Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.2
Edición Especial IV 2025
Página 972
INTEGRACIÓN DE LENGUAJES ARTÍSTICOS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR:
APORTES DESDE LA MÚSICA, DANZA Y ESCRITURA
INTEGRATION OF ARTISTIC LANGUAGES IN HIGHER EDUCATION:
CONTRIBUTIONS FROM MUSIC, DANCE, AND WRITING
Autores: ¹Carlota María Bayas Jaramillo, ²Diva Yenia Elizalde Chiriboga, ³Juan Carlos Vasco
Delgado,
4
Betty Azucena Macas Padilla y
5
Geovanny Francisco Ruiz Muñoz.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6133-9043
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-6291-1211
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-0587-9758
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0006-2317-6086
5
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0001-7529-6342
¹E-mail de contacto: carlota.bayasj@ug.edu.ec
²E-mail de contacto: diva.elizaldec@ug.edu.ec
³E-mail de contacto: juan.vascod@ug.edu.ec
4
E-mail de contacto:
betty.macasp@ug.edu.ec
5
E-mail de contacto:
geovanny.ruizm@ug.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*4*5*
Universidad de Guayaquil (Ecuador).
Artículo recibido: 18 de Noviembre del 2025
Artículo revisado: 21 de Noviembre del 2025
Artículo aprobado: 25 de Noviembre del 2025
¹Licenciada en Ciencias de la Educación, mención Educación Básica de la Universidad de Guayaquil (Ecuador). Magíster en Educación
Superior Investigación e Innovaciones Pedagógicas de la Universidad Casa Grande, (Ecuador). Doctora en Educación de la Universidad
César Vallejo, (Perú).
²Economista de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Gerencia de la Educación Abierta de la Universidad Regional
Autónoma de los Andes, (Ecuador).
³Licenciado en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Tecnología
e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador). Doctorante en Educación, Universidad Santander, (México).
4
Licenciada en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Tecnología
e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador).
5
Licenciado en Ciencias de la Educación, especialización Informática de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Tecnología
e Innovación Educativa de la Universidad Tecnológica ECOTEC, (Ecuador). Doctorante en Educación, Universidad Santander, (México).
Resumen
En muchas universidades, las experiencias
artísticas se toleran como “extras” culturales,
mientras los discursos de empleabilidad,
eficiencia y acreditación siguen ocupando el
centro de la escena. Sin embargo, la
investigación reciente sobre pedagogías
basadas en las artes en educación superior
muestra que la música, la danza y la escritura
creativa abren espacios singulares para la
exploración del cuerpo, la voz, la memoria y la
imaginación, generando formas de
conocimiento difíciles de producir mediante
metodologías exclusivamente expositivas o
textuales. Este artículo analiza los aportes
formativos de la integración de lenguajes
artísticos en carreras no artísticas, a partir de un
estudio mixto desarrollado en una universidad
pública latinoamericana con 120 estudiantes de
educación, ciencias de la salud e ingenierías
que participaron en un dispositivo curricular de
un semestre centrado en la articulación de
música, danza y escritura. Se empleó un diseño
cuasiexperimental con grupo de comparación,
combinando escalas de autoeficacia creativa,
sensibilidad estética e involucramiento
académico con portafolios, diarios reflexivos y
grupos focales. Los resultados muestran
incrementos significativos en la confianza para
crear y analizar producciones artísticas, una
mayor disposición a vincular contenidos
disciplinares con proyectos culturales y
comunitarios, así como un fortalecimiento de la
conciencia corporal, de la empatía y del
pensamiento crítico. La integración deliberada
de lenguajes artísticos se configura, así, como
una estrategia potente para desplazar la
formación universitaria desde lógicas
meramente cognitivo-instrumentales hacia
experiencias más integrales, situadas y
dialógicas.
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Palabras clave: Educación Superior,
Pedagogías en las Artes, Música, Danza,
Escritura creativa.
Abstract
In many universities, artistic experiences are
tolerated as peripheral “add-ons” while
discourses of employability, efficiency, and
accreditation remain at the center. Recent
research on arts-based pedagogy in higher
education, however, shows that music, dance,
and creative writing provide powerful spaces to
explore body, voice, memory, and imagination,
generating forms of knowing that are difficult
to achieve through exclusively expository or
textual methods. This article examines the
formative contributions of integrating artistic
languages into non-arts degree programs,
drawing on a mixed-methods study conducted
at a Latin American public university with 120
students from education, health sciences, and
engineering who took part in a semester-long
curriculum device articulating music, dance,
and writing. A quasi-experimental design with
a comparison group was used, combining
scales on creative self-efficacy, aesthetic
sensitivity, and academic engagement with
portfolios, reflective journals, and focus
groups. Findings show significant gains in
students’ confidence to create and interpret
artistic work, greater willingness to connect
disciplinary content with cultural and
community projects, and a strengthened sense
of bodily awareness, empathy, and critical
thinking. The deliberate integration of artistic
languages thus emerges as a powerful strategy
for shifting university education away from
purely cognitive-instrumental logics toward
more integral, situated, and dialogical learning
experiences.
Keywords: Higher Education, Arts
pedagogies, Music, Dance, Creative writing.
Sumário
Em muitas universidades, as experiências
artísticas são toleradas como “extras” culturais,
enquanto os discursos de empregabilidade,
eficiência e acreditação continuam ocupando o
centro da cena. No entanto, pesquisas recentes
sobre pedagogias baseadas nas artes no ensino
superior mostram que a música, a dança e a
escrita criativa abrem espaços singulares para a
exploração do corpo, da voz, da memória e da
imaginação, gerando formas de conhecimento
difíceis de produzir por meio de metodologias
exclusivamente expositivas ou textuais. Este
artigo analisa as contribuições formativas da
integração de linguagens artísticas em cursos
não artísticos, a partir de um estudo misto
desenvolvido em uma universidade pública
latino-americana com 120 estudantes das áreas
de educação, ciências da saúde e engenharias
que participaram de um dispositivo curricular
de um semestre centrado na articulação entre
música, dança e escrita. Utilizou-se um
desenho quase experimental com grupo de
comparação, combinando escalas de
autoeficácia criativa, sensibilidade estética e
engajamento acadêmico com portfólios, diários
reflexivos e grupos focais. Os resultados
mostram aumentos significativos na confiança
para criar e analisar produções artísticas, maior
disposição para vincular conteúdos
disciplinares a projetos culturais e
comunitários, bem como um fortalecimento da
consciência corporal, da empatia e do
pensamento crítico. A integração deliberada de
linguagens artísticas configura-se, assim, como
uma estratégia potente para deslocar a
formação universitária de lógicas meramente
cognitivo-instrumentais para experiências mais
integrais, situadas e dialógicas.
Palavras-chave: Educação Superior,
Pedagogias das Artes, Música, Dança,
Escrita criativa.
Introducción
En las últimas dos décadas se ha consolidado un
campo de trabajo que explora el potencial de las
pedagogías basadas en las artes en la educación
superior. Estudios realizados en sociología,
educación, salud y formación docente han
mostrado que el trabajo con música, danza,
teatro, artes visuales y escritura creativa puede
ampliar los modos en que el estudiantado se
vincula con los contenidos disciplinares,
fomentando la imaginación crítica, la
sensibilidad ética y la reflexión situada sobre las
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propias trayectorias de vida (Hunter y Frawley,
2023; Moreno et al., 2023; Sandberg, 2024).
Dentro de este campo, la educación superior
latinoamericana ocupa un lugar ambivalente:
por un lado, los discursos institucionales
declaran la importancia de la formación
integral, la ciudadanía crítica y la
interculturalidad; por otro, los currículos siguen
organizados en torno a asignaturas densamente
teóricas, con fuerte énfasis en la evaluación
estandarizada y un lugar marginal para
experiencias artístico-culturales sistemáticas.
Esta tensión se vuelve especialmente visible en
carreras no artísticas, como educación, ciencias
de la salud o ingenierías, donde las artes suelen
relegarse a actividades extracurriculares o a
eventos puntuales, sin un anclaje claro en los
resultados de aprendizaje.
La literatura internacional ha documentado que
la integración de lenguajes artísticos en la
formación universitaria puede favorecer
procesos complejos de resignificación del saber
académico. En cursos de teoría sociológica, por
ejemplo, el uso de cine, música y artes visuales
ha permitido que el estudiantado encarne
conceptos abstractos, explore metáforas
visuales y vincule problemas estructurales con
experiencias biográficas (Hunter y Frawley,
2023). En programas de investigación
cualitativa, la incorporación de performance,
collage, poesía o narrativa gráfica ha
complejizado la comprensión de la
interpretación y de la reflexividad, ampliando el
repertorio metodológico de futuros
investigadores (Moreno et al., 2023). En el
ámbito de la formación docente, las revisiones
sistemáticas sobre enseñanza basada en las artes
muestran que estas experiencias tienden a
producir “giros emocionales”, deseo de actuar y
cambios de actitud en estudiantes de pedagogía,
al confrontarlos con dilemas personales,
sociales y políticos que difícilmente emergen en
modalidades convencionales (Møller y
Lindstøl, 2022). Algo similar ocurre en
propuestas que combinan música, drama y
escritura creativa con futuros profesores de
ciencias o matemáticas, en las que la creación
de canciones, coreografías o narrativas
multimodales sobre conceptos disciplinares
potencia la comprensión conceptual, la agencia
y la creatividad docente (Moldavan y Johnson,
2023; Garrido et al., 2018).
En paralelo, la danza universitaria viene siendo
reconocida como un espacio de educación
estética, cuidado de sí y construcción
ciudadana. Investigaciones recientes analizan la
danza como lenguaje para problematizar el
cuerpo normado, las relaciones de poder, las
memorias coloniales y las violencias raciales,
proponiendo la noción de ciudadanía artística
como horizonte para pedagogías decoloniales
en la educación superior (Adewole, 2024;
Overby et al., 2025). Estas experiencias
convergen con trabajos que exploran coros
universitarios y proyectos musicales colectivos
como dispositivos para trabajar justicia social,
memoria histórica y acción comunitaria (de
Quadros y Abrahams, 2022). La escritura
creativa, por su parte, se ha usado tanto como
recurso expresivo como herramienta para
comprender críticamente discursos académicos
y profesionales. En programas de formación
inicial docente, el uso de relatos
autobiográficos, microficción, poesía o
escritura performativa ha permitido revisar
narrativas identitarias, cuestionar la neutralidad
del conocimiento y poner en juego dimensiones
afectivas y éticas de la tarea educativa (Anae,
2014; Luetkemeyer et al., 2021). Aunque este
corpus es cada vez más amplio, persisten vacíos
relevantes. Buena parte de los estudios se
focaliza en una sola forma artística (por
ejemplo, música, danza o escritura), en
contextos muy específicos (medicina,
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enfermería, formación artística) o en
experiencias de corta duración. Pocos trabajos
analizan de manera articulada qué sucede
cuando se integran de forma deliberada
diferentes lenguajes artísticos, como música,
danza y escritura, en un mismo dispositivo
pedagógico dirigido a estudiantes de carreras no
artísticas, y cómo esta integración impacta en
diferentes dimensiones de la formación
universitaria (cognitiva, estética,
socioemocional, ética, ciudadana).
Este artículo se sitúa precisamente en ese
intersticio. Se analiza un dispositivo curricular
basado en la integración de lenguajes artísticos
desarrollado en una universidad pública
latinoamericana, orientado a estudiantes de
pregrado de áreas diversas. El texto indaga
cómo la articulación de música, danza y
escritura creativa contribuye a la formación
integral del estudiantado, qué transformaciones
perciben los participantes en sus modos de
aprender y relacionarse con el conocimiento, y
qué tensiones emergen al intentar legitimar
estas prácticas en el contexto de políticas
universitarias centradas en la productividad y la
acreditación. Con este horizonte, el artículo
persigue tres objetivos específicos: caracterizar
las estrategias de integración de lenguajes
artísticos implementadas en el dispositivo
pedagógico; analizar los cambios reportados
por los estudiantes en términos de autoeficacia
creativa, sensibilidad estética, vínculo con el
conocimiento y participación; e interpretar las
implicaciones de estos hallazgos para el diseño
curricular y las políticas de educación superior
que buscan fortalecer una formación
universitaria más sensible, crítica y situada. Las
pedagogías basadas en las artes se han definido
como enfoques que incorporan procesos de
creación, apreciación y reflexión artística en
contextos educativos para producir
conocimiento, favorecer la agencia y ampliar la
comprensión de fenómenos complejos (Leavy,
2015; Ivashinenko, 2025). En educación
superior, estas pedagogías cuestionan la
hegemonía del texto escrito y de la racionalidad
logocéntrica, proponiendo formas
multimodales de pensar con imágenes, sonidos,
gestos, relatos y silencios.
Hunter y Frawley (2023) muestran que la
combinación de cine, música y artes visuales en
un curso de teoría sociológica no solo
incrementó el compromiso estudiantil, sino que
también permitió a los participantes reconocer
cómo las formas artísticas median la
experiencia social y producen interpretaciones
particulares del mundo. En una línea cercana,
Moreno et al. (2023) analizan cómo el uso de
collage, performance y poesía en la enseñanza
de investigación cualitativa provoca
desplazamientos en las concepciones de verdad,
evidencia y voz, tensionando los límites entre
metodología, ética y política del conocimiento.
La literatura enfatiza, además, que las
pedagogías basadas en las artes no se reducen a
“usar imágenes” o “poner música” como
ornamento, sino que implican procesos de
creación y lectura de símbolos, metáforas y
narrativas que demandan tiempo,
acompañamiento y condiciones institucionales
específicas (Garrido et al., 2018; Sandberg,
2024). En este sentido, las artes funcionan tanto
como contenido como método, abriendo
espacios para la indeterminación, la
experimentación y la ambigüedad, y generando
lo que diversos autores denominan
“epistemologías encarnadas”. Los trabajos
sobre música en educación superior muestran
que la experiencia coral y las prácticas
musicales colaborativas pueden constituirse en
laboratorios de ciudadanía y justicia social. De
Quadros y Abrahams (2022), al analizar un
proyecto coral universitario vinculado a
movimientos de protesta, muestran cómo el
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canto colectivo permite trabajar memoria
histórica, indignación moral y cuidado mutuo,
al tiempo que desestabiliza jerarquías de voz y
legitimidad dentro del aula. En otros contextos,
la música se ha utilizado para apoyar procesos
de investigación social, elaboración de
testimonios y reflexión sobre identidades
raciales y de género, generando disposiciones
de escucha y sensibilidades necesarias para
entornos universitarios más inclusivos (Hunter
y Frawley, 2023; Brandson et al., 2024). Estas
experiencias sugieren que el trabajo musical no
se limita al desarrollo de habilidades técnicas,
sino que ofrece un lenguaje complejo para
articular emociones políticas, formas de
memoria y vínculos comunitarios.
En el campo de la danza, la investigación
reciente subraya la dimensión de ciudadanía
artística, entendida como la capacidad de
participar críticamente en la vida cultural a
través del cuerpo en movimiento (Adewole,
2024; Chappell, 2019). La danza en la
educación superior ha sido utilizada para
explorar identidades corporales situadas en
relaciones de género, raza, capacidad o clase
social, así como para cuestionar currículos que
invisibilizan historias y estéticas no
hegemónicas. Estudios realizados en
universidades chinas y europeas han
documentado cómo los cursos de danza
contribuyen al desarrollo de la sensibilidad
estética, la confianza corporal y la creatividad,
pero también cómo enfrentan problemas de
marginalidad curricular, falta de
reconocimiento académico y tensiones entre
enfoques técnicos y expresivos (Liu, 2022;
Song y Liu, 2024; Niu, 2023). Overby et al.
(2025) muestran, en el contexto de programas
de danza comprometidos con el compromiso
comunitario, que las metodologías de
investigación basadas en las artes permiten a los
estudiantes construir relatos encarnados sobre
sus vínculos con comunidades específicas,
fortaleciendo la dimensión pública de su trabajo
artístico. La escritura creativa ocupa un lugar
híbrido entre las artes literarias y las prácticas
académicas. En la formación docente, Anae
(2014) mostró que la inclusión de escritura
autobiográfica y experimental en el primer año
de pedagogía permitió a los estudiantes explorar
historias personales de migración, exclusión y
resistencia, articulando la experiencia viva con
debates teóricos sobre identidad y poder. Más
recientemente, Luetkemeyer et al. (2021) han
propuesto la escritura y producción multimodal
(zines, podcasts, narrativas visuales) como
estrategia para “descentrar” las experiencias
académicas en educación superior, de modo que
el estudiantado pueda cuestionar qué cuenta
como saber legítimo y quién tiene derecho a
hablar en el aula universitaria. Garrido et al.
(2018), desde el análisis de textos multimodales
en educación superior, subrayan que la
combinación de imagen, texto, sonido y gesto
también transforma las formas de evaluación,
impulsando criterios que reconocen la
creatividad, la agencia y la dimensión estética
del trabajo académico.
A pesar de los aportes reseñados, la literatura
señala al menos tres tensiones persistentes. En
primer lugar, la dificultad de sostener en el
tiempo propuestas que desafían modelos
tradicionales de evaluación y acreditación. En
segundo lugar, la tendencia a segmentar las
experiencias artísticas por disciplina, música,
danza, escritura, sin explorar suficientemente lo
que ocurre cuando se integran en dispositivos
intermodales. En tercer lugar, la ausencia de
estudios que conecten de manera sistemática los
efectos subjetivos reportados (giros
emocionales, cambios de actitud, deseo de
actuar) con transformaciones en las prácticas de
estudio, los vínculos entre estudiantes y la
relación con sus comunidades (Møller y
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Lindstøl, 2022; Sandberg, 2024; Hash, 2024).
El estudio que aquí se presenta busca contribuir
a ese debate analizando un dispositivo que
integra música, danza y escritura creativa en un
mismo curso transversal para carreras no
artísticas, intentando articular, desde una
universidad pública latinoamericana, las
discusiones globales sobre pedagogías basadas
en las artes con las disputas locales por el
sentido de la educación superior.
Materiales y Métodos
El estudio se desarrolló en una universidad
pública latinoamericana de gran matrícula, en el
marco de un curso transversal de libre elección
denominado Lenguajes artísticos y proyectos
culturales, ofertado a estudiantes de tercer y
cuarto semestre de distintas carreras. Se adoptó
un enfoque mixto con diseño cuasiexperimental
pretest-postest y grupo de comparación no
equivalente, complementado con análisis
cualitativo de producciones estudiantiles y
testimonios. Se trató de un estudio
cuasiexperimental mixto, de carácter
explicativo-comprensivo. El grupo
experimental estuvo conformado por tres
paralelos (n = 120) que cursaron la asignatura
con una propuesta centrada en la integración de
música, danza y escritura creativa; el grupo de
comparación (n = 98) cursó una asignatura
institucional de cultura contemporánea con
metodología expositiva, lectura de textos y
debates guiados, sin actividades artísticas
estructuradas. El grupo experimental incluyó
estudiantes de educación (36 %), ciencias de la
salud (32 %) e ingenierías (32 %), con edades
entre 18 y 24 años; el 62 % se identificó como
mujer y el 38 % como hombre u otras
identidades de género. La selección se realizó
por muestreo intencional de cursos completos
ya conformados por la universidad, sin
reasignación de estudiantes. La participación en
la investigación fue voluntaria y se obtuvo
consentimiento informado escrito. Se
combinaron técnicas cuantitativas y
cualitativas:
➢ Escala de autoeficacia creativa adaptada al
contexto universitario, con ítems sobre
confianza para generar ideas originales,
combinar recursos de distintas disciplinas y
resolver problemas de manera imaginativa.
➢ Escala de sensibilidad estética e
implicación corporal, que indagó la
atención a experiencias sensoriales, el
disfrute de actividades artísticas y el
reconocimiento del cuerpo como territorio
de aprendizaje.
➢ Cuestionario de involucramiento
académico con subescalas de participación
activa, colaboración y vínculo con la
comunidad.
➢ Diarios reflexivos individuales, en los que
el estudiantado registró semanalmente
experiencias, emociones, descubrimientos
y dificultades asociadas a las actividades
artísticas.
➢ Portafolios creativos, que recopilaron
producciones musicales, coreográficas y de
escritura, junto con breves comentarios
metacognitivos.
➢ Grupos focales al finalizar el semestre, en
los que se discutieron percepciones sobre el
curso, tensiones vividas y proyecciones.
Ambos grupos respondieron las escalas de
autoeficacia creativa, sensibilidad estética e
involucramiento académico al inicio y al final
del semestre. En el grupo experimental, el curso
se estructuró en tres módulos sucesivos y
entrelazados: (a) música y paisaje sonoro; (b)
cuerpo, movimiento y espacio; y (c) escritura
creativa y relato multimodal. Cada módulo
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combinó sesiones de apreciación (escucha,
observación, lectura), talleres de creación
colectiva, momentos de reflexión escrita y
puestas en común performativas. En el grupo de
comparación, la asignatura se desarrolló
mediante clases magistrales, análisis de lecturas
y foros escritos en plataforma virtual. Al
concluir el semestre, además de las mediciones
cuantitativas, se recogieron los portafolios,
diarios y se realizaron seis grupos focales con el
grupo experimental. Los datos cuantitativos se
analizaron mediante estadísticos descriptivos y
pruebas t de Student para muestras relacionadas
(comparando pretest y postest dentro de cada
grupo) y para muestras independientes
(comparando las variaciones entre grupos).
Dado el carácter exploratorio del estudio y el
tamaño de la muestra, se reportaron tamaños de
efecto (d de Cohen) junto con niveles de
significación.
El material cualitativo (diarios, portafolios y
transcripciones de grupos focales) se sometió a
análisis temático reflexivo, identificando
patrones de sentido vinculados a tres
dimensiones: experiencia estética, relación con
el conocimiento disciplinar y transformación de
vínculos interpersonales y comunitarios. La
triangulación entre fuentes y entre
investigadores buscó fortalecer la credibilidad
de las interpretaciones. El proyecto fue revisado
y aprobado por el comité de ética institucional.
Se garantizó el carácter voluntario de la
participación, el anonimato en la publicación de
resultados y la posibilidad de retirarse del
estudio en cualquier momento sin
consecuencias académicas. Las producciones
artísticas solo fueron difundidas públicamente
con autorización explícita de sus autores. Entre
las limitaciones del estudio se encuentran la
imposibilidad de asignación aleatoria a los
grupos, la dependencia de instrumentos de
autorreporte y el hecho de que el dispositivo se
implementó en una sola institución, lo que
limita la generalización de los hallazgos.
Asimismo, la evaluación de la experiencia se
circunscribió a un semestre, sin seguimiento
longitudinal para observar posibles efectos a
mediano plazo.
Resultados y Discusión
Estrategias de integración de lenguajes
artísticos
El análisis de los planes de clase y de los
portafolios permitió identificar un conjunto de
estrategias recurrentes para articular música,
danza y escritura creativa como lenguajes
complementarios, y no como “bloques”
aislados. La Tabla 1 sintetiza estas estrategias.
Tabla 1. Estrategias de integración de lenguajes artísticos en el curso
Lenguaje artístico
predominante
Tipo de actividad principal
Articulación con otros lenguajes
Propósito formativo central
Música
Creación de paisajes sonoros sobre problemáticas
sociales
Traducción de sonidos en secuencias de
movimiento y textos
Sensibilización, escucha profunda,
imaginación social
Danza
Composiciones coreográficas colectivas en
espacios urbanos
Selección de músicas y escritura de relatos
de proceso
Conciencia corporal, trabajo
colaborativo
Escritura creativa
Relatos, poemas y crónicas a partir de
experiencias corporales y sonoras
Performance de textos acompañados de
música y movimiento
Articulación narrativa de experiencias y
conceptos
Producción multimodal
Piezas que combinan video, sonido, texto y
movimiento
Integración de música, danza y escritura en
un producto final
Síntesis creativa, comunicación de
proyectos
Fuente: elaboración propia
Las actividades buscaron, de forma sistemática,
que cada lenguaje funcionara tanto como punto
de partida como de llegada. En lugar de “usar la
música” para animar una clase o “añadir” una
actividad de escritura al final, se diseñaron
secuencias en las que un ejercicio de escucha
desembocaba en una improvisación corporal y
esta, a su vez, en un texto poético; o bien, en que
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un relato de vida se transformaba en guion
coreográfico y partitura sonora. Este tipo de
circulación entre lenguajes coincide con
experiencias descritas en cursos de sociología,
ciencias sociales y formación docente, donde
las artes operan como mediadoras entre
experiencia vivida, teoría y acción (Hunter &
Frawley, 2023; Garrido et al., 2018; Møller-
Skau & Lindstøl, 2022).
Transformaciones en autoeficacia creativa y
sensibilidad estética
En el grupo experimental se observaron
incrementos significativos en los puntajes
medios de autoeficacia creativa y sensibilidad
estética entre el inicio y el final del semestre,
con tamaños de efecto moderados. El grupo de
comparación mostró variaciones menores y no
significativas. Más allá de las cifras, los diarios
estudiantiles permiten comprender cómo se
resignificó la noción de creatividad: de una
imagen asociada al talento innato o a las artes
“puras” hacia una idea ligada a la capacidad de
combinar conocimientos, experiencias y
lenguajes para pensar problemas complejos.
Estos hallazgos dialogan con las revisiones que
señalan que las pedagogías basadas en las artes
tienden a producir cambios en la confianza, la
disposición a actuar y las actitudes hacia la
enseñanza y el aprendizaje (Møller y Lindstøl,
2022; Sandberg, 2024). En el caso analizado, la
combinación de música, danza y escritura
permitió que estudiantes que no se consideraban
“artísticos” encontraran modos de participación
que escapaban de los estereotipos vinculados a
la técnica o al virtuosismo, por ejemplo, a través
de la creación de textos, la edición de pequeños
videos o la propuesta de ideas para la estructura
de las piezas.
La dimensión corporal emergió como uno de los
núcleos más transformadores y conflictivos de
la experiencia. Muchos estudiantes señalaron
inicialmente incomodidad, vergüenza o
resistencia ante las propuestas de movimiento;
varios asociaban la danza con exposición,
evaluación del cuerpo o riesgo de ridículo.
Conforme avanzó el semestre, los diarios
recogieron descripciones de mayor confianza,
disfrute y curiosidad por el propio cuerpo, junto
con reflexiones sobre normas de género, mirada
ajena y experiencias previas de violencia
simbólica. Estos procesos se vinculan con los
aportes de la literatura sobre danza en la
educación superior, que subraya cómo el trabajo
corporal puede convertirse en un espacio para
cuestionar jerarquías, habitar identidades
subalternizadas y construir formas de
ciudadanía artística (Adewole, 2024; Overby et
al., 2025; Liu, 2022). En el dispositivo
estudiado, la danza no se abordó como técnica
específica, sino como exploración situada del
movimiento cotidiano, de las relaciones entre
cuerpos y espacios y de los gestos asociados a
prácticas académicas y profesionales. Este
enfoque coincidió con las propuestas que
desplazan la danza de la lógica de espectáculo
hacia la de investigación encarnada (Wilson y
Moffett, 2017).
Articulación con saberes disciplinares y
proyectos comunitarios
Uno de los objetivos del curso era evitar que las
artes quedaran encapsuladas en un “paréntesis
recreativo”, de modo que cada módulo
culminara con el diseño de un pequeño proyecto
vinculado a problemáticas de las disciplinas de
origen del estudiantado. En el campo de la
educación, por ejemplo, se crearon cuentos
musicales y secuencias de movimiento para
trabajar la convivencia en aulas de educación
básica; en ciencias de la salud, se produjeron
relatos y piezas sonoro-corporales sobre
experiencias de cuidado, enfermedad y duelo;
en ingenierías, se exploraron paisajes sonoros
de la ciudad y coreografías de flujos de
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movilidad y trabajo. La Tabla 2 sintetiza los
principales cambios percibidos por los
estudiantes, organizados en cuatro dimensiones
formativas.
Tabla 2. Transformaciones percibidas por el estudiantado según dimensión formativa
Dimensión
formativa
Cambios reportados con mayor frecuencia
Ejemplos sintéticos desde diarios y grupos
focales
Sensorial-estética
Mayor atención a sonidos, imágenes, movimientos y texturas de la
vida cotidiana
“Ahora escucho la ciudad distinto; hay ritmos
que antes no veía.”
Cognitiva-epistémica
Relación más flexible entre teoría y experiencia; uso de metáforas y
relatos para comprender conceptos
“Entendí mejor la ‘estructura social’ cuando la
bailamos y la escribimos.”
Socioemocional
Incremento de empatía, confianza y expresión emocional en el aula
“Pude hablar de cosas difíciles a través del
poema y la canción.”
Ciudadana-
comunitaria
Mayor interés por vincular proyectos artísticos con comunidades
específicas
“El performance en el barrio me hizo ver la
universidad menos encerrada.”
Fuente: elaboración propia
Los datos cualitativos sugieren que la
integración de lenguajes artísticos favoreció una
comprensión más compleja de problemas
disciplinares y sociales, al obligar a traducirlos
a registros sensoriales, corporales y narrativos.
Este hallazgo converge con estudios que
muestran cómo la música, la danza y la escritura
creativa pueden operar como mediaciones
potentes para trabajar justicia social, migración,
memoria y relaciones de poder en contextos
universitarios (de Quadros y Abrahams, 2022;
Ivashinenko, 2025; Anae, 2014).
Tensiones institucionales y sostenibilidad
Aun cuando la experiencia fue valorada
positivamente por la mayoría del estudiantado,
los grupos focales revelaron tensiones
institucionales relevantes. Varios participantes
expresaron preocupación por la forma en que
estas actividades serían percibidas por otros
docentes y por su impacto en el promedio
académico, dado que los criterios de evaluación
no siempre se ajustan a producciones artísticas
o multimodales. Algunos docentes de otras
asignaturas manifestaron dudas sobre la
“seriedad” del curso frente a demandas de
acreditación por competencias estandarizadas.
Estas tensiones coinciden con las dificultades
señaladas por la literatura para sostener
propuestas basadas en las artes en sistemas
universitarios fuertemente orientados a métricas
de rendimiento y productividad (Meltzer y
Schwencke, 2019; de Arriba et al., 2019). En
este sentido, el caso analizado refuerza la idea
de que la integración de lenguajes artísticos no
puede reducirse a la iniciativa aislada de uno o
dos docentes; requiere políticas curriculares que
reconozcan las artes como formas legítimas de
conocimiento y evaluación, así como
condiciones materiales y temporales que hagan
posible este tipo de trabajo.
Conclusiones
El estudio permitió observar que la integración
deliberada de música, danza y escritura creativa
en un curso transversal de educación superior
produjo transformaciones significativas en la
experiencia formativa de estudiantes de carreras
no artísticas. El dispositivo analizado favoreció
el desarrollo de autoeficacia creativa,
sensibilidad estética e involucramiento
académico, habilitando formas de participación
que escaparon de los modelos tradicionales
centrados en la exposición oral, el examen
escrito o el informe técnico. Las evidencias
recogidas mostraron que el cuerpo se convirtió
en un territorio central de aprendizaje, en el que
se negociaron memorias, miedos, vergüenzas y
deseos, y donde la danza funcionó menos como
demostración técnica y más como práctica de
investigación encarnada y ciudadanía artística.
La música y la escritura creativa, por su parte,
operaron como lenguajes para nombrar
experiencias difíciles, elaborar emociones
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complejas y construir relatos que articularon
problemas personales, académicos y
comunitarios.
Desde el punto de vista teórico, los hallazgos
dialogan con la literatura que reclama una
ampliación de las epistemologías universitarias
hacia formas de conocimiento multimodales,
encarnadas y situadas. La integración de
lenguajes artísticos se configuró como una vía
para desafiar, desde dentro, un modelo de
educación superior que tiende a privilegiar lo
cognitivo-instrumental, ofreciendo horizontes
para currículos que entienden la formación
como proceso estético, ético y político a la vez.
En el plano práctico, el estudio sugiere que los
cursos transversales de artes pueden
desempeñar un papel clave en proyectos
institucionales de formación integral, siempre
que se diseñen con articulación clara a los
saberes disciplinares y con mecanismos de
evaluación coherentes con la naturaleza de las
producciones. Las experiencias descritas abren
además posibilidades para vincular la
universidad con comunidades locales a través
de proyectos artísticos colaborativos que
funcionen como laboratorios de ciudadanía,
memoria y justicia social. Al mismo tiempo, las
tensiones institucionales identificadas
recuerdan que la integración de lenguajes
artísticos no es un recurso neutro ni fácilmente
asimilable a lógicas de acreditación
estandarizada. Su sostenibilidad exige políticas
que reconozcan las artes como formas legítimas
de conocimiento, tiempos curriculares
adecuados, espacios físicos flexibles y
dispositivos de evaluación que valoren la
creatividad, la colaboración y la reflexión
crítica. Futuras investigaciones podrían
profundizar en estudios longitudinales que
sigan a los y las estudiantes en su tránsito hacia
el ejercicio profesional, para comprender cómo
estas experiencias artísticas inciden en sus
prácticas laborales, ciudadanas y vitales más
allá del aula universitaria.
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4.0 Internacional. Copyright © Carlota María Bayas
Jaramillo, Diva Yenia Elizalde Chiriboga, Juan
Carlos Vasco Delgado, Betty Azucena Macas
Padilla, Geovanny Francisco Ruiz Muñoz.
