
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.2
Edición Especial IV 2025
Página 656
Hablar de líneas de investigación, es adentrarse
en conocimientos que no tienen límites, pero si
una direccionalidad pautada por el área temática
que se aborda. Es poéticamente hablando,
atreverse a ordenar, sistematizar, el desarrollo
del proceso investigativo, generador de
conocimiento, en un área de interés. Va
alineado a indagar, buscar, hurgar para
descubrir lo no conocido, corroborar lo ya
conocido o crear una nueva forma de hacer o
denominar lo ya existente, bajo una
metodología, atada sólo a los intereses de
develar lo real, lo verdadero
circunstancialmente, porque más adelante se
puede dar lugar a otras verdades. En opinión de
Padrón Guillen (1999) no existe un concepto
uniforme en torno a las líneas, no obstante, los
criterios con relación a su consistencia poseen
el consenso de: continuidad, haciéndose
constante en el tiempo, articulación con la
temática investigativa y de esa manera resultar
productiva académicamente. Por tanto, las
líneas no pueden ser reductos, parcelas o feudos
del conocimiento, estas deben responder al
apetito exigido en el andar investigativo, por
algo en el Diccionario Enciclopédico Salvat
(1976), al referirse a línea, expresa: “Trazo,
hilera, camino” y efectivamente, las líneas
constituyen el camino hacia un área de interés,
son el trazo que distingue o identifica el área
temática orientadora de la Universidad sea
encaminada hacia las ciencias exactas o las
ciencias sociales.
En términos generales en las ciencias exactas,
los resultados derivan de la experimentación,
estadística, medición, cuantificación, dando por
resultado teorías, mientras que las ciencias
sociales para generar conocimientos:
comprenden, interpretan el comportamiento del
ser humano, mirando desde la perspectiva de los
sujetos investigados, ubicados en su propio
contexto. Mientras una precisa de datos, la otra
se fundamenta en descripciones detalladas,
amplias (Campos, 2009). Lo precedente,
orienta hacia la selección de asumir aquella que
responda a los requerimientos de la carrera
universitaria o estudio de postgrado, de allí su
condición cuantitativa, cualitativa o la fusión de
ambas, en este caso mixta. Sea ciencias exactas
o ciencias sociales, el objeto de estudio posee
un camino orientado por un paradigma,
enfoque, método, entrelazado con la línea de
investigación, puesto que ninguno de estos
elementos marcha por separado sino integrado,
en perfecta armonía, formando hilos que se
tejen a lo largo de todo el proceso investigativo,
que no se ven, pero están implícitos. De esta
manera, si se busca cuantificar, el camino estará
orientado hacia paradigmas positivistas
conocidos también como empíricos analíticos,
racionalistas, mientras que si el objetivo es
cualificar la dirección será, por ejemplo,
etnográfica, interpretativa. No obstante, hay
investigaciones que ameritan tanto de
cuantificar como de describir cualidades, hacer
introspección sobre el porqué del accionar
humano, en este caso el camino es complejo
asumiendo el carácter mixto. El asunto es, que
sea de una u otra forma, la línea de investigación
siempre está presente.
Lo indicado, permite afirmar que, dentro del
plano investigativo, independientemente del
paradigma, enfoque o método asumido las
líneas son una necesidad en la orientación de la
temática investigativa. Al respecto, en opinión
de Barrera (2006), las líneas son: “todo
propósito investigativo determinado por una
dinámica metodológica caracterizada por la
continuidad, la unidad temática y las sucesivas
entregas, presentaciones o informes.” (p. 9).
Atendiendo a la cita, se infiere la existencia de
metodología dentro de las líneas, las cuales
encauzan el área temática, coadyuvando a una
producción académica. Los productos