaje
basado en
proyectos
(ABP)
35
15
5
Aprendizaje
cooperativo
30
20
10
Tecnologías
educativas
30
10
5
Fuente: Elaboración propia
La tabla 3 muestra que el uso de tecnologías
educativas es la estrategia más frecuente, con un
55% de los docentes que las utilizan de manera
constante, mientras que el ABP es utilizado
siempre por el 45% de los docentes. El
aprendizaje cooperativo, aunque valorado, tiene
una menor frecuencia de uso, con solo el 40%
de los docentes que lo implementan siempre.
Estos resultados indican que, si bien las
estrategias activas son percibidas como
efectivas, su implementación varía
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dependiendo del contexto y los recursos
disponibles. El mayor uso de tecnologías puede
estar relacionado con la facilidad de integración
en diversas áreas curriculares y la
disponibilidad de herramientas digitales.
Los coeficientes de correlación muestran una
relación positiva entre el uso de estrategias
didácticas activas y el aprendizaje significativo.
La mayor correlación se observa entre el uso de
tecnologías educativas y el aprendizaje
significativo (r = 0.75, p < 0.001), seguido del
ABP (r = 0.72, p < 0.01) y el aprendizaje
cooperativo (r = 0.65, p < 0.01). Los valores de
p indican que estas correlaciones son
estadísticamente significativas, lo que refuerza
la idea de que el uso de estas estrategias activas
tiene un impacto real en la mejora del
aprendizaje significativo en la educación
básica. La mayor correlación observada con la
tecnología sugiere que esta herramienta es
particularmente eficaz para mejorar la retención
y comprensión del conocimiento.
Tabla 4: Correlación entre estrategias activas
y aprendizaje significativo
Variable
Coeficiente de
correlación (r)
p-
valor
ABP y aprendizaje
significativo
0.72
0.001
Cooperativo y
aprendizaje significativo
0.65
0.005
Tecnología y aprendizaje
significativo
0.75
0.000
Fuente: Elaboración propia
Los resultados indican que la principal barrera
percibida por los docentes para implementar
estrategias didácticas activas es la falta de
recursos (40%), seguida de la capacitación
insuficiente (35%). La resistencia al cambio y la
sobrecarga laboral son barreras menores, pero
aún significativas, con 15% y 10%
respectivamente. Estos hallazgos subrayan la
importancia de proveer un mejor acceso a
recursos y programas de formación continua
para los docentes. La falta de recursos puede
referirse tanto a infraestructura física como a
materiales pedagógicos, mientras que la
capacitación insuficiente sugiere que los
docentes podrían no estar completamente
preparados para implementar estas
metodologías de manera eficaz.
Tabla 5: Percepción de barreras para
implementar estrategias activas
Barreras
Porcentaje de docentes
(%)
Falta de recursos
40
Capacitación
insuficiente
35
Resistencia al cambio
15
Sobrecarga laboral
10
Fuente: Elaboración propia
Tabla 6: Evaluación del impacto de las
estrategias activas en la motivación estudiantil
Estrategia
Porcentaje que reporta
alta motivación (%)
Aprendizaje basado en
proyectos (ABP)
85
Aprendizaje
cooperativo
78
Tecnologías educativas
90
Fuente: Elaboración propia
El impacto de las estrategias activas sobre la
motivación de los estudiantes es considerable,
con un 90% de los docentes que reportan que las
tecnologías educativas generan una alta
motivación en los estudiantes. El ABP también
es efectivo, con un 85% de los docentes que
observan un alto nivel de motivación en sus
estudiantes, seguido por el aprendizaje
cooperativo (78%). Estos resultados
demuestran que las estrategias activas no solo
mejoran el aprendizaje significativo, sino que
también tienen un efecto positivo en la
motivación y el compromiso de los estudiantes.
La alta motivación asociada con el uso de
tecnologías educativas puede estar vinculada a
la naturaleza interactiva y dinámica de las
herramientas tecnológicas.
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Discusión de los resultados
Los hallazgos de la presente investigación
corroboran la eficacia de las estrategias
pedagógicas activas en la promoción del
aprendizaje significativo en la educación
básica, respaldando descubrimientos anteriores
en la literatura académica. Específicamente, las
tecnologías educativas y el aprendizaje basado
en proyectos (ABP) emergieron como las
metodologías más apreciadas por los
educadores en cuanto a su influencia en el
aprendizaje significativo y la motivación de los
estudiantes. Esto se alinea con investigaciones
anteriores que han evidenciado que las
tecnologías educativas posibilitan una
interacción más dinámica y personalizada entre
los estudiantes, promoviendo así la retención de
conocimientos (Delgado, C., & González, C.,
2024). El Aprendizaje Basado en Problemas
(ABP, por sus siglas en inglés) ha sido
ampliamente reconocido por su habilidad para
vincular los conocimientos teóricos con
aplicaciones prácticas en contextos reales, lo
cual potencia la pertinencia y significación del
aprendizaje para los estudiantes (Ortiz, C., &
Vega, O., 2020).
La elevada correlación entre la implementación
de estrategias pedagógicas activas y el
aprendizaje significativo, con coeficientes de
correlación que superan 0.65, evidencia que
dichas metodologías no solo producen
resultados favorables en lo que respecta a la
motivación estudiantil, sino que también
ejercen un impacto directo en la adquisición de
conocimientos. Las tecnologías educativas,
exhibiendo un coeficiente de correlación de
0.75, evidenciaron una relación más positiva
con el aprendizaje significativo. Esta
correlación podría atribuirse a la habilidad de
dichas herramientas para suministrar recursos
visuales y auditivos que complementan el
aprendizaje tradicional basado en texto (Reyes,
2021). Esto indica que la incorporación de
tecnologías en el entorno educativo debería ser
una prioridad en la educación básica,
particularmente en contextos donde el
aprendizaje significativo constituye un objetivo
primordial.
La metodología de aprendizaje basado en
proyectos también evidenció su eficacia,
evidenciada por un coeficiente de correlación
de 0.72. Este hallazgo se alinea con estudios
previos que subrayan la influencia positiva del
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) en la
motivación y el compromiso estudiantil
(Villanueva, C., Ortega, G., & Díaz, L., 2022).
La característica colaborativa e
interdisciplinaria del Aprendizaje Basado en
Problemas promueve la implicación activa de
los alumnos, lo cual aumenta la posibilidad de
que los conocimientos adquiridos se almacenen
en la memoria a largo plazo. Adicionalmente, el
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP)
posibilita que los alumnos desarrollen
competencias cognitivas avanzadas, tales como
el pensamiento crítico y la resolución de
problemas, que son esenciales en la educación
del siglo XXI (García, L., Balcázar, L., &
Gallardo, M., 2024).
Respecto al aprendizaje cooperativo, a pesar de
exhibir una correlación inferior (r = 0.65) en
comparación con las otras dos estrategias,
continúa siendo una metodología de gran valor
para promover el aprendizaje significativo. Los
educadores destacaron que esta estrategia
fomenta competencias sociales tales como la
empatía, la comunicación eficaz y la
colaboración grupal, elementos esenciales en la
educación holística de los alumnos (Latorre, A.,
Muñoz, V., & Sánchez, E., 2023). El motivo por
el cual el aprendizaje cooperativo podría exhibir
una correlación marginalmente inferior con el
aprendizaje significativo podría estar vinculado
a las dificultades que ciertos educadores
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afrontan en la administración de grupos de
trabajo eficaces o en asegurar una participación
equitativa de todos los estudiantes en el proceso
educativo (Correa, P., Carbo, L., & Villamar,
B., 2024).
No obstante, a pesar de los resultados
favorables vinculados a estas estrategias, los
educadores también identificaron obstáculos
significativos para su puesta en práctica. Las
dos barreras más significativas identificadas en
este estudio fueron la insuficiencia de recursos
(40%) y la insuficiente formación (35%). Estos
hallazgos se alinean con estudios anteriores que
han destacado que la insuficiencia de
infraestructura tecnológica apropiada y la
insuficiente capacitación docente constituyen
los principales impedimentos para la puesta en
práctica efectiva de estrategias innovadoras en
los entornos educativos (Losada, Á., & Peña,
C., 2022). Este hecho enfatiza la necesidad de
que las políticas educativas privilegien la
inversión en recursos pedagógicos y en la
capacitación continua del personal docente, con
el fin de que las estrategias didácticas activas
puedan ser implementadas de manera más
eficiente y extendida.
La insuficiencia de recursos, identificada por el
40% de los educadores, no solo abarca la
insuficiencia de infraestructura tecnológica,
sino también la insuficiencia de materiales
pedagógicos indispensables para la
implementación de proyectos y actividades de
colaboración. Este descubrimiento reviste
particular importancia para las instituciones
educativas pertenecientes al sector público,
donde las restricciones presupuestarias suelen
ser más pronunciadas. No obstante, la
educación de alta calidad no puede estar
exclusivamente condicionada por el acceso a
recursos; es imperativo que los educadores
posean la capacitación apropiada para emplear
eficazmente los recursos disponibles, un factor
identificado como un obstáculo por el 35% de
los participantes. La falta de formación
adecuada en la aplicación de estrategias activas
puede resultar en una implementación
superficial o ineficiente, lo que restringe su
capacidad para propiciar un aprendizaje
importante.
Un obstáculo significativo fue la resistencia al
cambio, identificada por el 15% de los
educadores. A pesar de que este porcentaje es
inferior en comparación con otras barreras, es
crucial considerar que la innovación en el
ámbito educativo demanda una transformación
en las prácticas pedagógicas convencionales, lo
que puede generar cierta resistencia,
particularmente entre los educadores con un
largo historial. La superación de este obstáculo
requiere una estrategia institucional que
fomente una cultura de innovación y
proporcione el respaldo necesario para que los
educadores se sientan incentivados a
implementar nuevas metodologías sin temor al
fracaso (Maldonado, H., Márquez, R., &
Gurrola, C., 2024). Para optimizar este
procedimiento, resulta imprescindible
establecer foros para el intercambio de
experiencias exitosas entre los educadores, lo
cual podría contribuir a disminuir la resistencia
al cambio.
Respecto a la motivación estudiantil, los
hallazgos indicaron que el 90% de los
educadores indicaron que la implementación de
tecnologías educativas ejerce un efecto positivo
en la motivación de los alumnos, seguido por el
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP)
(85%) y el aprendizaje cooperativo (78%). Esta
afirmación consolida el postulado de que las
tecnologías no solo optimizan el proceso de
aprendizaje, sino que también lo incrementan en
atractivo para los estudiantes, quienes están
cada vez más versados en entornos digitales
(Delgado, C., & González, C., 2024). No
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obstante, es imperativo no subestimar el efecto
del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y
el aprendizaje cooperativo en la motivación
estudiantil, dado que estas metodologías
proporcionan oportunidades para que los
alumnos adopten una participación más activa y
activa en su proceso de aprendizaje.
Es imperativo subrayar que la eficacia de
cualquier estrategia pedagógica activa está
considerablemente condicionada por el
contexto en el que se implementa. Aunque los
hallazgos de esta investigación sugieren que las
estrategias activas son eficaces para promover
el aprendizaje significativo, su implementación
debe ser ajustada a las especificidades de cada
contexto educativo. Esto implica tener en
cuenta las particularidades demográficas y
culturales de los alumnos, así como las
circunstancias laborales de los educadores. En
este contexto, las políticas educativas deben
mostrar flexibilidad y ofrecer un esquema que
facilite la adaptación de las estrategias activas a
las necesidades particulares de cada comunidad
educativa.
Los resultados de esta investigación enfatizan la
relevancia de las estrategias pedagógicas
activas en la promoción del aprendizaje
significativo en el nivel de educación básica. No
obstante, para una implementación efectiva de
estas metodologías, es imperativo enfrentar las
barreras estructurales que restringen su
aplicación. La inversión en recursos
pedagógicos y la formación continua de los
docentes son fundamentales para garantizar que
los alumnos puedan aprovechar plenamente
estas estrategias innovadoras.
Simultáneamente, es imperativo promover
prácticas institucionales que favorezcan la
implementación de estas metodologías,
mitigando la resistencia al cambio y asegurando
que los educadores dispongan del respaldo
requerido para transformar sus aulas en
espacios de aprendizaje dinámico y relevante.
Conclusiones
Esta investigación ha corroborado que las
estrategias pedagógicas activas, tales como el
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el
aprendizaje cooperativo y la implementación de
tecnologías educativas, representan
instrumentos pedagógicos eficaces para
fomentar el aprendizaje significativo en la
educación básica. Las evidencias recolectadas
evidencian que estas metodologías no solo
optimizan la comprensión conceptual de los
alumnos, sino que también ejercen una
influencia positiva en su motivación y
compromiso con el proceso de aprendizaje. La
correlación positiva entre estas estrategias y el
aprendizaje significativo indica que la
pedagogía convencional, orientada hacia la
memorización de contenidos, debe ser
reevaluada en favor de metodologías más
interactivas y participativas, que habiliten a los
alumnos para desempeñar un papel activo en su
propio proceso de aprendizaje.
Específicamente, la implementación de
tecnologías educativas ha demostrado ser la
estrategia más eficaz, tanto en lo que respecta al
aprendizaje significativo como a la motivación
de los estudiantes. Esta afirmación consolida el
postulado de que las herramientas tecnológicas
no solo proporcionan oportunidades para el
acceso a la información, sino que también
promueven el aprendizaje interactivo y la
personalización de los contenidos, factores que,
a su vez, favorecen la retención del
conocimiento a largo plazo. Por consiguiente, la
aplicación eficaz de tecnologías educativas
debería constituir una prioridad en las políticas
educativas, particularmente en la educación
básica, donde los alumnos se encuentran en una
fase crítica de desarrollo cognitivo y social.
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La metodología del aprendizaje basado en
proyectos (ABP) también ha demostrado ser
altamente apreciada por los educadores, dado
que facilita a los alumnos la aplicación de los
conceptos adquiridos en contextos prácticos y
reales, estableciendo así una conexión entre el
aprendizaje teórico y la vida diaria. Esta
metodología no solo fomenta el aprendizaje
significativo, sino que también fomenta la
adquisición de competencias transversales,
tales como la colaboración, la creatividad y el
pensamiento crítico. Los hallazgos indican que
el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP)
debería ser integrado de manera más sistemática
en los currículos de educación básica, con el
objetivo de capacitar a los alumnos para
afrontar los retos del mundo real.
Pese a los beneficios detectados, la puesta en
práctica de dichas estrategias no está exenta de
obstáculos. La insuficiencia de recursos, la
insuficiente formación docente y, en menor
grado, la resistencia al cambio, constituyen
obstáculos que restringen la implementación de
metodologías activas en los entornos
educativos. Este estudio subraya la necesidad de
enfrentar estas barreras a través de la inversión
en infraestructura educativa, la formulación de
programas de formación continua para el
personal docente, y la creación de ambientes
laborales que promuevan la innovación
pedagógica. En ausencia de un respaldo
apropiado, la capacidad de las estrategias
activas para la mejora de la calidad educativa
continuará siendo restringida, particularmente
en escenarios donde los recursos son limitados.
Las estrategias pedagógicas activas
proporcionan un camino prometedor hacia la
optimización de la calidad educativa en el nivel
de educación básica. No obstante, la efectiva
implementación demanda un enfoque holístico
que no solo suministre los recursos materiales
requeridos, sino que también fomente una
cultura de innovación pedagógica entre el
cuerpo docente. La incorporación de estas
estrategias en el entorno académico puede
modificar la experiencia pedagógica,
incrementando la significación, motivación y
relevancia del aprendizaje para los alumnos,
contribuyendo así a su éxito académico y
personal a largo plazo.
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Monserrath Arias Merizalde, María Andrea Avilés
Balarezo, Zully Elena Sánchez Oña y Rosa Eunice
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