Página 26
que se encuentran asociados fuertemente con el
fracaso académico. Estos resultados que han
sido corroborados en varias investigaciones
indican la necesidad de continuar prestando
especial atención a la educación de la
orientación profesional en el proceso de
preparación para desempeñar la futura
profesión.
La reafirmación profesional también tiene lugar
en el desempeño de la actividad laboral. El
enfrentamiento del joven con la actividad
laboral, una vez graduado, constituye un
momento particularmente significativo. El
proceso posterior de adiestramiento en el puesto
de trabajo permitirá al joven comenzar a
desplegar en su actividad laboral los
conocimientos y habilidades adquiridas, pero
sobre todo será una vía importante para la
consolidación de los motivos profesionales.
La propia actividad laboral, las vivencias que de
ella se derivan, las relaciones con el colectivo
de trabajo, la satisfacción con los resultados
obtenidos, actúan como elementos reforzadores
de los motivos hacia la profesión. Cuando la
elección de la profesión ha sido adecuada, el
proceso de estudio o preparación ha cumplido
su rol en la reafirmación profesional y el joven
se siente plenamente identificado con su
profesión, el proceso de actividad laboral se
constituye por sí mismo en un gratificador que
refuerza la orientación profesional. El individuo
que se siente implicado como personalidad en
su profesión, por lo general, obtiene éxitos en el
desarrollo de su actividad laboral, la acomete
con placer y se siente en ella realizado y pleno.
Este es el objetivo final de la educación de la
orientación profesional de la personalidad y su
consecución es producto de la acción armónica
de un conjunto de factores, y, sobre todo, del rol
activo que a partir de un momento determinado
juega el sujeto en la determinación de su propia
orientación profesional.
El proceso de reafirmación profesional
pedagógica adquiere un matiz sui-géneris, muy
especial, muy distintivo. En primer lugar, por la
significación social que tiene el maestro, el
magisterio cubano. En segundo lugar, porque la
persona que decida cumplir el rol de maestro, de
educador profesional, tiene que reunir una serie
de cualidades que lo hacen ser modelo de la
sociedad.
En el proceso de orientación profesional juegan
papel determinante la escuela y la familia,
partiendo del hecho de que en el sistema de
influencias educativas constituyen los primeros
interactuantes con el niño, de donde se van
apropiando de las primeras reglas, normas de
actuación, conocimientos, hábitos y
habilidades, que en un futuro le servirán para
consolidar su elección profesional; y es así que
el maestro, realizando su labor educativa, se
convierte a la vez en orientador profesional, a
diferencia de cualquier otro profesional. De ahí
que, hacer orientación profesional pedagógica
cobra especial atención, dedicación, entrega,
gran responsabilidad y compromiso social.
Al parecer, a primera instancia parece fácil, sin
embargo, el análisis tiene que ser otro y no pecar
de superficialidad. La labor del maestro es la
más bella del mundo, pero también la más
difícil; en el cumplimiento de sus funciones y
tareas básicas se enfrenta diariamente a una
gran diversidad, sobre las cuales actúan además
diversas influencias educativas; por tanto, en el
proceso de reafirmación profesional pedagógica
se requiere lograr con intencionalidad una
estructuración de un sistema de acciones
configuradas en función de la identidad
profesional pedagógica, donde la sociedad
participe a través de situaciones diversas, donde
se experimenten vivencias de realización del
profesional de la educación, expresado en
reconocimientos y seguridad personal..