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válido especificar que, a medida que los
estudiantes leen, mayor es el conocimiento
sobre diferentes temas, porque al leer se obtiene
una comprensión más profunda para
argumentar (Arteaga y Carrión, 2022). La
práctica de la lectura mejora la habilidad de
escribir, pero requiere de práctica y esfuerzo por
parte del estudiante, debido a que al momento
de redactar deben considerar las normas
gramaticales y los signos de puntuación, sin
dejar de lado la capacidad de escribir de manera
sencilla y concisa, que exponga las ideas claras
para que al momento de leer se observe
coherencia en la lectura (Acosta, 2023).
Fundamentalmente, la lectoescritura favorece a
la comprensión de aquello que se lee y escribe,
es la evolución de los saberes que se
construyeron a partir de la interacción de la
lectura y escritura, sumando que el ambiente
escolar debe caracterizarse por el dinamismo
que se logra implementando estrategias lúdicas
para motivar al discente a optimizar el
aprendizaje (Llanos, 2022). Desde este punto de
vista, la importancia de enseñar las habilidades
de lectura y escritura radica en la necesidad de
que los estudiantes aprendan a comprender lo
que leen y escriben, de tal manera que expresen
sus ideas con claridad, fomentando el desarrollo
del pensamiento crítico, creatividad y capacidad
de análisis de los diversos contenidos (Borrero,
2021). En forma particular, la lectura mejora la
memoria, aumenta la creatividad, en diversas
ocasiones establece patrones de
comportamiento positivos, mejorando el
dialogo entre pares, mientras que la escritura
establecer formas de comunicación con
palabras gráficas (Llanos, 2022). Se debe
enfatizar que, la lectoescritura es una habilidad
que forma parte del desarrollo académico,
debido a que al dominar la lectura y la escritura
se accede a una comprensión de los contenidos,
se fortalece la comunicación de manera
efectiva, se aprende de forma continua (Zeas,
2021).
Bajo la misma perspectiva, las actividades
lúdicas como estrategia para la enseñanza de la
lectoescritura requieren de diferentes etapas
como la familiarización, interacción,
profundización, actualización y evaluación del
aprendizaje (Cruz, 2020). Para aplicar juegos al
momento de leer y escribir es necesario que el
estudiante seleccione textos atractivos y
adecuados al nivel de los estudiantes, el
objetivo es despertar el interés y la motivación
por la lectura (Kovac y Well, 2020). Por tanto,
la interacción permite fortalecer las habilidades
de lectura y comprensión mediante actividades
dinámicas y participativas, como debates y
discusiones en grupo, además de recursos
visuales y organizadores gráficos para mejorar
la comprensión de aquello que se lee. En la
etapa de la profundización, las actividades
lúdicas contribuyen al aprendizaje de la lectura
crítica y reflexiva, a la interpretación y el
análisis, sin dejar de lado el sentido creativo en
los estudiantes (Guerrero, 2020). Unido a lo
anterior, la actualización de nuevas estrategias
lúdicas permite incorporar nuevas estrategias,
tales como subrayado, resumen, identificar
palabras clave, leer por párrafos, debatir
capítulos de lectura, escribir blog, grabar
podcasts que enriquecen el proceso lector
(Romero y Zhamungui, 2022).
En relación a lo anterior, las actividades lúdicas
aplicadas a la lectoescritura requieren de un
seguimiento formativo del progreso de los
estudiantes mediante diversas estrategias de
evaluación, de esa manera se contribuye a la
mejora continua del aprendizaje y el
fortalecimiento del hábito lector, especialmente
porque se detectan las debilidades del proceso
de enseñanza y se da paso a la toma de
decisiones de retroalimentación (Sánchez et al.,
2022). En este sentido, es preocupante