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necesario para hacer frente a la enseñanza en las
condiciones de la pandemia. Avila Mestra, L., y
Oviedo Tapia, C. (2022) señalaron que la
enseñanza remota de emergencia y la educación
a distancia con tecnología educativa, deben
entenderse como dos desafíos diferentes.
Durante la pandemia, los docentes
principalmente estaban reproduciendo prácticas
establecidas de enseñanza y aprendizaje, pero
con tecnología digital. Antes de la pandemia, la
literatura de investigación sobre tecnología
educativa enfatizaba en gran medida la
importancia de recomponer la instrucción,
repensar los métodos de instrucción y hacer de
esto un esfuerzo estratégico, colaborativo,
coherente y bien diseñado en una escuela. Sobre
la base de estas consideraciones de los
principios del diseño instruccional, los
conceptos para el aprendizaje digital deben
esbozarse antes de desarrollar un mapa
sistemático para la proliferación de la
tecnología, incluidas las medidas para capacitar
a los docentes (Pérez-Díaz, 2022).
Respecto a los análisis teóricos que reflejan y
enmarcan el debate, González Acosta, C. ha
seguido otro enfoque más cualitativo, abriendo
la discusión a partir de una variedad de fuentes
de datos, testimonios personales y fotografías,
narrativas y razonamientos teóricos,
describiendo la teoría como práctica
antipandémica. En cierta medida, esta discusión
cuestiona los principales enfoques de
investigación en tecnología educativa, que en su
mayoría han tratado de capturar fenómenos
mediante observaciones analíticas en la
tradición del empirismo. (González Acosta,
2022)
Con respecto a los estudios empíricos sobre los
efectos de la pandemia en la educación una gran
cantidad de estudios empíricos han abordado
cómo la educación ha respondido a la pandemia
y cómo el cambio a la enseñanza remota y la
educación en el hogar hizo posible hacer frente
a las restricciones de un encierro. Al comienzo
de la pandemia, las fallas percibidas para pasar
efectivamente al aprendizaje digital a menudo
estaban relacionadas con la escasez de
tecnología digital en la educación acompañada
de una experiencia insuficiente de los docentes
en el uso de la tecnología digital para la
enseñanza. Además, algunos profesores
dudaban en adaptar sus prácticas docentes
(Sánchez, 2022). Además, los resultados han
demostrado cuánto diferían las condiciones en
las distintas partes del mundo.
Para el sector de las escuelas, Bustamante
Torres, D., y Zuloaga Carrasco, G. (2022). han
sintetizado 81 estudios de 38 países con un
enfoque en lo que funcionó bien en el modo en
línea. Describen la variedad de herramientas
que se han aplicado con éxito para la enseñanza
a distancia, y señalan que la evaluación
estandarizada para el entorno en línea fue un
desafío. También se refieren a que las
desigualdades sociales afectaron la capacidad
de algunos padres de proporcionar materiales y
un espacio de estudio adecuado para sus hijos.
En esta línea de argumentación, González, T., y
Manjón, F. (2022) enfatizan los posiblemente
efectos a largo plazo de la enseñanza remota que
a menudo no llegaba a los estudiantes que
necesitaban apoyo más desesperadamente. Si
bien muchos alumnos podrían beneficiarse de
padres cariñosos y educación en el hogar, otros
estudiantes no pudieron recibir un tratamiento
compensatorio. Aguaded, I., y Ortiz Sobrino, A.
(2022) explican por qué, para España, una
educación a distancia a menudo engorrosa ha
puesto en grave peligro el objetivo político de
no dejar a nadie atrás.
Se informan resultados similares para el sector
de la educación de adultos. Gagnon, N. (2021)