Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 6.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 231
EL ENTORNO FAMILIAR DISFUNCIONAL EN LAS CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN
ESTUDIANTES DE UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA EN DAULE
THE DYSFUNCTIONAL FAMILY ENVIRONMENT IN DISRUPTIVE BEHAVIOR IN
STUDENTS OF AN EDUCATIONAL INSTITUTION IN DAULE
Autores: ¹Cinthya Roxanna Domínguez Torres, ²Arleth Carmen Martínez García, ³María
Angélica Martínez García y
4
Milton Alfonso Criollo Turusina.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-7926-8534
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-0349-4159
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-2001-5951
4
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3394-1160
¹E-mail de contacto: cdominguezt@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: amartinezg4@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: mmartinezg13@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto: mcriollot2@unemi.edu.ec
Afiliación:¹*²*³* Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Articulo recibido: 8 de Julio del 2025
Articulo revisado: 23 de Julio del 2025
Articulo aprobado: 30 de Julio del 2025
¹Licenciada en Hotelería y Turismo graduada en la Universidad Estatal de Guayaquil, (Ecuador). Estudiante de Licenciatura de la Carrera
de Educación Básica en la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de licenciatura de la Carrera de Educación Básica en la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de licenciatura de la Carrera de Educación Básica en la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Licenciado en Ciencias de la Educación Especialización en Arte, graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Docencia Universitaria graduado de la Universidad César Vallejo, (Perú). Doctorante en Educación en la Universidad César Vallejo,
(Perú).
Resumen
El estudio se centró en determinar la influencia
del entorno familiar disfuncional en las
conductas disruptivas en estudiantes de una
institución educativa en Daule. Para ello, se
llevó a cabo una investigación básica, con un
enfoque cuantitativo y un diseño no
experimental de carácter descriptivo; asimismo,
se empleó la técnica de la encuesta, al igual que
el cuestionario como instrumento, donde la
muestra se situó en 34 estudiantes,
seleccionados a través de un muestreo
estadístico por conveniencia. Los resultados
evidencian que los entornos familiares
disfuncionales poseen influencia sobre las
conductas disruptivas de los estudiantes,
indicando un nexo directo entre conflictos
familiares, la falta de apoyo emocional y
comportamientos negativos en el aula. En
función de estos hallazgos, se concluye que
existe una incidencia entre estas variables,
especialmente en los conflictos familiares
frecuentes que determinan las situaciones que
se dan en el entorno familiar, la comunicación
familiar y el apoyo emocional que afectan los
vínculos entre sus miembros y la concentración
en actividades escolares que se ve afectada,
afectando en la capacidad del estudiante para
mantener la atención. Dichas condiciones
derivan en efectos negativos, que se manifiestan
en actitudes que alteran el desarrollo normal de
las clases, dificultando la labor docente.
Palabras clave: Entorno, Familiar,
Conductas, Disruptivas, Estudiantes.
Abstract
The study focused on determining the influence
of dysfunctional family environment on
disruptive behaviors in students of an
educational institution in Daule. For this
purpose, a basic research was carried out, with
a quantitative approach and a descriptive non-
experimental design; likewise, the survey
technique was used, as well as the questionnaire
as an instrument, where the sample consisted of
34 students, selected through a statistical
sampling by convenience. The results show that
dysfunctional family environments have an
influence on students' disruptive behaviors,
indicating a direct link between family
conflicts, lack of emotional support and
negative behaviors in the classroom. Based on
these findings, it is concluded that there is an
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incidence between these variables, especially in
the frequent family conflicts that determine the
situations that occur in the family environment,
family communication and emotional support
that affect the bonds between its members and
the concentration in school activities that is
affected, affecting the student's ability to
maintain attention. These conditions derive in
negative effects, which are manifested in
attitudes that alter the normal development of
classes, hindering the teaching work.
Key words: Environment, Family, Behavior,
Disruptive, Students.
Sumário
O estudo teve como objetivo determinar a
influência de um ambiente familiar disfuncional
no comportamento disruptivo dos alunos de
uma instituição de ensino em Daule. Para o
efeito, foi realizada uma investigação básica,
com uma abordagem quantitativa e um desenho
não experimental descritivo; de igual modo, foi
utilizada a técnica de inquérito, bem como o
questionário como instrumento, onde a amostra
foi constituída por 34 alunos, selecionados
através de uma amostragem estatística por
conveniência. Os resultados mostram que os
ambientes familiares disfuncionais têm
influência nos comportamentos disruptivos dos
alunos, indicando uma ligação direta entre os
conflitos familiares, a falta de apoio emocional
e os comportamentos negativos na sala de aula.
Com base nestes resultados, conclui-se que
existe uma incidência entre estas variáveis,
especialmente nos conflitos familiares
frequentes que determinam as situações que
ocorrem no ambiente familiar, na comunicação
familiar e no apoio emocional que afectam os
laços entre os seus membros e na concentração
nas actividades escolares que é afetada,
afectando a capacidade do aluno para manter a
atenção. Estas condições derivam em efeitos
negativos, que se manifestam em atitudes que
alteram o normal desenvolvimento das aulas,
dificultando o ensino.
Palavras-chave: Ambiente, Família,
Comportamentos, Disruptivos, Alunos.
Introducción
En España, el ambiente escolar en el que se
desarrolla el aprendizaje es una prioridad para
el Plan Estratégico de Convivencia Escolar
(2016-2020), ya que evidencian la efectividad
del desarrollo de la educación en el país. Por
ejemplo, en la evaluación de datos se mostró un
índice del 57%, lo que indica que una gran parte
de los estudiantes muestran conductas
disruptivas, que en ocasiones pueden afectar su
proceso de enseñanza y aprendizaje (Jurado et
al., 2020). Estos comportamientos reflejan una
preocupación en representantes del sistema
educativo, ya que los problemas de conducta
conllevan a un clima escolar negativo. De
manera similar, en el contexto norteamericano,
en Estados Unidos, según el informe de
docentes sobre conductas disruptivas
estudiantiles y aplicación de las normas por
parte del personal realizado por el Centro
Nacional de Estadísticas Educativas (NCES) en
el 2023, mostró que el 32% del profesorado
reporta un aumento de malas conductas en sus
estudiantes que interfiere con su enseñanza. A
este crecimiento se le atribuye factores
personales y familiares que coexisten en el
entorno del estudiante (NCES, 2023).
Asimismo, según Ochoa et al. (2021), en
México se estableció la conflictividad por
niveles: bajo, mediano y alto. Así mismo, la
relación entre el nivel de conductas y el nivel de
marginación escolar, dentro de este análisis se
determina un 25.4% de conflictividad alta en
planteles con menor marginalidad y un 16.4%
de conflictividad baja en planteles con mayor
marginalidad, lo que evidencia que, ante un bajo
nivel de marginación escolar, la conflictividad
entre estudiantes será alta. Contrario a la idea
que ante una mayor marginación existiría un
elevado nivel de conflictividad. En cuanto a
Centroamérica, tal es el caso de Panamá, donde
un estudio centrado en las conductas disruptivas
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en estudiantes de nivel básico, revelan que un
67% de los encuestados muestran conductas
inadecuadas, que interfieren cuando el docente
imparte la clase y un 33% muestran conductas
agresivas, lo que puede conllevar a desarrollar
conflictos entre compañeros (Del Cid, 2022).
Estos datos se atribuyen a factores relacionados
a la disfunción familiar, un entorno escolar
negativo y la escasa relación entre docente-
estudiante.
Por su parte, el Estudio Regional Comparativo
y Explicativo (ERCE) publicado por la
Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
indicó que los países de esta zona muestran una
elevada asociación negativa entre conductas
disruptivas y el nivel de habilidades
socioemocionales, entre ellos Nicaragua,
Uruguay y Cuba varían negativamente de 1 a 7
puntos; mientras que otros como Costa Rica,
Perú, Guatemala, Argentina, Brasil, Colombia y
Ecuador tienen una magnitud entre 1 a 4 puntos.
Indicando la predominancia de
comportamientos inadecuados en estos países
(UNESCO, 2021). Particularmente, en el caso
de Perú, Prado et al. (2024), en su investigación
centrada en estudiar el funcionamiento familiar
y las conductas disruptivas, se identifica que los
estudiantes con un entorno familiar funcional
muestran comportamientos positivos, dentro de
esto se determina que un 57.3% de estudiantes
poseen un índice bajo en este tipo de conductas.
No obstante, existe una preocupación por el
34.5% del índice medio y el 8.2% del índice alto
que regularmente provienen de familias
disfuncionales. Del mismo modo, según
Miranda y Valverde (2025) en el Ecuador se
puede evidenciar que uno de los problemas
latentes en el ámbito educativo son las
conductas inadecuadas dentro del aula, con base
a esto se identifica que un 89.5% de los sujetos
de estudio presentan actitudes agresivas, lo que
nos refleja una falta de control emocional e
influencia del entorno escolar. De manera
complementaria, Pino et al. (2024), señala que
los estudiantes evaluados presentan niveles
elevados de agresión en un 86.7%, lo que
determina un tipo de conducta grave que debe
ser atendida con el acompañamiento familiar,
ya que puede convertirse en un problema para
el sistema educativo.
Desde otro contexto, el impacto de las
conductas disruptivas en el modelo educativo
actual genera una serie de incertidumbres, por
un lado, tenemos la influencia del entorno
familiar que induce a generar hábitos negativos
y por otro tenemos problemas sociales y
emocionales que encaminan a generar este tipo
de comportamientos. Ante esto, se evidencia
que un 33% de los evaluados consideran que
provenir de hogares disfuncionales incide en el
desarrollo de conductas inadecuadas (Delgado
y Barcia, 2020). A esto se suma que, Figueroa
et al. (2020) en su estudio de caso atribuyeron
que un 40% de los estudiantes presentan
conductas agresivas las cuales suelen
manifestarse de dos maneras: la primera actuar
sin medir consecuencias y la segunda no poder
expresarse ante situaciones que provocan
tensión. Con esto, se indica que los problemas
de conducta también son generados por
conflictos emocionales que suelen darse en las
aulas de clases.
A partir de las observaciones preliminares en
una institución educativa del cantón Daule, se
ha evidenciado un incremento de
comportamientos que dificultan el ambiente de
aprendizaje y que afectan la convivencia escolar
en el aula, siendo los más frecuentes episodios
de agresividad verbal, desobediencia a las
normas de convivencia, falta de respeto a los
docentes y dificultades en la concentración
durante las actividades escolares; autoridades y
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docentes coinciden en que gran parte del origen
de estas conductas disruptivas se relacionan
estrechamente con el hecho de formar parte de
entornos familiares disfuncionales, causando
que influya negativamente en el desarrollo
emocional y social de los estudiantes. Como
consecuencia, la ausencia de una estrategia
apropiada frente a esta situación dificulta la
construcción de entornos de aprendizaje
seguros e integrales. Esta problemática plantea
la necesidad urgente de conocer la relación
entre los entornos familiares disfuncionales y
las conductas disruptivas observadas en el
contexto escolar, con el objetivo de proponer
acciones que favorezcan al bienestar estudiantil
y potencien el rendimiento académico. La
comprensión de este fenómeno permitirá crear
estrategias preventivas y de intervención que
respondan a las necesidades reales de los
estudiantes, contribuyendo así al
fortalecimiento del clima escolar y su
formación integral.
Según lo señalado por Loor y Lescay (2021), los
entornos familiares disfuncionales son aquellos
donde la figura principal del hogar no está
presente para que ejerza el liderazgo familiar;
por ende, genera una inestabilidad en la
convivencia entre sus miembros, que pueden
presentar conflictos de manera recurrente. Así
mismo, los niños que habitan en ambientes
familiares disfuncionales presentan
comportamientos que se evidencian dentro de
su entorno escolar, manifestados en conductas
que afectan directamente su rendimiento
académico, bienestar emocional y desarrollo
personal. Así mismo, Criollo et al. (2024)
definen al entorno familiar disfuncional como la
escasa relación parental entre las dos figuras
principales del hogar, en la que la dinámica
familiar se ve afectada por conflictos que
impiden una convivencia estable entre sus
miembros, en especial los niños en edad escolar
pueden llegar a presentar actitudes desafiantes
hacia sus maestros y comportamientos
inadecuados originados por un ambiente
familiar inestable.
En el mismo contexto, Chong et al. (2022), el
entorno familiar disfuncional se entiende como
la vulneración de las funciones básicas del
núcleo familiar, lo que impide un buen
desarrollo de la salud emocional, social y
psicológica de sus integrantes. Causando así
que los miembros de la familia puedan
experimentar una sensación de desprotección y
desamparo. Desde otro contexto, Chuquilla et
al. (2025) sostienen que el entorno familiar
disfuncional puede entenderse como aquellos
hogares donde predominan actitudes negativas
como la violencia física y emocional, al igual
que escasa comunicación familiar; provocando
así una inestabilidad entre sus integrantes,
especialmente en los niños en edad escolar que
manifiestan conductas que interfieren
negativamente en su proceso educativo. A partir
de lo anterior, la disfunción familiar podemos
analizarla bajo las dimensiones de conflictos
familiares frecuentes, la comunicación familiar,
el apoyo emocional y la concentración en
actividades escolares.
En este sentido, Ponce et al. (2024) los
conflictos familiares frecuentes son situaciones
que se dan de manera recurrente en el entorno
familiar; estas disputas pueden generar
problemas en los niños como sentimientos de
culpa, desconfianza y frustración que
desencadenan consecuencias en sus habilidades
sociales y en su rendimiento académico. Lo que
indica que la presencia de continuos conflictos
en el ambiente familiar genera niños inestables.
Por otro lado, la comunicación familiar es un
factor esencial que influye en la manera en que
los miembros de la familia se relacionan y
construyen lazos afectivos, a través de la
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comunicación se intercambian mensajes,
pensamientos, emociones y sentimientos, lo
cual también contribuye a establecer los roles y
funciones dentro del hogar. La comunicación
familiar es fundamental para el desarrollo social
y conductual de las personas, además; actúa
como un pilar que facilita la interacción, la
expresión y la conexión emocional entre los
integrantes de la familia (Díaz y Jaramillo,
2021). A su vez, Zuñiga (2024), el apoyo
emocional es el gesto voluntario que tiene una
persona de ofrecer ayuda emocional a otra
cuando lo amerite, este tipo de apoyo puede
verse reflejado en las relaciones cercanas, como
por ejemplo familiares o amigos con quienes se
comparte un vínculo fuerte de confianza para
crear un ambiente en donde la persona se sienta
emocionalmente segura.
Además, según Guevara y Marcillo (2023), la
concentración en actividades escolares se
entiende como la capacidad de un estudiante de
mantener la atención en una actividad educativa
durante un lapso de tiempo; la concentración
puede ser afectada por factores externos, como
por ejemplo un entorno familiar disfuncional,
causando que el estado de ánimo del alumno se
vea afectado y en consecuencia se distraiga
mientras realiza actividades escolares. Para
sustentar teóricamente, para la variable entorno
familiar disfuncional se ha utilizado la Teoría
General de Sistemas de Ludwig von Bertalanffy
de 1968, quien expone que la familia es como
un sistema en el cual todos los miembros son
parte importante del mismo, encontrándose
entrelazados. Es decir, si dentro del sistema se
presentan fallas, como conflictos familiares se
genera una inestabilidad que puede verse
reflejada en el desarrollo emocional y social de
los estudiantes (Rivas, 2022). En este sentido, la
Teoría de Bertalanffy es fundamental para
comprender la influencia que tiene la
funcionalidad familiar en el desarrollo personal
de cada individuo que compone este sistema, ya
que las interacciones del entorno familiar
tienden a ser imitadas y reflejarse en las
actitudes dentro del aula.
Respecto a la segunda variable, para
Tenempaguay y Pérez (2024), las conductas
disruptivas son aquellas acciones negativas por
parte de los estudiantes que impiden que la clase
se desarrolle con normalidad, las cuales se
manifiestan a través de actitudes como el
irrespeto, desobediencia, apatía, además de
actitudes agresivas. Estos actos alteran el clima
del aula y el trabajo del docente se ve
comprometido porque debe afrontar cada
situación, lo cual le resta tiempo a su
planificación ya establecida; estas conductas
deben ser manejadas considerando los factores
que las originan. Asimismo, según Narváez y
Obando (2020), las conductas disruptivas son
un problema con varias causas que interfieren
en las actividades diarias en el aula, generando
comportamientos relacionados con la falta de
respeto, los conflictos con la autoridad y
situaciones de violencia; lo cual obliga al
docente a usar más tiempo en el control
disciplinario que en la enseñanza. Dando como
resultado que se reduzca la calidad del ambiente
educativo como espacio de enseñanza y
causando un empobrecimiento escolar.
Del mismo modo, las conductas disruptivas
para González et al. (2022) son aquellas
actitudes o procederes que tienen ciertos
estudiantes en clases; si bien no conllevan
agresiones físicas o verbales, obstaculizan el
desarrollo de los procesos de enseñanza y con
ello la dinámica del entorno escolar se vuelve
caótica y poco productiva. Entre las conductas
habituales en el aula encontramos las
interrupciones, la pérdida de autocontrol y la
necesidad de llamar la atención de los demás.
En ese mismo orden de ideas, de acuerdo a
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Santillán y Samada (2023), definen que las
conductas disruptivas son cualquier tipo de
actitudes inapropiadas que muestran los
estudiantes en clase que interfieren con el
trabajo del docente en el aula; pueden ser desde
conductas de un grado disciplinario menor a
otras que son consideradas graves que pueden
atentar contra la integridad física, es decir, que
pueden variar según el grado de intensidad.
Desde un enfoque dimensional, estos
comportamientos disruptivos podemos
analizarlos bajo las dimensiones de
consecuencias de las conductas disruptivas,
tipos de conductas disruptivas y las situaciones
disruptivas con el docente. Para Orellana y Ruíz
(2024) las consecuencias de las conductas
disruptivas son aquellos efectos negativos que
se conciben a partir de estos comportamientos;
uno de estos es la limitación del trabajo de la
labor docente que afecta el clima escolar y el
desarrollo emocional de los estudiantes, la
pérdida de tiempo por parte de los docentes para
tratar de solucionar estos comportamientos que
impide la realización de actividades impuestas
en la planificación, por lo que el proceso
educativo se ve afectado. Quién puede salir
mayormente perjudicado será el estudiante, ya
que afecta su desarrollo académico y su futuro.
Asimismo, Espinoza et al. (2025) los tipos de
conductas disruptivas son las distintas formas
de comportamientos que interrumpen e impiden
que se desarrollen de forma normal las
actividades en el aula, causando que el entorno
escolar se vea afectado de forma negativa. Estas
conductas incluyen interrupciones frecuentes,
desobediencia, agresividad, aislamiento, falta
de interés en clase y actitudes manipuladoras; es
importante reconocerlas para aplicar estrategias
educativas que ayuden a mejorar el ambiente de
aprendizaje.
De manera relacionada, Carrera et al. (2023)
indican que las situaciones disruptivas con el
docente son aquellas manifestaciones por parte
de los estudiantes que interfieren en la labor del
docente en el aula; estas conductas pueden
evidenciarse de diversas formas, como la falta
de cooperación, la descortesía, el irrespeto y la
desobediencia; del mismo modo; se determina
la provocación y la agresión como parte de este
tipo de comportamientos, que afectan
negativamente en la enseñanza-aprendizaje a
menudo los docentes no se sienten preparados
para enfrentar este tipo de situaciones, por lo
cual les puede generar estrés y frustración.
Teóricamente, para la variable conductas
disruptivas se ha tomado la Teoría del
Aprendizaje Social de Albert Bandura de 1977,
quien explica que la conducta humana es
aprendida en base a la observación, imitación e
interacción con el entorno social. Es decir, en lo
que respecta al contexto educativo esta teoría
describe cómo un estudiante puede adoptar
comportamientos disruptivos al convivir en
ambientes en donde existan actitudes de
violencia (Hernández y Calvo, 2024).
Por ejemplo, si un estudiante convive en un
entorno disfuncional en donde a diario
presencie actitudes agresivas y violentas, él
replicará estas actitudes en su medio escolar. De
esta manera, la teoría social es esencial para
explicar cómo el ambiente incide en las
conductas humanas, definiéndola como un
“determinismo recíproco”; en otras palabras, el
entorno y la persona se influyen entre sí, dando
como resultado la aparición de conductas
disruptivas. En el ámbito social la presente
investigación se justifica socialmente al tratar el
tema del bienestar y el desarrollo integral de los
adolescentes, nos permite conocer cómo el
medio familiar disfuncional, los sentimientos y
la autoestima de los alumnos condicionan la
manifestación de conductas disruptivas fuera de
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la comunidad escolar. Identificando estas
condicionantes, será posible crear estrategias de
intervención para fortalecer la convivencia,
fomentar relaciones sociales satisfactorias y
prevenir momentos de exclusión o violencia en
la comunidad. Para Martínez y Barroso (2020),
es importante considerar las conductas
disruptivas como señales de alerta de problemas
en el proceso de enseñanza-aprendizaje para
orientar cambios pedagógicos hacia una mejor
relación entre docentes y estudiantes.
En el ámbito pedagógico, resulta relevante al
ofrecer información sobre la relación entre el
entorno familiar y la conducta en el aula; este
estudio servirá para que los docentes interpreten
las conductas disruptivas como manifestaciones
de necesidades emocionales o sociales que
tienen un trasfondo relevante que influyen
indirectamente en su desarrollo educativo y no
simplemente como actos de indisciplina. Para
León et al. (2024), esta perspectiva les permitirá
adaptar sus métodos de enseñanza, mejorar la
gestión del aula y promover un ambiente más
inclusivo y motivador. En el ámbito práctico,
esta investigación será útil para la creación e
implementación de programas de
acompañamiento psicológico y social del
alumnado que presenta conductas disruptivas en
el entorno escolar. De este modo, sería posible
identificar los factores familiares específicos
que influyen negativamente en la conducta de
los estudiantes; y así también poder desarrollar
estrategias para la prevención y tratamiento de
estas conductas.
Al respecto, según Ojeda et al. (2024) las
estrategias educativas contribuyen
significativamente a mejorar el comportamiento
de los estudiantes. Al promover métodos de
aprendizaje activo, como el trabajo por
proyectos, el aprendizaje cooperativo y las
experiencias prácticas donde se puede
incentivar a los niños a involucrarse de manera
activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El ámbito de pertenencia, la presente
investigación se realiza con la finalidad de
lograr comprender la influencia que ejercen los
problemas de conducta relacionados con
conflictos familiares en los estudiantes, lo cual
podría ser útil para las autoridades de la
institución, puesto que, los resultados obtenidos
se podrían emplear en el diseño e
implementación de estrategias adaptadas a las
necesidades específicas requeridas.
Finalmente, según Santibañez et al. (2025), al
aplicar de manera planificada diversas
estrategias y procedimientos, como las técnicas
de intervención conductual, el docente
contribuye significativamente al
fortalecimiento del bienestar en el entorno
áulico y al perfeccionamiento de los resultados
obtenidos en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Así mismo, los conocimientos
generados ayudarían a mejorar la convivencia
en el aula y fortalecer el bienestar emocional de
los estudiantes. A partir de esto, la formulación
del problema se especifica en: ¿Cuál es la
influencia del entorno familiar disfuncional en
las conductas disruptivas en una Institución
Educativa en Daule, 2025? Para dar dirección al
estudio se estructuro a partir de estos objetivos;
determinar la influencia del entorno familiar
disfuncional en las conductas disruptivas en
estudiantes de una institución educativa en
Daule; Identificar la incidencia de los conflictos
familiares frecuentes sobre las consecuencias de
las conductas disruptivas en los individuos
estudiados; Establecer el influjo de la
comunicación familiar y apoyo emocional sobre
los tipos de conductas disruptivas en la unidad
de análisis; y Evaluar la influencia de la
concentración en actividades escolares sobre las
situaciones disruptivas con el docente en
estudiantes del contexto investigado.
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Materiales y Métodos
Este estudio se apoyó en la investigación básica,
ya que está orientada a entender el problema
desde el punto de vista del conocimiento
científico y teórico (Vizcaíno et al., 2023). A su
vez fue descriptiva porque permitió tener una
noción clara y detallada de cómo influye el
entorno familiar disfuncional sobre las
conductas disruptivas en los individuos
estudiados; al mismo tiempo el estudio tomó un
enfoque cuantitativo al centrarse en cuantificar
dicha influencia. Por último, se aplicó un
estudio no experimental, debido a que no se ha
llevado a cabo la manipulación de las variables,
es decir, los eventos fueron analizados en su
contexto real de manera sistemática sin
alterarlos. Por otro lado, en cuanto al grupo
seleccionado para la muestra del estudio se ha
situado en 34 estudiantes, seleccionados a
través de un muestreo estadístico por juicio, en
donde se empleó la técnica de la encuesta al
igual que el cuestionario como instrumento, el
cual ha sido diseñado por 42 interrogantes
distribuidas para las dimensiones del entorno
familiar disfuncional, según el modelo
propuesto por Chuquilla et al. (2025), siendo los
conflictos familiares frecuentes, la
comunicación familiar, el apoyo emocional, la
concentración en actividades escolares; y para
las dimensiones de conductas disruptivas se
tomaron en cuenta las propuestas por Santillán
y Samada (2023), identificadas como las
consecuencias de las conductas disruptivas,
tipos de conductas disruptivas y las situaciones
disruptivas con el docente.
En otro punto, los indicadores que fueron
medidos para la variable entorno familiar
disfuncional son: disputas, frustración,
inestabilidad, interacción familiar, lazos
afectivos, roles familiares, apoyo emocional,
relaciones cercanas, confianza, atención, estado
de ánimo y distracción. Mientras que, para la
variable conductas disruptivas se usaron los
indicadores: clima escolar, tiempo perdido,
desarrollo académico, desobediencia,
agresividad, aislamiento, irrespeto, provocación
y falta de cooperación. Por último, los datos
fueron procesados mediante el programa SPSS
versión 3.0, en la cual se aplicó la escala de
medición ordinal de tres puntos, en donde la
categorización fue determinada por tres niveles
de logro: en donde su conversión porcentual
fue: alto, medio y bajo, considerando los rangos
de conversión en: alto definido de 100% a 70%,
medio para los márgenes de 69% a 50% y bajo
para los índices situados entre 49% a 0%.
Resultados y Discusión
Tabla 1. Incidencia de los conflictos familiares
frecuentes sobre las consecuencias de las
conductas disruptivas
Dimensión
Íte
m
N.
Alto
Siem
pre
N.
Med
io
A
vece
s
N.
Bajo
Nun
ca
Conflictos
familiares
frecuentes
1
3
8,8%
18
52,9
%
13
38,2
%
2
16
47,1
%
12
35,3
%
6
17,6
%
3
21
61,8
%
5
14,7
%
8
23,5
%
4
7
20,6
%
17
50%
10
29,4
%
5
24
70,6
%
9
26,5
%
1
2,9
%
6
6
17,6
%
16
47,1
%
12
35,3
%
Consecuencias
de las conductas
disruptivas
25
7
20,6
%
25
73,5
%
2
5,9
%
26
5
14,7
%
21
61,8
%
8
23,5
%
27
27
79,4
%
6
17,6
%
1
2,9
%
28
8
23,5
%
20
58,8
%
6
17,6
%
29
8
23,5
%
17
50%
9
26,5
%
30
8
23,5
%
23
67,6
%
3
8,8
%
11,6
6
34,30
%
15,7
5
46,3
1%
6,5
8
19,3
4%
Fuente: elaboración propia
De acuerdo a los datos presentados en la tabla
1, se puede observar que el 34,30% del
estudiantado presenta un nivel alto en referencia
al surgimiento de discusiones entre el núcleo
familiar, mantiene una comunicación sin
conflictos y recibe apoyo en momentos de
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frustración, suele sentir estrés dentro del hogar,
percibe cambios constantes en su vivienda,
considera tranquilo y seguro su hogar, presencia
ambientes tensos por malos comportamientos,
tiene una escasa relación con los docentes,
aprovecha el tiempo en clase, siente que se
pierde tiempo en corregir conductas, las
interrupciones en clase obstaculizan su avance
y comprensión del aprendizaje. Por otro lado, el
46,31% presenta un nivel medio y apenas el
19,34% se sitúa en un nivel bajo, por lo que se
evidencia que gran parte de los estudiantes
requiere un mayor fortalecimiento sobre los
indicadores expresados, en tanto existe una
influencia significativa sobre las consecuencias
de las conductas disruptivas en únicamente el
34,30% de la unidad de análisis.
Estos resultados encuentran sustento en la
Teoría General de los Sistemas de Bertalanffy
(1968), quien expresa que el núcleo familiar es
como un sistema en el cual todas sus partes se
encuentran interconectadas; por tanto, los
surgimientos de discusiones o conflictos
generan una inestabilidad entre los miembros de
este sistema, en especial a los niños que
evidencian problemas en el ámbito social y
comunicativo, muchas veces influenciados por
tonos conflictivos utilizados por sus padres
(Rivas, 2022). En otro punto, Ponce et al.
(2024), señalan que los conflictos familiares,
expresados como disputas o discusiones en el
núcleo familiar, pueden generar problemas en
los niños como sentimientos de culpa,
desconfianza y frustración que generan
consecuencias en sus habilidades sociales y
altos niveles de estrés. Finalmente, Orellana y
Ruíz (2024), expresan que los comportamientos
que alteran la dinámica de la clase poseen
consecuencias negativas, siendo una de ellas la
pérdida de tiempo por parte de los docentes para
atender las interrupciones que se dan en el aula,
que dificultan la realización de actividades
planificadas, por lo que el proceso educativo se
ve afectado.
Tabla 2. Influjo de la comunicación familiar y
apoyo emocional sobre los tipos de conductas
disruptivas
Dimensión
Íte
m
N.
Alto
Siempr
e
N.
Med
io
A
vece
s
N.
Bajo
Nunca
Comunicación
Familiar
7
6
17,6%
16
47,1
%
12
35,3%
8
21
61,8%
9
26,5
%
4
11,8%
9
23
67,6%
9
26,5
%
2
5,9%
10
19
55,9%
10
29,4
%
5
14,7%
11
23
67,6%
11
32,4
%
0
0
12
14
41,2%
17
50%
3
8,8%
Apoyo emocional
13
21
61,8%
11
32,4
%
2
5,9%
14
10
29,4%
18
52,9
%
6
17,6%
15
15
44,1%
16
47,1
%
3
8,8%
16
15
44,1%
14
41,2
%
5
14,7%
17
7
20,6%
15
44,1
%
12
35,3%
18
12
35,3%
15
44,1
%
7
20,6%
Tipos de
conductas
disruptivas
31
24
70,6%
7
20,6
%
3
8,8%
32
26
76,5%
8
23,5
%
0
0
33
3
8,8%
7
20,6
%
24
70,6%
34
26
76,5%
8
23,5
%
0
0
35
23
67,6%
7
20,6
%
4
11,8%
36
17
50%
13
38,2
%
4
11,8%
Total
16,
94
49,83%
11,
72
34,4
8%
5,
33
15,68
%
Fuente: elaboración propia
En relación a la información presentada en la
tabla 2, se evidencia que el 49,83% del
estudiantado alcanza un nivel alto respecto a la
participación familiar en su proceso académico,
conversa con su familia, recibe cariño en su
hogar, tiene espacios para compartir en familia,
percibe responsabilidad y equidad en la
distribución de tareas en casa, recibe apoyo y
comunicación frecuente ante problemas, se
siente libre de ser mismo, mantiene una
relación cercana con su familia, tiene la libertad
de expresarse y compartir sus sentimientos,
cumple normas y respeta a docente como a
compañeros, reacciona de forma agresiva ante
conflictos, se siente cómodo e incluido al
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trabajar con sus compañeros. Mientras que un
porcentaje del 34,48% representa al nivel medio
y un 15,68% se sitúa en un nivel bajo, lo que
indica la necesidad de acompañamiento o de
intervención en los indicadores antes
mencionados; en tanto existe una influencia
significativa sobre los tipos de conductas
disruptivas en el 49,83% del alumnado Estos
resultados pueden fundamentarse en lo
planteado por Delgado y Barcia (2020), quienes
señalan que el 33% de los alumnos evaluados
provienen de hogares disfuncionales, lo cual
influye en el desarrollo de conductas
inadecuadas; mientras que, en los datos
obtenidos, se evidencia que un 49,83% de los
estudiantes presentan un nivel alto, lo que nos
indica que cuentan con un entorno familiar
estable que influye en un mejor manejo de sus
conductas. En otro punto, en una investigación
realizada en Ecuador por Miranda y Valverde
(2025), indican que un 89,5% de los sujetos
estudiados presentan actitudes agresivas; es así
que las conductas disruptivas son un problema
latente en el ámbito educativo. En otro contexto,
en una investigación realizada en Perú por
Prado et al. (2024), el 57,3% de estudiantes
posee un índice bajo de conductas disruptivas;
de este modo se demostró que un entorno
familiar funcional influye en desarrollar
comportamientos positivos.
En referencia a los datos presentados en la tabla
3, se puede ver que el 59,06% de los estudiantes
analizados poseen un alto nivel en referencia a
mantener la atención y concentración en
actividades escolares; su estado de ánimo tiene
una estrecha relación con la motivación para
aprender, suele distraerse y perder el interés en
tareas escolares, mantiene una actitud
respetuosa y evita hacer comentarios ofensivos
hacia los docentes, se mantiene calmado,
presenta una conducta adecuada, le gusta
colaborar en actividades escolares. Asimismo,
un 30,40% representa al nivel medio, mientras
que un 10,53% se ubica en un nivel bajo,
indicando que un gran número de estudiantes
evidencia la necesidad de refuerzos en los
aspectos mencionados. En tanto, existe una
influencia relevante sobre las situaciones
disruptivas con el docente en un 59,06% de los
individuos analizados.
Tabla 3. Influencia de la concentración en
actividades escolares sobre las situaciones
disruptivas con el docente en estudiantes
Dimensión
Íte
m
N.
Alto
Siem
pre
N.
Med
io
A
vece
s
N.
Bajo
Nun
ca
Concentración
en actividades
escolares
19
23
67,6
%
9
26,5
%
2
5,9
%
20
22
64,7
%
11
32,4
%
1
2,9
%
21
11
32,4
%
21
61,8
%
2
5,9
%
22
22
64,7
%
11
32,4
%
1
2,9
%
23
7
20,6
%
17
50%
10
29,4
%
24
8
23,5
%
11
32,4
%
15
44,1
%
Situaciones
disruptivas con
el docente
37
30
88,2
%
3
8,8
%
1
2,9
%
38
24
70,6
%
5
14,7
%
5
14,7
%
39
26
76,5
%
8
23,5
%
0
0
40
29
85,3
%
3
8,8
%
2
5,9
%
41
21
61,8
%
13
38,2
%
0
0
42
18
52,9
%
12
35,3
%
4
11,8
%
20,0
8
59,06
%
10,3
3
30,4
0%
3,5
8
10,5
3%
Fuente: elaboración propia
Para sustentar estos resultados, podemos
apoyarnos en lo expuesto por Guevara y
Marcillo (2023) quienes indican que la
concentración en actividades escolares es la
habilidad del estudiante de centrarse en una
actividad por un periodo de tiempo. Así mismo,
esta puede verse afectada por el estado anímico
del estudiante y de esta forma ocasionar
distracciones. Por otro lado, en el informe del
Centro Nacional de Estadísticas Educativas
(NCES, 2023), realizado en Estados Unidos, se
observa que un 32% del personal docente
reporta un incremento de malas conductas en el
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Página 241
aula; mientras que; en los resultados del
presente estudio, los sujetos analizados
muestran una tendencia positiva que se refleja
en un nivel alto del 59,06%, lo cual se traduce
en un menor surgimiento de situaciones
disruptivas con el docente. Finalmente, Jurado
et al. (2020), en su estudio realizado en España,
evidenciaron que existe una diferencia
significativa con un porcentaje del 57% de
estudiantes que presentaron actitudes que
dificultaban su proceso de aprendizaje y
desempeño escolar; a diferencia de los
hallazgos de este estudio, en los cuales los
resultados tuvieron un contraste positivo.
Conclusiones
Se concluye que el 34,30% del estudiante
presenta un nivel alto en referencia a
inestabilidad familiar y tensiones en el hogar, lo
que perjudica su interacción con los docentes y
su desempeño escolar. En otro contexto, el
46,31% presenta un nivel medio y el 19,34% se
sitúa en un nivel bajo, lo que refleja que la
mayoría de los estudiantes requiere una mejora
en los indicadores mencionados, en tanto existe
una influencia significativa sobre las
consecuencias de las conductas disruptivas en
únicamente el 34,30% de la unidad de análisis.
Así mismo, se evidencia que el 49,83% del
estudiantado alcanza un nivel alto respecto a la
participación familiar en su proceso académico,
comparte tiempo con sus seres queridos, recibe
apoyo familiar, se comunica bien en casa,
respeta normas y se relaciona adecuadamente,
aunque a veces responde con agresividad ante
conflictos. Los estudiantes con un nivel medio
del 34,48% y del nivel bajo con un 15,68%
evidencian la necesidad de refuerzos en los
aspectos mencionados, mostrando que existe
una influencia sobre los tipos de conductas
disruptivas en el 49,83% del alumnado.
Por otra parte, se constata que el 59,06% de los
encuestados poseen un alto nivel en mantener la
atención y concentración en actividades
escolares; su estado anímico está estrechamente
relacionado con la motivación para aprender.
Aunque suele distraerse, mantiene una actitud
respetuosa, una conducta adecuada y participa
con interés en las actividades escolares. Por otro
lado, un 30,40% del nivel medio y un 10,53%
del nivel bajo reflejan la necesidad de
acompañamiento para fortalecer los puntos
mencionados. Por tanto, existe una influencia
sobre las situaciones disruptivas con el docente
en un 59,06% de estudiantes. Finalmente, en
base a lo analizado se encontró que existe una
influencia del entorno familiar disfuncional
sobre las conductas disruptivas,
específicamente en los conflictos familiares
frecuentes que determinan las situaciones que
se dan en el entorno familiar, la comunicación
familiar afecta los vínculos entre sus miembros,
el apoyo emocional es el gesto voluntario de
ofrecer ayuda emocional, la concentración en
actividades escolares es la capacidad del
estudiante para mantener la atención, las
consecuencias de las conductas disruptivas son
efectos negativos derivados de malos
comportamientos, los tipos de conductas
disruptivas son actitudes que alteran el
desarrollo normal de las clases, las situaciones
disruptivas con el docente son manifestaciones
estudiantiles que interfieren la labor del
docente.
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