Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
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Edición Especial IV 2025
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ESTRATEGIAS INNOVADORAS PARA EL DESARROLLO DE HABILIDADES
ARTÍSTICO–CULTURALES EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE CARRERAS NO
ARTÍSTICAS
INNOVATIVE STRATEGIES FOR THE DEVELOPMENT OF ARTISTIC–CULTURAL
SKILLS IN UNIVERSITY STUDENTS OF NON-ARTISTIC MAJORS
Autores: ¹Carlota María Bayas Jaramillo, ²María de los Ángeles Sarcos Falcones, ³Juan Carlos
Vasco Delgado,
4
Betty Azucena Macas Padilla y
5
Geovanny Francisco Ruiz Muñoz.
¹ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0002-6133-9043
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0004-2459-6176
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-0587-9758
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0006-2317-6086
5
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0001-7529-6342
¹E-mail de contacto: carlota.bayasj@ug.edu.ec
²E-mail de contacto: maria.sarcosfa@ug.edu.ec
³E-mail de contacto: juan.vascod@ug.edu.ec
4
E-mail de contacto:
betty.macasp@ug.edu.ec
5
E-mail de contacto:
geovanny.ruizm@ug.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*4*5*
Universidad de Guayaquil, (Ecuador).
Artículo recibido: 18 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 21 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 25 de Noviembre del 2025
¹Licenciada en Ciencias de la Educación, mención Educación Básica de la Universidad de Guayaquil (Ecuador). Magíster en Educación
Superior Investigación e Innovaciones Pedagógicas de la Universidad Casa Grande, (Ecuador). Doctora en Educación de la Universidad
César Vallejo, (Perú).
²Licenciada en Terapia Física de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Neuropsicología con mención
en Neuropsicología del Aprendizaje de la Universidad Casa Grande, (Ecuador).
³Licenciado en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador). Doctorante en Educación, Universidad
Santander, (México).
4
Licenciada en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador).
5
Licenciado en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador). Doctorante en Educación, Universidad
Santander, (México).
Resumen
En las universidades latinoamericanas, las
experiencias artístico–culturales suelen ocupar
un lugar marginal frente a las lógicas de
eficiencia, empleabilidad y acreditación por
competencias. Sin embargo, la evidencia
acumulada muestra que las artes favorecen el
desarrollo de capacidades creativas,
comunicativas, interculturales y
socioemocionales decisivas para la formación
integral del estudiantado. Este estudio analiza
el impacto de un dispositivo pedagógico
basado en estrategias innovadoras para el
desarrollo de habilidades artístico–culturales
en estudiantes de carreras no artísticas de una
universidad pública. Se implementó un diseño
cuasiexperimental mixto con pretest-postest y
grupo de comparación, combinando escalas de
autoeficacia creativa, sensibilidad estética y
competencia intercultural con análisis de
portafolios, diarios reflexivos y grupos
focales. Los resultados muestran incrementos
significativos en la confianza para producir y
analizar obras artísticas, en la capacidad para
interpretar críticamente manifestaciones
culturales diversas y en la disposición a
vincular los saberes disciplinares con
proyectos culturales y comunitarios. La
integración de metodologías STEAM,
proyectos de mediación cultural y narrativas
digitales multimodales se revela
especialmente potente para articular lo
estético, lo cognitivo y lo ético-político. Las
conclusiones subrayan que la educación
artístico-cultural, cuando se diseña desde
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enfoques innovadores y colaborativos, puede
convertirse en un eje estratégico de la
formación universitaria orientada a la
creatividad, la ciudadanía crítica y el
compromiso sociocultural.
Palabras clave: Educación Artístico-
Cultural, Estrategias didácticas
innovadoras, Estudiantes universitarios,
STEAM, Competencias creativas,
Competencia intercultural.
Abstract
Across Latin American universities, arts and
cultural experiences are often marginal within
curricula dominated by efficiency,
employability and competency-based
accreditation. Yet research consistently shows
that the arts foster creative, communicative,
intercultural and socio-emotional capacities
that are central to students’ holistic
development. This study examines the impact
of an innovative pedagogical device aimed at
developing artistic–cultural skills among
students enrolled in non-arts degree programs
at a public university. A mixed-methods
quasi-experimental pretest–posttest design
with a comparison group was implemented,
combining scales of creative self-efficacy,
aesthetic sensitivity and intercultural
competence with the analysis of learning
portfolios, reflective journals and focus
groups. Results indicate significant gains in
students’ confidence to create and analyse
artistic work, in their ability to critically
interpret diverse cultural expressions and in
their willingness to connect disciplinary
knowledge with cultural and community
projects. The integration of STEAM-inspired
methodologies, cultural mediation projects
and multimodal digital storytelling emerges as
particularly powerful for articulating aesthetic,
cognitive and ethical–political dimensions.
The findings suggest that arts and cultural
education, when designed through innovative
and collaborative approaches, can become a
strategic axis of university education oriented
toward creativity, critical citizenship and
sociocultural engagement.
Keywords: Arts and Cultural Education,
Innovative teaching strategies, University
students, STEAM, Creative competences,
Intercultural competence.
Sumário
Nas universidades latino-americanas, as
experiências artístico-culturais costumam
ocupar um lugar marginal frente às lógicas de
eficiência, empregabilidade e acreditação por
competências. No entanto, as evidências
acumuladas mostram que as artes favorecem o
desenvolvimento de capacidades criativas,
comunicativas, interculturais e
socioemocionais decisivas para a formação
integral dos estudantes. Este estudo analisa o
impacto de um dispositivo pedagógico
baseado em estratégias inovadoras para o
desenvolvimento de habilidades artístico-
culturais em estudantes de cursos não
artísticos de uma universidade pública. Foi
implementado um desenho quase-
experimental misto, com pré-teste e pós-teste
e grupo de comparação, combinando escalas
de autoeficácia criativa, sensibilidade estética
e competência intercultural com análise de
portfólios, diários reflexivos e grupos focais.
Os resultados mostram aumentos
significativos na confiança para produzir e
analisar obras artísticas, na capacidade de
interpretar criticamente manifestações
culturais diversas e na disposição para
vincular os saberes disciplinares a projetos
culturais e comunitários. A integração de
metodologias STEAM, projetos de mediação
cultural e narrativas digitais multimodais
revela-se especialmente potente para articular
o estético, o cognitivo e o ético-político. As
conclusões ressaltam que a educação artístico-
cultural, quando desenhada a partir de
abordagens inovadoras e colaborativas, pode
converter-se em um eixo estratégico da
formação universitária orientada para a
criatividade, a cidadania crítica e o
compromisso sociocultural.
Palavras-chave: Educação Artístico-
Cultural, Estratégias didáticas inovadoras,
Estudantes universitários, STEAM,
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Competências criativas, Competência
intercultural.
Introducción
En la última década, la discusión sobre el lugar
de las artes en la educación superior se ha
intensificado, situando la formación artístico–
cultural como un componente clave para
responder a los desafíos de sociedades
complejas, tecnológicas y culturalmente
diversas. Diversas investigaciones han
demostrado que las experiencias basadas en las
artes favorecen el desarrollo de competencias
creativas, comunicativas, socioemocionales e
interculturales, especialmente cuando se
diseñan desde enfoques integradores y
colaborativos (Corbisiero et al., 2021; Hunter,
2023; Schneider y Rohmann, 2021). En este
sentido, la educación universitaria no puede
seguir concibiendo las artes como espacios
recreativos, aislados o periféricos; por el
contrario, cuando se articulan de forma
intencionada con los currículos profesionales,
las artes se convierten en un motor de
pensamiento crítico, imaginación social y
compromiso comunitario (Graham, 2021;
Salido, 2021). La literatura reciente evidencia
que la incorporación sistemática de prácticas
artísticas en el ámbito universitario genera
mejoras en el pensamiento creativo, la
sensibilidad estética y la agencia estudiantil,
incluso en carreras no artísticas (Fernández
Company et al., 2025; Samaniego et al., 2024;
Zhang et al., 2024). Estos hallazgos se
extienden a experiencias situadas en
comunidades de aprendizaje diversas, donde la
educación artístico–cultural se vincula a
procesos de justicia social, interculturalidad y
participación ciudadana informada (Torres et
al., 2025). En paralelo, estudios
latinoamericanos han destacado que la
integración de arte y cultura contribuye a
fortalecer identidades territoriales, visibilizar
desigualdades y transformar relaciones con el
entorno, especialmente en universidades
públicas que buscan promover vínculos
sociales significativos (Escala et al., 2024).
La relevancia contemporánea de estos
enfoques se amplifica en el contexto de la
educación STEAM, donde el arte se posiciona
no como complemento estético, sino como
dimensión cognitiva y epistemológica capaz de
reconfigurar modos de investigar, representar y
comprender la realidad (Perignat y Katz-
Buonincontro, 2019; Rolling, 2016).
Investigaciones muestran que integrar
metodologías STEAM en espacios
universitarios impulsa el pensamiento
sistémico, la colaboración interdisciplinar y la
creatividad aplicada (Danielson et al., 2022;
Perales y Aróstegui, 2021). Asimismo, la
combinación entre prácticas artísticas y
tecnologías digitales ha demostrado generar
experiencias formativas multimodales que
fortalecen la alfabetización crítica del
estudiantado y su capacidad para reflexionar
sobre su identidad cultural (Escala et al., 2024;
Ruiz Muñoz, 2025). Pese a estos avances,
persisten vacíos relevantes. Una parte
significativa de la literatura se ha centrado en
educación básica o en contextos disciplinares
artísticos, mientras que son escasos los
estudios que evalúan sistemáticamente el
impacto de dispositivos artístico–culturales en
estudiantes de carreras no artísticas (Sumozas,
2021). Asimismo, se tiende a analizar
percepciones generales o actividades aisladas y
no propuestas pedagógicas articuladas con
metodologías mixtas y marcos conceptuales
robustos. Además, la mayoría de
investigaciones no examina cómo estas
experiencias reconfiguran la autoeficacia
creativa, la sensibilidad estética y la
competencia intercultural del estudiantado,
dimensiones clave para su desarrollo integral.
Este estudio se sitúa en dicho intersticio.
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Analiza el impacto de estrategias innovadoras -
laboratorios de creación interdisciplinar,
proyectos de mediación cultural y narrativas
digitales multimodales- en estudiantes de
carreras como bioquímica, farmacia, educación
y ciencias sociales. Estas estrategias dialogan
tanto con debates sobre educación artística en
clave humanista (Graham, 2021; Salido, 2021)
como con discusiones contemporáneas sobre
STEAM e integración de tecnologías
emergentes (Ruiz y Paz, 2025; Ruiz-Muñoz,
2025). Asimismo, se inscriben en un marco
universitario donde la creatividad, la
sensibilidad cultural y la ciudadanía crítica son
dimensiones clave para afrontar los desafíos
del siglo XXI (Johnson et al., 2024; Schlaack y
Steele, 2018). En consecuencia, este artículo se
propone caracterizar el dispositivo pedagógico
implementado, analizar sus efectos en el
desarrollo artístico–cultural del estudiantado y
discutir cómo estas transformaciones dialogan
con los debates contemporáneos sobre
educación artística, STEAM y formación
universitaria integral.
La investigación internacional ha documentado
ampliamente el impacto de la educación
artística en el desarrollo de capacidades
cognitivas, afectivas y sociales. Las revisiones
sistemáticas evidencian que los programas
basados en artes producen mejoras
significativas en competencias académicas
transferibles, creatividad, habilidades
socioemocionales y pensamiento crítico,
siempre que estén sustentados en evaluaciones
rigurosas y diseños pedagógicos sólidos
(Schneider y Rohmann, 2021; Samaniego et
al., 2024). En diversos contextos, la educación
artístico–cultural ha demostrado favorecer
procesos de agencia estudiantil, expresión
subjetiva y comprensión crítica del entorno
(Hunter, 2023; Salido, 2021). En el ámbito
universitario, estas contribuciones adquieren
un rol estratégico. Fernández Company et al.
(2025) muestran que metodologías
anticipatorias en asignaturas de expresión
artística potencian la autoevaluación y el
desarrollo creativo de estudiantes en formación
docente. De forma complementaria, Zhang et
al. (2024) evidencian que la educación en artes
públicas mejora la alfabetización en salud
mental y el bienestar estudiantil, subrayando el
potencial socioemocional del arte en la
educación superior. Estos hallazgos se alinean
con estudios sobre experiencias comunitarias
en América Latina donde la educación
artístico–cultural promueve la valoración del
territorio, la inclusión y la identidad colectiva
(Torres et al., 2025). Asimismo,
investigaciones latinoamericanas recientes han
vinculado la educación artístico–cultural con
procesos de innovación pedagógica mediados
por tecnologías, donde la integración de IA,
realidad virtual y herramientas digitales
produce experiencias inmersivas que amplían
las formas de representación, análisis y
participación estudiantil (Guerrero et al., 2025;
Ruiz, 2024, 2025; Ruiz et al., 2024, 2025). En
esta línea, el arte aparece como mediador entre
lenguajes cognitivos diversos, capaz de
resignificar los aprendizajes disciplinares y
fomentar una mirada crítica sobre la cultura
contemporánea.
El enfoque STEAM ha ampliado radicalmente
el campo de la educación artística al proponer
una integración genuina entre arte, ciencia y
tecnología. Rolling (2016) plantea la urgencia
de “reinventar la locomotora STEAM” para
evitar que las artes sean relegadas a funciones
decorativas, enfatizando su potencia
epistemológica. En esta línea, Perignat y Katz
(2019) advierten que muchas experiencias
STEAM carecen de articulación curricular y se
limitan a actividades aisladas, mientras que un
modelo verdaderamente híbrido requiere
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diálogo entre pensamiento artístico y
científico. Graham (2021) profundiza en estas
tensiones y señala que preservar la
especificidad del arte dentro del STEAM es
crucial para asegurar su aporte humanista,
crítico y expresivo. Investigaciones recientes
muestran que proyectos integrados de artes en
STEM favorecen el pensamiento sistémico, la
creatividad aplicada y la capacidad analítica
del estudiantado (Danielson et al., 2022;
Johnson et al., 2024). Además, estudios sobre
la implementación STEAM en contextos
educativos latinoamericanos concluyen que su
potencial se concreta cuando vincula los
procesos educativos con las realidades
sociales, económicas y comunitarias del
entorno (Perales y Aróstegui, 2021). En este
marco, la integración entre artes y tecnologías
digitales se ha consolidado como un eje
estratégico. Escala et al. (2024) demuestran
que experiencias que combinan lenguajes
artísticos con herramientas digitales generan
aprendizajes significativos y culturalmente
situados, fortaleciendo la alfabetización digital
crítica. Paralelamente, investigaciones sobre
IA y virtualidad en educación han mostrado
cómo estas tecnologías amplían las
posibilidades expresivas y reflexivas de los
estudiantes, particularmente en entornos
interdisciplinarios (Ruiz, 2025; Ruiz y Vasco,
2025).
El repertorio de estrategias innovadoras
basadas en artes es amplio y diverso. Hunter
(2023) muestra cómo el uso de películas, arte
visual y música en sociología impulsa
discusiones críticas sobre desigualdad y
participación estudiantil. Asimismo, estudios
sobre arts integration destacan su impacto en la
mejora de la calidad docente y en la
transformación de prácticas pedagógicas
cuando se implementan desde proyectos
colaborativos escuela–universidad (Llevadot
González y Pagès Santacana, 2018; Schlaack y
Steele, 2018). Corbisiero et al. (2021)
evidencian que el aprendizaje integrado de las
artes fortalece competencias del siglo XXI
como comunicación, creatividad y
pensamiento crítico. De forma
complementaria, Toivanen et al. (2011)
muestran que la educación dramática y la
improvisación fortalecen la creatividad al
situar a los estudiantes en situaciones de riesgo
expresivo que requieren toma de decisiones en
tiempo real. En el ámbito de STEM, Danielson
et al. (2022) concluyen que las actividades
artísticas funcionan como mediadoras potentes
para comprender sistemas complejos y
representar fenómenos científicos desde
registros estéticos y sensoriales. En América
Latina, investigaciones han vinculado las artes
con procesos de mediación cultural, ciudadanía
crítica y vinculación comunitaria, donde la
participación en proyectos artísticos permite a
los estudiantes reconfigurar su identidad,
ampliar su comprensión del territorio y
fortalecer su conciencia social (Torres et al.,
2025). Paralelamente, estudios sobre
tecnologías emergentes resaltan que la IA, la
narrativa digital y la realidad virtual están
ampliando los formatos de creación,
interacción y aprendizaje artístico (Ruiz et al.,
2025; Ruiz y Paz, 2025).
Materiales y Métodos
El estudio adoptó un enfoque mixto con diseño
cuasiexperimental de tipo pretest–postest con
grupo de comparación, complementado con un
estudio de casos múltiples. La elección de este
diseño respondió a la necesidad de, por una
parte, estimar cambios en variables
cuantificables asociadas a las habilidades
artístico–culturales y, por otra, comprender en
profundidad los procesos subjetivos y
relacionales que se activan durante la
participación en las actividades. La
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investigación se desarrolló en una universidad
pública latinoamericana, en dos facultades:
Ciencias de la Salud y Ciencias de la
Educación y Humanidades. La población
estuvo conformada por estudiantes de pregrado
matriculados en asignaturas optativas de
formación general. Se trabajó con una muestra
intencional de 124 estudiantes, distribuidos en
un grupo experimental (n = 82), que cursó la
asignatura “Experiencias artístico–culturales
integradas”, y un grupo de comparación (n =
42), inscrito en una optativa de formación
general de corte tradicional, centrada en
lecturas teóricas y evaluaciones escritas. La
muestra combinó estudiantes de primer a tercer
año de carreras de bioquímica, farmacia,
educación, trabajo social y comunicación. El
dispositivo pedagógico en el grupo
experimental se organizó en torno a tres
estrategias innovadoras:
➢ Laboratorios de creación interdisciplinar,
donde los estudiantes diseñaron proyectos
STEAM que conectaban conceptos de sus
disciplinas con lenguajes artísticos
(instalaciones, performances,
audiovisuales);
➢ Proyectos de mediación cultural con
colectivos comunitarios, que implicaron la
co-creación de productos artístico–
culturales (muestras, intervenciones
urbanas, podcasts) orientados a
problemáticas locales; y
➢ Narrativas digitales multimodales,
mediante las cuales el estudiantado
reconstruyó experiencias biográficas
vinculadas a la cultura, la identidad y la
universidad, combinando texto, imagen,
sonido y recursos interactivos. Estas
estrategias se trabajaron durante un
semestre académico de 16 semanas.
Se aplicaron tres instrumentos cuantitativos
validados en investigaciones previas: una
escala de autoeficacia creativa adaptada al
contexto universitario, una escala de
sensibilidad estética centrada en la apreciación
de obras y experiencias artísticas, y una escala
de competencia intercultural que evaluó
apertura a la diversidad cultural, empatía y
disposición al diálogo intercultural. Los
cuestionarios se administraron en línea al
inicio y al final del semestre en ambos grupos.
En el plano cualitativo, se recopilaron
portafolios de evidencias artístico–culturales
(bocetos, fotografías, guiones, registros
audiovisuales), diarios reflexivos elaborados al
cierre de cada módulo y transcripciones de seis
grupos focales (tres por facultad) realizados al
finalizar la experiencia. Los grupos focales
exploraron las percepciones sobre el sentido de
las artes en la formación profesional, los
cambios experimentados en la propia relación
con la cultura y las tensiones vividas durante el
proceso creativo.
El análisis cuantitativo se llevó a cabo
mediante estadísticas descriptivas y pruebas de
contraste de medias para muestras relacionadas
e independientes, con el fin de estimar
diferencias intra e intergrupales entre pretest y
postest. El análisis cualitativo siguió una lógica
de codificación temática, articulada a
categorías derivadas del marco teórico -
creatividad, sensibilidad estética, competencia
intercultural, vínculo con el territorio, agencia
estudiantil- y a categorías emergentes a partir
del discurso estudiantil. La triangulación de
datos se realizó contrastando patrones
cuantitativos con evidencias narrativas y
visuales, lo que permitió construir perfiles de
cambio y comprender matices de la
experiencia. Se observaron consideraciones
éticas en todas las etapas: consentimiento
informado, confidencialidad de los datos,
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posibilidad de retiro sin consecuencias
académicas y devolución de resultados a los
grupos involucrados. El protocolo fue
evaluado por el comité de ética de la
universidad. Entre las principales limitaciones
se reconoce el carácter no aleatorio de la
asignación a los grupos, la dependencia de
autorreportes en algunas medidas y el hecho de
que la experiencia se circunscribe a una sola
institución, lo que invita a cautela en la
generalización de los hallazgos.
Resultados y Discusión
Configuración de las estrategias
innovadoras
Los resultados cualitativos muestran que estos
tres ejes ofrecieron espacios diferenciados para
el desarrollo de habilidades artístico–
culturales. Los laboratorios STEAM
funcionaron como escenarios protegidos para
que estudiantes de carreras científicas
ensayaran formas de pensamiento divergente,
exploraran materiales y lenguajes poco
habituales en su trayectoria académica y
experimentaran con la traducción de conceptos
abstractos en experiencias sensoriales. Este
hallazgo dialoga con trabajos que describen
cómo la integración de las artes en contextos
STEM favorece la comprensión de fenómenos
complejos y el desarrollo de pensamiento
creativo cuando las actividades se diseñan
desde la coautoría estudiantil y no como meros
“adornos” del contenido.
Tabla 1. Estrategias innovadoras para el desarrollo de habilidades artístico–culturales en
estudiantes universitarios
Estrategia
Descripción central
Dimensiones de habilidad enfatizadas
Laboratorios de
creación STEAM
Proyectos que combinan conceptos disciplinares con lenguajes
artísticos (instalaciones, performance, video).
Creatividad, pensamiento sistémico,
sensibilidad estética
Proyectos de mediación
cultural
Co-creación de productos artísticos con comunidades y
colectivos locales.
Competencia intercultural, agencia
ciudadana, conciencia territorial
Narrativas digitales
multimodales
Relatos biográficos culturales combinando texto, imagen,
sonido e interactividad.
Reflexividad, alfabetización digital
crítica, identidad cultural
Fuente: elaboración propia
Los proyectos de mediación cultural, por su
parte, potenciaron la competencia intercultural
al situar a los estudiantes en procesos de
diálogo con colectivos diversos (grupos
comunitarios, organizaciones culturales
barriales, colectivos de estudiantes extranjeros)
en los que debían negociar significados,
lenguajes y expectativas. La literatura sobre
educación artístico–cultural en contextos de
justicia social ha subrayado que el arte puede
convertirse en un medio para visibilizar
experiencias marginadas y construir alianzas
intergeneracionales e interculturales; los datos
de este estudio corroboran que, en el nivel
universitario, tales proyectos también
reconfiguran la autoimagen del estudiante
como agente cultural y no solo como receptor
de contenidos. Finalmente, las narrativas
digitales multimodales se revelaron
especialmente relevantes para articular
memoria, identidad y reflexión sobre la propia
trayectoria académica. Estudiantes que
inicialmente se declaraban “incapaces” de
crear productos artísticos encontraron en el
entorno digital un espacio seguro para
experimentar con imágenes, sonidos y textos,
sin la presión de la perfección técnica propia
de las disciplinas artísticas tradicionales. Este
resultado se alinea con estudios que destacan el
potencial transformador de la integración de
artes y tecnologías digitales en contextos
educativos, siempre que se orienten hacia la
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construcción de sentido y no solo hacia la
adquisición instrumental de herramientas.
Cambios en habilidades artístico–culturales
En el plano cuantitativo, el grupo experimental
mostró incrementos significativos entre pretest
y postest en las escalas de autoeficacia
creativa, sensibilidad estética y competencia
intercultural, mientras que el grupo de
comparación no presentó variaciones
relevantes. Aunque los valores numéricos se
interpretan con cautela debido al tamaño
muestral y al carácter no probabilístico de la
muestra, la convergencia con los hallazgos
cualitativos refuerza la consistencia de estos
patrones.
Tabla 2. Efectos del dispositivo pedagógico en
dimensiones de habilidades artístico–
culturales
Dimensión
evaluada
Tendencia en grupo
experimental
Tendencia en
grupo de
comparación
Autoeficacia
creativa
Aumento marcado: mayor
confianza para crear y
experimentar
Cambios leves, sin
patrones
consistentes
Sensibilidad
estética
Incremento en apreciación
crítica y vocabulario
estético
Variación mínima,
centrada en gustos
personales
Competencia
intercultural
Aumento en apertura,
empatía y disposición al
diálogo
Cambios
marginales
Vinculación
saber
disciplinar–arte
Mayor capacidad para
conectar conceptos de
carrera con proyectos
artísticos y culturales
Sin cambios
relevantes
Fuente: elaboración propia
Estos resultados son coherentes con la
evidencia que vincula la integración de artes en
el currículo con el desarrollo de competencias
creativas y habilidades del siglo XXI. En
particular, el aumento de la autoeficacia
creativa guarda relación con la literatura que
muestra cómo la educación dramática, la
improvisación y las metodologías
anticipatorias fortalecen la disposición del
estudiantado a asumir riesgos y a verse a sí
mismo como sujeto creativo. La mejora de la
sensibilidad estética se tradujo en un
vocabulario más preciso para describir
experiencias artísticas, en una mayor atención
a los contextos culturales de producción de las
obras y en una disposición más crítica frente a
los discursos mediáticos, rasgos que otros
estudios han asociado a currículos de
educación artística que combinan práctica,
análisis y reflexión metacognitiva. La
competencia intercultural experimentó, quizá,
la transformación más profunda. Los
estudiantes describieron que los proyectos de
mediación cultural los llevaron a cuestionar
prejuicios, a reconocer desigualdades en el
acceso a la cultura y a valorar la diversidad
lingüística, étnica y generacional de sus
contextos. Este hallazgo entronca con
investigaciones que destacan el potencial de la
educación artístico–cultural para articular
aprendizajes cognitivos y ético–políticos,
particularmente cuando se vincula con
problemáticas territoriales y con el trabajo con
comunidades reales. La presencia de estos
cambios en carreras alejadas de las artes
sugiere que el dispositivo no solo aporta
“sensibilidad” en un sentido difuso, sino que
contribuye a formar profesionales capaces de
leer la realidad desde claves culturales
complejas.
Reconfiguración del rol de las artes en la
formación universitaria
Un hallazgo transversal es la transformación
de las representaciones que el estudiantado
tiene sobre el lugar de las artes en su
formación. Al inicio del semestre, muchos
participantes concebían las actividades
artístico culturales como “espacios de
desestrés”, ajenos a los aprendizajes “serios”
de la carrera. Al final de la experiencia, los
testimonios dejan ver un desplazamiento hacia
la idea de que la cultura y las artes son
lenguajes para pensar críticamente el propio
campo profesional, comunicar hallazgos
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científicos, intervenir en debates públicos y
construir vínculos con comunidades. Esta
reconfiguración dialoga con las críticas de
Graham al riesgo de reducir las artes a
instrumentos cognitivos para STEM y respalda
su defensa de una educación STEAM que
preserve el sentido humanista y crítico del arte.
Además, el dispositivo parece haber impactado
en las disposiciones docentes. Aunque el foco
de este artículo se sitúa en el estudiantado, las
entrevistas informales con el profesorado
responsable de las asignaturas muestran que la
colaboración entre especialistas en arte,
tecnologías y disciplinas profesionales genera
procesos de aprendizaje profesional similares a
los descritos por Schlaack y Steele; la co-
docencia obliga a revisar rutinas pedagógicas,
compartir saberes y negociar nuevas formas de
evaluación, lo que abre posibilidades para
cambios más estructurales en los planes de
estudio.
Conclusiones
El estudio mostró que un dispositivo
pedagógico basado en laboratorios de creación
interdisciplinar, proyectos de mediación
cultural y narrativas digitales multimodales se
asoció con un desarrollo notable de habilidades
artístico–culturales en estudiantes
universitarios de carreras no artísticas. A lo
largo del semestre, el grupo experimental
incrementó su autoeficacia creativa, enriqueció
su sensibilidad estética, fortaleció su
competencia intercultural y aprendió a vincular
los saberes disciplinares con proyectos
culturales y comunitarios, mientras que el
grupo de comparación apenas evidenció
cambios. Estos resultados sugieren que la
educación artístico–cultural, concebida desde
estrategias innovadoras y no como un
complemento decorativo, puede convertirse en
un componente clave de la formación
universitaria integral. En el plano teórico, los
hallazgos dialogaron con los debates
contemporáneos sobre educación artística,
STEAM e integración curricular, confirmando
que las artes pueden aportar no solo beneficios
instrumentales -como la mejora en el
rendimiento académico o en determinadas
habilidades cognitivas-, sino también marcos
para comprender la complejidad social,
imaginar alternativas y practicar formas de
ciudadanía crítica. Las experiencias analizadas
corroboraron la importancia de preservar la
especificidad de las artes dentro de las agendas
STEAM, evitando su subordinación a
objetivos meramente técnicos, y de situar las
prácticas artístico–culturales en diálogo con
territorios y comunidades concretas. En el
plano práctico, el dispositivo implementado
aporta un modelo replicable -con los ajustes
necesarios a cada contexto- para universidades
que busquen fortalecer la dimensión artístico–
cultural de sus planes de estudio. Su carácter
interdisciplinar, su anclaje comunitario y su
apuesta por las narrativas digitales ofrecen
pistas para diseñar experiencias de aprendizaje
donde las artes funcionen como lenguajes para
pensar, investigar y transformar la realidad.
Entre las proyecciones se perfila la necesidad
de ampliar la muestra a otras instituciones y
disciplinas, de profundizar en el seguimiento
longitudinal de los efectos en la trayectoria
profesional del estudiantado y de explorar el
impacto de estas estrategias en el desarrollo
docente y en las culturas institucionales. En
síntesis, la investigación mostró que cuando la
universidad se toma en serio la educación
artístico–cultural, y la articula con
metodologías activas, colaborativas y
tecnológicamente situadas, deja de tratar las
artes como lujo prescindible para asumirlas
como condición de posibilidad de una
formación verdaderamente humanista, creativa
y comprometida con los desafíos culturales de
nuestro tiempo.
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
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María Bayas Jaramillo, María de los Ángeles
Sarcos Falcones, Juan Carlos Vasco Delgado,
Betty Azucena Macas Padilla, Geovanny
Francisco Ruiz Muñoz.
