Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.2
Edición Especial IV 2025
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FLIPPED CLASSROOM COMO ESTRATEGIA PARA POTENCIAR COMPETENCIAS
ESPECÍFICAS Y LA AUTONOMÍA DEL ESTUDIANTE EN ENTORNOS DIGITALES
FLIPPED CLASSROOM AS A STRATEGY TO ENHANCE SPECIFIC COMPETENCIES
AND STUDENT AUTONOMY IN DIGITAL ENVIRONMENTS
Autores: ¹Cristian Roman Pichasaca Guamán, ²Fausto Rumiñahui Jimbo Muenala, ³Carlos
Fernando Moya López y
4
Jenifer Alexandra Kaicer Pinargote.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0003-1900-6306
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-6475-9189
3
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0002-1029-1484
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0000-5903-860X
¹E-mail de contacto: cristian.pichasaca@uaw.edu.ec
²E-mail de contacto: fausto.jimbo@uaw.edu.ec
³E-mail de contacto: carlos.moya@uaw.edu.ec
4
E-mail de contacto:
jenykaicer218@gmail.com
Afiliación:
1*2*3*4*
Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi, (Ecuador).
Artículo recibido: 28 de Octubre del 2025
Artículo revisado: 30 de Octubre del 2025
Artículo aprobado: 9 de Noviembre del 2025
¹Licenciado en Ciencias de la Educación en Lengua y Literatura Inglesa graduado de la Universidad de Cuenca, (Ecuador). Máster
Universitario en Educación Bilingüe graduado de la Universidad Internacional de la Rioja, (Ecuador).
²Ingeniero en Desarrollo Social y Cultural graduado de la Universidad de Otavalo, (Ecuador). Magíster en Sociología Política de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, (Ecuador).
³Magíster en Diseño Curricular y Evaluación Educativa graduado de la (Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador). Magíster en
Psicopedagogía con mención en Neurodesarrollo graduado en la Universidad de Otavalo, (Ecuador). Máster Universitario en Terapias
Psicológicas de Tercera Generación graduado en la Universidad Internacional de Valencia, (España). Psicólogo Educativo y Orientador
Vocacional graduado en la Universidad Técnica de Ambato, (Ecuador). Catedrático universitario en la Universidad Intercultural de las
Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi, (Ecuador). Investigador Senescyt, Web of Sciense Researcher.
4
Licenciada en Gestión de Desarrollo Infantil, Familiar y Comunitario (GDIFC), (Ecuador).
Resumen
El presente estudio analiza la efectividad del
modelo Flipped Classroom en el
fortalecimiento de competencias específicas y
el desarrollo de la autonomía estudiantil en
entornos digitales, considerando las demandas
educativas contemporáneas orientadas hacia un
aprendizaje activo, flexible y mediado por
tecnología. Mediante una revisión narrativa de
literatura científica publicada entre 2020 y
2025 en bases de datos como Scopus, Web of
Science, Scielo, ERIC y Redalyc, se
seleccionaron investigaciones empíricas y
revisiones sistemáticas relacionadas con
educación básica y superior, priorizando
estudios que evaluaron desempeño académico,
autorregulación, autoeficacia y uso de
herramientas digitales. Los resultados
evidencian que el modelo invertido mejora
significativamente el rendimiento académico,
especialmente en áreas STEM y lenguas, al
dedicar el encuentro sincrónico a la práctica
guiada, resolución de problemas y proyectos
colaborativos. Asimismo, se identificó que la
autonomía se fortalece mediante actividades
previas estructuradas, retroalimentación
continua y uso de analítica de aprendizaje para
monitorear el progreso estudiantil. Sin
embargo, su efectividad depende de la
formación docente, el acceso tecnológico y la
planificación pedagógica. En conclusión, el
Flipped Classroom representa una estrategia
pertinente para promover competencias
disciplinares y aprendizaje autónomo,
especialmente en contextos latinoamericanos
que avanzan hacia modelos híbridos e
inclusivos, aunque requiere políticas
institucionales y capacitación docente
sostenida para su consolidación.
Palabras clave: Flipped Classroom,
Estrategia, Competencias específicas,
Autonomía del Estudiante, Entornos
digitales.
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Abstract
This study analyzes the effectiveness of the
Flipped Classroom model in strengthening
specific competencies and developing student
autonomy in digital environments, considering
contemporary educational demands oriented
toward active, flexible, and technology-
mediated learning. Through a narrative review
of scientific literature published between 2020
and 2025 in databases such as Scopus, Web of
Science, SciELO, ERIC, and Redalyc,
empirical research and systematic reviews
related to basic and higher education were
selected, prioritizing studies that evaluated
academic performance, self-regulation, self-
efficacy, and the use of digital tools. The results
show that the flipped classroom model
significantly improves academic performance,
especially in STEM fields and languages, by
dedicating synchronous sessions to guided
practice, problem-solving, and collaborative
projects. Furthermore, it was identified that
autonomy is strengthened through structured
pre-class activities, continuous feedback, and
the use of learning analytics to monitor student
progress. However, its effectiveness depends
on teacher training, technological access, and
pedagogical planning. In conclusion, the
Flipped Classroom represents a relevant
strategy for promoting disciplinary
competencies and autonomous learning,
especially in Latin American contexts that are
moving towards hybrid and inclusive models,
although it requires institutional policies and
sustained teacher training for its consolidation.
Keywords: Flipped Classroom, Strategy,
Specific competencies, Student autonomy,
Digital environments.
Sumário
Este estudo analisa a eficácia do modelo de
Sala de Aula Invertida no fortalecimento de
competências específicas e no
desenvolvimento da autonomia dos alunos em
ambientes digitais, considerando as demandas
educacionais contemporâneas orientadas para a
aprendizagem ativa, flexível e mediada por
tecnologia. Por meio de uma revisão narrativa
da literatura científica publicada entre 2020 e
2025 em bases de dados como Scopus, Web of
Science, SciELO, ERIC e Redalyc, foram
selecionadas pesquisas empíricas e revisões
sistemáticas relacionadas à educação básica e
superior, priorizando estudos que avaliaram o
desempenho acadêmico, a autorregulação, a
autoeficácia e o uso de ferramentas digitais. Os
resultados mostram que o modelo de Sala de
Aula Invertida melhora significativamente o
desempenho acadêmico, especialmente nas
áreas de STEM (Ciência, Tecnologia,
Engenharia e Matemática) e em línguas, ao
dedicar as sessões síncronas à prática guiada, à
resolução de problemas e a projetos
colaborativos. Além disso, identificou-se que a
autonomia é fortalecida por meio de atividades
estruturadas pré-aula, feedback contínuo e o
uso de análises de aprendizagem para
monitorar o progresso dos alunos. No entanto,
sua eficácia depende da formação docente, do
acesso à tecnologia e do planejamento
pedagógico. Em conclusão, a Sala de Aula
Invertida representa uma estratégia relevante
para promover competências disciplinares e
aprendizagem autônoma, especialmente em
contextos latino-americanos que caminham
para modelos híbridos e inclusivos, embora
necessite de políticas institucionais e formação
continuada de professores para sua
consolidação.
Palavras-chave: Sala de Aula Invertida,
Estratégia, Competências Específicas,
Autonomia do Aluno, Ambientes Digitais..
Introducción
El modelo Flipped Classroom se consolida
como una estrategia pedagógica disruptiva que
invierte la lógica tradicional de enseñanza,
trasladando los contenidos teóricos al espacio
virtual y reservando la interacción presencial
para actividades prácticas, colaborativas y de
reflexión profunda, lo cual transforma la
dinámica educativa hacia un enfoque centrado
en el estudiante. Según Montoya (2023), esta
metodología potencia la participación activa y
promueve un aprendizaje significativo al
permitir que los estudiantes accedan a
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materiales digitales de forma autónoma,
adaptando su ritmo cognitivo y generando
entornos más personalizados. De igual manera,
Torres (2022) evidencia que el Flipped
Classroom incrementa la participación, mejora
la retención de contenidos y fortalece
habilidades metacognitivas mediante el uso de
recursos digitales síncronos y asíncronos, lo que
favorece la redefinición del rol docente como
mediador y facilitador de procesos cognitivos
complejos. En este marco, la estrategia se
articula con plataformas virtuales, herramientas
multimedia y entornos colaborativos que
promueven mayor interacción y
retroalimentación continua, generando
experiencias de aprendizaje dinámicas y
sostenibles en contextos digitales educativos.
Asimismo, el modelo contribuye al desarrollo
de competencias digitales disciplinarias, donde
los estudiantes analizan información, aplican
conceptos y resuelven problemas con apoyo
tecnológico, fortaleciendo procesos cognitivos
superiores.
Respecto al desarrollo de competencias
específicas, estas se entienden como
capacidades técnicas y procedimentales propias
de una disciplina, orientadas a la resolución de
problemas en contextos prácticos y reales,
integrando conocimiento conceptual,
habilidades técnicas y actitudes profesionales; y
su fortalecimiento en entornos digitales exige
metodologías activas que fomenten el
aprendizaje experiencial. En este sentido,
Valenzuela (2024) destaca que la integración
del Flipped Classroom con recursos digitales
potencia competencias analíticas y aplicadas en
áreas como ingeniería, ciencias y educación,
debido a la combinación de estudio autónomo
guiado y aplicaciones prácticas situadas. A su
vez, Ortega (2021) sostiene que esta
metodología fortalece la transferencia de
conocimientos desde la teoría a la práctica
mediante actividades colaborativas, análisis de
casos, resolución de problemas y proyectos
interdisciplinarios, lo que repercute
positivamente en la consolidación de
desempeños profesionales. Por otra parte, la
autonomía del estudiante constituye un
componente fundamental en entornos digitales,
entendida como la capacidad de autorregular el
aprendizaje, gestionar tiempos y recursos,
seleccionar estrategias cognitivas y
motivacionales, y construir rutas personales de
aprendizaje. En esta línea, García (2023) resalta
que el Flipped Classroom fomenta autonomía
académica al promover la toma de decisiones,
el autoaprendizaje y la responsabilidad en el
proceso formativo, mientras que Méndez
(2022) reafirma que la mediación digital y el
acceso anticipado a contenidos desarrollan
habilidades autorregulatorias que contribuyen
al aprendizaje permanente. En consecuencia,
esta estrategia representa una vía clave para
integrar tecnología educativa, autonomía y
competencias profesionales en los ecosistemas
digitales de enseñanza superior y básica,
consolidando una formación congruente con las
demandas de la sociedad del conocimiento.
Según Pérez (2021), en una investigación
desarrollada en universidades públicas de
México, el objetivo fue analizar el impacto del
modelo Flipped Classroom en el rendimiento
académico y la participación estudiantil en
cursos de matemáticas. La metodología se basó
en un diseño cuasi-experimental con dos
grupos, utilizando análisis cuantitativo
mediante pruebas t para comparar resultados
entre estudiantes expuestos al modelo invertido
y un grupo control. Los hallazgos evidenciaron
un incremento del 18 % en los puntajes finales
del grupo experimental y una mayor
participación en actividades colaborativas
digitales, indicando que la combinación de
videos, foros y tutorías virtuales favorece el
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aprendizaje activo. Asimismo, se identificó un
fortalecimiento de habilidades de gestión del
tiempo y estudio autónomo, especialmente en
estudiantes con antecedentes de bajo
rendimiento, demostrando que la metodología
resulta adecuada para contextos educativos con
diversidad académica y tecnológica. En un
estudio realizado en Colombia, Rodríguez
(2022) evaluó el uso del Flipped Classroom en
programas de formación docente en
universidades privadas, con el objetivo de
determinar su influencia en el desarrollo de
competencias pedagógicas digitales y
autonomía formativa. La investigación empleó
un enfoque mixto, combinando cuestionarios
validados con alfa de Cronbach = 0,89 y análisis
cualitativo mediante entrevistas
semiestructuradas. Los resultados mostraron
que el 86 % de los participantes mejoró en el
diseño y uso de recursos tecnológicos aplicados
a la práctica pedagógica, mientras que el 78 %
reportó mayor capacidad para planificar su
propio aprendizaje. Además, el estudio
confirmó que la retroalimentación asincrónica y
el trabajo colaborativo en plataformas como
Moodle y Classroom favorecen la reflexión
profesional y el aprendizaje activo,
consolidando el rol del docente como mediador
digital.
Por su parte, en Perú, Vargas (2023) investigó
la implementación de aulas invertidas en
programas de ingeniería en una universidad
tecnológica, buscando establecer su efecto en
competencias técnicas y resolución de
problemas. El estudio siguió un método
experimental con medición pretest-postest y
análisis inferencial mediante ANOVA,
aplicando instrumentos validados y rúbricas de
desempeño propuestas por el Ministerio de
Educación peruano. Entre los resultados se
halló un incremento significativo en habilidades
de análisis de datos, simulación computacional
y ejecución de proyectos prácticos, con mejoras
del 22 % respecto al grupo control. Se evidenció
que la modalidad invertida permitió dedicar
más tiempo en clase a prácticas y laboratorio
virtual, mientras el acceso anticipado a
contenido multimedia facilitó mayor autonomía
y disposición hacia el autoaprendizaje,
contribuyendo a una formación profesional más
contextualizada.
Asimismo, López (2024) desarrolló una
investigación en tres instituciones de educación
básica de Chile, cuyo propósito fue evaluar la
influencia del Flipped Classroom en el
aprendizaje autónomo y la participación
estudiantil en ciencias naturales. Se empleó un
método descriptivo-correlacional con uso de
escalas estandarizadas y análisis estadístico
mediante R y SPSS, complementado con
observación de clases y análisis documental de
tareas. Los hallazgos revelaron que el uso de
videos educativos, experimentos virtuales y
guías de autoevaluación promovió mayor
autonomía en el 81 % de los estudiantes,
mientras que la participación activa en
actividades colaborativas aumentó en 24 %. De
igual modo, se reportó una mayor apropiación
del método científico y pensamiento crítico,
destacando la importancia de la mediación
docente y la disponibilidad de recursos
tecnológicos como factores clave para el éxito
de la estrategia. Finalmente, en Ecuador,
Medina (2023) llevó a cabo un estudio en la
Universidad Técnica de Ambato con
estudiantes de carreras de educación,
analizando la aplicación del aula invertida para
fortalecer competencias investigativas y
autonomía académica en entornos digitales. El
enfoque metodológico fue cualitativo, basado
en estudio de caso, con análisis de contenido de
portafolios, entrevistas y bitácoras reflexivas.
Los resultados evidenciaron que los estudiantes
adquirieron mayor capacidad para buscar
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información científica, gestionar referencias en
APA, participar en discusiones académicas
virtuales y diseñar recursos didácticos
interactivos. Se observó un incremento en la
motivación, la autorregulación y el uso
responsable de plataformas digitales como
Canva, Google Scholar y Moodle. Además, los
participantes señalaron que el acceso anticipado
a material teórico y la retroalimentación
constante fortalecieron su autonomía,
promoviendo aprendizaje profundo y
habilidades para el trabajo colaborativo digital.
A escala global, la implementación del modelo
Flipped Classroom enfrenta desafíos
estructurales vinculados a la brecha digital, la
falta de capacitación docente y la persistencia
de modelos tradicionales centrados en la
transmisión unidireccional del conocimiento.
Según UNESCO (2023), aproximadamente 244
millones de estudiantes en el mundo enfrentan
dificultades para acceder a recursos educativos
digitales, evidenciando inequidad en el acceso a
tecnologías y conectividad, especialmente en
países de ingresos bajos y medios. Además,
informes de la OECD (2022) indican que solo
el 37 % del profesorado utiliza metodologías
activas con herramientas digitales de manera
sistemática, lo que limita el desarrollo de
autonomía y competencias específicas en los
estudiantes. A pesar del crecimiento de la
educación híbrida tras la pandemia, estudios
internacionales señalan que la falta de
formación docente en evaluación digital, diseño
de recursos multimedia y gestión del
aprendizaje autónomo constituye una barrera
para la consolidación del modelo invertido,
generando brechas entre expectativas
educativas y resultados reales, particularmente
en entornos con escaso acompañamiento
tecnológico. En el contexto latinoamericano, la
adopción del Flipped Classroom se ha visto
condicionada por desigualdades digitales
históricas y sistemas educativos con recursos
heterogéneos, donde el acceso a internet y
dispositivos tecnológicos continúa siendo
limitado y desigual. De acuerdo con CEPAL
(2022), el 32 % de los hogares latinoamericanos
carece de conexión estable a internet, cifra que
asciende en zonas rurales y comunidades
vulnerables, lo cual dificulta la preparación
previa a clase, pilar fundamental del enfoque
invertido. Asimismo, UNESCO-IESALC
(2023) destaca que solo el 42 % de docentes
universitarios en la región reporta sentirse
preparado para integrar metodologías activas y
tecnologías educativas, evidenciando la
necesidad de fortalecer la formación continua
en competencias digitales pedagógicas. Esta
situación provoca que muchos estudiantes
enfrenten retos para desarrollar autonomía,
autorregulación y habilidades específicas, ya
que el modelo invertido requiere disciplina,
gestión del tiempo y recursos digitales
adecuados. Las brechas socioeconómicas, la
limitada infraestructura tecnológica y la
resistencia institucional al cambio pedagógico
ralentizan la transición hacia entornos digitales
inclusivos y efectivos.
En Ecuador, la aplicación del Flipped
Classroom aún se encuentra en fase de
consolidación, con avances en universidades
públicas y privadas, pero con dificultades
evidentes en instituciones educativas rurales y
zonas vulnerables del país. El Ministerio de
Telecomunicaciones (MINTEL, 2024) reporta
que el 40 % de hogares rurales aún no cuenta
con acceso a internet de calidad, lo cual
restringe el estudio autónomo previo y limita la
eficacia del modelo invertido en la educación
básica y superior. Además, datos del INEC
(2023) señalan que la disponibilidad de equipos
tecnológicos en hogares ecuatorianos sigue
siendo desigual, y solo el 58 % de jóvenes
universitarios reporta acceso personal a un
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computador para actividades académicas. Si
bien las universidades ecuatorianas han
fortalecido programas de formación docente en
transformación digital, persisten desafíos
asociados a la falta de contenidos multimedia
propios, escasa cultura de autoaprendizaje en
estudiantes y limitaciones en el seguimiento y
evaluación en entornos virtuales. Esto genera
brechas entre el discurso educativo innovador y
la realidad operativa, afectando la
consolidación de competencias específicas y
autonomía estudiantil en programas
académicos.
La implementación del modelo Flipped
Classroom se justifica por su capacidad de
transformar las prácticas educativas
tradicionales y alinearse con las demandas de la
sociedad del conocimiento, donde el estudiante
asume un rol activo y gestor de su aprendizaje
mediante el acceso anticipado a contenidos
digitales y la participación en actividades
presenciales o virtuales orientadas a la
aplicación práctica. En un contexto donde la
digitalización educativa avanza y se requieren
profesionales capaces de resolver problemas,
gestionar información y trabajar
colaborativamente, esta metodología ofrece un
marco pedagógico robusto que fomenta la
autonomía, la autorregulación y el pensamiento
crítico. Tal como enfatiza García (2023), el uso
de estrategias invertidas facilita la construcción
significativa de conocimientos y potencia el
desarrollo de competencias específicas al
integrar recursos multimedia, interacción
guiada y evaluación continua, fortaleciendo
habilidades cognitivas y procesos
metacognitivos necesarios para el desempeño
académico y profesional.
Además, el modelo cobra relevancia al
responder a las necesidades generadas
postpandemia, donde la educación ha adquirido
una dimensión híbrida permanente, creando
escenarios que combinan presencialidad y
virtualidad como parte de la nueva normalidad
educativa. De acuerdo con UNESCO (2023),
los sistemas educativos deben garantizar
condiciones para un aprendizaje flexible,
inclusivo y basado en recursos digitales que
favorezcan la equidad y la participación activa,
motivo por el cual estrategias como el Flipped
Classroom constituyen alternativas innovadoras
para superar las limitaciones de modelos
expositivos. Asimismo, esta metodología
permite que el tiempo de clase se destine a
actividades de alto nivel cognitivo, tales como
análisis de casos, proyectos aplicados y
resolución de problemas, fortaleciendo
competencias técnicas y disciplinares,
especialmente en campos profesionales que
exigen aprendizaje práctico constante. En tanto,
su naturaleza fomenta la autonomía progresiva,
ya que el estudiante aprende a gestionar su
tiempo, planificar tareas y autoevaluar su
proceso, atributos indispensables para el
aprendizaje permanente y la formación de
sujetos críticos capaces de desempeñarse en
entornos laborales digitales y globalizados.
Finalmente, la pertinencia del presente estudio
radica en la necesidad de sistematizar evidencia
reciente sobre la efectividad del Flipped
Classroom en el fortalecimiento de
competencias específicas y la autonomía
estudiantil, particularmente en América Latina,
donde las desigualdades tecnológicas, la
formación docente heterogénea y los desafíos
en infraestructura digital exigen investigaciones
contextualizadas para orientar decisiones
pedagógicas y políticas educativas. Esta
revisión narrativa permitirá identificar enfoques
metodológicos, experiencias exitosas,
herramientas tecnológicas y limitaciones
reportadas en la implementación del modelo,
aportando un marco actualizado para el diseño
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de programas académicos y estrategias
didácticas que respondan a los desafíos actuales
de la educación digital. En consecuencia, los
resultados servirán como base para promover
una cultura de innovación educativa y
contribuir al desarrollo de entornos de
aprendizaje más equitativos, participativos y
centrados en el estudiante, potenciando la
calidad educativa y el logro de aprendizajes
significativos en diferentes niveles formativos.
Por consiguiente, el objetivo del estudio se
centró en analizar la efectividad del modelo
Flipped Classroom como estrategia pedagógica
para potenciar el desarrollo de competencias
específicas y la autonomía del estudiante en
entornos digitales, mediante una revisión
narrativa de literatura científica publicada entre
2020 y 2025, con el propósito de identificar
avances, desafíos y oportunidades para su
implementación en contextos educativos
contemporáneos. Asimismo, la investigación
responde a la pregunta de investigación: ¿De
qué manera la implementación del modelo
Flipped Classroom contribuye al
fortalecimiento de competencias específicas y
al desarrollo de la autonomía del estudiante en
entornos digitales, según la evidencia científica
publicada entre 2020 y 2025?
Materiales y Métodos
El presente estudio se enmarca en una revisión
narrativa de literatura científica reciente,
orientada a analizar evidencias empíricas y
teóricas sobre la implementación del modelo
Flipped Classroom y su impacto en el desarrollo
de competencias específicas y la autonomía del
estudiante en entornos digitales. Se llevó a cabo
una búsqueda sistemática y rigurosa en bases de
datos académicas internacionales como Scopus,
Web of Science, Scielo, Redalyc, ERIC y
PubMed, complementada con revistas de
acceso abierto indexadas en Google Scholar
para ampliar la cobertura de estudios
latinoamericanos. El periodo de revisión
comprendió investigaciones publicadas entre
2020 y 2025, priorizando artículos arbitrados,
estudios empíricos, revisiones sistemáticas y
meta-análisis. Se emplearon como descriptores
en español e inglés combinados con operadores
booleanos los términos: "aula invertida",
"flipped classroom", "competencias
específicas", "autonomía del estudiante",
"aprendizaje autónomo", "competencias
digitales", "educación superior", "entornos
virtuales", "active learning", "digital learning
environments", "self-regulated learning".
Como criterios de inclusión se consideraron
trabajos que abordaran la aplicación del Flipped
Classroom en contextos educativos formales,
estudios publicados entre 2020 y 2025, artículos
empíricos cuantitativos, cualitativos o mixtos,
revisiones y reportes académicos en español,
inglés y portugués. Se excluyeron tesis,
documentos sin arbitraje académico, literatura
gris, repositorios institucionales, blogs y
estudios fuera del rango temporal o sin relación
directa con las categorías analizadas. El proceso
metodológico incluyó lectura crítica, análisis
interpretativo y organización temática de los
hallazgos, clasificando los resultados en tres
categorías: desarrollo de competencias
específicas, autonomía y autorregulación del
aprendizaje, y entornos digitales como
mediadores del modelo invertido. Las fuentes
seleccionadas fueron evaluadas considerando
calidad metodológica, pertinencia teórica,
claridad en el diseño y validez de resultados,
asegurando rigurosidad académica. Finalmente,
se elaboró una síntesis narrativa para identificar
patrones, tendencias, vacíos y oportunidades de
investigación, orientando futuras propuestas
pedagógicas y aplicaciones del modelo Flipped
Classroom en distintos niveles educativos.
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Resultados y Discusión
Desarrollo de competencias específicas:
Disciplinares y técnico-procedimentales
En primer lugar, los metaanálisis recientes
confirman un efecto positivo y moderado del
flipped classroom sobre el rendimiento, lo cual
se traduce en mejores desempeños disciplinares
cuando el tiempo de clase se orienta a práctica
guiada y resolución de problemas (Strelan et al.,
2020). Asimismo, al considerar contextos
STEM, la evidencia muestra que reorganizar la
secuencia de estudio y dedicar el encuentro a
aplicaciones potencia la comprensión
conceptual y la transferencia a tareas auténticas
(Jin et al., 2023). De igual modo, en aprendizaje
de lenguas, síntesis recientes hallan mejoras en
comprensión, producción y vocabulario cuando
el trabajo previo incluye verificaciones de
comprensión y la sesión sincrónica se destina a
interacción significativa (Sun et al., 2024;
Aljuaid, 2024). Por otra parte, en ingeniería de
primer año se reporta que la clase invertida con
resolución colaborativa y microproyectos
incrementa el desempeño aplicado y reduce
conceptos erróneos persistentes (Dunn y
Rogerson, 2025). A la vez, estudios de caso
múltiples documentan que, cuando se articula
con LMS, rúbricas de desempeño y foros
moderados, el enfoque invertido eleva
evidencias de logro en prácticas de laboratorio
y trabajo en equipo aun en cohortes numerosas
(Martínez et al., 2022). En la misma línea,
revisiones en educación superior resaltan que la
combinación de aprendizaje mixto y aula
invertida responde a demandas de “Educación
4.0”, fortaleciendo análisis, diseño y
comunicación técnica mediante secuencias que
alternan contenido previo y taller presencial
(Baig et al., 2023). En América Latina,
evidencias recientes muestran que, con
planificación de tareas previas y andamiajes
claros, el esquema invertido favorece
desempeños en actividades evaluadas con
rúbricas disciplinares, particularmente en
cursos de inglés y computación en
universidades ecuatorianas (Guayasamín, 2024;
Oña, 2023). Finalmente, experiencias con
gamificación dentro de clases invertidas
reportan aumentos en resultados y disminución
de malentendidos conceptuales en cursos
técnicos, sugiriendo que el componente lúdico
potencia el trabajo aplicado en la fase presencial
(El-Thalji, 2025).
Autonomía y autorregulación del
aprendizaje
En primer término, revisiones críticas sugieren
que el modelo invertido puede impactar
positivamente la autonomía siempre que existan
apoyos metacognitivos explícitos y evaluación
formativa continua durante el curso (Galindo,
2025). De igual modo, la literatura sobre
autorregulación advierte que, aunque la
producción sobre flipped es abundante, son
pocos los diseños que miden estrategias
autorregulatorias; aun así, se observan mejoras
cuando hay guías de estudio y seguimiento al
pre-clase (Kintu y Zhu, 2025). En cursos de
comunicación académica y lenguas, la
implementación invertida con actividades
previas guiadas se asocia a incrementos en
planificación, monitoreo y control del tiempo,
evidenciando hábitos autónomos sostenidos
(Rojas, 2024). Asimismo, en matemáticas
universitarias, se reportan ganancias en
autoeficacia y comprensión profunda cuando el
flipped se integra con estrategias de
pensamiento en voz alta y práctica deliberada
(Rincón et al., 2025).
A nivel regional, durante y después de la
pandemia, revisiones de educación superior
latinoamericana muestran mejoras en
compromiso conductual y cognitivo cuando las
secuencias invertidas incorporan interacción
social y retroalimentación inmediata (Ramos et
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al., 2022). Coherentemente, metaanálisis y
síntesis de resultados subrayan que las
ganancias del modelo se maximizan cuando el
“pre-clase” incluye verificación de
comprensión y el encuentro sincrónico se
orienta a práctica guiada, condiciones que
sostienen la autorregulación (Jin et al., 2023;
Strelan et al., 2020). Complementariamente,
estudios con learning analytics muestran que
instrumentar el pre-clase con cuestionarios y
trazas de visualización ayuda a gestionar la
procrastinación y a desarrollar estrategias de
manejo del tiempo, pilares de la autonomía
(Takrouni et al., 2024; Park et al., 2025). Por
último, en múltiples disciplinas se observa que
el flipped favorece la autoeficacia, componente
motivacional clave de la autonomía, frente a
enfoques tradicionales (Sun y Fong, 2023).
Entornos digitales como mediadores del
modelo invertido
Primero, la efectividad del flipped depende de
ecosistemas digitales que aseguren acceso,
retroalimentación y analítica; informes
internacionales advierten que brechas de
infraestructura y formación docente limitan la
adopción sistemática de metodologías activas
mediadas por TIC (UNESCO, 2023). Además,
la literatura de política educativa señala que la
transformación digital requiere invertir en
capacitación didáctica y soporte técnico para
sostener diseños invertidos de calidad, más allá
de la mera disponibilidad de videos (OECD,
2025). De igual forma, análisis de equidad
digital muestran que instituciones con
infraestructura adecuada y uso pedagógico de
tecnología exhiben mayor autoeficacia digital
docente, condición que potencia actividades de
alto nivel cognitivo durante el tiempo de clase
en flipped (OECD, 2023). En América Latina,
estudios y revisiones sobre modelos híbridos
reportan que repositorios accesibles, guías de
trabajo y evaluación formativa en LMS
complementan la experiencia presencial,
mejorando la interacción pedagógica en
secuencias invertidas (Baig et al., 2023).
Asimismo, en casos universitarios, el uso de
módulos secuenciales, cuestionarios previos y
foros moderados permite monitorear el
progreso y ajustar la enseñanza, elevando la
coherencia entre las fases antes-durante-
después del diseño invertido (Martínez et al.,
2022). Con todo, metaanálisis en áreas
específicas como lenguas confirman que
mecanismos de verificación previa y tareas
interactivas en plataformas elevan el efecto del
flipped, indicando que la mediación digital
óptima actúa como catalizador de logro
disciplinar (Sun et al., 2024). A la vez,
experiencias con recursos abiertos y materiales
móviles de bajo peso muestran mejoras cuando
se proveen instrucciones claras y rúbricas
accesibles, evidenciando que decisiones de
diseño inclusivo son clave para la escalabilidad
regional (Guayasamín, 2024). Finalmente,
evidencias recientes en Ecuador y la región
resaltan que integrar flipped con gamificación,
aprendizaje basado en problemas y analítica de
aprendizaje fortalece resultados cuando existe
soporte institucional y acompañamiento
docente (Pinenla et al., 2024; El-Thalji, 2025).
Conclusiones
El análisis de la literatura reciente evidencia que
el modelo Flipped Classroom constituye una
estrategia pedagógica eficaz para potenciar
competencias específicas en distintos niveles y
áreas disciplinares, destacando su impacto
positivo en contextos STEM, lenguas y
formación profesional. La reorganización
temporal del proceso formativo, donde el
contenido teórico se aborda de manera
anticipada mediante recursos digitales y el
tiempo presencial se dedica a actividades
aplicadas, favorece el desarrollo de habilidades
técnicas, resolución de problemas y aplicación
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conceptual en situaciones auténticas de
aprendizaje. Esta dinámica permite profundizar
en metodologías activas, tales como estudios de
caso, aprendizaje basado en proyectos, debates
académicos y prácticas guiadas que motivan la
participación estudiantil y elevan el
rendimiento. En consecuencia, la evidencia
demuestra que este enfoque fomenta un
aprendizaje significativo, adaptativo y
orientado a la práctica, representando una
alternativa pedagógica pertinente ante los
requerimientos de calidad educativa y
empleabilidad en la era digital.
Asimismo, se concluye que el Flipped
Classroom contribuye de manera sustantiva al
fortalecimiento de la autonomía y
autorregulación del estudiante, al exigir
planificación personal, gestión del tiempo,
responsabilidad en el estudio previo y
autoevaluación continua. La literatura analizada
indica que los estudiantes desarrollan mayor
capacidad para monitorear su progreso,
identificar sus necesidades académicas, regular
sus emociones frente a tareas desafiantes y
formular estrategias para el aprendizaje
independiente. Sin embargo, los estudios
resaltan que estos beneficios dependen de una
adecuada estructura pedagógica,
acompañamiento docente permanente y
mecanismos de retroalimentación sincrónicos y
asincrónicos. De esta manera, el aula invertida
trasciende el acceso anticipado a contenidos
para consolidarse como un ecosistema
formativo basado en la autorregulación, la
motivación intrínseca y la resiliencia cognitiva,
elementos clave para el aprendizaje a lo largo
de la vida.
En cuanto al rol de la tecnología, se verifica que
los entornos digitales actúan como mediadores
fundamentales para que el Flipped Classroom
alcance su máximo potencial, siempre que estén
respaldados por una infraestructura adecuada,
plataformas accesibles y competencias digitales
docentes sólidas. No obstante, persisten brechas
significativas relacionadas con el acceso a
recursos tecnológicos, conectividad estable y
capacitación pedagógica para integrar
herramientas virtuales con sentido didáctico. La
literatura en países latinoamericanos evidencia
que la falta de políticas institucionales
sostenidas, la desigualdad tecnológica y la
heterogeneidad en los niveles de formación
docente representan limitantes para una
implementación equitativa y efectiva. Por ello,
se enfatiza la importancia de políticas
educativas que impulsen innovación, inversión
tecnológica y formación continua, de modo que
la estrategia no sea aplicada de manera aislada,
sino como parte de una transformación
educativa integral y sostenible.
Los hallazgos sugieren que el Flipped
Classroom requiere un enfoque sistémico para
su consolidación, con especial atención a la
planificación curricular, diseño instruccional,
evaluación continua y acompañamiento
emocional y cognitivo del estudiante. La
transición hacia modelos centrados en el
estudiante implica cambios culturales en las
prácticas docentes y en las expectativas del
estudiantado, por lo que resulta indispensable
promover espacios institucionales de reflexión
pedagógica, investigación educativa y
adaptación progresiva. Desde esta perspectiva,
futuras investigaciones deben profundizar en
estudios longitudinales, análisis por áreas
disciplinares y validación de instrumentos que
midan con rigor la autonomía, autoeficacia,
motivación y desempeño técnico. De esta
manera, el presente estudio reafirma que la
clase invertida representa una oportunidad
estratégica para fortalecer la calidad educativa y
construir aprendizajes significativos,
autónomos e inclusivos en la era digital,
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Pichasaca Guamán, Fausto Rumiñahui Jimbo
Muenala, Carlos Fernando Moya López y Jenifer
Alexandra Kaicer Pinargote.