Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 12.1
Edición Especial V 2025
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INHIBIDORES DEL COTRANSPORTADOR SODIO-GLUCOSA TIPO 2 EN LA
PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
SODIUM-GLUCOSE COTRANSPORTER TYPE 2 INHIBITORS IN THE PROGRESSION
OF CHRONIC KIDNEY DISEASE
Autores: ¹Evelyn Estefanía Garcés Freire, ²Paola Alejandra Silva Gutiérrez.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-2447-8390
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-4368-3721
¹E-mail de contacto: egarces1280@uta.edu.ec
²E-mail de contacto: pa.silva@uta.edu.ec
Afiliación: ¹*²*Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador).
Articulo recibido: 18 de Diciembre del 2025
Articulo revisado: 21 de Diciembre del 2025
Articulo aprobado: 25 de Diciembre del 2025
¹Estudiante de la carrera de Medicina de la Universidad Técnica de Ambato (Ecuador).
²Médico, egresada de la Universidad Central del Ecuador (Ecuador), con 11 años de experiencia laboral. Especialista en Medicina Familiar
y Comunitaria, egresada de la Universidad Técnica de Ambato (Ecuador). Master en Gerencia en Servicios de la Salud, egresada de la
Universidad Católica Santiago de Guayaquil (Ecuador).
Resumen
El objetivo de investigación fue evaluar el
impacto de los inhibidores del cotransportador
sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) en la progresión
de la enfermedad renal crónica (ERC),
analizando sus mecanismos fisiopatológicos,
perfil de eficacia, seguridad e implicaciones
clínicas. Se realizó una revisión bibliográfica en
bases de datos científicas de alto impacto,
incluyendo PubMed/MEDLINE, Cochrane
Library, Web of Science, SCOPUS,
SpringerLink, Elsevier y The New England
Journal of Medicine. Se utilizaron descriptores
MeSH y términos libres combinados con
operadores booleanos, restringiendo la
búsqueda a publicaciones entre 2020 y 2025. Se
incluyeron artículos originales, revisiones
sistemáticas, guías clínicas, ensayos clínicos
aleatorizados y estudios observacionales. La
evidencia proveniente de ensayos clínicos
multicéntricos como DAPA-CKD y EMPA-
KIDNEY demostró que los iSGLT2 reducen
significativamente el riesgo de progresión de la
ERC, duplicación de creatinina rica y
mortalidad renal, tanto en pacientes diabéticos
como no diabéticos. Los mecanismos
nefroprotectores incluyen la restauración del
feedback tubuloglomerular, reducción de la
presión intraglomerular, disminución de la
albuminuria y efectos antiinflamatorios y
antifibróticos. Se concluye que los iSGLT2
constituyen una herramienta terapéutica
innovadora y eficaz para el manejo de la ERC,
con beneficios independientes del control
glucémico. Las guías KDIGO 2024 los
recomiendan como agentes de primera línea en
pacientes con ERC y albuminuria persistente,
representando un cambio de paradigma en el
tratamiento de esta patología.
Palabras clave: Insuficiencia renal crónica,
Inhibidores del cotransportador de sodio-
glucosa 2, Proteinuria, Albuminuria, Tasa
de filtración glomerular.
Abstract
The objective of this research was to evaluate
the impact of sodium-glucose cotransporter 2
(SGLT2) inhibitors on the progression of
chronic kidney disease (CKD), analyzing their
pathophysiological mechanisms, efficacy
profile, safety, and clinical implications. A
literature review was conducted in high-impact
scientific databases, including
PubMed/MEDLINE, Cochrane Library, Web of
Science, Scopus, SpringerLink, Elsevier, and
The New England Journal of Medicine. MeSH
terms and free-text keywords combined with
Boolean operators were used, restricting the
search to publications between 2020 and 2025.
Original articles, systematic reviews, clinical
guidelines, randomized controlled trials, and
observational studies were included. Evidence
from multicenter clinical trials such as DAPA-
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CKD and EMPA-KIDNEY demonstrated that
SGLT2 inhibitors significantly reduce the risk
of CKD progression, doubling of serum
creatinine, and renal mortality in both diabetic
and non-diabetic patients. Nephroprotective
mechanisms include restoration of
tubuloglomerular feedback, reduction of
intraglomerular pressure, decreased
albuminuria, and anti-inflammatory and
antifibrotic effects. It is concluded that SGLT2
inhibitors constitute an innovative and effective
therapeutic tool for the management of chronic
kidney disease (CKD), with benefits
independent of glycemic control. The 2024
KDIGO guidelines recommend them as first-
line agents in patients with CKD and persistent
albuminuria, representing a paradigm shift in
the treatment of this disease.
Keywords: Renal insufficiency chronic,
Sodium-glucose transporter 2 inhibitors,
Proteinuria, Albuminuria, Glomerular
filtration rate.
Sumário
O objetivo desta investigação foi avaliar o
impacto dos inibidores do cotransportador
sódio-glicose 2 (SGLT2) na progressão da
doença renal crónica (DRC), analisando os seus
mecanismos fisiopatológicos, perfil de eficácia,
segurança e implicações clínicas. Foi realizada
uma revisão da literatura em bases de dados
científicas de alto impacto, incluindo
PubMed/MEDLINE, Cochrane Library, Web of
Science, Scopus, SpringerLink, Elsevier e The
New England Journal of Medicine. Foram
utilizados termos MeSH e palavras-chave em
texto livre, combinados com operadores
booleanos, restringindo a pesquisa a
publicações entre 2020 e 2025. Foram incluídos
artigos originais, revisões sistemáticas,
guidelines clínicas, ensaios clínicos
randomizados e estudos observacionais.
Evidências de ensaios clínicos multicêntricos,
como o DAPA-CKD e o EMPA-KIDNEY,
demonstraram que os inibidores do SGLT2
reduzem significativamente o risco de
progressão da DRC, duplicação da creatinina
sérica e mortalidade renal em doentes
diabéticos e não diabéticos. Os mecanismos
nefroprotetores incluem a restauração do
feedback tubuloglomerular, a redução da
pressão intraglomerular, a diminuição da
albuminúria e efeitos anti-inflamatórios e
antifibróticos. Conclui-se que os inibidores da
SGLT2 constituem uma ferramenta terapêutica
inovadora e eficaz para o tratamento da doença
renal crónica (DRC), com benefícios
independentes do controlo glicémico. As
guidelines KDIGO de 2024 recomendam-nos
como agentes de primeira linha em doentes com
DRC e albuminúria persistente, representando
uma mudança paradigmática no tratamento
desta doença.
Palavras-chave: Insuficiência renal crônica,
Inibidores do transportador 2 de sódio-
glicose, Proteinúria, Albuminúria, Taxa de
filtração glomerular.
Introducción
La enfermedad renal crónica (ERC) representa
una de las principales amenazas para la salud
pública a nivel global, la misma se caracterizada
por una disminución progresiva e irreversible
de la función renal que se define por una tasa de
filtración glomerular (TFG) inferior a 60
mL/min/1.73 durante un periodo igual o
superior a tres meses o la presencia de daño
renal persistente evidenciado por
biomarcadores o alteraciones estructurales o
histológicas renales (Stevens, P., et al. 2024).
Según estimaciones del Global Burden of
Disease Study 2017, la prevalencia mundial de
la ERC alcanza el 9.1% de la población, con
más de 697 millones de casos y
aproximadamente 1.2 millones de muertes
anuales asociadas, lo que la sitúa entre las 10
principales causas de mortalidad a nivel
mundial (Bikbov, B., et al. 2020).
La fisiopatología de la ERC es compleja y
multifactorial en la que se ven involucrados
mecanismos como fibrosis intersticial,
inflamación crónica, estrés oxidativo y
disfunción mitocondrial, los cuales generan una
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progresiva pérdida de nefronas funcionales,
entre los principales mediadores implicados en
la progresión del daño renal se encuentran el
factor de crecimiento transformante beta (TGF-
β), las especies reactivas de oxígeno (ROS) y
vías de señalización como Wnt/β-catenina,
TGF-β/SMAD y RAAS (renina-angiotensina-
aldosterona) (Chen, T., et al. 2021; Chitpim, N.
et al., 2025; Reiss, A., et al. 2024). A pesar de
los avances en estrategias terapéuticas
convencionales como el control estricto de la
presión arterial mediante inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina (IECA) o
antagonistas del receptor de angiotensina II
(ARA II), el control glucémico y
modificaciones dietéticas, la progresión hacia
estadios avanzados de la ERC continúa siendo
significativa en muchos pacientes (Frąk, W., et
al. 2024).
Por lo antes mencionado se ha surgido un
renovado interés por los inhibidores del
cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2),
originalmente desarrollados como agentes
hipoglucemiantes para el tratamiento de la
diabetes mellitus tipo 2 (DM2), pero que en los
últimos años han demostrado beneficios
cardiovasculares y nefroprotectores
independientes de su efecto glucémico (Braga,
P., et al. 2022; Yeh, T., et al. 2024). Estos
fármacos actúan inhibiendo la reabsorción de
glucosa en el túbulo contorneado proximal,
promoviendo glucosuria y reduciendo la
glucotoxicidad tubular, no obstante, su efecto
nefroprotector se debe también a mecanismos
como la restauración del feedback
tubuloglomerular, la reducción de la presión
intraglomerular y la modulación de la
hemodinámica renal (Das, S., et al. 2020).
La evidencia reciente proveniente de ensayos
clínicos y metaanálisis indica que los iSGLT2
no solo ralentizan la progresión de la ERC en
pacientes con DM2, sino que también podrían
conferir beneficios significativos en pacientes
sin diabetes, lo cual ha ampliado sus
indicaciones clínicas y ha motivado la
actualización de guías internacionales como las
de KDIGO en 2024, que ahora recomiendan su
uso incluso en pacientes con ERC no diabética
y albuminuria persistente (Beitelshees, A., et al.
2019; Perry, R., & Shulman, G. 2020).
Debido a la relevancia terapéutica emergente de
esta clase farmacológica, el presente estudio
tiene como objetivo evaluar el impacto de los
inhibidores del cotransportador sodio-glucosa
tipo 2 en la progresión de la enfermedad renal
crónica, con el fin de, caracterizar la
epidemiología, factores de riesgo y
fisiopatología de la ERC; describir los
mecanismos de acción de los iSGLT2 y su
efecto nefroprotector; analizar la evidencia
científica proveniente de ensayos clínicos
multicéntricos sobre la eficacia y seguridad de
los iSGLT2; e identificar las implicaciones
clínicas y limitaciones de su uso en el manejo
integral de la ERC.
Materiales y Métodos
Se realizó una revisión bibliográfica con el
propósito de analizar de manera crítica la
evidencia científica reciente sobre el impacto de
los inhibidores del cotransportador sodio-
glucosa tipo 2 en la progresión de la enfermedad
renal crónica. Para ello, se adoptó un enfoque
metodológico riguroso, basado en la
identificación, selección, evaluación y síntesis
de estudios relevantes publicados en los últimos
cinco años.
En primer lugar, la búsqueda de información se
llevó a cabo en diversas bases de datos
científicas de alto impacto, entre ellas
PubMed/MEDLINE, Cochrane Library, Web of
Science, SCOPUS, SpringerLink, Elsevier y
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The New England Journal of Medicine. Con el
objetivo de optimizar la precisión de los
resultados, se utilizaron descriptores MeSH
combinados con términos libres tanto en
español como en inglés.
Posteriormente, los términos principales
empleados fueron: "Sodium-Glucose
Transporter 2 Inhibitors", "SGLT2 inhibitors",
"Chronic Kidney Disease", "Renal fibrosis",
"Kidney function decline", "Non-diabetic
kidney disease" y "Nephroprotection".
Asimismo, se utilizaron operadores booleanos
(AND, OR) para refinar la estrategia de
búsqueda. El período de publicación se
restringió a artículos comprendidos entre los
años 2020 y 2025, a fin de garantizar la
inclusión de evidencia reciente y clínicamente
relevante. En cuanto a los criterios de selección,
se incluyeron artículos originales de
investigación, revisiones sistemáticas,
revisiones narrativas con análisis crítico, guías
clínicas actualizadas, consensos de expertos,
ensayos clínicos aleatorizados y estudios
observacionales (cohortes y casos y controles).
Adicionalmente, se consideraron tanto estudios
realizados en humanos como en modelos
animales experimentales, siempre que
aportaran información pertinente sobre los
mecanismos fisiopatológicos o clínicos
relacionados con el uso de iSGLT2 en la ERC.
Finalmente, no se aplicó restricción de idioma,
siempre que el texto completo estuviera
disponible y la metodología fuera claramente
descrita. Los artículos seleccionados fueron
evaluados críticamente considerando su validez
interna, relevancia clínica y aplicabilidad al
contexto ecuatoriano.
Desarrollo
Definición
La ERC es una patología de evolución lenta y
progresiva que se caracteriza por una pérdida
persistente de la función renal, según la
definición establecida por la organización
KDIGO (Kidney Disease: Improving Global
Outcomes), se diagnostica ERC cuando la TFG
desciende por debajo de 60 mL/min/1.73
durante un periodo mínimo de tres meses o
cuando existen evidencias de daño renal
estructural o funcional, aun en presencia de
TFG normal o preservada, esta evidencia puede
manifestarse mediante anomalías en el
sedimento urinario como proteinuria o
hematuria, alteraciones estructurales detectadas
por imagenología renal como riñones atróficos,
quistes o nefropatía obstructiva, hallazgos
histopatológicos o elevación persistente de
biomarcadores específicos como la albúmina
urinaria (Levey, A., et al. 2012).
Epidemiología
La ERC constituye un importante problema de
salud pública a nivel mundial, un análisis
realizado por el Global Burden of Disease Study
2017 determinó que la prevalencia global de
esta condición alcanzaba un 9.1% de la
población, lo cual equivale a más de 697
millones de personas afectadas en todas las
edades, la mortalidad atribuida a la ERC
aumentó en un 41.5% entre 1990 y 2017,
alcanzando aproximadamente 1.2 millones de
muertes en ese último año, situándose como una
de las diez principales causas de muerte en el
mundo. Esta carga es especialmente elevada en
países con ingresos bajos o medianos en los
cuales el acceso al diagnóstico temprano,
tratamiento farmacológico y terapias
sustitutivas renales es limitado (Jha, V., et al.
2013). En Ecuador, de acuerdo con los datos
publicados por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INEC) para el año 2022,
la ERC representó la cuarta causa de muerte a
nivel nacional, con una tasa de 27.8 defunciones
por cada 100,000 habitantes, se observó una
mayor incidencia en pacientes mayores de 60
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años, siendo particularmente frecuente en
poblaciones vulnerables con escaso acceso a
atención nefrológica especializada (Instituto
Nacional de Estadística y Censos, 2023).
Factores de riesgo
La ERC presenta una etiología multifactorial,
las causas más comunes incluyen la diabetes
mellitus tipo 2 y la hipertensión arterial crónica,
que juntas representan cerca del 70% de los
casos en países desarrollados, otros factores
como la obesidad, dislipidemia, síndrome
metabólico, tabaquismo activo, sedentarismo y
dieta alta en sodio también son factores
determinantes, existen además factores no
modificables como la edad avanzada, el sexo
masculino, antecedentes familiares de
enfermedad renal y ciertas predisposiciones
genéticas asociadas con variantes en genes
como APOL1 o UMOD. La exposición crónica
a fármacos nefrotóxicos como los
antiinflamatorios no esteroideos (AINEs),
inhibidores de calcineurina o sustancias
ambientales como pesticidas también se ha
vinculado con un mayor riesgo de daño tubular
progresivo (Vaidya, S. & Aeddula, N. 2024).
Fisiopatología
La fisiopatología de la ERC implica una serie
de mecanismos interrelacionados que conducen
a la pérdida irreversible de la masa nefronal
funcional, un elemento clave es la fibrosis
intersticial la misma que impulsada por la
activación del factor de crecimiento
transformante beta (TGF-β1), induce la
transdiferenciación de células epiteliales
tubulares en miofibroblastos, promoviendo la
acumulación patológica de matriz extracelular,
paralelamente, el estrés oxidativo generado por
disfunción mitocondrial y exceso de especies
reactivas de oxígeno (ROS) provoca daño
estructural a las células del túbulo proximal,
mientras que la inflamación crónica mediada
por citocinas como IL-6, TNF-α y MCP-1
perpetúa la lesión tisular, estos procesos se ven
amplificados por alteraciones hemodinámicas
como la hiperfiltración glomerular
compensatoria, que eventualmente conduce a
esclerosis glomerular, colapso capilar y pérdida
de nefronas viables (Martínez, G., et al. 2020).
Diagnóstico
El diagnóstico de ERC requiere una evaluación
integral que incluya pruebas de función renal y
marcadores de daño, la tasa de filtración
glomerular estimada (TFGe) se calcula
utilizando fórmulas como CKD-EPI o MDRD,
basadas en la concentración sérica de creatinina,
edad, sexo y raza, la detección de albuminuria
se realiza mediante la relación
albúmina/creatinina (ACR) en una muestra de
orina puntual. Un valor persistente de ACR ≥30
mg/g en al menos dos mediciones separadas por
tres meses constituye un criterio diagnóstico de
daño renal. La ecografía renal permite
identificar alteraciones morfológicas como
disminución del tamaño renal, aumento de la
ecogenicidad cortical o presencia de
obstrucción urinaria. En situaciones específicas
pueden ser requeridos estudios más avanzados
como biopsia renal o biomarcadores como la
cistatina C (Carrascal, M., et al. 2024).
Tratamiento
El tratamiento de la ERC tiene como objetivo
principal retrasar su progresión y prevenir la
aparición de eventos cardiovasculares,
infecciones y otras complicaciones, las guías
KDIGO 2024 recomiendan el uso de IECA o
ARA II en pacientes con proteinuria, debido a
sus efectos antiproteinúricos y nefroprotectores,
en personas con diabetes tipo 2, se recomienda
optimizar el control glucémico con agentes que
hayan demostrado beneficios cardiovasculares
y renales como los iSGLT2 o agonistas del
receptor GLP-1. El manejo debe
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complementarse con una dieta hipoproteica,
restricción de sodio, manejo del fósforo y del
calcio, corrección de la acidosis metabólica y
tratamiento de la anemia renal con hierro y
agentes estimulantes de eritropoyesis. Es
importante mencionar que el enfoque debe ser
multidisciplinario e individualizado según el
estadio de la enfermedad y las comorbilidades
del paciente (Pillajo, B., et al. 2021).
iSGLT2 en la progresión de la enfermedad
renal crónica
En los últimos años, una clase farmacológica
originalmente desarrollada para el tratamiento
de la diabetes mellitus tipo 2 ha emergido como
una de las más prometedoras en el campo de la
nefrología: los iSGLT2. Estas moléculas actúan
bloqueando la reabsorción tubular de glucosa y
sodio en el túbulo proximal, promoviendo su
excreción urinaria, sin embargo, los beneficios
clínicos observados en estudios recientes
trascienden el efecto glucémico. El metaanálisis
de Zou, X., et al. (2024), que incluyó más de
90.000 pacientes con ERC con y sin diabetes,
reveló que el uso de iSGLT2 reduce de manera
significativa el riesgo de duplicación de la
creatinina sérica, progresión hacia enfermedad
renal terminal (ERT) y mortalidad de causa
renal, con un perfil de seguridad aceptable en
diversos grupos poblacionales (Zou, X., et al.
2024).
El ensayo clínico DAPA-CKD (2020) evaluó la
eficacia de dapagliflozina en una cohorte de
4304 pacientes con ERC en estadios 24 y
albuminuria ≥200 mg/g, aproximadamente un
tercio de los participantes no presentaba
diabetes, los resultados mostraron una
reducción del 39% en el riesgo relativo del
desenlace primario compuesto de deterioro
sostenido de la función renal, necesidad de
terapia renal sustitutiva o muerte de causa
cardiovascular o renal. Los beneficios fueron
consistentes tanto en diabéticos como en no
diabéticos, lo que respaldó la hipótesis de un
efecto renoprotector independiente de la
glucemia (Heerspink, H., et al. 2020). De forma
similar, el estudio EMPA-KIDNEY (2023), que
evaluó empagliflozina en 6609 pacientes con
ERC de múltiples etiologías, demostró una
reducción significativa en la progresión de la
enfermedad y en la mortalidad cardiovascular,
consolidando la evidencia de clase para los
iSGLT2 como fármacos nefroprotectores de
amplio espectro (Herrington, W., et al. 2023).
Los mecanismos propuestos para explicar los
efectos beneficiosos de los iSGLT2 incluyen la
restauración del feedback tubuloglomerular,
que se produce al aumentar la entrega de sodio
a la mácula densa, lo que desencadena una
vasoconstricción de la arteriola aferente y
reduce la presión intraglomerular. Este
fenómeno reduce la hiperfiltración glomerular,
un mecanismo común de daño renal progresivo,
adicionalmente, se ha observado una reducción
de la albuminuria, atribuida tanto a efectos
hemodinámicos como estructurales sobre la
barrera de filtración glomerular (Chang, J., et al.
2025). En modelos experimentales y en
estudios clínicos, se ha documentado una
disminución de la expresión de citocinas
proinflamatorias como TNF-α, IL-6 y MCP-1,
así como una reducción en la producción de
especies reactivas de oxígeno, lo que sugiere un
papel antiinflamatorio y antioxidante directo
sobre el parénquima renal (Mateoc, T., et al.
2025; Romagnani, P. 2025). También se ha
demostrado una disminución en los niveles de
TGF-β1, lo cual podría traducirse en un efecto
antifibrótico sostenido (Viggiano, D., et al.
2025).
Es importante destacar que el inicio del
tratamiento con iSGLT2 se asocia típicamente
con una disminución transitoria en la TFG,
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fenómeno considerado hemodinámico y
reversible, que se estabiliza posteriormente, a
largo plazo, esta clase farmacológica ha
demostrado una tasa de declive de la función
renal significativamente menor en comparación
con placebo, reflejando una protección efectiva
sobre el deterioro renal crónico, por estas
razones, las guías KDIGO 2024 han
incorporado el uso de iSGLT2 como una
recomendación de primera línea en pacientes
con ERC y albuminuria persistente, con o sin
diabetes, considerando su perfil de eficacia y
seguridad en la prevención de eventos renales y
cardiovasculares mayores (Perry, R. &
Shulman, G. 2020).
Discusión
La evidencia científica acumulada en la última
década ha transformado significativamente la
comprensión del manejo de la ERC,
particularmente con respecto al papel de los
iSGLT2. En este sentido, Heerspink, H., et al.,
(2020) demostraron en el ensayo DAPA-CKD
que la dapagliflozina reduce en un 39% el
riesgo de progresión renal, hallazgo que
concuerda con los resultados de Herrington, W.,
et al. (2023) en el estudio EMPA-KIDNEY,
quienes reportaron beneficios similares con
empagliflozina en una población más
heterogénea. Ambos estudios coinciden en que
el efecto nefroprotector es independiente del
control glucémico, lo cual representa un cambio
de paradigma en el tratamiento de la ERC.
En contraste con las terapias convencionales,
Zou, X., et al. (2024) señalan en su metaanálisis
que los iSGLT2 ofrecen beneficios adicionales
al reducir la mortalidad renal y cardiovascular,
superando las limitaciones de los IECA y ARA
II como monoterapia. Sin embargo, Perry, R. &
Shulman, G. (2020) advierten que estos
beneficios deben interpretarse con cautela, ya
que la mayoría de ensayos clínicos excluyeron
pacientes con TFG <20 mL/min/1.73 m², lo cual
limita la extrapolación de resultados a estadios
avanzados de la enfermedad. Esta posición es
respaldada por Romagnani, P. (2025), quien
cuestiona la eficacia universal de los iSGLT2 en
todas las poblaciones con ERC.
Respecto a los mecanismos fisiopatológicos,
Chang, J., et al. (2025) afirman que la
restauración del feedback tubuloglomerular
constituye el principal mecanismo
nefroprotector de los iSGLT2. En apoyo a esta
teoría, Mateoc, T., et al. (2025) y Viggiano, D.,
et al. (2025) documentan adicionalmente
efectos antiinflamatorios y antifibróticos,
evidenciados por la reducción de citocinas
proinflamatorias como TNF-α e IL-6. No
obstante, Chen, T., et al. (2021) argumentan que
estos mecanismos son complementarios a otras
estrategias terapéuticas y no deben considerarse
como sustitutos del control de factores de riesgo
tradicionales como la hipertensión arterial y la
diabetes mellitus.
En relación con la seguridad farmacológica,
Das, S., et al. (2020) establecen que el perfil de
seguridad de los iSGLT2 es favorable, aunque
reconocen la existencia de efectos adversos
como infecciones genitales micóticas y el riesgo
de cetoacidosis euglucémica en pacientes
insulinodependientes. Frąk, W., et al. (2024)
coinciden con esta valoración, pero enfatizan la
necesidad de monitoreo clínico estrecho en
pacientes ancianos o con fragilidad
cardiovascular. Por otra parte, Chitpim, N., et
al. (2025) aportan evidencia sobre el costo-
efectividad de esta intervención en el contexto
tailandés, aunque destacan que la accesibilidad
sigue siendo limitada en sistemas de salud con
recursos restringidos, posición que se replica en
el contexto ecuatoriano según los datos del
Instituto Nacional de Estadística y Censos
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Finalmente, las guías KDIGO 2024, citadas por
Stevens, P., et al. (2024), han incorporado los
iSGLT2 como agentes de primera línea en
pacientes con ERC y albuminuria persistente.
Esta recomendación es apoyada por
Beitelshees, A., et al. (2019) y Braga, P., et al.
(2022), quienes destacan la solidez de la
evidencia traslacional que sustenta su uso
clínico, sin embargo, Reiss, A., et al. (2024)
señalan que aún se requieren investigaciones
adicionales para determinar su eficacia en
nefropatías específicas como la nefropatía por
IgA o la nefropatía pica, áreas donde la
evidencia actual es limitada.
Conclusiones
Se concluye que, la caracterización de la ERC
evidencia que esta patología constituye un
problema de salud pública de magnitud global,
con una prevalencia del 9.1% a nivel mundial y
siendo la cuarta causa de muerte en Ecuador. La
fisiopatología multifactorial de la enfermedad,
que involucra fibrosis intersticial, estrés
oxidativo, inflamación crónica y disfunción
mitocondrial, justifica la necesidad de abordajes
terapéuticos integrales que trasciendan el
control exclusivo de factores de riesgo
tradicionales como la hipertensión arterial y la
diabetes mellitus tipo 2.
Los mecanismos de acción de los iSGLT2
demuestran un efecto nefroprotector
multidimensional que incluye la restauración
del feedback tubuloglomerular, la reducción de
la presión intraglomerular, la disminución de la
albuminuria y efectos antiinflamatorios
mediante la reducción de citocinas
proinflamatorias como TNF-α, IL-6 y MCP-1.
Adicionalmente, su efecto antifibrótico,
evidenciado por la disminución de los niveles
de TGF-β1, contribuye a frenar la progresión
del daño renal crónico.
Además, el análisis de la evidencia científica
proveniente de ensayos clínicos multicéntricos
como DAPA-CKD y EMPA-KIDNEY
demuestra que los iSGLT2 reducen
significativamente el riesgo de progresión de la
ERC, duplicación de creatinina sérica,
necesidad de terapia renal sustitutiva y
mortalidad renal, tanto en pacientes diabéticos
como no diabéticos. Estos hallazgos,
respaldados por metaanálisis que incluyen más
de 90,000 pacientes, confirman que los
beneficios nefroprotectores de los iSGLT2 son
independientes del control glucémico.
Finalmente, las implicaciones clínicas del uso
de iSGLT2 incluyen su incorporación como
agentes de primera línea en las guías KDIGO
2024 para pacientes con ERC y albuminuria
persistente. No obstante, es fundamental
considerar las limitaciones identificadas, tales
como los efectos adversos potenciales
(infecciones genitales micóticas, riesgo de
cetoacidosis euglucémica), la escasa evidencia
en estadios avanzados de ERC (TFG <20
mL/min/1.73 m²) y el acceso desigual en países
en desarrollo como Ecuador. Estas
consideraciones exigen un abordaje
individualizado y un monitoreo clínico estrecho
para optimizar los beneficios terapéuticos.
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Garcés Freire, Paola Alejandra Silva Gutiérrez.