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movimiento, las cuales son fundamentales para
la ejecución técnica en cualquier deporte, pero
especialmente relevantes en disciplinas que
requieren precisión, control y fluidez como la
gimnasia artística (Cordero et al, 200). El
desarrollo de capacidades coordinativas en los
atletas contribuye no solo a mejorar su
rendimiento, sino también a reducir riesgos de
lesiones y a facilitar el aprendizaje de nuevas
habilidades motrices más complejas (Cevallos y
Rosales, 2023; Burgos et al., 2024).
Por su parte, los atletas pioneriles se refieren a
los niños jóvenes que están en las primeras
etapas de iniciación en la práctica deportiva, en
este caso, en la gimnasia artística. Estos atletas,
generalmente en edades comprendidas entre los
6 y 8 años, están en una fase clave para el
desarrollo de sus capacidades motrices básicas
y específicas. La etapa pionera es fundamental,
ya que en ella se sientan las bases para el
perfeccionamiento técnico y la adquisición de
habilidades más complejas en fases posteriores.
La atención a las características evolutivas de
estos niños, mediante la aplicación de
programas específicos y adaptados, es esencial
para potenciar su motivación, confianza y
capacidades motrices, que son determinantes
para un correcto desarrollo deportivo y
personal. La gimnasia artística es una disciplina
deportiva que combina elementos de fuerza,
flexibilidad, equilibrio, coordinación,
elasticidad y expresión estética a través de la
ejecución de movimientos específicos y rutinas
en diferentes aparatos o en el suelo. Es
considerada uno de los deportes más complejos
y completos debido a la exigencia técnica y
física que demanda, así como la precisión y el
control del cuerpo necesarios para realizar
ejercicios de alto nivel (Barrera et al., 2024). La
gimnasia artística no solo favorece el desarrollo
integral del cuerpo, sino que también fomenta
valores como la disciplina, la perseverancia y la
constancia. En las edades tempranas, esta
disciplina es especialmente valiosa para el
desarrollo psicomotor, fomentando habilidades
básicas que sirven como base para un
rendimiento técnico más avanzado en fases
educativas y competitivas superiores.
Asimismo, la Gimnasia Artística es una
disciplina deportiva que combina habilidades
motrices complejas, fuerza, flexibilidad,
coordinación, equilibrio y expresión estética. Es
considerada una de las disciplinas más
completas del ámbito deportivo, ya que exige
una integración precisa entre las capacidades
físicas y las destrezas técnicas. Según Gómez y
Ruiz (2014), esta modalidad “se basa en la
realización de ejercicios corporales
sistematizados, que se ejecutan con precisión
sobre aparatos específicos y que requieren un
elevado control del cuerpo en movimiento” (p.
23). La práctica de la Gimnasia Artística no solo
tiene un enfoque competitivo, sino también un
componente formativo y educativo. Delgado y
Tercedor (2002) sostienen que esta disciplina
“contribuye al desarrollo integral del individuo,
al fomentar valores como la perseverancia, la
autodisciplina y el esfuerzo personal” (p. 61).
Asimismo, promueve el desarrollo de
habilidades motrices fundamentales y
específicas, especialmente en edades
tempranas, siendo una base útil para otras
actividades físicas o deportivas (Méndez y
Fernández, 2005).
En el ámbito técnico, la Gimnasia Artística se
divide en dos grandes ramas: la femenina, que
incluye los aparatos de salto de potro, barras
asimétricas, viga de equilibrio y suelo; y la
masculina, que comprende suelo, caballo con
arcos, anillas, salto, paralelas y barra fija. Esta
diferenciación responde tanto a razones
históricas como fisiológicas y ha evolucionado
con el tiempo para adaptarse a las demandas del