
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.2
Edición Especial IV 2025
Página 635
(p.75). De la misma manera, según Jiménez et
al. (2020, citado por Villalobos, 2022), se
entiende por metodologías activas al conjunto
de métodos didácticos que fomenten la
participación y actividad de los estudiantes,
donde éstos se involucren en su proceso de
aprendizaje, en todas sus fases: planificación,
estructura y progreso. Sobre la importancia de
las metodologías activas de enseñanza
aprendizaje, autores como Pérez et al. (2022),
concluyen que: “desde el punto de vista de los
alumnos, la implementación del ABP fue
positiva, logró aprendizajes y desarrolló
habilidades y actitudes esenciales, como la
creatividad, la autonomía, la resolución de
problemas, el trabajo en equipo y el
pensamiento interdisciplinario” (p.14).
Para Valero et al. (2023), la competencia lectora
es la capacidad de comprender y utilizar el
lenguaje escrito de manera efectiva en las
distintas situaciones de la vida cotidiana. Dicho
de otra forma, se refiere a las habilidades que
permiten comprender, analizar y revisar textos
escritos, así como a partir de esta información
solucionar desafíos y tomar decisiones. Pisa
(2009) citado en Romo (2019), expone que “la
competencia lectora “está considerada como un
conjunto de conocimientos, destrezas y
estrategias que los individuos van desarrollando
a lo largo de la vida en distintos contextos, a
través de la interacción con sus iguales y con la
comunidad en general” (p.165). Es fundamental
empezar explicando que es común la confusión
entre comprensión y competencia lectora, es así
como autores como Romo (2019) explica al
respecto que: la competencia lectora abarca
saberes, habilidades y herramientas que las
personas construyen durante toda su vida y la
destreza de saber aplicarlos efectivamente en
las situaciones cotidianas. Siendo esta
competencia de carácter social. Para Morales y
Floriza (2021) “la comprensión lectora es un
proceso mediante el cual el lector no sólo
comprende, sino que también elabora un
significado en su interacción personal con el
texto. Es decir, la connotación del texto no está
dada únicamente a partir del emisor, sino que el
receptor-lector es quien completa el texto al
momento de ejecutar la lectura (p.76). Para
Slavin (2018) la participación en el aula se
refiere al grado en que los estudiantes se
involucran activamente en las actividades de
aprendizaje, contribuyen con sus ideas, hacen
preguntas, responden a las de otros y muestran
un compromiso general con el proceso
educativo. Para efectos de la presente
investigación, nos enfocaremos en una
concepción de participación no tan general, sino
más bien conductual, para Skinner (2009), la
Participación Conductual se refiere a las
acciones manifiestas de un estudiante que
señalan su involucramiento y acatamiento de las
exigencias académicas y las normas escolares.
Esto abarca la asistencia, la participación en
actividades extracurriculares, la ausencia de
conductas disruptivas, el esfuerzo dedicado al
trabajo escolar (como la realización de tareas),
y el cumplimiento de las reglas y normas.
Materiales y Métodos
El tipo de investigación que se realizó es no
experimental, transversal y descriptiva-
correlacional, debido a que se realizó la
observación del entorno educativo habitual, sin
manipulación de variables, con la recolección
de datos en determinado momento y buscando
determinar la relación entre el uso de
metodologías activas de enseñanza aprendizaje
y la competencia lectora de los estudiantes. El
enfoque utilizado en este trabajo es cuantitativo,
se aplicaron a los estudiantes pruebas de
despistaje de comprensión y fluidez lectora, con
la finalidad de medir el nivel de estas
competencias en los estudiantes. Por otro lado,
se realizaron cuestionarios estructurados