Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
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INFLUENCIA DE LA TÉCNICA DEL MODELADO EN LA MOTRICIDAD FINA DE LOS
ESTUDIANTES DE CUARTO DE BÁSICA DE LA ESCUELA HÉROES DEL CENEPA,
NOBOL
INFLUENCE OF THE MODELING TECHNIQUE ON THE FINE MOTOR SKILLS OF
FOURTH-GRADE STUDENTS AT HÉROES DEL CENEPA SCHOOL, NOBOL
Autores: ¹Katherine Viviana Aranda Murillo, ²Jessica Estefanía Loor Vivas, ³Lissney Clara León
Herrera y
4
Jessica Mariela Carvajal Morales.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-8070-769X
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-1868-4592
³ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-2868-0155
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0001-6692-1775
¹E-mail de contacto: karandam@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: jloorv8@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: lleonh@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto
: jcarvajalm4@unemi.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*4*
Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 15 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 27 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 15 de Diciembre del 2025
¹Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Ingeniera en Estadística Informática de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, (Ecuador). Magíster en Sistemas de Información
General de la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Educación Básica de la Universidad Estatal de
Milagro, (Ecuador).
Resumen
El estudio tuvo como objetivo determinar la
influencia de la técnica del modelado en el
desarrollo de la motricidad fina de los
estudiantes de cuarto de básica de una
institución educativa del cantón Nobol, durante
el año lectivo 2025. Se aplicó una metodología
básica, con enfoque cuantitativo, diseño no
experimental y alcance descriptivo–
transaccional. La técnica utilizada fue la
encuesta y el instrumento un cuestionario
estructurado de 36 ítems cerrados, aplicado a
una muestra de 30 estudiantes seleccionados
mediante muestreo no probabilístico. Los
resultados revelaron que el 50,10 % del
estudiantado presenta un nivel alto de
desempeño en la coordinación viso–manual, el
48,48 % en la coordinación gestual y el 50,50
% en la maduración motriz. En promedio, el
49,60 % demuestra dominio adecuado en las
dimensiones evaluadas. Se concluye que la
técnica del modelado favorece la precisión, el
control y la planificación del movimiento,
fortaleciendo la autonomía, la creatividad y el
aprendizaje significativo. Por ello, se
recomienda su aplicación sistemática como
estrategia pedagógica para potenciar el
desarrollo integral infantil.
Palabras clave: Modelado, Motricidad fina,
Coordinación viso–manual, Creatividad,
Educación básica.
Abstract
The study aimed to determine the influence of
the modeling technique on the development of
fine motor skills in fourth-grade students from
an educational institution in Nobol, during the
2025 school year. A basic methodology was
applied, with a quantitative approach, non-
experimental design, and descriptive-
transversal scope. The survey technique was
used, and the instrument consisted of a
structured questionnaire with 36 closed-ended
items, administered to a sample of 30 students
selected through non-probabilistic sampling.
The results revealed that 50.10 % of the
students showed a high level of performance in
visual-manual coordination, 48.48 % in
gestural coordination, and 50.50 % in motor
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maturation. On average, 49.60 % demonstrated
an adequate level of mastery in the evaluated
dimensions. It is concluded that the modeling
technique enhances precision, control, and
movement planning, strengthening autonomy,
creativity, and meaningful learning. Therefore,
its systematic application is recommended as a
pedagogical strategy to promote
comprehensive child development.
Keywords: Modeling technique, Fine motor
skills, Visual-manual coordination,
Creativity, Basic education.
Sumário
O estudo teve como objetivo determinar a
influência da técnica de modelagem no
desenvolvimento da motricidade fina dos
estudantes do quarto ano do ensino básico de
uma instituição educacional do cantão Nobol,
durante o ano letivo de 2025. Aplicou-se uma
metodologia básica, com abordagem
quantitativa, delineamento não experimental e
alcance descritivo–transversal. A técnica
utilizada foi a pesquisa por meio de
questionário estruturado com 36 itens
fechados, aplicado a uma amostra de 30
estudantes selecionados por amostragem não
probabilística. Os resultados revelaram que
50,10 % dos alunos apresentaram alto nível de
desempenho na coordenação viso–manual,
48,48 % na coordenação gestual e 50,50 % na
maturação motora. Em média, 49,60 %
demonstraram domínio adequado nas
dimensões avaliadas. Conclui-se que a técnica
de modelagem favorece a precisão, o controle
e o planejamento do movimento, fortalecendo
a autonomia, a criatividade e a aprendizagem
significativa. Recomenda-se sua aplicação
sistemática como estratégia pedagógica para
potencializar o desenvolvimento integral
infantil.
Palavras-chave: Modelagem, Motricidade
fina, Coordenação viso–manual,
Criatividade, Educação básica.
Introducción
Cinar et al. (2023), realizaron en Canadá un
estudio con 832 niños y niñas de 6 a 7 años para
analizar cómo la motricidad fina se relaciona
con el aprendizaje escolar. El trabajo mostró
que las niñas destacaron sobre los niños en esta
habilidad, lo que repercutió en su desempeño en
vocabulario y atención. La motricidad fina
explicó un 3% de la variación en vocabulario
receptivo y actividades como recortar o modelar
mejoraron hasta en un 12% la ampliación del
vocabulario y en un 8% la comprensión oral.
Los resultados confirman que la motricidad fina
facilita aprendizajes lingüísticos y cognitivos
desde los primeros años escolares. Asimismo,
Barragán y de la Cruz (2025), analizaron en
México los efectos del uso de dispositivos
móviles en la motricidad fina de 50 niños
preescolares. El estudio mostró que un 42%
usaba pantallas entre 2 y 4 horas diarias y un
10% más de 4. En consecuencia, el 53% tuvo
dificultades para usar tijeras y el 48% al trazar
líneas. Solo el 28% realizaba actividades
manuales con frecuencia. Estos resultados
evidencian que el uso excesivo de pantallas
afecta negativamente el desarrollo motriz fino y
que se requiere equilibrar lo digital con el juego
manual. Por otro lado, según Aguilar y Medina
(2022), en Managua analizaron cómo las
estrategias docentes inciden en la motricidad
fina de niños en preescolar. El estudio mostró
que la coordinación óculo–manual mejoró en un
35% y la precisión en un 40%. Además, la pinza
digital aumentó un 30% y la motivación un
25%. Estos avances demuestran que el uso de
juegos, técnicas grafo–plásticas y materiales
didácticos genera un progreso real en los
movimientos finos. En síntesis, se concluye que
la estimulación temprana fortalece la
motricidad fina y facilita aprendizajes
posteriores como la escritura y la lectura inicial.
A nivel meso, Barragán et al. (2024), realizo
una investigación en Pitalito, Colombia, con 34
estudiantes de primer grado de la sede Santiago
Fermín Losada. El diagnóstico inicial reveló
que un 70% presentaba dificultades en
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coordinación y fuerza manual. Luego se
aplicaron talleres de modelado con arcilla que
promovieron el control muscular y la
creatividad. Tras el proceso, hubo mejoras del
40% en coordinación óculo–manual y 35% en
precisión. Los resultados demuestran que el
modelado fortalece la motricidad fina y
promueve la expresión personal, además de
fomentar la motivación y el vínculo cultural con
el entorno educativo. Por otro lado, Rapray y
López (2021), realizaron en Perú, una
intervención lúdica con 20 niños de 4 años que
incluyó danzas, juegos con semillas, modelado
y circuitos naturales. Al inicio, el 85% estaba en
nivel Inicio de motricidad gruesa, pero tras 14
semanas ese mismo grupo alcanzó el nivel
Logrado. En coordinación visual, el 95%
avanzó y en percepción auditiva el 90% mejoró.
También la lateralidad progresó notablemente.
Estos resultados confirman que la actividad
lúdica estimula los músculos, la coordinación y
la atención, permitiendo superar limitaciones
iniciales y consolidar habilidades motrices
esenciales en la infancia.
Ramírez y Sanguil (2024), realizaron
investigaciones en instituciones educativas de
Cotopaxi, Ecuador, aplicando el manual El
reino de las fantasías mediante la técnica del
modelado para fortalecer la motricidad fina en
educación inicial. Las actividades basadas en
cuentos clásicos permitieron moldear
personajes y desarrollar la creatividad. Los
resultados mostraron mejoras del 80% en
coordinación visomotriz, 70% en descripción y
90% en percepción visual. Se evidenció que el
modelado potencia la comprensión narrativa, la
comunicación y el trabajo colaborativo. En
conclusión, esta técnica constituye una
herramienta pedagógica efectiva para el
desarrollo integral en la primera infancia. En la
actualidad, uno de los principales retos en la
educación básica es fortalecer la motricidad fina
de los estudiantes, pues de esta habilidad
dependen procesos clave como la escritura, el
dibujo y la manipulación de materiales
escolares. En la Escuela Héroes del Cenepa, del
cantón Nobol, se ha identificado que varios
niños de cuarto de básica presentan dificultades
para coordinar sus movimientos, afectando su
precisión y desempeño. Esta situación genera
preocupación porque incide en su rendimiento
académico y autonomía. Fortalecer la
motricidad fina se vuelve prioritario para
garantizar aprendizajes sólidos y una mejor
adaptación escolar.
Ante esta problemática, surge la necesidad de
implementar estrategias pedagógicas
innovadoras que combinen el aprendizaje con la
práctica lúdica y creativa. La técnica del
modelado, al trabajar con materiales
moldeables como arcilla o plastilina, permite
ejercitar las manos, mejorar la coordinación
óculo–manual y desarrollar precisión en los
movimientos. Además, fomenta la
concentración y la expresión personal. Por ello,
se propone estudiar el modelado como
herramienta didáctica para potenciar la
motricidad fina de los estudiantes de cuarto de
básica de la Escuela Héroes del Cenepa durante
el año lectivo 2025. La revisión bibliográfica
permite comprender desde un enfoque
conceptual la fundamentación para la variable
independiente, la técnica del modelado consiste
en aprender conductas, habilidades o actitudes
observando a otra persona que actúa como
modelo. Bastidas (2024), menciona que este
proceso permite adquirir aprendizajes sin
necesidad de experimentar directamente, a
través de la atención y la imitación consciente.
Además, facilita reproducir comportamientos
adecuados en distintos contextos,
convirtiéndose en una herramienta útil para la
enseñanza y la formación personal. Así, el
modelado impulsa la observación, la práctica
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guiada y el aprendizaje social dentro del ámbito
educativo.
El modelado conductual es una técnica de
aprendizaje basada en los principios del
aprendizaje social que consiste en adquirir
conductas, habilidades, actitudes y
conocimientos mediante la observación e
imitación consciente de un modelo. Bastidas
(2024) explica que este proceso permite la
adquisición de aprendizajes sin necesidad de
experimentación directa del individuo,
facilitado a través de mecanismos de atención
selectiva, retención mental e imitación
consciente. La teoría del aprendizaje
observacional fundamenta este constructo,
reconociendo que los individuos pueden
modificar su comportamiento observando las
acciones de otros y las consecuencias que éstas
generan. En el contexto educativo, el modelado
conductual opera como una herramienta
fundamental para la instrucción y la formación
personal. Bastidas (2024) señala que este
proceso impulsa la observación sistemática, la
práctica guiada y el aprendizaje social dentro
del ámbito educativo, permitiendo que los
estudiantes reproduzcan comportamientos
adecuados en distintos contextos y situaciones.
El docente actúa como modelo, demostrando
conductas deseables que los estudiantes pueden
internalizar y transferir a nuevas situaciones.
Este mecanismo resulta particularmente
efectivo en la enseñanza de normas sociales,
procedimientos académicos y habilidades
cognitivas complejas que requieren una
demostración previa.
Las dimensiones del modelado conductual
incluyen aspectos cognitivos y
comportamentales. La atención se refiere a la
capacidad del observador de enfocarse en el
comportamiento del modelo. La retención
implica la capacidad de recordar y codificar
mentalmente lo observado. La reproducción
motora corresponde a la ejecución del
comportamiento observado, y la motivación
constituye el factor que impulsa al individuo a
reproducir la conducta (Bastidas, 2024). Estas
dimensiones interactúan de manera sinérgica,
generando un aprendizaje duradero que se
manifiesta en cambios conductuales
observables. El modelado plástico es una
técnica expresiva y manipulativa que utiliza
materiales maleables, como arcilla o plastilina,
para facilitar el desarrollo integral del
estudiante. García y Moreira (2022) afirman
que esta práctica estimula la creatividad,
fortalece habilidades motrices y expresivas, y
facilita la exploración de formas, volúmenes y
texturas en contextos educativos. A diferencia
del modelado conductual, que se centra en la
imitación de conductas, el modelado plástico
enfatiza la creación personal, la
experimentación táctil y la expresión individual
a través de la manipulación de materiales.
Gonzabay et al. (2025) describen el modelado
plástico como un medio expresivo que
transforma materiales maleables en
producciones personales significativas. El
trabajo manual permite exteriorizar emociones,
ideas y experiencias a través de formas
tangibles y concretas. Esta técnica combina
arte, juego y aprendizaje, promoviendo la
libertad creativa tanto a nivel individual como
colectivo. El proceso no requiere moldes fijos
ni resultados predeterminados, lo que estimula
la imaginación, la innovación y la percepción
espacial del estudiante.
Las dimensiones del modelado plástico se
estructuran en tres ejes fundamentales del
desarrollo. En primer lugar, la coordinación
viso-manual se define como la capacidad de
coordinar la visión con el movimiento de las
manos para ejecutar acciones precisas. Bustos
(2022) señala que esta destreza requiere
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precisión visual y motriz, autocontrol para
regular la fuerza aplicada, y progresivamente se
desarrolla a través de actividades que estimulan
la percepción visual y manual, constituyendo
una base esencial para la escritura, el dibujo y la
manipulación segura de herramientas escolares.
En segundo lugar, la coordinación gestual
representa la capacidad de organizar gestos,
movimientos corporales y expresión facial para
comunicar y realizar acciones. Bermejo et al.
(2024) explican que esta habilidad involucra la
expresión corporal y la creatividad gestual,
permitiendo transmitir emociones e ideas,
enriqueciendo la comunicación verbal y no
verbal. La coordinación gestual fortalece la
interacción social, incrementa la confianza del
estudiante y estimula la imaginación,
manifestándose en expresiones artísticas como
la danza, el teatro y otras formas de expresión
creativa. En tercer lugar, la maduración motriz
se fortalece mediante el conocimiento corporal,
la coordinación integral y la orientación
temporo-espacial. Flores y Hernández (2024)
sostienen que este proceso permite al estudiante
controlar su cuerpo, adaptarse al entorno
mediante movimientos equilibrados y
desarrollar una progresión motriz acorde con su
edad y capacidades. La maduración motriz
requiere experiencias diversas y variadas de
movimiento, ajustadas apropiadamente a cada
etapa del desarrollo del niño, potenciando la
autonomía, mejorando la ejecución de tareas
cotidianas y contribuyendo al desarrollo
integral del estudiante.
Mientras que el modelado conductual se orienta
hacia la adquisición de conductas observadas y
la modificación comportamental mediante
imitación consciente, el modelado plástico se
enfoca en la creación, la expresión personal y el
desarrollo de habilidades motrices a través de la
manipulación artística. El modelado conductual
opera en el plano cognitivo-comportamental,
buscando transferencia directa de conductas,
mientras que el modelado plástico opera en los
planos sensoriomotor y expresivo, buscando el
desarrollo integral y la liberación creativa del
estudiante. Ambos constructos contribuyen
significativamente al proceso educativo, pero
desde perspectivas, objetivos y metodologías
diferenciadas. La teoría sustantiva para la
variable dependiente es la Teoría del Desarrollo
Cognitivo de Jean Piaget (1952), citado por
Castilla (2025), quien sostiene que los niños
construyen el conocimiento a través de la
manipulación de objetos. A medida que
avanzan en las etapas sensoriomotora,
preoperacional, concretas y formales,
desarrollan habilidades para razonar,
representar y transformar su entorno. El uso de
materiales moldeables estimula la exploración,
la clasificación y el pensamiento lógico,
fortaleciendo la creatividad y la comprensión
del mundo físico. Asimismo, se retoma la
Teoría Sociocultural de Lev Vygotsky (1978),
citado por Romero (2020), que sostiene que el
aprendizaje se construye mediante la
interacción social y el uso de herramientas
culturales. Las actividades manuales
promueven el diálogo, la cooperación y el
aprendizaje compartido. A través de la
mediación del docente o de compañeros más
experimentados, los niños acceden a su zona de
desarrollo próximo y fortalecen habilidades
motrices y expresivas que impulsan la
comunicación, la creatividad y el trabajo
colaborativo.
Se considera la Teoría de las Inteligencias
Múltiples de Howard Gardner (1983), citado
por López (2022), quien plantea que el ser
humano posee distintas inteligencias, entre ellas
la corporal–cinestésica y la espacial, que se
desarrollan mediante experiencias creativas. El
modelado de figuras tridimensionales estimula
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la coordinación viso–manual, la imaginación y
la resolución de problemas. Además, potencia
la sensibilidad artística y la autoexpresión,
convirtiéndose en una herramienta pedagógica
que responde a la diversidad de estilos de
aprendizaje y promueve el desarrollo integral
del estudiante. Se conceptualiza la variable
dependiente la motricidad fina como una
habilidad esencial en el desarrollo infantil, ya
que permite a los niños realizar movimientos
precisos y coordinados con manos y dedos,
fundamentales para la escritura, el dibujo y el
manejo de herramientas en la escuela y en la
vida diaria. Márquez y Martínez (2024),
sostienen que estas destrezas están relacionadas
con la atención, la memoria de trabajo y la
coordinación óculo-manual. Estimularlas
mediante actividades lúdicas desde edades
tempranas favorece la autonomía, mejora la
concentración y fortalece la capacidad de
aprendizaje, potenciando así el desarrollo
integral y la preparación para futuros
aprendizajes académicos y sociales.
Por otro lado, la motricidad fina comprende
actividades que implican el uso de pequeños
grupos musculares de manos y dedos
coordinados con la vista. Ávila y Vera (2022),
señalan que acciones como rasgar, recortar o
ejecutar la pinza digital son indispensables para
la preescritura. La estimulación de esta
habilidad fortalece los músculos de la mano,
mejora el control y la precisión al sostener un
lápiz y ejecutar trazos, lo que impacta
directamente en el éxito escolar. Así, su
desarrollo temprano garantiza mayor
desempeño en las tareas escolares y autonomía
en las actividades cotidianas. La motricidad fina
se desarrolla de forma progresiva desde los
primeros meses de vida mediante el agarre, la
manipulación y el uso de la pinza digital. Silva
(2024), explica que estas experiencias preparan
al niño para la escritura y potencian su
desarrollo cognitivo y emocional. La práctica
constante genera seguridad, autonomía y
confianza, elementos fundamentales para
enfrentar nuevos aprendizajes. Por ello,
fortalecer la motricidad fina desde la primera
infancia es indispensable para el desarrollo
integral y para construir bases sólidas en el
aprendizaje escolar y la interacción social.
La motricidad fina se define como la capacidad
de usar músculos pequeños para ejecutar
movimientos precisos. Cuando se estimula
correctamente, fortalece la coordinación ojo–
mano, la creatividad y la destreza manual.
Rodríguez et al. (2024), sostienen que esta
habilidad favorece la autonomía, la
concentración y el aprendizaje escolar,
convirtiéndose en un recurso pedagógico que
impulsa la expresión artística. Además, sus
dimensiones se expresan en tres modalidades: el
modelado por adición, el modelado por
sustracción y el modelado en capas, que
desarrollan precisión, planificación y
creatividad en el trabajo con materiales
moldeables dentro del aula educativa. El
modelado por adición consiste en crear una
figura agregando material de forma gradual.
Carratalá (2020), resalta que esta técnica valora
la habilidad técnica, la comprensión conceptual
y la motivación del niño. Requiere paciencia y
precisión, pues implica sumar partes paso a
paso para obtener un resultado completo.
Además, fortalece la coordinación motriz y
estimula la perseverancia, la atención y la
creatividad. En el aula, fomenta la expresión
individual y permite al estudiante desarrollar
confianza en sus capacidades manuales y
cognitivas mediante el trabajo artístico
continuo. Por otra parte, el modelado por
sustracción implica formar figuras eliminando
partes del material. Quispe (2021), explica que
este proceso fortalece la planificación, la
destreza técnica y el control manual, ya que los
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niños deben anticipar resultados antes de
realizar cortes o extracciones. Además,
promueve la concentración y la precisión en el
manejo de la fuerza. Esta técnica fomenta la
reflexión y el pensamiento visual, ayudando a
los estudiantes a comprender la relación entre
volumen y espacio, lo que contribuye al
desarrollo cognitivo y a la creatividad.
El modelado en capas se realiza añadiendo
material en niveles sucesivos para construir una
figura. Wijaya et al. (2024), destacan que esta
técnica desarrolla precisión, organización y
creatividad, pues el estudiante debe planificar
cada nivel para garantizar estabilidad. Además,
estimula la comprensión de la secuencia y la
estructura, enseñando que cada capa sostiene la
siguiente. Al combinar texturas y volúmenes,
fomenta la imaginación y la percepción
espacial, transformando el aprendizaje en una
experiencia artística, expresiva y significativa
dentro del proceso educativo infantil. Para
propósito investigativo es primordial
aproximarnos en el contexto de teorías
sustantivas, por lo cual se ha considerado
fundamental la Teoría del Desarrollo
Psicomotor de Wallon (1934), citado por
Manghi (2025). Esta teoría sostiene que el
desarrollo infantil es un proceso integral donde
lo motor, lo cognitivo y lo afectivo están
vinculados. La motricidad fina permite al niño
expresarse y desenvolverse en su entorno
mediante la manipulación de objetos,
fortaleciendo la autonomía, el pensamiento y la
construcción de la personalidad como parte
esencial del desarrollo humano integral. De
igual manera, la Teoría de la Psicomotricidad de
Lapierre y Aucouturier (1974), citada por López
(2023), plantea que el cuerpo es un medio de
comunicación y expresión simbólica. Los
autores afirman que el movimiento y el uso de
materiales favorecen la motricidad fina y
gruesa, así como la seguridad, la creatividad y
la confianza. Desde esta visión, el modelado se
convierte en una experiencia integral que
vincula lo motor, lo emocional y lo social,
fortaleciendo el aprendizaje vivencial, la
expresión personal y la interacción significativa
con los demás.
La Teoría Ecológica del Desarrollo de
Bronfenbrenner (1979), citada por Guitart et al.
(2024), destaca que el crecimiento infantil
depende de la interacción entre familia, escuela,
comunidad y cultura. El progreso de la
motricidad fina no solo responde a la
maduración biológica, sino también a los
estímulos del entorno. En este sentido,
estrategias como el modelado promueven
experiencias ricas que estimulan la
coordinación, la creatividad y la socialización,
consolidando un aprendizaje activo y
significativo en contextos educativos diversos y
participativos. Con dicha premisa, el estudio se
justifica desde el ámbito social, en el desarrollo
de la motricidad fina porque no solo favorece el
aprendizaje académico, sino que también
impacta de manera directa en la integración
social de los estudiantes. Al mejorar la
coordinación y precisión de los movimientos,
los niños logran desenvolverse con mayor
seguridad en actividades compartidas, como
juegos, trabajos grupales o dinámicas escolares.
Esta confianza se traduce en mejores
interacciones con sus pares y en un
fortalecimiento de las competencias
socioemocionales, lo que contribuye a la
construcción de relaciones positivas y a la
cohesión social dentro del aula y fuera de ella.
La competencia motriz permite a los niños
interactuar mejor con su entorno físico y social,
potenciando el desarrollo socioemocional.
Capio et al. (2024), observaron que la práctica
de habilidades de control de objetos se asoció
con un mayor desarrollo de la función ejecutiva
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y, en consecuencia, con mejores oportunidades
de interacción social y cooperación con otros.
Desde la perspectiva pedagógica, la motricidad
fina se convierte en una herramienta esencial
para el aprendizaje temprano. Las actividades
que fortalecen esta habilidad, como recortar,
modelar o trazar, contribuyen al desarrollo de
destrezas necesarias para la lectoescritura y el
trabajo con materiales escolares. Cuando los
docentes integran estas prácticas en su
planificación, se genera un ambiente en el que
los estudiantes pueden aprender de manera más
autónoma y significativa, potenciando su
desarrollo integral. La motricidad fina está
directamente vinculada con la preparación
escolar y el progreso académico. Józsa et al.
(2023), señalan que trabajar estas habilidades en
el aula favorece no solo el rendimiento
académico, sino también la participación activa
de los niños en las actividades de aprendizaje,
lo que refuerza la importancia de incorporarlas
como parte del quehacer pedagógico. En la
práctica docente, trabajar la motricidad fina
puede integrarse a través de actividades
sencillas como recortar, modelar, ensartar
cuentas o realizar trazos guiados. Estas tareas
no solo facilitan la coordinación ojo-mano, sino
que también ayudan a los estudiantes a mejorar
su atención y autorregulación en clase. Para los
maestros, incorporar este tipo de dinámicas
supone un doble beneficio: por un lado, fomenta
la autonomía y confianza de los niños, y por
otro, optimiza el tiempo de enseñanza al reducir
las dificultades asociadas a la falta de destrezas
básicas.
Por otro lado, la motricidad fina está
directamente vinculada con la preparación
escolar y el progreso académico. Józsa et al.
(2023), señalan que trabajar estas habilidades en
el aula favorece no solo el rendimiento
académico, sino también la participación activa
de los niños en las actividades de aprendizaje,
lo que refuerza la importancia de incorporarlas
como parte del quehacer pedagógico. La
implementación de actividades dirigidas al
desarrollo de la motricidad fina en el aula
resulta pertinente porque impacta de manera
integral en el aprendizaje y en la formación de
los estudiantes. Desde una dimensión social,
estas prácticas favorecen la interacción positiva
entre pares, fortaleciendo la autonomía, la
cooperación y la confianza, lo que contribuye a
una mejor integración dentro del aula y de la
comunidad escolar. En el ámbito pedagógico, la
motricidad fina se vincula estrechamente con la
preparación escolar, pues sustenta aprendizajes
clave como la lectoescritura, el dibujo y la
manipulación de materiales. Su incorporación
en la enseñanza favorece ambientes inclusivos,
en los que se atiende la diversidad y se potencia
la participación activa de todos los niños.
En la práctica docente, trabajar la motricidad
fina permite integrar estrategias sencillas y
adaptables, como el uso de materiales de
recorte, ensartado o modelado, que no solo
fortalecen las destrezas manuales, sino que
también promueven la atención y la
autorregulación. Esto reduce las dificultades
asociadas al manejo del aula y da al docente más
tiempo para enfocarse en la enseñanza efectiva.
En conjunto, el fomento de la motricidad fina se
presenta como una estrategia pedagógica y
socialmente pertinente, que contribuye a
mejorar el clima escolar y a potenciar el
aprendizaje integral de los estudiantes. En
coherencia con la pregunta de investigación,
esta se plantea como: ¿Cuál es el efecto de la
técnica del modelado en la motricidad fina de
los estudiantes de cuarto de básica de una
institución educativa del cantón Nobol, 2025?
En referencia con los objetivos, se establecen
los siguientes: General: determinar la influencia
del modelado en la motricidad fina de los
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estudiantes de cuarto de básica de una
institución educativa del cantón Nobol, 2025.
Específicos: identificar cómo el modelado por
adición influye en el desarrollo de la
coordinación viso-manual de los estudiantes;
analizar el efecto del modelado por sustracción
en la coordinación gestual de los educandos; y
establecer la incidencia del modelado en capas
en la maduración motriz de los individuos
objeto de estudio.
Materiales y Métodos
La investigación fue de tipo básica, con enfoque
cuantitativo, sustentada en un diseño no
experimental y con alcance descriptivo–
transaccional, orientada a generar
conocimientos teóricos sin enfocarse en la
resolución inmediata de problemas prácticos.
Se desarrolló en la Escuela “Héroes del
Cenepa”, provincia del Guayas, Cantón Nobol
durante el año lectivo 2025. El estudio abordó
el problema de la motricidad fina en estudiantes
de Cuarto de Básica, con el propósito de
determinar la influencia de la técnica del
modelado como estrategia pedagógica de
apoyo. En este contexto, se aplicó el método
científico, un proceso sistemático que permite
investigar y analizar fenómenos educativos para
generar conocimientos confiables que respalden
la práctica pedagógica. Por otro lado, la
población estuvo conformada por 70
estudiantes de los paralelos de Cuarto de Básica
de la Escuela, mientras que la muestra estuvo
integrada por 30 estudiantes, seleccionados
mediante muestreo no probabilístico por
conveniencia, lo que permitió un acceso
adecuado considerando la disponibilidad de los
participantes y las condiciones de tiempo y
recursos del estudio. Para garantizar la
pertinencia de la muestra, se establecieron
criterios de inclusión: estudiantes matriculados
en Cuarto de Básica, pertenecientes al paralelo
seleccionado y residentes en la ciudad de
Nobol. Por su parte, los criterios de exclusión
consideraron a estudiantes de otros grados, de
otras instituciones educativas o que no
residieran en la ciudad, asegurando así la
coherencia y homogeneidad del grupo
participante.
La técnica de recolección de datos correspondió
a la encuesta, seleccionada por su pertinencia en
estudios de carácter cuantitativo, dado que
permite obtener información de manera rápida,
directa y representativa. Para este fin, se utilizó
un cuestionario estructurado de 36 ítems
cerrados. La variable independiente, técnica del
modelado, sustentada en el modelo teórico de
Ramírez et al. (2024), se evaluó en tres
dimensiones: modelado por adición, modelado
por sustracción y modelado en capas, con los
indicadores: habilidad técnica, comprensión
conceptual, actitud y motivación, precisión,
planificación del diseño y cuidado del material.
Asimismo, la variable dependiente, motricidad
fina, sustentada en el modelo teórico de García
y Moreira (2022), se abordó a través de tres
dimensiones: coordinación viso-manual,
coordinación gestual y maduración motriz, con
los indicadores: precisión visual y motriz,
seguimiento de patrones, autocontrol, expresión
corporal, movimiento de las manos, creatividad
gestual, conocimiento corporal, coordinación
corporal y orientación témporo-espacial. La
valoración de los ítems se realizó mediante
escala ordinal de 3 puntos, donde 1 corresponde
a “siempre”, 2 a “a veces” y 3 a “nunca”, con
conversión de logro: 70-100 puntos
corresponde a nivel alto, 50-69 a nivel medio y
0-49 a nivel bajo.
En cuanto al procedimiento de la investigación,
se desarrolló de manera sistemática: en primera
instancia, se identificó la problemática en el
contexto educativo de la institución;
seguidamente, se formuló el tema bajo los
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epígrafes investigativos y, con esa premisa, se
identificaron las variables y se elaboró el
planteamiento del problema en los niveles
macro, meso y micro. De manera paralela, se
construyó el marco teórico incorporando las
teorías sustantivas relacionadas con ambas
variables. Se describió la metodología,
haciendo énfasis en el instrumento, cuyos datos
serán procesados mediante el software Excel,
utilizando estadística descriptiva, lo que
permite analizar directamente los resultados y
elaborar conclusiones basadas en los
porcentajes obtenidos. Finalmente, los aspectos
éticos, según López et al. (2024), toda
investigación debe basarse en principios
fundamentales como el respeto, la transparencia
y la responsabilidad. Para este estudio, se
obtuvo el consentimiento informado de los
participantes y sus representantes, asegurando
la voluntariedad de la participación. Asimismo,
se protegió la confidencialidad de la
información y se garantizó un trato equitativo a
los estudiantes, evitando cualquier tipo de daño,
discriminación o manipulación de resultados.
Resultados y Discusión
De acuerdo con la Tabla 1, se observa que las
dimensiones modelado por adición y
coordinación viso–manual comprenden
indicadores fundamentales para el desarrollo de
la motricidad fina. En el modelado por adición,
destaca la habilidad técnica, que evidencia la
destreza del niño para manipular materiales,
comprender conceptos y mantener una actitud
positiva hacia la creación. En la coordinación
viso–manual, el indicador más representativo es
la precisión visual y motriz, relacionada con la
capacidad de integrar la percepción y el control
del movimiento para ejecutar tareas exactas y
controladas. A continuación, se presenta el
modelado por adición influye en el desarrollo de
la coordinación viso-manual:
Tabla 1. El modelado por adición influye en el
desarrollo de la coordinación viso-manual
Ítem
N
Siempre
%
A veces
%
Nunca
%
1
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
2
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
3
30
14
58,10%
5
19,40%
11
22,60%
4
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
5
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
6
30
15
50,00%
5
16,70%
10
33,30%
T.
49.1%
17,10%
33.8%
Fuente: elaboración propia
Luego de la aplicabilidad instrumental a la
muestra seleccionada, los resultados
estadísticos reflejan que el 50,10 % del
estudiantado siempre demuestra un desempeño
adecuado, el 17,38 % lo hace a veces y el 32,61
% nunca. Estos porcentajes evidencian un
dominio progresivo en la manipulación de
materiales y en la coordinación entre vista y
mano, lo que demuestra avances significativos
en la motricidad fina y en la ejecución de tareas
que exigen concentración, control y precisión.
El modelado por adición se considera una
técnica artística y pedagógica que favorece la
creatividad, la paciencia y la coordinación
motriz. Carratalá (2020), sostiene que, al sumar
material de forma gradual, el niño aprende a
planificar y controlar sus movimientos,
fortaleciendo la motricidad y la expresión
personal. En este sentido, la Teoría del
Desarrollo Psicomotor de Wallon (1934), citada
por Manghi (2025), respalda que el desarrollo
infantil es un proceso integral donde lo motor,
lo cognitivo y lo afectivo se complementan,
permitiendo al niño construir su identidad y
autonomía mediante la acción. Por otra parte, la
coordinación viso–manual implica la relación
entre la percepción visual y la ejecución motriz.
Según Bustos (2022), la precisión visual y
motriz permite reproducir formas, seguir
patrones y regular la fuerza y el ritmo en las
actividades escolares. Este proceso se
fundamenta en la Teoría del Desarrollo
Cognitivo de Piaget (1952), citada por Castilla
(2025), que explica que el conocimiento se
construye a partir de la manipulación y la
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interacción con el entorno, promoviendo la
exploración, la simbolización y el pensamiento
lógico. Según la Tabla 2, las dimensiones
evaluadas agrupan indicadores esenciales
vinculados al desarrollo de la motricidad fina y
la expresión corporal. Destacan especialmente
la planificación del diseño, que refleja la
capacidad del niño para anticipar los pasos y
prever el resultado final antes de retirar
material, y la expresión corporal, que evidencia
la habilidad para comunicar emociones e ideas
mediante el movimiento de las manos y del
cuerpo. Estos aspectos permiten apreciar el
nivel de dominio técnico y expresivo alcanzado
por los estudiantes al interactuar con materiales
y actividades artísticas.
Tabla 2. El efecto del modelado por sustracción
en la coordinación gestual
Ítem
N
Siempre
%
A veces
%
Nunca
%
7
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
8
30
15
50,00%
5
16,70%
10
33,30%
9
30
15
50,00%
5
16,70%
10
33,30%
10
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
11
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
12
30
14
46,70%
5
16,70%
11
36,70%
T.
48,42%
16,90%
34,68%
Fuente: elaboración propia
En cuanto a los resultados estadísticos, el 48,48
% del estudiantado siempre demuestra un
desempeño adecuado, el 16,93 % lo hace a
veces y el 34,68 % nunca. Dichas cifras ponen
de manifiesto un progreso positivo en la
ejecución motriz y gestual, aunque se observa la
necesidad de continuar reforzando la precisión
y el control de los movimientos para consolidar
un aprendizaje más estable y armónico. El
modelado por sustracción se entiende como una
práctica que implica retirar material para dar
forma a una figura, lo que exige concentración,
planificación y cuidado. Quispe (2021) explica
que, a través de esta técnica, los niños aprenden
a anticipar resultados, controlar la fuerza y
mantener la atención, favoreciendo la
regulación motriz y el pensamiento lógico. En
este sentido, la Teoría del Desarrollo
Psicomotor de Wallon (1934), citada por
Manghi (2025), respalda que el desarrollo
infantil integra lo motor, lo afectivo y lo
cognitivo, de modo que las experiencias
manuales contribuyen a fortalecer la autonomía
y la coordinación en la acción educativa. Por
otra parte, la coordinación gestual se asocia con
la organización de movimientos corporales y
gestos que acompañan o sustituyen la
comunicación verbal. Bermejo et al. (2024),
destacan que esta capacidad combina la
expresión corporal, el movimiento de las manos
y la creatividad gestual, estimulando la
comunicación no verbal y el desarrollo artístico.
Desde la perspectiva teórica, la Teoría
Sociocultural de Vygotsky (1978), citada por
Cedeño (2023), subraya que el gesto funciona
como mediador simbólico del pensamiento y la
interacción social, facilitando la cooperación y
la construcción compartida del conocimiento.
Tabla 3. La incidencia del modelado en capas
sobre su significancia en la maduración motriz
Fuente: elaboración propia
En la Tabla 3, se integran dimensiones que
reflejan el desarrollo de la precisión manual y la
madurez motriz del estudiantado. Dentro de
ellas, sobresalen los indicadores planificación
del diseño, que evidencia la capacidad para
organizar el trabajo antes de ejecutarlo, y
conocimiento corporal, asociado al control y
reconocimiento del propio cuerpo durante la
acción. Ambos aspectos son fundamentales
para coordinar los movimientos y estructurar las
actividades de manera consciente y eficaz. En
relación con los resultados obtenidos, el 50,50
% del estudiantado siempre demuestra un
Ítem
N
Siempre
%
A
veces
%
Nunca
%
13
30
14
58,1%
5
19,4%
11
22,6%
14
30
14
46,7%
5
16,7%
11
36,7%
15
30
14
46,7%
5
16,7%
11
36,7%
16
30
14
46,7%
5
16,7%
11
36,7%
17
30
14
58,1%
5
19,4%
11
22,6%
18
30
14
46,7%
5
16,7%
11
36,7%
T.
50,50%
17,50%
32,00%
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desempeño adecuado, el 17,60 % lo hace a
veces y el 32 % nunca. Estas cifras muestran
que la mayoría de los niños mantiene un nivel
de ejecución favorable en tareas que exigen
precisión, control y coordinación, aunque aún
se evidencian ciertos desafíos en la estabilidad
del movimiento y en la planificación secuencial
de las acciones. El modelado en capas
constituye una técnica progresiva mediante la
cual se construye una figura agregando material
en niveles sucesivos. Wijaya et al. (2024),
explican que este proceso fomenta la
comprensión de la secuencia y la organización,
ya que cada capa sostiene la siguiente en la
estructura general de la obra. Asimismo,
potencia la creatividad al combinar volúmenes
y texturas que enriquecen el resultado final. En
esta práctica, la planificación del diseño se
convierte en un componente clave, puesto que
exige ordenar ideas, prever resultados y cuidar
los materiales utilizados.
Por su parte, la maduración motriz implica el
fortalecimiento de la coordinación corporal y la
orientación témporo-espacial, elementos que
permiten al niño desenvolverse con seguridad y
autonomía en su entorno. Flores y Hernández
(2024), sostienen que este proceso se consolida
mediante experiencias de movimiento variadas
y ajustadas a la edad, que estimulan el
equilibrio, la percepción y la autoeficacia. A
nivel teórico, la Teoría del Desarrollo Cognitivo
de Piaget (1952), citada por Castilla (2025),
respalda que el aprendizaje se construye a partir
de la acción directa sobre los objetos y del
descubrimiento guiado. Desde esta perspectiva,
la manipulación de materiales y el trabajo
secuencial en capas promueven la exploración,
el razonamiento y la construcción activa del
conocimiento. De acuerdo con la Tabla 4, los
resultados generales reflejan un desempeño
equilibrado entre la técnica del modelado y la
motricidad fina. El 49,60 % del estudiantado
siempre demuestra un dominio adecuado en
ambas variables, el 17,30 % lo hace a veces y el
33,10 % nunca. Este promedio evidencia que la
mayoría de los niños mantiene una ejecución
constante al realizar actividades que exigen
coordinación, precisión y control manual,
aunque aún persisten ciertos niveles de
dificultad que requieren reforzarse mediante
experiencias prácticas más sistemáticas.
Tabla 4: La influencia del modelado en la
motricidad fina
Variables
Siempre
%
A
veces
%
Nunca
%
Motricidad
fina
14,1
49,60%
5
17,30%
10,9
33,19%
Técnica
del
modelado
14,1
49,60%
5,0
17,30%
10,9
33,00%
T.
49,60%
T.
17,30%
T.
33,10%
Fuente: elaboración propia
En cuanto a la motricidad fina, constituye una
habilidad esencial en el desarrollo infantil, ya
que permite ejecutar movimientos precisos con
manos y dedos, indispensables para tareas como
la escritura, el dibujo o el manejo de
herramientas. Márquez y Martínez (2024),
afirman que estas destrezas se vinculan con la
atención, la memoria de trabajo y la
coordinación óculo-manual, de modo que su
estimulación desde edades tempranas mediante
actividades lúdicas fomenta la autonomía y
fortalece la capacidad de aprendizaje. En
correspondencia con ello, la Teoría de la
Psicomotricidad de Lapierre y Aucouturier
(1974), citada por López (2023), sostiene que el
cuerpo es un medio de comunicación y
expresión simbólica, a través del cual el niño
desarrolla seguridad, creatividad y confianza,
integrando lo emocional y lo motriz en un solo
proceso formativo. Respecto a la técnica del
modelado, se comprende como un proceso de
aprendizaje que involucra la observación, la
imitación y la práctica progresiva. Bastidas
(2024), explica que esta técnica facilita la
adquisición de conductas, habilidades y
actitudes al tomar como referencia modelos
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externos. Asimismo, potencia la atención, la
memoria visual y la coordinación,
convirtiéndose en una herramienta pedagógica
que estimula la creatividad, la paciencia y la
autorregulación durante la construcción de
formas o figuras. Por último, la coordinación
gestual, como manifestación complementaria
de la motricidad fina, se asocia con la
organización y control de los movimientos
corporales para comunicar y realizar acciones.
Bermejo et al. (2024), subrayan que esta
capacidad implica la expresión corporal, el
movimiento de las manos y la creatividad
gestual, elementos que fortalecen la
comunicación no verbal y la participación
artística dentro del entorno educativo.
Conclusiones
El modelado por adición influye
favorablemente en la coordinación viso–
manual, al fortalecer la precisión, el control y la
atención durante la manipulación de materiales.
En este aspecto, el 50,10 % del estudiantado
demuestra un desempeño adecuado, lo que
refleja un nivel de dominio sólido en la
coordinación entre vista y movimiento,
evidenciando avances en la motricidad fina y en
la ejecución de tareas que requieren exactitud y
concentración. Por otro lado, el modelado por
sustracción incide de manera positiva en la
coordinación gestual, al favorecer la
organización, la planeación y el control del
movimiento. En este aspecto, el 48,48 % del
estudiantado presenta un desempeño favorable,
demostrando dominio técnico y expresivo en la
realización de actividades manuales que
implican precisión y armonía en los gestos. En
resumen, el modelado en capas contribuye
significativamente a la maduración motriz, al
desarrollar la planificación, la secuencia y la
coordinación en la ejecución de tareas. En este
aspecto, el 50,50 % del estudiantado evidencia
un nivel adecuado de control corporal y
orientación espacial, reflejando seguridad y
autonomía en la realización de actividades que
requieren equilibrio y precisión. Finalmente, la
técnica del modelado influye positivamente en
el desarrollo de la motricidad fina, al integrar la
coordinación viso–manual, la gestualidad y la
precisión motriz dentro de actividades creativas
y formativas. En este aspecto, el 49,60 % del
estudiantado demuestra un dominio favorable,
evidenciando control, destreza y creatividad en
la manipulación de materiales, lo que consolida
el aprendizaje y fortalece la autonomía infantil.
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