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factores estilísticos fundamentales como la
intención, la finalidad, la función de la
comunicación, y la situación comunicativa”
aspectos que refuerzan la necesidad de lograr
una enseñanza práctica y contextualizada.
Dentro del estilo funcional esencialmente
comunicativo (coloquial – íntimo) se
encuentran los distintos tipos de textos como:
diario personal, agenda, apuntes, cartas,
postales, felicitaciones, dedicatorias, de los que
se aborda su enseñanza desde la primaria y su
estudio se extiende hasta la universidad.
El estilo comunicativo funcional coloquial se
caracteriza por su objetivo, el que está dirigido
a la comunicación directa de las personas, por
lo que cumple la función comunicativa en las
actividades de la vida diaria, comunica
directamente un contenido real o la actitud del
hablante en una situación. Otras de sus
características generales, de acuerdo con
criterios especializados, se refieren a que las
ideas se colocan según el discurrir del
pensamiento, tiene un componente interactivo
y expresivo importante.
En el texto coloquial el contenido proviene de
la experiencia personal del autor. Las rutinas
sociales determinan las pautas comunicativas.
El destinatario es variado y específico. No hay
limitaciones en la composición del texto. El
pensamiento es claro, significativo, llano,
breve y sin adornos. El propósito es muy
variado: informar, agradecer, pedir, recordar.
La estructura del texto se adapta a las pautas
comunicativas que establece la rutina social. El
diario y la agenda se estructuran por períodos
de tiempo. La diferencia estriba en que en el
primero se plantean hechos realizados y en el
otro los que están por realizar. Su propia
informalidad lo hace carecer de exigencias
retóricas formales. Dentro de las características
lingüísticas se manifiesta: la poca formalidad
en el tratamiento utiliza un lenguaje general,
coloquial, el registro se adecua al destinatario
y a la situación de comunicación, muchas
veces familiar, por lo tanto, puede ser muy
variado; predominan los pronombres
personales, especialmente los de segunda y
primera personas y los interrogativos.
Los enlaces se utilizan menos formalmente, los
adverbios de afirmación y negación se
manifiestan en gran número, predominio del
modo imperativo y perífrasis de obligación
(forma del verbo deber más infinitivo),
necesidad de dos o más interlocutores por el
contacto directo y la comunicación simultánea,
uniformidad de su plano semántico y el
carácter incompleto del enunciado. Se aprecia,
además en el texto coloquial el uso de modelos
oracionales unimembres, el carácter
irreversible del habla, uso de modelos
sintácticos expresivos (oraciones con la
posición inicial o media del núcleo de la
comunicación), relación libre de las unidades
léxicas hacia lo expresado.
Repetición de medios léxicos dado el carácter
inmediato y no planificado del discurso,
utilización especial de formas verbales
(frecuencia de infinitivos y otras formas no
personales); el carácter improvisado o
espontáneo típico del coloquio y la presencia
del lenguaje extraverbal, entre otras
características lo distinguen como un texto
interesante de meritorio estudio.
El dominio de los elementos que tipifican el
texto coloquial es necesario para asumir su
comprensión y análisis, se destaca, por
ejemplo, en la lectura del Diario de Martí, “De
Cabo Haitiano a Dos Ríos”, que no será difícil
identificar el tipo de texto, pues presenta un
lenguaje propio del coloquio; el dominio de
dichas características favorece la posición del
lector ante la construcción de los significados
que atribuirá a lo leído y que resultan de la