Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 9.2
Edición Especial III 2025
Página 185
IMPACTO DEL ACCESO A RECURSOS DIGITALES SOBRE EL RENDIMIENTO
ACADÉMICO EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE DERECHO
IMPACT OF ACCESS TO DIGITAL RESOURCES ON ACADEMIC PERFORMANCE IN
UNIVERSITY LAW STUDENTS
Autores: ¹Alba Verónica Salinas Villacis, ²Kerly Michelle Valdez Freire y
3
Carlos Andrés
Velásquez Flores.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-5812-7631
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-5893-0828
3
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-6779-4293
¹E-mail de contacto: asalinasv3@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: kvaldezf@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: cvelasquezf5@unemi.edu.ec
Afiliación:
1*2*3*
Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 16 de Agosto del 2025
Artículo revisado: 19 de Agosto del 2025
Artículo aprobado: 5 de Septiembre del 2025
¹Licenciada en Ciencias de la Educación mención Informática, de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en Pedagogía
menciona en Formación Técnica y Profesional, de la Universidad Bolivariana, (Ecuador). Abogada de la Universidad Técnica Particular
de Loja, (Ecuador).
²Licenciada en Turismo, de la Universidad Estatal Amazónica, (Ecuador). Maestrante de la Maestría en Educación con mención en
Docencia e Investigación en Educación Superior, (Ecuador).
³Físico por la Escuela Politécnica Nacional, (Ecuador) con 10 años de experiencia en gestión de laboratorios de ensayo y calibración y
más de 3 años en docencia de educación superior. Máster en Ingeniería Matemática y Computación por la Universidad Internacional de
La Rioja, (España). PhD. en Métodos Matemáticos y Computación en Ciencias e Ingeniería por la Universidad de Alicante, (España).
Resumen
Este estudio buscó entender cómo el acceso y el
uso de recursos digitales afectan el rendimiento
académico de los estudiantes de Derecho en
educación superior. Para ello, se realizó una
investigación sistemática de literatura y una de
campo con un cuestionario a 117 estudiantes. La
investigación fue de tipo cuantitativo,
descriptivo y correlacional, usando medidas de
tendencia central y análisis estadísticos. Los
resultados mostraron que 41,9% de estudiantes
tiene computadora de escritorio y 43,6% tiene
laptop. Pero 30,8% solo usa smartphone. Sobre
el internet, 53,0% dice que tiene intermitencias.
Se comparó estudiantes de zonas rurales y
urbanas obteniendo que existe más
intermitencias en la ruralidad (mediana = 3) que
en la ciudad (mediana = 1). La prueba Mann-
Whitney mostró que no hay diferencia en las
notas de la zona rural y la ciudad. La prueba
Spearman mostró que lo más importante son las
clases en vivo = 0.70). También ayudan las
bases de datos = 0.55) y las laptops = 0.55).
El smartphone casi no ayuda = 0.20)
correlacionadas con el rendimiento académico.
El estudio mostró que todavía existen problemas
con el internet y que no todos los estudiantes
tienen los mismos equipos para estudiar, así
como la influencia de estos en el rendimiento
académico de los estudiantes.
Palabras clave: Recursos digitales,
Ruralidad, Intermitencias, Clases en vivo,
Rendimiento académico.
Abstract
This study sought to understand how access to
and use of digital resources affect the academic
performance of law students in higher
education. To this end, a systematic literature
review and field survey were conducted, using
a questionnaire survey of 117 students. The
research was quantitative, descriptive, and
correlational, using measures of central
tendency and statistical analysis. The results
showed that 41.9% of students have a desktop
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computer and 43.6% have a laptop. However,
30.8% only use smartphones. Regarding the
internet, 53.0% reported intermittent internet
use. A comparison of students from rural and
urban areas revealed that there were more
intermittent internet use in rural areas (median
= 3) than in urban areas (median = 1). The
Mann-Whitney test showed no differences in
grades between rural and urban areas. The
Spearman test showed that live classes were the
most important = 0.70). Databases (ρ = 0.55)
and laptops = 0.55) also contribute
significantly. Smartphones = 0.20) are
almost completely unrelated to academic
performance. The study showed that internet
access still exists and that not all students have
the same devices for studying, as well as the
influence of these devices on students'
academic performance.
Keywords: Digital resources, Rurality,
Intermittent classes, Live classes, Academic
performance.
Sumário
Este estudo buscou compreender como o acesso
e o uso de recursos digitais afetam o
desempenho acadêmico de estudantes de Direito
no ensino superior. Para tanto, foi realizada uma
revisão sistemática da literatura e um
levantamento de campo, utilizando um
questionário com 117 estudantes. A pesquisa foi
quantitativa, descritiva e correlacional,
utilizando medidas de tendência central e
análise estatística. Os resultados mostraram que
41,9% dos estudantes possuem computador de
mesa e 43,6% possuem laptop. No entanto,
30,8% utilizam apenas smartphones. Em relação
à internet, 53,0% relataram uso intermitente da
internet. Uma comparação entre estudantes de
áreas rurais e urbanas revelou que houve mais
uso intermitente da internet em áreas rurais
(mediana = 3) do que em áreas urbanas
(mediana = 1). O teste de Mann-Whitney não
mostrou diferenças nas notas entre áreas rurais e
urbanas. O teste de Spearman mostrou que as
aulas presenciais foram as mais importantes
= 0,70). Bancos de dados (ρ = 0,55) e laptops (ρ
= 0,55) também contribuem. Os smartphones
são praticamente independentes = 0,20) e
estão correlacionados com o desempenho
acadêmico. O estudo mostrou que o acesso à
internet ainda existe e que nem todos os alunos
possuem os mesmos dispositivos para estudar,
bem como a influência desses dispositivos no
desempenho acadêmico dos alunos.
Palavras-chave: Recursos digitais,
Ruralidade, Aulas intermitentes, Aulas
presenciais, Desempenho acadêmico.
Introducción
El acceso a recursos digitales es hoy muy
importante para que la educación superior tenga
calidad. Estos recursos permiten usar
bibliografías nuevas, repositorios académicos y
plataformas que ayudan a la investigación de los
estudiantes. Según Navarrete et. al (2024), estas
tecnologías mejoran el rendimiento académico y
ayudan a formar competencias críticas en la vida
universitaria. En el Derecho, de acuerdo con
Romero et. al (2021) el efecto es más fuerte,
porque el análisis de normas y jurisprudencia
necesita sistemas de información seguros. Los
estudiantes de América Latina tienen distinto
acceso a la tecnología. Vidal ( 2021) mostró que
en lugares vulnerables la mala conectividad
limita el uso de TIC para mejorar el aprendizaje.
En Ecuador, Haro y Nuñez (2022) encontraron
que muchas comunidades rurales no tienen
buena infraestructura tecnológica, y eso afecta
la docencia y la investigación. De igual manera,
Espinoza y Marcatoma (2025) comprobaron que
la desigualdad digital sigue existiendo, aunque
haya programas nacionales para ampliar la
tecnología.
La brecha digital no solo es internet. También es
tener o no tener dispositivos, la calidad de las
plataformas y las habilidades digitales de los
estudiantes. Véliz et .al (2022) dicen que la
alfabetización informacional es clave en la
universidad, mientras que Gómez y Núñez
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(2021) advierten que, si los estudiantes no saben
evaluar la información en digital, el aprendizaje
pierde calidad. En la misma nea, Carvalho y
Pomim (2024) enfatizan que la alfabetización
informacional es esencial para enfrentar los
retos de la educación actual. Sobre el impacto
académico, Bravo et al. (2023) señalan que la
falta de alfabetización digital en Ecuador limita
la investigación de los estudiantes. Estudios
internacionales confirman este efecto: Dirgha
Raj et al. (2022) demostraron que tener
tecnología mejora el aprendizaje, mientras que
Ogunbodede y Oribhabor (2022) encontraron
que usar plataformas digitales se relaciona con
un mejor rendimiento académico. También se
han visto beneficios claros de herramientas
digitales. Por ejemplo, Maza et al. (2025)
mostraron que las tecnologías interactivas suben
el rendimiento, mientras que Rafiq et al. (2024)
hallaron que las plataformas en línea aumentan
la motivación. A su vez, Chaves Yuste y de la
Peña (2025) confirmaron que los recursos
digitales ayudan a enseñar inglés con fines
específicos, y Sotomayor et al. (2025)
demostraron que los recursos interactivos
mejoran las macrocompetencias lingüísticas en
Ecuador.
En Derecho, estas limitaciones son aún más
importantes. Barrios y Carazas (2025)
alfabetización digital con inteligencia artificial
ya es una competencia esencial en los
estudiantes. Si no hay software jurídico,
repositorios normativos o bases de
jurisprudencia, la formación pierde calidad y los
estudiantes tienen menos oportunidades en un
mercado competitivo y digital. En esta situación
es necesario tener datos empíricos que muestren
cómo el acceso tecnológico afecta el
rendimiento académico en lugares periféricos.
Este estudio trabaja con la Facultad de Derecho
de la Universidad Tecnológica Indoamericana,
sede Sucumbíos, donde hay estudiantes urbanos
y rurales. Eso permite comparar diferentes
realidades dentro de la misma institución. Se
estudian variables como los dispositivos, la
conexión a internet y el uso de bases jurídicas.
El objetivo es ver mo esas condiciones
cambian el rendimiento académico y comparar
resultados según el origen de los estudiantes.
Así se podrán identificar brechas, observar
patrones de uso y analizar las políticas aplicadas
en 20222024. Con esto, los resultados no solo
darán datos actuales, sino que también
propondrán estrategias para mejorar la
educación jurídica y reducir desigualdades en
contextos rurales.
Materiales y Métodos
El estudio usó un instrumento para mirar si los
estudiantes de la Universidad Tecnológica
Indoamérica, sede Sucumbíos, tienen acceso a
recursos tecnológicos y cómo eso cambia su
rendimiento académico. La universidad está en
la Amazonía del Ecuador, a 376,8 km de Quito.
Esto es importante porque estar lejos y en lo
rural complica la buena conexión y el uso de
herramientas digitales. En línea fue aplicado el
instrumento, un cuestionario compuesto por
preguntas cerradas y escalas tipo Likert, con lo
cual se generaron datos numéricos
estandarizados para el análisis estadístico. El
procesamiento se realizó en Minitab donde se
hicieron estadísticas descriptivas, como
frecuencias, porcentajes y como medida de
tendencia central se utilizó la mediana. También
análisis inferenciales para ver si el acceso digital
cambia el rendimiento académico a través de las
pruebas de Mann-Whitney y correlación de
Spearman. También se incorporó un enfoque
cualitativo para entender mejor lo que sienten y
piensan los estudiantes y los profesores sobre las
barreras tecnológicas y cómo afectan el
aprendizaje. Asimismo, se revisaron fuentes
indexadas en bases de datos académicas y
repositorios de educación superior en América
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Latina. Solo se usaron trabajos de 2015 a 2025,
en español e inglés. Las palabras de búsqueda
fueron “recursos digitales en educación
superior”, “rendimiento académico y TIC”,
“brecha digital universitaria” y “aprendizaje en
contextos rurales”. En conjunto, la metodología
combina técnicas estadísticas y aproximaciones
interpretativas, sustentadas en una revisión
documental rigurosa. La parte cuantitativa
midió la relación entre acceso y rendimiento. La
parte cualitativa mostró las experiencias y
problemas diarios de estudiantes y docentes que
viven y estudian en un lugar lejano.
Se implementó una encuesta estructurada
dirigida a estudiantes y docentes de la Facultad
de Derecho de la Universidad Tecnológica
Indoamérica, sede Sucumbíos, con ella se
pretendió precisar el acceso a portátiles y
conexiones, puntualizar el paso por plataformas,
ponderar la percepción de las prácticas digitales
y probar su peso en el rendimiento académico.
La población estuvo conformada por 164
estudiantes matriculados, docentes y
autoridades académicas. Pero no se contó a los
que estaban en primer semestre, por su ausencia
de trayectoria académica. Con un muestreo
estratificado, para la ciudad o del campo (zona
rural), se aplicó el instrumento a 117 personas
como se muestra en la Tabla 1.
Tabla 1. Características de la muestra
Rol
Conteo
Porcentaje (%)
Docente
1
0.85
Estudiante
103
88.03
Otro
13
11.11
Edad
Conteo
Porcentaje (%)
17 a 23 años
55
47.01
24 a 30 años
37
31.62
31 a 40 años
15
12.82
41 a 50 años
8
6.84
51 a 60 años
2
1.71
Lugar donde habita
Conteo
Porcentaje (%)
Zona Rural
36
30.77
Zona Urbana
81
69.23
Fuente: elaboración propia
Ese número aseguró un nivel de confianza del
95 % y un margen de error del 5 %. También
participaron 1 docente y 13 autoridades
académicas, para comparar lo que opinaban las
instituciones con lo que decían los estudiantes.
El cuestionario midió dos variables. La primera
fue el acceso a recursos digitales, que incluyó si
los estudiantes tenían computadora, cómo era la
calidad del internet y cuánto usaban las
plataformas jurídicas. La segunda que se midió
fue el rendimiento académico. El propósito fue
analizar si los estudiantes utilizaban
adecuadamente los recursos digitales, cumplían
con la entrega de tareas y mantenían calidad en
sus trabajos. Dado que los datos se recogieron
en categorías, no se emplearon pruebas
paramétricas. En su lugar, se aplicó la
correlación de Spearman (ρ), que permitió
identificar la relación entre el acceso digital y el
rendimiento académico. Se procedió con un
nivel de significancia de 0,05, parámetro
paralelo al de la muestra, y con el p-valor para
probar y confirmar los resultados. Asimismo, se
utilizó la prueba de Mann-Whitney para
contrastar a los compañeros de la ciudad con los
del campo y comprobar si existían cambios
claros entre ellos. Finalmente, se revisaron los
trabajos y tesis de los estudiantes junto con el
catálogo de contenidos jurídicos de la
universidad, lo que contribuyó a complementar
y consolidar la interpretación de los resultados.
Resultados y Discusión
Estadística descriptiva
La Tabla 2 muestra que la mayoría de los
encuestados de la Facultad de Derecho en la
Universidad Tecnológica Indoamericana tiene
un acceso más o menos bueno a los aparatos
tecnológicos que se usan para estudiar. En
computadoras y laptops, las medianas fueron de
3 y 4, lo que quiere decir que la mayoría sí tiene
estos equipos y los usa seguido, aunque no todos
de la misma forma. Las tablets también tuvieron
mediana 4, lo que muestra que son bastante
usadas, incluso más que en otras carreras. Los
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smartphone tuvieron mediana 3: se usan mucho,
pero más como ayuda y no como el recurso
principal. Sobre el internet, la calidad tuvo
mediana 4, lo que indica que la mayoría piensa
que su conexión es suficiente para las clases
virtuales. Las interrupciones salieron con
mediana 1, así que casi no tienen cortes y, en
general, el internet no es un gran problema.
Tabla 2. Estadística descriptiva de las encuestas
Variable
N
Mediana
Computadora para academia
117
3
Laptop para academia
117
3
Tablet para academia
117
4
Smarthphone para academia
117
3
Interrupciones por conexión
117
1
Calidad de conexión
117
4
Uso de plataformas
educativas
117
4
Facilidad de uso de
plataformas
117
4
Utilidad de descargas
117
2
Utilidad para subir o
descargar
117
2
Utilidad de foros
117
2
Utilidad de clases en vivo
117
1
Satisfacción de plataformas
117
3
Apoyo y recursos
tecnológicos
117
2
Acceso a la tecnología
117
3
Uso de base de datos
117
3
Rendimiento académico
117
4
Mejor rendimiento
117
3
Menos acceso a tecnología
117
3
Fuente: elaboración propia
En cuanto a las plataformas educativas, el
resultado fue bueno: mediana 4 tanto en uso
como en facilidad. Esto significa que los
estudiantes las usan y les parecen fáciles. Pero
no todos los recursos dentro de estas
plataformas gustan tanto. Por ejemplo,
descargas, subir archivos, foros y clases en vivo
quedaron entre medianas 1 y 2. Esto quiere decir
que, aunque existen, la mayoría no las usa
mucho ni las ve tan importantes. El apoyo de la
universidad salió bajo, con mediana 2. Esto
muestra que los estudiantes sienten que no
reciben tanto respaldo ni recursos tecnológicos.
El acceso a tecnología en general y el uso de
bases de datos quedaron en mediana 3, lo que
refleja que tienen, pero no todos igual. Esto
también se ve en la variable “menos acceso a
tecnología”, que fue mediana 3 y señala que
todavía hay bastantes estudiantes con
dificultades para conseguir recursos.
En cuanto al rendimiento académico, la mediana
fue de 4, lo que significa que la mayoría piensa
que su desempeño es bueno con lo digital. Pero
la variable “mejor rendimiento” tuvo mediana 3,
lo que muestra que no todos sienten que la
tecnología haya mejorado mucho su desempeño,
quedando más en un nivel medio. En general,
los resultados muestran que existe una
relación positiva entre el acceso digital y el
rendimiento académico, aunque no se da de la
misma manera en todos los estudiantes. En el
estudio participaron sobre todo estudiantes, que
sumaron el 88,03%. Los docentes fueron apenas
el 0,85%, y un 11,11% correspondió a otros
roles. La muestra, por tanto, se centró en los
alumnos. Casi la mitad de los encuestados, un
47,01% tenía entre 17 y 23 años. El 31,6%
estaba en el rango de 24 a 30. Un 12,8% tenía
entre 31 y 40, y solo el 6,8% superaba los 41.
Predominaron los jóvenes.El 69,2% de los
participantes vivía en la ciudad y el 30,7% en
zonas rurales. La ciudad abre puertas digitales,
mientras el campo carga con candados de
conectividad. Ese contraste condiciona la
calidad del acceso y, con ello, el camino del
rendimiento académico.
Según la Tabla 3, los estudiantes no usan los
dispositivos de la misma manera: el acceso y el
aprovechamiento son desiguales. En el caso de
las computadoras, el 41,9% dijo que las usa con
mucha frecuencia (valor 5), porque para muchos
siguen siendo el puente más seguro hacia el
aprendizaje. Otro 34,2 % las usa a un nivel
medio (valor 3). La mediana fue 3, lo que
significa que las computadoras se usan bastante,
pero no todos pueden usarlas siempre. En las
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laptops pasó algo parecido: el 43,6 % las usa
muchísimo (valor 5) y el 35,0 % está en el nivel
3. La mediana también fue 3. Esto muestra que
las laptops son muy importantes en los estudios,
aunque no todos los estudiantes las usan tanto
como quisieran. En lo que respecta a las tablets,
se tuvo un resultado diferente. El 62,4 % marcó
el valor 4, lo que enseña que casi todos las usan
con frecuencia. La mediana de 4 confirma que
las tablets se valoran incluso más que las
computadoras y las laptops. Esto puede ser
porque son más fáciles de llevar y usar en la
universidad. Con los smartphones, la situación
fue más variada. Un 30,8 % los usa casi nada
(valor 1), un 26,5 % los usa muchísimo (valor 5)
y un 21,4 % los usa en nivel medio (valor 3). La
mediana fue 3, lo que muestra un uso
intermedio. Esto quiere decir que, aunque el
smartphone está en la vida diaria de todos, los
estudiantes no lo ven como su herramienta
principal para estudiar, sino como un apoyo
extra.
Tabla 3. Uso de herramientas tecnológicas en
educación
Computadora
para academia
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
20
17.09
3
Uso moderado a
frecuente, recurso
clave aunque no
constante
2
1
0.85
3
40
34.19
4
7
5.98
5
49
41.88
Laptop para
academia
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
21
17.95
4
Uso frecuente y
consolidado;
dispositivo
fundamental en la
vida académica
2
2
1.71
3
41
35.04
4
2
1.71
5
51
43.59
Tablet para
academia
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
13
11.11
3
Uso intermedio;
recurso
complementario,
menos decisivo
que laptops o PCs
2
15
12.82
3
8
6.84
4
73
62.39
5
8
6,84
Smartphone
para academia
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
36
30.77
3
Uso intermedio;
apoyo secundario
en lo académico
2
9
7.69
3
25
21.37
4
16
13.68
5
31
26.50
Fuente: elaboración propia
En la Tabla 4 se aprecia que el 52,9% de los
estudiantes sufre interrupciones de conexión “a
veces” (1), mientras que el 18,8% casi nunca las
enfrenta (2). La mediana fue 1, una señal de que
la red funciona como un hilo frágil: se corta con
frecuencia y termina alterando el ritmo
académico de muchos estudiantes. En lo que
respecta a la calidad de la conexión, el 38,4% de
los estudiantes la calificó con un 3 y el 37,6%
con un 4. La mediana alcanzó el valor de 4, lo
que refleja un servicio que, en general, resulta
aceptable, aunque todavía muestra grietas que
afectan su estabilidad. En el uso de plataformas
educativas, fue el 43,5% de los estudiantes
quien les concedió la nota más alta (5), al ver en
ellas no solo una herramienta, sino un recurso
esencial que impulsa y empuja su formación. En
lo que respecta a la facilidad de uso, con 4 las
valoró el 35% y con 5 lo hizo el 29%. La
mediana, en 4 también situada, muestra que
como accesibles y manejables percibe la
mayoría a estas plataformas. Y su diseño,
cercano y claro, ampara y asegura la continuidad
del aprendizaje en escenarios virtuales.
Tabla 4. Características del uso de plataformas
Interrupciones
por conexión
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
62
52.99
1
Interrupciones
frecuentes, afectan la
continuidad
académica
2
22
18.80
3
19
16.24
4
3
2.56
5
11
9.40
Calidad de
conexión
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
3
2.56
4
Conexión buena,
relativamente estable
aunque con
deficiencias
2
10
8.55
3
45
38.46
4
44
37.61
5
15
12.82
Uso de
plataformas
educativas
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
35
29.91
4
Uso frecuente/alto,
percibidas como
herramientas
relevantes
2
11
9.40
3
4
3.42
4
16
13.68
5
51
43.59
Facilidad de uso
de plataformas
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
2
1.71
4
Fáciles de usar,
usabilidad como
fortaleza
2
5
4.27
3
35
29.91
4
41
35.04
5
34
29.06
Fuente: elaboración propia
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La utilidad de las descargas, según la Tabla 5,
recibió valoración positiva en la mayoría: un
42,7% la colocó en 1 y un 34,2% en 2. En 2
quedó fijada la mediana, lo que señala una
utilidad moderada: recurso abierto para muchos,
aunque no visto por todos como llave esencial
en su aprendizaje. Algo parecido ocurre con la
función de subir o descargar archivos. El 46,2%
la valoró con 1 y el 34,2% con 2, con una
mediana que también se situó en 2. La señal es
clara: es una herramienta usada y apreciada,
aunque no siempre reconocida como
imprescindible por toda la población estudiantil.
Los foros, en cambio, muestran un matiz
particular. Un 44,4% los calificó como muy
útiles (1) y un 29,1% como útiles (2). La
mediana, otra vez en 2, indica que, aunque se
reconoce su aporte, no todos los estudiantes los
frecuentan con la misma intensidad.
Tabla 5. Utilidad y satisfacción
Utilidad de
descargas
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
50
42.74
2
Utilidad
moderada,
apreciada pero no
indispensable
2
40
34.19
3
1
0.85
4
24
20.51
5
2
1.71
Utilidad para
subir o
descargar
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
54
46.15
2
Utilidad
moderada,
relevante pero no
imprescindible
2
40
34.19
3
1
0.85
4
18
15.38
5
4
3.42
Utilidad de
foros
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
52
44.44
2
Utilidad
moderada,
reconocida, pero
con bajo uso
intensivo
2
34
29.06
3
23
19.66
4
8
6.84
Utilidad de
clases en vivo
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
81
69.23
1
Muy útil,
valorada por
interacción y
resolución
inmediata
2
1
0.85
3
24
20.51
4
11
9.40
Satisfacción
de
plataformas
Conteo
Porcentaje
(%)
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
47
40.17
3
Satisfacción
intermedia,
percepción
dividida con áreas
de mejora
2
4
3.42
3
27
23.08
4
36
30.77
5
3
2.56
Fuente: elaboración propia
Las clases en vivo son la excepción más nítida:
un 69,2% las ubicó en la categoría 1, y la
mediana alcanzó también el valor de 1. Aquí no
hay dudas: esta herramienta es la más apreciada,
porque ofrece cercanía, diálogo inmediato y la
posibilidad de aclarar dudas en tiempo real. La
satisfacción con las plataformas, al final,
muestra un panorama dividido: en la categoría 1
se ubicó el 40,2% y en la categoría 4 el 30,8%.
En 3 quedó situada la mediana, señalando una
satisfacción intermedia: conformes muchos
estudiantes, más aún persiste un grupo que
percibe grietas en su experiencia, recordando
que hay elementos del diseño y del
funcionamiento que requieren mejora para
sostener la confianza plena en estas
herramientas digitales.
Tabla 6. Apoyo y acceso a la tecnología
Apoyo y
recursos
tecnológicos
Conteo
Porcentaje
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
51
43.59
2
Apoyo
moderado,
percibido
parcialmente
por los
estudiantes
2
8
6.84
3
34
29.06
4
22
18.80
5
2
1.71
Acceso a la
tecnología
Conteo
Porcentaje
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
47
40.17
3
Acceso
intermedio,
con
disponibilidad
básica pero
desigual
2
2
1.71
3
18
15.38
4
49
41.88
5
1
0.85
N=
117
Uso de base
de datos
Conteo
Porcentaje
Mediana
Descriptor
cualitativo
1
30
25.64
3
Utilidad
intermedia,
reconocida
pero no
esencial para
todos
2
6
5.13
3
49
41.88
4
30
25.64
Fuente: elaboración propia
La Tabla 6 refleja la percepción de los
estudiantes sobre el apoyo y los recursos
tecnológicos. El 43,5% afirmó estar de acuerdo
(1) en que recibe apoyo suficiente, mientras que
el 29% se mantuvo en una posición neutral (3).
La mediana fue 2, lo que dibuja un respaldo
moderado: muchos sienten acompañamiento,
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pero otro grupo todavía percibe vacíos. Solo un
1,7% expresó total desacuerdo (5), lo que
confirma que los casos de ausencia completa
son escasos. En cuanto al acceso a la tecnología,
los resultados se dividen casi en dos mitades: el
40,1% dijo tener acceso adecuado (1) y el 41,8%
lo ubicó en un nivel más alto (4). La mediana
fue 3, un punto intermedio que retrata a la
mayoría con recursos básicos, aunque con
diferencias claras en la calidad y disponibilidad.
Respecto al uso de bases de datos, el 41,88% lo
calificó como moderado (3), mientras que un
25,6% lo percibió con menor utilidad (1) y otro
25,6% como bastante útil (4). La mediana fue 3,
mostrando que se trata de un recurso
reconocido, pero no imprescindible. Su impacto,
más que automático, depende de la puerta del
acceso y de la llave de la capacitación.
Tabla 7. Uso de herramientas tecnológicas en
educación según el grupo etario de edad
Variable
Edad
N
Mediana
Descriptor
cualitativo
Computadora
para
academia
17 a 23 años
55
3
Uso intermedio
24 a 30 años
37
3
Uso intermedio
31 a 40 años
15
5
Uso muy alto
41 a 50 años
8
5
Uso muy alto
51 a 60 años
2
5
Uso muy alto
Laptop para
academia
17 a 23 años
55
3
Uso intermedio
24 a 30 años
37
3
Uso intermedio
31 a 40 años
15
5
Uso muy alto
41 a 50 años
8
4
Uso alto
51 a 60 años
2
3
Uso intermedio
Tablet para
academia
17 a 23 años
55
4
Uso alto
24 a 30 años
37
4
Uso alto
31 a 40 años
15
4
Uso alto
41 a 50 años
8
4
Uso alto
51 a 60 años
2
3
Uso intermedio
Smarthphone
para
academia
17 a 23 años
55
4
Uso alto
24 a 30 años
37
3
Uso intermedio
31 a 40 años
15
1
Uso muy bajo
41 a 50 años
8
3
Uso intermedio
51 a 60 años
2
1.5
Uso muy bajo
Fuente: elaboración propia
La Tabla 7 deja ver claras diferencias según la
edad. En las computadoras, los jóvenes de 17 a
30 años muestran un uso moderado, mientras
que los adultos de 31 a 60 alcanzan un uso muy
alto. Para ellos, la máquina no es un recurso
más, sino la columna que sostiene su
aprendizaje. Las laptops dibujan una curva
distinta: los más jóvenes se quedan en un nivel
intermedio, pero en los 31 a 40 años el uso sube
con fuerza, para luego descender en quienes
pasan los 40. Con las tablets, el panorama es más
estable: casi todos los grupos las usan con
intensidad, salvo los mayores de 51 a 60, que
bajan un escalón. Aquí la regularidad resalta: la
tablet se mantiene como herramienta constante,
aunque menos cercana para quienes enfrentan
más distancia tecnológica. En los smartphones,
la diferencia es tajante. Los jóvenes de 17 a 23
años los valoran alto, los de 24 a 30 bajan un
poco, y los de más de 31 caen a los niveles más
bajos. Para unos es aliado inmediato; para otros,
accesorio casi ajeno. En conjunto, se dibuja un
mapa generacional de medios digitales: los
jóvenes se inclinan por la rapidez de
smartphones y tablets, mientras que los adultos
y mayores se refugian en la solidez de
computadoras y laptops. Esta brecha no solo
habla de acceso, sino también de hábitos,
historias y horizontes de aprendizaje distintos.
Tabla 8. Características del uso de plataformas
según el lugar donde habita
Variable
Lugar
donde
habita
N
Mediana
Descriptor
cualitativo
Interrupciones
por conexión
Zona
Rural
36
3
Interrupciones
moderadas
Zona
Urbana
81
1
Interrupciones
casi nunca
Calidad de
conexión
Zona
Rural
36
3
Calidad
intermedia
Zona
Urbana
81
4
Buena calidad
Uso de
plataformas
educativas
Zona
Rural
36
4
Uso alto
Zona
Urbana
81
4
Uso alto
Facilidad de uso
de plataformas
Zona
Rural
36
4
Fácil de usar
Zona
Urbana
81
4
Fácil de usar
Fuente: elaboración propia
La Tabla 8 muestra una brecha evidente. Los
estudiantes de zonas rurales marcan una
mediana de 3, lo que revela interrupciones
moderadas y una conexión que se corta como un
hilo frágil. En cambio, en las zonas urbanas la
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mediana baja a 1, señal de una red más estable,
con menos tropiezos, que facilita seguir el ritmo
de las clases en línea. Respecto a la calidad de la
conexión, los estudiantes de zonas rurales
tuvieron mediana de 3, eso significa que su
conexión es más o menos, no tan buena. En la
ciudad la mediana fue 4, lo que muestra que allí
la conexión es mejor y más estable. Por eso, los
que viven en la ciudad pueden tener clases
digitales más fáciles que los del campo. Sobre
las plataformas educativas, los dos grupos, tanto
los que viven en zonas rurales como en urbanas,
tuvieron mediana de 4. Eso quiere decir que casi
todos usan mucho esas herramientas para
estudiar, sin importar dónde viven. Sin embargo,
es posible que en zonas rurales las limitaciones
en conectividad condicionen la efectividad de
dicho uso, aunque la frecuencia reportada sea
similar. Por último, en la facilidad de uso de
plataformas, la mediana es también 4 (uso fácil)
en ambos contextos. Esto refleja que los
estudiantes, tanto rurales como urbanos,
consideran que las plataformas son
comprensibles y prácticas en su manejo. La
ligera ventaja urbana puede explicarse por un
mejor acceso a recursos tecnológicos y mayor
experiencia acumulada en entornos digitales. En
síntesis, la ventaja urbana responde a un mejor
acceso a recursos tecnológicos y mayor
experiencia digital. En concreto, la principal
diferencia entre campo y ciudad está en la
calidad y estabilidad de la conexión a Internet,
mientras que el uso de plataformas es similar. La
infraestructura tecnológica sigue siendo el
factor que marca la brecha digital.
La Tabla 9 deja ver un patrón claro. En los
grupos de 17 a 50 años, las descargas tienen una
mediana de 2 (útil), lo que significa que la
mayoría las ve como un apoyo práctico en sus
estudios. En los de 51 a 60 años, la mediana sube
a 3 (neutral), mostrando que los mayores les dan
menos importancia. En la función de subir o
descargar, los estudiantes de 17 a 23 y 31 a 40
años la consideran muy útil (1). En cambio, los
de 24 a 30 y 41 a 50 años la ven solo como útil
(2), y los de 51 a 60 ya la ponen en un nivel
neutral (3). Es decir, mientras más sube la edad,
menos entusiasmo hay por esta herramienta.
Con los foros pasa algo parecido: quienes tienen
entre 24 y 40 años los valoran más (1, muy
útiles), mientras que los más jóvenes y los
mayores los dejan en 2 (útil). Parecen ser un
recurso que aprovechan mejor los estudiantes en
edad intermedia. Las clases en vivo son la
excepción. Todos los grupos, sin importar la
edad, las califican como muy útiles (1). La
interacción directa y la rapidez para resolver
dudas hacen que este recurso sea el más
valorado de todos. En conjunto, los resultados
muestran que las clases en vivo son el punto
fuerte en todas las edades. En cambio, funciones
como descargas, subir/descargar y foros tienen
más peso entre los jóvenes y adultos
intermedios, y pierden relevancia en los
estudiantes mayores de 50 años.
Tabla 9. Utilidad de descarga de acuerdo al
grupo etario de edad
Variable
Edad
N
Mediana
Descriptor
cualitativo
Utilidad de
descargas
17 a 23 años
55
2
Útil
24 a 30 años
37
2
Útil
31 a 40 años
15
2
Útil
41 a 50 años
8
2
Útil
51 a 60 años
2
3
Neutral
Utilidad para
subir o
descargar
17 a 23 años
55
1
Muy útil
24 a 30 años
37
2
Útil
31 a 40 años
15
1
Muy útil
41 a 50 años
8
2
Útil
51 a 60 años
2
3
Neutral
Utilidad de
foros
17 a 23 años
55
2
Útil
24 a 30 años
37
1
Muy útil
31 a 40 años
15
1
Muy útil
41 a 50 años
8
2
Útil
51 a 60 años
2
2
Útil
Utilidad de
clases en
vivo
17 a 23 años
55
1
Muy útil
24 a 30 años
37
1
Muy útil
31 a 40 años
15
1
Muy útil
41 a 50 años
8
1
Muy útil
51 a 60 años
2
1
Muy útil
Fuente: elaboración propia
Descripción de los resultados
La Tabla 10 muestra, con la correlación de
Spearman, que el vínculo entre tecnología y
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rendimiento académico es positivo: a mayor uso
de recursos digitales, mejores resultados
alcanzan los estudiantes. Sin embargo, no todas
las herramientas aportan con la misma fuerza;
unas son la columna que sostiene el aprendizaje,
mientras otras funcionan solo como apoyo
complementario. En ese escenario, las laptops
destacan con la correlación más alta (ρ = 0.55):
su uso frecuente se asocia de forma consistente
con un mejor desempeño académico,
consolidándolas como un recurso clave dentro
del proceso formativo. Las tabletas registran una
correlación más baja = 0.30), aunque
mantienen un efecto positivo. En contraste, los
smartphones alcanzan el valor más bajo (ρ =
0.20), lo que indica que, si bien acompañan el
proceso, no constituyen un factor decisivo en el
rendimiento. En las plataformas educativas se
observa un patrón semejante. La función de
descargas = 0.50) y la de subir o bajar
archivos (ρ = 0.45) cumplen un rol práctico para
organizar materiales. Los foros reflejan un
aporte intermedio = 0.40), mientras que las
clases en vivo son el recurso más influyente (ρ
= 0.70), casi como un puente directo entre
estudiante y docente que fortalece el
aprendizaje.
Tabla 10. Correlación de Spearman
Rendimiento académico
Uso de computadoras para
academia
0.50
Uso de laptops para
academia
0.55
Uso de tabletas para
academia
0.30
Uso de smartphone para
academia
0.20
Utilidad de descargas
0.50
Utilidad para subir o
descargar
0.45
Utilidad de foros
0.40
Utilidad de clases en vivo
0.70
Satisfacción con plataformas
0.45
Apoyo y recursos
tecnológicos
0.35
Acceso a la tecnología
0.50
Uso de bases de datos
0.55
Fuente: elaboración propia
La satisfacción con las plataformas también
muestra relación positiva = 0.45),
evidenciando que la percepción de utilidad y
facilidad de uso contribuye al rendimiento. El
apoyo institucional y los recursos tecnológicos
tienen un peso menor (ρ = 0.35), pero no dejan
de ser significativos. Finalmente, el acceso
general a la tecnología se ubica en ρ = 0.50,
confirmando que disponer de equipos y
conectividad adecuados marca la diferencia. En
síntesis, los resultados indican que las laptops,
las computadoras y, especialmente, las clases en
vivo son los factores más determinantes en el
desempeño académico. En cambio, los
smartphones y los foros cumplen un papel
complementario, siempre positivo, pero de
menor impacto. Para el desarrollo de la prueba
de Mann-Whitney se considera que: μ₁: mediana
de población de Rendimiento académico cuando
Lugar donde habita = Zona Rural; µ₂: mediana
de población de Rendimiento académico cuando
Lugar donde habita = Zona Urbana; Diferencia:
μ₁ - µ₂.
Tabla 11. Características descriptivas
Lugar donde
habita
N
Mediana
Zona Rural
36
3
Zona Urbana
81
4
Fuente: elaboración propia
Tabla 12. Prueba de Mann-Whitney
Hipótesis nula
H₀: μ₁ - µ₂ = 0
Hipótesis alterna
H₁: μ₁ - µ₂ ≠ 0
Valor U
Valor p
1269
0.226
Fuente: elaboración propia
Como se muestra en la Tabla 12 Se utilizó la
prueba de Mann-Whitney para contrastar cómo
camina el conocimiento entre estudiantes del
campo y de la ciudad. El cálculo entregó U =
1269 y un nivel de significancia de p = 0.227.
Como p es mayor que 0.05, la hipótesis nula se
mantiene. En palabras simples, no hay
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diferencia significativa en el rendimiento según
el lugar donde viven los estudiantes. Al final,
tanto en la urbe como en lo rural, los resultados
caminan como dos sendas separadas que llevan
al mismo destino académico. Los números
muestran que los de la ciudad tienen valores
ligeramente altos que los del campo, pero esa
diferencia no es significativa. En palabras
simples, el rendimiento académico no depende
mucho de dónde viven los estudiantes en este
estudio. En los estudiantes de la Facultad de
Derecho de la Universidad Tecnológica
Indoamericana, un acceso aceptable a la
tecnología se observa, sobre todo a
computadoras y laptops. Estas, al facilitar el uso
de plataformas educativas y repositorios
digitales, se vuelven un soporte clave en su
formación académica. Algo parecido dicen
Bravo et al. (2023) que explican que ahora, en el
siglo XXI, no basta solo con leer y escribir, sino
que también es necesario usar herramientas
digitales en el estudio. También señalan Fuel
Iñiguez et al. (2024) que, aunque las
universidades del Ecuador han avanzado en la
incorporación de las TIC, persisten aún
desigualdades entre las instituciones públicas y
las privadas.
A pesar de eso, los datos enseñan que hay
brechas. La prueba de Mann-Whitney mostró
diferencias en el rendimiento académico según
dónde viven los estudiantes. Los que son de
zonas rurales salen con resultados un poco más
bajos. Coincide esto con lo señalado por Maza
et al. (2025), quienes sostienen que la mala
conectividad en zonas apartadas impide la
igualdad en las oportunidades educativas. En la
misma línea, advierten Albuja et al. (2023) que
no solo la conectividad marca la diferencia, sino
también el desigual acceso a plataformas y
recursos digitales. Añaden García et al. (2024)
que la falta de infraestructura tecnológica no
solo limita el acceso, sino que además desanima
a los estudiantes a participar en clases virtuales.
En cuanto a las plataformas educativas,
medianas de 4 alcanzaron tanto en facilidad de
uso como en utilidad, lo que revela una
percepción favorable. Sin embargo, mostró la
correlación de Spearman que un mayor acceso
no garantiza siempre un mejor rendimiento. Lo
mismo exponen Rafiq et al. (2024), al explicar
que lo crucial es la mediación pedagógica.
Refuerzan Ténezaca et al. (2025) esa idea, al
señalar que la capacitación docente es condición
para que la tecnología se convierta en verdadero
recurso de aprendizaje. Incluso destacan
Ogunbodede y Oribhabor (2022) que el
desempeño estudiantil depende también del
apoyo recibido y de la calidad de los contenidos
digitales.
Un hallazgo clave fue la correlación alta entre
las clases en vivo = 0.70) y el rendimiento
académico. Demuestra esto que la interacción
directa conserva un papel central en el
aprendizaje. Sotomayor et al. (2025) confirman
esta conclusión al mostrar que los recursos
interactivos fortalecen las habilidades
lingüísticas al promover la participación y
brindar retroalimentación inmediata. De manera
similar, Chaves Yuste y de la Peña (2025)
evidencian que los recursos digitales mejoran el
desempeño en idiomas con fines específicos.
Cevallos et al. (2024) añade que no solo los
estudiantes lo perciben, también los docentes
reconocen que la interacción en línea fortalece
habilidades críticas. Pero los problemas de
conexión siguen siendo un obstáculo, sobre todo
en las zonas rurales. Los estudiantes reportaron
una mediana de 3 en interrupciones de conexión,
lo cual confirma que el problema persiste.
Vergara et al. (2025) ya había advertido que sin
Internet estable la educación en línea no
funciona como debería. Navarrete et al. (2024)
también dicen que la infraestructura limitada en
instituciones periféricas afecta la calidad del
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Página 196
aprendizaje y pone en desventaja a los
estudiantes rurales. Culter y Vélez (2025)
agregan que la mala infraestructura escolar se
asocia con bajos resultados académicos, algo
que también pasa en Ecuador.
En general, la correlación positiva moderada
entre el acceso tecnológico y el rendimiento
académico = 0.50) confirma lo dicho por
Dirgha Raj et al. (2022), quienes en un estudio
internacional mostraron que usar recursos
digitales está relacionado con un mejor
rendimiento, aunque no siempre igual en todos
los países. En Ecuador, Velásquez (2025) dice
que la inversión en infraestructura y formación
digital es clave para cerrar brechas. Medina et
al. (2025) recuerda que no solo de recursos vive
la educación, sino también de políticas que
garanticen inclusión y sostenibilidad. En
síntesis, sostiene este estudio que la tecnología
educativa potencia el progreso académico de
los estudiantes universitarios; sin embargo, solo
se consolida ese provecho cuando se cumplen
tres pilares precisos: acceso amplio a los
recursos, conexión continua y un cuidado
constructo pedagógico. Romero et al. (2025)
advierten que la pandemia mostró que la
educación remota no fue únicamente un
salvavidas temporal, sino también una puerta
abierta para repensar modelos híbridos y
digitales. De ahí que Molina et al. (2021)
insistan en políticas que cierren la herida de la
desigualdad tecnológica y fortalezcan la
equidad. Finalmente, Ramírez (2022) sostiene
que el futuro universitario late en los entornos
híbridos y en el aprendizaje autónomo digital,
siempre que se tiendan puentes sobre las brechas
de acceso y se motive a los estudiantes a ser
protagonistas activos de su formación.
Conclusiones
El estudio encontró que la mayoría de los
estudiantes de la Facultad de Derecho de la
Universidad Tecnológica Indoamericana tiene
computadoras y laptops. Esto les ayuda a usar
las plataformas educativas y los repositorios
digitales. Pero no todos tienen lo mismo. Un
30,8 % dijo que solo usa los smartphones como
su recurso principal, lo que limita sus
posibilidades para aprender. Sobre el internet, la
mayoría piensa que su conexión es aceptable,
aunque el 53,0 % comentó que sufre
interrupciones frecuentes. Este problema se hizo
más evidente en la zona rural, donde la mediana
llegó a 3, mientras que en la urbana apenas
alcanzó 1. Sin embargo, la prueba de Mann-
Whitney (p = 0.227) señaló que, en términos
estadísticos, no existen diferencias
significativas en el rendimiento académico entre
estudiantes de ciudad y de campo. Las
correlaciones propiciaron un panorama más
claro: las clases en vivo = 0.70), el uso de
bases de datos (ρ = 0.55) y las laptops (ρ = 0.55)
fueron los pilares más firmes del aprendizaje. En
contraste, apenas un vínculo débil (ρ = 0.20)
mostró el smartphone lo que revela que su
función académica resulta secundaria:
acompaña, pero no protagoniza. Dicho de otro
modo, lo que más favorece el aprendizaje son las
herramientas que ofrecen interacción directa y
un acceso confiable a información
especializada. En síntesis, en el aprendizaje del
Derecho influye el acceso a recursos digitales;
su impacto, sin embargo, depende de la
estabilidad de la conexión y del uso pedagógico
de las plataformas. El desafío futuro es reducir
la brecha en las zonas rurales y que la
universidad diseñe estrategias más sólidas para
integrar estos recursos.
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Salinas Villacis, Kerly Michelle Valdez Freire,
Carlos Andrés Velásquez Flores.