Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 3 No. 11
Noviembre del 2022
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INCLUSIÓN DE ASOCIACIONES DE LA ECONOMÍA POPULAR Y SOLIDARIA DEL
CANTÓN MILAGRO, PROVINCIA DEL GUAYAS EN LAS COMPRAS PÚBLICAS
GUBERNAMENTALES DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR.
INCLUSION OF ASSOCIATIONS OF THE POPULAR AND SOLIDARITY ECONOMY
OF THE MILAGRO CANTON, GUAYAS PROVINCE IN THE GOVERNMENT PUBLIC
PROCUREMENT OF THE REPUBLIC OF ECUADOR.
Autores: ¹Vinicio Reinaldo Guamán Ortiz y ²Eduardo Javier Espinosa Solís
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-6158-1633
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-8007-8227
¹E-mail de contacto: vinicio1381@hotmail.com
²E-mail de contacto: eespinozas@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²* Universidad Estatal de Milagro
Articulo recibido: 15 de Septiembre del 2022
Articulo revisado: 22 de Septiembre del 2022
Articulo aprobado: 28 de Noviembre del 2022
¹Ingeniero en Sistemas Computacionales egresado de la Universidad Estatal de Milagro (Ecuador). Cursa una maestría en la Universidad
Estatal de Milagro (Ecuador), mención en Administración Pública mención Desarrollo Institucional.
²Docente Facultad Ciencias Administrativas y Comerciales de la Universidad Estatal de Milagro (Ecuador). Máster en Administración y
Dirección de Empresas. Máster en Administración de Empresas orientado en Administración Estratégica.
.
Resumen
El artículo revisa los principales argumentos
teóricos y la evidencia empírica sobre las
características y el papel de las organizaciones
de la Economía Popular y Solidaria, prestando
especial atención a sus implicaciones para la
creación y preservación de trabajo formal. El
análisis muestra que las organizaciones de la
Economía Popular y Solidaria en realidad
pueden ayudar a crear y a preservar los empleos
en los sectores tradicionales y la promoción de
trabajo decente por proporcionar una calidad y
estabilidad del empleo, facilitando la entrada de
la mujer en la fuerza de trabajo, la integración
de trabajadores desfavorecidos y contribuir a la
transición del empleo informal al formal en la
ciudad de Milagro. El artículo sostiene también
que la Economía Popular y Solidaria pueden
ayudar a la creación de empleos en sectores
emergentes dentro de las organizaciones
sociales. Esto será particularmente importante
en los próximos años, a medida que una mayor
proporción de empleo vendrá desde el sector de
los servicios y será mucho menos estructurada
que en el pasado debido al aumento de la
economía. El artículo concluye con una
revisión de las principales implicaciones de la
política, brevemente describe los tipos de
iniciativas, tanto en el ámbito nacional e
internacional, que podría prestar la Economía
Popular y Solidaria el apoyo que necesita para
desarrollar su potencial y ayudar a mejorar el
futuro económico del país.
Palabras clave: Economía Popular y
Solidaria, organizaciones, trabajo formal,
empleo.
Abstract
The article reviews the main theoretical
arguments and empirical evidence on the
characteristics and role of Popular and
Solidarity Economy organizations, paying
special attention to its implications for the
creation and employment of formal jobs. The
analysis shows that the organizations of the
Popular and Solidarity Economy can actually
help to create and preserve jobs in the
traditional sectors and the promotion of decent
work by providing quality and stability of
employment, facilitating the entry of women
into the force. of work, the integration of
disadvantaged workers and contribute to the
transition from informal to formal employment
in the city of Milagro. The article also argues
that the Popular and Solidarity Economy can
help create jobs in emerging sectors within
social organizations. This will be particularly
important in the coming years, as a greater
proportion of employment will come from the
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service sector and it will be much less
structured than in the past due to the growth of
the economy. The article concludes with a
review of the main policy indications,
frequently describing the types of initiatives,
both nationally and internationally, that could
provide the Popular and Solidarity Economy
the support it needs to develop its potential and
help improve the economy. economic future of
the country.
Keywords: Popular and Solidarity
Economy, organizations, formal work,
employment.
Sumário
O artigo revisa os principais argumentos
teóricos e evidências empíricas sobre as
características e o papel das organizações de
Economia Popular e Solidária, com atenção
especial para suas implicações na geração e
emprego de empregos formais. A análise mostra
que as organizações de Economia Popular e
Solidária podem, de fato, contribuir para a
criação e preservação de empregos nos setores
tradicionais e na promoção do trabalho decente,
proporcionando qualidade e estabilidade do
emprego, facilitando o ingresso da mulher na
força de trabalho, a integração de trabalhadores
desfavorecidos e contribuir para a transição do
emprego informal para o formal na cidade de
Milagro. O artigo também argumenta que a
Economia Popular e Solidária pode ajudar a
gerar empregos em setores emergentes dentro
das organizações sociais. Isso será
particularmente importante nos próximos anos,
pois uma proporção maior de empregos virá do
setor de serviços e será muito menos estruturado
do que no passado devido ao crescimento da
economia. O artigo conclui com uma revisão
das principais indicações de política,
descrevendo frequentemente os tipos de
iniciativas, tanto a nível nacional como
internacional, que podem dar à Economia
Popular e Solidária o apoio de que necessita
para desenvolver o seu potencial e ajudar a
melhorar a economia. país.
Palavras-chave: Economia Popular e
Solidária, organizações, trabalho formal,
emprego.
Introducción
Hay dos grandes desafíos que muchos países de
todo el mundo ya enfrenta o se espera,
independientemente de su nivel de desarrollo
económico: un crecimiento en el empleo, que es
inferior a lo que sería necesario para absorber la
oferta de mano de obra; y un número creciente
de formas atípicas de empleo, a menudo con un
salario bajo o incapaces de garantizar el mismo
nivel de ingresos y de seguridad no sólo en
términos de salario, sino también en términos de
pensiones y de condiciones de trabajo. Incluso
los países que se están recuperado de la reciente
crisis económica como Ecuador tienen menores
tasas de empleo, que antes de la crisis, también
debido a un aumento en el número de personas
que no están buscando activamente un puesto de
trabajo, y aquellos con muy baja tasa de
desempleo tienen un gran número de puestos no
estándar como en el caso de Alemania, con casi
8 millones de trabajadores informales (Ortega,
2022). El efecto conjunto de estas dos
cuestiones está socavando el modelo económico
y social y que fue construido en la segunda
mitad del siglo xx. En particular, se está
poniendo en cuestión el papel de trabajo,
especialmente en garantizar el nivel de ingresos
que podría apoyar la creación de una clase
media, y es la representación tradicional del
trabajo y las políticas de bienestar social que
son cada vez menos eficaces.
Esta situación se debe no solo a una crisis
económica que afecta a gran parte de la
economía mundial desde hace casi una década,
sino también a factores estructurales de más
largo plazo, ligados tanto a la oferta como a la
demanda de bienes y servicios. Por el lado de la
oferta, la aceleración de los procesos de
innovación tecnológica ha incrementado el
ritmo al que la automatización está
reemplazando al trabajo manual. Por el lado de
la demanda, los patrones de consumo han
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cambiado, en parte debido a la aparición de
nuevas necesidades, como las vinculadas al
envejecimiento de la población y al
desplazamiento de la demanda de bienes a
servicios. Más precisamente, existe un aumento
continuo de la demanda no sólo de servicios en
general, sino también de aquellos servicios
sociales y de interés general que
tradicionalmente han sido prestados por el
sector público. Sin embargo, las instituciones
públicas tienen menos capacidad para
proporcionarlos debido a las estrictas
restricciones presupuestarias (Valverde Ojeda,
2022).
En teoría, la disminución de la demanda de
mano de obra debida a la innovación
tecnológica, y en particular a la automatización,
no es necesariamente negativa para el mercado
laboral, ya que podría ser compensada por un
aumento de la ocupación en sectores donde hay
un incremento en la demanda de mano de obra,
es decir, en el sector de servicios. Sin embargo,
en las últimas décadas, este cambio no se ha
producido a una escala lo suficientemente
grande como para reemplazar los puestos de
trabajo perdidos con formas estándares de
empleo. De hecho, una gran parte de los nuevos
puestos de trabajo se encuentran en formas de
empleo atípicas y se caracterizan por salarios
más bajos y una mayor inestabilidad.
(Mendoza, 2022)
Mucho se ha escrito sobre los procesos de
globalización y sus consecuencias en el
mercado laboral. La globalización afecta
principalmente la calidad del empleo, ya que las
empresas ubican las actividades de producción
en lugares con costos laborales más bajos y
regulaciones menos estrictas. Por lo tanto, si
bien la globalización no disminuye los niveles
generales de empleo como los procesos de
innovación tecnológica, desplaza la demanda de
mano de obra de un país a otro sobre la base de
la minimización de costos y, por lo tanto,
contribuye a un deterioro general de los
estándares de empleo. (Mina-Quiñónez, 2022)
Los estándares de empleo se ven desafiados aún
más por el hecho de que una parte considerable
de la nueva demanda de mano de obra se debe a
servicios personales y de interés general como
los servicios de salud, sociales y culturales que
tienen muchas de las características que, en la
literatura económica, están vinculadas a fallas
de mercado. Estos incluyen, en particular,
información asimétrica que dificulta a los
usuarios evaluar la correspondencia entre el
precio y la calidad de la mayoría de estos
servicios, así como asegurar el cumplimiento
del contrato, con el resultado de que el
proveedor puede reducir fácilmente la calidad
del servicio sin sanciones. Estos servicios
también se caracterizan por una baja
rentabilidad porque a menudo requieren mucha
mano de obra y, por lo tanto, su precio está
determinado principalmente por los costos
laborales. (Gualán Oviedo, 2022)
Estas transformaciones en el mundo del trabajo
han llamado la atención sobre las
organizaciones que componen la economía
popular y solidaria es un modelo económico en
el cual el factor dinero está en segundo plano.
Se basa en el bien común y parte del ser humano
como sujeto y fin, respetando a la naturaleza,
definida como un conjunto amplio de
organizaciones y empresas que están
específicamente orientadas a producir bienes,
servicios y conocimientos, mientras persiguen
objetivos económicos y fines sociales y
fomento de la solidaridad (Tobar, 2022). En las
últimas décadas, estas organizaciones han sido
extremadamente dinámicas, creciendo más
rápido que el resto de la economía en muchos
países y demostrando una buena capacidad de
innovación, como lo demuestra su habilidad
para encontrar nuevas soluciones a los
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problemas sociales. También se ha vuelto cada
vez más claro que algunas de las características
de estas organizaciones las hacen muy
adecuadas para superar las dificultades que
enfrentan otro tipo de empresas en la
producción de servicios de interés general, para
crear formas de empleo más flexibles que dar a
los trabajadores más poder para decidir cómo
organizar sus trabajos y reducir el costo de
producción a través de la participación de
usuarios. En otras palabras, estas
organizaciones parecen capaces de ayudar a
convertir los desafíos descritos anteriormente
en una oportunidad para mejorar el nivel y la
calidad de vida. (Serrano, 2022)
El objetivo de este artículo es proporcionar una
comprensión de esta compleja evolución
centrándose, en particular, en el papel real y
potencial de las Asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria y en las políticas públicas
más efectivas que pueden apoyar a la inclusión
de estas en las Compras Públicas
Gubernamentales de la República del Ecuador
para abordar los desafíos relacionados con el
futuro del trabajo. Para ello, el artículo se
estructura en tres apartados. La primera sección
ofrece una visión general del impacto sobre el
futuro del trabajo de dos fenómenos en
particular, centrándose en sus consecuencias en
términos de cantidad y calidad del empleo: la
combinación de innovación tecnológica y la
evolución de los procesos productivos, por un
lado, y la evolución de las necesidades sociales,
por otro lado. La segunda sección está dedicada
a la Economía Popular y Solidaria: describe sus
principales características y explora su papel
tanto en la preservación del empleo como en la
creación de nuevo empleo en los sectores donde
hay un aumento de la demanda, y revisa la
evidencia disponible sobre las características y
la calidad del empleo que crea. Finalmente, la
última sección analiza las implicaciones
políticas y el papel que los diferentes actores
pueden tener para apoyar a la Economía Popular
y Solidaria en el desempeño de esta importante
función.
Cambios tecnológicos y su impacto en el
empleo
El futuro del trabajo, como se destacó en una
investigación realizada por Vergara, Á. (2022),
se ve afectado por una serie de amplias
transformaciones económicas, sociales y
demográficas. A su vez, estas transformaciones
provocan y están limitadas por una serie de
grandes desafíos ambientales. Considerándose,
por ejemplo, el problema de la entrada
acelerada de jóvenes en los mercados laborales
en los países en desarrollo, donde la búsqueda
de oportunidades de empleo ya escasas ocurre
en áreas que también están presionadas por
problemas ambientales. Los impactos y costos
de los desplazamientos forzados, con el
consiguiente aumento de la presión migratoria,
es solo uno de los ejemplos de los amplios
efectos que puede producir la combinación de
cuestiones sociales, económicas y ambientales,
con implicaciones sustanciales para el futuro
del trabajo. (Ordoñez Ordoñez, 2022)
Tal como lo enfatiza Vergara, Á. (2022), uno de
los impulsores más omnipresentes y poderosos
que contribuyen a la transformación del
concepto y la práctica del trabajo se refiere a la
integración de una nueva generación de
innovaciones tecnológicas que tienen un
potencial disruptivo sin precedentes debido a
sus implicaciones de gran alcance y sus
consecuencias específicas para las
Asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria. El cambio tecnológico es un
fenómeno global que afecta tanto al Sur como
al Norte del mundo, como lo demuestra la
creciente inversión en automatización también
por parte de países en desarrollo como India,
China o Tailandia y el impacto que la
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automatización en las economías desarrolladas
tiene sobre en desarrollo (Garate-Zambrano,
2022). Además, como se analiza más adelante,
el papel cada vez más importante de la
tecnología y la automatización en el proceso de
producción ofrece una oportunidad para un
mayor papel de las Asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria, basado en
trabajos que requieren habilidades de
interacción humana y social en lugar de tareas
rutinarias que pueden codificarse y
automatizarse fácilmente.
Muchos investigadores han investigado el
alcance del cambio tecnológico actualmente en
curso, destacando cómo, en las últimas décadas,
el mundo ha entrado en una fase de avances
tecnológicos que van desde la inteligencia
artificial y el Internet de las cosas, hasta el Big
data, la computación en la nube, la conducción
autónoma. vehículos y robótica avanzada. Las
nuevas tecnologías prometen mejorar
significativamente los productos, los procesos,
los métodos organizativos y los mercados.
Además, todas estas tecnologías están
evolucionando rápidamente. El progreso en el
poder de cómputo, la capacidad de
almacenamiento y el rendimiento de las
comunicaciones está creando nuevas
capacidades de máquina que aceleran
exponencialmente la tasa de automatización.
Las nuevas funcionalidades de las máquinas
compiten con el rendimiento humano y, en
algunos casos, incluso lo superan (Garate-
Zambrano, 2022).
Como consecuencia, la mayoría de las tareas
rutinarias que se traducen fácilmente a código
informático ahora se pueden automatizar. La
digitalización de la producción, una tendencia a
la que se hace referencia en términos como
fabricación avanzada o industria 4.0 (Alobuela,
2022), está desempeñando un papel importante
en la determinación no solo de la naturaleza del
trabajo sino también su disponibilidad. La
automatización de tareas cognitivas a través de
tecnologías digitales introduce una profunda
discontinuidad, que se basaba en sobre la
automatización de tareas físicas a través de la
mecanización. La principal diferencia es el
alcance de lo que se puede automatizar. Las
máquinas se pueden implementar en el lugar de
trabajo a una escala y extensión mucho mayor
que en el pasado y a un ritmo mucho más
rápido, cambiando el proceso de producción de
una manera que tiene consecuencias de gran
alcance para la productividad, el empleo, las
habilidades, la distribución de ingresos,
comercio, bienestar y el medio ambiente, a
escala global.
La evidencia de la disponibilidad decreciente y
la naturaleza cambiante del trabajo se puede
encontrar más allá de las industrias
manufactureras, en sectores donde los robots
han estado presentes durante muchos años. Los
avances en robótica, inteligencia artificial y
aprendizaje automático están abriendo nuevos
horizontes para la automatización. La caída de
los costos está impulsando la penetración de
estas tecnologías en casi todos los sectores de la
economía.
De los cinco grupos de funciones que definen
casi todas las actividades laborales (capacidades
físicas, percepción sensorial, capacidades
cognitivas, procesamiento del lenguaje natural,
capacidades sociales y emocionales), los
sistemas basados en computadora ya pueden
realizar de manera efectiva los primeros tres y
están logrando un progreso impresionante en el
cuarto (Li, 2022). La recuperación de
información y las habilidades motoras en
entornos altamente estructurados y predecibles
son las áreas en las que las máquinas de hoy
igualan o superan el rendimiento humano. La
gama de actividades que requieren capacidades
cognitivas, donde las máquinas pueden realizar
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tareas que antes se pensaba que eran demasiado
difíciles para los no humanos, crece
continuamente. Por una fracción del costo, las
máquinas se hacen cargo de un número cada vez
mayor de actividades que involucran
capacidades tanto físicas como cognitivas. Lo
que queda fuera del alcance de la
automatización son las tareas relacionadas con
las dimensiones social y emocional, donde los
humanos no pueden ser reemplazados, junto
con otras tareas cognitivas no rutinarias
involucradas en actividades de coordinación y
resolución de problemas.
La preocupación por el desplazamiento de
mano de obra impulsada por máquinas
ciertamente no es nueva. En otras ocasiones en
el pasado, el mundo del trabajo ha atravesado
cambios de gran impacto que han alterado
sustancialmente las formas de trabajo y las
formas de realizarlo. Sucedió con la transición
de la agricultura a la industria moderna, y
nuevamente durante cada revolución industrial.
Sin embargo, cada vez que la aparición de
nuevos puestos de trabajo en sectores distintos
a aquellos en los que se ha desarrollado la
innovación tecnológica ha terminado por
compensar, a medio y largo plazo, la pérdida de
actividades tradicionales provocada por la
introducción de nuevas tecnologías. La mayoría
de las veces, la calidad de las condiciones de
trabajo mejoró, de hecho, los nuevos puestos de
trabajo han sido mejores en términos de salarios
y condiciones que los reemplazados por la
innovación tecnológica.
Consecuencias en la calidad y cantidad de
empleos
La automatización es un fenómeno que ha
estado en marcha durante siglos y, mientras que
la tecnología ha automatizado una amplia gama
de tareas realizadas por humanos, se han creado
nuevas actividades, ocupaciones y trabajos.
creado en su lugar. En una perspectiva a largo
plazo, cada vez que se ha producido un cambio
tecnológico a gran escala, se han producido
pérdidas de puestos de trabajo que han sido
compensadas, con el tiempo, por una multitud
de nuevos tipos de trabajo. Estos cambios
pasados en las actividades laborales son de una
amplitud comparable a los que experimenta
actualmente el mundo del trabajo. Sin embargo,
no es posible predecir cómo afectarán estos
cambios al futuro del trabajo mientras se están
produciendo. Los tipos específicos de trabajo
generados por la nueva tecnología a menudo
han sido difíciles de predecir (Cueva, 2022).
Considerando las tendencias de envejecimiento
demográfico en los países desarrollados y sus
consecuencias en los países en desarrollo. El
creciente número de jubilados en las naciones
más desarrolladas conducirá a una fuerza
laboral cada vez menor, dejando menos
trabajadores para cubrir los costos de los
ancianos. Esto llevará, por un lado, a la cuestión
de la sostenibilidad económica de los servicios
de atención a una población cada vez más
envejecida. Por otro lado, un número creciente
de necesidades requerirá nuevas profesiones y
nuevos servicios que una mano de obra cada vez
más reducida tendrá dificultades para ofrecer.
En ambos frentes, la solución deberá encontrar
un equilibrio entre la adopción de nuevas
tecnologías y la búsqueda de nuevos modelos
organizativos en la producción y distribución de
bienes y servicios (Pallares-Barbera, 2022).
De hecho, dado que la tecnología y la
innovación son los principales determinantes
del crecimiento de la productividad, impulsar el
papel de la innovación que aumenta la
productividad será la reacción obvia a los
problemas que plantea una fuerza laboral que
envejece y se reduce. Pero esto afectará a los
países en desarrollo, con altas tasas de natalidad
y un crecimiento significativo de la población
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en edad laboral, ya que la mano de obra de bajo
costo puede volverse menos atractiva. A medida
que la automatización reduce el costo de
fabricación a nivel mundial, las economías,
donde el costo de la mano de obra es el factor
competitivo más relevante, serán motivo de
preocupación. (Montiel, 2022)
Por supuesto, la reconfiguración de los procesos
de producción no sucede de la noche a la
mañana. El momento de los ajustes altamente
disruptivos se ve afectado por varios factores,
como el costo de la tecnología, la dinámica del
mercado laboral, la aceptación social, las
regulaciones, etc. La reciente recesión, por
ejemplo, parece haber acelerado el
desplazamiento de trabajadores por sistemas
computarizados. La preocupación pública por
los efectos de la tecnología en el empleo
también tiende a aumentar durante las crisis.
(Cueva, 2022)
Sin embargo, es bastante notable observar que
todos los análisis llegan a un consenso
sustancial sobre la perspectiva a largo plazo: las
tareas no rutinarias, ya sean manuales o
cognitivas, son más difíciles de reemplazar con
sistemas automatizados. Además, entre ellos,
los menos reemplazables son aquellos que
involucran interacciones sociales y
emocionales. Los trabajos en el sector social y
las ocupaciones que requieren habilidades
sociales parecen ser más resilientes con
respecto a los desafíos de la automatización y
más en sintonía con las nuevas necesidades que
surgen de los cambios en la sociedad.
La inclusión de nuevos actores
socioeconómicos, permite cambiar el campo de
fuerza en la economía en el Cantón Milagro,
promover la industria, integrar a las micro‐
pequeñas‐medianas y grandes empresas de
capital, lograr la transformación del estilo en la
gestión pública e impulsar los nuevos
emprendimientos de los artesanos; siendo un
gran reto para el Gobierno Nacional, y que la
economía no sea sólo un modo individual de
ganar dinero, sino también de resolver
solidariamente las necesidades y deseos
legítimos de todos los ciudadanos la formación
de ambientes propicios para que los
emprendedores lleven a cabo sus iniciativas y
logren tener beneficios.
La EPS puede especificar como una forma de
organización económica en la que sus
integrantes, ya sea individual y colectivamente,
organizan y desarrollan procesos de
producción, intercambio, comercialización,
financiamiento y consumo de bienes y servicios
mediante relaciones basadas en la solidaridad,
cooperación y reciprocidad, situando al ser
humano como sujeto y fin de su actividad.
Esta economía funciona a través de: La
producción para el autoconsumo individual o
comunitario, el trabajo asalariado, la
producción para la venta con el objetivo de
obtener ingresos que permitan el acceso a los
productos del trabajo de otros. Dirigido a los
artesanos, y demás emprendedores del Cantón
Milagro, provincia del Guayas para el
mejoramiento de la calidad de vida y fortalecer
los emprendimientos individuales para que
puedan satisfacer sus necesidades sociales de
forma agrupada y dotándoles de herramientas
necesarias y conocimientos acertados.
La política pública de apoyo al emprendimiento
por parte del gobierno ecuatoriano debe ser
enfocado en la creación de leyes, instituciones
y programas para facilitar la inclusión
económica y el desarrollo de actividades
productivas en el sector de la economía popular
y solidaria (emprendimientos unipersonales,
familiares, domésticos, comerciantes
minoristas y talleres artesanales, asociaciones
productivas, cooperativas financieras y no
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financieras), así como en los sectores
estratégicos (recursos hídricos, hidrocarburos,
minería, electricidad y telecomunicaciones). Al
margen de estos datos, es trascendente entender
que la mejor manera de mantener una economía
activa es la asociatividad de comerciantes y
emprendedores para la generación de nuevos
empleos, la innovación para el desarrollo de la
matriz productiva. (Montenegro, 2022).
Fuente de nuevos empleos: necesidades
sociales emergentes
En el contexto esbozado anteriormente, los
temas clave se refieren al equilibrio cuantitativo
entre empleos perdidos y empleos ganados, y la
capacidad para superar la polarización entre
ocupaciones de bajos y altos salarios ha
caracterizado al mercado laboral en los últimos
tiempos. La introducción masiva de tecnologías
informáticas podría hacer que la distribución
del ingreso sea mucho más desigual de lo que es
hoy, ya que el poder de negociación de los
trabajadores disminuye en general y el
desplazamiento laboral amenaza con empujar
los salarios por debajo de lo que podría
considerarse un umbral socialmente aceptable,
especialmente para los trabajadores no
calificados (Cueva, 2022).
Así, la principal cuestión relacionada con el
cambio profundo en la naturaleza del trabajo es
cómo reaccionar ante la automatización
enfatizando todas las habilidades humanas que
no pueden ser reemplazadas en el corto-medio
plazo por los sistemas de inteligencia artificial,
pero, al mismo tiempo, aumentando los puestos
de trabajo. con un mayor nivel de competencia
y con una mayor estabilidad y protección. Esto
se traduce en nuevas formas de organizar el
trabajo y los trabajadores más allá de la
estructura de las empresas tradicionales para
aumentar su poder de mercado. También apunta
a nuevas oportunidades de desarrollo en el
campo de los servicios personales y sociales en
un sentido amplio y evolutivo, incluyendo, un
sector en el que el desafío actual es combinar la
amplia relevancia de los trabajos relacionados a
cuestiones sociales con una mejor distribución
de la renta, y que resulta de especial interés a la
hora de considerar el papel de las Asociaciones
de la Economía Popular y Solidaria.
De hecho, realizando un análisis de las
tendencias recientes, si bien hay una serie de
nuevas ocupaciones que podrían surgir como
complemento a la adopción de nuevas
tecnologías, una gran parte de la nueva
demanda de mano de obra que podría
compensar la pérdida de puestos de trabajo se
espera que surja en los sectores de los servicios
sociales, personales y de interés general, que,
hasta ahora, han sido proporcionados en gran
medida de manera informal por los hogares, las
organizaciones voluntarias y por las
instituciones públicas. Hasta la fecha, este es un
sector que se ha caracterizado por una alta
intensidad de mano de obra y una productividad
baja y estancada, y, como consecuencia, una
presión sobre los costos tanto por parte de los
compradores públicos como de los
consumidores privados. La rentabilidad
limitada, los altos riesgos empresariales y el
bajo interés por invertir en el sector, junto con
las dificultades para evaluar la demanda
potencial y las dificultades para que surja la
demanda cuando la oferta no está ya disponible
y bien visible, se asocian a menudo con fallas
de coordinación debido principalmente a
información asimétrica (Gualán Oviedo, 2022).
Como consecuencia, en comparación con la
manufactura u otros sectores de servicios, los
trabajos en estos nuevos sectores sociales son
menos remunerados, menos estructurados y
más propensos a los tipos de empleo informal.
En consecuencia, en estas áreas, que son de alto
valor para los ciudadanos y las comunidades, la
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oferta de servicios corre el riesgo de estar mal
organizada y de baja calidad. Al mismo tiempo,
el aumento de la demanda de estos servicios
debido a las tendencias descritas anteriormente
podría tener dos implicaciones importantes:
primero, podría afectar el tipo de habilidades
profesionales que se requieren, aumentando los
estándares y las calificaciones. De hecho, en
todos los sectores, el uso de nuevas tecnologías
exige nuevas competencias que puedan integrar
las funciones realizadas por las máquinas de
forma complementaria, lo que plantea la
cuestión de los nuevos tipos de educación y
formación que se requerirán para gestionar las
interacciones con la tecnología. En segundo
lugar, podría cambiar la calidad de los nuevos
puestos de trabajo, especialmente si pueden
intervenir nuevas formas organizativas para
abordar las fallas del mercado existentes
(Gualán Oviedo, 2022).
Aportes de las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria al futuro del mercado
laboral; características clave y tendencias
relevantes
Las asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria se pueden definir como un concepto
que se refiere a las empresas y organizaciones,
en particular cooperativas, sociedades de
beneficio mutuo, asociaciones, fundaciones y
empresas sociales, que específicamente
producen bienes, servicios y conocimientos
mientras persiguen fines económicos y sociales
y fomentan la solidaridad. Esto incluye a los
actores tradicionales de la economía social
(asociaciones, cooperativas, mutuales y
fundaciones), junto con una variedad de otros
tipos de organizaciones que han surgido en los
últimos años, entre las que destacan las
empresas sociales (Arteaga Vásquez, 2022).
Las variadas formas organizativas que
componen las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria se pueden encontrar en todo
el mundo y han sido actores importantes en el
proceso de desarrollo económico y social en una
variedad de actividades económicas y contextos
geográficos y culturales. En Europa, por
ejemplo, las asociaciones comenzaron a surgir
una vez que se afianzó la democracia y han sido
fundamentales en la creación y expansión de los
sistemas de bienestar en muchos países.
Asimismo, las cooperativas y mutuales han
estado activas desde principios del siglo XIX,
ayudando a diversos grupos de personas a
acceder a bienes y servicios básicos que van
desde comestibles hasta atención médica. Lo
mismo ocurre también en otros continentes,
donde se pueden encontrar este mismo tipo de
organizaciones u otras que comparten
características similares (Arteaga Vásquez,
2022).
Históricamente, las empresas sociales han
evolucionado desde organizaciones sin fines de
lucro que comenzaron a producir bienes y
servicios como un componente central de su
actividad, así como desde organizaciones
tradicionales de economía social que ampliaron
sus objetivos más allá de los intereses de sus
miembros y hacia el bienestar. de la comunidad
en general. Las empresas sociales operan
principalmente en la prestación de servicios de
bienestar, mientras que también pueden brindan
servicios de educación, comunitarios y de
interés general. Las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria también pueden
dedicarse explícitamente a la integración
laboral de grupos desfavorecidos, en cuyo caso
podrían operar en prácticamente cualquier
sector, pero centrándose en la contratación de
trabajadores de grupos desfavorecidos (Cueva,
2022).
Las tendencias recientes muestran que las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria han mostrado un crecimiento
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significativo incluso durante las fases de
recesión económica. También han mostrado la
capacidad de expandirse en nuevos sectores de
actividad en función de las necesidades de sus
comunidades y de la sociedad en su conjunto.
De hecho, a lo largo de los años, las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria han asumido actividades tan diversas
como la educación, la producción de alimentos,
los servicios financieros y los servicios de
interés general, incluidos los servicios públicos,
por nombrar solo algunos. También han
demostrado tener una gran capacidad de
innovar en lo que hacen y cómo lo hacen, en
respuesta a las necesidades sociales del
contexto en el que operan (Gualán Oviedo,
2022).
A pesar de su diversidad y heterogeneidad, las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria que se dedican a la producción de
bienes y servicios comparten algunas
características clave que las diferencian de las
empresas convencionales. En primer lugar, a
menudo son organizaciones de abajo hacia
arriba que surgen dentro de las comunidades
locales como respuesta a necesidades u
oportunidades compartidas entre grupos de
ciudadanos. En segundo lugar, se caracterizan
por una importante participación de voluntarios,
que a menudo juegan un papel importante en la
fase de creación y puesta en marcha de la
empresa. En tercer lugar, sus actividades no
están orientadas principalmente a la generación
de beneficios para distribuir entre sus
propietarios (Delgado, 2022).
Más bien, persiguen los intereses de sus
miembros y de la comunidad en general. En
cuarto lugar, la estructura de propiedad suele
asignar derechos a una variedad de partes
interesadas, en lugar de solo a los inversores. En
consecuencia, la estructura de gobernanza
también tiende a ser más inclusiva y
democrática, dando voz a diferentes tipos de
partes interesadas dentro del proceso de toma de
decisiones.
Las dos últimas características en particular
tienen consecuencias importantes en la forma
en que estas organizaciones se comportan y las
hacen particularmente relevante en esta fase de
profundas transformaciones sociales y
económicas. Estas características juegan un
papel importante para determinar el impacto de
estas organizaciones en el futuro del trabajo, ya
que afectan la forma en que pueden preservar el
empleo en los sectores tradicionales, crear
nuevos empleos en los sectores emergentes y
dar estructura a nuevas profesiones que están en
riesgo de informalidad y explotación (Mina-
Quiñónez, 2022).
Las asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria como infraestructura de empleo en
sectores emergentes.
Además de contribuir a la creación y
preservación del empleo en general, es probable
que las asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria desempeñen un papel particularmente
importante en esta fase de transformaciones
sociales y económicas, ya que hay sectores
vinculados a necesidades sociales emergentes
donde la demanda de empleo está aumentando
o es probable que aumente. Sin embargo, las
características de estos sectores los hacen
propensos a formas atípicas de empleo, lo que
dificulta la provisión de trabajo formal.
Las asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria tienen al menos tres ventajas
distintivas que les permiten operar en sectores
como el cuidado personal y brindan una opción
viable de empleo de calidad donde otros tipos
de empresas no pueden hacerlo. En primer
lugar, son mejores para identificar las
necesidades emergentes. Debido a la presencia
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de usuarios y voluntarios en su gobierno y
fuerza laboral, están muy conectados con las
comunidades a las que sirven y muy en sintonía
con sus necesidades. Esto les da a estas
organizaciones una capacidad única para
identificar posibles nuevas áreas de
intervención en función de los cambios en el
contexto social y económico, ideando nuevas
soluciones a medida que surgen nuevas
necesidades. En muchos casos, son los primeros
en responder, interviniendo sobre el terreno y
defendiendo también la intervención del sector
público (Delgado, 2022).
La segunda ventaja de las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria está relacionada
con una de las características que hacen que
estos servicios sean más propensos a fallas de
mercado y, por lo tanto, más difíciles de
proporcionar a través de un mecanismo de
mercado: la presencia de marcadas asimetrías
de información entre productores y usuarios, lo
que podría dar lugar a oportunidades
oportunistas. comportamiento por parte del
proveedor del servicio. Sin embargo, dado que
las asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria a menudo son establecidas por
usuarios o los incluyen en su gobierno, están
mejor equipadas para manejar estas asimetrías.
Además, incluso en ausencia de usuarios dentro
de la empresa, dado que las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria no están
motivadas por las ganancias, es menos probable
que exploten las asimetrías de información para
extraer valor de la transacción aprovechándose
del usuario. Como resultado, es más probable
que brinden una mejor atención y servicios de
mayor calidad que otros tipos de empresas
(Arteaga Vásquez, 2022)
La tercera ventaja es la capacidad de las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria para operar y desarrollarse también
realizando actividades de baja rentabilidad, ya
que la remuneración del capital invertido no es
una prioridad. Es poco probable que estos
sectores atraigan empresas con fines de lucro
que estén más impulsadas por el capital y el
retorno de la inversión, lo cual, junto con la
presencia de fallas del mercado, es la razón por
la cual, tradicionalmente, el sector público ha
intervenido en estas áreas para brindar servicios
esenciales que podrían no ser suficientemente
provisto por el mercado. Sin embargo, ahora
que las agencias del sector público enfrentan
recortes presupuestarios y restricciones
crecientes al gasto deficitario, es necesario que
otros actores intervengan. Las asociaciones de
la Economía Popular y Solidaria también
pueden hacerlo porque pueden depender de una
combinación de recursos que incluyen
donaciones y voluntariado, y reclutar
trabajadores que estén intrínsecamente
motivados por sus valores y aspiraciones
sociales y, por lo tanto, dispuestos a aceptar
salarios más bajos mientras mantienen una alta
satisfacción laboral (Rivera, 2021).
La creciente fragmentación del mercado laboral
y la tendencia a desmantelar los procesos de
producción a través de una mayor
descentralización de las funciones de
producción individuales conducen no solo a una
mayor fragilidad de los puestos de trabajo, sino
también a la necesidad de mecanismos de
coordinación más eficaces. Hasta ahora, la
tendencia ha sido recurrir a modelos
organizacionales que en efecto se basan en el
empleo temporal y precario, incluso en las áreas
más innovadoras como la economía
colaborativa. Sin embargo, este resultado no es
una conclusión inevitable. Dados sus valores
fundamentales, enfoques operativos y modelos
organizativos, las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria parecen muy adecuadas
para proporcionar una infraestructura de empleo
también para los puestos de trabajo que surgen
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en sectores caracterizados por un alto grado de
fragmentación, combinando la necesidad de
coordinar formas complejas de
descentralización del proceso de producción y
la necesidad de brindar más seguridad a los
trabajadores. De hecho, las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria se prestan a la
adopción de formas organizativas más flexibles
y descentralizadas al recurrir a modelos de
colaboración en red basados en una cultura de
compartir más arraigada y desarrollada en
relación con las empresas accionistas (Arteaga
Vásquez, 2022).
Desafíos actuales y problemas potenciales.
La plena realización del potencial de las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria para crear empleos nuevos y decentes
dependerá de su capacidad para mantener o
incluso fortalecer sus características distintivas.
Si bien la noción generalizada de que estas
organizaciones están relegadas a roles
marginales y de tamaño pequeño es fácilmente
refutada por la presencia en todos los
continentes de empresas cooperativas y
mutuales muy grandes, no hay duda de que los
procesos de ampliación pueden ser mejorados.
un desafío para las organizaciones que se basan
fuertemente en los vínculos fiduciarios y la
proximidad entre sus grupos de interés
(Delgado, 2022).
Entre estos desafíos, el principal es la adopción
de estrategias y prácticas de gestión que se
asemejan cada vez más a las de otros actores
económicos. El riesgo de isomorfismo es
particularmente fuerte en el caso de la
expansión vertical, o crecimiento en términos
de escala de actividad económica y membresía,
lo que empuja a estas organizaciones a
simplificar el proceso de toma de decisiones
mediante la adopción de las mismas prácticas de
gestión, como en las corporaciones con fines de
lucro, asignando a los gerentes poderes de toma
de decisiones que deberían estar reservados a
los miembros/propietarios, una tendencia que se
hace más frecuente por la ausencia de una
cultura de gestión especializada para las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria. La expansión horizontal (es decir, la
proliferación de asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria involucradas en actividades
similares en nuevas áreas o regiones) también
puede conducir al isomorfismo, en especial
cuando ocurre rápidamente y es inducida por
actores externos. En estos casos, es posible que
las formas organizativas de las asociaciones de
la Economía Popular y Solidaria sean adoptadas
de forma oportunista por otros actores que no
comparten los mismos valores, sino que están
impulsados únicamente por la posibilidad de
aprovechar una nueva oportunidad de negocio.
También puede haber casos de isomorfismo
inducidos por normas de contratación pública
que no reconocen la especificidad de diferentes
actores o tipos de servicios (Arteaga Vásquez,
2022).
El isomorfismo se puede evitar o reducir de
varias maneras:
➢ A través del desarrollo de formas de
gobierno que aseguren que las decisiones
importantes siempre se tomen con la
participación de los miembros y ayuden a
mantener la inclusión y la democracia a
medida que la organización crece en
tamaño.
➢ A través del pleno reconocimiento por
parte del sector público de las
especificidades de estas organizaciones y el
desarrollo de un conjunto de regulaciones
que sean consistentes con esas
especificidades.
Un segundo desafío importante para las
asociaciones de la Economía Popular y
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Solidaria es el riesgo de ser utilizadas por
empresas con fines de lucro para eludir las
normas sobre los derechos de los trabajadores.
La colaboración entre corporaciones con fines
de lucro y asociaciones de la Economía Popular
y Solidaria puede generar resultados positivos
cuando se basa en intereses y especializaciones
comunes, pero también puede ser utilizada por
empresas que maximizan sus ganancias como
una estrategia para reducir los costos laborales
al recurrir a organizaciones que pueden pagar
salarios más bajos, particularmente en países
donde las asociaciones de la Economía Popular
y Solidaria no están debidamente reguladas. Un
riesgo similar se refiere a la relación con el
sector público, en particular en lo que se refiere
a la producción de servicios de bienestar, donde
típicamente se desarrollan dos escenarios
diferentes: uno en el que las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria abogan y
producen nuevos servicios que luego son
reconocidos por el estado y financiados con
fondos públicos; y otra en la que el Estado
decide tercerizar la producción de algunos
servicios que antes eran producidos por
organismos públicos a empresas privadas. En el
primer caso, las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria contribuyen activamente a
crear nuevos puestos de trabajo y mejorar la
cantidad y calidad de los servicios disponibles
para la población. En el segundo caso, su
contribución es mucho menor, especialmente en
términos de creación de nuevo empleo, y existe
el riesgo de que el proceso de externalización
perjudique tanto a los trabajadores y la
población en general (Arteaga Vásquez, 2022).
Un cuarto desafío para las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria es evitar que su
crecimiento se produzca únicamente en
actividades de bajo valor desde un punto de
vista económico que no interesan a las empresas
con fines de lucro y a sus accionistas.
Metodología
Fuente de datos y estrategia de búsqueda.
Se realizó una búsqueda exhaustiva en línea
utilizando las bases de datos en español
Latindex, Scopus y Google Scholar. Los
términos de búsqueda fueron Economía Popular
y Solidaria, organizaciones, trabajo formal,
empleo. El período de tiempo de publicación
fue desde el 2021 hasta el 2022. La búsqueda se
realizó en un solo día para evitar el sesgo
causado por las actualizaciones diarias de la
base de datos. En el presente estudio, solo se
incluyeron artículos originales y revisiones
publicados en español o en inglés. La búsqueda
recuperó 19 elementos en español e inglés,
respectivamente, que cumplían con los criterios
de inclusión.
Gráfico 1 Cantidad de documentos analizados de las
bases de datos Latindex, Scopus y Google Scholar
Criterios Elegibles.
En el presente estudio, solo se incluyeron
artículos originales y revisiones, publicados en
español o inglés. Se excluyeron los estudios que
incluyeron lo siguiente:
➢ Artículos o revisiones publicados en sitios
de preimpresión
➢ Versiones traducidas de artículos o reseñas;
➢ Comentarios, y cartas editoriales
➢ Eliminar la literatura duplicada.
Selección de estudios y manejo de datos.
El autor realizó de forma independiente la
selección de estudios y la extracción de datos.
Las diferencias de opinión se resolvieron por
consenso o derivación a un segundo revisor.
Como algunos autores tienen el mismo nombre
corto, se agregó la afiliación detrás de los
21,05%
10,53%
68,42%
Latindex Scielo Google Scholar
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nombres de los autores, si la afiliación del
mismo nombre era diferente, se consideraba
como dos autores diferentes. Para autores con
más de una afiliación, se utilizó la primera. Para
las palabras clave con diferentes expresiones, se
les proceso, dejando solo una palabra clave
estandarizada.
Análisis de los datos.
Se tabularon las características de las
publicaciones, incluidos los títulos, los autores,
las fuentes de las revistas, las palabras clave, las
afiliaciones de los autores y para las revistas en
español e inglés, los países o regiones a los que
pertenecen los autores. Se estableció dos o
cuatro veces como frecuencia mínima de
aparición de palabras clave en publicaciones en
inglés o español, respectivamente, lo que refleja
el número de estudios incluidos (18 o 1,
respectivamente) y los resultados del análisis
consiguiente.
.
Tabla 1 Relación de documentos analizados de las bases de datos Latindex, Scopus y Google Scholar
Autor
Año
Temática
Efecto analizado
País
Base de
datos
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Noviembre del 2022
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Resultados
Se incluyeron un total de 19 artículos de
investigación y revisiones originales, de los
cuales 4 se recuperaron de Latindex, 2 de Scielo
y 13 de Google Scholar. Con un periodo de
publicación desde el 2021 hasta el 2022
Conclusión
En un contexto en el que importantes cambios
económicos, tecnológicos y demográficos
amenazan con reducir las oportunidades de
trabajo formal en un momento en que la
demanda de empleo es cada vez mayor y las
desigualdades económicas son mayores que
nunca, las asociaciones de la Economía Popular
y Solidaria se perfilan como una opción viable
para ayudar a abordar estos desafíos. Si bien las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria es un universo diverso y heterogéneo
de modelos y enfoques organizacionales, los
principales actores que la componen comparten
características comunes que los hacen ideales
para asumir algunos de los desafíos clave
relacionados con el futuro del trabajo. Como
empresas orientadas a las partes interesadas,
tienden a satisfacer más las necesidades de sus
trabajadores y otros integrantes; como empresas
arraigadas en sus comunidades locales, es
menos probable que se muevan en busca de
mano de obra más barata y más probable que
identifiquen necesidades emergentes a nivel
local a las que dirigir sus actividades.
Debido a estas características, las asociaciones
de la Economía Popular y Solidaria pueden
ayudar a crear y preservar el empleo en los
sectores tradicionales y promover una fuente de
trabajo decente proporcionando empleos
estables y de calidad, facilitando el ingreso de
las mujeres a la fuerza laboral, integrando a los
trabajadores desfavorecidos y ayudando en la
transición del empleo informal al formal. Las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria también pueden ayudar a canalizar
empleos en sectores emergentes, que corren el
riesgo de formas de trabajo informales o no
estándar, dentro de organizaciones
empresariales que pueden brindar más
estructura y seguridad. Esto será especialmente
importante en los próximos años, ya que una
mayor parte del empleo provendrá del sector de
los servicios y estará mucho menos estructurado
que en el pasado debido al auge de la economía
informal.
Entonces, la pregunta es qué se puede hacer
para apoyar a las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria en el desempeño de estas
funciones y qué políticas podrían ayudar a la
inclusión de Asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria del cantón Milagro,
Provincia del Guayas en las Compras Públicas
Gubernamentales de la República del Ecuador.
Esto se puede hacer construyendo un
ecosistema de apoyo para las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria tanto a nivel
nacional como internacional.
A nivel nacional, las políticas de apoyo a las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria pueden adoptar diversas formas, que
podrían dividirse en tres grandes categorías:
políticas destinadas a definir y regular las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria; políticas dirigidas a promover
activamente las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria y apoyar su creación y
crecimiento; políticas encaminadas a fomentar
el desarrollo de los sectores económicos en los
que operan las organizaciones de las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria.
El primer grupo de políticas debe estar
destinado principalmente a crear un entorno de
políticas que ponga a las asociaciones de la
Economía Popular y Solidaria en pie de
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igualdad con otros tipos de empresas. Esto
significa contar con un marco legal que defina
claramente las características definitorias de las
diferentes formas organizativas y permitan su
creación sin la necesidad de tantos trámites
burocráticos como sucede en la actualidad.
También es importante que todas estas
organizaciones puedan producir y comercializar
bienes y servicios como empresas
convencionales, y que tengan acceso a servicios
financieros adecuados y específicos para
obtener el capital que necesitan para invertir y
hacer crecer sus actividades. En algunos casos,
puede ser importante proporcionar a las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria beneficios o ventajas específicos, que
se justifican tanto por los objetivos sociales de
estas organizaciones como por las restricciones
específicas que tienen en términos de
distribución de ganancias y activos.
El segundo grupo de políticas, entonces,
proporciona incentivos y subsidios acordes con
la función social que realizan las asociaciones
de la Economía Popular y Solidaria y sus
restricciones en la distribución de ganancias.
Estos pueden adoptar la forma de exenciones
fiscales para las empresas y sus clientes e
inversores, financiación inicial para la puesta en
marcha de nuevas asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria, normas de contratación
pública específicas, etc. Sin embargo, al diseñar
estas políticas, es importante tener en cuenta la
preservación de la independencia de las
asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria y sus características definitorias. Por
ejemplo, un área importante de enfoque es el
desarrollo de redes, asociaciones y consorcios
entre asociaciones de la Economía Popular y
Solidaria, ya que esta es una de las principales
formas en que estas empresas logran ampliar
sus actividades sin perder su conexión con las
comunidades locales de las que provienen. Un
paso más dentro de este conjunto de políticas
podría ser entonces la armonización de las
diferentes medidas y la creación de estructuras
y programas gubernamentales transversales
dedicados a las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria en sus diversas formas.
El tercer grupo de políticas debe proporcionar
apoyo a las asociaciones de la Economía
Popular y Solidaria no apuntándolas
directamente, sino atendiendo a los sectores
económicos en los que operan, para facilitar el
surgimiento de un mercado laboral estructurado
y estable. Las medidas de política en este
ámbito podrían apuntar a apoyar el surgimiento
de una demanda privada de estos servicios que
pueda sostener los costos de brindarlos con
estándares profesionales.
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