Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 12
Diciembre del 2025
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PERSPECTIVAS DE LOS DOCENTES SOBRE LA APTITUD FÍSICA DE LOS
ADOLESCENTES ARAGÜEÑOS: UNA BASE PARA CONTEXTUALIZACIÓN DE LA
CLASE DE EDUCACIÓN FÍSICA
TEACHERS' PERSPECTIVES ON THE PHYSICAL FITNESS OF ADOLESCENTS IN
ARAGUA: A BASIS FOR CONTEXTUALIZING PHYSICAL EDUCATION CLASSES
Autores: ¹Juan Inocente Hojas Domínguez y ²Gladys Elvira Guerrero Colmenarez.
¹ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0002-2892-557X
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-0750-2452
¹E-mail de contacto: hojasdominguez@gmail.com
²E-mail de contacto: gladys.guerrero.ipmar@upel.edu.ve
Afiliación: ¹*Unidad Educativa Particular “Mi Mágico Mundo”, (Ecuador). ²*Unidad Educativa “Dr. Francisco Ochoa Ortiz”, (Ecuador).
Artículo recibido: 12 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 23 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 2 de Diciembre del 2025
¹Centro de Investigación Pedagogía de la Cultura Física de la Universidad Nacional Experimental Samuel Robinson, (Venezuela).
Magíster en Gestión del Deporte por la Universidad de Ciencias y la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, (Cuba). Doctorante en
Educación de la UNEM, (Venezuela).
2
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, (Venezuela). Centro de investigación EDUFISADRED. Doctora en Ciencias de la
Cultura Física y el Deporte Universidad de Ciencias y la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, (Cuba). Doctora en Educación
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, (Venezuela).
Resumen
Este artículo presenta los resultados
preliminares de una investigación en curso
desarrollada en el estado Aragua, Venezuela.
El objetivo general del estudio es caracterizar
el perfil de aptitud física y desarrollo
antropométrico de la población adolescente de
Educación Media General. La finalidad es
ofrecer un aporte teórico-práctico
metodológico que sirva de apoyo a los
docentes, permitiéndoles contextualizar y
optimizar la clase de Educación Física, así
como planificar estrategias de enseñanza-
aprendizaje acordes con las características
individuales y el entorno socioeducativo del
estudiantado. Metodológicamente, la
investigación se aborda desde un enfoque
mixto, bajo un diseño de campo de tipo
correlacional, descriptivo-explicativo, con el
soporte de la base documental. La recolección
de datos combinó entrevistas semiestructuradas
y encuestas. El procesamiento de la
información incluye estadística descriptiva e
inferencial, complementado con un análisis
hermenéutico de los hallazgos surgidos de las
entrevistas. El marco teórico se fundamenta en
la Teoría General de Sistemas (TGS) y las
teorías de la actividad física para la salud y el
desarrollo humano. El producto final será un
perfil de aptitud física de los adolescentes del
estado Aragua, el cual permitirá optimizar la
planificación de estrategias pedagógicas y
didácticas asertivas. Esto es crucial para el
desarrollo integral del estudiantado, la
construcción de su identidad, la resolución de
conflictos y la colaboración para una sana
convivencia. Se concibe esta interacción social
diaria como un motor de aprendizaje, donde los
estudiantes negocian significados, comparten
perspectivas y aprenden a funcionar en el
contexto comunal.
Palabras clave: Perfil, Aptitud física,
Desarrollo físico, Educación Física,
Estrategias pedagógicas, Estrategias
didácticas.
Abstract
This article presents the preliminary results of
ongoing research conducted in the state of
Aragua, Venezuela. The overall objective of
the study is to characterize the physical fitness
and anthropometric development profile of the
adolescent population in general secondary
education. The aim is to offer a theoretical and
practical methodological contribution that will
support teachers, enabling them to
contextualize and optimize physical education
classes, as well as to plan teaching and learning
strategies in line with the individual
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characteristics and socio-educational
environment of the student body.
Methodologically, the research is approached
from a mixed approach, under a correlational,
descriptive-explanatory field design, with the
support of the documentary base. Data
collection combined semi-structured
interviews and surveys. The processing of the
information includes descriptive and inferential
statistics, complemented by a hermeneutic
analysis of the findings from the interviews.
The theoretical framework is based on General
Systems Theory (GST) and theories of physical
activity for health and human development.
The final product will be a physical fitness
profile of adolescents in the state of Aragua,
which will allow for the optimization of
planning strategies.
Keywords: Profile, Physical fitness, Physical
development, Physical education,
Pedagogical strategies, Didactic strategies.
Sumário
Este artigo apresenta os resultados preliminares
de uma pesquisa em andamento realizada no
estado de Aragua, Venezuela. O objetivo geral
do estudo é caracterizar o perfil de aptidão
física e desenvolvimento antropométrico da
população adolescente do ensino médio. A
meta é oferecer uma contribuição
metodológica teórica e prática que auxilie os
professores, permitindo-lhes contextualizar e
otimizar as aulas de educação física, bem como
planejar estratégias de ensino e aprendizagem
alinhadas às características individuais e ao
ambiente socioeducacional do corpo discente.
Metodologicamente, a pesquisa adota uma
abordagem mista, com delineamento de campo
correlacional, descritivo-explicativo, com o
apoio de base documental. A coleta de dados
combinou entrevistas semiestruturadas e
questionários. O processamento das
informações inclui estatística descritiva e
inferencial, complementada por uma análise
hermenêutica dos achados das entrevistas. O
referencial teórico baseia-se na Teoria Geral
dos Sistemas (TGS) e em teorias da atividade
física para a saúde e o desenvolvimento
humano. O produto final será um perfil de
aptidão física de adolescentes no estado de
Aragua, que permitirá a otimização das
estratégias de planejamento.
Palavras-chave: Perfil, Aptidão física,
Desenvolvimento físico, Educação física,
Estratégias pedagógicas, Estratégias
didáticas.
Introducción
La educación constituye un pilar fundamental
para el crecimiento, la evolución y la
consolidación de las estructuras sociales, dado
que su impacto se extiende directamente al
equilibrio y la progresión continua del ser
humano. Desde una óptica etimológica, el
vocablo se origina en el latín educere, cuyo
significado, "sacar de dentro" o "guiar", subraya
la trascendencia de implementar procesos de
enseñanza-aprendizaje asertivos que prioricen
la formación integral del individuo. Dentro del
sistema curricular, la Educación Física se
establece como un componente orgánico y
pedagógico esencial. Su núcleo disciplinar se
articula en torno al movimiento, el ejercicio
físico y las acciones motrices, con la finalidad
primaria de fortalecer la salud, el equilibrio
homeostático y las cualidades motoras
individuales, por lo que su ámbito de
intervención excede los planos solamente
morfológicos y funcionales, integrando el
desarrollo moral y volitivo, lo cual es
determinante en la formación de hábitos que
impulsan la transformación y la adaptabilidad
en el entorno educativo y social.
En la actualidad, esta disciplina transita hacia la
búsqueda de nuevas configuraciones
pedagógicas que permitan adaptar el proceso
formativo a las tendencias contemporáneas. El
fin último es empoderar al estudiante,
preparándolo proactivamente para un entorno
futuro caracterizado por la incertidumbre,
mediante el cultivo de la habilidad
metacognitiva de "aprender a aprender". Desde
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una óptica humanista y constructivista, la
efectividad del aprendizaje reside
significativamente en la autonomía y la decisión
intrínseca del estudiante para discernir y
seleccionar la información que es pertinente
para su desarrollo físico a través del
movimiento corporal, que tribute a su desarrollo
académico y personal de manera integral. Este
enfoque pedagógico promueve una interacción
crítica con el conocimiento que debe fomentar
una visión armónica del saber y el intercambio
recíproco de experiencias, bien sea a través de
interacciones directas o indirectas. De allí que
el planteamiento del problema de esta
investigación se centra en la caracterización
precisa del perfil de aptitud física y desarrollo
antropométrico de la población adolescente de
Educación Media General.
Cabe señalar que el propósito científico es
doble: en primer lugar, generar un aporte
teórico-práctico de naturaleza metodológica
que constituya una referencia tangible para el
cuerpo docente. Esto les permitirá
contextualizar y optimizar la praxis de la clase
de Educación Física. En segundo lugar, busca
facilitar la planificación de estrategias de
enseñanza-aprendizaje que se alineen
objetivamente con la aptitud física real y el
entorno socioeducativo de los estudiantes. Esta
orientación se enmarca en un paradigma global
e individualizado que respeta la heterogeneidad
del estudiantado, proporcionando las
herramientas necesarias para lograr el equilibrio
en su desarrollo físico e integral conforme a sus
capacidades y potencialidades intrínsecas.
Estudios recientes de diferentes autores, versan
sobre las características somato típicas del
joven venezolano e incluso del perfil, para la
selección de talentos deportivos, pero han sido
realizadas en poblaciones deportivas. Estos
estudios servirán, como basamento teórico a la
presente investigación.
La aptitud se define como el calificativo
empleado para describir el potencial o nivel de
capacidades de un individuo para ejecutar una
tarea o trabajo específico; al complementarse
con el término “física”, que alude a los aspectos
corporales, el constructo remite a la capacidad
del sujeto para realizar acciones motrices
susceptibles de ser estimadas y ponderadas.
Según Gamardo (2011), la aptitud física es la
capacidad o potencial físico de un individuo que
refleja el estado de su organismo influenciado
por el nivel de entrenamiento, concepto que
trasciende el ámbito deportivo y se extiende al
bienestar general y fundamentalmente al estado
de salud. Las pruebas de aptitud física han
estado históricamente vinculadas al contexto
deportivo, centradas en el desarrollo de
cualidades físicas esenciales como resistencia,
fuerza, velocidad, flexibilidad y agilidad desde
edades tempranas, siendo indispensable su
evaluación sistemática para monitorear el
progreso físico-motor del sujeto. En este marco,
la fuerza se define como la capacidad del ser
humano para superar o contrarrestar resistencias
externas mediante la aplicación de esfuerzos
musculares, de acuerdo con Zaysiorski (1996,
citado por Rodríguez y Artíles, 1998). Su
manifestación puede darse como fuerza
máxima, entendida como la capacidad de
generar la mayor tensión posible para vencer o
movilizar la mayor carga voluntaria; fuerza
rápida o explosiva, vinculada con la capacidad
del sistema neuromuscular para superar
resistencias con alta velocidad de contracción y
asociada al concepto de potencia; fuerza
resistencia, definida por Ramírez (1999) como
la capacidad muscular para resistir la fatiga en
ejercicios de larga duración permitiendo
acciones repetidas; y fuerza latente, descrita por
Verkhoshansky (2002) como la capacidad de
manifestar esfuerzos de alta magnitud en
condiciones de movimientos lentos. Por su
parte, la resistencia se concibe como la
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capacidad que permite ejecutar acciones físicas
prolongadas sin una disminución significativa
de la capacidad funcional. Pila (1981) la
identifica como la capacidad para sostener un
esfuerzo eficiente el mayor tiempo posible,
mientras que Ramírez (1999) resalta su
asociación con la resistencia al agotamiento
propio de actividades prolongadas, y Vila
(2006) incorpora la capacidad de recuperación
como parte esencial del concepto. Esta cualidad
constituye la base fisiológica para el desarrollo
de otras capacidades como la velocidad y la
potencia, pudiendo distinguirse una resistencia
aeróbica, definida por Pila (1981) como la
capacidad de mantener un esfuerzo sostenido en
equilibrio de oxígeno, y una resistencia
anaeróbica, relativa a la capacidad para tolerar
la deuda de oxígeno generada por un ritmo de
trabajo elevado.
La velocidad, entendida como la relación entre
el desplazamiento y el tiempo, se manifiesta
según Pila (1981) en velocidad de reacción, que
implica responder motrizmente a un estímulo de
manera inmediata; velocidad de
desplazamiento, que corresponde a recorrer una
distancia en el menor tiempo posible; velocidad
de resistencia, asociada con la capacidad de
sostener una velocidad cíclica o acíclica por el
mayor tiempo; y velocidad mental, planteada
por Vila (2006) como la combinación entre
rapidez motriz y rapidez cognitiva para tomar
decisiones y ejecutar acciones con intensidad.
La flexibilidad, por su parte, es una capacidad
frecuentemente subestimada pero fundamental
para ampliar el rango de movimiento y
optimizar otras valencias físicas. Pila (1981) la
define como la facultad para mover los
segmentos óseos que conforman las
articulaciones, estrechamente ligada con la
elasticidad de músculos, tendones y ligamentos.
Platonov y Vulatov (2006) señalan la
flexibilidad activa como la capacidad de
ejecutar movimientos amplios mediante la
acción de la musculatura propia, mientras que la
flexibilidad pasiva permite alcanzar la máxima
movilidad articular mediante fuerzas externas,
alcanzando amplitudes generalmente superiores
a las de la flexibilidad activa.
La antropometría, cuyo origen etimológico
proviene de los términos griegos ánthropos
(hombre) y metría (medición), constituye una
técnica fundamental en la antropología física y
en las ciencias aplicadas al deporte. García y
Pérez (2002) la describen como una técnica que
permite la descripción y evaluación de las
variaciones corporales a través de la medición,
mientras que Lasker (1994) la considera
esencial para evaluar y comparar aspectos
morfológicos mediante medidas directas del
cuerpo total o de sus segmentos. Esta técnica es
indispensable para valorar la aptitud física, pues
posibilita comprender y predecir las respuestas
corporales a partir de la estructura morfológica
del individuo, apoyándose en disciplinas como
la anatomía, la fisiología y la kinesiología, y
utilizando instrumentos como plicómetros,
verniers, cintas métricas y balanzas, cuya
selección depende de los objetivos específicos
de la evaluación. En el contexto escolar, la
implementación de evaluaciones
antropométricas básicas, como medición de
estatura, peso y envergadura, resulta útil y
económica, permitiendo al docente monitorear
la evolución corporal del estudiante, pronosticar
su perfil de aptitud física para orientar la
planificación didáctica y proyectar posibles
talentos deportivos, lo que constituye un
propósito central de la presente investigación.
El estudio de la constitución física como factor
inherente a la salud y la enfermedad posee
raíces históricas profundas; ya en la antigüedad,
en Roma, Aurelius Cornelius Celsus (53 a.C.–
d.C.) dejó entrever la necesidad de comprender
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la naturaleza de la constitución física para
explicar las variaciones individuales en la
morfología; como la delgadez o la adiposidad;,
en la termorregulación ; caliente o frío, y en las
funciones orgánicas; humedad o sequedad,
afirmando que la vulnerabilidad corporal es casi
universal (Tucker y Lessa, 1940a, p. 265).
Celsus es considerado uno de los primeros en la
medicina antigua en postular la constitución
como un factor en la etiología de la enfermedad.
Posteriormente, en la Grecia clásica del siglo V
a.C., la medicina hipocrática desarrolló una
doctrina de la constitución correlacionada con
la patología; Hipócrates de Cos (460–370 a.C.)
llegó a identificar tipologías iniciales como la
constitución buena o mala, fuerte o débil, y seca
o elástica. Sus aportaciones fueron decisivas
para la consideración integral del cuerpo, la
observación minuciosa de la sintomatología y la
relevancia del historial clínico en el proceso
diagnóstico. Más adelante, Galeno de Pérgamo
(131–216 d.C.) contribuyó con la Teoría de
Krasis, de la cual emergió la noción de
temperamento, introduciendo además el
concepto de hábito para describir el conjunto de
características estructurales que configuran la
apariencia externa del individuo. En el periodo
medieval, Avicena (c. 980–1038 d.C.), en su
obra El Canon de Medicina, ofreció una
descripción general del cuerpo humano y sus
temperamentos, aunque sin establecer una
correlación directa entre la forma física y el
desarrollo de enfermedades. Ya en el siglo
XVII, el médico francés Lazare Revière (1589–
1655) avanzó en el estudio al abordar los
temperamentos galénicos en su tratado,
proponiendo su naturaleza hereditaria y
condicional, con lo cual sentó las bases del
concepto de interacción herencia-ambiente
como elemento fundamental en el análisis de la
constitución física. Posteriormente, León Louis
Rostan (1790–1866) introdujo el término
“estructura física” en relación directa con la
higiene y la salud, ampliando la perspectiva
clínica hacia el estudio de la morfología
corporal como indicador biológico. El
desarrollo conceptual moderno de la forma
corporal se consolidó en 1940, cuando William
H. Sheldon, junto a S. S. Stevens y W. B.
Tucker, publicaron Las variedades del físico
humano, obra en la que acuñaron el término
“somatotipo” para referirse a la cuantificación
de la forma corporal mediante tres componentes
primarios evaluados en una escala de siete
puntos: la endomorfia, que representa la
adiposidad relativa; la mesomorfia, que expresa
la robustez musculoesquelética; y la ectomorfia,
que refleja la linealidad o delgadez relativa.
Figura 1. El Somatotipo Humano
El somatotipo se consolidó así como un
descriptor abreviado del físico que integra la
ponderación de estos componentes
morfológicos en una calificación tripartita,
generando una imagen visual unificada de la
forma total del cuerpo humano
independientemente de su tamaño. Sheldon
postuló además que el somatotipo posee un
carácter permanente, determinado por las capas
embrionarias, lo que otorgaba al modelo un
sustento biológico asociado a la diferenciación
tisular durante el desarrollo. El método original
de Sheldon fue posteriormente perfeccionado y
estandarizado, dando lugar a un sistema más
objetivo y reproducible. Bárbara Heath Roll,
reconocida en el campo de la
cineantropometría, junto con Lindsay Carter,
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desarrollaron el Método Antropométrico del
Somatotipo Heath-Carter, caracterizado por su
rigurosidad en mediciones y su validez
científica, lo que permitió establecer bases
sólidas para la evaluación precisa de la forma
corporal. En la actualidad, este método es el
más utilizado en la investigación científica para
la descripción morfológica de somatotipos tanto
en atletas como en población general,
independientemente del sexo o la edad. Su
relevancia radica en la capacidad de establecer
comparaciones poblacionales, monitorear
procesos de crecimiento y cambios
ontogenéticos vinculados al envejecimiento, así
como evaluar la influencia del ejercicio y del
entrenamiento físico sobre la constitución
corporal, lo que ha permitido construir perfiles
somáticos para diversos deportes y contextos.
La biotipología humana surgió en el siglo XVII
como una ciencia dedicada al estudio de la
variación del físico en relación con factores
biológicos, ambientales y funcionales.
Villanueva (1991) la describe como una ciencia
sintética, unitaria y correlativa que integra el
estudio endocrinológico, fisiológico, del
desarrollo físico, psíquico, bioquímico y
neurológico, con aplicaciones en múltiples
áreas como la medicina, la antropología física,
la sociología, la pedagogía y el deporte. Las
primeras escuelas biotipológicas centraron sus
esfuerzos en clasificar los tipos físicos
humanos, destacándose la Escuela
Biotipológica Francesa con autores como Jean
Noël Hallé (1754–1822), quien describió tres
tipos de constitución basados en el predominio
de sistemas —abdominal, muscular y craneal—
y resaltó el desarrollo muscular como rasgo
distintivo; y Claude Sigaud (1862–1921), quien
planteó una relación directa entre los sistemas
orgánicos y el medio ambiente externo,
describiendo cuatro tipos humanos equilibrados
o “francos” en función del predominio
moderado del aparato respiratorio, digestivo,
muscular o cerebral, evitando la exageración
morfológica que pudiera considerarse
patológica. Estas aportaciones sentaron bases
para comprender la diversidad morfológica
como producto de interacciones entre funciones
corporales y medio ambiente.
La antropometría, entendida como técnica
instrumental esencial en las ciencias aplicadas
al deporte y al ejercicio, deriva su
denominación de las raíces griegas ánthropos
(hombre) y metría (medición). García y Pérez
(2002) señalan que la antropometría o
somatometría es la técnica fundamental de la
antropología física destinada a la descripción y
cuantificación de las variaciones corporales del
ser humano mediante la medición; de igual
manera, Lasker (1994) la define como el
procedimiento que permite evaluar y comparar
aspectos morfológicos mediante medidas
directas del cuerpo total o de segmentos
específicos. Para estimar características
morfológicas con precisión, la antropometría
establece un vínculo interdisciplinario con la
anatomía, la fisiología, la biología, la
matemática y la kinesiología, utilizando
métodos directos e indirectos con instrumentos
especializados como balanzas, cintas métricas,
plicómetros o verniers, cuya selección depende
de los objetivos específicos de la valoración y
de los recursos disponibles.
La técnica antropométrica constituye una
herramienta esencial en la evaluación de la
aptitud física, pues permite comprender las
respuestas fisiológicas y motoras en función de
la estructura somática del individuo. La
profundidad del análisis varía según los
objetivos investigativos: para evaluar grasa
corporal se requiere un plicómetro; para
calcular somatotipo, un vernier; y para estimar
el Índice de Masa Corporal (IMC), basta con
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medir peso y talla. En las últimas décadas, la
antropometría ha adquirido importancia
creciente en el análisis de los factores que
influyen en el rendimiento deportivo, mediante
estudios longitudinales y transversales que
examinan la relación entre la constitución
corporal y la capacidad de rendimiento en
diversas poblaciones, desde niños y jóvenes
hasta adultos atletas o no atletas. Actualmente,
la disciplina se proyecta como una rama
científica de la Biomedicina, integrando
mediciones antropométricas con
procedimientos matemático-estadísticos
avanzados para determinar la interdependencia
entre dimensiones, proporciones y composición
corporal, incluido el somatotipo, y variables del
rendimiento como capacidades motrices,
técnica y resultado deportivo. En este marco, los
campos de investigación de la antropometría
deportiva abarcan la caracterización somática
de atletas para establecer su relación con el
rendimiento; la evaluación y selección de
talentos mediante el pronóstico del desarrollo
físico; la fundamentación técnica para el diseño
de reglamentos, equipamiento e instalaciones
deportivas; y la valoración pedagógica del
impacto de los planes de educación física sobre
el desarrollo somático de poblaciones escolares.
La antropometría, además de ser precisa, es
accesible y económicamente viable,
especialmente en el ámbito escolar donde
permite evaluar de manera sistemática el
tamaño, las proporciones y la composición
corporal del alumnado. Con datos simples como
estatura, peso y envergadura, el docente puede
monitorear la evolución física, estimar el
impacto de las cargas de actividad y obtener
indicadores del estado nutricional. El
crecimiento y las dimensiones corporales
constituyen reflejos directos de salud y
bienestar, por lo que los cambios en estilos de
vida, patrones nutricionales y dinámica
demográfica requieren la actualización continua
de bases de datos antropométricas para asegurar
su validez predictiva. Una de las ventajas más
significativas de la antropometría es que las
mediciones de talla y peso actúan como
indicadores sensibles para diagnosticar
condiciones asociadas a malnutrición, tanto
obesidad como desnutrición. El Índice de Masa
Corporal se utiliza como indicador indirecto del
exceso de grasa corporal mediante la fórmula
propuesta por Quetelet, siendo una herramienta
recomendada por organismos como los CDC
desde los dos años de edad. Asimismo, la
relación edad-peso-estatura permite evaluar el
estado nutricional a través de tres parámetros: el
peso respecto a la talla, indicador de
desnutrición aguda; la estatura respecto a la
edad, que refleja desnutrición crónica o retraso
en el crecimiento; y el peso para la edad, útil
para monitorear alteraciones agudas o crónicas
especialmente en los primeros años de vida.
La composición corporal, que segmenta el peso
total en elementos como agua, grasa, hueso,
músculo y vísceras, es clasificada por Calvo
(2009) en cuatro componentes principales:
graso, óseo, muscular y visceral, aunque para
fines deportivos se sintetiza en dos grandes
categorías: masa corporal activa o masa magra,
integrada por músculo, hueso, órganos y
fluidos; y depósitos de grasa o adiposidad,
conformados por grasa esencial y de reserva. El
componente graso se evalúa mediante
adipometría, que consiste en medir el espesor
del tejido adiposo subcutáneo mediante
pliegues cutáneos usando un plicómetro, lo que
permite estimar la grasa corporal total mediante
ecuaciones de regresión como la de Harry
Benedit. La medición antropométrica exige
protocolos estandarizados y conocimiento
preciso de puntos somatométricos,
protuberancias y apófisis óseas fácilmente
palpables, para garantizar la confiabilidad de los
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datos, especialmente en la medición de pliegues
cutáneos, que requiere destreza técnica para
evitar errores derivados de la presión, la
ubicación incorrecta del sitio o condiciones del
sujeto como sudoración o ejercicio reciente.
Entre las dimensiones corporales clave se
encuentran la talla, medida desde el vértex hasta
la planta del pie y considerada el parámetro más
estable del crecimiento; la talla sentado, útil
para analizar proporciones entre tronco y
extremidades; y el peso corporal, que constituye
un indicador general del estado nutricional y del
desarrollo. Finalmente, el desarrollo físico está
determinado por la interacción compleja de
factores biológicos y sociales que influyen en el
ritmo, momento e intensidad del crecimiento,
integrando elementos genéticos, ambientales,
culturales y de estilo de vida que configuran la
evolución somática del individuo.
Tabla 1. Factores ejemplos y mecanismos de
influencia
Factor
Ejemplos y Mecanismos de Influencia
Potencial Genético
Estatura promedio de los padres; influencia en la
composición corporal (ej. tronco grueso, brazos
cortos).
Factores
Neuroendocrinos
Hormonas como la del crecimiento, tiroidea, glucagón
y corticosteroides.
Factores
Metabólicos
Reacciones químicas celulares, influenciadas por el
sueño, nutrición, ejercicio y clima.
Factores
Nutricionales
Absorción, aprovechamiento y utilización de
nutrientes (ej. dieta basada en carne en vara, queso
llanero en Guárico).
Factores Socio-
económicos
Cultura, hábitos alimentarios, disponibilidad y
accesibilidad a alimentos y servicios de salud.
Factores Psico-
emocionales
La esfera afectiva influye en el crecimiento desde la
concepción.
Proceso Salud-
Enfermedad
El efecto de enfermedades agudas o crónicas sobre la
velocidad y magnitud del crecimiento.
Fuente: elaboración propia
Tomando en consideración lo antes descrito,
cabe destacar que la Educación Física opera
como un factor social determinante en el
desarrollo físico, buscando "sacar hacia afuera"
o desarrollar las facultades inherentes del
individuo (Pila, 1981). Es por ello que una
práctica bien orientada y dosificada facilita el
desarrollo de la motricidad, la conciencia
corporal y la seguridad en la interacción con el
entorno. De allí que la antropometría es una
base fundamental para que el pedagogo pueda
ajustar el contenido y la dosificación de la carga
física para estimular un desarrollo físico
armónico en las y los estudiantes, para este
estudio aquellos que cursan la Educación Media
General en Venezuela.
Materiales y Métodos
El presente artículo basado en una investigación
en desarrollo, adopta un enfoque metodológico
mixto para abordar la problemática relativa al
perfil de aptitud física de las y los adolescentes
venezolanos. Dicho perfil es concebido como
una base esencial para su desarrollo integral en
la Educación Media General, a través de su
participación sistemática en las actividades
desarrolladas en las clases de Educación Física.
Resultados y Discusión
Tabla 2. Porcentaje de Adolescentes que no
hacen suficiente ejercicio físico en
Latinoamérica (2020)
Posición en la lista
mundial
País
% de adolescentes que no
hacen suficiente actividad
física
48
Costa Rica
82.0
52
Uruguay
82.2
61
México
83.1
64
Paraguay
83.5
67
Brasil
83.6
72
Honduras
83.8
73
Colombia
83.9
92
Perú
84.7
95
Argentina
84.8
99
Bolivia
85.5
106
El Salvador
86.1
111
Ecuador
86.5
116
Guatemala
86.9
133
Chile
87.6
139
Venezuela
88.8
Fuente: Organización Mundial de la Salud
(2020)
Durante la investigación se cumplieron dos
fases fundamentales la primera relacionada con
una encuesta que fue aplicada a los docentes de
educación física y la segunda relacionada con el
tratamiento de los datos resultado de la
aplicación de las pruebas de la Aptitud Física a
los estudiantes de Educación Media General en
los liceos del estado Aragua que formaron parte
de la muestra, se procedió a realizar el
tratamiento de los datos recabados para su
posterior análisis. Antes de iniciarlo se revisó el
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índice de la aptitud física de la adolescencia en
Latinoamérica presentado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), en donde se ve
reflejado que el 88,8 % de los adolescentes
venezolanos no hacen suficiente ejercicio
físico.
Figura 1. Años de Servicio
Donde se refleja que Venezuela ocupa el último
lugar con respecto a los índices de suficiencia
de ejercicio físico entre los países de la Región.
Esto exige a todos los involucrados y
responsables, en especial a los profesores de
educación física, asumir la desde las clases el
fomento de una cultura hacia la práctica de la
actividad física sistemática para el desarrollo
físico y la salud. Todo ello, mediante la puesta
en práctica de planes, programas y
programaciones destinadas a minimizar el
efecto del sedentarismo y la ocupación sana del
tiempo libre de nuestra población, en especial
de los adolescentes. A continuación, se muestra
la primera fase de la investigación relacionada
con los resultados obtenidos de la aplicación de
la encuesta a los docentes de educación física
con el objetivo de conocer su percepción sobre
la necesidad de desarrollar al inicio y al final de
cada curso escolar, las pruebas de aptitud física,
relacionadas con:
➢ El Nivel de aptitud física de los estudiantes.
➢ La frecuencia de actividad física que hacen
los estudiantes en su tiempo libre
➢ su compromiso con el fomento de las
actividades físicas entre las y los
estudiantes.
➢ El apoyo institucional para desarrollar las
mismas.
➢ Recursos para procesar la data que arrojen
las pruebas. Entre otros.
El análisis de la antigüedad del personal docente
de Educación Física revela que el menor
porcentaje (36.9%) posee apenas cinco años de
servicio. Este hallazgo sugiere la existencia de
una masa crítica joven dentro del profesorado,
lo cual representa una oportunidad estratégica
para intervenir y sensibilizar a este colectivo
sobre la necesidad imperante de promocionar la
actividad física entre el estudiantado. Además,
esta tendencia se confirma al observar que el
siguiente segmento más numeroso (27%)
agrupa a docentes con una experiencia de entre
cinco y diez años.
Figura 2. Mediciones Antropométricas al inicio
del año escolar
El análisis de las prácticas de evaluación revela
una disparidad significativa entre la medición
de parámetros básicos y la evaluación de la
aptitud física. Se observa que el 89.5% del
profesorado declara realizar mediciones
antropométricas a sus estudiantes,
específicamente el control de peso y talla. Si
bien esta alta cifra sugiere un cumplimiento
favorable en la recopilación de indicadores de
crecimiento somático, la situación se
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complejiza al examinar la aplicación de las
pruebas de aptitud física. Los datos evidencian
que el 4.5% del personal docente afirma nunca
realizar estas pruebas, mientras que un 6.0%
adicional las aplica solo ocasionalmente. Al
interpretar esta omisión, se constata que:
➢ Falta de Rigor Metodológico: La práctica
de solo medir peso y talla, sin la debida
evaluación de las cualidades físico-motoras
(fuerza, resistencia, velocidad,
flexibilidad), genera una evaluación
incompleta. Esto reduce el potencial
diagnóstico de la Educación Física, ya que
no se capta el perfil funcional ni el
desarrollo integral del estudiante.
➢ Implicaciones Numéricas y Contextuales:
El 4.5% de inacción representa a
aproximadamente 36 docentes que no están
evaluando la condición física de sus
grupos. Este déficit se agrava al considerar
la problemática estructural del sistema
educativo: la alta proporción de estudiantes
por docente (ej., 800 estudiantes por un
único profesor en algunas instituciones) y
la ausencia total de especialistas en algunas
escuelas, como es el caso de la Unidad
Educativa Nacional Aragua.
En cuanto al incumplimiento y deterioro del
desarrollo físico, existe un 6.0% adicional (48
docentes) que realiza las mediciones
antropométricas de manera esporádica ("a
veces"), principalmente debido a la falta de
percepción del valor pedagógico y diagnóstico
de dichas evaluaciones. En ambos casos (el
4.5% que nunca realiza las pruebas de aptitud
física y el 6.0% que las realiza ocasionalmente),
estos indicadores señalan una deficiencia en la
adherencia a los protocolos pedagógicos
fundamentales. Esta laguna metodológica
impacta directamente la capacidad de la
institución para monitorear el desarrollo físico
de la población estudiantil, comprometiendo la
posibilidad de:
➢ Identificar retrasos en el desarrollo motor o
físico.
➢ Diseñar cargas de entrenamiento
individualizadas y adaptadas a las
necesidades reales.
➢ Fomentar la conciencia sobre la
importancia de la actividad física para la
salud a largo plazo.
Por consiguiente, estos resultados son un claro
indicador de las dificultades sistémicas que
obstaculizan la optimización del desarrollo
físico e integral de los estudiantes.
Figura 3. Aplica las pruebas de Aptitud Física
a sus estudiantes.
El 89% de los docentes hace las pruebas de
aptitud física al inicio del año escolar. Un 3,2%
(26 docentes) dice no desarrollar, las pruebas de
aptitud física en sus liceos y el 6,5% (52
docentes) expresan no realizar, las pruebas de
aptitud física en sus instituciones educativas.
Los resultados evidencian una brecha
significativa en la capacitación y formación del
profesorado de Educación Física.
Específicamente, el 41% de los docentes
manifiesta no recibir cursos de inducción o
capacitación relacionados con su temática de
especialización. Esta deficiencia se acentúa con
un 23% adicional que reporta recibir dicha
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inducción solo de manera ocasional. La
sumatoria de estos porcentajes (64%) indica que
una mayoría sustancial de la plantilla carece de
la formación continua necesaria para actualizar
sus conocimientos y prácticas. Esta información
subraya la necesidad imperante de establecer
programas de formación permanente. Dicha
estrategia es particularmente crítica,
considerando que se está trabajando con un
personal docente joven (tal como se analizó
previamente), que se encuentra en una etapa de
consolidación y crecimiento profesional. Por lo
tanto, la provisión de capacitación sistemática
no solo subsanaría las carencias actuales, sino
que también aseguraría la actualización y
optimización constante de la práctica
pedagógica.
Figura 4. Formación a través de cursos,
talleres o seminarios sobre las pruebas de
aptitud física
Conclusiones
La evidente necesidad de elevar el nivel de
aptitud física de los estudiantes requiere la
elaboración e implementación de estrategias
prácticas y metodológicas que se constituyan en
herramientas esenciales para la labor diaria del
cuerpo docente. Estas estrategias de evaluación
y prescripción deben incluir: a) Guía de
Prescripción de Actividad Física: Documento
técnico esencial para orientar la dosificación de
la carga física acorde con las características
individuales y las recomendaciones médicas. b)
Test de Caminata (Submáximo): Prueba de
campo para estimar el consumo máximo de
oxígeno (VO2 máximo), proporcionando una
evaluación confiable y práctica de la resistencia
aeróbica del estudiantado. c) Test de Esfuerzos
Máximos (Específicos): Pruebas destinadas a
evaluar la fuerza y la potencia en segmentos
específicos, fundamentales para el rendimiento
deportivo y la prevención de lesiones. d) Test de
Fuerza Abdominal y Brazos: Indicadores de la
fuerza resistencia muscular del tronco y las
extremidades superiores, cualidades esenciales
para la postura y la ejecución de tareas motrices
cotidianas. Es imperativo invertir en el proceso
de formación académica y actualización
continua del profesorado. Solo a través de una
sólida base pedagógica y metodológica podrán
revertir la calidad de su trabajo en la práctica
con los estudiantes. La capacitación garantiza
que las intervenciones sean efectivas, seguras y
científicamente fundamentadas, elevando el
estándar de la educación física impartida.
Con base en estudios previos que indican un
desarrollo antropométrico subóptimo para la
edad de la población estudiantil, se debe
priorizar la incentivación de la práctica
sistemática de actividad física y deportes. Una
estrategia clave consiste en aprovechar la
tecnología que el estudiantado ya utiliza
(dispositivos móviles, plataformas digitales)
para diseñar intervenciones que promuevan la
ocupación saludable del tiempo libre y
fomenten la actividad física fuera del horario
escolar. Esto implica ganar espacios de
interacción a través de canales familiares para
el adolescente. El Compromiso con el
desarrollo integral recae en todos los actores
implicados en el proceso de enseñanza-
aprendizaje; administradores, docentes, familia,
la responsabilidad de facilitar que los
estudiantes alcancen un crecimiento físico
saludable y robusto. Este enfoque no solo busca
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un cuerpo sano, sino la formación de un joven
preparado para las exigencias laborales y la vida
ciudadana. Desde la Educación Física, la
actividad física para la salud, la práctica
deportiva educativa y la recreación, debemos
aunar esfuerzos para alcanzar los niveles de una
educación plena y holística para la actual
generación de adolescentes. La promoción de
estas áreas es un motor que impulsa el bienestar
integral y la competencia social de las y los
adolescentes estudiantes de Educación Media
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