Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 249
ESTRATEGIAS PARA FORTALECER EL PENSAMIENTO CRÍTICO Y LA RESOLUCIÓN
DE PROBLEMAS EN LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI EN ECUADOR
STRATEGIES TO STRENGTHEN CRITICAL THINKING AND PROBLEM-SOLVING
SKILLS IN 21ST-CENTURY EDUCATION IN ECUADOR
Autores: ¹Michael Andrés Zamora Campoverde y ²Kelvin Howard Pizarro Romero.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-1145-4476
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3650-5372
¹E-mail de contacto: mazamora@utmachala.edu.ec
²E-mail de contacto: kelvin.pizarro@unach.edu.ec
Afiliación: ¹*Universidad Técnica de Machala, (Ecuador). ²*Universidad Nacional del Chimborazo, (Ecuador).
Articulo recibido: 4 de Abril del 2025
Articulo revisado: 5 de Abril del 2025
Articulo aprobado: 29 de Abril del 2025
¹Ingeniero en Comercio Internacional, graduado en la Universidad Técnica de Machala, (Ecuador) con 20 años de experiencia laboral.
Magíster en Negocios Internacionales y Gestión de Comercio Exterior, graduado en la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Diploma
Superior en Comercio Exterior, graduado en la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Candidato a Doctor dentro del Programa en
Administración de Empresas en la Universidad de Investigación e Innovación e de México, (México).
²Ingeniería en Finanzas, graduado en la Universidad Técnica de Machala, (Ecuador) con 15 años de experiencia laboral. Magíster en
Administración de Empresas con mención en Negocios Internacionales, graduado en la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Doctor en
Estadística Matemática Aplicada, graduado en la Universidad Nacional de Tumbes, (Ecuador). Candidato a Magíster en Matemática
Aplicada con mención en Matemática Computacional de la Universidad Nacional del Chimborazo, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio abordó la necesidad de
comprender la relevancia del pensamiento
crítico y la resolución de problemas en la
educación contemporánea, con el fin de
fortalecer el desarrollo integral de los
estudiantes en distintos niveles educativos. Se
planteó como objetivo analizar, mediante una
revisión sistemática de la literatura, los factores
cognitivos, metacognitivos y motivacionales
que influyen en la construcción de estas
habilidades. La metodología fue cualitativa, de
alcance descriptivo y enfoque analítico, aplicada
sobre una selección intencionada de
investigaciones académicas, artículos
científicos y recursos especializados. Los
hallazgos evidenciaron que el pensamiento
crítico se desarrolla a través de procesos como
análisis, interpretación, inferencia, evaluación y
autorregulación, potenciados por hábitos
mentales que promueven la curiosidad, la
coherencia y la justicia. Asimismo, se identificó
que metodologías participativas, aprendizaje
activo, entornos inclusivos y el uso de recursos
digitales incrementan significativamente la
capacidad de los estudiantes para resolver
problemas de manera creativa y reflexiva.
Investigaciones también muestran que la
integración de estrategias pedagógicas
interdisciplinarias y la formación continua del
docente son determinantes para optimizar estas
competencias. Estos resultados subrayan la
importancia de diseñar entornos de aprendizaje
que fomenten la reflexión crítica, la autonomía
y la participación activa. Se concluye que el
pensamiento crítico y la resolución de
problemas constituyen herramientas esenciales
para preparar a los estudiantes ante los retos del
siglo XXI, promoviendo un aprendizaje integral,
versátil y adaptado a los cambios sociales,
tecnológicos y educativos del mundo
contemporáneo.
Palabras clave: Pensamiento crítico,
Resolución de problemas, Educación
contemporánea, Metodologías activas,
Competencias cognitivas.
Abstract
The present study addressed the need to
understand the relevance of critical thinking and
problem-solving in contemporary education,
aiming to strengthen the comprehensive
development of students across different
educational levels. The objective was to
analyze, through a systematic literature review,
the cognitive, metacognitive, and motivational
factors that influence the development of these
skills. The methodology was qualitative, with a
descriptive scope and analytical approach,
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 250
applied to a purposive selection of academic
research, scientific articles, and specialized
resources. Findings showed that critical thinking
develops through processes such as analysis,
interpretation, inference, evaluation, and self-
regulation, enhanced by mental habits that
promote curiosity, coherence, and fairness.
Furthermore, it was identified that participatory
methodologies, active learning, inclusive
environments, and the use of digital resources
significantly increase students’ capacity to solve
problems creatively and reflectively. Research
also indicates that the integration of
interdisciplinary pedagogical strategies and
continuous teacher training are key to
optimizing these competencies. These results
underscore the importance of designing learning
environments that foster critical reflection,
autonomy, and active participation. It is
concluded that critical thinking and problem-
solving constitute essential tools to prepare
students for the challenges of the XXIst century,
promoting comprehensive, versatile learning
adapted to social, technological, and educational
changes in the contemporary world.
Keywords: Critical thinking, Problem
solving, Contemporary education, Active
methodologies, Cognitive skills.
Sumário
O presente estudo abordou a necessidade de
compreender a relevância do pensamento crítico
e da resolução de problemas na educação
contemporânea, com o objetivo de fortalecer o
desenvolvimento integral dos estudantes em
diferentes níveis educativos. Propôs-se analisar,
por meio de uma revisão sistemática da
literatura, os fatores cognitivos, metacognitivos
e motivacionais que influenciam a construção
dessas habilidades. A metodologia foi
qualitativa, de alcance descritivo e enfoque
analítico, aplicada sobre uma seleção intencional
de pesquisas acadêmicas, artigos científicos e
recursos especializados. Os achados
evidenciaram que o pensamento crítico se
desenvolve através de processos como análise,
interpretação, inferência, avaliação e
autorregulação, potencializados por hábitos
mentais que promovem curiosidade, coerência e
justiça. Ademais, identificou-se que
metodologias participativas, aprendizagem ativa,
ambientes inclusivos e o uso de recursos digitais
aumentam significativamente a capacidade dos
estudantes de resolver problemas de maneira
criativa e reflexiva. Pesquisas também mostram
que a integração de estratégias pedagógicas
interdisciplinares e a formação contínua dos
docentes são determinantes para otimizar essas
competências. Estes resultados ressaltam a
importância de projetar ambientes de
aprendizagem que promovam reflexão crítica,
autonomia e participação ativa. Conclui-se que o
pensamento crítico e a resolução de problemas
constituem ferramentas essenciais para preparar
os estudantes frente aos desafios do século XXI,
promovendo uma aprendizagem integral, versátil
e adaptada às mudanças sociais, tecnológicas e
educativas do mundo contemporâneo.
Palavras-chave: Pensamento crítico,
Resolução de problemas, Educação
contemporânea, Metodologias ativas,
Competências cognitivas.
Introducción
En la actualidad, el sistema educativo se
desenvuelve en un escenario cambiante y lleno
de retos, donde pensar de manera crítica y saber
resolver problemas se convierte en una
capacidad clave para el desarrollo integral de los
estudiantes. El pensamiento crítico, más que una
simple destreza académica, representa una
competencia transversal que actúa como eje
fundamental en la formación de cualquier
individuo (Barreiro et al., 2021). Esta habilidad
implica no solo reflexionar y evaluar con
detenimiento la información, sino también idear
soluciones creativas e innovadoras ante las
distintas problemáticas que surgen tanto en el
ámbito educativo como en la vida cotidiana
(Rivera, 2021). Abordar el pensamiento crítico
requiere una mirada integral e interdisciplinaria,
ya que no se trata de una destreza que pueda
estudiarse de manera aislada, sino de un conjunto
de procesos complejos y multidimensionales
(Ortiz et al., 2020). De ahí surge la necesidad de
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 251
considerar diferentes enfoques y estrategias que
lo potencien, fomentando en el alumnado un
razonamiento profundo y reflexivo que
sobrepase las barreras de cada asignatura y
contexto (Ortega et al., 2021). La sociedad
actual, marcada por la digitalización y la
omnipresencia de entornos virtuales, plantea
oportunidades y desafíos inéditos para la
educación (Vásquez & Alsina, 2022). En este
panorama globalizado, dominar el pensamiento
crítico resulta crucial para filtrar, analizar y
valorar la información de forma objetiva,
reconociendo y contrastando diversas
perspectivas y discursos (Soto & Sánchez, 2020).
Este tipo de pensamiento debe estimularse desde
las primeras etapas de la vida escolar, ya que
desde temprana edad se pueden fortalecer tanto
las habilidades cognitivas como las sociales,
contribuyendo al desarrollo pleno de la persona
(Sánchez, 2023). Así lo demuestran múltiples
investigaciones que proponen metodologías
innovadoras aplicables en diferentes niveles
educativos (Meinguer y Pérez, 2021; Uriol y
Cueva, 2022; Álvarez et al., 2020). Para abordar
esta temática, el presente estudio aplicó un
enfoque cualitativo basado en una revisión
sistemática de la literatura, seleccionando
investigaciones académicas, artículos científicos
y recursos especializados que permitieron
analizar los factores cognitivos, metacognitivos
y motivacionales que influyen en el desarrollo
del pensamiento crítico y la resolución de
problemas. Los hallazgos evidencian que estas
habilidades se fortalecen mediante procesos de
análisis, interpretación, inferencia, evaluación y
autorregulación, potenciados por hábitos
mentales que promueven la curiosidad, la
coherencia y la justicia, así como por
metodologías participativas, aprendizaje activo,
entornos inclusivos y el uso de recursos digitales.
En síntesis, tanto el pensamiento crítico como la
resolución de problemas se perfilan como
herramientas indispensables para formar
estudiantes capaces de afrontar los constantes
cambios y retos del mundo actual, integrando
competencias cognitivas y metacognitivas que
les permitan actuar con criterio propio. Según
Ruiz (2023) los componentes que integran el
pensamiento crítico son:
Figura 1: Relación entre PrBA y el desarrollo
del pensamiento crítico.
Fuente: Facione (2011), Elder y Paul (2008),
Véjar (2008), Tellez (2018) y Poveda (2018).
Según Facione (2011), el pensamiento crítico
abarca no solo la habilidad de analizar y evaluar
información de manera objetiva, sino también la
curiosidad como motor fundamental que impulsa
la búsqueda activa de nuevos conocimientos y el
cuestionamiento de supuestos, favoreciendo una
actitud abierta y reflexiva. En esta misma línea,
y Elder y Paul (2008) señalan que el pensamiento
crítico se integra por destrezas intelectuales
como la interpretación, el análisis, la inferencia
y la autorregulación, pero subrayan que dichas
habilidades se potencian mediante disposiciones
o hábitos mentales que predisponen a razonar
con justicia y coherencia, destacando así la
interacción entre competencias cognitivas y
actitudes que fortalecen el juicio crítico. El
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 252
desarrollo de esta competencia sigue una serie de
fases relacionadas entre sí: inicia con el análisis
riguroso de fuentes y argumentos, continúa con
la interpretación objetiva de la información y la
formulación de conclusiones basadas en
evidencia y razonamiento lógico.
Posteriormente, se valora la calidad de la
información y se presenta de manera clara,
respaldada por argumentos sólidos. Todo ello
requiere autocontrol para evitar sesgos, mantener
la flexibilidad mental y considerar distintos
puntos de vista. Finalmente, se procede a
resolver los problemas planteando soluciones
claras y fundamentadas en un examen crítico de
la situación.
El estudio de Parra y Cornejo (2022) exploró la
relación entre las habilidades cognitivas,
metacognitivas y motivacionales del
pensamiento crítico en universitarios. Aplicando
un enfoque cuantitativo con pruebas
estandarizadas y cuestionarios, identificaron una
correlación significativa entre estas dimensiones,
lo que resalta la importancia de no limitarse al
aspecto cognitivo, sino integrar también la
autorregulación y la motivación. En la
investigación cualitativa de Urquijo y Domich
(2023), el objetivo fue indagar cómo la escuela
puede impulsar el pensamiento crítico y la
autonomía en las nuevas subjetividades.
Mediante entrevistas a profundidad con docentes
y estudiantes, detectaron que un clima escolar
inclusivo y participativo fomenta de manera
directa dichas habilidades. Por su parte, Daza et
al. (2020) realizaron un trabajo exploratorio con
profesores en ejercicio para conocer sus nociones
sobre ciudadanía en el marco de la educación
contemporánea. Los resultados, obtenidos a
través de entrevistas semiestructuradas y análisis
de contenido, evidencian la necesidad de una
enseñanza reflexiva que promueva la
participación activa y responsable (Villafuerte,
2023).
En un ámbito diferente, Corimayta (2021) evaluó
cómo el fomento del hábito lector incide en el
desarrollo del pensamiento crítico. Mediante
encuestas y observación, comprobó una relación
positiva entre la lectura frecuente y la mejora de
esta habilidad en los estudiantes. La
investigación de Villadiego et al. (2020) se
centró en estudiantes con discapacidad visual,
combinando entrevistas y análisis de contenido
para conocer sus experiencias de aprendizaje. A
pesar de las barreras, concluyeron que con el
apoyo y las adaptaciones adecuadas es posible
fortalecer el pensamiento crítico en este grupo.
De manera complementaria, Carhuamaca y
Albornoz (2021) analizaron el efecto de los
organizadores gráficos durante viajes de estudio
en el pensamiento crítico de universitarios,
encontrando que estas herramientas facilitan el
análisis y la reflexión en entornos de aprendizaje
prácticos. En Chile, Vera (2023) investigó la
relación entre aprendizaje activo y pensamiento
crítico en una institución universitaria privada,
hallando una correlación significativa y
destacando el valor de las metodologías
centradas en la participación activa.
Asimismo, Santana et al. (2022) estudiaron las
estrategias metacognitivas empleadas por
docentes para impulsar el pensamiento crítico,
utilizando cuestionarios y grupos focales.
Descubrieron que la reflexión y la
autorregulación son elementos clave para
lograrlo. En el campo de la ingeniería, Oliveros
et al. (2022) propusieron un modelo
metodológico basado en casos y aprendizaje
activo, demostrando mejoras notables en las
capacidades de análisis crítico de los estudiantes.
Finalmente, López (2021) llevó a cabo una
revisión sistemática de la literatura sobre
pensamiento crítico en educación superior,
destacando su papel determinante tanto para el
rendimiento académico como para la vida
profesional, y reafirmando la necesidad de
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 253
metodologías que lo promuevan de manera
intencionada y efectiva. A pesar de la
importancia reconocida del pensamiento crítico
y la resolución de problemas, numerosos
estudios citados en este trabajo, evidencian que
los estudiantes presentan dificultades para
aplicarlas de manera consistente en distintos
contextos educativos. Esta situación representa
un desafío para la formación integral, ya que
limita su capacidad de análisis, reflexión y toma
de decisiones fundamentadas. Por ello, el
presente estudio se centra en examinar los
factores cognitivos, metacognitivos y
motivacionales que influyen en el desarrollo de
estas competencias, con el fin de proponer
estrategias educativas que potencien su
aprendizaje en distintos niveles educativos.
Materiales y Métodos
Con el propósito de examinar la relevancia del
pensamiento crítico y la resolución de problemas
en la educación contemporánea, se optó por un
enfoque cualitativo, de investigación aplicada,
sustentado en la revisión sistemática de la
literatura. De acuerdo con Hernández et al.
(2018), esta técnica implica un procedimiento
ordenado que comprende la búsqueda, selección,
evaluación y análisis crítico de estudios y marcos
teóricos previos, con el fin de obtener una visión
integral sobre el fenómeno investigado. La
investigación se considera descriptiva y
exploratoria, ya que describe las características,
procesos y factores que influyen en el
pensamiento crítico y la resolución de
problemas, y permite un primer acercamiento
integral mediante la revisión de estudios
recientes desde 2020 en adelante. La selección se
realizó considerando criterios de inclusión, como
el enfoque en educación superior o secundaria, la
evaluación de habilidades cognitivas,
metacognitivas o motivacionales, y el análisis
del desarrollo del pensamiento crítico y la
resolución de problemas; y criterios de
exclusión, como estudios teóricos sin aplicación
práctica o investigaciones anteriores a 2020. La
exploración se realizó en bases de datos
académicas internacionales y especializadas,
recopilando un conjunto amplio y diverso de
enfoques y evidencias relacionadas con la
temática. El análisis se basó en método
inductivo, y la revisión es de tipo transversal,
comparando hallazgos en distintos contextos
educativos en un momento determinado. No se
aplicó manipulación experimental de variables.
Posteriormente, los hallazgos fueron
interpretados y sintetizados para formular
conclusiones aplicables que contribuyan a
optimizar estrategias educativas para el
desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad
de resolución de problemas.
Resultados y Discusión
En el estudio realizado por Parra y Cornejo
(2022) enfocado en analizar la relación entre las
habilidades cognitivas, metacognitivas y
motivacionales vinculadas al pensamiento
crítico en estudiantes universitarios, se evidenció
que el 78 % de los participantes presentaban una
fuerte correlación entre sus capacidades
cognitivas y metacognitivas. Este hallazgo
refleja una conexión directa entre la destreza
para razonar críticamente y la capacidad de
autorregular los propios procesos de
pensamiento. Asimismo, un 62 % de los
encuestados manifestó altos niveles de
motivación intrínseca hacia el pensamiento
crítico, lo que pone de relieve que, para potenciar
esta competencia, no basta con fortalecer las
habilidades intelectuales, sino que también
resulta imprescindible trabajar sobre los aspectos
motivacionales que impulsan al estudiante a
pensar de forma analítica y reflexiva. Por otra
parte, la investigación desarrollada por Urquijo y
Domich (2023) indagó el papel de la escuela
como espacio que impulsa el pensamiento crítico
y la autonomía en las denominadas “nuevas
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 254
subjetividades”. Los resultados fueron claros: el
85 % de los docentes y el 72 % de los estudiantes
coincidieron en que la aplicación de
metodologías participativas y reflexivas en el
aula genera un impacto positivo en el desarrollo
de ambas capacidades. Esto respalda la idea de
que una cultura escolar inclusiva, que valore la
opinión y la participación activa de todos sus
miembros, es clave para formar ciudadanos
críticos y autónomos en el contexto educativo
actual.
En la misma línea, Daza et al. (2020) exploraron
las percepciones docentes sobre la inclusión de
la educación ciudadana en el currículo escolar.
Sus datos mostraron que el 68 % de los
profesores considera que abordar la temática de
ciudadanía dentro de las asignaturas contribuye
significativamente al fortalecimiento del
pensamiento crítico en los estudiantes. De igual
forma, un 75 % expresó que es fundamental
incorporar estrategias pedagógicas que inviten a
la reflexión crítica sobre problemáticas sociales
y políticas contemporáneas, lo que sugiere que la
educación para la ciudadanía puede convertirse
en una vía efectiva para desarrollar una mirada
más consciente y analítica en los jóvenes. En otro
contexto, la investigación de Corimayta (2021)
puso el foco en el vínculo entre el hábito lector y
el pensamiento crítico. De los participantes en
programas de lectura, un 80 % reportó avances
notables en sus capacidades de análisis,
interpretación y reflexión, lo que confirma que la
lectura no solo amplía el conocimiento, sino que
también estimula la capacidad de cuestionar,
comparar y evaluar la información.
Finalmente, el trabajo de Villadiego et al. (2020)
centrado en estudiantes con discapacidad visual,
reveló que el 70 % de ellos había logrado
desarrollar habilidades de pensamiento crítico
gracias a estrategias de aprendizaje adaptadas a
sus necesidades. Este resultado resalta la
importancia de ofrecer apoyos pedagógicos
inclusivos y personalizados, garantizando que
todos los estudiantes, sin importar sus
condiciones físicas, cuenten con las herramientas
necesarias para cultivar un pensamiento crítico
sólido y funcional. En los estudiantes
universitarios se observó una relación
notablemente alta entre las habilidades
cognitivas (78%) y metacognitivas (78%) con el
pensamiento crítico, lo que evidencia que el
razonamiento reflexivo está estrechamente
ligado a la capacidad de autorregular los propios
procesos de pensamiento. No obstante, las
habilidades motivacionales mostraron una
correlación más baja (62%), lo que abre la puerta
a seguir investigando para comprender con
mayor profundidad cómo la motivación influye
en el desarrollo del pensamiento crítico y qué
estrategias podrían potenciarla en contextos
académicos. En la educación actual, el debate
sobre la relevancia del pensamiento crítico y la
resolución de problemas ocupa un lugar central.
Estos hallazgos coinciden con lo señalado por
Barreiro et al. (2021) y Rivera (2021), quienes
destacan que estas competencias no solo
favorecen el rendimiento académico, sino que
también resultan imprescindibles para que los
estudiantes se desenvuelvan con éxito en un
mundo en constante cambio. Analizar la
información de forma consciente y poner en
duda creencias preconcebidas se ha convertido
en una habilidad esencial frente a la avalancha de
datos y la complejidad de los retos
contemporáneos, tal como sostienen Soto y
Sánchez (2020) en relación con la necesidad de
evaluar la información desde múltiples
perspectivas.
Los resultados obtenidos respaldan lo planteado
por Facione (2011) y Elder y Paul (2008),
quienes subrayan la importancia de integrar
habilidades cognitivas y metacognitivas con
disposiciones personales como la curiosidad y la
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 255
apertura mental. La fuerte correlación hallada
entre dichas habilidades (78% en ambos casos)
confirma que el pensamiento crítico se nutre
tanto del razonamiento reflexivo como de la
capacidad de autorregular los propios procesos
de pensamiento. Coincidimos con Parra y
Cornejo (2022) en que, aunque la motivación
presenta una correlación más baja (62%), su
papel es clave y requiere estrategias pedagógicas
que la fortalezcan, aspecto que aún necesita
mayor investigación. Del mismo modo, los datos
obtenidos son coherentes con lo indicado por
Urquijo y Domich (2023), al destacar que un
clima escolar inclusivo y participativo fomenta
el pensamiento crítico y la autonomía. Esta idea
se alinea con los resultados que muestran que
metodologías participativas generan un impacto
positivo y medible en dichas capacidades.
También se comparte la visión de Daza-Pérez et
al. (2020) respecto a que la educación ciudadana
puede ser una vía efectiva para desarrollar una
mirada crítica y consciente en los estudiantes,
especialmente cuando se abordan problemáticas
sociales y políticas actuales.
Asimismo, los hallazgos coinciden con
Corimayta (2021), quien comprobó la relación
positiva entre el hábito lector y la mejora del
pensamiento crítico. En nuestro análisis, la
lectura frecuente sigue siendo un recurso eficaz
para estimular el análisis, la interpretación y la
reflexión, algo que también ha sido observado en
contextos inclusivos como el estudiado por
Villadiego et al. (2020), donde las adaptaciones
pedagógicas permitieron fortalecer estas
habilidades incluso en estudiantes con
discapacidad visual. En este sentido,
respaldamos lo propuesto por Santana et al.
(2022) y Oliveros et al. (2022) al señalar que la
reflexión y la autorregulación, junto con
metodologías activas, potencian la capacidad de
análisis crítico. No obstante, como sugieren
López (2021) y Vera (2023), el verdadero reto
está en diseñar estrategias que integren de
manera intencionada el pensamiento crítico en
todas las áreas del currículo, superando prácticas
de enseñanza centradas únicamente en la
memorización.
En definitiva, coincidimos con la mayoría de los
autores revisados en que el pensamiento crítico y
la resolución de problemas deben ser trabajados
de forma conjunta, con un enfoque integral que
incluya lo cognitivo, lo metacognitivo y lo
motivacional. No obstante, los resultados
también invitan a profundizar en cómo la
motivación puede desempeñar un papel aún más
decisivo en este desarrollo, abriendo líneas de
investigación futuras. Para fortalecer el
pensamiento crítico y la resolución de problemas
en la educación del siglo XXI en Ecuador, se
sugieren estrategias integrales que combinen
enfoques pedagógicos activos, metodologías
participativas y recursos tecnológicos
innovadores. Entre ellas, se destacan la
implementación de proyectos interdisciplinarios
que permitan a los estudiantes analizar
problemas reales desde múltiples perspectivas; el
uso de organizadores gráficos, mapas
conceptuales y estudios de caso que faciliten la
interpretación, comparación y evaluación de
información; y la incorporación de aprendizaje
basado en problemas y aprendizaje activo,
promoviendo la participación, la colaboración y
la autorregulación del aprendizaje. Asimismo, se
recomienda potenciar entornos inclusivos y
adaptativos, que consideren la diversidad de
estilos de aprendizaje y necesidades especiales,
garantizando que todos los estudiantes tengan
acceso a experiencias educativas significativas.
La formación continua del docente es crucial,
enfocándose en el manejo de estrategias
didácticas que estimulen la reflexión crítica y la
creatividad, así como en el uso eficiente de
herramientas digitales para el análisis de datos y
la resolución de problemas. Estas estrategias,
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 256
aplicadas de manera coherente y sistemática,
permitirán a los estudiantes desarrollar
competencias cognitivas, metacognitivas y
motivacionales sólidas, preparándolos para
enfrentar los desafíos académicos, sociales y
laborales del mundo contemporáneo con
pensamiento autónomo, creativo y
fundamentado.
Conclusiones
Las investigaciones actuales en el ámbito
educativo destacan la urgencia de incorporar de
forma efectiva las herramientas digitales en la
enseñanza, con el fin de impulsar el pensamiento
crítico y la capacidad de resolver problemas. El
empleo de plataformas interactivas, entornos
virtuales de simulación y recursos colaborativos
en línea ofrece oportunidades valiosas para que
los estudiantes analicen datos, evalúen
evidencias y propongan soluciones creativas a
diferentes desafíos. El fortalecimiento del
pensamiento crítico y la resolución de problemas
requiere una visión integral que contemple tanto
el desarrollo cognitivo como el socioemocional
del estudiante. Para ello, resultan esenciales
estrategias pedagógicas que promuevan la
autoevaluación, la reflexión personal y el trabajo
conjunto, permitiendo que los alumnos
construyan habilidades sólidas dentro de un
contexto educativo acorde a las demandas
actuales. Asimismo, la investigación enfatiza la
necesidad de replantear el currículo, integrando
el pensamiento crítico y la resolución de
problemas en todas las disciplinas. Diseñar
proyectos y actividades interdisciplinarias que
inviten a aplicar el razonamiento crítico en
escenarios variados contribuye a preparar a los
estudiantes para enfrentar retos reales con un
enfoque versátil y creativo.
Otro aspecto relevante es la formación docente,
tanto en el manejo eficiente de herramientas
digitales como en la aplicación de estrategias
centradas en el pensamiento crítico y la
resolución de problemas. La capacitación
continua y el intercambio de experiencias entre
profesionales de la educación son fundamentales
para asegurar que los profesores puedan guiar y
potenciar estas habilidades en sus estudiantes. El
panorama educativo actual exige revisar
constantemente las metodologías de enseñanza
para responder a las transformaciones sociales y
a las demandas del mundo laboral. La
cooperación entre centros educativos, empresas
y organizaciones sociales resulta clave para
identificar las competencias necesarias en el
siglo XXI y para diseñar programas formativos
pertinentes y actualizados. En definitiva, la
educación contemporánea pone el acento en la
creación de entornos de aprendizaje que
alimenten la curiosidad, la innovación y el
pensamiento crítico. Mediante la integración de
recursos digitales y la adopción de metodologías
pedagógicas creativas, las instituciones pueden
preparar a sus estudiantes para afrontar con
confianza y eficacia los retos que plantea el
futuro.
Referencias Bibliográficas
Álvarez, M., Menacho, I., Esquiagola, E., &
Camarena, J. (2020). Habilidades del
pensamiento crítico en estudiantes de
educación secundaria de Lima, Perú.
Barreiro, M., Velásquez, B., Colamarco, I.,
Bravo, K., Barreiro, J., & Rivadeneira, L.
(2021). El pensamiento crítico y su
evaluación en la educación universitaria.
Research, Society and Development, 10(3).
Carhuamaca, J., & Albornoz, V. (2021). Viaje
de estudios, organizadores gráficos en el
pensamiento crítico en estudiantes
universitarios. PsiqueMag, 10(1), 76-89.
Corimayta, A. (2021). Incentivar el hábito
lector a través de la biblioteca para
desarrollar el pensamiento crítico. Maestro y
sociedad, 18(4), 1486-1496.
Daza, E., Niño, J., Guerrero, N., Morales, F.
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 257
¿Nociones de ciudadanía para una educación
contemporánea? ¿Estudio exploratorio con
profesores en ejercicio Notions of citizenship
for a contemporary education? Exploratory
study with service teachers. Indagatio
Didactica, 12(4), 631-645.
Gliner, J. A., Morgan, G. A., & Leech, N. L.
(2018). Research methods in applied settings:
An integrated approach to design and
analysis. Routledge.
Hernández, R., & Mendoza, C. (2018).
Metodología de la investigación. Las rutas
cuantitativa, cualitativa y mixta. México: Mc
Graw Hill Education. Obtenido de
http://www.biblioteca.cij.gob.mx/Archivos/
Materiales_de_consulta/Drogas_de_Abuso/A
rticulos/SampieriLasRutas.pdf
López, C. (2021). Pensamiento crítico en
estudiantes de educación superior: una
revisión sistemática.
Master Sevilla. (2023). Pensamiento Crítico,
qué es y cómo desarrollarlo.
https://www.master-
sevilla.com/empresas/pensamiento-critico/
Meinguer, J., & Pérez, M. (2021). Desarrollo y
evaluación de elementos de pensamiento
crítico sobre la química verde en
bachillerato. Investigación en la Escuela.
Oliveros, J., Borges, C., Rodríguez, J., &
Zambrano, X. (2022). Desarrollo del
pensamiento crítico: Metodología para
fomentar el aprendizaje en ingeniería.
Revista de Ciencias Sociales, 28(4), 512-
530.
Ortega, D., Acosta, C., Ortega, F., & az, Y.
(2021). Retos de la educación
contemporánea ante la virtualización y
ubicuidad de los entornos sociales.
Conrado, 17(78), 32-39.
Ortiz, D., Doria, L., & Díaz, N. (2020).
Investigación interdisciplinaria y
transdisciplinaria como tendencia
emergente de lo sistémico complejo desde el
pensamiento crítico. Revista Oratores, (11),
63-83.
Parra, G., & Cornejo, C. (2022). Correlación
entre habilidades cognitivas, metacognitivas
y motivacionales del pensamiento crítico en
estudiantes universitarios. Revista Reflexión
e Investigación Educacional, 4(2), 15-27.
Rivera, J. (2021). La educación geográfica
contemporánea, la geografía escolar
tradicional y el pensamiento crítico. Entorno
Geográfico, (21), 157-179.
Ruiz, F. (2023). Estrategias para fomentar la
creatividad y el pensamiento crítico en el aula.
Bastcorp International Journal, 2(1), 34-42.
Sánchez, M. (2023). El pensamiento crítico en
los estudiantes de una Escuela Nacional
Superior de Arte. Revista de Estudios y
Experiencias en Educación, 22(50), 65-81.
Santana, L., Cedeño, B., Atoche, C., Torres, C..,
Preciado, M., & Quito, C. (2022). Estrategias
metacognitivas y pensamiento crítico en
docentes. Ciencia Latina Revista Científica
Multidisciplinar, 6(1), 649-675.
Soto, P. & Sánchez, B. (2020). Desarrollo de
habilidades sociales y pensamiento crítico-
reflexivo a través de la performance,
instalación artística y vídeo-creación en el
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 4
Abril del 2025
Página 258
grado de educación primaria. In Congreso
Internacional de Investigación e innovación
en educación infantil y primaria.
Uriol, D., & Cueva, J. (2022). Estrategias
metodológicas para promover el pensamiento
crítico en los estudiantes. Ciencia Latina
Revista Científica Multidisciplinar, 6(3),
3006-3021.
Urquijo, D., & Domich, M. (2023). La escuela
como potenciadora del pensamiento crítico y
desarrollo de la autonomía en las nuevas
subjetividades. Ciencia Latina Revista
Científica Multidisciplinar, 7(2), 1094-1111.
Vásquez, C., & Alsina, Á. (2022). Retos
contemporáneos en la formación del
profesorado: desarrollando competencias de
sostenibilidad desde la educación estadística:
Contemporary Challenges in Teacher
Education: Developing Sustainability
Competencies from Statistics Education.
Revista Científica ECOCIENCIA, 9(4), 111-
132.
Vera, F. (2023). Aprendizaje activo y
pensamiento crítico: Impulsando el desarrollo
estudiantil en una universidad privada
chilena. Transformar, 4(3), 31-44.
Villadiego, K., Moreno, J., & Bossio, E. (2020).
Desarrollo de habilidades del pensamiento
crítico en estudiantes con limitación visual.
Conocimiento, investigación y educación
CIE, 1(9), 26-36.
Villafuerte, C. (2023). Estrategias de enseñanza-
aprendizaje en línea: Un análisis comparativo
de plataformas de gestión del aprendizaje.
Nexus Research Journal, 2(1), 52-66.
Esta obra es bajo una licencia de
Creative Commons Reconocimiento-No Comercial
4.0 Internacional. Copyright © Michael Andrés
Zamora Campoverde y Kelvin Howard Pizarro
Romero.