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el rendimiento escolar, la interacción con pares
y la capacidad de autorregulación emocional.
Este fenómeno coincide con investigaciones
que señalan que la ansiedad puede amplificar
las dificultades comunicativas, impedir la
participación activa en actividades pedagógicas
y afectar de manera directa la autonomía del
estudiante.
Las dificultades del lenguaje en niños con TEA
se originan, como plantean Armijos et al.
(2023), en la ausencia de gestualidad funcional
y en las limitaciones para utilizar claves
visuales del contexto, lo cual obstaculiza el
desarrollo de habilidades de interacción
personal, comprensión social y adaptación a los
distintos entornos, especialmente en el ámbito
escolar donde la comunicación interpersonal es
fundamental. La carencia de estas habilidades
repercute en la imposibilidad de entablar
amistades, jugar adecuadamente con sus
compañeros, participar en dinámicas grupales y
comprender situaciones sociales cotidianas;
estos desafíos se traducen en mayores niveles de
aislamiento, frustración y ansiedad. A nivel
global, el incremento del autismo ha sido
notable en las últimas décadas. Celis y Ochoa
(2023) destacan que, en el mundo, de cada 160
niños, al menos uno es diagnosticado con TEA,
tendencia que ha generado una creciente
preocupación en los sistemas educativos y de
salud. En el contexto ecuatoriano, Campoverde
(2024) reporta que, en el sistema educativo
nacional, durante el año lectivo 2023–2024, se
registraron 4.179 estudiantes diagnosticados
con TEA, de los cuales el 51% presenta altos
niveles de ansiedad, una cifra que revela la
urgencia de investigar estrategias pedagógicas
innovadoras que contribuyan al bienestar
emocional y al adecuado desarrollo académico
de esta población escolar.
En respuesta a esta necesidad, los pictogramas
han surgido como una herramienta pedagógica
altamente prometedora, especialmente para
atender las necesidades comunicativas,
emocionales y adaptativas de los estudiantes
con autismo. Investigaciones realizadas por
Allende (2024) y Chávez (2021) han
demostrado que los sistemas de comunicación
visual no solo reducen los niveles de ansiedad,
sino que también mejoran la comprensión del
entorno, la anticipación de actividades y la
expresión de necesidades, convirtiéndose en un
apoyo indispensable para favorecer la
autonomía y la interacción social. Los
pictogramas permiten traducir información
compleja en representaciones visuales simples
y accesibles, facilitando la estructuración del
tiempo, la comprensión de instrucciones y la
regulación emocional ante cambios
inesperados. A pesar de estos avances, aún
existen vacíos respecto a la selección,
aplicación y efectividad de estrategias
específicas basadas en pictogramas para
estudiantes de cuarto grado, etapa en la que la
carga académica aumenta y las demandas
sociales se vuelven más complejas. Por ello, el
presente artículo se propone investigar
estrategias basadas en el uso sistemático de
pictogramas para disminuir los niveles de
ansiedad en estudiantes de cuarto grado
diagnosticados con TEA, con objetivos
orientados a evaluar su impacto en la reducción
de la ansiedad, analizar su implementación en
contextos escolares reales e identificar cuáles
representaciones pictográficas generan mayor
efectividad.
La ansiedad, entendida como una emoción
universal, es una respuesta adaptativa frente a
estímulos considerados amenazantes,
intimidantes o peligrosos, y surge como un
mecanismo de alerta que impulsa a la persona a
huir o enfrentar la situación percibida como
riesgo para su integridad física o emocional
(Cordero y Pauta, 2023). Sin embargo, cuando
esta reacción se presenta de manera intensa,
persistente o desproporcionada, se convierte en
un trastorno que afecta de manera directa la
calidad de vida y el funcionamiento cotidiano
del individuo. En el caso de personas con TEA,
la ansiedad adquiere características particulares
debido a su forma de procesar el entorno, su
sensibilidad ante estímulos sensoriales y su
dificultad para anticipar cambios. Clavero et al.
(2021) señalan que “hasta el 40% de los niños
con autismo experimentan trastornos de